Treinta días con él

Día 4

"Las personas no pueden cambiar de la noche a la mañana… ¿o sí?"

Después de que Naruto pasara a visitarme por la tarde me sentía muy positiva e incluso con ganas de vivir. Por fin había logrado regresar a mi rutina y levantarme temprano para hacer el desayuno y preparar el almuerzo. Platique con Nejioni-san sobre mi relación con Sasuke y aunque por supuesto no le dije que estaba con él por error comprendió que había sido algo repentino y lo dejó pasar. Las cosas estaban saliendo a la perfección. Bueno, en realidad no precisamente a la perfección. Mis zapatos seguían rotos y mis rodillas parecían no querer funcionar, pero al menos nada había empeorado lo que estaba bien.

-One-san ya estás despierta- dijo Hanabi tallándose los ojos. Aún tenia puesta su pijama

-Sí, incluso p-prepare el almuerzo, sube a lavarte la cara para poder desayunar- le pedí. Ella asintió dando un largo bostezo.

Las cosas estaban yendo bien hasta que el timbre sonó y terminó el encanto, salí para ver a Sasuke parado como modelo en la entrada de mi casa. No es posible que alguien pudiera lucir el uniforme como si fuese la última tendencia de la temporada pero ahí estaba Uchiha Sasuke con su semblante inexpresivo.

-P-pasa-le pedí. El parecía menos incómodo al pasar como si comenzará a hacerse una costumbre. –N-no esperaba q-que llegases temprano, aún v-voy a desayunar con mi hermana- le expliqué el asintió encogiéndose de hombros- ¿Quieres s-sentarte con n-nosotras?- le ofrecí aunque en verdad deseaba que no lo hiciera.

-No, esperaré en la sala- me informó mientras se ponía cómodo en un sillón- no respondí. Medité por unos segundos sino era bastante rudo que el viniera por la mañana y que no tomara ni si quiera una café. Regresé a la cocina y serví un poco de té Earl grey que había preparado para Neji. Sasuke no parecía el tipo de persona que disfrutara de comer cosas dulces (o disfrutara algo en su vida) caminé hacia la sala algo nerviosa y me aproximé a él.

-Etto, sé qq-que dijiste que n-no querías n-nada pero te serví un p-poco de té, espero que sea d-de tu agrado- el tomó la taza que le ofrecía un poco sorprendido pero no precisamente agradecido. La miró unos segundos antes de decidir darle un sorbo y su semblante se relajó ligeramente. Parecía que había acertado con el té.

Regresé a la cocina y Hanabi ya estaba sentada comiendo el desayuno que le había servido, vestía su uniforme y su cabello estaba atado en una coleta su zapato izquierdo tenía una enorme mancha de lodo.

-H-Hanabi, no puedes salir c-con los zapatos así- le reproché- d-debes limpiarlos- tomé una servilleta de la mesa y me hinqué a la altura de sus zapatos para poder quitar la mancha.

-One-san tu no puedes decirme eso, mira tus zapatos- me dijo ella de forma traviesa estaba a punto de reprocharle cuando escuché que habían entrado a la cocina.

-Hn- me incorporé rápidamente al escuchar el carraspeo de Sasuke, el no dijo nada y se sentó en un asiento vacío en la mesa con su té aún en la mano. Hanabi y yo nos miramos sin decir nada y cada quien se incorporó en su lugar para comer su desayuno. Aunque no tardamos mucho pues la presencia de Sasuke era algo incómoda. Al terminar dejé los platos en el fregadero, tomamos nuestras mochilas y subimos a su auto no sin antes cerciorarme de haber cerrado adecuadamente mi casa.

Dejamos a Hanabi en su escuela y al llegar Sasuke se colgó mi mochila en su hombro y su mano alrededor de mi brazo. No, no era un acto romántico como caminar juntos tomados de la mano, era más bien como para cerciorarse de que su mascota no se alejara de él-

-N-no es necesario y-y-ya puedo c-caminar mejor- le dije incómoda

-Mientes, te vi caminar- fue su única respuesta.

