"Epílogo"
— ¡Hago lo mejor que puedo! —le grité con toda la rabia que pude a la mujer que estaba sentada frente a mí.
— ¡Solo completa el maldito informe y deja de quejarte! —me contestó la rubia utilizando mi tono anterior.
Gruñí para mis adentros y me retiré de la oficina de la Hokage. Ahora debía de rehacer, otra vez, el informe sobre la endemoniada misión de hace una semana. ¿Cree que soy adivino? ¿Cómo se supone que debo saber si incluir o no las descripciones de las mejoras del equipo? No tenía ni idea de que, para poder reportar acciones ninjas ilegales en las afueras de Konohagakure, debía de tomarme tantas molestias.
Ha pasado mucho tiempo desde que estuve en la Aldea de la Arena, al menos ahí no tenía que preocuparme por este tipo de cosas. Y es que el informe de esa misión lo llevó a cabo Gai, yo solo lo "asesoré". Pero extraño un poco a Temari y estar con el miedo a sus hermanos. Bueno… lo último no tanto, pero al menos tenía algo que me mantenía preocupado todo el día, que molesto.
Mientras salía de la torre pude escuchar las voces familiares del equipo siete. O sea, Kakashi, Naruto y Sakura, puesto que Sai y Yamato regresaron a su ocupación anterior. Ellos habían tenido una misión que les había tomado bastante tiempo realizar. Una persecución de ninjas fugitivos. En realidad, ellos se habían escapado de nuestros ambus y formaban parte de la banda que me hizo tener que dedicarme a los reportes de la misión. No les hablé, parecían ocupados y no quería molestarlos.
Salí del lugar y recorrí los primeros metros del camino. Fue en ese momento que escuché unos pasos detrás de mí. Me giré y di con Naruto.
—Hola —lo saludé. No tengo ganas ahora de escuchar sus molestos relatos.
—Hola Shikamaru —me saludó con su típico tono alegre. — ¿Cómo has estado?
Lo contemplé por unos segundos. ¿Cómo cree que he estado? Como siempre y no necesita preguntar.
—Bien. ¿Fue difícil localizar a los ninjas? —fingí interés y estoy seguro de que él lo sabe.
—No, dattebayo. Pero pasamos por Sunagakure —me comunicó.
—Que bien —le contesté con desinterés. No me interesa saber que saludó a Gaara, que Temari me manda saludos o cosas parecidas. Ahora no tengo ganas de escuchar relatos molestos.
—Tengo algo importante que decirte —comenzó a decir y logró captar mi atención.
— ¡Naruto Uzumaki! —era la voz de Sakura que corría hacia nosotros —. ¡Más te vale no haberle dicho nada! Tienes que ser delicado y tú no lo eres.
Me quedé confundido en medio de los dos ninjas. Ahora si que no comprendo esto, pero sea lo que sea, debe de ser algo complicado. Después de todo siempre se trata de complicaciones.
Vi como Naruto trataba de explicarle los breves segundos, si es que alcanzaban a ser un minuto, de la charla que había tenido conmigo. Ella lo golpeó en la cabeza, como hace casi siempre. Solo di un suspiro y me decidí a seguir mi curso. Como si no tuviera ya cosas en las que pensar, no puedo preocuparme por esto.
De inmediato la figura de Naruto y Sakura se interpuso en mí andar. Los dos movían las manos en señal de que no me fuera. Arqueé una ceja y me paré, más les vale que no se tarden demasiado con esto.
—Toma esto con calma, ¿bien? —comenzó la muchacha, yo asentí con la cabeza —. No explotes, aunque sé que no es muy "de ti" hacer eso. —Volví a asentir —. Se que lo peor es enterarse por terceros pero…
— ¡Sakura no tengo todo el día! —la apuré. Ella inspiró fuerte, pero no me dijo nada importante, solo se quedó callada de repente. Que complicado que lo hace —. Como sea, avísame cuándo puedas decírmelo —pasé por la derecha de los dos. Si no me lo dice rápido, no es mi problema.
