Chicas, como lo había prometido en mi O.S "Monster", aqui les traigo el sexto capitulo de "Cuestión de lógica", con mucho esfuerzo. Por un momento pensé que no iba a ser capaz, pero pude sacar este capitulo de mi mente estropeada por la gripa. Espero que hayan pasado una feliz navidad -A pesar de que no sea mi festividad favorita-, y que pasen un feliz año nuevo, junto a las personas que más quieren.
Agradezco todos los reviews, saben lo mucho que me encantan. Lo de Horus se sabrá cuando sea el momento, pero estoy segura de que será una sospresa para muchas.
*Sonata Artica, en efecto, es una banda de Metal. Me encanta xD
*Agradezco todos sus alagos, me hacen sentir genial ^-^ Gracias, chicas.
Sin mas, el capitulo.
Disclaimer: Naruto le pertenece a Masashi Kishimoto, por otro lado, la historia sí es mia, solo la estoy adaptando a SasuSaku. Asi que está prohibido la publicacion en otra parte.
6
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Sabotage or a fatal mistake?
Scandal born, new race
Unauthorized use, not stealing?
We've no rights, just passion and rage...
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La cabeza me palpitaba.
No había podido dormir bien anoche. En mi cabeza no dejaban de girar rostros, conocidos y no tan conocidos, gente a mí alrededor que podía ser responsable del boletín, que podían ser Horus. Aquella pequeña rata estaba destruyéndome, o tratando al menos. Se me pasaron por la cabeza infinidad de situaciones en las que ese vil personaje exhibía mi vida. Mis pensamientos.
Con un suspiro me levanté de la cama, luego de desperezarme, me envolví en una bata y fui por un vaso de agua. Tendría que tomar algún analgésico si quería sobrevivir al día. Solo encontré una caja, pero no eran de los que usualmente tomaba, una nueva punzada me convenció de que estos también servían.
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— ¿Cómo está eso de que ahora sales con Itachi Uchiha?
La pregunta habría hecho que girara la cabeza rápidamente, de no venir de quien vino. Ino estaba de pie frente a mí, con su cabello rubio cayendo en cascada hasta la mitad de su espalda y su ropa siempre a la moda. Había llegado un poco antes de la hora, y sin nada que hacer, me senté en mi pupitre a esperar que llegara la gente. Sabía que tenía una conversación pendiente con ella, y que esta vez no lo iba a dejar pasar.
Abrí la boca, dispuesta a contestar su pregunta, pero antes de emitir sonido me interrumpió con una mirada firme.
—Quiero toda la verdad, Sakura, y quiero que me lo cuentes tú, porque la gente habla mucho y cada vez me confundo mas, es obvio que no les creo, pero me preocupa de donde salen todos esos rumores…
Deje que dijera todo lo que pensaba. Ella era así, cuando algo la estaba atormentando, no descansaba hasta que sacara todo lo que pensaba a flote. Ella era mi opuesta en ese sentido, yo no acostumbraba a ser muy comunicativa, y mucho menos en cosas que consideraban delicadas al trato.
Esperé a que terminara de hablar y, cuando vi que se detuvo y empezó a respirar profundamente, llame su atención suavemente.
—Ino—Con solo decir su nombre, su atención estuvo inmediatamente puesta sobre mí— Te agradezco el voto de confianza, amiga, mas en estos momentos, cuando todo parece estar de cabeza, y no, no estoy saliendo con Itachi, e-
—Pero dicen que te han visto llegar con él los últimos días—Me interrumpió, abriendo mucho los brillantes ojos azules, adoptando esa expresión que la hacía lucir como un venado cegado por las luces de un automóvil que está a punto de arrollarlo.
Cuando escuché "Los últimos días" estuve a punto de estallar en carcajadas. Es que la gente, definitivamente, no cambia.
—Solo fueron dos días, Ino—Me interrumpí un segundo, y acomodé en mi mente lo que iba a decir— Es cierto que llegué con él, pero no estamos saliendo, y no lo haremos, es solo un buen amigo ¿Entiendes? Lo conocí hace unos días en una discoteca.
