Disclaimer: Por más que quiera, DGM sigue sin ser mío. Katsura Hoshino-sensei es reponsable de eso.


—¿Cómo crees que debería llamarse, Kanda?—preguntó Allen, acariciando su barriga.

—¿Qué?

Kanda frunció el ceño al sentir el codazo impactar contra sus costillas, tuvo que contener el impulso de regresarle el golpe al pequeño bastardo, después de todo, ahora Allen era quién cargaba con una parte de él.

—Nuestro hijo, imbécil.

—¿Eso necesita un nombre?—preguntó de mala gana, impaciente por correrlo de su casa.

Obviamente—respondió lento, como tratando de explicarle algo a un niño de tres años—. No podemos simplemente llamarle cosa.

El japonés respiró profundamente, y un coño, esto de soportar al Moyashi era más difícil de lo que pensaba.

—Moyashi, estás exagerando.

—No lo estoy, puede que sea hijo tuyo, pero también es mío…no voy a dejar que ningún hijo mío sufra por su nombre—exclamó indignado—, ya es bastante malo que a su madre la confundan con un pronombre inglés.

Una sonora carcajada, y el sonido de una katana desenfundarse. Allen tenía que reconocer—ya bastante sudado y con las mejillas carmín después de semejante carrera—, que había sido divertido molestar a Kanda; además, sobo ligeramente su panza, al parecer la indigestión había parado, debía agradecerle a su irascible compañero por el antiácido, pensó mientras caminaba con tranquilidad hacía su casa.

Kanda vio con odio al pequeño huevo en su sofá.

El bebé necesita el cariño de su madre—. Había dicho Allen después de burlar a Kanda.

Joder, como odiaba su vida.


Control paternal.

Su primer hijo debía ser un éxito, aunque murieran en el intento.

Kanda Yuu x Allen Walker.


Todo había comenzado una semana atrás, estaba en su séptimo período, el último antes de poder salir y comenzar las actividades del club de Kendo —la única cosa que de verdad le gustaba—, y sobre todo…para poder quitarse de encima las molestas presencias del Conejo y el Moyashi.

Chasqueó la lengua mientras seguía tomando apuntes diligentemente, haciendo lo mejor que podía para ignorar el constante cuchicheo de las personas frente a él. Al parecer Lavi había decidido que la clase de la profesora Nine era el mejor momento para chismear con el garbanzo, 'imbécil', pero dejo escapar una pequeña sonrisa maliciosa, sí la profesora llegaba a descubrirlos, ambos idiotas estarían en detención por lo menos dos semanas; aquello aseguraría que el regreso a casa en los días que no había actividades en el club, lo hiciese solo.

—…el proyecto tendrá que hacerse en equipos de dos personas, uno fungirá como padre y el otro de madre, esta vez no se tomará en cuenta el sexo de los integrantes ya que no tenemos el mismo número de hombres y mujeres; todo será al azar.

Parpadeó, rápido y un poco confuso, sólo un poco porque, diablos, Kanda Yuu no se distrae. Él rechinó los dientes, todo había sido culpa de aquel par de atarantados, sí no hubiesen hecho aquella bulla, él ahora sabría de que rayos estaba hablando la profesora.

—Cada uno tomará dos papeles, el primero determinará su compañero de proyecto—dijo la profesora Nine señalando la primera caja a su derecha sobre el escritorio, para después tomar una caja más pequeña a su izquierda—. Y está os dirá que rol tomarán en su familia, ¿entendido?

La profesora recorrió las caras expectantes de sus alumnos, sonrió tenuemente, sería un proyecto interesante y enriquecedor.

—Pues adelante, vayan pasando conforme a su número de lista, anotarán en nombre de su compañero en la lista sobre el escritorio; sí por casualidad les llega a tocar su nombre, vuelvan a introducir el papel en la caja y saquen otro. Nada de trampas.

En la advertencia final, la joven profesora hizo especial énfasis, logrando sacar unos débiles quejidos de entendimiento. Nadie quería ver a la profesora Cloud Nine enojada, la última vez Lavi había logrado una detención de dos meses, y según los rumores, el joven pelirrojo había tenido que ordenar las oficinas de los profesores Cross y Lee.

Los estudiantes fueron pasando uno a uno, seguidos cuidadosamente por la inquisitiva vista de su profesora; después de diez minutos por fin había llegado su turno. Kanda se levantó con presteza y recorrió rápidamente el camino que lo separaba del escritorio; por veces como está, Kanda odiaba sentarse en la última banca de la última fila junto a las ventanas, el camino hacía el escritorio siempre levantaba las miradas, y unas cuantas sonrisitas idiotas de sus compañeras, frunció el ceño.

—¡Buena suerte Yuu!

