Primero que nada quiero agradecer por que estén leyendo mi otro fic , les traigo este que ya mero termino y que no será tan largo , lo hice el año pasado para la GF pero nunca lo publique todo , si lo leen y les gusta se los agradezco mucho.

Nunca cambies

"La mire y su respuesta fue aquella sonrisa que jamás pude olvidar"

A los dieciséis años Candice White había recorrido muchos caminos , había vivido tantas cosas y sabia que todavía quedaban mas ,aquella niña huérfana que desde pequeña anhelaba una familia se estaba convirtiendo en una mujer, teniendo que madurar más pronto de lo debido.

sin duda la vida había sido dura con ella ,pero Candice White había sabido reponerse ante esto, la muerte de Anthony y Stear habían dejado un vacío en ella como también en la familia Andley y en especial en sus dos amigos incondicionales ,su infancia no hubiera sido la misma sin aquellas personas y sin las que ya se habían ido , mas sin embargo para Candy sumirse en la tristeza no era una opción.

Para fines de la primera guerra mundial Candy se había mudado de chicago puesto que su decisión de alejarse de todo era firme , ni siquiera Albert la había podido detener y ahí seguía aquel pensamiento que la atormentaba , Terry….. , después de todo " jamás te quedas con tu primer amor " recordaba esas palabras con ironía salidas de la segunda y última carta de Susana Marlowe , si bien Terry no había sido su primer amor parecía como si este hubiera sido el último, para Candy habían terminado "los amores" , era ahí la ironía puesto que había sido una chica muy enamoradiza pero eso era el pasado, no quería recordar lo mucho que había sufrido, se había tenido que tragar su enfado y decepción aquella terrible noche en el hospital y sonreírle a la mujer que había amarrado a su Terry ,pero esa mujer era solo una pobre mujer, los días de colegio a lado de Terry jamás volverían y tampoco el, en ese momento entendió que Susana lo necesitaba más que ella ¿una decisión precipitada? No lo sabía , lo único que sabía era que tenía que marcharse ,fuera como sea al final solo quedaría ella, al salir de aquel hospital no podía dejar de sentir el frio invierno de las calles de nueva york , el crudo invierno era una realidad ,pero era peor lo que sentía en esos momentos y pensar que había venido con una ilusión a aquella ciudad y esta misma se despedía como algo casi instantáneo ni siquiera el gélido viento que se sentía aquella noche la podía despertar de su amarga y nostálgica turbación, jamás había tenido a alguien y cuando lo había tenido, parecía que todo lo que ella podía llegar a amar se desvanecía como una amarga ilusión , pero … ¿para qué pensar en ello? Ya todo estaba dicho.

La joven rubia ya no tenía un rumbo fijo , los hospitales solían trasladarla a diferentes ciudades y ella lo aceptaba ,mas su espíritu vivaz no se había perdido del todo , incluso todos los pacientes se alegraban al ver a su enfermera favorita y Candy lo era , todos adoraban a aquella hermosa mujer de la sonrisa eterna , como cada mes solía mandar un telegrama para sus madres en el hogar de pony enviando cariños y un poco de dinero ,los telegramas habían sido la mejor opción en esos tiempos donde la tristeza y decepción era mayor en su corazón que aquel espíritu alegre por el cual todos la conocían .Para candy era tan fácil engañar a la gente con una sonrisa ,pero no así misma ,eran las noches donde se quitaba la careta, cualquiera que la viera diría que aquella chiquilla jamás había sido feliz ,pero lo cierto es que si no miraban bien se llevarían una impresión errada de aquella dulce mujer, a veces creemos que cuando una ilusión nos deja no podemos hacer más que aferrarnos a lo que pudo ser , encerrándonos con ella y cerrando todas las puertas para no oír lo que sucede haya afuera y eso había pasado con ella ,candy sabía que no podría hacer lo mismo con la gente que la conocía desde siempre y sabia que no hacía más que lastimarse pero tenía miedo a lastimar también a los que la rodeaban .

