Disclaimers: No soy dueña de PPG, esta historia está hecha sin fines de lucro.
"I NEED YOU"
Capítulo 1: Diciendo la verdad
No importaba cuanto tratara de ocultar la inminente verdad, ésta siempre acaba colándose hacia la luz, y mi secreto no sería la excepción. Hoy, he decidido decir todo lo que me guardado hace 3 semanas atrás, sé que mi familia se enfadará, se decepcionará, gritarán y patalearán, pero es algo que debo hacer, una líder como yo no escapa a la verdad, la defiende.
Así es, yo, Bombón Utonio tengo un secreto que nadie debía saber, pero que ahora contaré para poder librar este estrés en mi consciencia. Caminé hasta la puerta de mi armario y saqué ropa para ir a la escuela, sólo unos jeans color granate y una blusa suelta color crema, busqué mis zapatillas y mi bolso, todo listo desde la noche anterior perfectamente organizado.
-¡Bombón, ya baja de una vez!- me gritoneó Bellota desde la planta baja de la casa, siempre tan histérica.
-¡Ya voy, no me presiones!- bajé rápidamente, bien lo admito, volé a la sala de estar y allí estaban mis dos hermanas.
-Vámonos, no quiero llegar tarde y que me castiguen…de nuevo- gruñía Bellota mientras caminaba hacia la salida.
-¡Hasta luego, Profesor!- nos despedimos de nuestro padre que se encontraba en la cocina.
-¡Adiós, niñas, tengan un buen día!- nos dijo con su habitual voz dulzona y tan amorosa.
Caminamos tranquilamente hasta la escuela, no estaba lejos y una caminata nos hacia bien para el cuerpo, aunque Bellota siempre quería volar lo más rápido posible. Sonreí, mis hermanas siempre me habían hecho perder la paciencia, pero las amaba más que a todo en este mundo.
-¡Bombón, vamos, te estás quedando atrás!- canturreó mi hermana menor, la pequeña Burbuja ya no tan pequeña.
-¡Espérenme!- y corrí tras ellas.
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Los pasillos estaban llenos, como siempre caminé hasta mi casillero y saqué los libros correspondientes, pero en la puertecilla metálica relucía una foto; un fondo del parque en frente de la alcaldía, una pareja tan feliz y reluciente; yo y mi novio Ronald. Fruncí el ceño y arranqué la fotografía de allí y con mi visión calórica la hice desaparecer por siempre.
-Vaya, nos levantamos molestas.- me dijo Bellota con una ceja levantada y sacando sus libros y su reproductor de música.
-No molestes.- mi voz sonó gruesa y Bellota sólo se encogió de hombros.
-Hermana, ¿Qué tal si vamos hoy de compras para que te distraigas?- sugirió Burbuja con su vocecilla tan dulce e infantil.
-Bien, acepto.- dije con una sonrisa, cerré mi casillero y en medio del pasillo estaban los Rowdyruff Boys causando problemas, como siempre.
-Abran paso, mortales.- fanfarroneaba Butch mientras golpeaba a quien se atravesara.
Realmente no tenía ganas de lidiar con los estúpidos de los RRB, siempre con su patético intento de llamar la atención. Butch no había cambiado nada desde los 5 años, era un chico matón, inmaduro y brutal, Boomer era algo más reservado que antes, pero seguía siendo infantil y con tendencia a seguir a sus hermanos en cualquier idiotez, y por último su líder, Brick un chico de aspecto frívolo y calculador, pero si dejar de ser un idiota empedernido.
-Pero, que idiotas.- bufé enojada y decidí ignorarlos.
Caminé hacia mi primera clase, a mi lado pasó de largo Brick, sólo divisé su rojiza mirada, debo admitir que a veces se me es difícil sostener la mirada con él, sus ojos sanguinarios siempre miran con soberbia y frialdad. Sacudí mi cabeza, tengo problemas que solucionar, no puedo distraerme con idioteces, con Brick por ejemplo.
Entré a mi primera clase, ya habían pasado como 20 minutos y no había prestado la debida atención a la clase, estoy muy ocupada pensando como dar la noticia a mi familia sin parecer ni muy brusca ni muy desinteresada. La hoja de mi cuaderno está marcada por diversos rayones locos, de por ahí destacan dibujillos y nombres tachados. Suspiré y acomodé mi cabello anaranjado, no sé como debía empezar la conversación, pero se hace tarde y me prometí a mí misma decir la verdad. El timbre de salida para la siguiente clase sonó y abandoné la sala.
