N/A: Tal vez hayan notado que si bien cada capítulo sigue un hilo, no es TOTALMENTE continua. Eso es porque mi idea del fic es que cada viñeta fuera independiente, pero que aún así formasen una historia cuando se las pone en orden. Por lo tanto, si abren la historia y leen cualquier capítulo al azar, no tendrán problemas. Espero que se haya entendido. Gracias, como siempre, a los que leen.

3. Discúlpate, pero no te arrepientas

Pasaron ya un par de días desde el incidente y aún no han hablado al respecto. Porque eso es lo que hacen los verdaderos amigos: ignorar las situaciones incómodas, no hacer preguntas y pretender que "aquí no ha pasado nada". ¿Cierto?

Al parecer Remus no piensa lo mismo, porque se complotó con Peter (y tal vez recibieran un poco de ayuda de Lily) para dejar a los dos implicados a solas en la habitación. Por supuesto, los tres mencionados no tienen ni puta idea de qué ha pasado, pero se dan cuenta de la tensión que hay entre Canuto y Cornamenta ya que no se han despegado de la compañía de sus amigos desde lo sucedido, sólo por si acaso alguno de los dos olvidase esa improvisada regla del código de amistad.

Cuando Sirius se da cuenta del maligno plan ya es demasiado tarde: tiene los ojos de James fijos en él, y sería muy poco Gryffindor de su parte escapar, aunque debe admitir haberlo considerado.

—No ha significado nada, ¿cierto? la pregunta de Potter suena más como una afirmación y Sirius sabe perfectamente de qué habla, sin que el otro deba recordárselo.

El chucho se queda con el rabo entre las patas, sin saber que responder. Son contados los momentos en que ha compartido charlas tan serias con James. En realidad no, pero en ese momento es capaz de aferrarse a cualquier excusa que justifique su falta de elocuencia.

―Me sacas un peso de encima, Cornamenta, ya empezaba a pensar que te ibas a enamorar de mí o algo por el estilo. ―El terreno del Black son las bromas, eso está claro, así que las usa para escudarse, para desviar la atención.

James ríe, mas no tanto como es habitual en él. Es consciente de la estrategia que utiliza su amigo, y la respeta. A veces hasta la admira.

―Ya, ni que besaras tan bien ―A él no le van las máscaras, ni siquiera la de la risa, pero es demasiado orgulloso para admitir que tal vez Canuto besa mejor que Lily. Tampoco es como si intentara engañarse a sí mismo, porque el hecho de que lo haya dejado empalmado con un simple beso habla por sí solo, y aunque lo sabe muy bien, prefiere pasar ese detalle por alto.

Sirius está demasiado ocupado riendo como para contestar, y Cornamenta no sabe si esa carcajada es espontánea o fingida, pero se une a ella para que quede bien claro que nada ha cambiado, que siguen siendo Canuto y Cornamenta: amigos, hermanos, sin que nada más importe.

James se acerca a su baúl y saca la capa de invisibilidad. Sirius, mientras tanto, susurra algo sobre malas intenciones y espera a que el mapa termine de dibujarse frente a sus ojos, seguramente con alguna broma, o venganza, tomando lugar en su cabeza. Cuando mira a su amigo, no puede evitar que los recuerdos asalten su mente y no es consciente de una sonrisa que se le escapa. O tal vez sí, pero merece que le de importancia.