Hola Chicas..me hice de rogar lo sé…pero es que no pude antes. Lo prometo!
Bueno…el tan esperado final; el epilogo. Espero que os guste y también que me digáis que tal os pareció esta travesía de emociones. Un beso muy fuerte y os dejo con el fic.
Sistercullen-
EL CISNE NEGRO.
Edward bajó de auto y sonrió a sus hijos de manera tierna. Luego sus ojos volaron hacia su hija, a la que guiñó un ojo; finalmente aquellas orbes esmeraldas se posaron en la mujer con la que iba a compartir el resto de su vida….
…
Epílogo.
Edward acarició a sus hijos, amoroso; y les dio un fuerte beso; al que los niños correspondieron con devoción.
Ellos en realidad; ya sabían, sabían que su padre era Edward Cullen y que aquella muchachita de cabellos algo enloquecidos era su hermana; Alice Cullen.
Sonrieron ante la probabilidad de vivir todos juntos; en aquella casa que su madre habia tardado tanto tiempo en mostrarles.
Jake; el mas parecido a Edward; siguió los pasos de su padre con una inteligencia inusual en un niño de su edad y sonrió.
Se echó encima de su hermano Edward y ambos llamaron a Alice al unísono.
Edward llevaba una carpeta oscilando en su mano derecha; poderosa. Su paso se volvió mas ágil al traspasar una valla blanca y observar a su hija como se marchaba lanzando un beso al aire en su dirección; él le sonrió y clavó la mirada en la mujer que lo tenia enloquecido de amor, desde hacia tanto tiempo…
Bella no sentía el piso bajo sus pies; algo confundida; se perdió en las orbes color jade del padre de sus hijos.
-Hola Bella.- Edward habia quedado tan cerca de la castaña; que casi podia rozar sus costillas con el pecho de ella.-
Bella, se estremeció al tenerlo tan cerca y tragó en seco; sintiendo que le faltaba el oxigeno.
-Hola; Edward.- espetó, casi sin aliento.
Él sonrió y su rostro se acercó al de ella. Le rozó con su aliento el lóbulo de su oreja y la sintió temblar.
-He venido a buscarte. Quiero llevarte a un lugar. Necesitamos hablar…-cuando despegó la boca de su oído; ella estaba casi tambaleándose. ¿Cómo podia hacerla reaccionar de aquella manera? Ella era una mujer de mundo; pero al lado de aquel hombre; el espíritu de la niña de 17 años que escondia en su corazón; sumergía por completo, haciéndola sentir viva, siendo ella misma; Isabella Swan.
Sonrió; como si fuera un acto reflejo y buscó a sus hijos con la mirada.
ÉL le alcanzó una de sus manos y la envolvió con una de las suyas.
-No te preocupes,- le dijo pausadamente; sin dejar de mirarla.- Alice se encargará de los niños.- Llevó aquella mano a sus labios y Edward la besó con adoracion.- Necesitamos tiempo para nosotros; tenemos tanto que hablar, tantas cosas que decirnos…
Bella sintió de su corazón explotaba. Habia tanto amor en aquella mirada intensa..tanto amor y deseo; que su vientre palpitó y sintió sus pechos llenarse; Edward Cullen era y seria su perdición hasta el final de sus días.
-Sí…-dijo ella; haciéndose guiar.
Edward se la llevó casi a rastras y le abrió la puerta del copiloto; entrando Bella con una sonrisa tonta; que no podia borrar. Antes que Edward girara la llave en el auto; ella pudo escuchar como Alice les decía a los niños. " Papá y mamá hoy no volverán".
Bella giró el rostro hacia Edward y lo miró con el ceño fruncido.
Él elevó una ceja y le sonrió de aquella manera tan suya; que la llevaba de cabeza.
-¿Qué?.- preguntó él; sin perder la sonrisa y mirándola.
-¿Dónde me llevas; Edward?.- le preguntó ella; con un deje de enfado.
Él rió con ganas y aceleró, haciendo que Bella se sujetara al asiento como cuando era una adolescente.
-Sigues conduciendo como una loco.- le susurró.
-Hay cosas que no quiero cambiar….y eso te incluye a ti….- le dijo alternando la visión de la carretera; con el rostro de ella.
Bella se sintió ruborizar y comenzó a masajearse las manos inquietas.
-¿Dónde me llevas; me lo vas a decir?
-No.- Edward no perdía el buen humor ni por un momento.- Es una sorpresa.
Él buscó la mano de ella y la apretó entre una de las suyas; mirándola intensamente, mientras conducía.