Para el verano de 1919 Albert su querido Albert le había enviado una invitación y una carta, ella abrió la segunda sin pensarlo dos veces.

Querida Candy

todos nos sentimos vacios sin tu presencia ,las cosas en Lakewood están como siempre ,después de todo supongo que tu tenias que seguir tu camino, ahora tu eres la que te marchas y yo el que me quedo, que ironías de la vida ¿no lo crees? Nosotros también nos hemos enterado de la noticia ,paty se casa , la abuela Marta está feliz de que su nieta al fin haya encontrado alguien, después de la muerte de Stear nadie creía que esto pasaría, quisiera que vinieras a Lakewood con nosotros , se que ya eres mayor de edad , espero que no estés enojada por seguir siendo mi hija adoptiva .

Te quiere siempre Albert.

Candy guardo la carta y esbozo una sonrisa triste , Albert tenía razón después de todo seguía siendo su hija adoptiva , que raras eran las cosas ,su padre adoptivo tenía solo veinticinco años y ella dieciocho ,su carta había sido corta pero concisa en otra ocasión ella se hubiera deprimido, odiaba las cartas cortas , mas esta la alegro , se sentía feliz por Paty , su amiga del colegio , su gran amiga ,aun recordaba lo mucho que todos habían sentido la muerte de Stear y lo difícil que había sido para Patricia O'Brien salir de aquella tremenda depresión y Candy la entendía . sin duda Alistear Cornwell había sido uno de sus mejores amigos , si no fuera porque en aquel tiempo ella se había enamorado de Anthony seguro lo hubiera hecho de Stear , al cerrar sus ojos podía recordar el amable rostro de su fiel amigo y la misma pregunta de siempre venia a su mente, ¿Por qué se había ido?, era una de las preguntas que jamás tendrían respuesta , tantas noches que pensaba en él y lo que él había querido decirle la última vez que se vieron , los días pasaban y ella aun no se decidía .

ir a Lakewood le causaría recuerdos pero podría ver a sus amigos de nuevo, comenzaba a extrañar las caras de siempre , aquella tarde en el hospital dio su renuncia , se dirigió a casa , hizo las maletas y se marcho a Lakewood ,estaba decidida era hora de volver , no le había avisado a nadie por lo que no esperaba ninguna bienvenida, tomo el primer tren a chicago sin esperar nada ,algo que la vida le había enseñado muy bien.

Una vez que llego a chicago se dirigió a Lakewood sin pensarlo dos veces , tal vez su viaje había sido un poco precipitado pero tenía que volver, sin importarle nada Candy saco la cabeza por la ventanilla del carruaje, y observo maravillada como el portal de las rosas resplandecía ante sus brillantes ojos verdes su mirada risueña apareció como cuando era una chiquilla de doce años en aquella primera vez que había conocido ese gran lugar ,pero esta vez con un toque de nostalgia ,aquellos maravillosos recuerdos que sabía que jamás olvidaría ,podía cerrar los ojos y mirar atrás ,parecía como si todo hubiera sido ayer, el ayer que se había ido tristemente ,cerró los ojos y respiro el aire puro de Lakewood ,no, no había cambiado en nada , al llegar solo llevaba su maleta y una gran sonrisa, para su sorpresa Dorothy le abrió Y no pudo evitar notar su estado, tendría seis meses de embarazo ,su antigua amiga la miro con sorpresa y alegría.

-señorita Candy, que alegría ¡oh esto no lo creerá nadie!-hablo Dorothy entusiasmada-a pasado tanto tiempo

-lo se Dorothy yo también me siento feliz de verte-dijo la rubia esbozando una sonrisa-mírate ¡pronto serás mama! , seguro serás una muy buena.

Ambas se abrazaron y rieron como en los viejos tiempos

-gracias candy, pero por favor pasa-dijo la pelirroja haciendo un ademan de bienvenida

Candy paso al mismo tiempo en que estudiaba cada recoveco de la mansión, estaba algo cambiada era verdad, pero seguía siendo la antigua mansión donde ella irrumpió años atrás, Dorothy la dirigió a la sala y ella se apresuro a preguntar curiosa-¿Dorothy ,Albert está en casa? ¿Archie?

