Advertencias: Shonen ai (relaciones sentimentales entre hombres) semi AU (¿Existe éste género? Es que por el simple hecho de que Sasuke esté en Konoha tan campante, le da un toque de AU xD) y lemon.
Disclaimer: Naruto y cía. pertenecen a Masashi Kishimoto. Yo sólo tomo sus personajes para crear este fanfic, sin ánimo de lucro.
LOS BENEFICIOS DEL SEXO:
Takaita Hiwatari
Capítulo 1: "Afrodisíaco":
Bien es sabido que practicar sexo a diario tiene muchas virtudes y es bueno para la salud:
Aumenta la esperanza de vida, previene la depresión, disminuye los problemas cardíacos, y la aparición de algún tipo de cáncer.
Te proporciona brillo en el cutis y el cabello.
Además, físicamente nos ayuda a mantener un mejor estado de salud, ya que la actividad sexual es una manera de ejercitar el cuerpo y de activar nuestro sistema cardiovascular.
Un adulto que goza de placer y de la sexualidad tiene mayor energía y actitud positiva ante la vida; proyecta, planea, actúa seguro y determinado en lo que quiere y esto es lo que le permite "rejuvenecer", deja de lado las ideas depresivas, la actitud pesimista y la soledad.
El placer libera endorfinas que son las responsables del estado de relajación que favorecen el sueño. Para los hombres que sufren insomnio, o para las personas con angustia y estrés, hacer el amor no deja de ser un buen método para atajarlos.
Esas eran, entre otras tantas cosas, las ventajas del "deporte de cama".
Y ella ya quería formar parte de la población con una vida sexual activa. Por eso, se había informado y había tomado medidas. Sabía que el chico con el que ella deseaba dar ese paso, no la aceptaría, así que había pensado en darle un "empujoncito" al chico de sus sueños: un afrodisíaco.
¡Oh, sí! Seguro que así Sasuke daría ese paso tan importante para ella, con ella. Y una vez que se hicieran uno, Sasuke ya no podría olvidarse de ella y volvería a buscarla sin necesidad de ningún afrodisíaco.
Una sonrisa avergonzada se dibujó en los labios de Sakura al pensar que su sueño por fin se haría realidad: Sasuke y ella, juntos.
Sabía que no sería lo más romántico del mundo, pero de alguna forma tenía que empezar todo aquello, y ya que Uchiha no daba indicios de querer un acercamiento, lo empezaría ella.
Aunque últimamente había notado a Sasuke estresado, cansado y bastante irritable. Sin bien Sasuke nunca había sido un chico agraciado con el don de la palabra, ahora ni siquiera gruñía. Tan sólo dedicaba miradas fulminantes a todo el mundo que osara acercarse demasiado. Esa actitud se había ganado un buen regaño de la quinta para él, pues la últimas misiones de Sasuke habían tenido algún que otro percance, aunque habían salido bien finalmente.
A veces veía al pelinegro caminar por pura inercia, con movimientos mecánicos, medio arrastrando los pies y totalmente desganado.
Por eso había salido esa tarde a comprar unas infusiones, entre ellas de Ginseng.
El Ginseng es una planta medicinal muy buena para el cansancio, capaz de devolver la energía perdida. También ayuda a reducir el insomnio y el estrés. Fortalece las defensas y previene la aparición de enfermedades. Además, es capaz de estimular la capacidad sexual, mejora la erección y aumenta el deseo sexual de las personas.
Sí, el Ginseng también era un afrodisíaco.
Aunque no había comprado demasiado. Solamente quería ayudar un poco a Sasuke para que se pusiera "alegre" con facilidad, no quería que se volviera un animal salvaje totalmente excitado y ansioso por desfogarse.
Observó satisfecha la pequeña bolsa de papel que llevaba entre los brazos. Sí, sin duda ayudaría a Sasuke-kun, y no sólo con su carácter más irritable de lo normal, también haría desaparecer su estrés.
―Me siento un poco avergonzada ―se susurró, sintiendo las mejillas algo calientes. ―Pero no me echaré atrás.
Tan distraída iba con sus pensamientos sobre su futuro feliz y su vida sexual activa con Sasuke, que no vio a Naruto que venía caminando de frente.
Uzumaki se detuvo a unos pasos de su amiga que se acercaba abrazando una pequeña bolsa de papel contra su pecho. Una bolsa idéntica a la que él llevaba también.
―¡Sakura-chan! ―la saludó con una sonrisa.
Pero ella no le escuchó, y no se detuvo hasta que chocó con el rubio. Naruto soltó lo que llevaba en la mano para sujetar a su amiga antes de que cayera al suelo, tomándola por los hombros.
―Sakura-chan… ¿Estás bien'ttebayo?
