LOS BENEFICIOS DEL SEXO:

Takaita Hiwatari

Capítulo 4: "El resultado del plan":

Intentó moverse, pero no pudo y eso le hizo chasquear la lengua. Había soñado que comía ramen con la misma desesperación con la que Naruto lo comía usualmente. Un sueño realmente raro y ridículo.

¡Un momento! ¿Sueño?

Abrió los ojos de golpe, enfocando el techo de su habitación. No podía creerlo, había podido dormir toda la noche, por fin. No sabía en qué momento el sueño le había vencido, pero lo que sí sabía es que había dormido toda la noche del tirón. Además se sentía tranquilo, relajado y bien.

Recapacitó en porqué no pudo moverse antes, y notó un peso en el vientre. Tanteó con una mano para descubrir que se trataba de una pierna.

―Mn… ramen…

Rápido miró a su lado al escuchar ese susurro adormilado en la oreja, encontrando a Naruto dormido junto a él. Ahora comprendía porqué había soñado que comía ramen, seguramente ese dobe había estado toda la noche susurrándole la palabra "ramen" entre sueños.

Con cuidado, se sacó la pierna del rubio de encima y se sentó en la cama. Se rascó la cabeza al tiempo que curioso buscaba ver la hora que marcaba al reloj. Descubrió con sorpresa que eran casi las once de la mañana, nunca había despertado tan tarde.

―Ichiraku… ramen´ttebayo ―susurró Uzumaki, todavía dormido.

Esta vez no pasaría por la odisea de despertar a Naruto, que el dobe ser despertara por sí solo cuando se cansara de dormir y soñar con ramen. Aunque le dedicó una breve mirada significativa y un efímero roce en la mejilla con la yema de los dedos antes de ponerse de pie y salir de allí desnudo para darse un baño.

.:LOS BENEFICIOS DEL SEXO SasukexNaruto LOS BENEFICIOS DEL SEXO:.

Naruto despertó al sentir movimiento en la cama, pero no abrió los ojos, quería seguir durmiendo. Segundos después lo pensó mejor y se decidió a abrir los ojos. Encontró a Sasuke dándole la espalda, sentado en el borde de la cama, vistiendo una camiseta de manga corta con el símbolo del clan a la espalda y un pantalón negro. Tenía una toalla sobre los hombros y su cabello se veía algo húmedo.

Parecía estar meditando algo, aunque no podía asegurarlo porque no podía verle la cara. Intentando no hacer ruido se sentó, pero fue algo inútil porque el sonido que hicieron las sábanas al deslizarse hasta su cintura le delataron. Ante esto, Sasuke volteó a verle, y Naruto se encontró con esa mirada tranquila que desde hacía días no veía. Sin duda tenía mejor aspecto, no había ni rastro de esas ojeras que en los últimos días se habían vuelto parte del blanco rostro de su amigo, tampoco había rastro de ese permanente ceño fruncido; incluso las puntas de la parte de atrás de su cabello nuevamente miraban hacia arriba.

―Sasuke, tienes mejor aspecto´ttebayo ―comentó con una sonrisa.

―Me siento mejor ―concordó.

El rubio alzó un puño a la altura de su cara, ensanchando su sonrisa hasta que se convirtió en una animada.

―¡Te lo dije, Sasuke teme! ¡La infusión era la solución! ¡Sakura–chan es genial! ¡Sí, tengo que hacerle saber lo genial que es! Gracias a eso estás mejor.

―¿Gracias a Sakura? ¿O al sexo? ―musitó, girando con tranquilidad hasta quedar en su posición inicial, dándole la espalda al rubio.

―¿Eh?

―He dicho que Sakura ya sabe eso ―corrigió con rapidez, pero con voz tranquila. ―No es necesario que le digas nada.

Naruto alzó los brazos, desperezándose. Se pasó una mano por la nuca después, revolviendo los rubios cabellos.

―Sasuke´ttebayo, quiero darme un baño.

―Adelante ―fue todo lo que dijo.

―Sasuke…

El mencionado esperó en silencio que Uzumaki siguiera hablando, pero tan sólo hubo silencio. Giró nuevamente, observándole.

―Sasuke, estaba pensando que…

―¿Qué?

―Ayer fue un día muy raro´ttebayo ―comenzó a decir con una pequeña sonrisa nerviosa. ―Nos estábamos peleando, y luego de repente estábamos… besándonos, y…

―Tuvimos sexo ―completó la frase con una tranquilidad pasmosa, aunque Naruto lo agradeció.

―Hun ―asintió con un movimiento de cabeza. ―Pienso que todo pasó muy rápido. Y sabes… que tú eres mi mejor amigo, Sasuke… ―balbuceó. ―Sólo quería saber qué piensas tú.

Uchiha se acomodó mejor en la cama, subiendo una pierna flexionada en el colchón. ¿Podría ser que Naruto sospechaba algo sobre la infusión? No, esa expresión confundida en su amigo dejaba claro que no.

―¿Lo que pienso? ―reiteró. ―¿Quieres saber si me arrepiento, o algo así? ―cerró los ojos un par de segundos, y sin dejar al otro contestar, habló. ―No. Para nada. ¿Y tú? ―cuestionó directamente.

―¡Claro que no!

―¿Entonces cuál es el problema?

―Sólo quería saber lo que pensabas ―repitió.

Observó los ojos negros un instante. ¿Qué se suponía que eran ahora? ¿Serían los amigos de siempre y le tendría que sonreír de forma hipócrita cuándo se encontraran como si nunca hubiera pasado nada entre ellos? O tal vez a partir de ahora se convertirían en amigos con derecho a roce.

Sasuke suspiró brevemente y estudió los ojos azules. No sabía qué esperaba Naruto que le dijera. Ya estaba claro que ambos no se arrepentían, ¿entonces qué quería que dijera?

―Lo que pienso ―dijo, acercándose un poco al rubio que le observaba expectante. ―Pienso que era obvio que esto ocurriría tarde o temprano ―explicó con brevedad, finalizando con un roce de sus labios sobre los otros.

―¿En serio? ―preguntó, sorprendido por esa respuesta y con un suave rubor en las mejillas por la cercanía de ambos. ―Bueno´ttebayo, te confieso que me sorprendió saber que eres gay. La primera vez, en el pasillo, pensé que me apartarías.

―No te confundas, dobe. No soy gay, nunca me han gustado los hombres, pero supongo que tú eres especial.

