Amigos... bienvenidos. Bienvenidos al último capítulo de esta historia, esta historia que comencé en mayo del año pasado y terminé casi un año después, que comencé en un momento en el cual la serie iba cada vez mejor, pero las ideas de una película eran una utopía...

En fin, se trata de lo que, en ese momento, quería que fuera la peli de esta genial serie. Por eso el título.

Antes de empezar, una aclaración: va a haber tres canciones. Una es "Summer of '69" de Bryan Adams (aunque la versión que utilizo es la de Bowling For Soup). Las otras dos creo que no necesitan presentación, porque son bien conocidas por todos los fans de la serie.

Pero bueno, mejor no los molesto más y los dejo con éste, el último y más largo capítulo de "Phineas y Ferb: La Película". ¡Que lo disfruten!


Capítulo Final

El amor todo lo puede

Phineas e Isabella se acercaban a un final trágico. Poco a poco, ambos iban cayendo del rascacielos ante la mirada horrorizada de sus amigos y de los adultos que estaban en la calle. No parecía haber salvación.

Sin embargo, y a pesar de todo, la morocha no quería bajar los brazos tan facilmente.

-¡Phineas!-gritó ella-¡Escucha! ¡En todo momento, juntos! ¡Aunque muramos, lo haremos juntos! ¡Como Romeo y Julieta!

-¡Estoy contigo, Isabella!-gritó él, y se esforzó para tomar la mano de la chica.

En tierra, Linda no podía mirar la escena. Simplemente lloraba en brazos de su marido, el cual intentaba permanecer fuerte, cosa que se le hacía imposible. El Mayor Monograma, mientras Carl le ponía una curita en la mejilla, también parecía emocionado. Ya no sentía deseos de atraparlos… ahora le daban lástima: ¿cómo dos pequeños enamorados podían perder la vida tan pronto?

Pero la niña, que sabía que en unos momentos dejaría de existir, también sabía que los dos debían hacer algo antes de morir...

-¡Phineas, escucha!-le gritó, con lágrimas en los ojos-¡Sé que no es el momento perfecto, pero…!

-¿Qué sucede?-preguntó él, también llorando y a los gritos.

-¡Antes de morir, Phineas, sólo pido un beso tuyo!

El pelirrojo sonrió como pudo. Sí, debía besarla. Si no era en ese momento, nunca jamás lo sería.

-¡De acuerdo, Isabella!-gritó-¡Juntos para siempre!

Y, tironeando de ambos lados, se acercaron y, a pocos metros de estrellarse contra el pavimento, se dispusieron a darse su primer y último beso, el que los uniría más allá de la muerte. Ambos labios estaban cada vez más cerca, así también como el suelo…


-¿Son esos Phineas e Isabella?

-¡Sí, son ellos! ¡Y se van a desplomar contra la calle!

-¡Hay que salvarlos! ¡Acelera!

Y, cuando parecía que los novios morirían, surgió el milagro: ambos cayeron sobre una superficie blanda, pero resistente.

-¿Eh?-preguntó Phineas, atónito.

-¡Estamos vivos!-gritó Isabella.

-Pero… ¿cómo…?

Entonces, un niño hindú los saludó detrás de una ventana.

-Bienvenidos a nuestro vuelo-les dijo Baljeet.

Increíblemente, el avión de los cuatro chicos, que había partido hacía unos días para buscarlos, que se había perdido por todo el país y que ahora estaba de vuelta, había llegado a tiempo para rescatar a Phineas e Isabella de las garras de una muerte segura.

-¡Baljeet!-gritó la niña-¡Nos salvaste!

-Oh, no es nada…-se sonrojó-pero no lo habría hecho de no ser por ellos…

Y, entonces, Buford, Django y Ginger se aparecieron.

-¡Saludos, jefa!-gritó la chica asiática.

Isabella devolvió el saludo con una sonrisa, aunque lo hizo muy rápidamente para no caerse, ya que ella y su novio habían caído en una de las alas del avión, de donde había muy poco agarre. Sólo un pequeño aro, como el de los subterráneos.

En la calle, ninguno de los adultos, Carl incluido, podía creer lo que estaba sucediendo. Linda se desmayó por la tensión y tuvo que ser aguantada por Lawrence, mientras que el hombre de una sola ceja le dio un sorpresivo abrazo al interno.