¿Por qué se sentía temerosa? ¿Y por que tenia aquel nerviosismo en el vientre? Bella, rió mentalmente al formularse estas preguntas.
" Eres imbécil, lo amas; siempre lo has amado. Lo deseas; lo deseas ardientemente, tanto que un solo roce suyo te parece el paraíso y quieres mas"
El viaje transcurrió sin que ninguno de los dos dijera una palabra más.
Lejos de que pareciera incomodo; aquello tranquilizó a Bella, quien lo miraba a hurtadillas conducir.
Se relamió los labios una decena de veces; haciendo que él la miraba con los ojos muy abiertos y elevara una ceja con gesto interrogante. Habia tanta tensión sexual en el ambiente que Edward pensaba que iba a explotar.
Fue reduciendo la velocidad y llegaron a un gran descampado en una gran campiña.
-¿Dónde estamos?.- le preguntó ella, abriendo la puerta del copiloto y bajando del volvo, confusa.
Él ya estaba a su lado y le ofreció su mano con serenidad.
-Ven. He de mostrarte algo.
Ella tomó su mano y caminó a su lado entre las arboledas y la gran vegetación que por allí se divisaba.
Caminaron varios minutos y cuando por fin vieron la casa solariega ; Bella se llevó una de sus manos a la boca.
-¡Oh! Edward..es preciosa…¿A quien pertenece?
Él tiró de ella y la obligó a seguir hacia delante.
Interiormente Edward Cullen estaba nervioso.
Tenia la mujer que amaba asida de su mano y en el único sitio donde quería que estuviese en aquellos momentos.
-Esta casa era de mi familia…bueno….se puede decir que ha sido mía siempre….- dijo al hacer rodar la llave por la puerta; haciendo que Bella quedara mas muda de lo que estaba.- Era de mis padres; y al morir ellos, me la cedieron. Cuando era un niño me gustaba estar aquí y sumergirme en mis pensamientos. Despues del conflicto armado en el que tu padre perdió la vida, como tantos otros, me sumergí aquí, y es aquí donde me redimí de todas mis miserias. Comencé a trabajar en esta casa . Yo con mis propias manos la restauré. En cada palo, en cada viga nueva en cada pedazo de yeso está parte de mi corazón y mi gratitud.
Bella, acompañó a Edward hacia el salón, precioso y perfecto en su totalidad; con mero cuidado, ella rozó los cantos de las ornamentaciones redondas , apreció el olor a nuevo de los muebles y lo impecable de todo.
-¿No has vivido nunca aquí?.- preguntó ella; maravillada.
-No. – dijo él, guiándola hacia el gran pasillo que daba lugar a las habitaciones.
Caminaron lentamente y él, la miraba por el rabillo del ojo; con la sombra de una sonrisa, dibujada en su rostro.
-Hay cinco habitaciones y dos baños. Ambos están completos y las habitaciones equipadas en su totalidad.
Bella lo miró intrigada y caminó hacia uno de los cuartos.
Se quedó sin habla.
Era perfecto. Amplio, luminoso y decorado con una sobria sencillez; las cortinas color crudo; dejaban que los rayos del sol se sumergieran en la habitación, dándole una distinguida tonalidad; como el de una neblina.
Se volvió hacia el precioso lecho y el pecho comenzó a latir alocado. Alzó la mirada temerosa; como una niña; como si todo lo acontecido desde el dia que abandonó la casa del hombre que tenia a su frente, hubiese sido un mal sueño…una pesadilla con la virtud de tener lo único bueno que habia tenido en su existencia; sus hijos.
Edward comenzó a notar las gotas de sudor surcando su espalda.
Abrió un par de botones de su camisa y suspiró al notar la boca semi abierta de su ninfa; que se habia quedado embelesada mirando el principio de su pecho. Rió mentalmente y eso le insufló ánimos para seguir adelante.
-¿Te gusta….?
Bella cayó de la nube donde estaba hospedada y clavó la mirada en los ojos astutos de él
-¿El qué eh…?
Edward le sonrió y caminó hacia ella rodeando la cama.
-¿Qué va a ser….?.- acarició la mandíbula de ella, suavemente.- La casa….¿Te gusta la casa, Bella?
Ella tragó saliva y quiso parecer indiferente a su contacto.
-Si; es un sueño. Perfecta.- dijo sin vacilar.
Edward la miró unos segundos ; invadiendo sus orbes chocolates, derribando los pocos muros que estaban flanqueados y acercó su rostro para besarle la nariz.
-Es tuya…siempre fue tuya….
Bella parpadeó.
