Disclaimer: Voldemort está vivo y gobernando el Mundo Mágico junto a Harry? No? Entonces es evidente que yo no poseo Harry Potter y hago esto sólo por diversión.
Pareja: Harry Potter / Tom Riddle
Resumen: AU ¿Qué pasaría si Charlus Potter hubiera nacido antes de lo esperado? Que Harry sería mayor en la época de Tom y se convertiría en su profesor de Defensa, claro.
Advertencias: SLASH, boy x boy, si no te gusta no lo leas! Universos Alternos, ligero OOC que tiene que ver con el desarrollo de la historia. Violencia, muerte, sangre, lenguaje adulto. CHAN, adulto/menor.
Palabras clave: :: Parsel :: . "Pensamientos" . - Diálogo -
Lunes 25 de Julio de 1938 – Orfanato Wool
14:05
Tom Riddle no era un niño común. No, él era especial. Pero no especial por sus poderes mágicos, porque sí, él sabía que los tenía, no era tonto. No, él era especial porque no reía, no lloraba, no jugaba... o al menos cuando otros lo veían. Porque en las frías noches de invierno, cuando su manta ligera no alcanzaba a lograr calentar su pequeño cuerpo sobre el fino colchón de la cama de metal, su cuerpo comenzaba a temblar, y él hacía de cuenta que no sentía las lágrimas deslizándose por sus mejillas, que no deseaba que realmente hubiera alguien allá fuera que quisiera adoptarlo. No. Porque Tom Riddle no necesitaba a nadie, no era débil. O eso le gustaba repetirse a sí mismo.
Físicamente no era exactamente fuerte, pero a temprana edad había descubierto que no necesitaba fuerza física para parar los golpes de esos pequeños monstruos del orfanato que gustaban de molestarlo. Ja! Y ellos osaban llamarle monstruo a él. Y cuando fue un poco más grande y pudo controlarlo, comenzó a vengarse de ellos. Por supuesto, fue severamente castigado. Pero, oh, la venganza era tan dulce...
Sin embargo no todo eran venganzas, ataques y días fríos. No, Tom también tenía días buenos, como ese que encontró una bonita víbora hocicuda. Ese día había estado llorando, tenía seis años y su mano dolía horriblemente, uno de los niños la mayores la había pisado fuertemente. Entonces al tirarse en al lado de unos arbustos escuchó un siseo extraño, pudiendo distinguir una voz en ella, que se quejaba sobre sucios humanos invadiendo su territorio. Se tragó su sollozo y rebuscó con la mirada en los arbustos, cuando localizó la víbora de color gris verdoso mezclado con triángulos amarronados y se quedó tan fascinado que olvidó su dolor y seguir llorando. Tentativamente probó hablarle, y los ojos verdes afilados se centraron largamente en él, antes de decirle que era un ''hablante''. Tom nunca tomaba a las serpientes con él, a él no le gustaba estar encerrado después de todo, no quería hacerle eso a otro ser vivo. Pero sí le gustaba hablar con ellas cuando veía una, y las dejaba enroscarse en su cuerpo para buscar calor.
Cuando Tom era castigado, normalmente le quitaban sus preciosos libros. Y es que si Tom gustaba de hacer algo, era leer. Tenía una impresionante sed de conocimiento y podía pasar horas leyendo sus libros. Los del orfanato pronto le quedaron cortos y tuvo que conseguir un carnét de biblioteca. Cuando el castigo era muy grande, Tom podía quedarse sin comer, otras encerrado en el ático a oscuras, y alguna que otra vez le habían pegado. A Tom le molestaban los susurros sobre él como si no estuviera allí o fuera un bicho tan idiota que era incapaz de entenderles, realmente le fastidiaba tener que quedarse sin comer, porque la comida no era realmente abundante y no quedabas tan satisfecho, el ático... bueno, definitivamente no le gustaba ese sitio, hubiera deseado tener una serpiente allí para que se coma las ratas, pero al menos de vez en cuando podía aparecer una luz, pero que esos sucios e inútiles seres osaran pegarle...
Y ahí estaba ahora, sin sus libros, encerrado en esa mugrosa habitación, mirando la ventana. Eso es lo único que hacía cuando lo castigaban de esa manera, anhelando la libertad, pero sin realmente mirar. No, usualmente Tom pensaba en esos momentos. Y en esos instantes la cabeza de Tom trabajaba a todo motor. Había sentido ''algo'', no sabía que era exactamente, pero era algo que no había estado ahí, algo en el aire... era más opresivo. Entonces la puerta se abrió.