La chica parpadeó confusa, hasta que reconoció ese repetitivo "ttebayo" que sólo una persona pronunciaba sin descanso. Alzó la vista, atisbando un par de ojos azules que le observaban fijamente.
―Sí, estoy bien, Naruto. Gracias.
Se soltó del agarre, preguntándose en qué momento había llegado Naruto. No recordaba haberlo visto llegar. Alzó levemente las manos, descubriendo que no sostenía la bolsa.
―Toma´ttebayo, Sakura-chan. Se te ha caído esto.
Naruto se agachó y recogió un par de bolsas de papel del suelo, dándole una a su amiga y él quedándose con la otra.
―Nuestras bolsas son iguales ―volvió a hablar él. ―¿Qué has comprado?
La kunoichi sintió su rostro arder de repente, y comenzó a reír de forma estruendosa y frenética, causándole un leve escalofrío al rubio.
―Ya sabes, Naruto… Co-cosas para… ¡Medicinas!
―Oh, ya veo.
―¿Y tú que has comprado? ―preguntó, impaciente por cambiar de tema.
―Unas infusiones para el dolor de estómago. No sé porqué a veces después de comer ramen me duele. Sai dijo que sería buena idea comprarlas.
La chica suspiró al pensar que seguro el ramen que le provocaba dolor de estómago al rubio estaba más que caducado.
―¿Y adónde vas, Sakura-chan?
―¿Yo? ―preguntó tontamente. –Pues… iba a visitar a Sasuke-kun ―habló algo nerviosa. –Bu-bueno, es que… he comprado unas infusiones que serían de utilidad para ayudarle con su estrés ―confesó a medias.
El rubio ladeó la cabeza levemente con una expresión claramente confundida al notar el nerviosismo de ella. Se llevó las manos detrás de la cabeza.
―No sé si eso sea buena idea´ttebayo, Sasuke últimamente tiene un humor que da miedo. La obaa-chan dice que probablemente esté estresado.
―Por eso mismo le haré una visita, le ayudaré en lo que pueda.
Tras escuchar las palabras de su amiga, quedó algo pensativo para después sonreír ampliamente y hablar totalmente animado.
―¡Claro! Yo también le haré una visita al teme. ¡Soy su mejor amigo, no puedo dejar que el estrés lo consuma!
―¿E-eh…? ¿Vas a ir ahora? ―preguntó decepcionada. Si Naruto iba a ir, les interrumpiría y su plan se iría por el desagüe. ―¡No puedes ir!
―¿Ah? ―una de las rubias cejas se arqueó en una clara señal de confusión y sorpresa. ―¿Por qué no?
―Porque… no creo que a Sasuke-kun le agrade ver a mucha gente a su alrededor ―se excusó con torpeza.
―Pero nosotros no somos "mucha gente" dattebayo. Somos sus amigos.
Ella suspiró derrotada. Lo mejor sería posponer su plan para el día siguiente para evitarse el mal trago de ser interrumpida. Tan sólo esbozó una sonrisa desganada y se despidió de Naruto, abrazando nuevamente la bolsa de papel contra su pecho mientras se alejaba.
.:LOS BENEFICIOS DEL SEXO SasukexNaruto LOS BENEFICIOS DEL SEXO:.
Sasuke estaba recostado boca arriba en el suelo de la sala de su casa, mirando fijamente el techo. Llevaba ropa cómoda; un pantalón grisáceo que le llegaba hasta las rodillas y una camiseta negra de tirantes gruesos. Desde hacía rato estaba intentando conciliar el sueño en un vano intento de dormir la siesta, pero sus ojos estaban totalmente despiertos a pesar de que su cuerpo y mente se sintieran agotados.
Hacía días que no dormía bien, el sueño se le interrumpía varias veces y estaba totalmente frustrado. A pesar de terminar agotado por las misiones, no podía dormir una noche completa. Incluso había pasado por su cabeza la "brillante idea" de darse cabezazos contra la pared hasta caer inconsciente.
Tal vez un descanso le vendría bien, o visitar unas aguas termales.
―¡Oe! ¡Sasuke!
El inesperado grito le sacó un apenas perceptible respingo. Reconoció la voz de Naruto al instante, pero se sentía demasiado desganado como para ir a abrir la puerta.
―¡Sasuke teme, sé que estás ahí! ¡Abre la puerta´ttebayo!
Una de las comisuras de sus labios se alzó levemente al escuchar el demandante y a la vez disgustado tono de voz del rubio. Pero ya que los gritos continuaban, se decidió ir a abrir, deslizando la puerta de entrada a la casa de mala gana.
―¿Qué quieres?
Naruto detuvo sus gritos al instante al ver el rostro serio y levemente ojeroso de Sasuke, incluso juraría que las puntas de su negro cabello que siempre miraban hacia arriba, ahora se mostraban decaídas y levemente inclinadas hacia abajo.
―¡Woah! Tu cara da miedo ahora, Sasuke.