El rubio parpadeó repetidas veces, sin saber cómo sentirse: alegre porque Sasuke le había dicho que él era especial, o soltarle un puñetazo en toda la cara por decirle tan tranquilo que no es gay después de hacerlo con él dos veces.

―¡Pero si cuando te pregunté si habías… con un hombre…! ―exclamó de forma atropellada. ―¡Y para no ser gay me metías mano bastante alegre´ttebayo, Sasuke teme!

―¿Y tú qué? ―rebatió frunciendo levemente el ceño, pero sin levantar la voz. ―Parecías muy seguro de lo que hacías ayer.

Esa última frase descolocó totalmente a Naruto que tan sólo atinó a enarcar un poco una ceja. Además qué, Sasuke y él parecían estar hablando de cosas distintas.

―¿Ah?

―¿Con quién fue tu primera vez? ―cuestionó sin rodeos, pero con voz serena.

―¿Q–qué? ¿¡Qué cosas preguntas tan de repente, idiota!

―¿Con quién? ―repitió, esta vez algo serio y afilando levemente la mirada.

Naruto apartó un momento la mirada. Si le confesaba que su primera vez había sido con él, tal vez ese teme se burlaría de él y le hincharía más el orgullo.

―Sólo te lo diré si tú me dices con que otros hombres estuviste dattebayo.

―Nunca he dicho tal cosa.

El rubio iba a replicar, pero se dio cuenta de que eso era cierto, Sasuke no había dicho que hubiese estado con otros hombres. Tan sólo contestó un:

No soy un santurrón. ¿Por quién me tomas?

Y si entonces Sasuke nunca había estado con otros hombres, pero tampoco era un santurrón… ¿cómo debía interpretar eso? Tal vez debería interpretarlo como que es un pervertido, pero nunca había tenido relaciones. ¡Sí, eso es! ¡Un pervertido!

Seriamente pensativo, alzó una mano y se la llevó a la barbilla sin dejar de mirar al pelinegro, el cual sin saber porqué sintió un suave escalofrío ante aquella mirada escrutadora.

―¡Ya lo tengo´ttebayo! ―celebró con una amplia sonrisa. Señaló a Sasuke con emoción dibujada en el rostro. ―¿Significa eso que tu primera vez fue conmigo? ―y antes de recibir una respuesta, continuó. ―¡Claro! Por eso te veías tan perdido en lo que hacer, no eras un teme miedoso, eras un teme inculto dattebayo.

Casi quiso echarse a reír de alegría al estar convencido de que aquella había sido la primera vez de ambos, pero no pudo ni esbozar una ligera sonrisa cuando de repente se vio siendo recostado boca abajo en la cama a la fuerza. Se estremeció al escuchar la voz de Sasuke, siseando en su oído derecho.

―¿A quién llamas inculto, dobe?

Notó un peso en los muslos, probablemente Uchiha se había sentado ahí. Se removió, intentando sacárselo de encima, pero las blancas manos hicieron una brusca presión en su espalda para obligarle a seguir recostado. Resopló molesto por aquella actitud de su amigo y con algo de esfuerzo juntó ambas manos, formando un sello.

―¡Kage bu…!

Sasuke tomó con rapidez las manos de Naruto y las separó, dejándolas a ambos lados de su rostro.

―Siempre la misma técnica ―se mofó en un tono bastante serio.

―¡Suéltame, teme! ―replicó sin moverse. ―¿Por qué te pones así? ¡Sólo he dicho la verdad´ttebayo!

―¿Quieres que comprobemos ahora lo inculto que puedo llegar a ser?

Con lentitud se posicionó ligeramente sobre el rubio, estando a su misma altura pero dejando que su pelvis se restregara con descaro contra el trasero del chico bajo él. Evitó el contacto con cualquier otra parte del moreno cuerpo y continuó moviéndose. Notó a Naruto tensarse ligeramente y empuñar ambas manos.

―¡Para´ttebayo! ―demandó ceñudo, pero sintiendo un suave calorcito en las mejillas.

―Todavía no me has dicho con quién fue tu primera vez ―le recordó, afirmando el agarre en las muñecas del otro al sentirlo removerse de repente con violencia. ―Si de verdad deseas que te suelte, sólo dilo.

―Suéltame.

―¡Dobe! Quiero decir que me digas con quién fue tu primera vez.

Naruto se mordió la lengua para no iniciar una discusión que sin duda no lograría que ese teme le soltara. Apretó ligeramente los labios y cerró los ojos al sentir que los roces en su trasero ahora cambiaban y simulaban suaves embestidas. Sintió los labios de Sasuke, delgados, húmedos y tibios, posarse entreabiertos en su hombro derecho para deslizarse hasta cerrarse, repitiendo el proceso una y otra vez, encaminándose con deliberada lentitud hacia la nuca.

Aquellos labios recorriendo su piel le provocaron un agradable escalofrío. Y aunque su cuerpo estaba cediendo a una velocidad increíble al calor y el contacto con el contrario, su mente se negaba a sucumbir esta vez. No había comido nada desde ayer al mediodía antes de ir a casa de Sasuke, y no creía poder soportar otra sesión de sexo sin comer nada. Bueno, ¿a quién engañaba? Sí podría soportarlo, pero se moría de hambre. Además que se sentía algo pegajoso desde el estómago hacia abajo y deseaba un buen baño.

Intentó respirar con serenidad antes de hablar.

―Fue contigo.

Al instante Uchiha detuvo el movimiento de cadera; y apenas separó los labios de la piel que degustaba, lo suficiente para contestarle.

―¿Qué?

―¿Acaso no fue obvio´ttebayo? ―casi murmuró, frunciendo el ceño y los labios. ―Y ahora que he aumentado un poco más tu ego, quítate de encima, teme pervertido.

Naruto ya podía ver en su mente la estúpida sonrisita suficiente que los labios de Sasuke estarían formando en ese momento, totalmente henchido de orgullo por haberle desvirgado. Y seguramente ahora Sasuke le dirá algo como: "Ya lo sabía, dobe, sólo quería escucharte decirlo."

―¿Me crees idiota, usuratonkachi?

El rubio parpadeó repetidas veces al escuchar la voz de su amigo seria, y juraría haber percibido cierto enojo. No era la respuesta que esperaba.

―Dime la verdad ―exigió Uchiha.

―¿Acaso eres sordo? ¡Te acabo de decir que fue contigo!

―Te veías muy seguro sobre lo que tenías que hacer, y que yo recuerde, nadie nace sabiendo.

―¿Ah? ¿Eso quiere decir que lo hice bien´ttebayo? ―dejó escapar una suave risita que al pelinegro le hizo fruncir el ceño. ―¿Tan bien que no parecía ser la primera?