-¿Tom? Tienes un visitante. -Anunció la sra. Cole, una de las matronas.
-¿Cómo estas Tom? -Escuchó una voz de un hombre mayor hablarle, y el aire se tornó más pesado.
-Vete. -Dijo sin volverse, su cabeza lanzando alarmas sobre que esa persona es quien hacía esa extraña sensación llenar el aire.
El extraño ignoró por completo el ''amable'' pedido de Tom y se sentó en su cama sin ningún permiso. De alguna manera Tom percibía que la sra. Cole ya no estaba, se giró para enfrentar a su molestia, alzando una ceja al encontrarse con un hombre anciano con con barba y cabellos largos canos, llevaba un traje negro y una cosa colorida en los hombros que Tom no estaba seguro si era una bufanda, aunque nadie en su sano jucio usaría algo así.
-Eres un doctor, ¿verdad? -Dijo Tom sospechoso, no era la primera vez que mandaban a alguien así. Que estaba poseido por el demonio, que tenía problemas psicológicos... cada tanto hacían un nuevo intento. Oh... si hubieran visto la cara de ese pobre cura que intentó ''exorcizarlo''.
-No. Soy un profesor. Profesor Dumbledore.
-No te creo. Ella quiere que me examinen. Creen que soy... diferente.
-Bueno, tal vez tienen razón.
-No estoy loco.
-Hogwarts no es un lugar para gente loca. Hogwarts es una escuela. Una escuela de magia. Puedes hacer cosas, ¿verdad, Tom? Que otros niños no pueden.
Tom recordó la carta que había recibido hace una semana atrás, por supuesto, no había creido ni una sola palabra. Creyó que la sra. Cole se estaba burlando de él. Pero a la vez... él sabía que tenía poderes, y sólo, sólo por si acaso la había guardado. -Puedo hacer que las cosas se muevan sin tocarlas. Puedo hacer que los animales hagan lo que quiero sin entrenarlos. Puedo hacer que cosas malas les pasen a quienes me molestan. Puedo lastimarlos si quiero. ¿Quién es usted?
-Bueno, yo soy como tú, Tom. Soy diferente.
-Pruébalo.
Dumbledore se giró al guardarropas y éste estalló en llamas. Los ojos de Tom se agrandaron un poco en el pensamiento de que sus pocas pertenencias estaban allí, pero rápidamente fue aplacado por otro mucho más importante. Ese hombre en frente de él era un mago, él era un mago, y había sido aceptado en un colegio para magos, iba a dejar el orfanato para estudiar magia.
-Creo que hay algo en tu armario intentando salir, Tom.
Tom intentó mantener su cara seria, pero por dentro sus entrañas se revolvían con una horrible sensación. Observó como sacaba la caja donde guardaba sus pequeños trofeos, recuerdos de sus victorias sobre quienes lo lastimaron.
-No toleramos el robo en Hogwarts, Tom. En Hogwarts te aprenderás no sólo como usar la magia, sino también controlarla. ¿Entendido?
Tom supo que le preguntaba sobre si entendía que no podía robarles. Asintió con prontitud, al diablo esas baratijas, no tenía ningún problema en devolverlas, ya pronto ni siquiera estaría allí todo el año... Entonces Dumbledore se paró para irse y Tom se removió con duda. -Puedo hablar con las serpientes también. Ellas me encuentran... me susurran cosas. Es normal para alguien como yo? Es decir... nosotros... señor. -Agregó Tom buscando ser más amable, en especial por la extraña mirada del viejo.
-No es completamente inusual, no. Pero no es algo común. -La forma en que lo dijo hizo a Tom desconfiar de que ahí había algo que no le estaba diciendo. En ese momento decidió que ese hombre no le gustaba. -Ahora Tom, ¿por qué no vamos tú y yo a comprar tus útiles a Londres?
El joven vaciló -Pero... señor... yo... no tengo dinero.
-No te preocupes, el colegio tiene fondos para casos especiales en los cuales no tienen manera de pagarlos. Pasaremos por Gringotts, el banco de los magos, en la parte mágica de Londres, más específicamente en el Callejón Diagon.
