Title: Heatful Desire

Author: Naara-no-temari & Akkiotakugirl

Summary: Se conocieron, se odiaron, pero jamas se imaginaron que mas haya de esta era, ellos dos se amaron. ShikaTema Semi AU

Rated: M

Disclaimers: Ni Shikamaru ni Temari y ninguno de los personajes que salgan en esta serie nos pertenecen (para nuestra desgracia TToTT), pertenecen a su creador Kishimoto-Sensei quien decide que pareja se queda o que no (otra vez, para nuestra desgracia TToTT), pero como parece que no quiere dar ningún paso nosotras nos adelantamos. Cada idea loca o cosa rara (como la trama y eso :B) nos pertenecen, favor de no hacer plagios o si no conocerán al verdadero inner agresivo de Akkiotakugirl ¡ANGEL! [*[Aplausos para el por favor*]] eaaa :B. Naara-no temari ni Akkiotakugirl no se hacen responsables por ningún tipo de hemorragia nasal y/o infarto cardíaco en escenas próximas de hentai, vosotros debéis de saber que akkiotakugirl es nominada por Naara-no-temari como Ero-Sensei así que sobre aviso no hay engaño por estas dos pervertidas en potencia. Sin masque agregar , ¡los dejamos leer!


1

Cerré los ojos fuerza, analizando rápidamente aquella situación…ese muchacho no estaba demasiado lejos de mi, pero era inteligente y por lo tanto debería de tener buenas técnicas, y aquello no era bueno, necesitaba ganar esa batalla costara lo que costara, si no yo seria la culpable de que aquel plan se fuera por un tubo.

Cuando el plan estuvo perfectamente planeado en mi mente abrí los ojos y lo mire con agresividad, esa mirada nunca me fallaba, el enemigo siempre se intimidaba, pero ese muchacho no pareció dar señas de eso, emití un ligero bufido y lleve una mano a mi espalda donde sentí el metal, con un fluido movimiento saque aquel artefacto y me puse en guardia, pero el fue mas rápido, sentí un agudo dolor en el hombro izquierdo y la escena cambio estábamos en un bosque, ambos abrazados bajo la luz de la luna, su rostro estaba demasiado cerca al mío y podía admirar a la perfección esos ojos con un deje de aberración mirando a los míos….


"Ohh…caught in a bad romance ohh…

Abrí los ojos algo confundida al escuchar la canción de Lady Gaga entre mis sueños, pero mucho mas confundida me quede cuando comencé a reflexionar sobre el sueño que había tenido ¿Qué demonios había sido esa cosa que había sacado? Parecía un abanico gigante, jaja, de seguro que uno de mis sueños drogados pero ¿Qué había con el muchacho que me abrazaba? ¿Qué había sido ese extraño cosquilleo cuando me fije en sus ojos? Creo que definitivamente si debo de dejar de tomar Arizona's(*) antes de dormirme. Con un resoplido apagué la alarma de mi celular que clamaba por atención cantando a todo volumen "rah rah rama maa gaga uh la la"

Aun algo confundida empuje las sabanas de golpe y me puse de pie, justo comenzaba un nuevo día de mi vida ¿Quién soy yo? Llámenme Kidama Sikora ¿Qué hago? Se supone que no debería de decir pero, confiare en ustedes, soy una agente especial del CIA, ¿y en que soy especial? Soy la mejor en mi campo en misiones de infiltración y ya que tengo un amplio conocimiento de artes marciales y armas orientales, no por algo soy orgullosa de ser japonesa.

Escuche a mis hermanos comenzar a despertarse, no me extrañaría ver a alguna muchacha escabulléndose del pequeño apartamento en que los tres vivíamos, ya que de seguro el Casanova y, según esto, buen amante de Kankuro la habría traído a casa, después de todo, yo solo era la única loca que trabajaba en sábado y no me iba de fiesta con ellos y disfrutaba de alguna buena sesión de sexo placentero, pero bueno, mi trabajo no me lo permitía.

