Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto, pero la historia que abajo leen si.

.

.

.

Error Imperdonable

Capítulo 6

.

.

.

.

Naruto parpadeó un par de veces con la chica desmayada en brazos. No entendía que era lo que hacia el pelinegro ahí justamente faltando minutos para su boda.

Volvió en si al sentir la mirada asesina que le dirigía su amigo quien sabe porque. No entendía nada. Agarró bien a la muchacha y la recostó en uno de los sillones mas grandes que tenían. Todo esto bajo la mirada acusadora de Sasuke, quien no perdía detalle de las reacciones de Naruto.

Sasuke estaba furioso. Decidió seguir a Naruto al hacérsele demasiado sospechoso que después de hacerle tantas preguntas sobre su decisión de casarse le haya dado por salir de la casa. Ese no fue el punto de detonación, si no que él estuvo atento de sus movimientos y también lo descubrió hurgando en su despacho. Sin perder tiempo, salió a poca velocidad de ahí sin ser demasiado obvio, aunque Naruto era un despistado de primera, bien podía ir en el carril de un lado y su amigo ni siquiera lo notaria.

Grande sorpresa fue la que se llevó al verlo ingresar justamente a esa parte de la ciudad. Sus sospechas fueron confirmadas al verlo bajar del auto, y tocar cierto departamento que él había visitado solo en una ocasión desde que conoció a Sakura. ¿Pero que demonios hacia Naruto ahí y con ella?
Espero unos minutos escondido detrás de una pared donde no podía escuchar muy bien lo que decían. Maldecía al rubio ya que él era tremendamente escandaloso, y ahora que necesitaba que gritara, parecía hablar a susurros. A los pocos minutos de plática, observó como estos entraron al departamento de ella, y su furia no se hizo esperar.

¿Por qué a Naruto lo dejaba pasar como si nada y a él no? Recordaba perfectamente la única vez que la había traído a su casa que ni siquiera le ofreció entrar. ¿Entonces por qué a él sí? Instintivamente apretó los puños en un intento desesperado por apaciguar el enojo que se sentía, ¿acaso ellos ya se frecuentaban y él nunca lo supo? Sin pensarlo avanzó a grandes zancadas, encontrándose con la escena que hizo que todo estallara. Ella siendo abrazada por Naruto como si dependiera de él, lo peor del caso es que ambos seguían enfrascados en su estúpido abrazo, tanto que ni siquiera notaron su presencia, hasta que soltó unas palabras atropelladas sin pensar.
A los segundos, notó como se desplomaba la muchacha aún en los brazos del rubio, y éste la sostenía como si fuera una joya muy valiosa. Le dieron unas tremendas ganas de vomitar al ver tal actuación. Maldito Naruto y maldita Sakura.

Y justo cuando se disponía a salir de ahí a toda prisa, el rubio lo detuvo del cuello del traje.

— ¿A dónde vas tan rápido, Sasuke?— Preguntó con furia contenida Naruto, al verlo querer largarse sin decir nada. Por mas vueltas que le dio al asunto, no entendía de que iban las cosas, hasta que cayó en cuenta de algo: todo era tan claro, que no tenia caso engañarse solo. A Sasuke le importaba mucho más de lo que aparentaba esa joven mujer, pero entonces, ¿por qué se casaba? ¿O es que acaso dejó plantada a la novia?

— No tengo tiempo para escuchar estupideces, dobe, se me hace tarde para llegar a la iglesia— habló el pelinegro, enojado, zafándose del agarre que Naruto aún mantenía en el elegante esmoquin.

— Claro, como no. — le dijo sarcástico. — Pero si que lo tuviste para seguirme, ¿no es así, Sasuke-teme?— Le dijo con obviedad el rubio, aún bastante cabreado, mirando de reojo a la muchacha desmayada en el sofá.

— Hn, dobe. — le dijo, volteándose. — No lo hagas más difícil. Me voy— agregó el moreno, dirigiéndole una ultima mirada, avanzando a la salida.