Lunes 25 de Julio de 1938 – Londes Mágico
14:38
Tom hubiera preferido ir solo, pero como necesitaba el dinero, tenía que ir con el anciano profesor. Guardó silencio todo el camino, mientras intentaba no escuchar los comentarios estúpidos del hombre sobre los ''maravillosos'' inventos de los muggles. Había deducido sin necesidad de ayuda que un ''muggle'' era una persona ''no mágica''. Se moría por hacer preguntas, pero desconfiaba demasiado de que ese hombre le dijera la verdad.
Cuando llegaron a un pub mugroso llamado El Caldero Chorreante, se dijo que más allá de que los muggles no lo vieran, era bastante ingenioso lugar para hacer pasar una entrada desapercibida. Por otro lado era como si vigilasen la entrada, cosa que le hizo sentir un poco inquieto. Cuando Dumbledore saludó al tabernero "Tom", el pequeño tuvo que comerse su odio a su nombre tan común, lo odiaba, él no era común, ¿por qué tenía que tener un nombre así?
Observó con mucho cuidado como entrar al callejón y se aseguró de recordar las instrucciones, diciéndolas un par de veces para sí. Casi dejó caer su mandíbula al ver el lugar tan lleno de magos, entonces la atmósfera mágica lo arrolló como si fuera un fuerte y pesado aroma en el aire. Cuando caminó junto al profesor, se dio cuenta de que lo que hacía era sentir la magia. Él nunca había estado cerca de otro mago, así que no podía saberlo, pero podía distinguir que la magia del viejo sobresalía entre las demás. Era poderoso. Tom tenía que tener mucho cuidado cerca de él.
Cuando vio el enorme edificio de mármol blanco con las puertas de bronce, supo que nunca se perdería en el callejón intentando encontrar Gringotts. Se quedó un momento leyendo el cartel de advertencia a los ladrones.
"Entre, extraño, pero preste atención
A los que tienen el pecado de la codicia
Para aquéllos que toman, pero no ganan,
Deberán pagar en su vuelta.
Así si busca bajo nuestros suelos
Un tesoro que nunca fue suyo,
Ladrón, está advertido, tenga cuidado con
Encontrar algo mas que un tesoro allí."
Entonces cuando bajó la mirada se dio de lleno con los ojos más verdes que hubiera visto nunca. Inmediatamente se acordó de la víbora que había visto cuando descubrió que era un hablante de parsel. No eran exactamente el mismo tono de verde, ahora que miraba con detenimiento. Los de la serpiente habían sido un poco más oscuros. Sin embargo ese hombre todavía se lo recordaba, esos ojos tenían algo. Es como si estuvieran susurrándole cosas al igual que la serpiente, sólo que esta vez, Tom no hablaba el idioma.
-Profesor Dumbledore. -La voz graciosa y masculina brotó del dueño de esos impresionantes ojos verdes. Se pasó una mano por el cabello oscuro cuyas mechas se desparramaban para cualquier lado, ligeramente largo, le daba un look por el que muchas chicas suspirarían. Su sonrisa mostraba los dientes blancos en ese rostro ligeramente delicado, casi aristocrático. Y cuando se fijó directamente en Tom, éste notó que sus ojos compartían una dulzura sólo dirigida hacia él.
El pequeño tom parpadeó con confusión en sus ojos verde-azulados, era la primera vez que alguien lo miraba así. Ni siquiera prestó oído cuando el profesor Dumbledore replicó. -¿Harry, cuantas veces tendré que decirte que me llames Albus?
-Las que sean necesarias, profesor. -Respondió con una sonrisa pícara. -¿Nuevo alumno? ¿Van dentro? Los acompaño. -Dijo subiendo las escaleras con ellos. Pareció que Dumbledore iba a decirle a Tom quien era ese hombre, cuando éste se giró a mirar a Tom con interés y una sonrisa en el rostro, como impaciente. Entonces Dumbledore sonrió y tarareando se dirigió a hablar con los duendes.
En ese mismo instante, Tom iba a tratar de ver que hacía Dumbledore cuando el hombre de ojos verdes se agachó frente a él con una sonrisa. Casi jadeó al sentirse inundado de él, era tan diferente a como se sentía con Dumbledore... ese hombre le hacía sentir mareado... pero no mal. No era sofocante como el viejo, no. En realidad, le gustaba la sensación, era como si respirara con claridad, pero una extraña fragancia que le relajaba. -Hola. Mi nombre es Harry Potter, y voy a ser tu profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras cuando estemos en Hogwarts. ¿Cómo te llamas?