Cuando me asegure de estar presentable, impecable y por supuesto, sensual (no por algo me había ganado que me dijeran que era las sensual y hermosa de toda la CIA), salí de mi cuarto y me dirigí a la cocina donde estaba Gaara, el menor de nosotros, sentado a la mesa comiendo un tazón de cereal, con el entrecejo algo fruncido y un libro abierto sobre la mesa.

-¿Por qué tu nunca dejas de estudiar? –le dije a modo de saludo llegándole por detrás y plantándole un enorme beso en la mejilla –Ohayo –le dije sonriendo y alargando las silabas cuando me dirigió una mirada asesina, yo sabia perfectamente que no le gustaba nada de eso -¿y Kankuro?

-Despidiendo a su cita –dijo como quien habla del tiempo y yo suspire, me temía demasiado que Kankuro se ganara el apodo de "mujeriego" –me dijo que volvía enseguida –cerro el libro y me observo -¿vas a ir a trabajar?

-Si, es sábado –le dije con un suspiro –desgraciadamente el Jefe Nara ya se acostumbro a que soy de las pocas sin vida social y me obliga a trabajar.

-Bueno, pero mañana descansas –le dijo Gaara, llevando su plato hacia el fregadero -¿crees que podrimos salir a algún lado? Quizá a visitar a papa y a mama…

-Mejor pregúntale eso a Kankuro, ya lo sabes –replique encogiéndome de hombros –para ir con ellos necesitamos levantarnos temprano, y a esa hora el apenas estará llegando –dije con otro suspiro, observando fijamente el fondo de mi taza de café –bueno, se me hace tarde, tengo que irme, si no el autobús me dejara.

-¿Todavía no tienes el dinero suficiente como para comprarte un auto? – pregunto Kankuro entrando en la cocina.

-Buenos días para ti también, baka –le dije, pasando a su lado y metiéndole un coscorrón en la coronilla, mucho mas diferente de lo que hacia con Gaara –y no, con la escuela de Gaara, la renta y todo lo demás…no lo creo…aunque ya estoy en eso –les dije, pero cuando vi sus caras de preocupación sonreí amablemente –vamos, no se preocupen, no necesitamos cosas materiales para ser felices.

-Lo que tú digas–dijo Kankuro –pero, el autobús pasa en cinco minutos…deberías irte ya…

-¡es que ustedes me distraen! –grite, mientras corría hacia a el baño a lavarme los dientes a toda prisa -¡nos vemos en la noche! ¡Gaara platica con Kankuro de lo que dijiste hace poco! ¡Nos vemos en la noche! –recite mientras tomaba mi bolso y corría hacia la entrada, me ponía los altos zapatos de tacón y con agilidad corrí hacia la puerta.

X

X

X

Camine hacia la entrada del alto edificio con algo de prisa, tenia que haber estado en el edificio hacia tres minutos, pero el maldito autobús se había descompuesto a medio camino y tuve que caminar todo lo que me faltaba, genial y con tacones de aguja de 10 cm, no es nada fácil. Cuando llegue a la recepción me recargué en el mostrador, sintiendo mis pies unas tres veces más grande de lo normal.

-¿esta bien Kidama-San? –me pregunto Matsuri, la recepcionista.

-Si, estoy bien –suspire quitándome un zapato y sobándome el pie dolorido y vi que tenia una gran ampolla en el dedo gordo del pie, kuso -¿el jefe Nara no esta por aquí? ¡Kami! Que no se entere que llegue tarde…

-De hecho…lego hace quince minutos y pregunto por ti –dijo ella, sonrojándose ligeramente, se me cayo la mandíbula, estaba muerta –le dije que estabas en el baño y paso a tu oficina –dijo ella –supongo que estará ahí.

-Vaya, quince minutos en el baño –ironicé con una risita y luego añadí -¡tengo que correr! –para variar… -¡gracias Matsu-Chan!

Eche a correr hacia los elevadores a todo lo que podía, llegue justo a tiempo de que uno se cerrara y entre sin miramientos, sin saber si iba alguien con quien no me debería de topar.

-puff…a tiempo –jadee, agachándome un poco sujetándome una costilla y sentí dos miradas penetrantes. Me levante rápidamente y me tope con dos hombres, uno lo conocía el otro ni idea.