Y tuvo que atravesar un pie en la puerta cuando Uchiha la deslizaba para cerrarla nuevamente, frunciendo levemente el ceño al sentir dolor en el pie oprimido.
―¡Espera´ttebayo, teme!
―¡Largo! ―ordenó.
―¡No pienso irme! ―le discutió con firmeza. ―¡Te ayudaré a eliminar tu estrés!
Sasuke casi, casi, quiso carcajearse al escuchar eso. Lo que Naruto haría sería terminar de desquiciarle y provocar que su cabeza estallara.
―¡Déjame entrar! ―casi gritó, forcejeando por abrirla.
Uchiha no tenía ganas de seguir con ese juego infantil, así que soltó la puerta de golpe, provocando que ésta se abriera deslizándose con fuerza y que el rubio cayera de boca al suelo. Observó con diversión cómo Naruto se quejaba todavía desparramado en el suelo.
―¡Teme! ―gritó alzándose hasta quedar sentado. ―¡Maldito, lo has hecho a propósito´ttebayo!
Los ojos negros captaron una bolsa de papel en el suelo. Se agachó y la recogió, revisando su contenido en silencio y sin pedir permiso.
―¿Infusiones?
Uzumaki se incorporó y tomó la bolsa de las manos de su amigo, revisando por inercia también su interior como si nunca hubiese visto lo que contenía.
―Son sólo… ¡Un momento´ttebayo! ¡Esta bolsa no es mía!
―¿Qué estás diciendo?
―Esta es la bolsa de Sakura-chan ―explicó con brevedad, y después volvió a revisar el interior de la bolsa, haciendo memoria. ―Seguro que cuando chocó conmigo… Sí, ahí fue.
Sasuke vio una oportunidad para que su indeseado invitado se marchara y le dejara tranquilo.
―Deberías ir ahora y devolvérsela, dobe.
Pero Naruto no le escuchó; observaba repetidas veces la bolsa en su mano y después el rostro inexpresivo de su amigo. Sakura le había dicho que había comprado unas infusiones que serían de utilidad para el estrés de Sasuke, y él tenía esas infusiones en su mano.
¡Podía ayudar, al menos un poco, a Sasuke!
―¿Qué? ―preguntó el pelinegro al sentirse observado.
―¡Tengo la solución perfecta para ti dattebayo!
Uchiha observó con el ceño levemente fruncido como Naruto se descalzaba, le pasaba de largo, y caminaba a sus anchas por el lugar como su fuese su hogar.
Suspirando con resignación mientras cerraba la puerta, se encaminó a la sala con desgano y se sentó donde antes estuvo recostado.
Después de esperar minutos que le parecieron eternos, vio al rubio ingresar en la sala con un vaso entre las manos que tenía dibujado el símbolo del clan Uchiha.
―Aquí está´ttebayo, Sasuke ―se acercó al mencionado que se hallaba sentado en el suelo y le ofreció el vaso con una sonrisa amistosa. ―Esta infusión hará volar tu estrés.
Sasuke cerró los ojos un par de segundos, dejando escapar un corto suspiro totalmente desganado. Finalmente abrió los ojos de nuevo y tomó el vaso.
―¿Infusión de qué?
―No lo sé, pero Sakura-chan dijo que te ayudaría. Ella lo compró.
Esperó pacientemente a que su amigo se dignara a empezar a beber la infusión, pero éste tan sólo la observaba con una expresión dudosa, como si su contenido fuera veneno. Parpadeó confundido al ver cómo el vaso le era devuelto, y por pura inercia lo sujetó.
―¿Qué pasa?
―Bébetelo tú primero.
―¿Ah? ¿Por qué? Hay infusión de sobra, quedan como tres vasos más ―comentó inocente, sin entender al pelinegro.
―No lo hacía con intención de compartir la infusión, idiota ―contestó serio. –Sólo quiero comprobar que no sea algo mortal.
El cerebro de Naruto tardó unos segundos en procesar lo que Sasuke había querido decir. Primero le miró fijamente, después parpadeó repetidas veces, hasta que gradualmente su ceño se iba frunciendo y sus dientes empezaban a rechinar de la presión al apretarlos.
―¡Sasuke teme! ¡Me quieres utilizar como tu conejillo de indias!
―Algo así ―respondió con un gesto despreocupado.
―¡Maldito bastardo! ―le señaló de forma acusadora. ―Sakura-chan nunca haría algo que te dañara´ttebayo.
―Entonces no tendrás problema en beberla, dobe.
Naruto apretó el vaso en su mano, fulminando al otro con la mirada. Sin pensarlo más, alzó el vaso y se bebió el contenido con cierta prisa, provocando que parte del líquido se le deslizara por una de las comisuras de los labios hasta llegar a la barbilla. Cuando se apartó el vaso, dejó escapar un largo jadeo por la falta aire y se pasó el dorso de la mano por los labios en un movimiento firme.