La sonrisa que le dedicaba ese hombre y la completa atención le abrumaron por un momento hasta que frunció el ceño y murmuró -Tom Riddle.
El hombre, Harry Potter, soltó una suave risa encantada, que hizo fruncir más el ceño al joven. ¿Creía que su nombre era gracioso? Ya se habían burlado de él antes por eso. Significaba ''enigma'' ''acertijo'', pero que ese hombre se burlara de él... -Me gusta. -Tom se congeló. -Me gusta tu apellido. De alguna manera, es perfecto para ti. Thomas Riddle... -Pareció paladear su nombre cerrando los ojos un momento y Tom lo miró sintiéndose extrañamente incómodo, con una sensación que no podía entender. -Oh, ¿te puedo llamar Tom? ¿o prefieres algo más formal como que te llame por tu apellido?
Ese hombre era raro, nunca nadie le había preguntado a Tom como llamarle, la gente simplemente asumía que tenía derecho. -Como usted prefiera profesor Potter.
-Oh, no, por favor, me haces sentir viejo. No estamos en el colegio aún, y yo sólo tengo veintiséis. Por hoy para ti, seré Harry, señor Riddle. -Dijo guiñándole un ojo con una sonrisa.
Tom lo miró por unos momentos como si le hubiera salido otra cabeza, pero antes de que tuviera tiempo de decir algo más, Dumbledore volvió habiendo terminado el trámite y Harry se paró mirándole. El niño miró a ambos, ahora incierto. Tenía que admitir, muy contra su voluntad, que el profesor Potter le gustaba mucho más que el profesor Dumbledore.
-El profesor Potter dijo que enseña Defensa Contra las Artes Oscuras, ¿qué enseña usted, profesor Dumbledore?
El de ojos verdes alzó una ceja y miró a los otros dos. Mientras que Dumbledore sonrió ante la pregunta. -Yo enseño Transfiguración, Tom.
Decidió que definitivamente no le gustaba como ese viejo decía su nombre con tanta familiaridad, ahora que había escuchado a Ha- profesor Potter llamarlo "sr. Riddle" podía sentir una diferencia chocante en la forma en que ambos le hablaban. El susodicho pareció captar algo y se movió inquietamente. -Ah, profesor Dumbledore, van a buscar los libros del sr. Riddle asumo. Yo justamente acabo de retirar dinero para hacer algunas compras. No me costaría nada llevar al sr. Riddle conmigo, apenas me desviaría. Si te parece, yo le haré compañía y le mostraré alrededor, estoy seguro que como vicedirector tienes muchos asuntos que atender. Y ya que yo estoy en el camino... ¿mn, Albus?
A Tom no le pasó desapercibida la manera en que el ojiverde usó el nombre de pila del otro, como cohaxionándolo. ¿Pero por qué tendría interés en acompañarle a hacer las compras? Sintió la desconfianza llenarle de nuevo.
Los ojos azules del profesor de Transfiguración tintinearon de alegría. -Bueno, Harry, si no te importa, creo que quizá Tom prefiera de una compañía más joven.
-Tonterías, tú nunca vas a ponerte viejo.
Y en menos de lo que Tom pudo procesar, se encontraba a solas con el profesor Potter.
-Así que... el profesor Dumbledore y tú no congeniaron, ¿nm? -Preguntó con una sonrisa relajada, aunque Tom se había tensado con la pregunta. -No te preocupes, estoy seguro de que podrán llevarse mejor en Hogwarts. Ahora, si he supuesto mal y me he entrometido donde no me llamaban, me disculpo. -Agregó poniendo una mano en el pecho con una suave y graciosa inclinación.
Tom dudó en responder. -No... bueno...
-Relájate. A veces el profesor Dumbledore es un poquito raro. Pero es una buena persona. -Cuando estaban fuera, en medio de la gente, el de cabellos largos dejó caer una mano en el hombro de Tom, para no perderlo. Todo el cuerpo de Tom se tensó y evidentemente el profesor lo sintió, porque quitó la mano con una sonrisa de disculpa. -Así que... ¿huérfano? -Tom se volvió a tensar. -Yo también.