Escuchó el grito del imbécil, tuvo que morderse la lengua para no soltar el usual regaño, no quería una detención. Aquello podía significar una suspensión temporal del equipo de Kendo, cosa que no podía permitir. Pero se sentía algo aliviado, Lavi había tomado como compañero de equipo a Lou Fa, así que tenía algo menos de que preocuparse.

Kanda metió la mano en la caja, revolviendo vigorosamente los papeles restantes, cuando decidió que era seguro sacarlo, porque joder…aún quedaba el idiota número dos por asignar, él no quería riesgos, y procedió con la segunda caja, repitiendo el procedimiento. Apretó fuertemente ambos papeles contra su mano y abrió el primero rápidamente.

Parpadeo una, dos, tres veces…leyendo con cuidado las palabras escritas en la inconfundible y legible letra de la señorita Nine.

—¿Qué sucede Kanda?, ¿te ha tocado tu nombre?

Kanda estuvo tentado a mentir, alzó la vista para encontrarse con los penetrantes ojos miel de la mujer fijos en los azul oscuro de los suyos, desvió la vista sólo un poco. Cosa que basto para que la profesora le quitara el papel de sus manos, a pesar de todo…el japonés tenía un sentido del honor muy alto, y por muy insoportables que sean las personas, siempre había visto mal mentir a sus mayores. Pero…

—Hmp, pero sí te ha tocado Walker—dijo con complacencia, Kanda supo de inmediato que debió mentir—, será algo interesante de ver, tomando en cuenta el historial del su relación.

El joven estudiante frunció el ceño, hace unos cuantos meses el Moyashi y él se habían cargado el laboratorio en una de sus clases, la profesora estaba hecha un basilisco; pero no había sido culpa suya, sí sólo el frijol fuera menos inútil. Desde entonces, ella siempre los separaba cuando tocaba hacer experimentos por equipo. Cosa que no era mala.

—¡Profesora!, no, no habla enserio ¿verdad? —protestó una voz que Kanda conocía muy bien, desde su lugar al fondo del salón—. Usted sabe que Ba..digo, Kanda y yo no er…congeniamos muy bien y…

—Silencio Walker—lo cortó la bella mujer, ajustándose los cuellos de su prístina bata blanca—. Precisamente por lo mismo he pensado dejarlos juntos, al fin y al cabo para el proyecto no necesitarán materiales inflamables o peligrosos; de hecho con esto me demostrarán que son lo suficiente maduros, y para ustedes será una lección aún más importante que la del resto de sus compañeros.

Kanda sintió reptar oleadas de rabia por su cuerpo, tanto hacía su profesora, como por el frijol descerebrado; el tonto parloteo del otro había hecho que su profesora se pusiera seria. Guardo silencio, aguantando las miradas intensas del resto de sus compañeros.

—Tendrán que cuidar el huevo que os daré como su hijo, padres responsables y cariñosos…como si fuese real—. La profesora extrajo un huevo del bolsillo de su bata, y procedió a explicar su función—.
Que no los engañe su apariencia, el profesor Komui ha sido muy amable al prestarme sus conocimientos para el desarrollo de éste huevo.

»—Es un mini-robot con la función de captar y registrar sus acciones torno a él, como les dije es como si se tratará de su verdadero hijo; está programado para emitir ciertos sonidos que representan: hambre, sueño, atención, cansancio, todo viene en el cuadernillo que les repartiré después de terminar la selección—la mujer señalo el pulcro bulto de cuadernillos apilados en el estante al lado del pizarrón—. Sí ustedes lo dejan caer, no alimentar, ignoran las 'necesidades' del huevo, éste ira registrándolo en su memoria, no se dañará al momento, pero él me dirá que tan buenos padres fueron. Es inútil que intenten abrirlo, cuenta con un seguro y los datos no se guardan directamente en él.

Todos los alumnos se quedaron callados, todo aquello se veía más complicado que un simple proyecto escolar. Todos sabían que la Black Order mantenía un nivel muy alto, pero esto. Bueno, también la profesora Nine era una de las mejores profesoras, estricta y con un nivel de elite.

—Es importante saber que estamos formando jóvenes con valores y responsables, y como están en último año, la academia ha decidido darles este proyecto como calificación final—. Cloud Nine, guardo nuevamente el huevo en su bolsillo—. Y bien joven Kanda, ¿qué rol le toco?

Casi había olvidado el otro pedazo de papel que seguí estrujando en su mano derecha, lo desdoblo con cuidado.

Madre—siseó, lo más serio e indiferente que pudo, ignorando las penetrantes miradas hacía él.

—Excelente.

Y con eso su infierno personal había comenzado.

tbc


a/N: Lo sé, corto, pero ustedes me dirán sí vale la pena continuar escribiendo (sonrisa nerviosa), tenía que aprovechar que mi musa andaba de buenas.

review?