―¡No te hagas el gracioso, dobe!

La risa de Naruto se cortó ante el ahora evidente tono enojado de Sasuke. No entendía qué le ocurría a ese teme. ¡Le estaba diciendo la verdad! ¿Por qué se enfadaba? Intentó girar la cabeza para verle, pero se le complicaba un poco por el agarre en sus muñecas así que desistió, apoyando la mejilla en el colchón al tiempo que suspiraba.

Uchiha esperó paciente que ese usuratonkachi dijera lo que quería saber. Le carcomía las entrañas el hecho de saber que alguien más había dejado su huella en Naruto, y le molestaba el hecho de que ese tonto no se lo quisiera decir. Tal vez quería guardar el secreto porque era alguien conocido.

¿Tal vez Sai? No, no lo veía factible. Dudaba que ese idiota que tenía una sonrisa hipócrita pintada en la cara las veinticuatro horas supiera siquiera dar un beso.

Entonces… ¿Kiba? ¿Neji? ¿Lee? ¡No! Cada opción era peor que la anterior y le revolvía el estómago de forma desagradable.

A lo mejor no era de Konoha. Alguien cercano a Naruto y que no fuera de Konoha podría ser…

¡Gaara!

Eso sí que no. Tampoco le gustaba esa opción. ¡Maldita sea! ¿Por qué ese tonto tenía que ser tan sociable? Por más que pensara en la relación que llevaba Naruto con otros chicos, no veía que tratara a alguno de forma especial. Con todos bromeaba, a todos les dedicaba esas sonrisas radiantes y llenas de energía, todos le importaban…

¡Estúpido Naruto!

―…Sasuke.

El llamado tranquilo de Uzumaki le volvió a la realidad, disipando casi por completo el fuego en su interior.

―¿Estás celoso´ttebayo?

No esperaba recibir ninguna respuesta, pero no pudo evitar preguntarlo. Él no era un experto en el tema, pero no veía muy normal que después de tener sexo con alguien, esa persona te exija que le digas con quién fue tu primera vez de esa forma tan autoritaria. ¿Por qué indagar de esa forma en algo que ya pertenecía al pasado?

Sólo se le ocurría que tal vez Sasuke estuviera celoso, o a lo mejor era que él deseaba que estuviera celoso ya que eso sería una clara prueba de que era importante para el pelinegro.

Pero a pesar de haberle dicho la verdad, ese bastardo no le creía.

―Mi primera vez fue con un teme orgulloso llamado Uchiha Sasuke. Si no me quieres creer, es tu problema dattebayo.

Finalmente, Sasuke liberó las muñecas de su compañero y apoyó las manos en el colchón, quedando a cuatro patas sobre el rubio que en ese momento se daba la vuelta para encararle, medio enrollado entre las sábanas.

Uzumaki desvió brevemente la mirada, como si estuviera buscando algo.

―Desde niño he viajado mucho con ero sennin´ttebayo, y era el mayor pervertido que nunca he conocido. No por nada le puse ese apodo ―intentó esbozar una sonrisa, pero sólo logró formar una mueca nostálgica. ―Podría decirse que entre sus visitas a lugares no aptos para menores, sus novelas pervertidas… ―hizo una breve pausa, balbuceando cosas in entendibles. ―¡El caso es que sentí curiosidad, y un día le pregunté a ero sennin! ―exclamó azorado. ―Sabes que siempre me había gustado Sakura–chan, y de repente pensé que no quería quedar como un tonto frente a ella cuando me correspondiera. Pero Sakura–chan hace tiempo que dejó de gustarme ―se atrevió a encarar los ojos negros que le observaban impasibles. ―Y al hacerlo con un hombre, bueno´ttebayo… básicamente se hace lo mismo, ¿no? Además, tenía la ventaja de que al ser ambos hombres, podía saber dónde te gustaría que te tocara.

Sasuke permaneció un par de segundos en silencio por si el rubio quería agregar algo más, pero no fue así.

―Tal y como era de esperarse de un usuratonkachi como tú, aprendiste más sobre sexo que ninjutsu.

Ese comentario logró disipar la expresión nostálgica que invadía el rostro de Naruto, apareciendo en su lugar un notable sonrojo. Al ver que las comisuras de los labios de Uchiha se alzaban ligeramente en una sonrisita burlona, levantó ambos brazos y se cubrió el rostro.

―¡Cállate dattebayo!

―¿Así que fui el primero?

Naruto no quiso contestar ni destaparse el rostro para ver esa sonrisita burlona y complacida en el blanco rostro.

―De todas formas ya lo sabía, dobe. Sólo quería escucharte decirlo.

―¡Teme…! ―masculló con los dientes apretados y el ceño fruncido tras el escondite que eran sus brazos.

El pelinegro alzó las sábanas y se metió en la cama, recostándose de perfil para poder tener al rubio de frente.

Uzumaki se apartó los brazos de la cara, curioso al sentir movimiento en el colchón y las sábanas. De pronto sintió cómo una blanca mano se cerraba en torno a su brazo y tiraba de él, instándole a quedar también de perfil, encarando al dueño de aquella mano.

Tal parecía que nunca iba a poder abandonar aquella cama, y menos después de que la mano que antes le sujetaba el brazo ahora se posara sobre su cintura. Aunque realmente no ponía mucho empeño en levantarse, le gustaba estar con Sasuke.

―Nunca había imaginado que mi primera vez sería doble´ttebayo ―comentó con una leve sonrisa. ―Te confieso que hacerlo fue muy diferente de lo que imaginaba que sería contigo.

Las últimas palabras no pasaron desapercibidas para el de ojos negros. Naruto acababa de decir tan tranquilo que se había imaginado teniendo sexo con él. Se preguntó desde cuándo por la mente de Uzumaki pasaban ese tipo de pensamientos.

―¿Diferente para bien? ¿O para mal?

―Sólo diferente ―atinó a decir. ―Es que en el pasillo fue todo tan rápido y desesperado… era como si no fuera yo. Sólo quería que me tocaras´ttebayo, y mi cabeza estaba como… nublada. No sé.

Los ojos negros se entrecerraron levemente, como si así pudiese leer la mente de Naruto y saber si sospechaba algo sobre la infusión.

―¿…y la segunda vez? ¿Cómo te sentiste?

El rubio se sonrojó levemente, reprochándole con la mirada que preguntara ese tipo de cosas tan tranquilo. Seguro que de nuevo quería que le subiera el ego.