El cuello del niño hizo un feo crack de la forma brusca que se giró a mirar a su profesor. Él le dio una sonrisa cálida y tranquila. Mirando hacia un lado tomó la mano de Tom de pronto y antes de que pudiera terminar de asimilar la calidez de que hacía hormiguear su mano, el profesor se había frenado y le entregó un helado al sorprendido pequeño.
La sonrisa se extendió por el rostro del ojiverde y tomando un helado para él se sentó en lo que Tom acababa de registrar, era una heladería. Florean Fortescue. El profesor dio una larga lamida a su helado. -Si no lo comes se derrite, la verdad es que para ser mágicos, deberían hacer que no se derritan. -Agregó en un susurro para no ofender al dueño de la heladería, y Tom no pudo evitar apreciar el comentario, sin embargo no sonrió. Tentativamente lo probó. Era frío. Y dulce. Y cremoso. Decidió que le gustaba.
-Primera vez, ¿verdad? -Tom volvió a congelarse ante eso. -Yo también probé por primera vez el helado cuando vine al Callejón Diagon la primera vez. -El niño se relajó, estaba demasiado acostumbrado a las burlas, pero Harry... esa vez no se corrigió a sí mismo, Harry no se burlaba. -Mis padres murieron cuando yo tenía un año y medio. No fui a un orfanato como tú, realmente lo hubiera deseado. -Eso confundió al niño un poco, hasta que pensó que a veces las familias no eran tan agradables. -Viví con mis tíos, muggles. No todos los muggles son malos, pero estos odiaban la magia. Nunca supe que era un mago hasta que el profesor Dumbledore se presentó en la puerta. -Soltó una carcajada ante la cara interrogante del niño. -Sí. Él ya era profesor en mi tiempo.
Hizo una pausa para comer el helado, Tom comía ausente, fascinado sin darse cuenta con el mago que tenía en frente. -Como supongo que al no llevarte bien con el profesor Dumbledore tienes una escases de información te haré un resumen rápido de lo que necesitas saber. Hogwarts fue fundado hace más de novecientos años por 4 increibles magos. Helga Hufflepuff, Rovena Ravenclaw, Godric Gryffindor y Salazar Slytherin. Cada uno de ellos fundó una Casa en el colegio, para albergar a los chicos con las caracteristicas de ellos. Las Casas son nombradas por los apellidos de ellos. Hufflepuff para los leales, colores amarillo y negro. Ravenclaw para los inteligentes, colores azul y bronce. Gryffindor para los valientes, colores rojo y oro. Slytherin para los astutos, colores verde y plata. Eso es una división que se aplica a colores en el uniforme, lugar donde te sientas a comer y con quienes duermes. Las clases a veces pueden ser con otras Casas. No dejes que estar en una Casa impida relacionarte con otras sr. Riddle. -Aconsejó.
Se frotó la barbilla -Los magos hacen magia con una varita, diciendo cosas graciosas y agitándola de forma rara, pero cuando un mago es muy versado, puede hacerlo sin varita y sin hablar, o una u otra también. -Tom recordó cuando Dumbledore hizo arder el armario, otra confirmación de que el anciano era poderoso. -Cuando uno es joven suele hacer un tipo de magia que es considerada salvaje o accidental. El uso de varita te ayuda a enfocarlo, es un catalizador. Por cierto, no se puede hacer magia fuera de Hogwarts hasta que no seas mayor de edad, eso es a los 17 años. Lo lamento. -Y parecía que de verdad lo hacía.
-Transportes... los magos se mueven con cosas encantadas como el Autobus Noctámbulo o trenes para quienes no pueden Aparecerse. Y también está la línea Flu que son polvos mágicos tirados a una chimenea conectada a la red Flu y gritas el nombre del lugar al que vas antes de entrar. Tienes también los Transladadores, que son objetos hechizados para ir a cierto lugar específico. Los odio, la sensación del viaje me marea. Y por supuesto, las escobas. Amo volar. La sensación de libertad es increible... tienes que probarlo... -Cerró los ojos como si saborease el aire en el rostro.
Tom recordó su helado cuando sintió que se derretía por su mano, se había quedado absorviendo la información como un sediento en el desierto, y sin advertir, también la forma en que el profesor se lo decía. -¿Escobas?
-Sí. De hecho tenemos un juego con . Es un poco complicado de explicar, pero en Hogwarts se juega, y hay una Copa de campeonato. Oh, casi lo olvido, también hay una Copa de las Casas y premios individuales. La Copa de las Casas es una motivación, los profesores dan o quitan puntos según el comportamiento de los alumnos. Los prefectos, son chicos de los años mayores que ayudan a mantener el orden, también pueden quitar puntos, y dar detenciones como los profesores. Las detenciones se cumplen con los profesores.