-el señor William no está, se encuentra en Boston-contesto rápidamente la mujer

-¿y Archie?- pregunto de nuevo la rubia un poco desanimada

-el se fue con el sr William-al ver la cara de la chica, ella agrego-pero no te preocupes seguro que regresan esta misma semana

-ohh! Bueno, en ese caso me alegrare de ayudarte, no es bueno que trabajes tanto-dijo la rubia más animada mirando a la entrañable Dorothy

-descuida candice, el labor de Dorothy es muy ligero por su embarazo-dijo otra voz desde el otro extremo de la habitación

De inmediato la chica busco con la mirada a la dueña de tan singular voz que no se atrevería a confundir-tía abuela!- dijo candy con sorpresa ,mientras la mujer se dirigía a ella en una silla de ruedas, eso también la sorprendió.

La mujer mayor le sonrió por primera vez , una sonrisa totalmente dedicada para ella, sin duda la mejor bienvenida que Elroy Andley le había dado, podría haber sido que en su ausencia pasaran muchas cosas y que la gente en verdad ¿cambiaba? ,para candy el ver a la tía Elroy en ese estado la había sorprendido demasiado ,la anciana lucia cansada y su mirada denotaba tristeza, una tristeza que antes solía disfrazar de prepotencia, pero ahora eso ya no tenía sentido para esa antigua dama. Tal vez nunca lo había tenido, las personas pueden llegar a estar cegadas toda su vida y al final de la suya , Elroy comenzaba a entender que debía haber rectificado hace años.

Dorothy se marcho, mientras ambas mujeres se saludaban con un tímido hola, después Elroy decidió que lo mejor sería ir a la biblioteca donde no podría ser molestada, la chica la siguió, ya adentro ambas tomaron asiento.

-supongo que debes tener apetito le pediré a Wendy que te traiga algo ,mientras aprovechare para tomar mis píldoras- en un esfuerzo Elroy se paró de la silla de ruedas y tomo su bastón. Que descansaba alado del sofá.

Candy yacía sentada en el diván , su rostro era la incredulidad viviente , al parecer la tía Elroy estaba envejeciendo a grandes pasos pero su carácter era algo diferente, era la primera vez que la anciana se veía interesada en tratar con ella, un cierto arrepentimiento en su rostro ¿tal vez? y efectivamente habían sucedido muchas cosas, Elroy se encargo de hacérselo saber esa misma tarde, todo parecía tan extraño, como si estuviera en otra dimensión ¿la tía abuela invitándola al te? , preguntándole si tenía hambre? ¿Pidiéndole que no se molestara y que por favor se quedara con ellos en Lakewood? Candy no dejaba de sonreír y sorprenderse de cada cosa que le contaba la anciana, tal vez si había cambiado y ella estaba ahí para verlo.

-señora tiene una llamada-dijo Dorothy asomando su cabeza por la puerta

-gracias Dorothy, ahora vuelvo -anuncio la anciana levantándose del sillón de piel-y candy siéntete como en tu casa-dijo antes de cerrar la puerta

-gracias

Dorothy le sonrió y desapareció con la anciana, después de unos momentos unos muy largos ,la inquieta rubia se levanto de su asiento y comenzó a estudiar la habitación; hacía años que no entraba a esa biblioteca ,la última vez que había estado ahí había sido reprendida junto a Anthony por deambular por toda la ciudad y por estar en boca de todos "los andley" ,"el prestigio" dramatizaba la anciana , nunca lo olvidaría, ella era una niña encantada por aquel joven maravilloso y amable que la miraba con ojos de amor y al mismo un chica deslumbrada por los lujos de aquella antigua familia rica , y como no iba a estarlo ,ese mundo era totalmente diferente a aquel que ella conocía , ella era solo una niña de un hogar humilde ,en el hogar de poni se usaba el mismo tenedor tanto como para la comida y el postre y no es que todos los días hubiera postre , Siempre tenía miedo que sus modales no cubrieran las expectativas ,pero para Anthony y los chicos cornwell ,ella era simplemente maravillosa.