-Carl, escucha… hay ocasiones en que no noto lo importante que eres para mí… eres como el hijo que nunca tuve…

-Ay, señor…-dijo, avergonzado, para luego percatarse de algo-Pero... usted recién dijo que...

-Eso es otra historia... tal vez un día te la cuente.

Pero la conversación en el aire continuaba:

-¿Hay algo que podamos hacer por ustedes?-les preguntó el bravucón.

-Ya hicieron lo suyo salvándonos-dijo la niña.

-Pero si nos quieren ayudar, necesitamos que nos lleven hasta arriba… tengo un plan… ¡y no fallará!

-¡Entonces, arriba y adelante!-gritó el australiano, y comandó el avión hacia la azotea.


Mientras, en la cima, todo parecía perdido. Candace lloraba desconsolada. Jeremy y Ferb se mordían los labios. En pose triunfal, el doctor Doofenshmirtz sujetó la bomba con ambas manos y la levantó, mirando al cielo.

-En un minuto y medio… ¡Sí, un minuto y medio! ¡En noventa segundos esta maldita ciudad desaparecerá para siempre de la faz de la Tierra!

-¡Papá!-gritó Vanessa, incapaz de actuar-¡Por favor, te lo ruego! ¡Olvida esto! ¡Aún estás a tiempo de arrepentirte y comenzar una nueva vida!

-Lo siento, hija-respondió el malvado-Ya he tomado una decisión… fue un placer conocerte.

Era increíble: Heinz se había vuelto tan malvado y desquiciado que ni siquiera escuchaba las palabras de su propia hija, a la cual había amado durante toda su vida y a la que ahora dejaría morir a causa de sus interminables traumas que lo habían conducido a la locura total.

Entonces, a la adolescente, que estaba muy cerca del muchacho de pelo verde, se le ocurrió una idea.

-Ferb… le susurró.

A pesar de que él también se sentía perdido, atrapado en la soga magnética, la voz de la chica que tanto amaba lo reanimó un poco.

-Escucha, tengo un plan para salir de aquí y quitarle la bomba a mi padre… ¿tienes algo que repela el magnetismo?

El peliverde trató de meter la mano en su bolsillo, cosa que se le hubiera hecho difícil de no ser porque estaba sentado. Buscó, rebuscó, y la encontró: del pantalón sacó la moneda que se le había caído a Phineas el día anterior.

-¡Bien! No sé si esa moneda será lo suficientemente gruesa para ayudarnos, pero mejor eso que nada... ahora, cuando yo cuente tres, interferirás la corriente con la moneda y podré escapar. Le quitaré la bomba a mi padre y podremos desactivarla.

Ferb asintió con la cabeza. Era ahora o nunca.

-A la una…-susurró ella.

Heinz continuó riendo. Sólo faltaba un minuto.

-A las dos…

De repente, un extraño ruido comenzó a sentirse por los alrededores del edificio.

-A las t… ¡ah!

Con una maniobra brusca, el avión de los chicos pasó rozando "Doofenshmirtz, Malvados y Asociados" provocando que todos miraran al cielo. Phineas e Isabella, parados sobre el ala derecha del aeroplano y tomados de la mano, además del aro para no caerse, mostraban una sonrisa triunfal en el rostro.

-¡No!-chilló Heinz, poniéndose las manos a ambos lados de la cabeza-¿Cómo es posible?

-¡Están vivos!-gritó Jeremy.

-¡Phineas!-exclamó Candace, emocionada.

El vehículo comenzó a caer en picada hacia la terraza, y ahí fue cuando los novios se miraron a la cara.

-¿Lista?

-¡Lista!

Y aún tomados de la mano, hicieron lo que nadie se hubiera imaginado: se lanzaron desde el avión con el objetivo de estrellarse de cabeza contra el científico.

-¡No, Phineas!-gritó Candace-¡Están locos!

-Espera…-la calmó Jeremy, que igualmente estaba bastante asustado-estoy seguro que… sí… ¡ellos saben lo que hacen!

Doof soltó un grito y quedó algo perplejo ante el hecho de que dos chicos se estrellaran contra él. Entonces, decidió actuar.

