Bla bla bla blá y con amor. Veamos, me estoy poniendo las pilas con los fic que tengo que actualizar y este no es la excepción, no me volveré a atrasar tanto o al menos eso espero.

Declaro: No es mi intención insultar de ninguna manera a los personajes aquí vistos, si actúan raro es debido a su crisis. Gracias por entender de antemano.

Advertencia: Confusión y el complejo del caño, infinidades y traiciones. (?)

Parejas en este capitulo: USA/UK, Alemania/Italia, Dinamarca/Noruega, Suecia/Finlandia, Grecia/Japón, España/Romano, ººInglaterra+Japón, USA+Francia, Suecia+Caño, Grecia+Tomates+Españaºº.


El americano aún estaba sorprendido, por eso le costó contestar el teléfono, pero terminó haciéndolo respirando con fuerza apretando su súper iPhone en su puño.

—Hello Alfred F. Jones…
—¿Quién es? —decía confundido el americano al ver que conocía su nombre.
—Soy un gran héroe, el héroe del mundo… tan bueno y perfecto yo.
—¿Qué demonios?
Alfred se alejó el teléfono con incertidumbre ¿Qué tipo de broma era esa?
—Pero mi Inglaterra es un chico tan malo… debe doler~ vaya que debe doler~
—¿Ar-Arthur? ¿Qué pasa con él? ¡Responde! —la voz del norteamericano se hizo desesperada y sólo recibió un suave "pronto lo sabrás" y la comunicación que mantenía con aquel sujeto se cortó.

El americano colgó mientras aún estaba sorprendido y todo el mundo lo miraba aún pensando que era realmente confuso lo que sucedía, muy, muy confuso. A los segundos después del extraño mensaje llegaron 4 correos al iPhone del americano con ciertas imágenes, Alfred no dudó en abrirlas, era de la misma persona que había llamado hace minutos atrás.

Y… y allí. En ese preciso momento algo pareció romper el pobre corazón de aquel norteamericano.

—No, no, no, no, no. Shit! NOOO! —el estadounidense se agarró con la mano libre la cabeza mientras una alteración extraña le recorría el cuerpo, no podía siquiera asimilar lo que sus grandes y vivos ojos azules veían.

En las imágenes salía claramente a su Inglaterra besándose… y tocándose incluso con Japón y con otra nación que el americano ya no aguantaba ver, ni siquiera quería saber quien era, cada vez que veía una imagen su corazón parecía romperse y sus ojos se cristalizaban, porque no quería que Iggy lo cambiara…no lo quería, había luchado demasiado para que ambos acabaran juntos para terminar otra vez así.

Todos los países estaban que se jalaban los cabellos uno por uno y luego ponerse gorro al ver la supuesta razón de la crisis, era imposible, o sea, bien…gustaban de hacer "cositas malas" con sus parejas como a cualquier persona y a sus respectivas parejas también le gustaba pero no eran unos enfermos y necesitados sicópatas sexuales, sabían cuando detenerse aparte de que estuvieran con afrodisíaco, viagra, y "red bull", todo junto, y por supuesto, drogados. Ellos no eran unos viles monstruos como sus parejas los veían ahora.

—¡Mi Iggy cree, mi Iggy cree…!—decía apunto de llorar el norteamericano por la frustración. —Y él ahora está… con…MIERDA ¡NO, NO, NO GOD! No me hagas esto Arthur… duele ¡Duele maldita sea!...

El americano tuvo que respirar profundo, luego apretar con fuerza los labios y los puños, bajar la mirada y luego contener la respiración para evitar llorar por aquel ser que era lo más importante en el mundo para él.

Y…de la forma más masculina posible Alemania se puso delante del estadounidense y le dio una fuerte "bofetada" Alfred abrió los ojos con impresión para luego mirar al alemán y sensibilizar su mirada como la de un pequeño niño al que le habían arrebatado su juguete y enseguida de eso….