estaba todo como lo recordaba, pero no pudo evitar mirar el marco de plata que se encontraba sobre la chimenea , en el retrato estaban los hermanos cornwell Anthony y ella , una hermosa foto donde todos sonreían con naturalidad, recordaba aquellas risas de los cuatro esa tarde. Probablemente aquella foto era la única que había tomado esa pesada cámara que Stear había fabricado y que había tardado tanto en hacer. De pronto un sentimiento la invadió, tenía tantas ganas de llorar pero sabía que no debía hacerlo.

Miro los rostros de sus amigos, todos muy apuestos ,una fotografía alegre de los días de antaño , ahora los únicos que podrían recordar aquel momento solo serian Archie y ella.

Con su mano acaricio el rostro de Anthony y se pregunto cómo sería ahora ,al igual que su gran amigo Stear ,seguro serian muy apuestos aun recordaba las ocasiones en que estos la habían ayudado ,siendo ella casi una extraña ,había pasado tantas cosas con ellos ,cuanto no había reído con ese par de bribones ,creía que iba a envejecer con ellos, desafortunadamente se habían marchado antes ,la gente se marchaba y ella seguía ahí, ella seguía ahí…..

las memorias desfilaban en su cabeza ,Candy se arrodillo y comenzó a sollozar ,había pasado tanto tiempo y sin embargo la tristeza no se había ido , la tía Elroy llego con una sonrisa al parecer había buenas noticias , cuando abrió la puerta no pudo evitar mirar a la rubia hincada en el diván sollozando con el retrato entre sus manos, Elroy observo la escena en silencio ,aquella chiquilla había sufrido mucho y aun así podía seguir sonriendo y alegrando a la gente ,pero ¿Quién la alegraba a ella? Irradiaba felicidad con aquella mirada amable y llena de inocencia, no importaba los años que pasaran por ella, candice White siempre seguiría siendo aquella niña sonriente .

Candy lloro toda la tarde hasta quedar dormida, uno de los sirvientes la había acostado en el sofá mientras Elroy la cubría con una cobija, sus ojos estaban hinchado de tanto llorar , había observado la anciana antes de que la chica callera dormida, cosa que la conmovió y hacia que se arrepintiera de su trato con la chica, toda su vida había vivido entre prejuicios y una chiquilla había venido a enseñarle que había estado equivocada, después de un rato Elroy sonrió y apago la lámpara al marcharse.

Había despertado en medio de la noche a causa de los ruidos, la chica camino hasta salir de la biblioteca, se había quedado dormida, miro el reloj y comprobó que era demasiado tarde, tallándose los ojos y tomando sus zapatos salió ,comenzó a deambular por la mansión cuando noto voces venían del recibidor , pero todo estaba completamente oscuro, solo pudo alcanzar a vislumbrar una sombra y la sombra encendió una lámpara

-¿Quién anda ahí?-dijo la chica somnolienta ya acercándose más

-candy?- pregunto con incredulidad aquella voz varonil que venía del recibidor

Candy no contesto solo apresuro su paso y camino hacia él, quien no la había visto aun -Archie!-dijo la chica al momento de abrazarlo efusivamente ,cuánto tiempo había pasado que no veía a su último paladín ahora

-oh, dios! Candy!, candy! , cuanto te he extrañado gatita,- hablo emocionado el muchacho cargándola y girando con ella bajo la tenue luz de la lámpara- ¡Albert mira quien está aquí!-dijo su sobrino con felicidad cuando bajo a la chica aun emocionado

Las puertas de la mansión estaban abiertas y Albert entro con dos maletas-de que hablas Archie?¿quién es?

Soy yo Albert-Candy camino hacia el, Albert soltó las maletas para abrazarla y ella se colgó de él

-¿candy de verdad eres tú?-pregunto el rubio comenzando a tocar su rostro con sus manos

-jajaja, si soy yo-respondió la rubia

Los ojos de Albert brillaron con emoción ¡dios ambos sí que la habían extrañado! .

