Disclamer: Hetalia Axis Power/World Series no me pertenece, sino al gran Hidekaz Himayura. Enrique Pérez González/México tampoco es de mi propiedad, sino de KagomeKrizz, quien me dejó "secuestrarlo" para mis descabellados proyectos.

Advertencia: Mal lenguaje.

Pareja: No hay como tal. Es una relación de amistad entre México y Japón/Kiku Honda

Dedicado a: KagomeKrizz, autora intelectual de Enrique.


2010

Han pasado ochenta y siete años desde aquel terremoto que azotó Kanto. Como es costumbre, el primero de septiembre se recuerda con luto aquella fecha, pero a la vez, como una enseñanza para prevenir a la población de cómo actuar ante desastres futuros.

Terminada la ceremonia, Japón se retiró a su hogar. En unos días más se iría a la casa de México, debido a que Enrique celebraba 200 años desde que resurgió como una nación independiente.

Su amistad, a pesar de que tuvieron dificultades –la entrada de ambos en la Segunda Guerra Mundial en diferentes bandos; a la vez la crisis que sufrieron (México en los 80's; él, en los 90's)-, ha sobrevivido durante los 120 años que la han forjado.

Se preparó para dejar sus asuntos arreglados antes de marcharse. Después de todo, es grato volver a ver a los amigos, a pesar de lo lejos que estén.

+.-Hetalia-.+

Vaya que su Jefe, ahora Felipe Calderón, haya gastado en todos los preparativos para su Bicentenario (aunque en realidad sólo cumplía 189 años, si tomaba en cuenta que hasta 1821 su gente aceptó su independencia… aunque si consideraba algunos detalles*, quizás por eso) y ni hablar los del Centenario (un gran maratón, Día de Muertos-Revolución-Guadalupe-Reyes).

A él le agradaban las fiestas, pero en ciertos momentos le parecían excesivos, ¡Ya ni con Díaz se derrochó tanto! Nunca hubiera pensado llegar a su cumpleaños doscientos en una situación tan crítica como la actual: Inundaciones, problemas con los narcotraficantes, las últimas notas rojas sobre asesinatos a extranjeros (que hacen que se muera de vergüenza, por aquellos seudo-mexicanos que posee). Encima de todo, su economía ha estado de la fregada, desde que el "estupendo" virus A-H1N1, -obra de Alfred-, lo vino a invadir. (1)

En fin, tendría que al menos ese día pasarla lo mejor, antes de volver a la realidad. Sus hermanos –los estados- también habían preparado algo, en agradecimiento con el apoyo turístico de este año.

Varios de sus amigos vendrían al festejo. Aunque discutiera con el gringo, le era grato que él estuviera cerca. Ni que decir de Canadá, uno de sus más recientes camaradas (relación empezada durante la Segunda Guerra Mundial). A la vez, tendría a los latinos, algunos europeos; algunos asiáticos, como China y Japón.

+.-Hetalia-.+

Había llegado el día esperado, 15 de Septiembre, día en que comenzaría la fiesta. Sus invitados comenzaron a ingresar a Palacio Nacional, para acompañarlo en el tradicional Grito –que Díaz quiso celebrarlo a la par de él. Ahora ya es costumbre (2) -. Al acabar la ceremonia, se despidieron del Jefe de Enrique, para dirigirse al hogar de éste último.

Como siempre, al ambiente comenzó a llenar el recinto, con las naciones bailando, brindando a la salud del festejado, entre otras cosas. Empero, el mismo México no se hallaba ahí, sino en el balcón, meditando.

—Enrique-san, es raro verlo fuera.

—Quería despejarme un poco, Kiku —le expresó el mexicano—. Hay tantas cosas en las que he estado reflexionado.

—Es natural que lo haga. Las naciones crecemos con el hecho de mirar nuestro pasado, a la vez de que nos mantenemos vivos.

—No puedo creer que ya hayan pasado dos siglos desde que me independicé de España; a la vez, quinientos años de vida…

—Recuerdo cuando usted era sólo una colonia de España-san. Viene a la memoria…

—…el día que nos conocimos —sonrió Enrique—. Cuando Antonio y yo encallamos en tus costas, hace 400 años. Después viniste a conocer mi hogar. Aunque fue lamentable que nos distanciáramos por tu aislamiento total, me dio gusto que en el siglo XIX empezáramos esta amistad.