—¿Qué te da el derecho a pegarme puto bastardo? —el americano se paró, enojado y molesto a encarar al alemán.

—¡Lo hago para que dejes de actuar como un niñito mimado! —se defendió Lud sin rastro de alteración ante el enfado de la potencia mundial.

—¡Amo a Inglaterrra maldición! ¿Sabes todo lo que luche para estar con él? ¡No, no lo sabes ya que lo tuyo con Italia fue tan fácil! —le gritó con ironía.

—¡Tú no sabes lo que fue mi relación con Italia! ¿Además que tan difícil es conquistar a un cejón sin gracia como Arthur?

—¡NO! Fuck you! ¡Que te viole Francia! ¡Ahora si que te mato, retira tu insulto a sus preciosísimas cejas!

El alemán volteó y dejó la discusión ignorando al iracundo americano pero éste claramente no iba a apartar la vista y hacer como si nada hubiera pasado, estaba dolido, destruido, nunca Arthur le había sido infiel, jamás… pero aún así no podía permitir que alguien más hablara mal de él, él era perfecto. Y si estaba con otro… es que quizá él no era suficiente para ese inglés.

Porque a Alfred ya no le quedaba nada si Arthur desaparecía de su vida, por que él era su todo.

—Sólo luchen malditos imbéciles…— era una voz femenina detrás de todos.

Las naciones voltearon al ver a la chica húngara venir hasta ellos con una expresión algo fría, como si hubiera descubierto algo que destruía parte de las esperanzas que tenían hasta ese momento.

—Realmente ahora podrían no sé… perder si no lo hacen —susurró Hungría apartando la vista.

—Pero mi Arthur…

—¿"Tu Arthur" he? —dijo la chica hasta con frialdad. —No lo veo muy "tuyo" en esas fotos…—resopló enfriando más su voz, al americano le dio un vuelco terrible aquellas palabras.

¿Qué tipa fría y sin sentimientos era esa? ¿No que los iba ayudar? ¡El Hero confió en ella! Y ahora lo destruía más de lo que estaba.

—Ve por Arthur… pronto. —no lo miró.

—¡Pero si acaban de echar a mi amor estadounidense y a mí a pataditas! ¿Te muestro la marca de la bota de Inglaterra en mi trasero? ¡Aún se ve! —exhalaba el francés con rabia mordiendo un pañuelo, luego, miró hacia los lados, su crisis volvía aflorar, quería matarse, recordó todo lo malo, TODO.

Debía encontrar una soga lo antes posible, pero antes… antes volvería ver las imágenes de Matty desnudo, uno no podía morir bien sin antes ver fotos de Canadá desnudo, sí, así él podría irse de ese mundo cruel y despiadado con "elegancia" y perversión francesa por supuesto.

—Sólo vayan, ve por el Alfred F. Jones… es tu amor después de todo ¿verdad?, si te rindes todo se acaba. —rió la mujer.

El americano la miró mientras se mordía los labios, exacto ¡Exacto maldita sea! Él era un héroe, SU héroe, alguien le estaba jugando una mala pasada y él se dejaba ganar, osaba atreverse a tirar a la basura todos aquellos años de esfuerzo y esos momentos felices que pasó y pasaría nuevamente con Arthur, su luna de miel, su sonrisa… su boda, sus noches, sus caricias, sus labios… "su presencia".

Alfred tomó la mano del francés (cosa que antes nunca haría por temor a que Francis mal pensara) y le asintió con la cabeza quitándole heroicamente la cuerda suicida de su cuello.

—¡Voy a ir por el único y más sexy inglés del mundo! ¡Voy por ti mi amado Arthur! —gritó para casi llevarse a lapa a un depresivo francés que había sacado píldoras de quien sabe donde.