-¿Cómo, mia? No entiendo…
Edward la asió por la cintura y la apretó contra si, besando su coronilla, cerrando los ojos ante aquel contacto.
-La restauré para la pequeña hija del teniente raso Charles Swan….En un principio, pensé que vendrías aquí con tu madre, cuando hubieras terminado en aquel colegio purista y rancio….pero todo tuvo que ser tan complicado…¿ verdad querida?.- La apretó mas contra si.- Prometí cuidar de su hija, como él cuidó de mí; dando su vida en ello. Esta casa; solo era algo con lo que redimirme de aquel balazo que nunca llegó a mí y que mató a tu padre…..Pero el destino nos tenia deparado otra clase de historia…una historia totalmente distinta.
Bella se habia quedado sin palabras y ardientes lagrimas surcaban sus mejillas.
-¿Podras perdonarme?.- preguntó ella; como pudo, faltándole el aire.
Él la separó unos centímetros para admirar su rostro pálido y perfecto.
-¿Podras perdonarme tú a mí…mi amor? Por no ser lo suficiente perseverante, por querer llenar un vacio que era insustituible….por dudar de ti como lo hice, por juzgarte como un ser despiadado, por echarte de mi casa como una cualquiera…..¡Oh, Dios, Bella! ¿Podras perdonar a este ser que te ama, hasta el dolor de su alma? Dime que si…porque si no…creo que me echaré a morir…
Bella lloraba de felicidad; ¿perdonarlo? ¡Lo amaba! Lo amaba tanto que tenerlo allí; mirándolo y viéndolo sufrir como lo veía, era un deterioro mental para ella.
Alzó las manos y acarició el suave cabello de su nuca; para acercarlo poco a poco a sus labios y besarlo con la pasión que desbordaba su loco corazón, henchido de amor.
-Te amo….- le susurró, antes de apoderarse de sus labios y acariciar aquel cabello espeso, a lo largo de la parte trasera de su cabeza.
Él gimió y sintió morir…morir de amor.
El beso, fue el paso previo al descontrol que yacía en sus cuerpos, ardorosos y nacidos para amarse.
Edward deslizó los tirantes de la fina camiseta de Bella y llevó las manos a las cumbres llenas que lo volvían un demente..
…Ella por su parte, se deshizo de la camisa con un ansia animal, haciendo saltar los botones por todos lados, en la habitación. Algo parecido a una risita se escapó de los labios de Edward, pero estos fueron silenciados por la urgencia de ella, al besarlo.
Desnudos y cobijados entre las sabanas de raso; saborearon rincones ocultos de sus cuerpos que casi creían olvidados; haciendo el amor sin reservas; mirándose a los ojos y susurrando palabras de amor entre cada embestida de él, lentas y armoniosas.
Perdiendo la noción del tiempo; la tarde cayó y el estomago de Bella comenzó a rugir de manera involuntaria.
Edward levantó su cabeza que reposaba en el suave y níveo pecho de ella y sonrió con ganas, enseñando todos sus dientes.
-Salgamos a cenar. Despues podremos volver….- dijo, acariciando con su dedo índice, los labios y ojos de ella.
-Mmmmm…..quisiera cenar aquí.- dijo ella; cerrando los ojos y suspirando, sumergida en las atentas caricias de Edward.
-Me lo pones difícil; mi amor. Llamaré a Alice.- le dio un fuerte beso en los labios y se levantó; en cueros; haciendo que Bella se relamiera divertida ante aquella visión. Eran tan viril, tan perfecto…tan Edward.
-Perfecto.- sonrió, mirando aquel apéndice suyo, que ahora yacía flácido; pero que en los momentos de ardiente pasión era una lanza de carne orgullosa y perfecta.
-¿Pizzas?.- preguntó él, esperando que Alice contestara al otro lado del teléfono.
Ella asintió, levantando su cuerpo y destapando su desnudez de cintura para arriba.
Edward que paseaba esperando la contestación de Alice, se dio la vuelta y los ojos casi se le salieron de las orbitas al contemplar de nuevo a su mujer, desnuda de cintura para arriba…
-Bella.- emitió un ronco jadeo.- Tápate, porque quedan dos segundos para que lance el teléfono y te quedes sin cenar.- dijo, con la mirada clavada en aquellos pechos llenos y perfectos.
Ella se rió de una manera pícara y cubrió sus pechos con la sabanas de raso; los pezones duros se marcaban perfectos y comenzó a notar como el músculo del placer de Edward, se llenaba de sangre y se hinchaba. Se relamió gustosa y él abrió mucho los ojos cuando ella se paseó a gatas completamente desnuda hacia él. Aferró con su mano el gran pene y lo metió en la boca suavemente….