―Es obvio que bien dattebayo, ¿no? ―fue su escueta respuesta en un tono sereno.

―¿…no sentías tu cabeza nublada?

―No, por eso creo que la segunda vez fue la mejor´ttebayo ―confesó con una risita.

El pelinegro suavizó su expresión hasta convertirla en una afable. Él también pensaba que la segunda vez había sido mejor, sin duda alguna.

Se arrimó más al cuerpo a su lado. La mano en la cintura cambió de lugar, se posicionó tras la rodilla del rubio y tiró suavemente, obligándole a que le rodeara la cintura con la pierna. Y antes de que Naruto pudiera protestar por su acción, o cualquier otra cosa, cazó sus labios con los propios.

Al contrario de lo que Uzumaki pensó, el beso no era uno fiero, sino todo lo opuesto. Posó una mano en la blanca espalda e intentó invadir la cavidad de Sasuke, pero éste le negaba la entrada y sus lenguas terminaron encontrándose fuera de sus bocas, peleando por dominar a la contraria, enredándose con ella, rozándola y hasta empujándola.

El rubio alejó de forma apenas perceptible la cabeza para poder retirarse con la lengua un camino de saliva que le hacía cosquillas en la comisura de los labios. Y un segundo después nuevamente tenía los labios de Sasuke contra los suyos, besándole con una impaciencia que no era propia de él. Le tomó un par de segundos adaptarse al ritmo, tiempo suficiente que el pelinegro aprovechó para tomar el control e invadir su boca, recorriéndola por completo de una forma arrolladora.

Uchiha se alejó antes de lo deseado de los labios contrarios, relamiéndose ligeramente los propios con la punta de la lengua en un movimiento suave y lento que captó la atención de los ojos azules.

―Concuerdo contigo.

Naruto frunció levemente el ceño al no entender qué había querido decir Sasuke, pero después comprendió que se refería a que la segunda vez también fue la mejor para él. Le dedicó una sonrisa, pero ésta se desvaneció al percibir la insistencia de su amigo por mantener sus cuerpos lo más unidos posible, y la obstinación de aquella mano en sujetarle la pierna para que siguiera rodeando la cintura de su dueño. Ciertamente la posición era algo incómoda, además de estar enredado entre las sábanas, estaba completamente pegado a otro cuerpo, y apenas tenía libertad de movimiento. Sasuke le dedicaba una mirada tan intensa que parecía querer devorarle con ella, y eso le hizo estremecer, aunque obviamente no de miedo.

Sintiéndose completamente hipnotizado por los ojos negros, cortó la escasa distancia que los separaba y tomó entre sus labios el labio inferior del pelinegro, tironeando de el suavemente, rozándolo con los dientes o lamiéndolo.

Uchiha no tardó en responder a aquella especie de juego, y de vez en cuando correspondía con el mismo trato en el labio superior del rubio. Sus narices se toparon un par de veces, sacándole una leve risita divertida a Naruto y dificultándole a él la tarea de juguetear con el labio superior de éste, ya que cada vez que reía, se tensaban para formar aquella mueca.

―Cállate, dobe ―farfulló contra los labios contrarios.

Se decidió a dejar de sujetar la pierna de Uzumaki y deslizó la palma de la mano en sentido ascendente por todo el muslo, manoseando los glúteos en el proceso y deteniéndose finalmente en la parte baja de la espalda. Presionando firmemente aquella zona con la mano, inició un leve vaivén de cadera, restregando su hombría en la contraria.

Naruto respondió con un breve y apagado jadeo, sintiendo todo el vello de su nuca erizarse. Deseó hacer desaparecer la estorbosa sábana y por supuesto la ropa de Sasuke para así poder sentir su piel. Y apenas pensó aquello cuando una de sus manos se disponía a cumplir su deseo, dirigiéndose al pantalón de Uchiha. Pero no llegó ni a tocarlo cuando de repente Sasuke le separó de él con un movimiento firme que le descolocó. El pelinegro tenía una expresión grave, con el ceño un poco fruncido y los ojos negros entrecerrados, esquivándole la mirada.

―¿Sasuke?

―Ve a bañarte ―instruyó serio, casi en voz baja.

―¿Eh? ―atinó a decir, no comprendiendo aquella orden cuando hace un momento precisamente por culpa de Sasuke no se había bañado.

―¿No entiendes? ―cuestionó en el mismo tono de voz, esta vez encarando los confundidos ojos azules. ―Si no te levantas en tres segundos, te juro que no saldrás de la cama en lo que queda de día.

A Naruto le llevó un segundo comprender aquella amenaza, y un segundo más tarde estaba de pie junto a la cama, desnudo y sonrojado, sorprendiéndose por haberse escabullido del agarre de Sasuke y de las sábanas con esa rapidez y maestría; incluso le había sobrado un segundo. Su cuerpo había reaccionado en cuanto sintió los ojos negros posados en los suyos, observándole con ese brillo depredador que el día anterior había tenido la oportunidad de apreciar dos veces. Sin duda la advertencia de Uchiha iba totalmente en serio.

Y además, él tenía unas necesidades básicas que cumplir: primero comer o sino caería desfallecido en cualquier momento, después un merecido aseo, y luego si ambos tenían ganas no diría que no al cuerpo de Sasuke.

No podría soportar un día completo en la cama cuando apenas el día empezaba. ¡Definitivamente no!

―Pervertido´ttebayo ―murmuró, aunque fue audible para su compañero.

―He tenido un buen maestro ―respondió tranquilo, pero con un perceptible toque socarrón.

―¡No soy un pervertido! ―protestó, notando que Sasuke se refería a él.

El pelinegro se acomodó boca arriba en la cama y se llevó ambas manos detrás de la cabeza, sin apartar la mirada del rubio.

―Eres un usuratonkachi pervertido.

―¡Yo no…! ―alzó una mano y con énfasis señaló al chico en la cama. ―¡Pues ayer no noté que te quejaras!

Sasuke arqueó una ceja y tan sólo se dedicó a observarle, sin decir nada.

―¡Aja´ttebayo! ¡No dices nada porque sabes que tengo razón! Además, ¿quién fue quien me "asaltó" mientras dormía?

El pelinegro frunció levemente el ceño y de forma disimulada apartó la mirada, sintiendo un ligero calor crecer en las mejillas.

Naruto casi aplaude emocionado al notar que había dejado a su amigo sin palabras.

―Uzumaki Naruto: uno´ttebayo. Uchiha Sasuke: cero –comentó con una risita divertida y burlona.

