Sumario: .:Bello Strano:. Jude Coyne trató de arreglar, de auxiliar a Anna McDermott. Pero simplemente no podía hacerlo, porque ella era irreparable. Drabble/Viñeta o lo que sea.

Disclaimer: Nada de esto es mío, es todo obra de Joe Hill. Yo sólo juego con los personajes.


Irreparable


«You say you want to know her like a lover
And undo her damage, she'll be new again»

-Three Wishes by The Pierces

La vió por primera vez en el backstage. Su cabellera rubia le pareció un tanto extraña, pues toda su vestimenta era del estilo gótico. Era un poco peculiar, ya que la mayoría de las chicas góticas que hacía conocido tenian el cabello negro u otro color oscuro, pero como sea lo cautivó. Se acercó a ella, sin tener la menor idea de cómo ella llegó hasta aquí. La saludó y empezaron a hablar. Sus preguntas sobre todo lo volvían loco, no las soportaba. Supo que su nombre era Anna, pero le decía Florida porque nació en ese Estado.

Después de un tiempo, empezaron a salir. No se habían tratado demasiado y Jude no la quería conocer- nunca lo quería hacer-, pero íba a ser interesante tenerla como amante. Con el paso del tiempo sus vidas se fundieron y empezaron a vivir juntos. En ese punto los problemas de Florida lo molestaban. Trataba hacer todo para que los problemas mentales que ella tenía, todo el daño que estaba en su cabecita desapareciera y hacerla nueva otra vez.

Pero cada vez que Jude lo intentaba, Florida caía en una depresión de mayor magnitud que la anterior. Llegó hasta el punto que no podía más, su límite de paciencia amenazaba con romperse. Lo único que podía hacer era que Florida se fuera de la casa, se fuera de su vida.

De un momento a otro la despachó hacía su casa paterna, para que viviera con su hermana y su padre. Después de eso, cartas escritas por ella aparecieron, mostrando que todo estaba bien, que buscaba trabajo y que era feliz. Hasta que la farsa que escribía en las cartas dejó atrás la máscara de felicidad, dejando a la luz la penosa vida emocional que tenía.

Y así Jude Coyde se dió cuenta de que por más tratará de reparar a Anna McDermott, no podía salvarla. No porque se hartó de sus problemas o porque ya no la quería. El problema es que no podía hacerlo, sólo... No podía.

Ella simplemente era irreparable.