(N/A: porque algunos lo pidieron… epílogo… no es gran cosa la verdad. No esperen demasiado, no los quiero defraudar tan gacho. Este capítulo está basado en la situación actual desde el punto de vista de Uzumaki Naruto)

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"POV NARUTO"

"Han pasado 4 días desde que me dieron de alta. Las cosas han tomado un rumbo más o menos estable. Me he hecho fama de pandillero en el instituto y algunas de las chicas me acosan el los recesos, también me estoy haciendo amigo del teme de Sasuke. Pero siento que me guarda rencor porque en ocasiones lo sorprendo lanzándome miradas cabronas nivel 2. Pero quitando el sentimiento de rencor por parte de Uchiha hacia mí, todo bien.

Aunque desde que me dieron de alta siento a Hinata un poco decaída y me pregunto porque. El día del accidente fue… agradable, charlamos, reímos, nos besamos… sí que nos besamos. Pero ahora rehúye mi mirada. No me agrada. Me asusta, siento que en cualquier momento ella se dañara nuevamente."

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-maldita venda, maldito medicamento, malditas verduras, maldito el médico que me obligo a comer solo verduras… ¡yo quiero ramen! –maldecía, por si no era obvio, el Uzumaki. Tsunade le había dado la orden de NADA de ramen. ¡Vieja loca!

-Naruto-kun… Tsunade-sama solo lo hace porque le preocupas –susurro Hinata con una sonrisa tatuada en sus labios, sus manos estaban regalándole un pequeño masaje al rubio para bajarle el estrés. La escena se veía de película pero por alguna razón cada vez que Naruto intentaba ver fijamente los ojos perlados de Hinata ella miraba hacia otro lado.

-pero un hombre no puede sobrevivir de puras verduras, ¡no soy vaca ni nada parecido! ¡Soy un hombre, ocupo carne! –grito Naruto con un esfuerzo sobrehumano para fingir alegría, por dentro sus nervios se lo comían entero. El simple hecho de que Hinata le rehúya la mirada lo enloquecía. Hinata no era muy expresiva pero si eras atento podías leer sus pensamientos, dudas y sentimientos reflejados en aquellos ojos perlados.

-pronto comerás algo de carne… no te preocupes –se alejo del Uzumaki para dirigirse a la cocina, ella era algo así como la enfermera o encargada del rubio, que irónico, ella tenía que comprobar que Naruto comiera todas sus verduras y se tomara sus pastillas.

-eso es lo que le dijeron a mi papa cuando mi madre estaba embarazada y ¿sabes hasta cuando "comió" carne? ¡Dos meses después de que nací yo! Y mi mama no estaba de un buen humor que digamos –dijo sarcástico.

-es diferente… aquí nadie… esta embarazado –susurro con inocencia la Hyuuga pero al darse cuenta de sus palabras se sonrojo de sobremanera. Naruto también se sonrojo un poco.

-cl-¡claro que nadie esta embarazado aquí!

-es… es lo q-que yo… yo dije –susurro jugando con sus dedos.

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"Me aterra pensar que en cuanto cierre los ojos o me distraiga ella se vuelva a lastimar, ¿Qué pasaría si me fuera? Ero-sennin me dijo que tenía que volver a viajar para obtener "información" para sus libros… no quiero dejarla sola…"

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El timbre del teléfono lo saco de sus pensamientos. Hinata había ido a la farmacia a comprar más pastillas puesto que las otras ya se habían acabado.

-¿diga?

-dobe soy yo.

-¿teme?

-hn.

-¡vaya, que honra! ¿Qué se le ofrece al gran Uchiha? –nótese el sarcasmo en su voz, por favor.

-hn… solo llamaba para saber cómo esta Hinata.

-ella está bien y yo de maravilla, gracias por preguntar –más sarcasmo.

-escuche que tu abuelo se va ir de viaje ¿Qué harás? Tienes que ir con él.

-lo sé lo sé.

-cualquier cosa, aquí estoy yo.

-¡eres un maldito bastardo lo que tú quieres es que yo me vaya para dejarte la vía libre con Hinata! –grito escandalizado.

-y yo que pensaba que eras idiota, no vas por mal camino. Pero enserio, no quiero que te vayas, Hinata no se sentiría igual conmigo que contigo… como que ella los prefiere rubios e idiotas.

-¿no has escuchado eso de que nosotros los rubios nos divertimos más? –sonrió pícaramente.

-usuratonkachi. Hn… adiós.