— ¡Shikamaru, serás padre, dattebayo! —detuve mi andar en seco.
— ¡Naruto, te dije que fueras suave! —creo que ella lo volvió a golpear. — ¡¿Shikamaru? —ambos corrieron hacia donde me encontraba. Yo no hice ningún movimiento, recién comienzo a procesar lo que me dijeron.
—Pa… padre… Yo… Ella… —pude decir con la poca cordura que tenía.
—Temari ya tiene cinco meses, fue en la última misión que tuviste —me comenzó a explicar la chica de cabello rosa.
—Gaara y Kankuro lo tomaron bien… creo, pero no te preocupes. —No escuché mucho de lo que me dijo luego, todavía seguía divagando por mi mente y atónito —. ¿Shikamaru? Tierra llamando —vi su mano pasar una y otra vez frente a mi cara.
Creo que comencé a tener un tic en el ojo, lo siguiente que sentí era como caía sentado en el suelo. No miraba nada en especial, solo pensaba en la última noticia. Si ellos lo sabían, si lo sabía Kakashi, se tendría que enterar Tsunade, si ellos se enteran muy pronto se propagará por la aldea, y llegará por consecuencia los oídos de mi familia. Sus deseos se cumplieron, y eso que yo mismo aseguré que no les daría un nieto tan rápido.
—Muy bien… mejor te digo ahora —la chica se arrodilló a mi lado.
— ¿Qué más? —le pregunté mientras la observaba fijamente.
—Ella tiene… gemelos.
— ¡Dos por unos! ¡Tendrás descendencia! —Naruto me golpeó en la espalda. Mi cuerpo fue al frente y luego cayó al suelo. Terminé tirado en el piso, mirando las nubes.
— ¿Cuántos dedos ves? —me preguntó la kunoichi mientras me mostraba dos dedos de sus manos. Como estúpido y en estado de shock, le contesté:
—Gemelos.
—Estás peor de lo que pensé —me dijo ella. Que aliciente que me dan. Con amigos como esos, quién quiere enemigos.
Pasada una semana Tsunade nos autorizó a salir de la aldea y viajar a Suna. No podemos quedar mal con ellos ahora que tenemos un pacto más directo. Nos autorizó, porque no pienso enfrentar solo a los hermanos de la chica, Choji e Ino fueron conmigo.
Al menos ellos me dieron su mayor apoyo durante los tres días de viaje. Aunque el Uzumaki dijo que ellos lo habían tomado bien, tengo miedo de verlos a la cara. No quiero hacerlo.
Cuándo divisamos las puertas de Suna un escalofrío me recorrió el cuerpo. Ahora ya me dio pánico, me retumbaron en la cabeza las frases de advertencias de los dos. "Si Temari tiene un hijo no deseado… perderás toda oportunidad de volver a ser padre", puedo sentir el dolor, porque no será con anestesia.
Vi la figura de Kankuro, ¿él es el que siempre custodia? Retrocedí un par de pasos, pero mis compañeros me detuvieron. Me tomaron cada uno por un brazo y los miré suplicando compasión.
—No seas cobarde —comenzó a retrucarme Ino.
—Sí. Debes enfrentarlos —sentenció Choji.
— ¿Otro día? —pregunté. Me fulminaron con la mirada —. ¡No quiero morir!
—No exageres —reconocí la voz y no era ni Choji ni Ino. De una u otra manera no me había percatado de que mis "amables" compañeros me habían arrastrado hacia la puerta y me encontraba frente a Kankuro.
—Kankuro-san —balbuceé.
—Creaste vida y me regalaste un sobrino o mejor dicho dos —nos indicó que los siguiéramos. Nos adentramos en la aldea.
Caminamos por las calles, al menos los dos shinobis de Konoha ya no me sujetaban. Y es que la cara de Kankuro me había tranquilizado, en cierto sentido. Parecía no muy preocupado, pero tampoco parecía alegre; estaba neutral. Me pregunto si Gaara estará igual.
