¡Hola!

Sean Bienvenids a mi fic "Gomenasai"

DISCLAIMER:OURAN HIGH SCHOOL HOST CLUB Y TODOS SUS PERSONAJES NO ME PERTENECEN, SÓLO A LA MAESTRE BISCO HATORI

1.-Cuando el tiempo vuelva atrás

Amanecía, Haruhi miro a la ventana y se dio cuenta de que habría cambios en su vida, cambios tan agitados como uno ocurrido siete años atrás, cuando tenía 21. Se levantó, tomo un cepillo para el cabello y comenzó a peinarse, lentamente.

Ahora tenía tan sólo 28 y sentía como si no hubiera pasado tanto tiempo desde que salió del instituto y comenzó a estudiar para cumplir su sueño de ser abogada, no fue muy difícil, ya que sus amigos y su familia la apoyaban. Incluso su intuición había aumentado de una manera importante.

De repente comenzó a recordar cuántas cosas, buenas y malas ocurrieron durante siete años que habían pasado dejando miles de huellas: La boda de Kyoya, Hikaru y Kaoru, hasta la marcha al norte de Japón de Morinozuka y Haninozuka para convertirse en excelentes empresarios.

Estaba sumida en los recuerdos, ignorándolo todo; cuando alguien llamó a la puerta, se escucha la voz de su padre llamándola a desayunar para después ir al trabajo.

— Ven a desayunar, se hace tarde y el trabajo no espera. — Su padre había vuelto a su género normal, pero aun era tan extraño como siempre.

Haruhi salió de la habitación, con un lindo conjunto de oficina compuesto por un pantalón de vestir en color azul marino y un blazer del mismo tono, debajo llevaba una blusa en un dulce tono durazno. Bajó, casi corriendo las escaleras; cuando alguien la abrazó. Era una persona más pequeña que ella y alguien a quien la susodicha amaba mucho.

—Mamá, rápido, el abuelo ya hizo el desayuno, vamos me muero de hambre. —Le dijo aquel niño, que era nada más y nada menos que su pequeño de seis años: Jun.

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Para haber crecido sin un padre, nunca le falto cariño. A diario, después de la escuela su "tío Kyoya" enviaba por él una limusina para que lo llevara al hospital donde estaba regularmente, ya que Jun quería ser doctor y le encantaba estar ahí, ya podía estar junto a la pequeña hija de Kyoya; Hanamatsuri.

Aunque se llevaban por meses, ella trataba con un estilo agridulce, además de que era tal como su padre: fría y calculadora; sumamente inteligente y sobre todo hermosa. Tenía unos largos cabellos hasta la cintura de un negro más oscuro incluso que la misma noche, la piel en una suave tonalidad vainilla y unos hermosos ojos: pequeños, alargados y en un hermoso color almendra.

Al cabo de un rato Hikaru pasaba por él para llevarlo a casa que estaba un poco apartada de la ciudad, donde hacía su tarea y jugaba con su abuelo hasta que su madre llegaba.

Jun siempre se portaba bien, todos afirmaban que se parecía mucho a su madre: era sumamente listo, intuitivo y no le gustaba que la gente se burlara de los sentimientos de los otros, pero había algunos detalles por los que todos se sorprendían. Era muy parecido a su madre sí; sus cabellos tenían la misma coloración café y su manera seria y decidida; pero, lo único que los diferenciaba eran sus ojos: eran azules, tan hermosos y profundos como los de su padre.

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— Mamá, se nos hace tarde y hoy tengo clase de piano, ¿Ya estás lista? — Pregunta Jun impaciente al ver la hora que era.

— Ya voy, permíteme un momento, no encuentro mi cartera. —De tan distraída que iba no se dio cuenta de que la traía en la mano izquierda.

— Haruhi, hija, la tienes en tu mano…-Tanto Jun como Ryouji rieron a carcajadas por la expresión de la cara de la bella castaña.

—Sí, sí; muy gracioso. Vámonos, ya que se hace tarde y no quiero que te riñan por entrar después de la hora. — Comenta Haruhi antes de que algo más pasara.

—Ya nos vamos abuelo, cuídate bien y no incendies la casa. — Dijo el ojiazul en tono burlesco.

— Jun, ese papel de gracioso no te queda hijo— A Haruhi le molestaba demasiado recordar al progenitor de ese niño y sobre todo su estúpido sentido del humor.

Aunque vivían en el mismo vecindario donde Haruhi pasó su adolescencia, las cosas habían cambiado mucho: ya no vivían en el complejo de departamentos, sino en una pequeña casa que era suficiente para los tres integrantes de la familia Fujioka; muchos sitios estaban desiertos y la mayor parte del lugar estaba lleno de polvo.

Haruhi y Jun decidieron tomar el tren, salieron de la casa despidiéndose del abuelo, el cual cerró la puerta con la sonrisa que le provocaba ver a su hija tan feliz con el niño de sus ojos.

Se despidió Haruhi al llegar a las oficinas donde estaba empleada, pero Jun continuó en él hasta llegar al colegio, que sólo le quedaba de ahí a unas 2 cuadras.

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Al medio día, una limusina se estacionó frente a la escuela donde estudiaba Jun, era Kyoya, quien le recibió y se veía mas serio de lo normal, es más; se veía algo preocupado hasta que Jun rompió el silencio.

— Tío Kyoya ¿te pasa algo? — Preguntó Jun mientras se acercaba al ver ese semblante en el hombre más cercano a un padre para él.

—No, no pasa nada pequeño; cosas de adultos. —Así se mantuvo hasta llegar a la residencia Ootori, donde aguardaban Hanamatsuri y Kumiko, la madre de la linda niña y la esposa de Kyoya.

—Vaya, hoy si que volvieron rápido padre, ¿sucede algo? —Pregunta Hanamatsuri al notar ese aire de preocupación y coraje en su padre.

—No niños, vayan a jugar; por cierto, Jun: Necesito que le digas a tu madre que mañana iremos de compras, para que nos acompañes, por favor. — Mencionó el ojivioleta mientras leía unos papeles que estaban sobre una mesa

—Claro tío, no te preocupes. — Salieron los niños y Kyoya tomo un aire de seriedad extrema para hablar con Kumiko.

— Ya debería ser hora de que hable Haruhi con Jun, me preocupa que por accidente se encontrara algún día con su padre, que ha vuelto sin decir nada y lo peor es que no conozco el motivo. — Se sentó en un cómodo sofá y miró de manera seria a su compañera.

—No te preocupes, hoy hablaré con Fujioka de cualquier modo. — dijo Kumiko tratando de mejorar la situación de su esposo.

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Pero, no muy lejos de ahí, en el Aeropuerto principal de Kantou; un avión acaba de dejar sus pasajeros.

Una de las personas que venían a bordo es el mismísimo padre de Jun: Suo Tamaki; el cual no sabe siquiera que respira el mismo aire que el susodicho; Sin siquiera imaginar lo que le espera, lo que descubrirá después de estar lejos de Japón por 7 largos años y cómo deberá darle la cara al destino…

Espero les haya gustado, esperen el siguiente capítulo.

¡Sayonara matta ne desu!