Medio segundo después los ojos negros estaban fulminando a los azules, y el otro le correspondió del mismo modo. Permanecieron en silencio sin dejar de dedicarse aquella mirada que daba la sensación de que salían rayos de sus ojos y chispeaban al entrar en contacto con los contrarios.

Como si estuviesen sincronizados, Sasuke apartó el rostro al mismo tiempo que Naruto se giraba y la daba la espalda. Y de nuevo, de forma simultánea, la falsa expresión enojada desapareció de ambos rostros, quedando sustituida por una pequeña sonrisa en los labios de Uchiha, y una amplia sonrisa en los labios del rubio.

Aquello les recordó fugazmente a los tiempos en los que eran unos niños, cuando estaban en la academia ninja.

Cuando Sasuke volvió la mirada a Uzumaki, éste ya no estaba en la habitación, pero esa leve sonrisa permaneció en sus labios un momento más, delatando su buen estado de ánimo.

.:LOS BENEFICIOS DEL SEXO SasukexNaruto LOS BENEFICIOS DEL SEXO:.

Sakura despertó ese día con una imborrable sonrisa en los labios y llena de energía. Se sentía extremadamente nerviosa, emocionada y contenta. Todo a la misma vez y hecho una maraña en su estómago.

Dedicó más tiempo del acostumbrado a su aseo personal, esmerándose hasta en el más pequeño detalle que usualmente no se detenía a estudiar.

Se perfumó con una fragancia suave en puntos estratégicos como detrás de las orejas, las clavículas, las muñecas y detrás de las rodillas. Justamente aquellos puntos donde latía el pulso y la temperatura corporal era más alta, consiguiendo así que el aroma durara más.

Puso especial esmero en su cabello, no lo tenía largo como según decían a Sasuke-kun le gustaba, pero no por eso iba a dejarlo de cualquier forma. Sasuke–kun se daría cuenta de que una chica con el pelo corto también podía ser atractiva y bonita. Estrenó un conjunto de ropa interior de color blanco con una pequeña flor de sakura dibujada en el lado derecho del sostén.

Pasó por su cabeza el arreglarse un poco más luciendo un tipo de ropa diferente, pero de inmediato pensó que tal vez sería demasiado llamativa, así que finalmente optó por vestir como normalmente lo hacía, con ropa cómoda, y también se dejó el protector.

Se dio un vistazo general en un espejo y asintió con la cabeza, aprobando la imagen que era su reflejo. Se acercó a su mesita de noche y cogió la pequeña bolsa donde guardaba las infusiones. Se sintió sudar y su corazón palpitó totalmente desbocado al imaginar que en unas horas estaría enredada entre las sábanas de la cama de Sasuke–kun, felizmente desvirgada y acomodada en el pecho del chico de sus sueños mientras era mimada con suaves caricias en la cabeza y la espalda.

Un involuntario suspiro lleno de anhelo brotó de sus labios, queriendo quedarse sumergida en aquella ilusión un momento más. ¿Pero por qué estar soñando despierta cuando podía hacerlo realidad?

Sacudió la cabeza y salió de casa, avisándole a su madre que tal vez no regresaría para la hora de comer y que no la esperara.

Abrazó la bolsa contra su pecho mientras caminaba con cierta prisa, ansiosa por llegar al barrio Uchiha. Se preguntó qué tipo de amante sería Sasuke. Tal vez sería un hombre fogoso que la trataría con pasión desmedida y la haría tocar el cielo con las manos. O quizá sería un amante que la trataría con la mayor de las delicadezas, tomándose su tiempo para regalarle caricias, besos y susurrarle al oído palabras afectuosas, logrando tal vez incluso arrancarle un "Te quiero" en medio del éxtasis con una voz enronquecida por el placer y que ella correspondería con las mismas dos palabras.

Se vio obligada a detenerse al sentir sus piernas temblar, sintiéndose por momentos más ansiosa. Y cuando divisó a lo lejos la entrada del barrio Uchiha, empezó a correr para llegar lo antes posible. No importaba qué tipo de amante era Sasuke–kun, fuera cual fuera estaba bien.

Se obligó a tranquilizar su agitada respiración cuando se detuvo frente a la casa del pelinegro. Se pasó una mano por el cabello, medio peinándolo con los dedos por si se había despeinado con la breve carrera. Se aclaró la garganta y finalmente tocó la puerta. Medio segundo después se arrepintió y sintió que su mundo se había venido abajo al recapacitar en que no había llevado protección para Sasuke–kun. ¡No iba a tener relaciones sin protección! Era muy joven para quedar embarazada. Tal vez en unos años más…

No. No había que alarmarse, a lo mejor Sasuke tenía y se estaba preocupando por nada.

¿¡Pero y si no tenía! Después de todo nunca había visto a Uchiha con otra mujer con intenciones amorosas.

Tal vez la mejor opción era salir corriendo y regresar por la tarde con lo que se le había olvidado. Sí, eso haría.

Apenas avanzó un paso cuando la puerta se deslizó y se abrió.

―Sakura.

Aquella voz firme y varonil la estremeció, y un tonto rubor se formó en sus mejillas. Giró para verle con una sonrisa en los labios.

―Sasuke–kun ―lo nombró a modo de saludo.

Se había quedado sin palabras, recorriendo con la mirada al chico frente a ella. Casi exhala un suspiro al ver a Sasuke alzar un brazo a la altura de su cabeza y apoyarlo en el marco de la puerta sin dejar de mirarla con sus penetrantes ojos negros. Y ahora que se fijaba mejor, Sasuke–kun se veía especialmente atractivo ese día. No había rastros de ojeras, sus ojos parecían incluso tener un leve brillo hipnotizante y su expresión era la que mostraba usualmente, aquella relajada y atrayente. Hasta las puntas de la parte de atrás de su cabello otra vez miraban hacia arriba. No lo entendía, pero era como si alrededor de Sasuke–kun hubiese un aura especial, incluso juraría ver pequeñas estrellitas centelleando alrededor de él, haciéndolo ver ante sus ojos como una deidad inalcanzable.

―¿…Sakura?

Aquello la hizo reaccionar y esbozó una ligera sonrisa nerviosa y avergonzada.

―Te ves muy bien hoy, Sasuke–kun.

El pelinegro no contestó en un primer momento, pero no pasó desapercibido que era la segunda persona que le decía esa mañana que tenía mejor aspecto. Primero Naruto y ahora ella. Se encogió ligeramente de hombros en un movimiento apenas perceptible.