-Tienes que ser cuidadoso con los objetos en este mundo, no todo es lo que parece, cualquier objeto puede ser convertido en un Transladador por un mago que sea poderoso y que no tema transgredir la ley. Como tu profesor de Defensa, no trato de asustarte, sólo decirte que siempre mantengas un ojo abierto. Hay numerosas pociones que podrían ser deslizadas en tu jugo. Y las paredes tienen ojos y oídos literalmente. Aquí los retratos se mueven y hablan, ya verás cuando lleguemos a Hogwarts. Oh, y algunas veces cuando la gente duda al morir se convierten en fantásmas.
Tom tragó saliva, eso sonaba mal, él siempre le tuvo cierta aprehensión a la muerte. -Ah, lo siento, sr. Riddle. ¿Te estoy aburriendo?
-¡No! No...
Harry le dio una sonrisa -Oh, bueno, deberías saber que los dragones, unicornios, hombres lobo, vampiros y muchas cosas más existen. Gringotts es todo controlado por goblins, no se si lo notaste... creo que te estaba acaparando un poco. -Soltó una suave risa. -Y los magos se escriben por carta y las envían vía lechuza generalmente, aunque hay veces que se utilizan otra clase de aves. Y bueno, creo que la última cosa con la que voy a agobiarte es... estatus de sangre.
Tom lo miró interesado. -Hay quienes se llaman ''sangre pura'' porque no están mezclados con muggles en sus antepasados y CREEN que tienen una superioridad por ello. Sin embargo sr. Riddle, he de decirle que en esas familias suele ocurrir que nazcan niños sin una pizca de magia. Se los llama Squib, y lamentablemente se ven atrapados entre el mundo de los magos y el mundo muggle. A su vez, existen aquellos magos que nunca tuvieron un antepasado mago hasta donde saben, se los llama nacidos de muggle. Algunos sangre pura les llaman ''sangre sucia'', es un horrible insulto sr. Riddle y sólo se lo digo para que entienda lo que sucede. Finalmente tenemos los mestizos, que son mezcla de un muggle y un mago o un sangre pura y un nacido de muggle... Normalmente si un sangre pura se casa con un muggle o nacido de, los demás los tratan de ''traidores a la sangre''. Me temo que en ese sentido no somos muy avanzados. Yo soy un mestizo.
Tom se sorprendió, sabía que su profesor era poderoso por que lo había sentido tan palpable como Dumbledore. Entonces cayó en la cuenta de algo. -Entonces... yo...
-No tengo idea realmente, ciertamente Riddle no es un apellido de una familia sangre pura, por lo cual o eres un mestizo o un nacido de muggles. ¿Te gustaría que averiguara por ti? -Tom se retorció incómodo, no le gustaba pedir favores, y de hecho, estaba un poco preocupado de lo que pudiera saber. -No te preocupes, no me tienes que contestar ahora.
Ambos habían terminado sus helados y el profesor le dio una mirada curiosa antes de inclinarse hacia él, pasando el dedo por la nariz de Tom para recoger algo de helado con el que se había manchado sin querer y se lo llevó a la boca. Por primera vez en su vida, Tom sintió calor en sus mejillas que no tenía nada que ver con la rabia o humillación.
Harry pareció totalmente ajeno a ello mientras decidía a donde deberían ir y volvió a tomarle de la mano antes de ir a la tienda de libros, le pidió la lista de primer año al dependiente mientras dejaba que Tom vagara por las estanterías. Con un encantamiento el profesor encogió la bolsa y guió a Tom hacia la tienda de ingredientes, pidiendo el básico de Hogwarts para Tom y algunas cosas para él mismo. Después fueron a la tienda de calderos, donde Harry comentó en un susurro lo ridículo que le parecía que alguien pudiera querer un caldero de oro puro.
Cuando llegaron a la tienda de Madam Malkins el profesor le llevó adentro y tras decirle a la mujer que querían le guiñó un ojo a Tom. -Te daré un poco de privacidad, estaré afuera. -Le dijo antes de salir, dejando al de ojos verde-azulados sorprendido por el entendimiento del hombre sobre que no le gustaría ser observado mientras se cambiaba. Cuando salieron Tom estaba totalmente impaciente, parecía que Harry había esperado hasta el final para tener su varita, totalmente a propósito. Y a eso iban ahora.