Ella se quedó en silencio, procesando todo lo que acababa de decirle, y cuando puso mala cara, supe que había recordado algo.
— ¿Dónde estuviste hace dos días? —Preguntó, con ese aire de madre inquisidora que interroga a su hija cuando esta llega luego de medianoche.
Suspiré antes de comenzar mi relato. Le conté todo, desde la discusión con mis padres, hasta el encuentro con Sasuke en el baño. Ella me escucho atentamente, interrumpiéndome en ocasiones con estruendosas carcajadas producto de alguna anécdota chistosa, como la del cuarto de Itachi.
— ¡Pagaría una fortuna por haber visto su cara! —exclamó Ino, con una sonrisa traviesa bailoteando en sus labios. Casualmente, Sasuke venía entrando al salón, y alcanzó a escuchar la última frase lanzada por mi amiga, me miró por un segundo y desvió la vista, desinteresado.
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Para el tercer periodo de clases, ya habían nuevos rumores circulando, esta vez gracias a… ¿Adivinan? Horus, por supuesto.
No lo supe porque la gente me mirara, porque últimamente todos lo hacían. Lo supe cuando Ino llegó, agitada por la carrera, y con una papel verde en la mano. Me miró, de manera ligeramente compasiva, y luego me entregó el dichoso papelito. Le sonreí, agradecida por un segundo, y me enfoqué en las palabras impresas en ese insidioso boletín.
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¡Al que no merece caldo, le dan dos tazas!
El mundo está patas arriba, la sociedad va en declive. Sencillamente… ¡Las cosas no son como deberían ser!
Poniéndonos serios, ¿Qué pasa con los chicos?
Que una chica como Haruno consiga meter en su cama a dos de los chicos más guapos, es una señal bastante clara de que a los bombones les gustan las zorras. Porque, no contenta con haber sido el acostón de una noche de Sasuke Uchiha— valiéndose de engaños, pero consiguiéndolo al fin—, la muy perra se escabulló en la cama del mayor de los Uchiha, Itachi. Él, universitario de veintidós años, pareció encontrar lo mismo que su hermano encontró en Sakura Haruno, una conquista fácil. Porque no hace mucho, la chica lloraba por el menor, al parecer el amor se le pasó rápido—incluso se atrevió a tacharlo de homosexual—, porque no dudo en colarse en otra cama. En un futuro próximo, me encargaré de indagar en la mente de esta detestable criatura, y ustedes serán los primeros en conocer mis descubrimientos.
Horus, el ojo que todo lo ve.
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No podía faltar la foto anexa, está vez era una en donde salíamos Itachi y yo, despidiéndonos frente a su auto, me estaba dando un beso en la mejilla, lo recordaba, pero desde el ángulo en que estaba tomada la foto, parecía que nos estuviéramos besando. Suspiré, y luego dirigí mi mirada tranquila hacia Ino, que esperaba expectante mi reacción. Al verme tranquila, ella sonrió suavemente.
—Me alegra que no te lo hayas tomado tan mal—Me confesó mientras caminábamos, un par de minutos después.
—No me lo tomé mal, en lo absoluto—Le contesté, mirando hacia el frente, sin que me importaran las miradas de reproche de la personas a mi alrededor—Pudo ser peor, supongo.
Ella me detuvo por el brazo, justo en frente a la puerta del aula. Me escaneó el rostro rápidamente, y se aferró a una de mis manos.
—No me engañes, Sakura, porque sí que te importa—Antes de poder contradecirla, abrió el puño de la mano que aferraba, encontrando ahí, el boletín arrugado de Horus—Pero no te preocupes, descubriremos quien es, y entonces le arrancaré la cabeza, justo como a tu Barbie, ¿Recuerdas?