Las demás naciones en tanto se quedaron discutiendo el problema, Hungría tenía algo importante que avisarles sobre una organización especial… una que sólo deseaba separar a aquellas naciones que deseaban o habían adquirido por poco tiempo el "Por siempre juntos". Y además, la comunicación con Lituania y Prusia había desaparecido, no habían tenido contacto con ellos. Prusia a la húngara no le importaba o aparentaba no hacerlo, pero el pobre Lituano…, todos esperaban que no le hubiera pasado nada, y Rusia tampoco le deseaba mal… ¡Él iba a ser el padre de su hijo!, supuestamente claro.

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Mientras, a Dinamarca y a Suecia le encargaron dos cosas, primera… ir a buscar cosas cursis, temas… etc, para poder volver a "conquistar" a sus parejas, poesía y música… bailes sensuales, algo, serenatas, su misión era recolectar información también e ir donde un sujeto que les señaló Hungría y la segunda cosa y más importante, abstenerse de matarse mutuamente con Suecia, no es como si el danés empezara… era mayormente esa actitud tan rara y taciturna que tenía ese sueco que lo hacía ponerse digamos "algo molesto" y/o violento.

Porque él era un santo, una monja (Bien, monja no…ni que fuera virgen), un esponjoso y abrazable danés (pero no por eso violable), no era su culpa, era la del feo Berwald. Sí, feo y malo con sus cosas malas y feas, sí…eso.

Ni siquiera encontraba una escusa decente, se volteó a ver si aún estaba detrás de él cuando vio lo peor que podía ver.

Suecia… Suecia estaba en un poste, simulando estar en un caño, bailando sensualmente con esa siempre mirada matadora y sexy que tenía, todos los de la calle se les quedaban mirando. Porque sí, esa era la poco masculina pero sensual crisis del sueco, poste que veía o cualquier cosa con forma de caño le producía le necesidad de ir hasta allí y bailar ridículamente y/o hacer striper.

Al danés se le quemaban los ojos, literalmente sentía que comenzaba a derramar lagrimas de sangre. OH dios, Suecia se estaba sacando la camisa, ¡LA CAMISA! ¡Aaaah! ¡Mi estomago, mi estomago!, el danés sentía como retorcijones le destrozaban el estomago y un escalofrío toda la columna. Que quisiera vomitar era poco, para echarle más tierra al asunto todos lo miraban porque sabían que ÉL venía con ese sueco.

Y cuando se dio cuenta para conseguir detenerse el sueco lo único que hizo fue mirarlo arreglándose la ropa.

El danés no hacía más que mirar con ojitos entrecerrados y malvados al sueco mientras éste hacía exactamente lo mismo, se odiaban, o al menos no se caían bien, no era como si en algún momento cuando nadie los estaba mirando ellos se tiraban el uno con el otro y se pedían perdón y eran los mejores "amiguis" del mundo. No, claro que no, ellos simplemente no se entendían del todo pero su relación era mejor que la de antes.

—¿P-Pero qué tipo de feti-che tan raro es ese Suecia? ¿Ahora me vas a venir que debajo de todo tienes ropa de color rosa? —Dinamarca más que exaltado o impresionado estaba asustado, realmente estaba que se hacía "pipi" del miedo, la imagen más perturbadora antes vista en su vida era definitivamente a un sueco bailando en el caño.

O sea, Suecia en el caño ¿Qué era eso? ¡Y estaban en plena vía publica" más de un niño, anciana y unas cuantas mujeres y/o pervertidos se le quedaron mirando.

El sueco lo miró serió pero aún avergonzado mientras se estiraba un poco los pantalones y comprobar de que color eran sus calzoncillos —No son rosa´os, son lilas…

—¡Lo mismo! ¡Eres raro! Oh dios, cuando Tino se entere…

—No se ente´ara

—¡Camina muy delante de mí! ¡No quiero que me vean contigo! ¡Hafff, me das vergüenza! —si eso pasaba la "súper" reputación del danés se iría al inodoro.