-hum.

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"Necesito hablar con ero-sennin… no me puedo ir, no quiero irme. Legalmente soy adulto pero… mi madre nunca pensara eso de mí. Tengo que contactar a ero-sennin y explicarle la situación."

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Había aprovechado la oportunidad de estar solo en la casa para irse. Ocupaba buscar a Jiraiya y aclarar algunos detalles.

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El camino para el apartamento de "soltero" de Jiraiya era muy fácil, junto al hospital. En esos momentos recordó el porqué el autor de Icha Icha Paradise había escogido esa ubicación.

"-en este hospital trabaja Tsunade, una vieja amiga mía y desde la ventana de mi cuarto puedo verla en su despacho. Las prioridades son prioridades muchacho –había dicho Jiraiya con una sonrisa como si eso fuese digno de alabanza."

En fin, subió las escaleras rápidamente y toco la puerta al llegar al piso.

-¡muchacho! Que sorpresa verte, linda venda –murmuro socarronamente.

-si si.

-¿Qué es lo que te trae a mis terrenos?

-¿es cierto que harás otro viaje para recopilar información? –al grano.

-visto que no me dejaste pasearme por tu escuela para examinar a tus compañeritas con sus falditas…

-…

-así es, efectivamente, haremos otro viaje.

-veras… la cosa es que no puedo ir –murmuro rascándose la nuca, signo de nerviosismo.

-¡JA!, esa es buena.

-no es broma.

-¡y esa aun es mejor!

-te estoy diciendo que no es broma. Voy enserio. No puedo irme –"no quiero irme".

-¿estás loco? Eres un idiota que no puede sobrevivir por su propia cuenta, necesitas de un adulto responsable.

-¿y supongo que tu eres ese adulto? –pregunto escéptico levantando su ceja derecha.

-¡muchacho malagradecido, que insolencia!

-hum… es que… veras. No puedo irme.

-¿Por qué no? Dime una razón que sea lo suficientemente importante.

-ya tengo trabajo –soltó lo primero que se le vino en mente.

-los trabajos vienen y se van.

-¡está bien! Me gusta una chica… y ella es mi trabajo –susurro ladeando el rostro para que el escritor no viese el notorio sonrojo.

-¡haber empezado desde ahí, picaron! –soltó a carcajada limpia.

-no me gusta contarte estas cosas porque siembre exageras más de lo necesario… Uff. ¿Recuerdas cuando te dije que un extraño que parecía ciego se me había acercado para ofrecerme un trabajo de niñera? Pues resulta que mi protegida no es tan niña como creí… y pasaron algunas cosas y termine…

-embaucado.

-¡ella no es de esas! –grito levantando el puño, fue instinto. Y se arrepintió al ver la cara de sorpresa de su abuelo. ¡Le había levantado el puño a su abuelo! ¡Por una chica que ni conocía bien! –Lo siento –se apresuro a susurras agachando la cabeza.

-no es problema muchacho, yo también estuve enamorado.

"¡Puaj… no quiero saber de eso!"

-aun así reaccione mal, no debí…

-haremos una cosa. ¿Tienes trabajo verdad?

-si.

-¿y estás viviendo en una casa digna?

-si.

-le diré a Minato que estás conmigo, por ahora. Luego le diremos la verdad.

-eso significa…

-dejare que te quedes aquí pero recuerda esto… "en una relación sana: siempre hay un condón de por medio" –susurro levantando el índice como si esa fuese una de las enseñanzas que la vida quiere darnos. Su pose sabia era lo que más molestaba al rubio.

-¡yo no soy un maldito pervertido como tú! –estallo Naruto rojo hasta las orejas de solo imaginarse una escena xXx que involucraba a la Hyuuga y a él.

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Se le había ido el tiempo al hablar con su abuelo. Pero ya todo estaba solucionado.

Regreso a la residencia Hyuuga con la clara intención de abrir la puerta pero, oh problema, él no tenía llaves de ninguna de las puertas y la puerta estaba cerrada por dentro.

Pudo ver que no había ninguna luz prendida pero algo le decía que la Hyuuga estaba dentro. Involuntariamente su cuerpo se estremeció al pensar que ella…

-¡no otra vez!

Corrió como loco hacia el patio trasero. En busca de alguna ventana abierta o algo. Pero nada.

-tendré que romper ventanas aquí también –murmuro con pesar.