— Te equivocas teme, tu eres el que hace las cosas difíciles— el azabache comprendió que no podría librarse de él hasta que escuchara la sarta de estupideces que su amigo quería decirle. Esperaría la oportunidad para irse, y cumplir con su compromiso. Observó a la chica por pocos segundos, notando así, que ella estaba más hermosa de lo que la recordaba. La última vez que la vio, no pudo evitar pensar en la única vez que la pudo tener entre sus brazos y hacerle el amor hasta saciarse de ella. ¿Por qué tenia que arruinar todo con la estupidez de la mañana siguiente?
Él creía que ella era diferente a las otras mujeres con las que había estado, pero resultó ser la peor. Todavía se recriminaba por haber salido como idiota, siguiendo a Naruto, ya que lo hizo porque muy en el fondo sabía que Naruto actuaría buscándole una posible solución a la decisión, que a estas alturas, ya estaba decidida y tomada. Ese rubio tan idiota no entendía que él ya no tenia ninguna salvación, y como cosa de nada viene, y la busca precisamente a ella. ¿Es que no tuvo suficiente con lo que pasó semanas atrás? Salió de sus pensamientos al darse cuenta que aún no despegaba sus ojos de la muchacha inconsciente, y el dobe de Naruto aún lo miraba acusadoramente.

— ¿Por qué, Sasuke?— Preguntó el rubio, después de presenciar como su amigo miraba profundamente a la muchacha inconsciente, pues aún no despertaba. Y en el fondo, esperaba que no lo hiciera.

— Hn, no tengo porqué responderte nada, dobe— habló avanzando un poco mas hacia su objetivo. — En todo caso, preocúpate por tu vida, porque estás en lo mismo que yo— terminó de decir, saliendo por fin de ese departamento.

— No iré a tu boda— replicó el rubio desilusionado, ocultando su gesto nada alentador.

— No esperaba que lo hicieras— respondió, caminando muy tranquilo hacia su auto, pero no pudo avanzar mucho, ya que por ir distraído choco contra una rubia que lo golpeo en un costado. Genial lo que le faltaba.

— ¡Ay! ¡Lo siento mucho!— habló la rubia, todavía desconcertada, limpiándose su uniforme ya que ella si había caído al suelo.

Sasuke no le dio importancia a las excusas patéticas de la mujer, y se montó en su auto, saliendo a toda velocidad.

.

.

— Sakura-chan, despierta por favor— habló suavemente el rubio, moviéndola un poco, para que la chica reaccionara. Justo en ese momento, entró una rubia desconocida para Naruto, por lo que se levantó de golpe al sentir que la chica se aproximaba muy rápido a donde estaba la muchacha sin reaccionar.

— ¡Sakura, pero…! ¿Q-qué paso aquí?— formuló la rubia, corriendo de inmediato a buscar el botiquín de primeros auxilios, sacando alcohol y un poco de algodón en el proceso.

— Se desmayó— hablo lo obvio el rubio ganándose una mirada fulminante de parte de la rubia. A lo que solo alzo los hombros en una actitud despreocupada.

— Eso me queda claro, lo que quiero saber es por qué— habló la muchacha, poniéndole el algodón bañado de alcohol a la pelirrosa, para que lo respirara. A los segundos, Sakura despertó, abriendo los ojos lentamente, volteó a todas partes, buscando algo, o mas bien dicho, a alguien de cabello azabache, por la sala pero no encontró nada, mas que la prueba viviente de que no había sido un sueño y confirmándole que el pelinegro si estuvo ahí. Era Naruto quien ahora la observaba con una sonrisa sincera marcada en el rostro. Se sintió mas desdichada si es que eso era posible. Él se había ido, y ni siquiera supo a que había venido.

— ¿Dónde…?— Comenzó a preguntar Sakura, con un nudo en la garganta. A los pocos segundos, se recompuso, aclarándose la voz para continuar — ¿Dónde está Sasuke, Naruto? — Preguntó al rubio, observándolo fijamente, notando como este negaba y agachaba la cabeza. En ese momento lo comprendió. Sasuke vino a su casa buscando a Naruto, no a ella. Y al parecer ellos habían tenido sus diferencias por la expresión que denotaba el muchacho. Se resignó y decidió no preguntar más sobre el asunto, haciendo de cuenta como que eso nunca hubiera ocurrido pero en un momento recordó algo que la hizo sobresaltarse: la boda.