—La tuya es peor…

El danés frunció el seño, en eso tenía razón. Lo único que le hacía conservar su esperanza era ver a su amado noruego, sólo verlo, y molestarlo un poco también.

En cualquier cosa que diera señales de vida de aquel chico al que amaba más que a nada. Era un rey entre reyes, él podría, no se rendiría a pesar de su ridícula crisis o ante la del sueco, que aunque no lo decía estaba muy avergonzado de lo que había hecho, y más que el danés lo mirara para quizá burlarse de por vida de él, si sólo estuviera Tino… él quizá no se hubiera burlado, él quizá sonreiría con esa dulzura suya mientras se arrojaba en sus brazos. Amaba demasiado a su "esposa".

"Si Tino estuviera aquí", pensaba el sueco.

"Si Noru estuviera aquí", ahora el danés.

Si estuviera aquí… a pesar de todo y con este idiota, el momento sería perfecto.

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En tanto a España y a Grecia se les había asignado una misión diferente al otro grupo, era claro que en Europa pero había una discusión un tanto breve sobre si iban primero a Italia (para que Antonio desesperado se tirara literalmente al italiano y le exigiera un "Porque") o para que Grecia fuera a Japón y después de decirle unas comprometedoras palabritas llevarlo al rincón más cercano y oscuro y hacer mucho Ñaca Ñaca con él, pero claro… con amor.

Pero algo, algo pasó en sus planes y por eso estaban allí en el momento más incomodo de sus vidas junto a un italiano que el español conocía enterito mirándolo horrorizado, impactado, no podía creer lo que veían sus ojos, o sea, muchas veces había insultado a Antonio pero esa vez… dios, que no le dijo, se le fue el alma a insultos.

—¡Puto caliente de mierda! ¡Vamos revuélcate con… con este! ¡No me importa! ¡Pensar que pensé en irte a ver!

—Grecia…—se explicó Heracles mirando al pobre e inocente español tratando de que su ex-pareja no se lo comiera vivo, y no de manera linda claro.

Y es que…la situación era rara, no se podía decir nada que lo cambiara, por más que tratara de explicarse seguía siendo rara. Allí estaba desnudo Grecia arriba de un Español también desnudo y ambos cubiertos de lo que era una masacre de tomates.

—¡Pero Romano y-o….yo te ¡Yo te amo! ¡Lo sabes, más que a nada, eres mi pasión...! simplemente eres… lo que sigue haciendo que mi cuerpo se mueva para vivir cada día…

—¿En-Entonces qué haces con él maldición? —gritó el Italiano molesto, apunto del colapso.

—Puedo explicarlo…—suplicó.

Pero el chico no lo tomó en cuenta, frunció sus cejas apunto de dejar caer una traviesa y dolorosa lagrima por su mejilla, pero la contuvo, no lloraría por alguien como él aunque muy en el fondo siguiera amándolo.

—Pu-puedo explicarlo…—dijo apenas, pero el italiano ya se había marchado furioso descargando su odio en los tomates.

Quizá Antonio les tenía fobia, pero ahora Lovino simplemente los detestaba, todo lo que tuviera que ver desde ese momento con el estúpido España…todo, TODO lo odiaba. Porque muy en el fondo podía botar cualquier frase ofensiva de su boca pero que el español le haya sido infiel…eso y nada más que eso le había dolido más que nada en su vida, incluso más que cuando se sentía poco importante al lado de Feliciano.

—En realidad no, no puedes explicarlo, ni yo sé como hacer sonar esto lógico…—decía el griego levantando su cuerpo desnudo lleno de pequeñas manchas de tomates. —Este es el trío más extraño que he tenido hasta ahora…—dijo como si nada Grecia, hasta somnoliento.

—¡No fue un trío por amor a dios! —se defendía el español, era claro que eso NO había pasado, pero era más raro explicar lo que realmente paso. ¿Y a que se refería con "un trío"? ¿Los tomates contaban para el griego?

