Disclaimer: iCarly NO me pertenece, ni sus lugares, personajes y demás, tan solo se me atribuye la escritura, tanto si es buena como si NO.
Summary: Después de una decepción amorosa, Sam y Freddie fingen estar saliendo, tan solo buscando venganza. Pero, no todo es tan sencillo como eso, sobre todo cuando sabes que estas enamorada de tu mejor amigo. Seddie.
Samantha Puckett & Freddie Benson.
By: Sweet Knight
"'Dime que me amas y renunciaré a todo para estar contigo."
Capitulo 7: Resolviendo asuntos pendientes.
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A la media noche todas las puertas estarían cerradas.
No importaba lo que tuviera que hacer, debía escapar, quedarse ahí, sería completamente ridículo. Lo más seguro era que Sam tuviera un plan para hacerla sufrir, oh sí y mucho.
11:47
Cada segundo su corazón se aceleraba un poco más. Tal vez no quería reprobar, pero aunque hubiera faltado estaba segura de que hubiese encontrado la manera de que el profesor de Ciencias le subiera calificación.
11:52
Miro su reloj en el móvil, alterada. ¡Debía dejar de pensar tonterías y comenzar a pensar en como dejar a su equipo y escapar. Había una manera, aunque algo extraña: Fingir sentirse mal. Arqueó una ceja y miró a su equipo, Carly había encerrado a Spencer en la caja estimulante como objetivo de su experimento, se notaba que estaba completamente incómoda con Gibby y si no fuera por ella, hacía rato que hubiera venido saliendo de ahí. Suspiró, si los dejaba a ellos también les afectaría.
11:55
Tenía cinco minutos, solo cinco, ni un segundo más. Se puso de pie, en pánico.
– ¡Carly, Gibby! ¡Al demonio, yo me largo! – vociferó y enseguida huyó de aula. Ninguno de los dos presentes supo exactamente porque, pero la castaña que ya se lo imaginaba, le dedico una mirada de consternación al muchacho que le sonrió como afirmación y se fue tras Melanie.
Buscaba la salida, realmente estaba desesperada, pero ¿Quién no lo estaría? Digo, según la cara de su gemela durante toda la semana esa noche no ocurriría nada bueno, al menos no para ella. No quería ser forzada a hablar sobre sus sentimientos y mucho menos con él, que seguramente la mandaría por un tubo. Se distrajo un momento y sacó su celular mientras corría para mirar la hora.
11:59
Tenía un minuto, o mejor dicho algunos segundos. Sin importar el bullicio de los estudiantes ella podía escuchar su corazón latir, como si de una bomba de tiempo se tratara, era lista pero aún no se acostumbraba a la inmensa escuela de Ridgeway, miro hacía todos lados, estaba casi segura de que ese era el pasillo central, corrió hacía la izquierda y a lo lejos diviso la puerta, estaba salvada...
Apretó el puño en el que llevaba el celular y justo cuando creyó que estaba fuera... De pronto se encontraba en el piso sobre una persona más. Respiro agitada en intentó levantarse, sin éxito.
– ¿Melanie? ¿A donde vas? – inquirió esa voz... Su voz.
No quería pensar, no quería mirarlo. No quería que fuera verdad. ¡Qué tenía dios en su contra! Miro la hora en el móvil nuevamente.
12:00
Se lanzo contra la puerta y no la pudo abrir, sus ojos se ensancharon y su corazón, latió más rápido si es que eso era posible.
– ¡Atención estudiantes! Son las 12:00 am, y todas las puertas están cerradas.
Se escuchó el grito de un muchacho aterrado subiendo las escaleras al fondo del pasillo. Melanie se sintió con deseos de hacer lo mismo que él.
– Terminen sus proyectos y si les da hambre durante la noche en el pasillo central habrá carritos abastecidos de comida. Hagan su mejor esfuerzo... ¡Ah! Otra cosa, el colegio no se hace responsable de lo que Sam Puckett pueda dibujar en sus frentes si se duermen. ¡Buenas noches! – La voz del director Franklyn se cortó.