Archie encendió otra lámpara y ambos se quedaron maravillados y felices de verla tan sonriente , tan bella , al igual que ellos Candy se sentía feliz de volverlos a verlos y estar con ellos ,aquella fue una maravillosa noche llena de risas y anécdotas, así mismo las altas horas no habían impedido que los amigos se reencontraran , habían platicado de tantas cosas , sentados en el pórtico que daba al portal de las rosas , bajo una calurosa noche de verano, una de tantas que compartirían y recordarían como una de las mejores épocas de sus vidas .cada uno de ellos sentía la dicha de volver a hablar como en los viejos tiempos, las aventuras de ambos jamás terminaban y candy se había sentido en casa después de mucho tiempo.

-alguno de ustedes quiere café?-pregunto de pronto la chica con una sonrisa

-a mi me gustaría-contesto el rubio de grandes ojos azules

-¿y tu Archie?-pregunto ella de nuevo

Archie la miraba extrañado ,seguía siendo la misma candy de siempre ,su candy ,aun podía recordarla con sus coletas de colegiala haciendo muecas para alegrarlo aun en el día mas nublado ,más sin embargo a la luz de la luna lo único que podía observar era a una bella mujer, la mujer que le había robado el corazón a todos y a cada uno de los Andley – por favor Candy

La muchacha se alejo para ir por tres tazas de café ,después juntos admiraron el amanecer , hacia tanto tiempo que ninguno de ellos lo hacía, estuvieron ahí hasta que los venció el cansancio y la primera en ceder fue Candy.

Al despertar se encontró en la que había sido su habitación , despertó en su cama de dosel y sabanas de seda sin duda la cama más suave en la que ella había dormido, probablemente uno de ellos la había llevado hasta ahí , un sentimiento de una alegría casi desmedida llego a ella esa mañana ,se dirigió al baño para ducharse tenía que estar presentable ,se puso su traje crema de dos piezas que usaba para alguna salida y zapatos bajos , tomo su cabello sujetándolo con un broche de plata que le había regalado una de sus amigas enfermeras en uno de sus cumpleaños ,aun en el pasillo la chica lucia pensativa tanto que tropezó ,mientras el rubio la miraba curioso

-lo siento Albert ¿te hice daño?-contesto candy apenada

-no te preocupes candy-dijo el hombre sonriente mientras se acomodaba la corbata

Candy lo observo por unos segundos, su sonrisa tranquila y sus ojos mansos eran los mismos de siempre, candy lo abrazo sin motivo y salió corriendo ,Albert se quedo extrañado ante la actitud de la muchacha.

Los apuestos hombres Andley se marcharon mientras candy los despedía con una sonrisa en los labios, ninguno de ellos había dormido lo suficiente pero no lo lamentaban puesto que había valido la pena, candy paso aquel día en el portal de las rosas, pudo observar que había llegado tarde para ver florecer aquellas hermosas flores incluyendo las dulces candy pero sonrió al pensar en la promesa de Anthony "ellas florecerían en mayo", se recostó en la yerba fresca y tan rápido como lo hizo comenzó a soñar, más no tardo mucho en que su descanso terminara

-despierta candy

-¿tía Elroy?-contesto la chica algo confundida tallándose un ojo

La mujer le dio la mano y candy la tomo aun más confundida sin poner realmente su peso , para que la anciana no se esforzara

-ven quisiera enseñarte algo

Ambas caminaron de vuelta a la mansión, Elroy caminaba dificultosamente, su bastón ya no era suficiente lo cual candy noto ,en ese mismo instante se acerco a ayudarle y Elroy le agradeció ,cuanto no se había equivocado con esa muchacha, Elisa jamás la ayudaba a caminar, entraron de nuevo a la biblioteca, la anciana movió uno de los libreros fácilmente para abrir una puerta que ella jamás había visto

