Mi primera historia YAY!

o como me gusta decir por fin tuve la suficiente valentía de publicar algo mío.

Como escritora primeriza deseo recibir todas las criticas (constructivas por favor) posible para ir creciendo, así que pido sinceridad, pero moderación.

Esta idea salió al pensar en encontrar a un Tsuna un poco más... opaco? en esta historia Tsuna no tendrá ninguna posibilidad de convertirse en décimo Vongola puesto que coloque por aquí la existencia de un OC (hermano mayor) que se va a encargar de vivir todo lo que el debió haber vivido Tsuna, por supuesto nuestro personaje principal será Tsuna pero vivirá una vida un tanto diferente y tendrá peso en sus hombros también un tanto diferente.

bueh... como yo no soy Akira Amano me supongo que tengo que admitirlo Katekyo Hirman Reborn no me pertenece... por ahora


Prologo

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Desde que Tsunayoshi tuvo memoria siempre ha sido igual, el era torpe, débil y poco inteligente, lo llamaban despectivamente Dame-Tsuna (perdedor Tsuna) por que todo lo que hacia fracasaba, mientras que su hermano mayor Yoshimure, el siempre fue perfecto, ya a sus 5 años había adelantado grados y era bueno en los deportes, era admirado por todos no solo por sus logros si no también por su gran corazón.

Todos deseaban tener algo que ver con el, todos excepto Tsuna, este que a sus 4 años de edad había recibido críticas y comparaciones con su "perfecto" hermano mayor, pero había que destacar que en la mente inocente del niño no existía odio consiente hacia su hermano.

Cosas como "¿Por qué no puedes ser como Yoshi? Dame-Tsuna", "seria mejor si te quedaras al margen y dejas a Yoshi que muestre como se hace" o "¿Por qué no te aseguraste de ser mas como Yoshi al nacer? Dame-Tsuna" era el tipo de palabras que siempre recibía de todos exceptuando a su madre, padre y hermano, y el tipo de palabras que desencadenaron esta situación.

-Te odio con todas mis fuerzas, desearía nunca haber sido tu hermano-

Fueron las palabras mas hirientes que salieron de la pequeña boca de Tsuna hacia Yoshimure, el amaba a su pequeño hermano y decidió protegerlo desde que Tsuna mostró terror de casi todo a su alrededor, esas palabras lo dejaron en shock ni siquiera pudo detenerlo cuando corrió, esas palabras nunca pudieron ser borradas de su mente.


Tsuna corrió con todas sus fuerzas, no importo cuantas veces se tropezaba este se paraba y seguía corriendo, le había gritado a su hermano, el no quería gritarle, también lo admiraba, tanto o mas que todos sus amigos y compañeros, pero no lo pudo evitar, había llegado a su limite, todos los insulto y comparaciones lo tenían al limite y cuando ya no pudo mas se descargo con la persona mas cercana.

Cuando por fin se detuvo estaba en un lugar desconocido, nuevas lágrimas salieron de sus ojos ahora estaba perdido se dejo caer y sollozo, escucho unos pasos y se paralizo hipando y con un sollozo silencioso.

-Tsuna…- fue un ligero susurro pero el reconoció esa voz, ya sin miedo se volteo y abrazo a su padre y soltó a llorar aun más fuerte.


Iemitsu estaba de visita, tomo unos días de vacaciones para atender a su familia y hoy le tocaba buscar a los niños, pero se encontró con la sorpresa de su adorable hijo menor le grito a su hermano que le odiaba, y luego huyo corriendo.

Su hijo mayor parecía shockeado, llamo a Nana para que lo buscara el confiaba más en ella, después de todo el no los había visto desde hace dos años que vino con el Noveno, y siguió a su hijo menor el cual si tomaba mas ventaja lo perdería.

Cuando alcanzo a Tsuna este estaba sollozando paralizado del miedo, se acerco y lo llamo por su nombre para tranquilizarlo, el efecto fue inmediato, el infante se volteo, lo abrazo y lloro con fuerza balbuceando lamentos.

Media hora después Tsuna se calmo, agotado después de llorar mucho se durmió, Iemitsu empezó a caminar a casa, pero un solo comentario tan ligero como un suspiro salió de su hijo y le hizo tomar una decisión.

-¿Por que no… pude… ser… menos… Da…me?- ese suspiro inconsciente tendrá mayor impacto en la vida de Tsuna que cualquier cosa en el mundo.


Iemitsu estaba decidido, entro en la casa con una triste mirada, y dejo a su hijo en su cuarto, silenciosamente se dirigió a la cocina donde se encontraba su amada esposa, cocinando de su deliciosa comida, se sentía mal de arruinarle el día a Nana pero ya había tomado una decisión.

-Querido, sabes que tiene Yoshimure desde que lo busque ha estado muy silencioso…-

El no sabia como explicarle su decisión a Nana, la callo colocando un dedo en los labios, la condujo a la mesa, todo sin abandonar su mirada seria, esta mirada ponía nerviosa a Nana, no podría significar nada bueno.

-Querida, se que lo que te voy a decir no te va a agradar…-

-¿Ya tienes que regresar al trabajo?, descuida estaré bien- interrumpió Nana intentando adivinar lo que quería decir su esposo. Iemitsu suspiro esto seria mas difícil de lo que pensó.

-Si, mis vacaciones ya terminaron- concordó -Y he pensado que tener que cuidar de dos niños es mucho para una sola persona, y menos a la edad que están entrando...-

-No te preocupes- alzo el brazo flexionándolo –Estoy segura de poder con ambos- sonrió con confianza

-No Nana, deseo llevarme a Tsunayoshi, ¿recuerdas hoy cuando te pedí que buscaras Yoshimure?- Nana asintió -Tsuna le grito cosas horribles, el se arrepiente, pero que lo haya hecho no es buen indicio- Esta afirmación la dejo pensativa-Nana yo no estoy dudando de ti, por dios- Exclamo alzando un poco la voz y la abrazo con cariño.

-Tu eres el amor de mi vida y la madre de mis hijos, pero yo quiero también poner de mi parte- la sonrisa amorosa paso a ser una expresión sombría -esto es algo que deseo tratar por mi cuenta- Iemitsu termino su pequeño discurso y espero en silencio la respuesta de Nana.

-¿Cuando se van?- Pregunto en voz baja y rota a punto de llorar. A Iemitsu no había cosa que le rompiera mas el corazón que oír llorar a su esposa, la estrecho contra su pecho y le respondió en voz baja

-Dentro de dos días -


Era muy temprano en la mañana, el sol ni siquiera había salido pero ya habían personas preparándose para un día normal y productivo, en la entrada de la casa Sawada, se encontraba una de las parejas más felices del mundo Nana Sawada se despedía otra vez de su marido pero esta vez no con la sonrisa radiante que siempre adornaba su cara si no con una sonrisa melancólica puesto que este se llevaba parte de su corazón con el.

Iemitsu Sawada llevaba al pequeño Tsunayoshi aun dormido en sus brazos, sabia que esto le partía el alma a su esposa e hijo pero evito que un resultado peor llegase con el tiempo, no encontraban palabras para despedirse no esta vez que el se llevaba algo que dejaría vacía la casa Sawada.

-ittekimasu- Fue lo único que dijo Iemitsu antes de avanzar.

-Itterashai- Respondió lo suficientemente alto como para que su esposo lo escuchara.

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