―¿Ves? Estoy vivo, idiota.
―Tal vez deberíamos esperar unos minutos para ver si ocurre algo ―comentó algo socarrón, esta vez con intención de molestar más a su rubio amigo. ―Tal vez te salga una erupción, o te vuelves más usuratonkachi de lo que ya eres.
Uzumaki se fue nuevamente a la cocina, murmurando mil maldiciones contra Sasuke y pisando con fuerza el suelo por el enojo.
―Ese idiota… ―murmuró Sasuke para sí mismo una vez se encontró solo. ―¿De verdad cree que una infusión me hará sentir mejor?
Alzó una mano y se masajeó una de las sienes con cierta pereza, le dolía la cabeza. Últimamente se sentía como Nara, todo el tiempo apático. Sólo le faltaba empezar a decir "Que problemático". Aunque también era cierto que la más mínima cosa le sacaba de quicio, y se agobiaba pronto. Pensaba que durmiendo se solucionaría todo eso, pero… ¡Oh! Resulta que tampoco podía dormir más de dos horas seguidas.
Y para rematar, estaban esas extrañas y molestas sensaciones que le invadían cada vez que tenía demasiado cerca a ese irritante rubio, dobe, gritón, cabeza hueca, torpe y usuratonkachi. No podía sacarse a ese tonto de la cabeza, y no entendía porqué.
Y eso le frustraba.
Había intentado de todas las formas posibles expulsar al dobe de su mente, pensando en otras cosas, o personas, pero cuando menos se lo esperaba volvía a visualizar en su cabeza esos ojos azules con su inseparable sonrisa feliz y despreocupada.
Resopló de forma sonora y cerró los ojos, intentando mantenerse sereno como siempre; y parecía que empezaba a funcionar…
―¡Sasuke!
…hasta que Naruto llegó dando ese estridente grito animado, como si hace un momento no hubiese salido de ahí farfullando malhumorado. Abrió los ojos, frunciendo levemente el ceño.
―¿Qué? ―cuestionó de mala gana.
El rubio se detuvo a su lado, ofreciéndole nuevamente un vaso con infusión que al final tomó. Sabía que el dobe no dejaría de insistir con eso, y lo mejor era hacerle caso de una vez antes de que le provocara un palpitante y más intenso dolor de cabeza.
―Beberemos juntos ―el rubio alzó otro vaso en su mano. ―¿Ves?
Sasuke contempló ambos vasos en silencio, notando que el suyo era más largo que el de Naruto, y por lo tanto tenía más de esa infusión.
―¿Por qué mi vaso es más grande?
―Había infusión para cuatro vasos, y yo ya he bebido uno. Esa es tu parte.
Uchiha chasqueó la lengua y finalmente probó el contenido de su vaso. Al menos, si esa dichosa infusión les provocaba la muerte, podría vengarse de Naruto en el "más allá" por ser tan dobe.
Vio cómo el otro tomaba asiento en el suelo frente a él, dando sorbos muy breves a la infusión y arrugando levemente la nariz después, como si el sabor le desagradara. ¿Cuánto tiempo iba a estar ese tonto ahí? Ya se estaba bebiendo esa dichosa infusión, ¿por qué no se iba y le dejaba solo?
―¿Cuándo me beba esto te irás? ―cuestionó sin rodeos.
―¿Por qué tanta prisa, teme? ¡Me estás echando!
―Quiero estar solo.
Ambos se observaron en completo silencio, con el ceño levemente fruncido, viendo cómo de vez en cuando el otro daba leves sorbos de infusión. Y sin saber en qué momento fue, aquello se convirtió en una especie de competición por terminar antes que el otro, y pronto ambos empezaron a beber con algo más de prisa y dando cada vez tragos más largos.
Sasuke se alejó de la boca el largo vaso vacío y se limpió los labios con el dorso del puño, ocultando una leve sonrisa triunfante al ver que Naruto en ese momento bebía los últimos tragos.
―Puedes ser bueno engullendo ramen, pero eres pésimo bebiendo una infusión.
―¡Cállate, bastardo! ―protestó. –¡No me gusta el sabor, por eso no he podido terminarlo tan rápido´ttebayo! ―tras ese grito, su mirada se tornó pensativa. –Tal vez será por mezclar todas las infusiones ―comentó más bien para sí mismo, pero fue escuchado.
―¿Qué?
―Es que… ―se frenó un par de segundos en su explicación para esbozar una leve sonrisa nerviosa mientras se rascaba la nuca. –como no estaba seguro de cuál de todas las infusiones era la que te aliviaría el estrés, las mezclé todas, por eso creo que tenía ese sabor ―al ver que los ojos negros se afilaban, agregó. ―¡Pero no te preocupes dattebayo! Sakura-chan dijo que había comprado todo eso para ti, así que no creo que sea algo malo.