Edward apenas pudo decir nada a su hija, solo pudo emitir tres palabras que su hija compredió a la primera; riendo después al colgar el teléfono- " Alice. Dos pizzas"
-Dios…como te quiero…mi pequeña ninfa….
La voz ahogada de Edward se perdió entre jadeos y roncos susurros de placer.
Ella era suya, y lo seria siempre.
Despues de deshinibirse y amarse con la necesidad de los amantes, sacaría el precioso anillo que habia tardado un dia entero en encontrar. Un fino solitario, con un diamante que brillaba casi tanto como ella.
Se arrodillaría y la pediría en matrimonio.
Lloraría de felicidad si ella le decía que si…y luego la volvería a amar con devoción, ternura, lujuria, amor…con todo lo que tuviese dentro que era mucho y todo para ella.
Y sus hijos….lo mas maravilloso que le habia brindado…aquellos pequeños que eran como mirarse en un espejo de niño, aquellos niños, que con una mirada habían comprendido, que con una sonrisa se los habia ganado…eran tan maravillosos e inteligentes como su asombrosa madre.
Aquella que lo habia enamorado siendo otra….
….y siendo ella….
…porque Isabella Swan, cuando estaba con él siempre surgia, y no existía el Cisne, el Cisne…el personaje imaginario que Bella creyó ser, contra él…pero que desarmada; era mas ella que nunca, al estar con él….
No habia nada mas que hablar, nada que asimilar, el pasado estaba deshecho y el futuro por venir; su futuro era ella y sus maravillosos hijos; sus tres hijos.
…
Dos días despues….
-¡Tengo ganas de ver a mis hijos; Edward!.- Bella echó a correr por el pasillo, de su casa. La casa solariera que Edward reformó para la hija adolescente del teniente Charles Swan.- ¿No crees que ya es suficiente?.- Bella rió al enroscar Edward una mano en su cintura y ponérsela de nuevo en el hombro; como un maldito hombre de las cavernas.
-Nunca es suficiente, ni bastante. Alice se ha llevado a los niños a casa de los Whithlock….estan encantados…. Nena..esto es un anticipo a la luna de miel….- Él la echó de nuevo en la cama y se posó a lo largo de ella; besándole el cuello con pasión.
-Casados… murmuró ella. Cerrando los ojos presa del placer.- Deberá ser pronto.- Sonrió al ver que Edward paraba en seco y la miraba con insistencia.
-Cuando tú quieras mi amor….pero…
Bella apartó el pecho de él y miró su vientre ensanchando mas su sonrisa.
-Estoy embarazada…
Edward se echó para atrás y casi cayó de la cama; asustado.
-¿Embarazada?.- bramó.
-Sí.
Bella se levantó y lo miró. Un miedo conocido le recorrió la columna vertebral y frunció el entrecejo achicando los ojos.
-Llevo un hijo tuyo en mi vientre….parece ser que somos verdaderamente compatibles; Edward Cullen.
Edward la miró de arriba abajo y entonces comenzó a reir sin reservas.
Puso una de sus rodillas en el lecho y acercó a aquella deidad desnuda hacia él.
-Mi vida…soy mas feliz de lo que cualquier otro hombre pudiera ser…y ahora me colmas aún mas esta felicidad, diciéndome que me vas a dar otro hijo…- la mirada de Edward se perdió y su boca hizo un mohín de desdicha.- Erick me dijo….- Bella sintió sus ojos arder.- Me dijo que te cuidara…que cuidara de nuestros hijos…y que si algún dia teníamos otro vástago, le pusiéramos su nombre en recuerdo a él…
-MI hijo se llamara Erick.- sentenció Bella, decidida.
Edward se perdió en sus ojos y comenzó a saborear sus labios generosos.
- Sí. Amor. Redimiremos a Erick en nuestro hijo..Su nobleza y su amor hacia a ti, os salvó de la crueldad y la locura de Jessica. Ese muchacho estará para siempre en mi corazón y en nuestras vidas; no creas que no pasa un solo dia sin que me acuerde de él. Le debo tanto….- Edward miró a Isabella y luego su mano viajó hacia su vientre.- Le debo todo….
Bella acarició el cabello del que iba a ser su esposo en pocos meses con especial devoción y entonces se inclinó hacia él, besándolo con todo el ansia que llevaba dentro.
FIN.
Espero que os haya gustado. Besos nenas; no puedo escribir mas. Estoy llorando…me da mucha pena acabar este fice. Besos!