Estos personajes no me pertenecen (pero algún día serán míos MUAJAJAJAJA) son todos de yana toboso ^_^
Bueno esté fic constará de dos capítulos en los que habrá lemon (mas bien en el segundo) así que si no les gustan este tipo de cosas ya quedan avisados.
— ¡Cieeeeel!
Una niña de cabellos dorados movía los brazos frenéticamente, hacía señales al distinguido muchacho que observaba la escena con aire aburrido al pie de la colina.
— ¡Ciel este sitio me parece muy mono! — Dijo con su estridente voz al tiempo que mostraba una encantadora sonrisa.
Ciel bajó la cabeza cansado ¿hasta cuando iba tener que hacer de "dama de compañía"?
— Sebastian, prepara el picnic donde dice Lizzy. — Gruñó con un tono autoritario nada propio a su edad.
— Por supuesto, bocchan.
Ciel miro con el ceño fruncido al elegante hombre que estaba a su lado, a veces tenia la impresión de que Sebastian se burlaba secretamente de él, nunca podía estar del todo seguro pero mas de una vez le había parecido detectar cierto tono burlón en las aparentemente educadas palabras del mayordomo.
Lizzy era una buena chica, había pasado los momentos mas felices de la infancia a su lado, pero todo eso quedó atrás y por mucho que ella se esforzara ya nada sería lo mismo.
Lizzy miró encantada como Sebastian y preparaba el picnic a una velocidad increíble. Esta va a ser una velada perfecta se dijo a si misma, para ella, por encima de todo estaba Ciel, le amaba y estaba decidida a conseguir que su amor fuera correspondido.
Aunque estaban prometidos Ciel solía comportarse de forma distante, complacía sus caprichos aunque Lizzy no podía evitar pensar que le daban la razón como a los tontos, estaba cansada de ser una carga, una obligación tediosa que Ciel debía atender.
— ¡Mira que vistas tan maravillosas! no sabia que existiera un lugar así tan cerca de la mansión.
— Si, es un lugar tranquilo — comentó el niño dejándose caer sobre la hierba, subir esa maldita colina le había cansado.
— oooh… Ciel, estas es muy baja forma ¿verdad?
— No tengo tiempo de ejercitarme — Dijo casi en un gruñido — Tengo mucho trabajo.
— Bocchan, si usted quiere puedo hacer un hueco en su agenda para que practique algo de deporte… yo mismo podría entrenarle pero no espere que sea blando — Sebastián ni siquiera intentó disimular la enorme sonrisa que se le dibujó en el rostro.
— ¡me parece una idea genial! — gritó Lizzy dando palmas de entusiasmo. — sería adorable verte hacer ejercicio con Sebastián.
Como respuesta Ciel fulminó con la mirada tanto a Lizzy como a Sebastián, había enrojecido súbitamente ante las palabras de su mayordomo.
Lizzy bajó la mirada, llevaba mucho tiempo planeando esa excursión, en realidad fue Sebastián quien le dio la idea, no recordaba muy bien porque pero había acabado entablando una conversación con Sebastian acerca de su relación con Ciel, la niña le contó que cada vez sentía a su prometido mas distante, ni siquiera la cogía de la mano y mucho menos le había dado su primer beso.
Sebastian argumentó que seguramente no se habían dado las circunstancias propicias para que sucediera. Por eso Lizzy se propuso organizar una velada intima en la que los dos pudieran charlar animadamente en un lugar hermoso.
La comida estaba deliciosa y los dos lo pasaron realmente bien, Ciel estaba relajado, parecía estar disfrutando, hablaron de mil cosas y pronto las risas llenaron el lugar.
Todo iba como la seda hasta que Lizzy se acercó un poco a Ciel esperando un avance por parte de su prometido que nunca llegó, Ciel se puso tenso, se irguió y dijo.
— Ya está anocheciendo ¡que rápido pasa el tiempo!
Lizzy parecía abatida, Ciel la miró con algo de pena y tras una pausa que le pareció infinita se inclino hacia ella para acariciar su mejilla suavemente, Lizzy levanto la mirada sorprendida ¡Ciel la estaba tocando!