Melanie Puckett tenía un nudo en la garganta, aún ahí, arrodillada, con las manos sobre la puerta del instituto.
– Te ayudo. – Brad la miraba ya levantado y le extendía la mano con una sonrisa placentera en el rostro.
Sin más, con todas las esperanzas rotas, tomó la mano del muchacho y se puso de pie.
Brad era todo un sueño. Todo lo que ella podría desear en un chico, jamás se imaginó que estaría suspirando por él a escondidas. ¡Dios! Ella era Melanie, si alguien le gustaba lo decía y lo más probable era que fuera correspondida... Sin embargo con este chico era distinto. Porque a él no le gustaba nadie que no fuera su gemela, su completamente opuesta hermana Sam.
Bueno, ni tan opuesta últimamente. Pero aún así. Brad jamás se fijaría en ella, se dio cuenta de que no había soltado la mano del chico y la quito a una increíble velocidad. Brad se rascó la cabeza e hizo una mueca.
– ¿Estás haciendo el proyecto un piso abajo de donde yo, no es así? – inquirió, y ella tratando aún de ocultar su ruborizado rostro asintió – Entonces te acompaño. – murmuró comenzando a caminar e invitándola a hacer lo mismo a su lado, ella se apresuro a seguirle el paso – ¿De qué trata su proyecto?
–Encerramos a Spencer, el hermano de Carly en una caja. Ahí veremos cuál es su reacción a diversos estímulos. – masculló por respuesta, completamente tensa a causa de los nervios.
Brad sonrió – Es interesante.
–No más que su proyecto. – aseguro ella con voz firme.
–Eh, que no sabía que utilizaras lentes. Nunca te vi con ellos. – pronunció el muchacho con los labios curvados hacía arriba.
Melanie se puso colorada, no creía que fuera a notarlo, se tomo las manos detrás de la espalda – Solo en la noche, la vista me cansa demasiado. – murmuró en voz baja, pero audible para él.
–Ya veo. – le sonrió Brad. – Te vez linda con ellos.
Bom. Bom. Bom. Bom.
Melanie creyó que el corazón se le saldría del pecho, se llevo las manos a éste y se quedo parada en el pasillo, mirando al muchacho perpleja.
Brad se detuvo unos pasos delante de ella y la miro – ¿Sucede algo, Mels? – la miró más profundamente al percatarse de su sonrojo y se acerco sonriendo. – Creo que tú y Sam no son tan distintas después de todo... ¿Tampoco estás acostumbrada a qué te alaguen? Pues deberías, porque realmente eres hermosa. – le susurró aún sonriendo el muchacho y la tomo por los costados de los brazos.
Quería salir flotando.
Tan solo esas palabras la hacían del todo feliz. Sin embargo su cabeza comenzó a dar vueltas, recordó la manera en que el chico la ignoraba siempre y no podía ver a nadie que no fuera su hermana gemela, suspiró, quizá solo le decía eso porque le recordaba a Sam.
Brad se llevó una mano al cabello y lo hizo hacía atrás, luego sacó el móvil y después de ver la hora dijo – Será mejor que nos apresuremos a llegar, o luego no quedará tiempo para terminar los proyectos. – le sonrió.
Subieron las escaleras y el muchacho tuvo la gentileza de llevarla hasta el aula de la que anteriormente había salido huyendo. Carly la miró asombrada cuando ambos entraron mientras Spencer gritaba algo inaudible desde la caja.
– Hola Carly, Gibbs. – saludó el rubio-castaño y se volvió hacía Melanie – Bueno me voy, que Benson estará como loco ya. – suspiró y sin mas ni menos le beso la mejilla a la rubia. – Nos vemos más tarde.
Dicho esto último salió por la puerta, dejando atrás a una ruborizada Puckett sin siquiera haberse dado cuenta de la reacción de ésta. Carly fue enseguida a su encuentro y la tomó por los hombros, exigiéndole saber todo.
– ¿¡Qué paso? Vamos cuéntame!