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-¡¿Hinata? –grito esperando con ansias una respuesta, romper el vidrio del baño no había sido difícil del todo. Le recomendaría a la Hyuuga que comprara vidrios más resistentes y que le pusiese protección, claro que todo eso después de que él sacara copia a las llaves. – ¿Hinata? –volvió a insistir, el suspenso lo estaba matando. Una parte de él le decía que permaneciera tranquilo, que no pasaba nada pero la otra le regalaba imágenes de la Hyuuga en el suelo sangrando y esta vez ya sería demasiado tarde. – ¿pero qué demonios estoy pensando?

Se dirigió a la habitación de la muchacha, cada paso era contado por su corazón. Típica escena de terror donde todo el sonido que hay de fondo son los desenfrenados latidos de tu corazón.

Abrió la puerta lentamente. Todo estaba oscuro. No se escuchaba nada.

Él tomo eso como una señal negativa.

A ciegas intento dirigirse hacia la cama de Hinata. Cuando choco con una de las patas de la cama dio un suspiro de alivio. Lentamente se subió a la cama y siguió gateando. Se detuvo al sentir algo suave bajo de él. A pesar de que todo estaba en penumbras él tenía los ojos abiertos.

-¿Hinata? –susurro débilmente. Inclino un poco su cuerpo. Se maravillo al sentir la calidez del pequeño cuerpo debajo de él. Cerró los ojos intentando intensificar sus sentidos. Un agradable olor, que no sabía definir en ese momento, desprendía el cuerpo de Hinata. Aventuro su mano en busca del rostro de la muchacha, lo primero que toco fue su suave cabello, estaba mojado. –quizá tomo un baño y se durmió –murmuro para sí. De repente su rostro se coloro de un rojo muy intenso pues la insana idea de que la Hyuuga estuviera…. Con mano temblorosa toco el hombro desnudo de Hinata, descendió lentamente y casi se muere al escuchar un pequeño suspiro por parte de Hinata, cuando encontró lo que quería suspiro aliviado, Hinata tenía una toalla cubriendo su cuerpo.

-perdóname –Naruto se petrifico al escuchar eso. Cuando cayó en la cuenta de que quizá Hinata hablaba dormida volvió a suspirar con alivio. –perdóname… yo no quería…

-¿Qué sucede? –una parte de él se sentía estúpido al hablarle a alguien que dormía, pero la otra sentía curiosidad.

-lo lastime…

-¿a quién?

-lastime a Naruto…

-¿Por qué dices eso? –pregunto dulcemente, cambiando de posición, tumbándose a su lado. A pesar de que no veía nada sabía que el rostro de Hinata estaba justo enfrente de su nariz, se atrevió a acercase un poco, acariciando la nariz contraria con la suya.

-por mi culpa… él se lastimo…

-eso no es verdad –respiro el embriagante aroma que desprendía el cuerpo de Hinata.

-no quiero lastimarlo más…

-no lo hagas –un pequeño beso.

-no sé como…

-no te lastimes –otro beso más largo que el anterior. No lo soporto más, junto sus labios.

Naruto no se movía, solo mantenía los labios pegados a los de Hinata, él esperaba que ella despertara o que en su mismo sueño reaccionara al beso, y la espera no fue en vano.

Lentamente Hinata abrió sus hermosos ojos perlados, veía borroso y el hecho de que no había luz no mejoraba la situación. Cuando ella intento moverse sintió que algo la retenía, como si la estuviesen sujetando de la cintura.

-… –intento decir algo pero algo le impedía mover sus labios. Entonces sucedió. Naruto movió sus labios, separo los de Hinata lentamente y los volvió a unir, en la espera de que la Hyuuga reaccionara como era debido. Pasaron 5 segundos que para el rubio fueron eternos, Hinata había vuelto a cerrar los ojos.

La Hyuuga tenía el rostro sonrojado al máximo, solo en ese momento agradeció que todo estuviera en penumbra así el rubio no podría ver su rostro.