-pasa –le invito

Candy entro con ella ,era un bello salón decorado maravillosamente ,sus muebles eran de piel (como todos los de la casa) , un enorme ventanal que daba al portal de las rosas ,justo alado se ubicaba un librero , Elroy abrió uno de los baúles que había al otro extremo y comenzó a sacar el contenido de este

-quería darte algo , que creo que ahora deben ser tuyo

-pero tía abuela…

-nada de peros

Cuidadosamente, la anciana saco un hermoso vestido verde oscuro de gasa cubierto de pedrería , mientras candy lo miraba cohibida, jamás había visto semejante belleza y parecía muy costoso ¿pero de quien seria? Era muy bonito.

-era de Pauna , se lo regale el día en que cumplió diecinueve años, solo lo uso una vez ,recuerdo que me decía que tenía miedo de maltratarlo, lo compre en un viaje a nueva Orleans ,cuando lo vi supe que era para ella sus ojos brillaban con él ,parecía un ángel aquel día , estoy segura que a ti también te quedara bellísimo

-oh tía abuela es muy bello-contesto candy con los ojos llorosos ¡ tía Elroy le estaba dando algo especial para ella!- pero, no lo puedo aceptar es un recuerdo muy importante para usted

-sabia que dirías eso, tómalo candy se que te quedara perfecto, no habrá nadie que lo luzca mejor que tú. ¿sabes? esta habitación fue construida especialmente para ella ya que el doctor no le permitía salir siempre debido a su enfermedad, todos los días solía mirar por aquel ventanal con la esperanza de algún día recuperarse y salir hacia aquel jardín que siempre había amado, aun recuerdo esa mirada triste, sus ojos lucian tan apagados ,tal como la rosa que se marchita –dijo Elroy pensativa - nadie conoció jamás esta habitación ,ni siquiera Anthony ..

Candy miro de reojo a la anciana, tenía la mirada fija hacia el portal de las rosas y ella hizo lo mismo

-es muy bello este lugar tía abuela

-lo sé, no sé cómo pude ser capaz de querer quitar los rosales de Anthony..

-no se culpe tía Elroy

-me he equivocado tantas veces

-todos lo hacemos-respondió de nuevo la chica, Elroy puso una cara amable y la miro a los ojos

-puedes venir aquí cuando quieras y candy…

-¿sí?

-quisiera que me perdonaras-dijo la mujer volteando hacia ella ,su mirada con sincero arrepentimiento le decía que no estaba mintiendo , por primera vez después de tantos años Elroy andley pedía una disculpa y era a candy White .

-tía Elroy no tengo nada que perdonarle

-claro que si ,fui muy mala contigo, mis prejuicios no me dejaban entender, siento tanto haberte tratado como lo hice, siento haberte despreciado y haberte hecho sentir mal tantas veces.

-tía Elroy ,yo ya lo he olvidado-dijo la joven poniendo sus manos en las de la anciana

Ambas mujeres se reconciliaron aquella tarde, candy le conto sobre el hogar de pony y lo feliz que había sido en el, Elroy reía de cada aventura que la chica le contaba, desde que se había marchado la chica , desde hace tiempo Elroy había comenzado a reflexionar ,incluso ahora que candy le hablaba del hogar de poni, tenía ganas de ir ella misma.

Por la noche candy subió a su habitación ,encendió una lámpara y saco las cosas de su valija, para comenzar a desempacar , al tomar algunos vestidos se encontró con unas cartas que creía haber perdido, las tomo y comenzó a leer

Querida Candy:

Espero te encuentres bien. Lamento mucho la forma en la que tuviste que dejar Nueva York. Ahora yo sé en donde está el corazón de Terry. Lo único que me queda es esperar que algún día él se enamore de mí. Ya no puedo caminar en lo absoluto y ahora me doy cuenta que Terry es mi vida y alma. Yo esperare a su lado para siempre, si eso es lo que debo hacer. ¡Lo amo tanto! Siempre estaré a su lado para cuidarlo.

Susana.