Melanie se quedo plasmada unos segundos y luego tomo asiento. Se preguntaba el porqué del comportamiento del muchacho, él nunca había sido lindo con ella y ahora repentinamente le prestaba atención como aquella vez en el cuarto de aseo, cuando recién lo conoció...
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– ¿Donde estabas, Brad? – inquirió Sam, con una sonrisa mientras se llevaba una tostada con guacamole a la boca.
– Con Melanie. – espetó simplemente el muchacho, tomando la cámara de Freddie entre sus manos.
Sam lo miro, expectante. Y Freddie ladeó la cabeza, desconcertado – ¿Desde cuando tu hablas con Melanie? – dijo.
Brad lo miro, consternado. – ¿Qué te pasa Freddie? Puedo hablar con quien sea, ¿qué no se supone que deberías interesarte más bien por quien habla o no con Sam?.
El aludido negó con la cabeza y soltó un bufido –No, no. Eso lo sé, pero es que tu siempre la ignoras... – masculló el Benson.
Brad parecía ciertamente confundido. – ¿Ah si? – miró a Sam buscando una respuesta contraria, pero la chica asintió – ¡No es cierto! Siempre la tomo en cuenta...
Sam se puso de pie y se llevo las manos a los bolsillos, dispuesta a retarlo – Menciona una sola vez en la que la hayas tomado en cuenta.
Brad, sonrió victorioso – Está noche.
– Además de hoy. – espetó Sam, cruzándose de brazos y mirándolo con recelo.
– Cuando la conocí. Hace una semana en licuados locos... – en número el chico, con una sonrisa de medio lado.
Sam se acercó lentamente al castaño – Brad, no lastimes más a mi hermana, ¿vale? – dijo en un susurró, tomando por la camisa al chico.
– Yo no he lastimado a nadie – habló Brad con voz clara.
Sam suspiró y Freddie la tomó por la cintura. Cosa que hizo que ésta le lanzara una mirada asesina y se pusiera de colores.
Brad arqueó los ojos y se cruzo de brazos – ¿Podrían dejar su romanticismo un rato? Tenemos un proyecto que terminar.
– ¡No es romanticismo! - exclamaron ambos al unisono y después se dedicaron miradas asesinas – ¡Tu! – se señalaron mutuamente – ¡deja de imitarme! – gruñeron ambos nuevamente – ¡arg! – pronunciaron y se cruzaron de brazos uno de espalda con el otro.
Brad los miro fijamente y chasqueó la lengua – Me equivoque, vale. Ustedes son la pareja perfecta nadie debería separarlos.
– ¿QUÉ? ¡No! – volvieron a exclamar ambos al mismo tiempo y se miraron con desprecio, algo ciertamente extraño.
Una silueta apareció aplaudiendo por la puerta – Y me alegra que por fin el último en darse cuenta lo admita.
Sam reconoció la voz de Pete de inmediato y se giró para mirarle la cara. Llevava un sweter verde, su color favorito y unos jeans pegaditos. El chico se encogió de hombros y se llevo las manos a los bolsillos – ¿Qué? Estoy con el equipo de al lado – sonrió.
Freddie se puso entre él y Sam, mientras le dedicaba una mirada de odio al muchacho que era solo un poco más alto que el – ¿Qué rayos quieres Pete? ¿Qué parte de que ella no te quiere no entiendes?
Pete hizo una mueca y se rascó la cabeza – Esto, lo había olvidado. – rió levemente, dedicándole una mirada de complicidad a la rubia, que también rió con ganas y lo fue a saludar como si nada.
– ¿Qué hay Pete? – le sonrió la rubia mientras le daba un leve abrazo y luego se aparto – ¿qué proyecto estás haciendo?
– Diría que algo poco interesante. – Una chica apareció a su lado, él la miró risueño – esta de acá es … Seguro la conoces.
– Pues de hecho, vamos todos a la misma clase de ciencias. – Murmuró Samantha con las manos en los bolsillos.
– Bueno, solo venía a saludar. ¡Suerte! – exclamó mirando a Freddie y a Brad, para luego acercarse al oído de la rubia – Asegurate de que entre en el armario del último pasillo del segundo piso. A las dos en punto, haz lo que debas. – y acabar marchándose, charlando de manera animada con la muchacha de castaños cabellos.