—Bueno, bueno…—bostezó Grecia mientras se destapaba un poco los oídos por el grito que había pegado el español —Fue el No trío aparentemente más extraño que he tenido… ¿feliz?... Vistámonos luego, no quiero tener que explicarle esto a Geraldina…

—¿Quién es Geraldina? —preguntó confuso el español pensando en que Grecia había traicionado en una infidelidad malvada al pobre y tierno Kiku lleno de puros e inocentes pensamientos yaoisticos.

—¿Geraldina? Ella es mi perra…—soltó sin ninguna expresión.

—¿Qué clase de persona eres? —se levantó el español, no podía creer que el griego tratara de esa forma tan cruel y despiadada a una mujer, llamándola "perra"—Pensé que eras diferente Heracles pero nadie te importa, ¿Cómo te atreves a llamarle perra?

—¿Cómo quieres que le llame? —preguntó confuso en un susurro el griego. —¿Mono, pelicano, lagarto quizá?, es una perra… no puedo llamarle "gato"…

—¿Estabas hablando de un animal?

—¿De qué más…?

Y el silencio se formó, España no hizo más que estamparse la cara, luego, aterrorizado, entró en shock al ver de nuevo donde estaba, su cuerpo… esa fruta malvada rota y desquebrajada asquerosamente en su cuerpo… , los tomates malvados ¡Antonio lo sabía, era su venganza!

¡Todo era culpa de esos putos tomates! ¡Era su venganza, ya que les podía quitar a SU Lovi! ¡Eso era! ¿Cómo no lo vio antes? El verdadero enemigo de todos eran los to-ma…tes… tenía que decírselo a los otros.

—Tom-ates…ah, los toma-tes Grecia—cayó dramáticamente al suelo.

El griego se acercó sin mucho interés a picarlo con un palito, luego le pateó suavemente con el pie en el estomago recibiendo una suave queja del español. Sí, estaba vivo, maestra y brillante la conclusión de Heracles.

—Miles de tomates… o dios… Gr-Grecia… estoy viendo la luz…—decía en los brazos del griego simulando una muerte.

—Eres conciente de que no te vas a morir ¿Verdad?

—Dile a Romano que lo amo…—jadeó telenovelicamente e incluso tosió rojo (había tragado un tomate).

—Creo que no le diré…, dios, dejemos tus cursilerías para otra ocasión, aquí no lo encontramos, seguro está en Japón.

El griego suspiró, esto llevaría su tiempo, pero no podían fallarle a Hungría, por algo les había encargado eso a ellos dos, porque confiaban en que lo lograrían y el desanimado griego no permitiría que todo se fuera al drenaje por el melodramático de Antonio, además (y casi la razón más relevante) quería ver a Kiku para mimarlo (y hacerle otras cosas de paso).

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Londres, Inglaterra.

Mientras tanto, cierto inglés estaba tomándose su décima quinta taza de té, estaba que se estampaba al igual que su EX pareja en algún objeto por lo aburrido que estaba, enserio, estaba MUY muuy aburrido, sentía un estremecimiento en su piel al recordar los ojos con los que Estados Unidos siempre lo miraba, de deseo, de pasión pero más que nada: Cariño.

Pronto acabaría todo, volvería con él, se dejaría cautivar nuevamente por su aroma y mandaría a la mierda a cualquier persona que se interpusiera entre él y Alfred, a cualquiera, celos y posesión definitivamente al británico no le hacían falta. La desesperación lo consumía, quien lo iba a pensar, el gran Arthur desesperado al igual que los que estaban a favor, es que…vamos, fueron años esperando y un largo camino para poder estar con USA, no fue el simple "Oye me gustas" "¿Enserio?" "Sí…y mucho" "Oh… ¿Y esta es la parte en que nos tiramos el uno arriba del otro a tener sexo?" "Sí, vamos por la primera cama que encontremos". NO, claro que no fue esa mierda, ese era el peor ejemplo para describir su relación.