Hinata movió sus labios lentamente, deleitándose con el aliento cálido de Naruto que le rosaba los labios, acariciando su alma. Reuniendo fuerzas de quien sabe donde Hinata se atrevió a profundizar el beso. Separo los labios de Naruto y paso la punta de su rosada lengua por el labio inferior del rubio. Se sonrojo aun más, si cabe, al escuchar la risa sofocada de Naruto. Naruto estaba gozando del beso, vaya que sí, pero no quería quedarse atrás. Dirigió sus manos a los hombros de Hinata y los presiono un poco. Adquiriendo la pose que él deseaba. Él volvía a estar arriba de ella. Se separo un poco de la Hyuuga y abrió los ojos, difícilmente pudo detectar unos brillos blanquecinos debajo de él. Sonrió pícaramente y se volvió a acercar. Volvió a empezar con un simple roce, después de unos segundos se harto de eso e intento profundizar más el beso, de vez en cuando daba pequeñas mordidas al labio inferior de Hinata y otras veces se detenía para dar una que otra lamida a los labios sonrosados. Cada caricia recibida era compensada con suspiros o risillas que se escapaban de la boca de Hinata. Naruto se canso de besar sus labios y descendió dando pequeños besos hasta llegar a la base del cuello. Primero se lleno los pulmones del olor de Hinata y después beso ese cuello.

-N-Naruto –susurro Hinata con unas pequeñas lágrimas en sus ojos. Naruto inconscientemente mordió su cuello al escuchar su nombre ser pronunciado de esa manera.

-perdón –susurro contra su oído y Hinata se estremeció al oír su voz tan ronca. Naruto dio un pequeño mordisco en el lóbulo de su oreja y sonrió contra su piel cuando escucho a Hinata reír más abiertamente. Volvió a descender a su cuello y beso la mordida que había dejado.

Sentía que si no paraba en ese momento no podría parar nunca.

-Hinata… quiero que sepas… que no hare nada que tu no quieras –logro decir pero la verdad era que quería seguir. Sentía en su estomago unas llamas que arrasaban con todo su ser, llegando hasta su cerebro y quemando su moral. Necesitaba seguir, probar la piel de Hinata… no tenia comparación.

-hum –fue lo único inteligente que pudo decir Hinata, ella se estremecía con cada roce que el rubio le regalaba. No quería llegar tan lejos, no esa noche. Pero tampoco quería que el rubio se detuviera. Su mano derecha anduvo a ciegas hasta alcanzar su rostro, lo acaricio con devoción. Naruto solo cerró los ojos para sentir plenamente la caricia. La mano de Hinata siguió su camino hasta alcanzar su verdadero objetivo: el cabello rubio. Lo acaricio como si estuviese acariciando a Akamaru. Pasaron un par de minutos en aquella posición, Naruto encima de ella, pero no aplastándola y Hinata acariciando los suaves cabellos alborotados.

-¿quieres que me duerma? Porque si eso es lo que quieres… lo estas consiguiendo –murmuro Naruto, las caricias de Hinata habían conseguido calmarle las llamas que le consumían la conciencia y relajarle a tal punto que le estuviese dando sueño. Hinata solo pudo reír suavemente.

-te quiero –susurro cerrando los ojos al sentir al rubio inclinarse nuevamente sobre ella.

-y yo –murmuro Naruto contra su mandíbula. Pasaron minutos quizá horas y ninguno decía o hacia nada. –Quiero que sepas que no me has hecho daño –susurro Naruto.

-¿eh?

-hablas dormida –dijo Naruto y en su voz se podía detectar un deje de burla.

-hum...

-no es nada malo…. Estaba preocupado, me rehuías la mirada, pensé que había hecho algo malo… lo del accidente no fue tu culpa.

-me siento como si… como si fuese mi culpa.

-pues que idiota, no fue tu culpa, ya te dije: soy impulsivo. Actué precipitadamente… así es el gran Uzumaki Naruto-sama.

-…

Naruto se incorporo un poco, apoyando su peso en su codo. Intento distinguir el rostro de Hinata entre la oscuridad.

-quiero que me escuches bien –susurro contra su oído con la voz muy grave causando unas cosquillas extrañas en el estomago de la joven. –nada… nada es culpa tuya. Tu padre fue maldito contigo, yo no lo seré –término de decir con un deje de seriedad impregnada en su voz, muy raro en él.

-gracias.

-ahora dame un beso –dijo juguetón, tomo a Hinata de la cintura y cambio las posición, acomodando a Hinata sobre él. La Hyuuga se sintió levemente mareada por el cambio tan radical pero no pudo evitar reírse por la actitud infantil de Naruto.

Volvieron a besarse como si la vida se les fuese en ello. Saboreando los labios del otro cual manjar. Besos con hambre pero, sin embargo, que solo querían demostrar dos cosas: amor y pasión.

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(N/A: AAAH ¡lo intente juro que lo intente! No sirvo para hacer Lemmon… espero que no estén tan decepcionados con este pseudo-lemmon x_xU. Ahora si este es el final definitivo. Gracias por leer)