En cuanto el muchacho desapareció por el hueco de la puerta, Freddie se escandalizó y sacudió a Sam desde los hombros – ¿Hablando con Pete nuevamente? ¡Debes estar loca Sam! Recuerda todo lo que nos hizo pasar...
La rubia rodó los ojos – Se lo que hago, Fredalupe y te puedo asegurar que no es nada malo – dijo y luego sonrió – ¡Are! ¡A trabajar o no acabaremos nunca! – bramó, se comió una tostada con guacamole y se sentó. – Toma la primera impresión de mi cara, ¡Venga Benson!
Freddie tomó la Lap top y comenzó a configurar el programa, Brad sostuvo la cámara en dirección al rostro de Samantha. Unos minutos después en la pantalla de Freddie apareció el estado de animo de la rubia.
– ¿Listo? – inquirio Brad, dejando la cámara y llevandose las manos a los bolsillos.
Freddie miraba fijamente la pantalla – ajá. – puntualizó. Sam se acercó a mirar junto con Brad, y se paró de puntitas para poder ver por arriba de los hombros de los muchachos. – ¡Are! ¡Creo que esa cosa no funciona para nada! – exclamó una ruborizada Puckett.
Brad se rió y Freddie miró hacía algún lado. Sam, aún roja como un tomate, cerró la lap en donde anteriormente había estado su imagen y justo abajo la frase: "Estado: ENAMORADA" y se dio la media vuelta.
Freddie por su parte se encontraba dudando. No sabía si el hecho de que Sam estuviese enamorada era algo bueno o no. Puesto que siendo una persona tan insegura como él últimamente, no podía asegurar que lo estuviera de él, y se le revolvía el estómago de tan solo pensarla enamorada de otro. La imagen de Sam abrazando a Pete se le vino a la mente: Hizo una mueca de horror, y comenzó a pensar en hacía unos momentos cuando el rubio los había visitado y la forma de actuar de la chica que amaba.
¿Acaso lo habría perdonado?, ¿Y si estaba aún enamorada de Pete? ¿Qué pasaría entonces? Sintió una punzada de dolor en el pecho y miró a Sam con el mismo sentimiento, apretando los puños. Tal vez un par de besos y una cita 'romántica' no habían significado lo mismo para ella que para él.
Cuando Sam se dio cuenta de que el chico la estaba mirando se hundió en su profunda mirada color chocolate. Y le dolió. Algo en su interior se movió, como si pudiera saber lo que pensaba, como si, con tan solo mirarlo supiera que algo le estaba molestando y no había nada que odiara más que no saber lo que le pasaba.
Se acerco a él, a paso lento. Freddie se guardó las manos en los bolsillos y se dio la media vuelta. Por alguna razón, no quería verla, no en ese momento.
En ese instante ella sintió como si él hubiese puesto una barrera entre ellos. Se preguntó el motivo, pero sabía que solo así no podría saberlo, debía esforzarse ir más lejos, pero... si algo sabía es que esos cambios tan repentinos, no le gustaban para nada.
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1:48 AM
La puerta de un aula del segundo piso se abrió de par en par – ¡Hooola equipo de Carly Shay! – saludó Pete con una mano al aire y un tono de voz bastante canturron, completamente solo.
Todos ahí dentro le dedicaron una mirada de desprecio, menos Melanie, que lo miró con indiferencia y le volteó la cara. El rubio se acerco a ella a toda velocidad y puso la palma de su mano sobre la libreta donde llevaba los apuntes, impidiendo que ésta continuara escribiendo.
Melanie levantó la cabeza y lo penetró con la mirada – ¿Qué diablos quieres tú? – dijo con un tono desdeñoso, especialmente en la última palabra
– ¿Caminemos, vale? – le sonrió el muchacho sinceramente, mientras le extendía una mano. La rubia dudó por un segundo si realmente el chico estaba cuerdo, ¿Caminar de la mano con él? ¡Jamás! Se puso de pie por su cuenta y se sacudió los jeans.