—Yo también. Usted fue el primero en darme un trato como un igual cuando decidí salir de mi claustro.

—México, Japón ¿van a quedarse ahí fuera? —preguntó Canadá, al percatarse que estaban en la terraza.

— ¡Ya vamos, Matt! —Respondió el mexicano—. Bueno, volvamos a la fiesta. Por hoy hay que disfrutar.

— ¡Sabe que hoy no puede tomar tanto! —expresó asustado el japonés.

—Lo sé. Pero mañana me desquito después del desfile. Además, aún falta el 27 de septiembre, mi verdadero cumpleaños (3) —sonrió—. Me alegra que me conozcas tan bien, Kiku —dijo, refiriéndose a lo exclamado por el nipón.

+.-Hetalia-.+

La bandera esta a media asta. Ya has pasado veinticinco años desde esa tragedia que quedó marcada en el corazón de los mexicanos, puesto la recuerdan como si hubiera sido ayer. A la misma nación le dolía aún esa cicatriz en su vientre, aunque ahora fuese una pequeña fisura casi invisible. Quizás fuese en el alma, y más al recordar esta fecha: 19 de septiembre.

Se despidió de su Jefe, una vez acabada la ceremonia. Deambuló triste hasta su hogar. Entró a su casa, dejó las llaves en la mesa, mientras iba a su habitación. Se recostó en su cama, pues no estaba de ánimos para andar por ahí. Lo único que deseaba era dormir. De repente su teléfono sonó.

¿Quién fregados será a esta hora?—se preguntó México—. ¿Bueno? —expresó con voz pastosa.

Buenas noches, Enrique-san. ¿Llamo en un mal momento? —el chico se incorporó.

—Eh, no Japón. ¿Pasa algo?

Aquella ocasión, en su fiesta, lo noté triste.

— ¡Bah! ¡No es nada! ¡Sólo pensaba en tonterías!

Usted recalcó en aquel día "Me alegra que me conozcas tan bien". Sé que no ha andado bien de salud últimamente, todo lo que ha pasado estos dos años lo han dejado dañado.

—Ni me recuerdes eso. ¡Me ha ido de la chingada! ¡Si no hubiera sido por el puto bicho que se le "escapó" al condenado gringo (1), al menos esta situación hubiera sido algo más llevadero!

Entiendo perfectamente. Después de todo, varios de nosotros pasamos por lo mismo. Pero usted, siempre ha salido de las peores situaciones. Como dice Alemania-san, su sangre Azteca aún prevalece en usted y lo hace un gran guerrero.

—Pos' ya ves, "hierba mala nunca muere" —el soltó una carcajada; mientras el japonés, una disimulada risa.

Me alegra saber que conserva su buen sentido del humor, aún en estas fechas.

—Bueno, al menos en este día…

Lo sé, recuerdo que día es hoy, diecinueve de septiembre —suspiró—. Sabe México-san, a pesar de cuan dolorosas sean nuestras cicatrices, estarán ahí para retroalimentarnos en nuestra propia historia, en pos de hacernos unas mejores naciones —se detuvo un momento—. A pesar de cuan viejos estemos, aprendemos de nuestros errores.

—Sé a qué te refieres, Kiku —respondió. Tenía la certeza que el japonés se refería a las bombas de Hiroshima y Nagasaki (4) —. Pero también, valorar aquellas que fueron hechas por nuestros aciertos. (5)

Una cosa más, México-san: tenga en mente que usted es una gran nación. Si dejase un poco la negatividad, sería una gran potencia mundial (6) —el americano se sorprendió por lo comentado—. Que pase una buena noche, Enrique-san —el japonés colgó el teléfono.

—Gracias, amigo mío —sonrió, dejando su propio aparato en la mesita de noche—. No sabes cuánto me ha subido el ánimo tu llamada —apagó la luz de su lámpara y se acomodó para dormir—. Definitivamente, nuestra amistad ha sido uno de los aciertos de mi existencia (7) —simplemente se dejó caer en los brazos de Morfeo, pensando—. Después de todo, Kiku tiene razón, hemos salido de la peores adversidades.


*Hidalgo fue el quién empezó el movimiento en búsqueda de la igualdad de castas, dejar de pagar a España tributo, entre otras cosas favorables a los habitantes de la Nueva España, más no el que buscaba independizarse completamente de Antonio. Fue con Morelos, donde se empezó a ver esta posibilidad. Lograda hasta 1821.