―Hn ―gruñó resignado, de cualquier forma ya se lo había bebido.
El silencio reinó nuevamente. Sasuke esperando a que Naruto se largara de una vez; y Naruto escaneando a su amigo con la mirada, como si con eso pudiera averiguar porqué últimamente Sasuke estaba así, irritable al extremo, cuando siempre era tan calmado y tranquilo.
Pero por mucho que le observara, no sabía el porqué, así que lo mejor era preguntar.
―Sasuke… ¿hay algo que te moleste?
―Sí ―respondió sin rodeos. –Me molesta que sigas aquí. ¡Lárgate ya!
Uzumaki se cruzó de brazos, totalmente disgustado.
―¡Qué amargado! ¡A este paso el estrés te matará´ttebayo!
―Si no me mata el estrés, me matarás tú con infusiones de procedencia desconocida.
―¡Sólo quiero ayudar!
Iba a seguir protestando, pero se detuvo al ver a Sasuke alzar una mano y acariciarse la parte posterior del cuello con una expresión de ceño levemente fruncido, para después descender hasta acariciarse un hombro. Seguramente estaba tan tenso que hasta le dolía.
―¿Te duele?
―¿Tú qué crees, dobe? ―preguntó malhumorado, sin dejar de acariciarse el hombro.
Sin responder al insulto, se puso de pie y caminó con pasos seguros hasta situarse arrodillado detrás de Sasuke. Tomó la mano del pelinegro y la alejó del hombro.
―Déjame a mí´ttebayo ―habló posando las manos en los hombros del pelinegro y esbozando una sonrisa segura. ―¡Probarás el masaje de Uzumaki Naruto!
Sasuke abrió la boca para negarse y hasta amenazar de muerte al rubio si éste iniciaba con el mentado masaje, pero la queja murió en su garganta y entrecerró los ojos, complacido cuando los movimientos de las manos morenas sobre sus hombros iniciaron. ¿Quién diría que el dobe sabía dar un masaje decente?
―Estás… muy tenso, Sasuke.
―Cállate ―respondió al instante. Pero chasqueó la lengua al sentir que los movimientos sobre sus hombros se detenían. –He dicho que te calles, no que pares.
El rubio volvió a iniciar el masaje, esta vez murmurando algún que otro "teme" que era audible para Sasuke, pero que éste ignoraba.
―¿Me vas a decir qué te tiene tan irritado? Somos amigos dattebayo, te ayudaré en lo que sea.
Esperó con su poca paciencia a que Sasuke si dignara a hablar, pero el silencio fue su única respuesta. Dejó escapar un largo suspiro que removió levemente los negros cabellos de la nuca frente a él y le provocó un pequeño escalofrío al dueño de estos que él no notó por estar preguntándose qué demonios le ocurría a Sasuke.
Él era su amigo, su mejor amigo, y quería ayudarle fuera como fuera. Quería que Sasuke confiara en él. Aunque era consciente de que Uchiha nunca le había contado sus preocupaciones, temores y dudas; pero aun así, ahora que Sasuke y él habían retomado su amistad después de que éste regresara a la aldea, quería que todo fuera diferente en ese aspecto.
Pero también sabía que si presionaba a su amigo para que hablara, entonces éste se enfadaría y no hablaría ni golpeándole.
―Vamos, teme, será bueno hablarlo ―insistió con calma, no queriendo sonar muy desesperado para no alterar al otro. ―Tsunade no baa-chan me comentó que si tus próximas misiones las sigues realizando como la última vez, tendrá que ordenarte que te retires por un tiempo.
―Tsk…
―Kakashi sensei también está muy preocupado por ti´ttebayo. Y me preguntó si tenías algún problema amoroso.
―¿Qué? ―preguntó al instante, casi interrumpiendo a Uzumaki.
―Bueno… Kakashi sensei dijo que ese sería un buen motivo para que últimamente estés tan… así.
Sasuke entrecerró los ojos, observando fijamente el suelo, ya que no quería moverse para girar y atravesar los ojos azules con su mirada si eso significaba que el masaje terminaría.
―¿Así? ―reiteró con voz monótona.
―Apático, irritable, estresado…
El silencio reinó en la habitación.
Los ojos azules observaban medio hipnotizados la parte expuesta del blanco cuello, mientras sus manos no dejaban de masajear los anchos hombros.
Recordaba que Kakashi sensei le había dicho que ahora que Sasuke no estaba cegado por sus ansias de poder y venganza, era probable que acabara fijándose en alguien. Y que tal vez esa persona no le correspondía y de ahí el carácter irritable de Uchiha.