―Me siento mejor.

―Oh… ¿en serio? ―su sonrisa titubeó un momento. ―Bueno, en realidad yo… me había tomado la libertad de comprarte unas infusiones que te ayudarían con tu estrés, Sasuke–kun.

Los ojos negros se entrecerraron levemente y estudiaron a la chica frente a él. Sakura vestía como siempre, pero a la vez la veía algo diferente, y a su nariz llegaba de forma sutil un suave aroma a perfume. Su mirada recayó en la bolsa que sujetaba contra su pecho. Una bolsa idéntica a la que Naruto tenía ayer.

Dejó escapar un breve suspiro, sin saber bien cómo abordar ese tema de conversación. Alzó la mano libre y se echó un poco el flequillo hacia atrás, pero éste volvió al instante a su posición inicial. Escuchó un notorio suspiro enamorado brotar de los labios de la chica que le llamó la atención. Carraspeó levemente para obtener la atención de la kunoichi, cosa que logró.

―Sakura… no es necesario ―atinó a decir, con voz tranquila.

―Aunque te sientas mejor, deberías beberlas ―aconsejó. ―Eliminarán tu estrés completamente.

―No es necesario ―reiteró. ―Ya las he bebido.

―¿Eh?

―Ayer chocaste con Naruto. Tú te llevaste su bolsa, y él la tuya ―explicó lo más breve posible.

―¿Qué? ―totalmente incrédula observó el interior de la bolsa, notando que el contenido no era lo que ella había comprado el día anterior. Algo alarmada cerró la bolsa. ¡Sasuke–kun tenía razón! ―¿Cómo sabías qué…?

A la velocidad de la luz Sakura empezó a atar cabos en su cabeza. Ella chocó con Naruto, las bolsas se cayeron; cada uno tomó la bolsa del otro. Naruto había dicho ayer que iría a ver a Sasuke para ayudarle a eliminar su estrés, porque como era su mejor amigo no podía dejar que el estrés lo consumiera. Sasuke le acababa de decir que se había bebido aquellas infusiones.

¿¡Sasuke–kun habría bebido aquellas infusiones con Naruto presente!

Se quedó petrificada en su lugar y sintió por unos segundos falta de aire al ver un llamativo chupetón en la parte baja del lado derecho del cuello de Sasuke. Sin saber qué hacer y totalmente estupefacta, bajó la mirada, encontrando dos pares de sandalias en el rellano de la entrada. Uno era de Sasuke–kun, sin duda, y estaban perfectamente colocados. El otro par estaba mal colocado, con una sandalia alejada de la otra.

―Naruto… ¿Naruto está aquí?

―Así es.

―Él… La infusión… ―balbuceó.

―El dobe y yo nos las bebimos todas.

Sakura casi deja caer la bolsa al suelo con semejante noticia. ¡Entonces sin duda alguna ese chupetón se lo había hecho Naruto! Se sintió sudar frío, queriendo decir mil cosas a la vez pero sin saber por dónde empezar. ¿¡Sus amigos habían tenido relaciones!

¡No! ¡No podía ser!

¡Sasuke–kun y Naruto seguramente se sentirían miserables en ese momento por haber tenido relaciones con su mejor amigo! ¡Con su mejor amigo hombre!

―¡Sasuke–kun, yo… lo siento mucho! ―exclamó, inclinándose levemente para enfatizar su disculpa. ―Por mi culpa…

―¿Las infusiones contenían sustancias excitantes? ―preguntó directamente, interrumpiéndola.

La chica casi siente deseos de llorar por la frustración. Por su culpa Sasuke–kun había sucumbido ante el afrodisíaco. Y no sólo él, al parecer Naruto también. ¡Seguramente les había causado un trauma a sus amigos!

Nada más ver la expresión de Sakura, Sasuke tuvo su respuesta afirmativa. Cerró los ojos y dejó escapar un breve suspiro una vez más, sintiéndose internamente decepcionado de su amiga.

―N–no todas las infusiones. Pero la mayoría… ―habló con voz entrecortada. ―Yo sólo… ¡Sasuke–kun, yo sólo quería que tú me vieras como muj…!

―¡Sakura–chan!

La alegre exclamación de Naruto les tomó por sorpresa. Ella estudió al rubio con la mirada, percibiendo al instante que prácticamente brillaba de felicidad y que vestía ropa de Sasuke. Además no llevaba el protector. Le llamó la atención el hecho de que Naruto se viera tan contento. Bueno, eso era normal en su rubio amigo, pero ahora se veía algo diferente.

Sasuke y Naruto no se veían muy traumatizados que digamos. ¿No deberían de estar como mínimo serios o preocupados?

Y lo que ella veía era todo lo contrario.

El rubio irradiando felicidad por cada poro de su piel, y Sasuke con aquella aura indescriptible. Es más, ambos parecían contentos, cada uno a su manera por supuesto.

Tal vez se estaba preocupando de más y a lo mejor entre Sasuke y Naruto no había pasado nada más que aquel chupetón. Sí, eso era. No podía ser de otra manera. ¿Cómo iban Sasuke–kun y Naruto a…? No, imposible. Ni con todo el afrodisíaco del mundo.

Naruto saltó las dos escaleras que daban al pasillo de la casa y quedó en el rellano donde descansaban las sandalias.

―Sakura–chan´ttebayo, mira bien al teme ―señaló al mencionado a su lado con el dedo pulgar, sin borrar su sonrisa. ―¿No lo ves diferente?

―Am… lo cierto es que sí.

―¡Claro! ¡Su estrés se ha evaporado y ahora es el Sasuke de siempre! ―con toda la confianza del mundo alzó un brazo y rodeó a Uchiha por los hombros en un abrazo. ―¡Eres genial, Sakura–chan! Todo fue gracias a las infusiones que compraste dattebayo. Ayer, cuando chocaste conmigo, sin querer cambié las bolsas, y no me pude resistir a darle las infusiones a Sasuke para quitarle su cara de amargado.

La chica no supo si decir algo, o tan sólo esbozar una sonrisa. No quería decir algo inapropiado.

El pelinegro tomó a Naruto del brazo, instándole a que le soltara del abrazo.

―¿A quién llamas amargado, idiota?

Uzumaki notó que Sasuke no había podido fingir adecuadamente un tono de voz enfadado como usualmente hacía. Posó ambos dedos índices en las blancas mejillas de su amigo y empujó levemente, queriendo que tensara los labios en un intento de sonrisa.