—Él se va a casar, ¿cierto?— Apenas y logró completar la pregunta, ya la chica derramando unas cuantas lagrimas. Ino, que hasta el momento se mantuvo al margen de la situación, para entender que era lo que sucedía, agachó la cabeza al sentirse culpable de que ella se hubiera enterado, de seguro, había sido la revista que tiró en el bote de basura.

—Lo siento tanto, Sakura-chan— habló el rubio, acercándose de nuevo a ella, para cobijarla en un cariñoso abrazo.

— Frentona, no te pongas así. En tu estado no es recomendable— Intervino Ino, recordándole su embarazo, para que saliera a relucir la mujer que hasta ahora, se había mantenido al margen con solo acordarse de su bebe.

— ¿Tu estado?— Preguntó el rubio con inocencia y duda, mirando directo a esos ojos jades tan hermosos.

— Perdón, Naruto. No te lo había dicho, pero, estoy esperando un hijo…— habló ya mas recompuesta, ofreciéndole una pequeña sonrisa.

Esperando un hijo…

Esperando un…

Naruto seguía procesando las palabras de la chica lentamente. Ella había dicho que esperaba un hijo. ¿Escucho bien? Volteó para mirar de nuevo a la chica, en busca de alguna reacción diferente que indicara que él lo había escuchado todo mal, pero no encontró nada, salvó a una rubia sobando cariñosamente el vientre de la mujer. Entonces menos entendió, ¿acaso Sasuke ignoraba que seria padre? Porque debía ser de él, ¿verdad…?

No se quiso quedar con la duda, y las palabras salieron sin permiso de sus labios:

— Es de Sasuke, ¿verdad?— soltó mirando a ambas chicas.

Ambas chicas se miraron incrédulas, después de escuchar el tono de duda empleado por el rubio. ¿Es que acaso tenía cara deeso para que dudara de ella? Naruto al ver esto, es que comprendió que la había jodido, era obvio que si era de él.

.

.

En una de las más elegantes iglesias en su ciudad, daba lugar la boda del año. Muchísima gente esperaba ansiosa la unión de ambas estrellas.

Fugaku y Mikoto eran victimas de miradas de reproche por parte de la novia, y de los padres de ésta. Había pasado casi una hora desde que debería haber empezado la boda, y el novio ni sus luces. Itachi, que hasta el momento permanecía paciente, ya estaba al punto del colapso, con el celular en la mano, marcando repetidas veces al mismo número, pero del otro lado no había respuesta. Su móvil estaba apagado. Maldijo interiormente a su estúpido hermano, por hacer tal escándalo, estaba seguro que serian la comidilla de los reporteros y saldría la noticia por la mañana, en el encabezado, pero eso no era lo preocupante, pues tampoco Naruto estaba. ¿Sería cierto el rumor ese de que eran gays y habrían huido juntos…? Sinceramente ya lo estaba dudando. Lo peor de todo era la familia de la chica que ya casi se les lanzaban encima para sacarles información acerca de porque el novio no se había presentado. Su madre trataba de tranquilizarlos, pero él sabía que todo era inútil, ellos no se quedarían conformes hasta que vieran a cierto imbécil pelinegro entrar por esa puerta. Como reacción, dirigió sus ojos a la entrada, y sorpresa que se llevó al ver caminado como si nada al causante de todo ese revuelo.

—Que empiece la ceremonia…— habló Sasuke, en voz bastante audible para todos, incluido el sacerdote, que al instante, tomó su lugar correspondiente.

La boda se llevó a cabo ya sin ningún contratiempo. A la hora de la decisión final, el azabache dudó por unos segundos, poniendo de nervios a todos los presentes. Pero al final, dio el si tan esperado.

Después de eso, se dirigieron a la fiesta en uno de los salones más lujosos, caros e importantes de la ciudad. Cabe decir que Sasuke se emborrachó hasta por los codos, sin prestar en ningún momento atención a su "esposa", quien no dejaba de atosigarlo, diciéndole que se midiera.