Pero no le cabía en la cabeza el hecho de que Sasuke hubiera podido ser rechazado por alguien. ¡Era imposible! Sasuke pertenecía al prestigioso clan Uchiha, era un genio, tenía talento y fuerza. Aunque de su carácter era mejor no hablar, y menos en ese momento. Aun así, Sasuke tenía muchas cualidades difíciles de ignorar.
¡Joder! ¡Si incluso a él le gustaba Sasuke!
Sobre cuándo se dio cuenta de que su mejor amigo le gustaba, no lo sabía con exactitud, y tampoco le era relevante saberlo. Simplemente Sasuke le gustaba, y ya. Pero a pesar de ser consciente de ello, su comportamiento con Uchiha había sido el mismo de siempre. No quería que nada cambiara entre ellos. Prefirió guardar sus sentimientos para sí mismo y dejar a la amistad por encima de ellos. Era obvio que no era, ni sería correspondido, por eso no quería destruir sus lazos con Sasuke por un imposible. Aunque no se sentía deprimido por ello, él era feliz estando a su lado, aun sólo como amigo o casi hermano.
―¿Es eso? ―volvió a cuestionar Naruto, curioso. Eso sería una gran ironía, Sasuke había estado durante años rechazando cualquier acercamiento con segundas intenciones de otras personas, y ahora él era el rechazado. ―¿Un problema amoroso?
Sasuke frunció levemente el ceño antes de contestar.
―¿Qué te hace pensar eso, dobe?
―¿Quién es? ¿Quién te gusta? ―se lanzó a preguntar sin pensarlo siquiera, presa de la curiosidad. ¿Qué tipo de persona le gustaría a su amigo?
La respuesta que recibió Naruto fue que Sasuke se removiera levemente, agitando uno de sus hombros con fuerza para deshacerse del contacto entre ambos y dando el masaje por finalizado.
―Ya fue suficiente por hoy. Vuelve a casa.
―¡No me voy a mover de aquí sin haberte ayudado!
―¡No tienes nada en lo que ayudar! ¡Lárgate!
―Tú… ¡teme!
Naruto se puso de pie y dejó escapar el aire por la nariz en un sonoro suspiro. Se desabrochó la chaqueta, dejándola completamente abierta al sentir algo de calor de repente. Caminó unos pasos hasta situarse frente al pelinegro que le observaba de vuelta, ceñudo.
―Si le quieres gustar a alguien, lo primero que tienes que hacer es quitar esa cara de teme que muestras todo el tiempo.
La negra mirada se afiló. ¡Maldito Kakashi! Por sus estúpidas suposiciones ahora tenía ahí al dobe molestando y agotando la mínima paciencia que le quedaba. Se puso de pie, intentando intimidar a Naruto para ver si así se marchaba de una vez, aunque sabía que era algo inútil, ese idiota parecía estar inmunizado a su mirada más fría.
―¡Yo te ayudaré´ttebayo!
Y ahí estaba, tal y como acaba de pensar, su mirada más heladora e intimidante no amedrentaba lo más mínimo al otro que sonreía como si nada.
―¡Uuf…! Sasuke, ¿no te parece que hace mucho calor aquí dentro? ―y como si se tratara de su propio hogar, caminó hasta la puerta corredera que daba al jardín interior de la casa y la abrió de par en par. Sonrió levemente. –Así está mejor.
Uchiha no dijo nada, pero interiormente agradeció que abriera la puerta porque él también estaba empezando a sentir calor de repente. Aquello le extrañó, ya que estaban a mediados de septiembre y la temperatura no era excesivamente alta como para que el calor también fuera insoportable dentro de casa. Además, hasta hace un instante estaba bien, pero de repente había sentido una oleada de calor nacerle desde adentro.
Naruto volvió a caminar hacia su amigo, esta vez retirándose la chaqueta en el camino y dejándola olvidada en el suelo sin nada de cuidado.
―Podría darte algunos consejos para…
La voz de Sasuke le interrumpió con un venenoso sarcasmo.
―¿El perdedor dando consejos?
Ni siquiera sentía ánimos de formar una sonrisa burlona, así que sus labios formaban una delgada línea recta. No se sintió satisfecho al ver el rostro enojado de Naruto, lo único que quería era que se fuera. Su ceño se frunció más al ver que la expresión enojada del rubio se transformaba en una sonrisa suficiente que le sacó más de quicio, aunque no lo demostró.
―Ya veo´ttebayo. ¿Todavía piensas eso de mí? ―sin borrar esa sonrisa de sus labios, tomó con un dedo el cuello de su camiseta de manga corta y tiró un poco en un intento de que entrara algo de aire. ―Siento decirte que nunca me he sentido inferior a ti. Ni una sola vez.
Por un segundo, Sasuke se había sentido algo atraído por la porción de piel morena que sus ojos alcanzaron a distinguir cuando Naruto tiró del cuello de su camiseta; pero al escuchar lo que dijo, frunció el ceño profundamente, apretando los dientes.