―Mírate, Sasuke teme, estás tan feliz que ni siquiera puedes fingir que estás enojado conmigo. ¡Vamos, sonríe!

Sasuke apartó aquellas manos con un contundente manotazo, intentando en vano reprimir un ligero calorcito en las mejillas al ver que hasta para el tonto de Naruto era evidente que estaba feliz.

―¡No me toques con esas confianzas!

Naruto frunció los labios y el ceño en un mohín infantil de disgusto. Abrió la boca dispuesto a iniciar una de las discusiones tan comunes y carentes de sentido que solía tener con Sasuke, pero la voz de Sakura le interrumpió.

―Naruto. Siento mucho lo de la infusión ―se disculpó, inclinándose levemente una vez más.

―¿Ah? ―arqueó una de sus rubias cejas. ―¿Qué estás diciendo, Sakura–chan?

―¿No es obvio, dobe? ―interrumpió Sasuke con tono evidente y serio. ―Se está disculpando por haber chocado ayer contigo y quedarse con tu infusión.

Sakura parpadeó sorprendida por eso, pero algo le decía que lo mejor era seguirle la corriente a Uchiha y no llevarle la contraria. Le extendió la bolsa en sus manos al rubio, el cual la tomó con una expresión totalmente confundida.

―Sí, así es, Naruto ―asintió ella.

―Oh… Pero no hacía falta que te disculparas, Sakura–chan. Después de todo fui yo quien recogió las bolsas del suelo y las repartí sin estar seguro de cuál era la mía´ttebayo ―con la mano libre se rascó la cabeza, reconociendo su torpeza del día anterior.

Ella tan sólo le correspondió con una sonrisa desganada. Había algo en el ambiente. Algo entre Sasuke y Naruto que se negaba a querer apreciar detenidamente. Y también estaba el hecho de que su rubio amigo vistiera ropa de Sasuke–kun, pero también prefería ignorar eso. Era mejor huir.

―Bueno, yo ya me voy.

―¿Qué? ¿Tan pronto? ―contestó Uzumaki. ―Mejor pasa ―la invitó con total confianza. ―El teme ingrato seguro que ni te ha invitado a entrar.

―Cállate ―respondió el pelinegro.

―N–no. Está bien, Naruto.

El rubio de repente dejó escapar una exclamación que sobresaltó a los otros dos.

―¡Acabo de recordar que dejé agua para el té calentándose en el fuego! ¡Ahora vuelvo´ttebayo! ―gritó mientras se iba corriendo por el pasillo.

Sasuke se dedicó a observar a la chica en cuanto Naruto se fue. Se cruzó de brazos y apoyó un hombro en la pared más cercana.

―Naruto no sospecha nada, Sakura. Y creo que es mejor que siga así.

―¿Por qué? Naruto también debería saberlo.

―…pienso que es mejor que siga viéndote como alguien genial.

Obviamente aquello no era cierto. Si no quería que Naruto lo supiera, era para que no se enterara de que la primera vez de ambos fue obra exclusiva de un afrodisíaco. Sabía que anteriormente había decidido que si sus sospechas se confirmaban, se lo diría a Naruto, pero ahora había cambiado de opinión. No se imaginaba la cara que pondría el rubio al saberlo, y seguramente le crearía una sensación amarga y le haría pensar que todo lo del día anterior sólo había sido un desfogue. Incluso tal vez… Naruto se alejaría de él después.

Por eso todo quedaría en un secreto entre Sakura y él.

Sakura sólo asintió y se dio la vuelta para marcharse, sintiendo un nudo en la garganta. Por culpa de su desesperación por pertenecerle a Sasuke–kun, había terminado involucrando también a Naruto. Lo bueno es que parecía no haberles creado un trauma, ni nada parecido. De hecho, insistía en que se veían felices. Agradeció inmensamente el hecho de que Sasuke no le reprochara nada. Por un momento esperó hasta un insulto.

―Sakura...

La mencionada se detuvo en seco al escuchar el tono de voz serio en que el pelinegro la llamó. Tal vez ahora sí la iba a insultar, o peor, tal vez hasta la golpearía. Porque sabía que se lo merecía.

―Gracias.

Haruno abrió un poco más los ojos, totalmente sorprendida. Y al instante se transportó a aquella noche en la que Sasuke decidió abandonar la aldea y lo último que le dijo fue aquel "Gracias" antes de golpearla en la nuca y dejarla inconsciente. Pero en esta ocasión no hubo ningún golpe después del agradecimiento. Consternada volteó, encontrando a Uchiha todavía en la misma posición, recargando el hombro en la pared y de brazos cruzados, dedicándole una mirada afable.

¿Pero por qué le agradecía Sasuke–kun? ¿Por haberle dicho la verdad sobre las infusiones? No, eso era ridículo porque Sasuke se había dado cuenta de eso él solo. Más bien era como si le estuviese agradeciendo el haber comprado aquellas infusiones con sustancias excitantes; pero no lo entendía porque al parecer por culpa de eso había ocurrido algo entre Naruto y él.

Algo que hoy los tenía realmente felices a los dos.

Algo que había hecho que el orgulloso Uchiha Sasuke le diera las gracias.

En ese momento comprendió perfectamente porqué Sasuke le daba las gracias, y una vocecita en su cabeza le susurró que ni siquiera con el afrodisíaco hubiese podido lograr que él la tuviera en cuenta como algo más que una amiga.

Sin decir nada, volvió a darse la vuelta y caminó de regreso a casa.

Sasuke miró a su espalda al escuchar los pasos de Naruto acercándose corriendo.

―¡Sakura–chan´ttebayo, he preparado té para ti también…! ¿Sakura–chan? ―la buscó con la mirada.

―Se ha ido ―respondió cerrando la puerta.

―¿Ah? No se ha despedido de mí…

―¿Has comido algo? ―cuestionó con intención de cambiar de tema antes de que Uzumaki agregara algo más.

―No. ¡No tienes ramen! ¿¡Cómo puedes no tener ramen!

―No comprándolo ―fue su escueta respuesta, subiendo los dos escalones de madera que le separaban del rubio.

―Yo quería ramen dattebayo ―murmuró repentinamente decaído.

Uchiha cerró los ojos un momento y después se sentó en las escaleras de la entrada, empezando a ponerse el calzado en silencio.

―¿Adónde vas, Sasuke? ―preguntó curioso.

―Vamos a Ichiraku ―fue todo lo que dijo.

En un segundo, Naruto estaba con las sandalias puestas y con una sonrisa entusiasta en los labios, olvidando por completo los vasos llenos de té y la bolsa con las infusiones que había dejado en la cocina.