Pensé que pasaríamos por mi casillero primero pero al pasar los baños seguimos de largo. Cuando llegamos al suyo volteó a verme, parecía estar analizando que decirme.

-Decidí cambiar tu casillero. Ahora es este -señaló al casillero nuevo y en perfecto estado que estaba al lado del suyo. Me quedé atónita un par de segundos antes de poder reaccionar.

-No puedo aceptar eso y mis cosas…-

-Tus cosas ya están ahí. Puedes usar tu combinación. – lo miré perpleja, no sabía por donde empezar. ¿Cómo había conseguido un casillero nuevo para mí? ¿Había amenazado a alguien? ¿Cómo sabía mi combinación? -Tu amiga Ino fue quien cambió tus cosas- se apresuró a decir

Me sentí algo molesta pero feliz por no tener que volver a agacharme y exponerme a una estampida humana cada vez que sonara la campana para el inicio de clase. Dicen qué hay que aprovechar cada oportunidad qué hay. ¿Está era una? ¿O es que me estaba aprovechando de Sasuke?

-M-muchas gracias, yo-

-Lo hice por mí, es más rápido de esta forma- me interrumpió

Claro que lo había hecho por él

-¿Tienes matemáticas, cierto?- preguntó mientras sacaba sus libros

-Sí- contesté con un susurro

-Vamos- me instó a caminar

-No quiero que llegues tarde a tu clase- dije con terror a que ocurriera algo parecido a lo de ayer

-¿Por qué crees que llegué más temprano a tu casa hoy?- me explicó colgándose mi mochila al hombro

Definitivamente no porque muriera de ganas por verme

-Vamos.- me ordenó tomando rumbo al aula

Al aproximarnos escuché como las personas reían, solo deseaba que yo no fuera la razón. Entré con Sasuke detrás mío y lo que antes eran risas se convirtió en un silencio funebre. Cruzaba los dedos porque el pupitre siguiera ahí, dirigí mi mirada hacia el lugar y parecía seguir ahí aunque algo estaba mal. Al estar parada frente al pupitre noté que estaba rayado con obscenidades y alguien incluso había derramado jugo en el asiento, sentía mucha vergüenza pero sobre todo por Sasuke que estaba detrás de mí viendo lo mismo que yo.

El no dijo nada, solo me hizo a un lado y volteo a ver a unas chicas que murmuraban de forma tenue.

-Ustedes- llamó su atención el grupo se sobresaltó y murmuraba cosas entre sí esta vez de forma más audible.

-¿Sí?- preguntó una de la chicas, las miré una a una y no recordaba que todas tomaran esta clase conmigo lo que era sospechoso

-¿Toman clase aquí?- preguntó Sasuke acortando más la distancia entre ellos. A medida que avanzaba ellas retrocedían poco a poco hacia la puerta.

-No, solo ella- dijo una empujando a su amiga hacia el frente y aprovechando la oportunidad para huir del aula con el resto de sus amigas. La expresión de perdición de la chica que había sido abandonada era lastimosa, pensé en intervenir pero me recordé que probablemente tenía que ver con el problema que había tenido ayer.

-Sasuke-kun buenos días, yo soy- dijo ella con voz temblorosa

-Dame tu pupitre- interrumpió él a momento que lo levantaba, ni si quiera había esperado alguna respuesta por parte de ella. Pero pensándolo bien ¿qué podría decir para contradecirlo? Absolutamente nada.

-¿Qué?- alcanzó ella a decir antes de que su voz cesara. Sasuke lo levantó sin ningún esfuerzo y lo intercambio por el que estaba en mi lugar dejándome un pupitre en perfecto estado.

-Oh, Sasuke aquí estás. Veo que te adelantaste- dijo Sakura al momento que entraba al aula, lo había dicho con tal naturalidad que parecía ser algo que ambos habían planeado y eso hasta cierto punto me aterraba.