— Cuando estoy contigo el tiempo siempre pasa rápido — la niña enrojeció al instante, Ciel se acercó aun mas a ella, estaban a escasos centímetros — muchas gracias por estar conmigo… Lizzy… — susurro Ciel mirándola como un depredador e intentando usar su voz mas sensual mientras se acercaba a los puros labios de su prometida.
— ¡Ah! — Lizzy ladeó la cabeza, estaba roja como un tomate — lo… lo siento Ciel pero tengo un poco de frío, y creo que ya debería volver a mi casa - se veía a simple vista lo avergonzada que estaba, aunque deseaba que Ciel la besara por alguna razón se había acobardado en el ultimo momento.
Ciel se irguió satisfecho, no parecía en absoluto molesto.
— Bien — miró con calma a la sonrojada muchacha — ¡Sebastian! Recoge esto mientras nosotros vamos a la mansión — dijo mirando fríamente al mayordomo que obedeció inmediatamente a esa imperiosa voz.
Aunque avergonzada Lizzy parecía extrañamente feliz ¡por fin Ciel se había acercado a ella! Casi sin atreverse miró de reojo como Ciel caminaba a su lado ofreciéndole un brazo para que se apoyara en el, siempre parecía tan seguro de si mismo…
Ciel la acompañó hasta el carruaje que esperaba en la puerta de la mansión donde se despidió de ella con unas corteses y afectuosas palabras, Lizzy apenas logró musitar un débil "lo he pasado genial, espero que podamos hacer otro picnic pronto"
Sebastian y Ciel contemplaron como se alejaba el carruaje que llevaba a la niña de regreso a casa .
— Muy hábil, bocchan — Dijo Sebastian con su habitual sonrisa.
Ciel le devolvió una mirada llena de indiferencia.
— Usted sabia que no estaba preparada, se acercó a ella de una forma un tanto ruda — Hizo una pausa — supongo que no quería besarla, asíque hizo que se sintiera tímida e insegura… una buena forma de que ella sea la culpable de que no hubiera beso — soltó una risita al tiempo que se pasaba una mano por el oscuro cabello — es curioso ver como a veces es preferible ser rechazado que rechazar.
Ciel miraba al infinito, parecía no prestar atención a las suposiciones de su mayordomo.
— ¿Siempre trata así a las damas? Bocchan…
Esta vez Ciel estaba seguro de haber escuchado claramente un matiz burlón en aquella aterciopelada voz.
— fuiste tu el que le dio la idea del picnic — era mas una afirmación que una pregunta.
— La señorita Elizabeth y yo mantuvimos una interesante charla en la que llegamos a la conclusión de que ustedes dos debían pasar mas tiempo juntos — una sonrisa felina apareció en su hermoso rostro.
Sebastian esperó algún tipo de respuesta pero el niño seguía con la mirada clavada en el horizonte, un repentino viento desordenó los ligeros cabellos de Ciel e hizo hondear su oscura chaqueta.
— Bocchan, podría resfriarse, vamos dentro por favor o… — Sebastian alargó el brazo para tocar el hombro del niño.
— ¡No me toques! — Ciel apartó de un golpe la mano de Sebastian — No me toques — repitió.
Ciel miró rabioso al mayordomo que abrió los ojos sorprendido ante aquella brusca reacción, antes de que pudiera reaccionar Ciel ya avanzaba a grandes zancadas hacia el interior de la mansión.
El resto del día Ciel se mostró taciturno, básicamente se encerró en su despacho del que salió únicamente para tomar una cena ligera procurando por todos los medios no cruzarse con su mayordomo.
Sebastián sonrío al recordar esa mirada llena de rabia y de ira, no podía evitar pensar que era adorable verlo enfadado. Se dirigía a la habitación de su amo, para aclarar lo sucedido.
Toc toc toc
— Adelante.