Creía haber perdido esa carta junto con la otra, pero al parecer esta había estado todo el tiempo en su beliz y por primera vez sintió que podía contestar sin que ninguna lagrima corriera por sus mejillas, aquella noche las respuestas fueron claras y la incertidumbre se había desvanecido, era como un sentimiento de liberación , muy parecido a lo que sentía cada vez que la paloma se iba volando para mandar un mensaje a Anthony, para liberar aquella certidumbre de la que ahora se veía poseída, las palabras llegaban claras a su mente al mismo tiempo que escribía, su mano parecía poseída ¿ una especie de desahogo? .tal vez….., sin embargo , sabía que nunca la mandaría, simplemente era algo que debía hacer.

Querida Susana:

Yo estoy bien, pero debo confesarte que sentí odio hacia ti cuando lograste que me fuera del hotel en Chicago. En ese entonces pensé que yo lo amaba más que tú...Luego cuando fui a New York y me enteré del accidente y de que habías perdido tu pierna y tus sueños y aún más, cuando casi te suicidas por mí y por Terry, fue entonces que supe que en verdad lo amabas desde el fondo de tu corazón. En ese momento supe lo que debía hacer.

Cuando me enteré que Terry dejó el grupo me di cuenta de que ustedes eran los que tenían problemas y no yo. Tengo las dos cartas que me enviaste y las leo una y otra vez. En ocasiones veo tu foto en las revistas en algún artículo y siempre se te ve tan sonriente. Ahora sé que tomé la decisión correcta. Cuida mucho de Terry, me alegra ver que ya es un gran actor. Ahora él ya está en mi pasado y yo no vuelvo la mirada atrás.

Sé que algún día nos veremos nuevamente los tres, tal vez cuando ya seamos ancianos y nos reiremos mucho todos juntos. Cuida mucho de Terry.

Candy.

Mirando la carta no pudo hacer más que reírse, la vida era tan corta y ella sufría por un amor del pasado ,un amor que solo se había vuelto un recuerdo más, su adolescencia había sido difícil, era una chica pobre con una familia rica que la había adoptado y aquel día en que lloro por culpa de Elisa aun recordaba lo que Dorothy le había dicho " ella podrá tener todo el dinero, pero tú eres aun más rica por tener amigos", la vida le había sonreído de diferentes maneras , las personas se quejaban por que los amigos realmente no lo eran , pero ella tenía muchos ,más que el amor un amigo es más difícil de encontrar y aunque algunos ya se hubieran ido ,ella los llevaría por siempre en su corazón y si bien Terry ya no era más su amor ahora era un amigo que la había ayudado a decirle adiós a la perdida de Anthony, algo que ni ella misma había podido lograr. Tomo ambas cartas y las dejo sobre el tocador, era ya más de media noche pero decidió ir a dar un paseo.

Candy salió en su bata blanca de dormir, el calor de esa noche la había incitado a su breve recorrido ,camino hasta perderse por el portal de las rosas cuando por fin pudo llegar al lago , estaba algo alejado de la mansión pero sabia como volver.

La chica metió una mano para probar la tibieza de las tranquilas aguas, aun recordaba sus aventuras de niña en aquel lugar ,se quito la bata y se sumergió en el agua ,bajo la luz de luna todo parecía sereno , oía el susurro de los arboles al moverse y al mismo tiempo el silencio y tranquilidad que existía en aquel lugar la hacía sentir como si nada existiera , todo era perfecto en ese instante, después de unos minutos ,vio una sombra sentada a la orilla del lago, el hombre yacía sentado mirando al cielo , sus cabellos largos y su cuerpo bien formado se veía perfectamente a la luz de la luna mas su rostro era imposible de divisar .

A su mente llego el recuerdo de Terry aquella noche en el barco , lo había confundido con Anthony ,pero sabía que esta vez no podría ser ninguno de ellos dos, se había prometido a si misma que no confundiría más a las personas y sobre todo no confundiría mas sus sentimientos.