Sakura se posicionó al frente de la clase tomando el lugar del profesor que aún no había llegado.

-Como presidenta estudiantil me veo en la necesidad de recordarles que dañar material y equipo escolar es una grave falta al reglamento y puede traducirse en suspensión e incluso en expulsión. Ya he reportado los nombres de los participantes del pupitre roto de ayer y se enviará un citatorio a sus padres para ir a la oficina de la directora. Eso es todo- dijo saliendo con la misma naturalidad con la que había entrado.

Miré a la chica del pupitre que acababa de salir del aula sollozando tuve que recordarme a mi misma que no había nada que pudiese hacer por lo que me limité a desviar la mirada decepcionada de que se tuviese que llegar a estos extremos.

-Te veo en la siguiente clase- dijo Sasuke despidiéndose

-S-sí- contesté. No había tenido tiempo de decir tantas cosas que quería, preguntarle como sabía lo que había ocurrido y porqué de repente me trataba con tanta amabilidad. ¿Era posible que realmente comenzara a verme como una novia en lugar de un cachorro cojo?

El profesor entró por la puerta y tuve que dejar mis preguntas a un lado. Me sentí más tranquila ahora que sabía que nadie se volvería a meter con mis cosas, o al menos con mi pupitre.


No podía decir que el lado amable de Sasuke era terrible pero si era sospechoso que de la noche a la mañana dejara de ser tan temible conmigo. Esperé durante el receso para poder hablar con él pero desafortunadamente no pude verlo, tampoco estaba Naruto por lo que almorcé con Ino, Kiba y Shino como la había hecho mucho tiempo aunque se siéntese tan lejana la ltima vez que lo habíamos hecho.

-Tienes que decirme todo y con detalles- exigió Ino mientras daba unas cucharadas a su yogurt de frutas.

-¿A qué te refieres?- indagó Kiba que iba por la mitad de su bento

-Escuché que volviste a tener problemas con tu pupitre pero que Uchiha lo arregló- comentó Shino quien ya había acabado con su comida.

-¿Qué?- protesto Kiba con la boca aún llena- ¿Qué Uchiha hizo qué?

-No seas grotesco y trágate lo que tienes en la boca- le regañó mi amiga mientras le propinaba un golpe en la cabeza, el la miró con cara de molestia pero aceptó su pedido tragando el bocado.

-R-realmente n-n-no es la gran c-cosa- mentí

-Tu novio accidental te defendió de las personas que te estaban molestando, eso me suena a algo grande- señaló Ino

-No le des tanto crédito a ese patán. Por lo que entiendo el problema lo provocó el mismo y la que le puso un alto fue Haruno- dijo Kiba con desprecio- ayudar a Hinata es lo mínimo que pudo hacer después de lo que ha pasado- sentenció

No es que estuviese del todo de acuerdo con Kiba pero si en algo tenía razón es que mis problemas habían comenzado desde que inicié mi peculiar relación con Uchiha

-Como sea, es extraño que el se preocupe por alguien más que no sea el mismo o su pelota de futbol- comentó Kiba mientras se levantaba

-¿Cómo puedes hablar así de él? después de todo es tu capitán- le recordó Ino

-Capitán o no es un patán y nada me hará cambiar de opinión. Ahora debo irme-

-¿T-tan rápido?- me sorprendí, usualmente compraba un par de bollos de carne para comer en la tarde. No era normal en él no comprar más comida

-Hoy tienen un partido al terminar las clases- explicó Shino quien se levantaba con él

-Ah ya veo, esfuérzate- le animó Ino

-Gracias. Nos vemos después- Se despidió apresurando su paso hacia la salida. Shino hizo una reverencia hacia nosotras y lo siguió.