Sebastian entró todavía sonriendo en la habitación, Ciel estaba sentado en la cama, llevaba puesta la ropa de dormir. Un incomodo silencio reinó en la sala, Ciel miraba a Sebastian como si fuera el ser mas insignificante de la tierra.
— Bocchan, me disculpo por lo de esta tarde — Dijo inclinando la cabeza y arrodillándose al pie de la cama, desde su punto de vista podía apreciar como los pies de Ciel no llegaban a tocar el suelo por unos centímetros.
El niño se limitó a mirar con desprecio al mayordomo, Sebastian esperó por un tiempo a que dijera algo pero al no obtener repuesta levantó la mirada y enfrentó los penetrantes ojos de su amo.
— ¿Por que animaste a Lizzy? — dijo Ciel en tono autoritario — Las falsas ilusiones pueden hacer mucho daño, aunque a ti te parezca divertido jugar con los deseos de las personas yo no voy a permitírtelo.
Sebastian bajó la mirada divertido y contestó:
— Como sirviente de la familia Phantomhive es mi deber velar por su bienestar… y creo que es importante que usted refuerce lazos con su prometida, además ella estaba deseando recibir su primer beso… es una pena que usted la intimidara de esa forma - acabó de decir Sebastian.
— ¿Mi bienestar?… otras veces no te preocupas por mi bienestar precisamente — Dijo sujetando bruscamente su barbilla obligándole a sostenerle la mirada — Hay noches que me dejas tan agotado que no puedo ni caminar al día siguiente.
Había una fría cólera en su voz, Sebastian lo miro por un instante con sus ojos carmesíes y finalmente dijo en el tono mas ceremonioso que pudo.
— eso es porque el joven amo lo desea tan ansiosamente que yo no puedo negarme, usted es realmente un niño muy impetuoso.
¡PLAF! Ciel abofeteo con todas sus fuerzas a Sebastián.
— ¿Cómo se atreve el perro a hablar en esos términos a su amo? — dijo Ciel sin levantar la voz, sonrió satisfecho al comprobar que le había roto el labio con el anillo.
Sebastian miró fijamente a Ciel que no se dejó intimidar por los perspicaces ojos del mayordomo.
— Bochan, bocchan… ¿así que era esto lo que pasaba? Le dio rabia que hablara con la señorita Elizabeth, yo solo lo hice por su bien… — el tono de Sebastián no podía sonar mas ofensivo a oídos de Ciel — se acercó lentamente a la cara de su amo — se nota que es solo un niño.
— un niño… — Ciel soltó una risa llena de enfado — ¿te gusta hacerlo con niños Sebastián? Eres lo peor — dijo asqueado.
Sebastián se acercó suavemente a su amo tocando la mejilla de este con la mano, parecía encontrar divertida toda esa situación.
— claro que lo soy — dijo lamiendo los labios de Ciel dejando en ellos un leve sabor a sangre — y usted también lo es ¿o acaso va a negar lo mucho que lo disfruta? Siempre me pide mas, bocchan.
— ¡Te dije que no me tocaras! — Gritó Ciel dando un fuerte empujón a Sebastián.
Ciel fulminó al mayordomo con la mirada tratando de parecer firme, aunque el ligero temblor de sus labios no pasó desapercibido ante los agudos ojos de Sebastián.
— Bocchan… ¿de verdad todo esto es por no herir los sentimientos de Lizzy con falsas ilusiones? — Sebastián se quitó los guantes dejando al descubierto la marca del contrato. — ¿Por qué no empieza a ser mas honesto con su fiel y humilde sirviente?
Antes de que Ciel pudiera hacer o decir nada Sebastian se abalanzó sobre el a una velocidad increíble aprisionándolo contra la cama, Ciel no pudo evitar moverse inquieto ante la asfixiante proximidad del demonio.
— ¿que tenemos aquí? — susurró en el oído de Ciel con una voz completamente excitada — usted ya está caliente ¿no es así? ¿va a apartarme otra vez de un empujón?
Y hasta aquí el capitulo de hoy, espero que les haya gustado, si no les gusta no pasa nada, no me enfado XDD…