Aprovechando que estaba cabizbajo y que Naruto no podía verle el rostro en ese momento, Sasuke se permitió esbozar una muy ligera sonrisa.

―Oi, Sasuke ―no recibió respuesta, pero aun así continuó hablando. ―He notado algo extraña a Sakura–chan.

Uchiha se detuvo cuando estaba por colocarse la última sandalia y alzó la cabeza para observar al rubio. Naruto estaba con las manos detrás de la cabeza, en una pose totalmente despreocupada, pero su rostro de ceño ligeramente fruncido y ojos cerrados indicaba todo lo contrario.

―¿Extraña? ―reiteró con voz tranquila.

―Sí´ttebayo. Se disculpó por haber chocado ayer conmigo. Pero lo que me pareció realmente extraño fue que a pesar de que por mi culpa nos llevamos las infusiones equivocadas, no me golpeó gritándome "¡Naruto, idiota!" o algo parecido.

Sasuke fingió perder total interés en la conversación y terminó de ponerse la última sandalia en silencio.

―Además, juraría que estaba deprimida´ttebayo.

―Tsk… ―frunció ligeramente el ceño. ―Que buen momento para ser tan observador, dobe ―masculló para sí mismo, sarcástico.

―¿Has dicho algo?

―Estoy listo ―habló poniéndose de pie. ―Vamos de una vez.

Naruto salió antes que el pelinegro y volteó a verle, apenas parpadeando, mientras éste cerraba la puerta. De repente se preguntaba si debería decirle a Sasuke sobre sus sentimientos. Y aunque él era bastante conversador, hablar sobre sus sentimientos le parecía algo bochornoso.

Además, ¿cómo sería la forma correcta de decirlo?

Tal vez… "Sasuke, me gustas desde hace tiempo" No. A lo mejor un simple "Te quiero" sería mejor. Breve y conciso. Los dos eran hombres, así que no tenía porqué crear un ambiente romántico ni nada por el estilo. Y además, Sasuke no era nada romántico, y él menos todavía. Pero estaba perfecto así.

Fuera como fuera, debía decir algo antes de que ambos se convirtieran en simples amigos con derecho a roce. O peor aun, que lo ocurrido el día anterior quedara en el pasado y ambos actuaran como si nada.

Un suave roce de los labios de Sasuke contra los suyos le hizo reaccionar.

―Dobe, despierta.

―¿A–ah?

―Te habías quedado mirando a la nada.

―¡Ah! Mn… estaba pensando que…

―Hoy estás pensando demasiado ―comentó levemente molesto, pasando por su cabeza que nuevamente Naruto iba a comentar algo sobre lo extraña que estaba Sakura, o que lo del día anterior ocurrió muy rápido. Esbozó una apenas perceptible sonrisita burlona. ―Parece que el sexo te activó un par de neuronas.

Las mejillas de Naruto se enrojecieron levemente al escuchar eso último.

―¡Tú, bastardo! ¡Yo siempre pienso´ttebayo!

―Aja. Bien, sorpréndeme. ¿Qué pensabas?

Uzumaki abrió la boca dispuesto a soltar de sopetón ese "Te quiero", pero ni un sonido escapó de sus labios. Avergonzado apartó la mirada y se metió las manos en los bolsillos del pantalón, empezando a caminar.

―Sólo pensaba que como tú invitas, comeré hasta reventar y tendrás que llevarme en brazos hasta mi casa´ttebayo.

Uchiha suspiró al tiempo que caminaba para alcanzar al otro y estar a su lado.

―¿Por qué no me sorprende? Tú y tu ramen. Y yo que por una vez esperaba que dijeras algo realmente inteligente.

―¡Jum! ―bufó de forma sonora, apartando el rostro a un lado.

Sasuke alzó una mano, rascándose ligeramente la cabeza con repentina expresión pensativa. Observó de forma fugaz al rubio caminando a su lado. Tal vez después de lo ocurrido ayer debería decirle algo a Naruto. Como por ejemplo "Lo de ayer no fue sólo sexo", o quizá sería más apropiado dejarle las cosas claras y decirle un directo "Eres mío". Sólo para prevenir, por si acaso ese dobe había pensado en mantener una relación con otra persona.

―Más tarde deberías volver a mi casa ―sonó más como una orden que como una sugerencia.

―¿Por qué?

―Para recoger tu ropa y tu protector. Todavía se están secando.

―Ah, cierto dattebayo ―sonrió, recapacitando en que vestía ropa de Sasuke, aunque no tenía el símbolo del clan por ningún lado. ―Um… Sasuke.

―Dime.

―Esta tarde iré a tu casa… y te diré una cosa.

―Bien. Yo también quiero decirte algo.

Ambos se dedicaron una breve mirada, curiosos y pensando que a lo mejor el otro quería decirle que era correspondido. Llevaron la mirada al frente a la misma vez, meditando que tal vez esa noche habría una tercera ronda de sexo y podrían amanecer durmiendo juntos a la mañana siguiente.

Naruto cerró los ojos y sonrió ampliamente, mientras que Sasuke formó una expresión tranquila, casi dibujando una sonrisa en la comisura de los labios.

Sí, ese era un buen plan para esa noche.

FIN.

¡Hola a todos! ^^ ¡Woah, mi primer fanfic finalizado del fandom de Naruto! ¡Estoy contenta! xD ¡Muchas gracias por los reviews, favoritos y alertas!

¡No pude actualizar en el día de "SasukexNaruto"! T.T

Bueno, hasta aquí ha llegado el fanfic. En un principio había lime en este capítulo, pero tanta escena erótica seguida me pareció muy cargante. Esta historia más bien fue un reto que me propuse a mí misma hace tiempo. No es mi estilo escribir mucho lemon, así que quise crear algo opuesto a lo que hago normalmente, y también me puse por meta escribir un fic que no finalizara con el tedioso "Te quiero", "Te amo", "Me gustas" o cualquier cosa así.

Espero que el fanfic haya sido de vuestro agrado. Aunque más bien parecía un lemonfic en vez de un fanfic ―w―U

Bien, chicas (no sé si habrá algún chico). ¡Recordad!:

"El lemon es el complemento de la trama, no la trama del complemento"

No comentéis y mostréis interés solamente en aquellos fics con lemon, juro que hay muchísimos fics sin lemon que son maravillosos y dejan un buen sabor de boca ^^

¡Se agradecerán reviews! ¡Y espero que sintáis deseos de continuar leyéndome en otros fanfics! ^^