―Sólo eres un idiota con exceso de confianza.
Uchiha pensó que el otro haría un berrinche y se marcharía de una vez mientras le maldecía entre algún que otro "bastardo" y "teme", pero no, el dobe seguía ahí tan tranquilo.
―Y tú eres un frustrado no correspondido.
El pelinegro no quería caer en el juego infantil del otro y empezar a pelear como chiquillos idiotas. Pero eso no podía soportarlo, y además que su carácter extremadamente irritable no ayudaba. ¿¡Pero qué se creía ese idiota de Naruto para decirle algo como eso cuando él siempre había sido rechazado por Sakura!
Intentó no gritar al contestarle, y por suerte lo logró.
―El único no correspondido aquí, eres tú.
La sonrisa petulante de Naruto vaciló unos segundos, sintiéndose vagamente como si indirectamente Sasuke le estuviera diciendo que sus sentimientos por él no eran correspondidos. Y aunque eso era algo que él ya sabía, le causó una sensación desagradable.
―Ya lo sé dattebayo. Pero yo por lo menos no dejo que eso me amargue la vida como a cierto teme.
Con su paciencia al límite, Sasuke tomó del brazo a su amigo con firmeza y tiró de él para conducirlo a la puerta de entrada.
―Mis problemas son míos. Y dile al idiota de Kakashi que no soy un frustrado enamorado.
Cuando se disponía a abrir la puerta, sintió la mano libre de Naruto sujetarle de su mano también libre y mirarle desafiante. ¿Por qué ese dobe tenía siempre que complicar tanto las cosas? No podía simplemente dejarse echar, no, primero tenía que resistirse y agotar su limitada paciencia.
Le sostuvo la mirada, indicándole de forma silenciosa que no iba a ceder y lo echaría de allí aunque sea a patadas. Se sintió algo abrumado cuando un ligero calor se acumuló en sus mejillas. Aunque pronto dejó de prestarle atención a eso y volvió a fijarse en los ojos azules, en el brillo decidido que estos cobraban cada vez que Naruto tomaba la determinación de hacer algo. Esa mirada era atrayente.
Una nueva oleada de calor le sacó de su ensoñación. El agarre que Naruto mantenía en su brazo de repente le quemaba, pero a la vez era algo agradable. Notó en las morenas mejillas un apenas perceptible rubor que no habría visto de no estar tan cerca de él. Descendió un poco más hasta llegar a los labios, ni muy delgados, ni excesivamente carnosos.
―¿Sasuke? ―preguntó en voz baja, curioso al notar que su amigo no le quitaba la mirada de encima, pero no le miraba a los ojos.
Una especie de corriente eléctrica sacudió ligeramente al mencionado al escuchar su nombre. ¿Qué había sido eso? ¿Por qué…? ¿Por qué de repente se sentía atraído a los labios contrarios de forma irracional? Una cosa era pensar en él casi todo el tiempo, y otra muy diferente sentir esa necesidad de tocarlo. No, no sólo tocarlo; sino palpar, acariciar, apretar, besar, lamer y morder cada parte de su cuerpo.
Pero de repente se sintió turbado por sus pensamientos y deseos. ¡Naruto era su amigo! ¡Un chico! ¿Acaso el estrés le había desquiciado? Respetaba y apreciaba al dobe más que a cualquier otra persona, y aunque no quisiera admitirlo, muchas veces se preocupaba por él porque sabía de sobra lo impetuoso y torpe que a veces podía ser Uzumaki. ¡Pero de ahí a desear… "eso", era demasiado!
Por su parte, Naruto observaba curioso el semblante ausente de su amigo. Parecía meditar algo, con su seriedad de siempre, aunque le causaba algo de gracia el leve rubor notable en las pálidas mejillas. Vio a Sasuke apartar la mirada mientras fruncía el ceño y se mordía ligeramente el labio inferior. Eso le sacudió, deseando de forma fugaz ser él quien le mordiera. Agitó levemente la cabeza, tenía que centrarse y no pensar en eso. Era cierto que esa no era la primera vez que por su cabeza pasaban pensamientos de ese tipo, pero no entendía porqué ahora lo deseaba más que nunca, con mayor intensidad. Hasta la fecha había logrado controlar bien sus impulsos y no fastidiar su amistad, pero ahora… su cuerpo sentía la imperiosa necesidad de estar cerca, muy cerca del otro.
Inconscientemente, afirmó el agarre que mantenía en el brazo de Sasuke y acortó un poco la distancia entre sus cuerpos, logrando llamar la atención del otro y que los ojos negros se posaran en él. Pensó que Uchiha se alejaría al invadir su espacio personal, pero éste no se movió un ápice de su lugar. Podía escuchar vagamente una lejana voz en alguna parte de su cabeza gritarle que se detuviera, pero su cuerpo no respondía a esa orden. No quería.