-Ohayo, Kidama-San –me saludo Hatake Kakashi, el agente mas endemoniadamente guapo, sexy, atlético y misterioso (siempre traía una mascara sobre la mitad del rostro y curiosamente tenia un ojo de un inusual color rojo, pero eso le daba el toque de misterio) de toda la agencia, aunque claro que como yo, era el mejor en su campo y…me cortejaba desde el año pasado -¿Por qué tan agitada?

-El jefe esta en mi oficina desde hace quince minutos –dije desesperada pulsando el botón del piso en el que me bajaba –y se supone que estoy en el baño –añadí con una mueca y Hatake emitió una risita baja.

-¿estarás ocupada mañana, Kidama? –Me pregunto Hatake, ya estaba esperando que preguntara algo por el estilo –quizá podríamos descansar los dos en algún restaurante o algo así, llevamos trabajando toda la semana.

-Lo siento, iré con mis hermanos a visitar a mis padres –dije con una sonrisita a modo de disculpa, bueno no era del todo mentira ¿o si? Escuche que la persona extraña soltaba una risita que transformo rápido en una tos seca, le dirigí una mirada inquisitiva.

Era un muchacho moreno, alto y algo musculoso, no debería tener mas de veinte años, tenia una mirada algo aburrida que desentonaba en la sonrisa sarcástica que tenia dibujada en los labios, pero a pesar de que vestía totalmente informal, con unos pantalones de mezclilla algo ajustados que marcaban ciertas partes de su anatomía masculina inferior delantera y una camiseta negra de un estampado algo roquero que dejaba ver sus musculosos brazos, se me hacia vagamente conocido, pero estoy segura que si conociera a alguien tan guapo como el, lo recordaría fácilmente.

-bueno, supongo que será otra vez –la voz de Hatake me saco de mis pensamientos reclamándome de nuevo la atención –aquí bajo, Kidama-San… -me dijo dándome un leve beso en la mejilla cuando las puertas del ascensor se abrieron.

-hasta luego, Hatake –le dije utilizando todo mi control para no sonrojarme, era increíble lo que un cuerpo demasiado bien formado y un extraño cabello color gris hacían en mi.

Las puertas se volvieron a cerrar y aun me faltaban tres pisos por subir, lo bueno era que en mi vida en la CIA se habían descompuesto los ascensores, si no, tendría serios problemas en las rodillas. Me cruce de brazos mientras miraba de reojo a mi silencioso acompañante, hasta que me acorde que tenia que ponerme el gafete o me asaltarían mas o menos una docena de agentes fortachones pensando que soy una intrusa con una perfecta cirugía plástica y modificación de voz y de huellas digitales, así que comencé a buscar el gafete en mi bolsa.

-Nadie pensaría que la CIA tiene agentes tan sensuales –dijo mi acompañante de elevador cuando el gafete se me resbalo de las manos y me agache para recogerlo. Me enderecé mirándolo con el entrecejo ligeramente fruncido.

-¿Disculpa? –Le pregunte alzando una ceja, y cruzándome de brazos -¿Quién eres?

-Solo un visitante, mujer problemática –me dijo, metiéndose las manos en los bolsillos con algo de dificultad –lo decía por la sexy ropa interior que usas ¿Qué acaso nunca te has dado cuenta que esas faldas están diseñadas para que veamos que hay una fiera debajo de tanta formalidad? –dijo sin ningún remordimiento y enrojecí, no se si de furia o vergüenza y como una especie de reflejo alise la falda gris que me llegaba mas o menos debajo de las rodillas en un corte de sirena y el saco a juego.

-Eres un grosero –le espete, subiendo la voz, ahora si frunciendo el ceño y colocando las manos en mi cintura –me gustaría ver su identificación por favor.

-Supongo que será en otra ocasión, aquí bajo yo –dijo el formulando otra sonrisa sarcástica, aunque en su mirada percibí cierto brillo mezclado con confusión, las puertas se abrieron un piso abajo que el mío. –mata ne…supongo –dijo con otro tipo de brillo en sus ojos que no supe identificar.

