Disclaimer: Todo pertenece a SM, la idea es mía. Notas: Pertenece al reto del foro LOL, "Palabras para el Recuerdo" Con la palabra Final como principal y Marioneta como secundaria. Advertencias: No sé, me salió muy extraño, pero me gustó el final.
Its Over
¿Felices para siempre? ¡Y una mierda!
Todo mi mundo se derrumbó en completo cuando las palabras del chico de ojos dorados golpearon mi mente. «Ella no te ama, te está utilizando», no podía olvidarlas y eso me hacía sentir extraño. Victoria era mi todo, ella me convirtió, ella me dio la vida, me comprendió, me ayudó y me amó. Aunque empezaba no estar seguro de eso último…
¿Qué razón tenía ella para mentirme? Yo era su amante, su mano derecha, su ayudante, ¿por qué iba a mí, a su Riley, a mentirme? Cada vez esa pregunta tenía menos sentido dentro de mi cabeza y es que desde un principio debí darme cuenta de ello. Victoria no tenía el mismo brillo de ojos que esa humana cuando miraba al chico de los ojos dorados, Edward creo que se llamaba, ni sonreía de la misma forma cuando nos mirábamos a los ojos.
Ella no me amaba y empezaba a estar seguro de ello.
Sentí como la frustración se adueñaba de mí, quería llorar, pero no podía, los vampiros no lloraban. ¿Quién era el que se había quedado el corazón de Victoria? Lo peor de todo es que yo me había dado cuenta, pero seguía a su lado, apoyándola. Masoquista.
Entonces una especie de perro gigante saltó al prado antes de que pudiera atacar al Cullen y me apartó de mi trayectoria. Gruñí, golpeé, e intenté zafarme de su agarre pero no pude, me tenía sujeto por la pierna. Tenía ganas de gritar, pero no por el dolor físico, casi ni lo notaba, era más por el dolor que sentía en mi muerto corazón. Victoria me había mentido, me había utilizado.
─ ¡VICTORIA! ─mi voz salió con un grito desgarrador y ella se volvió hacia mí, sonriendo─. ¡VICTORIA! ─volví a llamar, pero no sirvió de nada.
Cuando ella se volvió hacia el Cullen, todo mi mundo se desplomó, se partió en pequeños pedazos de cristal y supe que todo había acabado ahí. Ella se había negado a ayudarme, a echarme una mano, cuando yo había dado todo lo que tenía por ella, mi vida humana, mi voluntad, mis sueños y mis sentimientos. Lo había dado todo por Victoria y ella lo había pisoteado como si se tratase de un burdo papel de colores, como si solo fuese un subordinado, su marioneta. Al menos pude sacarme todas esas pequeñas espinas de mi cuerpo, espinas que Victoria había ido clavando poco a poco.
Supe que todo había acabado, mi "relación" con Victoria, mis sueños de una vida después de aquella batalla y mi vida cuando ella se negó a ayudarme.
Todo se había acabado.