Sin embargo se distrajo al escuchar un siseo. En la tienda de mascotas una serpiente estaba sinuosamente moviéndose dentro de su prisión mientras murmuraba :: Bruja grassossa que toca miss presciossass esscalass, la mordería ssi no fuera a morir del assco primero. Un día ssaldré de essta horrible caja, ya verán... ::
Para su sorpresa el profesor Potter soltó una carcajada mirando a la serpiente. Los ojos de Tom se abieron muchísimo. -¿U- usted puede entenderle, profesor Po-
-Ah ah ah, creí haberte dicho que me llamaras Harry. -Ambos se miraron espectantes, Tom queriendo que le responda su pregunta y el profesor probablemente esperando que reformulara.
-¿Puedes entenderle... Harry?
La sonrisa del ojiverde fue radiante. -Sí, sr. Riddle. Soy un hablante de Parsel, la lengua de las serpientes. Es un don muy raro, y por lo general, considerado de magos oscuros. El más famoso hablante de Parsel fue Salazar Slytherin, sin embargo yo no soy descendiente de él, aunque si nuestras familias convergen de la misma rama. Supongo que no ha de haber sido el primero y yo saqué el don en el lado salteado de la familia, después de Salazar el don se reprodujo, hasta donde sé, sin falta de padres a hijos. ¿Le gustan las serpientes, sr. Riddle? Tengo una, o quizá ella me tiene a mí, no estoy seguro. Es mi familiar, puedes pasar por mis habitaciones en Hogwarts para conocerla. Un familiar es un animal con quien compartes un vínculo especial. Y hablando de vínculos especiales...
Tom siguió la mirada del profesor para ver una tienducha polvorienta que decía Ollivander -Fabricantes de excelentes varitas desde 382 a.C. El corazón de Tom, empezó a latir muy rápido. ¡Su varita! ¡Al fin!
-Sr. Riddle, el vínculo entre un mago y su varita es algo muy importante. La varita escoge al mago, pero sigue siendo algo sumamente íntimo para cada uno. Le daré su privacidad esperando fuera. Mucha suerte.
Tom entró algo vacilante a la tienda. Se había acostumbrado un poco a la presencia del profesor y ahora se sentía un poco nervioso. Ollivander salió de la trastienda y lo miró -Ah, sí, sí. Sr. Riddle, me estaba preguntando cuando lo vería.
El niño frunció el ceño ante eso, poniéndose tenso. Pero el fabricante no le hizo caso sino que empezó a medir su brazo con una cinta mágica mientras revoloteaba entre los cajones. Tom juraba que le había hecho probar media tienda con todas las varitas que le hizo agitar. Y cuantas más pasaban, más emocionado parecía el hombre. Por un momento pensó que Harry quizá se iría con todo lo que tardaba, pero descartó la idea, el hombre había sido más que correcto con él.
Finalmente una de las tantas varias que probó, sacó chispas verdes. El viejo parecía muy emocionado, y empezó a canturrear sobre cuan curioso era.
-Perdón, sr. Ollivander. ¿Qué es curioso?
-Bueno, verá Sr. Riddle. Yo recuerdo cada varita que vendo, y la varita que usted sostiene, 33 centímetros, tejo con pluma de fénix... ese fénix sólo dio una pluma más. Y esa pluma está en la varita del joven que está esperándolo en la puerta. Curioso en verdad.
-¿Y eso qué significa?
-Que tienen varitas hermanas, sr. Riddle. Algo muy raro y especial... ¿Qué significara, en verdad? -Ollivander le dio una sonrisa curiosa y luego de pagarle, Harry le acompañó a la salida.
-¿Quiere probar su primera Aparición en conjunto, sr. Riddle? -Preguntó con una sonrisa traviesa su profesor.
Tom que estaba mitad emocionado, mitad contento de no tener que viajar como con Dumbledore asintió enérgicamente y Harry lo guió a un callejón oscuro donde con un brazo alrededor del cuerpo del pequeño lo atrajo hacia sí y desaparecieron.