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El camino a casa se hizo muy corto, supuestamente iríamos a comer a casa y después al centro comercial, pero no podía dejar pasar la oportunidad de decirle a mi familia.
-¡Bombón!- escuché el fuerte grito de Bellota, me giré a verla.
-¿Pasa algo?- pregunté con voz desorientada.
-Siéntate de una vez a cenar.- me decía enojada mientras Burbuja y el profesor sonreían divertidos sentados ya listos.
-Lo siento.- me senté con un sonrojo de vergüenza.
Estuvimos charlando tranquilamente y disfrutando de la deliciosa cena que mi padre preparó, pero ya era hora de soltar la lengua. Dejo de lado el servicio y bebo algo de jugo para despejar mi garganta, bien aquí vamos.
-Familia.- todos me miran con atención.- debo decirles algo muy importante y espero contar con su apoyo, aunque no los culparía si se enfadan conmigo.
-¿Pasa algo malo, cariño?- el Profesor parecía confundido, pero decidí despejar las dudas.
-¿Recuerdan a Ronald?- mis hermanas y mi padre asintieron muy concentrados en mis palabras.-bueno rompí con él, porque mi engañó con una tipa.- las caras de mi familia se contrajeron en expresiones de dolor e ira.- pero, eso no es lo peor.
-¡Qué puede ser peor que tu novio te engañe con la Princesa!- bufó enojada Bellota.
-Lo peor es que…- agaché y la cabeza y las lágrimas me traicionaron.- ¡estoy embarazada de él!- y un silencio calló pesadamente sobre la sala.
-¡Que tú qué!- Bellota se paró furiosa y golpeó la mesa, haciéndome saltar asustada.
-Blossy.- susurró Burbuja algo triste y decepcionada.
-¡Cómo pudiste cometer semejante error!- el grito que vociferó mi padre me asustó mucho.- ¡eres la más madura, cómo pudiste hacerle eso a la familia!- sus palabras eran como puñales.-
No pude soportarlo más y salí corriendo, en poco tiempo llegué hasta mi habitación y cerré la puerta de un fuerte portazo, me tiré sobre la cama y lloré como una loca. Grité sobre mi almohada hasta que mi garganta ya no pudo soportarlo más. Mis ojos ardían y mi respiración era agitada, pero no importaba cuanto llorara, mi error era algo que jamás podría borrar. Sentí unos suaves golpecitos en mi puerta, pero no tenía deseos para soportar más gritos.
-Bombón soy yo, Burbuja, ¿puedo pasar un momento?- su cálida voz me dio fuerzas para pararme y abrir la puerta con lentitud.
Burbuja entró callada y se sentó en mi cama, ambas parecíamos extrañas pues no nos mirábamos y evitamos cualquier tipo de contacto.
-No vine a recriminarte.- empezó con voz tímida.- sé que ya es difícil saber que estás embarazada y que lo último que necesitas es más presión sobre tus hombros.
Levanté la mirada, mi hermana parecía tan dulce, con sus características sonrisas tan hermosas, sus ojos azules llenos de esperanza. Nosotras no teníamos un modelo maternal que nos guiara, pero todas parecíamos turnarnos el lugar de mamá. Ahora era el turno de Burbuja.
-Quiero que sepas que yo te apoyaré en todo lo que necesites.- posó su mano sobre mi hombro.- no quiero que enfrentes esto sola.
-Burbuja yo…-pero mi oración fue cortada por un mar de lágrimas que emanó de mis hinchados ojos rosas.
Me arrojé sobre sus brazos en un llanto aún más lastimero que tuve anteriormente sola, las cálidas manos de mi hermana me acariciaban la espalda y el cabello en un símbolo de esperanza y apoyo.
-¡Gracias!- articulé por fin entre mis ahogados sollozos.
-Para eso somos las hermanas.- y me abrazó con mayor fuerza.
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Sé que el viaje que emprenderé ahora es muy delicado y difícil, pero no me daré por vencida. Mi familia aún está afectada por mi noticia, pero no puedo culparlos, es decir, cómo yo, Bombón Utonio, símbolo de lo moralmente correcto pudo haber cometido un error tan estúpido, afectando a su familia y a su propia vida y futuro. ¡Pero, me importa una mierda lo que piense el resto. Estoy aquí ahora y nada me va a derribar, ya que no sólo lucharé por mí, sino por la vida de mi hijo! La señorita perfección puede joderse, yo soy Bombón, Powerpuff Girl, futura mamá y a quién se interponga en mi camino a la felicidad, lo mandaré lejos de una sola patada ¡Sí!