-Ahora que lo p-pienso. Ino, ayudaste a Sasuke-kun a cambiar mi casillero y no me dijiste n-nada- le recriminé

-Lo siento, pensé que sería romántico que él te lo dijera, además no puedes decir que no fue una linda acción de su parte – se excusó. Estaba a punto de replicar cuando alguien me lamó

-Hinata- llamó una voz a mi espalda

-S-Sakura-san – reconocí de inmediato -¿Qué p-pasa?- pregunté amablemente

-Toma- dijo tendiéndome un pedazo de papel- Sasuke me pidió que te diera esto, en serio, ¿ustedes dos aún no intercambian sus números? ¿Qué despistados son?- dijo ella burlonamente – bueno, me voy. Solo era eso- se marchó de inmediato, no creo que le agradara estar en presencia de Ino y el sentimiento muy probablemente era mutuo.

-Esa pelo chicle metiéndose en lo que no le importa, pero en serio ¿aún no intercambian sus números?-

-N-ninguno de los dos lo ha v-visto necesario-

De cualquier forma no es como si fuéramos a hablar aún teniendo el contacto del otro

-Si ninguno quiere no se puede hacer nada- dijo resignándose – bien, pasando de tema, ¿qué te ha escrito tu enamorado?- preguntó pícaramente


Al tocar la campana que finalizaba las clases sorpresivamente todo el mundo Salió corriendo en dirección a un solo lugar, el mismo lugar que Sasuke me había pedido ir. Saqué la nota que Sakura me había dado y la releí.

Ven a verme al partido. Te llevaré a tu casa después.

Aquello sonaba más como una orden que como una petición pero supongo que no podía pedir más de él. Realmente no tenía ningún inconveniente con irme a casa sola pero sentía que era grosero rechazar su ofrecimiento. La mayoría de los lugares al frente de las gradas se ocuparon, tendría que sentarme hasta atrás.

Vi a Sasuke a lo lejos dar indicaciones a los jugadores que calentaban, seguramente era un trabajo duro ser el capitán. Al terminar de hablar con su equipo se quitó su chamarra y también entró al campo. No sabía con qué intención me había pedido ver su partido pero no había sido del todo mala idea. Habían muchas chicas sentadas en la gradas animando a sus novios y gritando a todo pulmón y luego estaba yo que en lugar de ver a mi novio o animarlo estaba viendo a su mejor amigo. Por su puesto no eran las únicas en el lugar, muchos alumnos disfrutaban de ver el partido y apoyaban al equipo.

El partido no tardó en comenzar y se escuchaban porras de ambos equipos. El equipo contrario no parecía muy animado pero no podía culparlos. Por lo que sabía el equipo de nuestra escuela había estado invicto por tres años y aunque este fuese un juego amistoso seguramente no sería distinto para la copa.

No era ninguna aficionada del fútbol pero entendía que el balón tenía que entrar a la portería. Podías ver que los jugadores realmente se tomaban sus posiciones en serio, incluso Kiba que antes parecía tomar la capitanía de Sasuke como un chiste se encontraba serio y acatando ordenes del entrenador, el juego siguió avanzando y después de una serie de jugadas Sasuke hizo un pase a Naruto y el metió gol. Naruto que estaba celebrando miró hacia las gradas y saludó hacia el publico, no pude evitar reír por su actitud. Sasuke me volteó a ver sin hacer algún gesto y desvíe la mirada.