Al fin logre llegar a mi piso y salí presurosamente, topándome con mi compañera Anko en el camino a mi oficina.

-Oye, necesito que investigues a alguien –le dije mientras caminaba rápidamente y alcanzaba a escuchar fugases saludos, tímidos por parte de las mujeres, enérgicos y potentes por parte de los hombres –no se ni como se llama, 1. 76 aproximadamente, moreno, tez clara, ojos oscuros y esta peinado en una coleta alta –Anko tomo nota rápidamente –siento que es sospechoso, quizá por eso se me hace vagamente familiar, puede estar en alguna lista de delincuentes mas buscados.

-¿solo eso jefa? –Pregunto con ironía cuando llegamos ante la bonita puerta de madera color claro que tenia una placa reluciente en la que se leía "AGENTE ESPECIAL KIDAMA SIKORA" –deberías de apresurarte, el Jefe lleva demasiado ahí.

-Ya lo se –respingue abriendo la puerta –y dile a Matsuri que envié algo por el estilo para calmar sus enojos, un café, sake, vino, lo que sea –le dije en un susurro, antes de entrar.

-Llegas tarde, Kidama-San –me recibió una voz ronca que estaba sentada en MI silla, pero bueno, no podía criticar contra el.

-Lo siento, Sama –dije haciendo una pequeña reverencia y el se giro. -¿para que me necesitaba?

-Surgió un nuevo caso, un extraño loco que mata a personas de la manera mas extraña, todos tienen el mismo tatuaje –le dijo pero sin embargo no le paso las investigaciones previas ni nada de la evidencia –solo deja que llegue tu compañero, te asignare a alguien mas, Mitarashi estará con Hatake –reprimí una risita, yo sabia que Anko moría por Hatake, supongo que esta misión seria de su agrado, haber si lograba hacer palanca, pero ¿Quién seria mi nuevo compañero? Todos estaban ocupados.

-¿Puedo preguntarle quien será, Shikaku-Sama? –inquirí tomando asiento enfrente de el y cruzando la pierna, y fingiendo estar interesada, la verdad me daba igual, ya sabia yo que al final me iban a dejar todo el trabajo o tendría que andarlos rescatando luego, por eso me encantaba trabajar con Anko, ella y yo somos casi iguales.

-No te preocupes Sikora-Chan –me dijo con una paternal sonrisa que me saco de onda, era muy raro cuando en ese edificio te llamaban por tu nombre, o bueno por tu nombre falso –es de muy buena reputación, tiene un IQ de arriba de doscientos, un amplio conocimiento en artes marciales, es un excelente estratega, capaz de adivinar los siguientes diez movimientos y saber como contrarrestar cada uno con mas de cinco opciones de donde escoger –me di cuenta de que tenia la mandíbula balanceándose estúpidamente y me apresure a cerrar la boca –sinceramente puedo decir que ustedes dos serán la mejor pareja que la CIA jamás haya tenido.

-Bueno, Shikaku-Sama –balbucee, imaginándome a un hombre algo chaparrito ancho de hombros, con gafas de fondo de botella y risa que se asemejaba a un cerdo –si usted lo dice le creeré. Puedo si quiera saber su nombre antes de que se presente.

-Bueno, supongo que si… -dijo moviendo lentamente la cabeza y se escucharon unos golpecitos en la puerta.

-Lo siento, padre, llegue algo tarde, pero pensé que la oficina estaba abajo –dijo una voz masculina vagamente conocida, me gire rápidamente y me tope con la persona que menos esperaba.

El chico pervertido del ascensor.

-Ah, Kidama-San, tu nuevo compañero, Nara Shikamaru, mi hijo.

¡Konnichi wa & hajimemashite!

Tatarara (8)

¿Qué les parece? ¿Les gusta? ¿Hacemos un buen trabajo juntas? Por favor! ¡Si dijeron que si a las preguntas hechas favor de presionar el botón de abajo! Si ese que dice review/coment! ¡Ese! Nos harían un gran favor ya que ese es nuestro único pago por escribir.

Mata ne!

Esperamos sus comentarios positivos y criticas CONSTRUCTIVAS!

Esperen la versión de Shikamaru próximamente!