(1) Digan lo que digan varias personas, este virus es real. Hay una base científica en la mutación del virus de un animal a otro (en este caso, del cerdo al humano); a la vez casos –en mi pueblo ha habido, como en los hospitales en donde hago mi práctica-. Se esperaba una pandemia, aunque jamás se pensó que fuera en México. Por cierto, el agente es originario de Estados Unidos, más no de nuestro país. Otra cosa que aquí se le diera importancia… aunque no niego que, como siempre, las autoridades usó esta catástrofe para fines políticos.

(2) Don Porfirio Díaz, un presidente que como todo ser humano, hizo cosas buenas y malas. Nació el 15 de septiembre de 1830. Se le ocurrió festejar su aniversario con el de nuestro país.

(3) Bien, se debería considerar el verdadero cumpleaños de México, pues en esa fecha se acordó la emancipación de España, con la famosa entrada del Ejército Trigarante. El 28 de septiembre de ese año, se dio como oficial el resurgimiento de nuestra patria como nación independiente. Iturbide, declaró el 27 como tal nacimiento.

(4) Recientemente vi una película –japonesa- acerca de la terrible situación de los habitantes de Hiroshima –sobrevivientes- en la postguerra. Hirohito cometió el error de no rendirse hasta la segunda bomba. Lamentablemente, el motivo real, de acuerdo a mis fuentes de información, de tal atrocidad, fue que Alfred le demostrará a Iván (sí, Rusia) de su poderío armamentista. La Guerra Fría o la Tercera Guerra, comenzó aún antes de que terminara la Segunda Guerra Mundial.

(5) Considero acierto, la sangre derramada por aquellos que dieron su vida en defensa de su país. Por algo que vale la pena fallecer es por salvaguardar la identidad como ser perteneciente a una nación.

(6) Dirigido a todos mis paisanos (incluida yo); como también a todo aquel que le interese: es una pena que el gobierno nos lave el cerebro con el remedo de historia que nos da. Nos muestran como una nación débil, al grado de desprestigiar lo que somos, por haber nacido aquí. La verdad, como Japón y China –entre otros países- han mencionado, tenemos el potencial para salir del meollo de pobreza. Capacidad la hay; recursos, también. Lo que nos falla es seguir en este hoyo, tener esa mente negativa de que no progresaremos (algo que en momentos, me ataca a mí).

(7) Como mencionado antes, a pesar de sus altibajos en esta relación, me impresionó saber que ambos países, hasta la actualidad, tienen excelentes relaciones políticas-económicas. Hablaré más de esta amistad en futuros fics.


Lechucería Hiwatari

—Por fin, acabé. Ha sido grato tenerte aquí, mi estimado Enrique.

—Por nada, Isis.

—Vaya, ¿ahora robando personajes originales? ¡Qué bajo has caído! —me expresa mi hermano.

— ¡No lo robé! ¡Me lo prestó su autora!

—Bueno, se lo pediste a KagomeKrizz, pero expresando "¿me lo puedo secuestrar?"

—Ya Kai, ¡basta! Además, Enrique sabe que ella me dio la autorización.

—Es verdad, Hiwatari-san —comenta la nación.

—En fin —suspiro—. En lo personal, soy amante de la Historia, en especial de México, desde que era una niña. Ahora he aprendido más sobre mi país, con virtudes y defectos. Así lo amo, además, siempre he estado orgullosa de ser mexicana, algo que no cambiaría, jamás.

—Me da gusto oír eso —terció Enrique, un poco apenado—. Espero que a KagomeKrizz le fascine esta historia.

—Como algunos de tus nuevos lectores, hermana.

—Bien, a todos los que se molestaron en revisar este fic, les doy las más sinceras gracias. En un futuro…

—Espero que no sea muy, muy, pero muy lejano, como es tu costumbre…

— ¡Kai! —le grito enojada—. Prosigo. Espero tomar otro evento histórico de México, que estado echando el ojo a la Independencia y a la participación de este muchachito —miro a Enrique—, en la Segunda Guerra Mundial, (mi tema favorito en la Historia Universal), entrando de lleno a la trama de Hetalia Axis Power.

Los reviews, se contestan en mi profile y vía privada, si tienen cuenta aqui.

Sin nada más que agregar, me despido y una vez más ¡Gracias!