El inglés se removió un poco. Una llamada vibro en su pecho sacándoselo del bolsillo de su camisa, suspiró para soltar —Malditos números desconocidos…

Pero terminó por contestar.

—Hola Iggy.
—¿Alfred? ¿Cómo conseguiste mi número?
—De por allí. —susurró en un tono particularmente extraño. Como si no fuera él. —Quiero reunirme contigo Iggy…
—Alfred, hemos tenido estas conversación un millón de…
—Me temo que tengo que insistir…Arthur.

Arthur suspiró y accedió, después de todo quería verlo, pero lo que el inglés no sabía es que aquella persona que lo llamaba no era Alfred ya que él, aún se estaba lamentando por la infidelidad que Arthur le había hecho en esos meses de aquella terrible y demoníaca abstinencia sexual. Pero, entre sus lamentos venía nuevamente hacía él pero quizá ya sería un tanto "tarde" cuando llegara.

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Porque mientras Alfred y su grupo pensaban que el mundo se les venía abajo junto a sus parejas había otros que no podrían estar rebozando más de la situación. Eran… eran…

LOS SOLTEROS ANÓNIMOS.

Oh yeah, los solteros anónimos, y uno que otro ser malvado. Ellos no habían hecho mucho, era claro. Era otro ser el que estaba detrás de todo aquello pero al menos ese conjunto de personas estaba feliz, vigorosa y hasta riéndose de su "inminente" renuncia, incluso habían escuchado de algunas fuentes confiables que Lovino ese mismo día iba a iniciar los planes para el divorcio, junto a China… además de que se enteraron que Arthur…

Oh, pobre Arthur, debió ser un golpe duro. También para Estados Unidos, pero él sólo estaba siendo engañado.

Un personaje agitado, quizá corriendo se dejo caer en ese agradable sofá para contestar por fin su teléfono.

—Hola, ya está lo que me pediste.
—¿Enserio? —peguntó una voz modificada así bien a lo "película" de misterio o simplemente a Death Note, un famoso anime y manga.
—Sí.
—Gracias Ricardo.
—Es Guillermo…
—Como sea, tus esfuerzos no serán en vano Joaquín.
—¡Que me llamo…! Ya, olvídalo, lo bueno es que todo sale de acuerdo al plan…
—Sí, todo de acuerdo al plan…

La conversación se cortó y el personaje misterioso rió con superioridad con los pies sobre el escritorio mientras arriba de éste estaban todas las fotos que habían llegado al celular de Estados Unidos, también estaban cada una de las fotos de las respectivas naciones en crisis ordenadas por parejas. El sujeto en cuestión volvió a reír, realmente era divertido eso de acabar con el "verdadero amor".


Próximo capitulo: Legalmente separados.


¿Quiénes conforman los solteros anónimos? ¡Averígüenlo! Siento si este fic se pone cada vez más extraño, así es la vida…

Ya, oh vamos, ¿les/as confundí? Espero que no, desde aquí se pone raro y sí, Guillermo está del lado malvado, ya sabrán porque (aunque el trauma con las naciones en su terapia quizá es suficiente motivo) ¿Se acuerdan de Sergio verdad? el terapeuta, sí… pobre Ricardo. Veamos si todo lo que pasa por esta crisis es lo suficientemente fuerte para acabar con el gran amor que sienten las naciones por sus respectivas parejas.

Eso, y la crisis de Suecia es rara ¿verdad?, la de Dinamarca es incluso peor xDDD, pero aún no le ha llegado el momento. Adiós y se cuidan y hasta el próximo capitulo (que trataré de subir luego…trataré, de tratar, de quizá sí o quizá no, depende de mi animo también).

El/la que más o menos se de una idea de lo que pasa que hable ahora o calle para siempre, la/el que gane o responda correctamente se ganara un premio de mi parte ;D, comentarios y/o criticas constructivas son bien recibidas también.