Empezó el segundo tiempo y mi mirada que hasta ahora había estado enfocada en Naruto se detuvo en Sasuke que se movía con mucha rapidez. Era imposible no verlo la forma en la que movía con soltura era casi hipnótico, parecía que la pelota estuviera pegada a la punta de sus pies, no podían hacerle frente, cuando se aproximó a la portería Naruto le hizo señas para que le pasara la pelota pero aun cuando tuvo la oportunidad de hacerle un pase él lo ignoró y siguió avanzado haciendo frente a las defensas del equipo contrario, podías ver como el entrenador estaba molesto gritando cosas desde su posición. Mi corazón palpitaba tan rápido, comencé a sentir que mis manos se acalambraban no había notado que llevaba rato apretándolas. Había visto antes los partidos de volleyball de Neji pero en definitiva no se asemejaba con lo que sentía al ver este partido. En un abrir y cerrar de ojos Sasuke burló a los defensas y metió gol. Los alumnos en la gradas empezaron a celebrar el gol. Mentiría si dijera que no estaba impresionada. Sasuke que respiraba agitadamente volteó a verme y levantó un puño en mi dirección. No sabía si era un saludo o me estaba señalando así que atiné a hacer exactamente lo mismo que el.

-¡V-vamos Sasuke-kun!- apoyé emocionada. No daba crédito a que fuese mi voz la que acababa de gritar. Y por primera vez creo que le vi sonreír.


-¿Está bien que me lleves a casa? ¿No quieres celebrar con tu equipo?- razoné con Sasuke que acaba de cambiarse de uniforme, tenía el cabello más desordenado de lo habitual pero no creo que fuese buena idea mencionarlo.

-Solo van a comer hamburguesas. El fin de semana van a celebrar en casa de Choji- me explicó tranquilamente

-No vas a ir- cuestioné

-No me gusta el ruido- dijo encogiéndose de hombros

Y sin embargo su mejor amigo era la persona más ruidosa del mundo.

Subimos a su auto y para variar puso una estación de radio, se encontraba de mejor humor de lo habitual, podía percibirlo. A menos que este fuese su humor habitual y todo el tiempo solo estuviese desquitándose conmigo. Siguió manejando pero en lugar de dar la curva habitual hacia mi casa se desvió hacia otra avenida.

-M-mi casa n-no está por aquí-

-Lo sé quiero comprar algo-

El era libre de comprar lo que quisiera pero ¿no era lo normal que me consultará antes de llevarme por ahí? Que sabía él si yo tenía planeas, es decir, no los tenía pero si los tuviera ya estarían arruinados.

Aparcó su auto en el estacionamiento de la plaza y caminamos me dispuse a seguirlo a través de los locales hasta por fin entró a una zapatería

-Buenas tardes buscaba algo en especial- preguntó la señorita que atendía el local

-Zapatos escolares para dama- respondió rápidamente Sasuke. ¿Para qué querría él unos…?

-Claro, en esta vitrina tenemos algunos modelos nuevos-

-D-disculpa, Sasuke-kun de c-casualidad e-esos zapatos – no podía ser cierto…

-Son para ti- me confirmó

-N-no puedo aceptarlo- negué de inmediato

-Si sigues caminando con esos zapatos volverás a caer y tendré que llevarte en mí espalda de nuevo, ¿eso quieres?- tenía que admitir que tenía un buen argumento, últimamente había terminado más veces en la enfermería de las que acostumbraba.

La empleada por su lado estaba muy entretenida con la conversación

-Y-yo puedo p-pagarlo- dije como último intento

-No lo dudo pero yo lo pagaré así que elige.-me ordenó mientras tomaba asiento.

Decidí que si las cosas serían así al menos elegiría un par de zapatos modestos para no incordiar más. Se los enseñé a Sasuke que ni si quiera miró el precio y se dirigió a la caja a pagarlos. No podía evitar estar feliz por mi nueva posesión pero tampoco podía evitar sentirme incómoda con tanta amabilidad. Algo estaba pasando.

Tomé la bolsa con los zapatos y caminamos hacia el aparcamiento. Ambos estábamos en silencio hasta que por fin me animé a hablar.

-Muchas gracias haz hecho muchas cosas por mí hoy no sé cómo agradecerte- dije con bastante timidez. El se detuvo y dio un gran suspiro antes de comenzar a hablar.

-Hay algo que puedes hacer- me respondió sosteniendo mi mirada. Entendí que Uchiha Sasuke iba en serio con su petición.