¡Hola! Bueno, soy nueva por aquí y he decidido colgar mi fic Damon/Elena. ¡Tendrá escenas Hot!

¡Espero que os guste!

¡AVISO! ¡Esta historia tiene spoilers de toda la primera temporada de la serie! Es como una continuación alternativa :)

Sueños

Elena andaba por la oscuridad sin miedo. Su propio cuerpo irradiaba luz, la guiaba por ese especie de vacío oscuro pero no tenebroso en el que se encontraba. No sabía adónde iba, pero sabía que alguien la estaba esperando y tenía que encontrarle... La necesitaba.

De pronto sintió algo y se detuvo. Unos brazos firmes la rodearon por detrás, unos labios suaves le susurraron cosas en italiano que no llegó a comprender; no entendía las palabras, pero sí el sentimiento.

Amor.

- Elena... - le susurró su voz.

Él le dio la vuelta poco a poco. Elena se refugió en su abrazo y dejó que los preciosos sentimientos de él se mezclaran con los suyos; encajaban a la perfección, se complementaban. Eran perfectos el uno para el otro.

Y se besaron. Millones de veces... de forma suave, dulce, cálida y reparadora.

Sus labios se fundían, sus cuerpos también. Eran un solo ser mientras esa nube de ternura les envolvía. Elena no quería que aquello terminara jamás, y sabía que él tampoco.

Él... Él la necesitaba tanto... De un modo casi enloquecedor y obsesivo que a veces le corroía por dentro y le hacía odiarse. Pero Elena no quería eso, ella sólo deseaba estar a su lado para siempre, cuidarle y hacer que jamás volviera a sentirse así...

- Te necesito - le dijo él, leyendo sus pensamientos.

- Estoy contigo - le prometió ella, enviándole relajantes oleadas de cariño a su amor, a su alma gemela -. Siempre estaré contigo.

Lo estaba, estaba con él, pero... de pronto despertó.

Elena tardó unos segundos en recordar dónde estaba y por qué. La habitación estaba medio a oscuras, iluminada sólo por una pequeña lamparita que ella no había dejado encendida.

Y lo supo. Damon estaba allí. Le buscó con la mirada. Sus ojos azules resplandecieron desde el marco de la puerta, y Elena se apresuró a encender la luz principal. Él sonreía burlonamente, como siempre, pero...

Pero había algo en esos ojos, una especie de dolor que identificó al instante. El mismo que había sentido en su sueño, la misma necesidad que la persona del sueño le había expresado.

Elena se sintió el corazón oprimido al darse cuenta de lo que todo aquello significaba. Buscó los ojos de Damon, pero no pudo hablar. No sabía qué decir.

Damon sonrió de nuevo y abrió la puerta para irse. Ella quiso decirle que se quedara, que quería hablar, y él se detuvo un instante. ¿Habría oído sus pensamientos? Seguramente.

Se giró un segundo y la miró.

Te necesito.

Las palabras resonaron en su cabeza, pero Elena sabía que Damon jamás diría algo así, que eso no era más que un recuerdo de su tan vívido sueño.

Ella no dijo nada más, y en un segundo volvía a estar sola en su habitación.