Fue una sorpresa cuando aquel hombre voltio, su mirada denotaba serenidad , el hombre la miro y se acerco a ella, por un momento candy había estado dispuesta a salir de aquel lago mas se dio cuenta de un ligero detalle; estaba desnuda, ante su realidad sus mejillas se tiñeron de rojo, pero la noche le favorecía y el no notaria aquel rubor.

-hey candy!-dijo el hombre acercándose hacia ella

Albert llego hacia ella y le dio una mano para que saliera del lago, pero candy declino su propuesta

-no puedo-respondió la chica avergonzada

-claro que puedes, vamos dame la mano

-no puedo Albert

-entonces creo que yo también nadare contigo –contesto el

-no puedes!

-claro que si ,¡vamos! te podría enseñar a nadar de espaldas ,tu siempre quisiste aprender ¿recuerdas? Y ade..

-no quiero a aprender a nadar de espaldas-declaro ella con cierto bochorno en sus palabras ,su turbación no la dejaba de solo imaginarse junto a su amigo y nadando de espaldas ¡ella no traía ni un pedazo de ropa!

-¿Por qué no?-contesto el rubio un poco confundido al mismo tiempo en que se quitaba la chaqueta

-tal vez, ¡porque estoy desnuda!

-oh!-fue todo lo que pudo decir el rubio, aquel momento había sido algo bochornoso y se volvió a poner la chaqueta

-podrías pasarme mi bata

-si claro-dijo el hombre, tomando la bata que estaba colgada en una rama de un árbol , para después entregársela

-podrías voltearte

Albert hizo lo que pidió, jamás había pensado encontrarse a nadie ahí, había creído que todos estarían dormidos para esa hora.

Candy salió del agua rápidamente

-puedo ya voltear?-pregunto el rubio algo impaciente

-aun no

-vamos candy soy tu amigo-dijo el hombre en tono de broma a la vez que movía su cabeza

-Albert no voltees!-respondió ella escandalizada

Albert y candy se sentaron a la orilla del lago, la luna llena lucia en todo su esplendor ,candy miro a su amigo con cierta extrañeza jamás había notado lo guapo que era Albert, era cierto que le parecía guapo, pero nunca se había detenido a pensar mucho en eso.

-que pasa candy porque me miras tanto?-pregunto el rubio coquetamente

-ohh, no es nada , es solo que no había notado lo guapo que te vea a la luz de la luna-dijo la rubia pensando en voz alta ¡oh rayos ¡ ¿Por qué le había dicho eso?

-gracias, yo también puedo decir lo mismo de ti-dijo el hombre con voz alegre

-quisiera mirar las estrellas-dijo la chica cambiando la conversación

-podríamos acostarnos en el pasto

-me parece una excelente idea-contesto la rubia con una sonrisa en sus labios

Ambos se recostaron sobre la yerba, había pocas estrellas esa noche, pero por dios que era una noche preciosa, de pronto ella comenzó a hablar.

-Susana me mando dos cartas ,no le he contado a nadie de esto ya que no he sido capaz de responderle ninguna -hablaba la chica un poco pensativa-pero sabes hoy escribí una respuesta para ella, no tengo más arrepentimiento de haberme ido esa noche de invierno, ahora creo que fue lo mejor que pude haber hecho

El rubio la escuchaba atento, mirando como el rostro de candy cambiaba de expresión ,su pequeña amiga había madurado, al fin había dejado todo aquello atrás ,mas los amores no se olvidan solo se superan.

-mira Albert, cuantas luciérnagas-dijo emocionada

El solo sonrió, candy era tan encantadora e inocente ella era tan única ,Albert no podía dejar de pensar cuanto había cambiado su dulce amiga en tan poco tiempo un año y medio tal vez dos , la rubia se alegraba por tan pequeños detalles, siempre la misma siempre candy …

-sabes Albert extrañaba volver a verlos, también a la tía abuela , jamás me imagine que algún día estaríamos tomando el té.

-nosotros también te hemos extrañado candy y lamento haberte dicho que todo seguía igual en Lakewood.