Tampoco fue sorpresa que no hubiera noche de bodas, pues este no pensaba ponerle un dedo encima a la mujer, aunque se lo suplicara. Es mas, mejor pediría otra habitación en el hotel que se hospedarían. La mañana siguiente emprenderían el largo viaje que ella planeó sin su consentimiento.

.

.

Sakura se enteró de la fatal noticia a la mañana siguiente. Como no hacerlo, si era lo único de lo que hablaban las enfermeras en el hospital. Se pasó todo el día cabizbaja. Cosa que no pasó desapercibida por Gaara, que aunque no lo diera a conocer, se sentía bastante preocupado al verla en ese estado de depresión.

Casi a la hora del almuerzo, se le ocurrió una idea para intentar levantarle el ánimo.

— Sakura…— habló el joven doctor, ganándose toda la atención de la muchacha, cosa que lo hizo sonreír, pues, aunque estuviera tan triste, no dejaba de sonrojarse con solo pronunciar su nombre.

—Si, que pasa. — Respondió la joven atropelladamente, al sentirse demasiado observada por ese hombre tan apuesto.

— Bueno, verás… Quería invitarte a almorzar, y no acepto una negativa como respuesta— habló el pelirrojo, sonriendo de lado, de manera coqueta. Cosa que hizo sonrojar más a la muchacha.

— B-bueno, está bien— aceptó, y camino junto a él hacia la salida del hospital.

Después de pasar casi dos horas conversando con el pelirrojo, Sakura se pudo olvidar aunque fuera un poco del pelinegro. Su mente le decía que tenia que borrar a ese hombre de sus recuerdos, pero su corazón se negaba a aceptarlo. Ella sabía que ya nada se podía hacer, que ya no tenia caso, pues él se casó y empezaría una nueva vida junto a otra persona, mientras que ella tenia que seguir adelante, para poder ofrecerle una buena vida a su pequeño, que era lo único que la hacia querer seguir.

Después de comer, volvieron al hospital, puesto que el joven tenía una cirugía pendiente, y aprovecho para invitar a la chica a observar el procedimiento. Sakura estaba realmente feliz por poder observar operaciones tan avanzadas a tan poco tiempo que llevaba ahí. No se dio cuenta del tiempo que estuvo ahí hasta que vio el éxito rotundo de ésta, y a los minutos, observó salir a su instructor pelirrojo, con una mueca de satisfacción. Otro gesto que le recordaba a él.

Sin pensarlo mucho, se encamino lo más rápido que pudo a su casillero, para sacar sus cosas y marcharse a descansar. Al poco tiempo, se veía a una pelirrosa caminando distraídamente por las calles pobladas, ya que apenas eran las ocho de la noche y aun seguían abiertos muchos locales por todos lados. Dejó de pensar al ver en un enorme local televisores encendidos mostrando los detalles de la boda del año, justo como la gente empezó a apodarla desde antes que se realizara. Dejó de mirar, ya que era eso lo que le causaba tanto daño, y sin más, avanzo lo más rápido, si es que eso se podía hacer, sin prestar atención a quienes se le atravesaban.

Itachi salía de un restaurante, donde instantes antes, tuvo lugar una reunión con algunas personas que necesitaba para su próximo proyecto. Se encaminó a buscar su auto para marcharse del lugar, y pudo notar que las calles estaban especialmente pobladas a esas horas. No le dio importancia, y siguió caminando. A los tres pasos que dio, sintió un golpe fuerte que casi lo tira al suelo de no ser por sus buenos reflejos. Volteo encontrándose con una cabellera rosa, ¿rosa? Se le hizo extraño, y la agarró fuerte de la cintura, para evitar que la chica cayera.

La pelirrosa al sentir el fuerte impacto, cerró los ojos, esperando la caída. Pero esta nunca llegó.

Al cabo de unos segundos, sintió un fuerte agarre en su cintura, y de golpe, abrió los ojos, impresionada, encontrándose con unos profundos ojos negros que la observaban con gracia y curiosidad.

.

.

.

.

.

Bien, pues hasta aquí este capitulo…

Agradezcanlo a mi querida beta que me envio muy oportunamente hoy el capitulo.

Gracias a quienes siguen al pendiente a pesar de ser una historia reeditada para corregir los errores.

Hasta pronto.

Zerezo kittzz.