¿Qué pasaría… si besaba a Sasuke?
Naruto se humedeció los labios con la punta de la lengua, anticipándose al contacto repentinamente necesitado. Le sorprendió el ver cómo su amigo le observaba fijamente, inmutable, como si le estuviera esperando. Cuando sus narices estaban a punto de chocar, Uzumaki ladeó ligeramente la cabeza, dando la casualidad de que Sasuke había decidido también girar la cabeza en esa dirección, y las puntas de sus narices se encontraron. Naruto probó ladeando la cabeza en dirección contraria justamente cuando el pelinegro también lo hacía, y sus narices volvieron a chocar.
Una risa fresca y divertida se escuchó de Naruto, mientras que Sasuke tan sólo emitió un leve gruñido de frustración.
Sin borrar su sonrisa, tomó el rostro de Uchiha entre sus manos con suavidad para evitar que se moviera y se acercó hasta que sus labios finalmente se encontraron en un suave apretón superficial. Ese no era exactamente el contacto que deseaba; anhelaba probar el sabor de Sasuke, pero no quería precipitarse más de lo que ya lo hacía hasta ver la reacción de su amigo. Se separó lo justo para contemplar los ojos negros, esperando que éste dijera algo, pero el silencio fue su respuesta. Conociendo a Sasuke, si aquello le hubiera molestado habría dicho algo, así que… ¿eso quería decir que no le molestaba?
Sintiendo mayor confianza volvió a acercarse, y en esta ocasión lamió el labio inferior un par de veces, sintiendo un leve escalofrío en el otro que le gustó.
―Abre la boca ―susurró.
Uchiha no tenía intención de obedecer aquel mandato, pero por pura inercia separó un poco los labios, sintiéndose en el fondo curioso y algo ansioso.
El cuerpo de Naruto se estremeció en el momento que cazó los labios contrarios. Eran suaves y cálidos. Sentía como si su boca y la de Sasuke encajaran a la perfección. Algo ansiosa, su lengua se abrió paso en la cavidad que le esperaba entreabierta, en busca de la contraria. Apenas rozó la lengua de Sasuke, su interior se agitó, y el calor de su rostro parecía descender a otra parte de su cuerpo. No esperaba que besar a Sasuke le encendería tanto, sólo le estaba besando, ni siquiera se había atrevido a comenzar a acariciarle o algo más. Le seguía sujetando en rostro, en un intento de que éste no se alejara pronto. Quería besar a Sasuke hasta terminar sin aliento.
Uchiha frunció levemente el ceño al notar el juego de Naruto, ya que cada vez que la lengua del rubio incitaba a la suya con efímeros toques y él pretendía profundizar el contacto, ésta se alejaba. Así que para terminar con eso, su lengua empujó a la contraria, siendo él esta vez quien invadiera la boca ajena. Tomó el moreno cuerpo por la cintura en un agarre firme y posesivo, y lo estampó contra la pared más cercana, sacando un ruidito de sorpresa ahogada de Uzumaki que él aprovechó para finalmente enredar sus lenguas. El calor de su cuerpo crecía, y algo incómodo, lo sentía concentrarse en su vientre y un poco más abajo, acompañado de una especie de cosquilleo. No podía ser que por un beso su cuerpo reaccionara así. Intentó calmarse un poco para controlar aquella sensación, pero el estar casi literalmente comiéndole la boca a Naruto como si su vida dependiera de ello, y tener ese cuerpo tan cerca, definitivamente no ayudaba.
Sintiendo la necesidad de aire, algo renuente se alejó un poco, viendo al rubio tan jadeante como él, sólo esperaba no estar igual de ruborizado. Un delgado hilo de saliva unió sus bocas por unos segundos hasta romperse.
Por más que lo intentó, Naruto no pudo reprimir una fugaz sonrisa de felicidad al pensar que Sasuke le correspondía. Sabía que el pelinegro no era un as con las palabras, por eso estaba seguro de que le había dicho que le correspondía a través de ese beso que todavía le tenía algo embobado. Jamás en su vida imaginó algo como eso, se había hecho a la idea de que lo máximo que podría obtener de Sasuke era su amistad y un cariño parecido a la hermandad; y pensó que eso sería suficiente. Pero ahora no pensaba igual, quería más de Sasuke. Quería todo de Sasuke.
Y lo obtendría en ese momento.
CONTINUARÁ…
¡Hola a todos! ^^
¿Qué te ha parecido este primer capítulo? Me gustaría saberlo. Ero sennin me está ayudando a finalizar el capitulo 2 xD Qué mejor sensei que él para escribir este tipo de relatos, jaja…
Sólo por si alguien se lo está preguntando… no, no me he olvidado de "Kitsune no kokoro" Lo actualizaré muy pronto ^^
¡Se agradecerán reviews! ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!