Lunes 25 de Julio de 1938 – Orfanato Wool
17:26
Cuando aparecieron en una calle cerca del orfanato Tom se separó con las mejillas ligeramente rosas. Se sentía un poco culpable de haber dudado de las acciones de Harry en el momento de la aparición, y a la vez se sentía culpable consigo mismo por haberle encantado el sentimiento de tal calidez contra su cuerpo. Harry volvió a tomarle la mano para acompañarle al orfanato, aunque ya no había gente, Tom no iba a perderse, y no era necesario que lo hiciera. Pero Tom no se quejó. Cuando llegaron, Harry miró alrededor y sacó algo pequeño de su bolsillo, que se agrandó para formar un baúl. -Mientras estabas en Ollivander supuse que necesitarías una maleta para todo. Me tomé la libertad, espero que no te importe. Bueno, sr. Riddle, nos vemos el 1ro de Septiembre...
-Tom. -Murmuró el niño.
La sonrisa de Harry fue luminosa y se acercó para pasar una mano por los cabellos de Tom de una manera afectuosa. -Eres algo callado, pero aún así un encanto, Tom. -Dijo Harry antes de darse la vuelta y caminar por la calle con las manos en los bolsillos. Eso llamó la atención de Tom y se dio cuenta de que la túnica de mago que el hombre había estado llevando, había, en algún momento, cambiado a unos pantalones y camisa negra. Se sorprendió de no haberlo notado antes, en especial por como cambiaba la figura de su profesor.
Observó la espalda ancha y cintura degadas hasta que no los vio más y tomó su maleta para entrar. Hizo caso omiso de la sra. Cole preguntando como le había ido y se fue a su habitación. Sacó su varita y la acarició un momento. Su profesor había tenido razón al hablarle del vínculo especial. En ese momento recordó las palabras de Ollivander, no le había dicho a Harry sobre su varita, y luego lo de las serpientes... tampoco le había dicho.
Suspirando abrió su baúl para empezar a leer sus libros de clase, él iba a ser el mejor de su clase, sin lugar a dudas, y para eso se tenía que esforzar. Estaba buscando su libro de Defensa cuando vio un libro que no recordaba haber visto en la lista. Hogwarts: Una Historia. Frunciendo el ceño sacó la lista y comprobó. No estaba. Extrañado abrió la primera página y vio, en la hoja que siempre estaba en blanco, una escritura a mano.
Sr. Riddle:
Dado que Hogwarts va a ser su hogar durante los siguientes 7 años de su vida, pensé que le gustaría saber más de ello. Este libro se encuentra en la biblioteca de Hogwarts, pero normalmente lo reservan mucho. Siéntase libre de mandarme una lechuza si necesita alguna cosa, o si simplemente desea hablar conmigo, sé que no tiene usted una, pero en el Callejón Diagon hay una oficina postal.
No olvides pasarte por mis habitaciones para conocer a mi familiar, preferentemente de noche, es una criatura nocturna. Estoy seguro de que se llevarán muy bien.
Tuyo,
Harry
Tom se quedó mirando incrédulo la dedicatoria. Sabía que el dinero que le daban a los huérfanos no podía ser mucho, y había sospechado que Harry había agregado dinero a todas las compras para que nada tuviera que ser de segunda mano. Pero como no prestó atención a Dumbledore en el banco, no estaba seguro. Ahora lo estaba. Harry había invertido dinero en él por que sí, simplemente porque deseaba. Y le había comprado un libro para que pudiera saber sobre Hogwarts... y le había contado de su vida, y lo había invitado a verle en sus habitaciones, y llamarle por su nombre de pila.
Algo cálido se instaló en el pecho de Tom mientras acariciaba la cubierta del libro. Decidiendo que sería el mejor estudiante de Defensa. Y por primera vez en muchos años, Tom Riddle se quedó dormido con una sonrisa.
Hola! Un HP/TMR de mi autoría *¬* les gusta? Déjenme review *¬*
Les advierto que la historia tiene para largo, y que va a evolucionar de un paso a la vez. Y no, no sólo por la edad... van a pasar cosas con él siendo bastante peque, así que si no os gusta la idea, mejor no sigais la historia. Si os gusta, seguidla, os encantará! XD
A quienes esperan actua de mi traducción Paraselenic, lamento deciros que no se cuando actualizaré. No había recordado una pequeña pero importantísima palabra que nunca pude decifrar lo que era en el siguiente capítulo y ando esperando la respuesta de la autora. Mil perdones, en cuanto la tenga, pongo la actualización (en serio la palabra es super importante).
Review?