– Supongo que no me dejarás en paz. ¿Verdad? – observó al chico negar con la cabeza y dando un suspiro comenzó a andar – Carly, ya vengo.
La azabache la miró con los ojos bien abiertos y le sacó la lengua de manera infantil a Pete cuando éste salió por el hueco de la puerta. Melanie rió y luego de encogerse de hombros salió y cerro la puerta.
– ¿Y bien? – dijo, mientras doblaban un pasillo. El chico solo sonreía, hasta que de pronto se detuvo justo a un lado de un armario en el último pasillo del segundo piso
Pete la miró intensamente y a ella le dio algo de miedo. Él se acercó peligrosamente, estaba tan cerca que podía incluso dejarla sin aire, la acorraló con sus manos en ese instante y ella en un intento fallido de escapar se hizo hacía atrás, topándose con la helada pared de aquel oscuro pasillo.
– ¿Qu-Qué diablos haces? – tartamudeó.
– ¿La verdad? – inquirió Pete en un susurro, llenándola con su aliento. Ella lo absorbió por completo olía a hierva fresca, era muy masculino. La chica asintió, despacio, ya sin poder moverse. – Me gustas.
Esas palabras podrían tener diferente sentido dependiendo de quien las dijera y por supuesto quien la escuchara. En ese momento muchas cosas abordaron la mente de la chica Puckett, demasiadas a decir verdad, eso sí, estaba atónita, completamente sorprendida con la boca y los ojos bien abiertos a causa de la gran sorpresa. Cosa que el muchacho de sweter verde, no desaprovecho.
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1:48 AM
– ¡Ups! Me he tirado encima toda el agua... – se escandalizó Sam, con una sonrisa grata, poniendo en duda su molestia por ahora estar completamente empapada de agua.
Brad dejó lo que estaba haciendo y se acercó con una franela para ayudarla a limpiar. Sam le quitó el pañuelo y comenzó a secarse ella sola – ¿No se arruinó la libreta? – inquirió Freddie, al asecho, aún con la mirada un poco triste.
– No, para nada Fredalupe. Pero con la mesa así no puedo trabajar ¡Y mira el piso! – exclamó con horror fingido que el aludido inmediatamente notó lo que lo hizo poner cara de desconcierto – ¡Oye Brad!, ¿no podrías ir por un trapeador y un poco de trapos para arreglar este desastre?
El chico se alejó un poco y se acogió de hombros – Claro. ¿Hay un armario de limpieza en este piso, que no? – La rubia asintió euforíca. – Vale, ya regreso.
– Tomate tu tiempo... – sonrió Sam, con una voz algo extraña poco usual en ella. Brad la miró con sospecha cuando salió por el hueco de la puerta para dirigirse a un pasillo cercano de allí, sí, al armario de limpiesa.
– Es raro que a ti te pase algo así.
– Un accidente a cualquiera le sucede, Benson.
– Sí. – Freddie le dedicó una mirada intensa con sus ojos chocolate – Pero tú y yo sabemos que ese no fue un accidente. ¿ Qué estás tramando?
La Puckett se mordió el labio inferior y miró su reloj.
1:55 AM
Brad seguramente ya había llegado al lugar indicado. La chica suspiró – Lamento no habertelo dicho, no era nada seguro. – murmuró mientras se ponía de pie – Pete apenas y me lo confirmo hace un rato...
– ¿Estás haciendo tratos con Pete? – inquirió el chico con cara de horror.
– Sí, por el bien de Melanie. – le sonrió y lo cogió de la mano – Debemos correr si queremos ver nuestro plan en acción – dijo y sonrió con suspicacia, para luego comenzar a correr llevándose al muchacho con ella.
1:58 AM
– ¿No era más fácil ir por el pasillo continúo?
– Sé lo que hago, Freddie. – el chico se sonrojo al oírla pronunciar su nombre sin ningún apodo acoplado a este. Ella lo miró hacerlo y no pudo evitar ponerse de colores al sentir su suave mano unida a la suya – Brad se fue por allí. Nos lo toparíamos, por ello hay que rodear el piso...