Me sonrió como acostumbraba a hacerlo, y supe con toda certeza que, pasara lo que pasara, ella siempre iba a estar ahí para mí. A pesar de esto, no fui capaz de confesarle que mi preocupación real no era lo que Horus pudiera decir de mis acciones futuras, porque la verdad me llevaba sin cuidado, sino lo que yo había dicho de mi vida, mi pasado, en aquel diario que ella había robado y que, según lo que decía en su boletín, pronto sacaría a la luz de todas estas personas malintencionadas y crueles que tengo por compañeros de educación.
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Cuando sonó el timbre de la salida, me dirigí con paso lento a mi casillero, y luego de haber recogido mis cosas y de despedirme de Ino, caminé en dirección a la salida, sin prisas y notando que todo estaba casi vacío, pero siendo viernes no me extrañaba para nada. Normalmente, los viernes todos los chicos, alentados por la expectativa de un par de días sin clases, se apresuran a salir lo más rápido que pueden del edificio educativo, popularmente llamado, centro de tortura.
Ya estaba pisando el verde pasto cuando lo vi, como salido de ninguna parte, Sasuke se atravesó en mi camino y yo fingí no verlo.
—Haruno—Me llamó, como esperando que por el simple hecho de decir mi nombre yo me detuviera y fuera junto a él, como un perrito obediente.
Me volvió a llamar, pero está vez me detuvo él mismo, aferrando mi brazo. Lo separé de un manotazo.
—Se te está haciendo costumbre—Comenté, a pesar de eso, me quedé frente a él, por curiosidad—Evita hacerlo, Uchiha. Ahora, ¿Qué quieres?
Me miró un momento, sin hablar, y yo me fastidié.
—Si no vas a decir nada, entonces me voy—Hablé acomodándome la mochila sobre el hombro—No tengo tiempo que perder contigo.
Eso lo hizo fruncir el seño, y me miró con furia mal reprimida.
—Te dije que te alejaras de él—Soltó, como única explicación.
— ¿Esperas que te haga caso? —Le contesté molesta—No eres nadie para decirme que hacer, que decir o con quien andar, no es asunto tuyo si decido involucrarme con Itachi.
Su expresión se hizo aun más sombría, haciendo ver sus rasgos mucho más severos, y su ceño también estaba mucho mas fruncido.
—No me importa en absoluto lo que tú hagas o dejes de hacer, lo único que te digo es que te alejes de mi hermano—Escupió, con una mirada que a todas luces mostraban violentos pensamientos—Sea lo que sea lo que te propongas, no vas a utilizar a mi hermano para llegar a mi…
Entonces, reí.
Reí sin poder evitarlo, con carcajadas fuertes y enérgicas. Él me miró mas ofendido, si cabe decir.
—Pero que ego más descomunal —Comenté, cuando por fin paré de reír, pero aun burlándome internamente—No todo gira alrededor de ti, Playboy.
El dijo algo, pero no le presté mucha atención a sus palabras. De repente, el mundo a mi alrededor se movía, inclinándose en posiciones imposibles y distorsionándose terriblemente, sentí un cosquilleo frio por todo el cuerpo y me tambalee hacia delante, dejando caer la mochila. Pensé que me estrellaría contra el piso, cuando no ocurrió, miré y vi que Sasuke me había sostenido. Lo aparté de un empujón, mientras sentía que mi estomago daba vueltas.
Él lució desconcertado.
— ¿Qué mierda te pasa? —preguntó.
Yo abrí la boca, no para contestarle, sino para insultarlo. Pero antes de poder decir algo, y sin proponérmelo en absoluto…
Vomité.
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¿Sabotaje o un error fatal?
Escándalo nacido, una nueva raza
¿El uso ilegal, no robo?
No tenemos derechos, sólo la pasión y la rabia...
Vaya, vaya con la señorita, ¿no? Espero les haya gustado el capitulo. Está recien terminado. Lamento haber tardado tanto, pero estaba haciendome infinidad de examenes medicos, no se preocupen que estoy perfectamente, solo son de control. Si hay algun error, por favor, haganmelo saber, porque me duele un poco la cabeza y quizas se me haya escapado alguno. Comenten, y pasen unas felices fiestas. Kisses and hugs, Aiko amitié