ILUSIÓN

Y Ciel lo había deseado con tanta fuerza y pasión, anhelado tantas veces, querido con tal intensidad que termino por creerlo.

Odiaba las mentiras, en especial aquellas que eran dirigidas hacia su persona, las detestaba más que a nada…pero se había mentido tanto durante los últimos años que había llegado a un punto en el que no discernía la diferencia entre la verdad y la mentira.

Abrió los ojos, anoche había soñado, descubierto aquello que Sebastián le había ocultado durante semanas, estaba molesto, pero no sólo con su Mayordomo que había prometido jamás mentirle, sino consigo mismo por haberse negado a aceptar la realidad y hacer creado esa placentera ilusión.

¿Acaso era tan débil como para no aceptar la verdad?

Aquella donde su único objetivo era cobrar venganza sin importar la causa.

Se descubrió a si mismo llorando, Sebastián entró a la habitación y con un pañuelo limpió las lágrimas que escurrían por sus mejillas, sentado en la cama con la mirada turbia y los hombros inclinados volvía a ser el mismo niño de años atrás, indefenso, débil, inocente…incapaz de enfrentar por si mismo su terrible realidad.

—¿Por qué llora Joven Amo?—preguntó Sebastián acariciando sus mejillas; Ciel le observó sonreír, no contestó, quería…quería dejar de llorar y abandonar en un rincón triste y oscuro esa interminable angustia que no recordaba haber sentido desde hace años.

—Quería tener una oportunidad…—respondió apartando sus lágrimas, su voz temblaba—. Yo en verdad deseaba creer esa mentida, ¿Por qué no me mostraste la verdad?

—Tenías que verla por si mismo, los humanos son tan frágiles…usted era feliz en su mentira, si yo se la hubiera arrancado sin previo aviso su salud mental peligraría y por lo tanto su alma.

Y Ciel recordó lo feliz que había sido en días pasados…Lizzy volvía a ser su mejor amiga al igual que en los años de su infancia, Madame Red continuaba viva recordándole que aún tenía siquiera a una sola persona que velará por él, él enaltecía el nombre de los Phanthomhive y la gente le reconocía y apreciaba como su cabeza. Por unos días, semanas, horas…había tenido una oportunidad de vivir, apartado lejos de sí su venganza, dolor, angustia, miedo y sobretodo odio, ese maldito odio que lo carcomía por dentro dejando dentro de si un dolor tan intenso que sin importar lo que hiciera no desaparecía.

—En ese mundo yo tenía tiempo…tiempo para sanar—comentó, su llanto se iba deteniendo.

Tomó su cabeza entre sus manos, Sebastián reconoció ese gesto de total desesperación propio de Ciel, gentilmente apartó sus muñecas y tomó su rostro.

—¿Y ahora que hará?—cuestionó con una seriedad no propia de su naturaleza—. ¿Adoptará a la realidad o continuará viviendo dentro de su ilusión?

Ciel parpadeó, cerró los ojos unos segundos y respondió—. Odio mi realidad—se llevó sus manos hasta su ojo derecho, la marca seguía presente—pero odió aún más las mentiras.

Sebastián lo recostó sobre la cama, acobijo y aseguro que se sintiera cómodo.

—Es muy temprano para que se levante—dijo posicionándose a la cabecera de la cama—pero descuide, yo me quedaré con usted hasta que duerma…

Y Ciel se despidió con una irónica sonrisa de su utopía, ilusión, mentira…fuera cual fuera el nombre, y se sumergió de nuevo en esa triste y amarga realidad, repleta de soledad y dolor, pero no le importó más…de esta manera lo había elegido y así debería ser; además no estaba del todo solo, tenía a un Mayordomo Negro que siempre le acompañaría.

FIN

Un poco raro lo admito, quién haya visto la segunda temporada verá que Ciel vive en una realidad donde no recuerda nada, su reacción cuando lo descubra será algo interesante de ver, pero mientras tanto se me ha ocurrido este pequeño one—shot.

Si lo han odiado, gustado o ha sido indiferente comenten, XD.