Se detuvieron en donde acababa el pasillo y se recargaron en la pared, Sam asomó la cabeza – Ya ha empezado – dijo, con la mirada fija en una silueta igual a la suya y la del chico del Sweter verde que acorralaba a ésta contra la pared.
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2:00 AM
Pete miró su reloj de reojo antes de entrar en acción. La chica lo miraba de una manera asesina...
– No te atrevas.
Sabía que todo aquello era un plan y que era el momento justo. Pero aquellas palabras lo tentaban, como todo hombre que era, así que sonrió, sinícamente – ¿A qué apuestas? – inquirió y finalmente acortó la distancia entre sus labios.
No fue un beso romántico, ni nada de eso. Todo lo contrario, el rubio solamente oprimía sus labios contra los de la chica, que con los ojos bien abiertos trataba de safarse del agarre. Pete la tomó por las muñecas, forzandola a quedarse bien quieta.
Desde la esquina del pasillo Sam los miraba complacida y Freddie completamente extrañado, la gemela tuvo que sujetarlo para que éste no saliera corriendo a golpear a su ex. En el lado opuesto, mirándolos fijamente, estaba Brad. Tenía los ojos algo desorbitados y apretaba los puños...
Melanie logró apartarse del chico cuando ambos necesitaron aire y aprovechó para incrustarle las uñas en las manos-. ¡idiota! ¡Sueltame! – gritó, forsejeando.
El rubio sonrió y la miró sin ninguna expresión en especial, para después volver a besarla por la fuerza. Escuchó unos pasos al fondo del pasillo, a la derecha.
Bingo.
– ¡Joder, Pete! ¡Ella claramente dijo que la sueltes! – exclamó la grave voz de Brad.
Inmediatamente, el rubio se apartó y se metió las manos a los bolsillos, sin decir ni una sola palabra. Brad tomó por la mano a Melanie y la puso detrás suyo – A una señorita se le besa, solo con su consentimiento. – exclamó con rabia, mirándolo con desprecio.
– Estás en lo cierto. – habló Pete, encogiendose de hombros.
– ¡No seas cínico Pete! Que tu no sabes nada sobre eso, lo hiciste a la fuerza porque yo jamás hubiera permitido que eso sucediera …
El chico rió – Eso ya lo sé, porque tu estás tan enamorada... de un tipo que no es capaz de darse cuenta de que existes y que solo te defiende porque eres idéntica al amor de su vida, Sam, claro. – murmuró con una voz un tanto irritante y una sonrisa traviesa.
La muchacha se estremeció y los ojos se le enmudecieron. Porque ella sabía que era cierto, no quería verlo pero así era. Pete podría ser un estúpido o lo que fuera, pero, era sincero.
Brad la sintió y ató los cabos sueltos, todo. Las palabras de Sam, el encuentro, la manera en que Melanie lo miraba siempre, lanzó un suspiró al aire y con el ceño bien fruncido señaló al rubio con su índice derecho – ¡Tú cállate!
– ¿Y porqué debería de hacerlo, Brad? – inquirió y se cruzó de brazos – solamente estoy diciendo la verdad, y eso todos aquí lo sabemos.
– Tu no puedes saberlo todo acerca de los sentimientos de las demás personas, ¿Qué te dice qué el no siente nada por ella, porqué piensas que forzosamente sus sentimientos van dirigidos hacía Sam? ¡Melanie también es preciosa, tiene miles de caracteres que cualquier chico adoraría!
– Exacto. – Asintió Pete, ingeniosamente –. Menos tú, ¿No es cierto, Brad?
– No eres nadie para hablar por mí, idiota. – bramó el rubio-castaño, ya molesto.
Melanie en realidad no sabía que pensar. Era eso una negativa al hecho de que no la quería, o tal vez lo decía solo en frente del tipo para que se largara y la dejara en paz de una vez por todas, aturdida se aferró a la camisa de mangas largas de Brad.
