Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Akira Amano


¿LA RANA Y EL PRINCIPE?

Parte III

Después de haberlo meditado y analizado por mucho tiempo finalmente Bel terminó de armar la estructura de lo que sería su venganza contra esa rana escurridiza.

Claro, esta vez seria paciente y controlado, sin dejarse llevar por sus impulsos, ya que de no hacerlo terminaría matándolo rápidamente sin disfrutar de su sufrimiento, o despertaría, como la ultima vez después de haber sido dejado inconsciente, tirado como si fuera una vil cosa en uno de los sillones de la sala, con el rostro marcado con bigotes de gato hechos con tinta indeleble y en la mejilla izquierda el mensaje "Am I cute?"…..y por si fuera poco, con otro mensaje en las cortinas de la ventana diciendo "Yo limpiare el desorden, ATT: Belphegor the Ripper (Intento fallido de Príncipe)" .

-¡Waaaaaaaaaaaaah!- Encajó una de sus cuchillas a la pared, tan solo recordarlo le causaba rabia, pero debía calmarse, era hora de ejercer su plan.

Bel esperaba paciente sentado en las escaleras que daban al pasillo donde estaba la habitación de la ranita, empezó a lanzar sus cuchillas al techo para matar el tiempo, aunque pareciera que sus intenciones iban en contra del techo.

Finalmente escuchó unos pasos acercándose, y a lo lejos en el pasillo inferior observó que su tan anhelado objetivo se acercaba.

Fran al ver al príncipe alzo la mano en señal de saludo y continúo su camino por las escaleras.

-Ishishi, renacuajo a donde crees que vas, tenemos cuentas que saldar ¿Sabes?- Dijo el rubio mientras el ilusionista pasaba a su lado.

- ¿Cuentas?¿De qué?- Fran se detuvo y miro con poco interés al príncipe.

-De todo lo que me has hecho- Dijo poniéndose de pie y encarando al peliverde.

-Lo que le ha pasado usted mismo se lo ha provocado Bel-senpai.

-¡Ja! No jodas renacuajo.

Bel empujó al menor contra la pared.

-Y volvemos a lo mismo- Dijo Fran rodando los ojos en señal de fastidio.

-No te preocupes, esta vez será diferente- Dijo el príncipe sonriendo mientras lo tomaba de las manos y las colocaba por encima de la cabeza del peliverde, el menor trató de escapar antes de quedar totalmente atrapado, pero fue algo tarde ya que el rubio con el resto de su cuerpo bloqueó cualquier intento de escape.

Fran se sobresaltó al sentir el cuerpo del rubio sobre el suyo y sintió sus mejillas arder por lo que volteo al otro lado, esto dejo al descubierto su cuello, el cual Bel comenzó a lamer provocativamente. El peliverde sintió escalofríos y dejo escapar inconscientemente un gemido por el que se maldijo internamente, sin embargo para Bel era una buena señal, por lo que comenzó a succionar en la piel pálida del menor dejando algunas marcas no muy discretas a su paso.

Fran se estremeció y comenzó a tratar de zafarse nuevamente pero su intento fue detenido por los labios de Bel sobre los suyos, al sentir esto el menor cerró con fuerza la entrada a su boca, pero su protección fue debilitada ágilmente por la lengua del rubio quien con suaves caricias sobre sus labios lo incitaba y dejaba explorar más.

La mente de Fran estaba en blanco, fuera o no un juego eso se sentía bien y ahora no tenía ni la más mínima intención de escapar, de hecho, profundizó más el beso haciendo ligeras separaciones para tomar aire y seguir con el proceso.

El príncipe al darse cuenta de las ansias de la ranita lo soltó esperando que esta vez no escapara. Y en efecto, Fran al quedar libre sin dudarlo lo atrajo más hacia él, con su mano izquierda lo sujetaba por el cuello y con la derecha comenzaba a explorar bajo la playera de su sempai.

Bel detuvo aquel alargado beso y miró a peliverde todo sonrojado, con cierto toque de su típica indiferencia pero ahora había algo nuevo, una enorme señal deseo, eso le dio la indicación de que era hora de seguir con el siguiente paso.

-Ishishi parece que la rana no se transformó.- Dijo en tono de burla.

Fran miro al rubio con su típica indiferencia.

-¿En serio senpai?– ¿Por qué tenía que sacar ese maldito comentario en un momento así? Pero no dejaría que eso arruinara ese momento, ya lo había provocado y ahora era su obligación terminar lo que había empezado.

Bel se separo de su kohai, dejando a este último extrañado.

-Tranquilízate ranita- dijo mientras se acomodaba su ropa- Este no es el lugar indicado para hacer eso, el jefe podría vernos, Ishishi.

Eso le sonó familiar a Fran, ¿Acaso?... ¿Era posible?... ¿Es que todo eso fue solo para vengarse de lo que le había hecho aquella vez?

La sonrisa de satisfacción en el rostro de Bel aclaró su duda.

Así que al parecer su senpai aun actuaba como un niño mimado. Fran suspiro levemente. No, definitivamente no cedería ante el caprichoso príncipe.

-Nee Bel-senpai, no tiene que preocuparse por "su tamaño", yo planeaba ser el de arriba de todos modos- Dijo mirándolo con indiferencia pero con un notorio tono de burla en lo dicho.

-Ishishi- Sonrió falsamente ya que una gran vena sobresaltaba en la frente del rubio evidenciando su disgusto.

-Te mueres por continuar ¿Verdad ranita? Pero no importa que tanto trates, no se te va a cumplir~ Ishishi.- Dijo aun molesto, Fran sabía claramente como enfadarlo.

Bel se dio la vuelta dispuesto a irse, su venganza había resultado, el peliverde se la estaba pasando mal, y el estaba feliz… en cierto modo… como un 60%… está bien, no estaba nada feliz, abstenerse a tal oportunidad no era muy reconfortante y menos ahora que el menor respondía tan favorablemente, y es que… maldición, esa cara de deseo que había visto era tan… apetecible.

El rubio se maldijo por dentro ante tales pensamientos, comenzó a bajar las escaleras alejándose de ahí antes de que hiciera algo que arruinara lo que había logrado. Y es que estaba hablando de su orgullo, tenía que aguantarse y defenderlo como sea ya que ese renacuajo le debía varias.

-Bel-sempai.

Bel se detuvo ante el llamado del menor que aun estaba recargado en la pared, ahora con los brazos cruzados.

-Que quieres- Dijo sin voltearlo a ver ya que se encontraba algo inestable.

-Me temo que yo también tendré que vengarme de esto.- Dijo señalando las marcas dejadas en su cuello.

Bel tuvo que voltear para ver a que se refería su compañero, y rápidamente se arrepintió porque también vio algo que no quería, una ligera mirada de… ¿Lujuria? Sí, eso era, al parecer la ranita no cedería tan fácilmente. Su fuerza de voluntad se desvaneció junto con todo el asunto sobre el orgullo y la victoria.

Pero… estaba bien ¿No? Es decir, su venganza ya se había realizado, la rana ya había sufrido y su orgullo había ganado, al menos por unos minutos. Lo que pasara a partir de ahora debería contar como punto y aparte, ademas, como el gran príncipe admirable que era, tenía que responder por los actos cometidos y enfrentarse valientemente a la venganza del peliverde.

-Ishishi, inténtalo- Dijo retándolo mientras el menor se acercaba a él.

Al parecer todo el asunto del beso salio mejor de lo que esperaba, en lugar de obtener una alucinación provocada por un anfibio, obtuvo una muy real y "apetecible ranita"

-Fin