El jounin abrió las puertas de la torre del Kazekage, detrás de ella pude ver al mismo Kazekage. Creo que mi cara se desfiguró, no literalmente. Otra vez me dieron ganas de salir corriendo del lugar, pero los dos ninjas de Konoha se colocaron detrás de mí por si acaso. Por un lado gracias. La mirada de Gaara no era muy distinta a la de su hermano, por suerte. Pero me intimidaban y ahora me siento como si estuviera solo en una guerra. Que molesto.
—Hola Shikamaru —sentí una mano en le hombro, Temari. Los cinco meses de embarazo que tenía se le notaban y me hacía acordar a Kurenai durante sus cinco meses. Otra cosa que noté fue que tenía una sonrisa en su rostro.
—Si ella está feliz yo… digo, nosotros estamos felices —fueron las palabras de Gaara.
Observé a los dos hermanos, por muy extraño que parezca, ambos sonreían. Me alegra que lo hayan aceptado. Creo que mi vista cambió, al menos ya no estoy tan preocupado. Que alivio.
Me acerqué a ella y la besé. Fue uno de esos besos sin mucha pasión y con dulzura, pero es que ella tampoco deseaba algo más. Luego me abrazó.
— ¿Estás feliz? —me preguntó.
—Sí. ¿Tú?
— ¿Cómo no estarlo? —Me abrazó de nuevo —. Gemelos… y eso que eres un vago.
Los hermanos de ella se me acercaron, vi como aumentaba la guardia de los de mi equipo. Tragué saliva, sabía que vendría una peor parte y que no todo sería bueno y tierno. A mi derecha estaba Gaara y al otro lado Kankuro. Temari solo sonrió.
—En nueve meses… —comenzó Kankuro.
—…cuándo nazcan los niños… —continuó Gaara.
—…veremos como te va —terminó la frase Temari.
Ya sé lo que me espera, pero al menos ahora me quedaré en la aldea de Sunagakure hasta el parto. No voy a dejarla sola en este tiempo, eso no es lo que hacen los padres.
Pasados los nueves meses, el gran día llegó y tuve la suerte, y mala suerte, de presenciar el parto y quedar semi-traumado con ello. Pasaron unas horas y recién ahí me dejaron entrar a la sala, puesto que los tíos de los niños habían estado ese tiempo con ella.
—Se llamarán Nara No Sabaku, espero —comentó Gaara al salir de la habitación.
—Es una obviedad —respondí.
Entré en la habitación y vi a la kunoichi sosteniendo al par de niños en sus brazos. Elevó la mirada y me hizo señas de que fuera hacia ella.
—Niños, su padre, Shikamaru. Shikamaru, tu hijo y tu hija —señaló a cada uno.
Me arrodillé y los observé. Se veían pequeños y frágiles, y eran mis hijos. Mi papá me había dicho que era una sensación extraña y ahora la entiendo. Es una mezcla entre euforia, alegría, angustia, molestia; ésta última la agregué yo.
—Espero no hayas salido vago como tu padre —dijo en chiste ella al pequeño.
—Mientras ella no haya salido explosiva y mandona como su madre, estaremos bien —dije como un contraataque. Nos miramos y nos reíamos.
Con los defectos y las virtudes que tengan cada uno, los amo a los dos. Son mis niños, ellos serán mi descendencia. Además, con los padres que tienen no hay duda de que serán inteligentes. Quizás uno quiera ser marionetista, o se dedique a la "manipulación" de sombras, o de viento, o arena, tal vez les guste el shogi, o las estrategias. Pero es demasiado pronto para decidir el futuro de los niños. Solo tengo ilusiones de cosas, en este mundo siempre veremos ilusiones dibujadas.
Vivimos en un mundo de ilusiones, Sakkaku no sekai. Hagámoslas realidad…
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Nota final: segunda razón por la que el fanfic se llama "Sakkaku no sekai". En la última oración está textualmente ^^. Espero que les haya gustado el fanfic, es el primero que termino, por cierto. Un millón de gracias por leerlo y comentarlo. Es una "hasta que nos leamos, nuevamente".