– ¿Estás dandóle acaso alguna ilusión a Melanie? ¡Venga Brad, sé sincero y no la lástimes! Aquí está el chico que con todas podría hacerla feliz... – habló, señálandose a si mismo.
– ¿Hacerla feliz, tú? – el chico soltó una carcajada – Claro, ¿Así como lo hiciste con Sam, verdad?
Pete lo fulminó con la mirada. – Retira eso.
– ¿Sabes que pienso, Pete? ¡Que eres tú el que no puede olvidar a Sam y por eso vienes a buscarla! ¿Pero sabes? ¡Melanie no te quiere! ¡Aún más castigo para ti, que después de lo que le hiciste a una chica como Sam, no mereces que nadie te quiera! Eres un maldito patán, la clase de chicos por los que las mujeres dejaron de creer en el amor...
– Deja de hacerte el fuerte. Tú tampoco la quieres, así que deja ya de fingir.
– ¡Primero deja tú de hablar sobre lo que no sabes porque te guste saberlo o no, sé perfectamente que Melanie es la chica para mí y que voy a estar con ella, siempre a partir de ahora! – bramó el chico y sujeto una de las manos de la gemela con fuerza – ¡Así que quiero verte lejos de ella! Como me entere que le has vuelto a poner una mano encima te juro que te mato, ¡Te vas enterando de que ella es mía VALE?
Melanie se quedó ahí. Quieta, como si de una piedra se tratara. ¿Acaso era real aquello que acababa de escuchar, observó fijamente a Pete y como éste la miraba sonriente con la cabeza ladeada.
– Entonces, deberías dejar de agredirme a mi, y ponerte a ver lo qué le sucede a esa chica tuya... – susurró el rubio, con las manos de vuelta en los jeans, sonrió ampliamente y se dio la vuelta.
Entonces, Melanie lo comprendió todo. Esa sonrisa, sus palabras, la manera en la que había actuado... ese beso robado. Todo había estado planeado.
Pete se perdió al doblar el pasillo y entonces ella se quedo completamente a solas con ese, su amor, que hasta ahora había creído imposible. Él, lentamente se giro hacía ella, pero siendo mucho más alto, ella solo pudo apreciar el botón más alto de la camisa morada que llevaba puesta.
– No llores.
Esas palabras, viniendo de él. Le confirmarón que la cara que tendría en esos momentos no era para nada linda, seguramente tendría las facciones desencajadas, los ojos rojos y llenos de lágrimas, además de un rubor más rojo que el color de un tomate.
El chico agacho la cabeza y la miró fijamente a los ojos azules. – ¿Sabes? Aún así, te vez hermosa. – le susurró y le levantó un poco los lentes para limpiarle las lágrimas.
– ¿Por... Porqué ahora si puedes verme? No... yo no lo entiendo.
– Tal vez, estuve ciego todo este tiempo. Porque cuando estaba con Sam, la hacía ser una persona completamente distinta. Ella me lo ha hecho saber... todo este tiempo estuve equivocado. Su carácter falso, todas esas sonrisas y abrazos para evitar a Benson, eran la ilusión de la que yo estaba enamorado. – le susurró, mientras le acariciaba un mechón desarreglado de pelo que se le escapaba de la cola de caballo – puedes creerme, o puedes no creerme. La verdad, es que... siento que te quiero.
Probablemente la razón por la cual Melanie comenzó a llorar más fuerte y se lanzó a los brazos del muchacho fue porque estaba inmesamente feliz. Nunca había llorado por ello, ni una sola vez, pero él y sus palabras, él diciendo: "Te quiero" y esa mirada, la hacían sentirse maravillosa.
El chico cogió su cara entre sus manos y se acercó lentamente – Quiero... que tu estés conmigo siempre, a partir de hoy. – murmuró y luego se lanzó a devorar sus labios con una inmensa pasión que solamente ellos dos podrían demostrarse. Fue un beso desenfrenado, lleno de emociones, con ello expresaban todo lo que sentían, sin necesidad de palabras...
Cuando se separaron por falta de oxigeno, ella recargó su frente contra la suya y le susurró – yo también te quiero, Brad. – para después rozar sus narices.
Así que … ese era el infierno que su hermana le había tenido planeado para esa noche, ¿No? Vale, pues no estaba tan mal como ella pensaba.
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Sam se recargó en el pasillo opuesto con una sonrisa de satisfacción. Freddie, estaba cruzado de brazos al lado suyo.
– ¿Fue un plan, no?
– Lo fue.
– Y si fuera cierto lo que brad dijo... ¿Cuales serían tus sentimientos con respecto a ello? – inquirio, con los ojos fijos en algún punto del suelo.
La chica lo miró con confusión – ¿qué cosa?
– Sí. Si es que Pete aún te quisiera, tú … ¿Le corresponderías?
Sam sonrió. Algo animada y se coloco justo frente a él. – ¿Por quién me tomas, Benson? Me haz estado tratando como siempre desde aquella noche en que salimos. Como si nada hubiese sucedido.
– No lo entiendo …
– Pero yo sí. Tienes dudas, siempre estás dudando. Es más creo que más bien ese es el mero problema, porque quiero que sepas que yo... no soy una cualquiera – murmuró quedamente, con el ceño fruncido.
Se ganó la atención del morocho que la miró fijamente – Nunca dije que lo fueras.
– Lo sé. Pero, ¿Qué esperas qué piense si estás con esa actitud? ¡Yo no besaría a alguien que no quiero! – exclamó.
La mirada de Freddie se desorbitó. Lo había adivinado, Sam no era así – Sin embargo yo...
– ¡No confías en ti mismo! – bramó la rubia. – Pero yo... quiero que lo hagas. Por más estúpido que suene, yo no solo quiero ser "Sam Puckett" para ti... Quiero ser tu atención, quiero que me mirés de otra manera, no como la chica que siempre te agrede ¡Quiero que vuelvas a abrazarme y a decirme que me quieres como aquella noche!
Sam nunca había sido tan sincera en un aspecto como ese, se sentía nerviosa, estaba colorada, pero ya era hora de ir aclarando las cosas. Freddie se recargó contra la pared y apretó los puños – Pero... si no puedo confiar en mí, como podría ser el pilar de una relación si...
– Cuando uno quiere... Puede. – le susurró ella, atrapándolo contra la pared, acariciando sus manos.
– ¿Quieres que lo intente? – le preguntó el muchacho, con los labios curvados hacía arriba –.
Sam se apoderó de su espacio y lo besó... Lo hizo como nunca. Fue una mezcla de todos sus sentimientos, aprovechando el momento que tenían a solas, no quería separarse de él nunca y mucho menos por una tontería, quería quedarse con él. Quería dejarse de dramas y tonterías, ya era hora de poner las cosas en claro.
Y ahora si que tenía algo principalmente claro: Quería estar con Freddie, su Freddie, para siempre.
– Supongo que eso es un sí, princesa puckett. – le susurró Benson al oído.
– Te lo diría mil veces, bobo.
– Solo hay una cosa que me gustaría escuchar de tí... y creo que sabes lo que es...
Sam tomó una bocanada de aire y lo miro directamente a los ojos – Freddie... – se ganó toda su atención – Te quiero.
Murmuró y después volvió a besarlo.
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N/a:
¡Hola Mundo!
Sé que estarán pensando que yo ya no iba a continuar esto. Pero estube en un hiatus ENORME! No se me venían ideas, más que mediocres, tal vez estás lo son pero nimodo. Sé que este capitúlo es PEQUEÑISIMO! Pero es para que sepan que aquí estoy.
Pronto actualizaré, ya se viene el final, solo queda UNA cosa por resolver.
Espero que les haya gustado.
¡Los adoro!
Y espero me sepan disculpar... pero además la prepa me tiene rara, ocupada todo el tiempo.
Gracias por ser pacientes, y recuerden, si les gusta y quieren el final pronto ¡Dejen un Review! Que además sirve para adelgazar ;)
Muack!
Mugiwara no Mitche#
PD: Si hay faltas ortograficas, me disculpo, estoy de rápido y lo he escrito todo AHORA MISMO.