-¡No voy a dejar que dos mocosos arruinen mi plan! ¡Los rostizaré!

Vanessa, entonces, decidió que era el momento.

-¡A las tres!-gritó.

Ferb colocó la moneda a través de la corriente eléctrica que sujetaba a la adolescente y ésta, para su sorpresa, se liberó con éxito.

-¡Aquí va el rayo de la muerte…!-exclamó el malvado.

Pero antes de que pudiera lanzar un disparo mortífero, su hija lo sujetó por detrás y le impidió disparar.

-¿Qué? ¡Vanessa! ¡Suéltame!

-¡No lo haré! ¡No permitiré que los mates!

-¡Déjame…!

Phineas e Isabella estaban cada vez más cerca. Poco a poco, fueron cubriéndose de lo que parecía ser una estela dorada, tal vez producto de la velocidad a la que ambos caían.

-Es el poder del amor...-susurró Jeremy-nada les sucederá...

El impacto de los chicos contra el hombre era inminente.

-¡Si no me sueltas, el impacto te matará también!-le gritó el científico a su hija.

-No lo creo…-dijo ella, confiada.

Y, justo antes de que los niños chocaran contra Heinz, Vanessa soltó a su padre y dio un gran salto para ponerse a salvo. El científico sólo pudo mirar. Y gritar.

-¡No!

La colisión fue terrible. Luego del choque, se produjo una espesa nube de humo sobre el rascacielos que dejó muy confundidos a todos, los que estaban arriba y los que estaban abajo. Lo único que se pudo ver después de eso fue cómo Heinz salía despedido y quedaba ahí de caer del edificio, y cómo la bomba estaba ahora en poder de Phineas e Isabella, milagrosamente vivos y en perfecto estado.

-¡Phineas!-gritó Candace, al borde de un infarto-¡Isabella! Pero… ¿cómo es que están vivos?

-¡No hay tiempo para explicaciones!-gritó el pelirrojo-¡Hay que desactivar esta cosa antes de que explote!

Utilizando la moneda para repeler el flujo magnético de las ataduras, Vanessa logró liberar a todos, pero la situación era desesperante: restaban sólo veinte segundos para que el aparato destruyera el Área Tri-Estatal.

-¿Alguien sabe desactivar bombas?-preguntó Jeremy, desesperado.

-¡Que yo sepa nadie!-respondió su novia.

-¡Pero hay que hacer algo!-gritó Isabella.

Ferb miró la escena que se presentaba. Si algo le había enseñado la vida, era que hablar no era siempre lo mejor y que su fuerte era actuar. Y rápido. Y bien. Así que, mientras todos discutían inútilmente pensando qué hacer, Ferb le dio una patada a la parte de atrás de la bomba y rompió la chapa que protegía el interior del dispositivo.

Al hacerlo, pudo ver que dentro sobresalían dos cables, uno verde y otro anaranjado.

-¡Ferb!-gritó Phineas, al ver lo que el peliverde había hecho-¿Qué hay que hacer? ¿Qué cable hay que cortar?

La actitud desesperada de su hermanastro molestaba cada vez más al casi adolescente, que intentaba concentrarse. Ahora quedaban sólo diez segundos.

Miró ambos. Si arrancaba el correcto, se salvarían. Si arrancaba el incorrecto, adiós mundo cruel.

Miró a su alrededor. Todos detrás suyo, metiéndole presión. Si se equivocaba, se le vendría la noche… no podía cortar ninguno. No podía aguantar la responsabilidad.

Miró a Doofenshmirtz, tirado en el suelo e inconsciente. Y, de repente, recordó algo…

Flashback

-Mira, patear un penal no es simple-le decía Doof, la noche de la final-Lo que debes hacer es concentrarte y elegir el lado correcto… como cuando estás frente a una bomba de tiempo y debes desactivarla… si eliges el naranja… explotará y morirás… pero si eliges el verde, acertarás y salvarás a más de uno…

-¿Por qué verde o naranja?-preguntaba el peliverde.

-¡Eso no importa, sólo es un ejemplo! Así que recuerda, Fletcher… concentrarse es lo importante.

Fin del flashback

Increíblemente sabias habían sido esas palabras del malvado, cuando él se había convertido en el entrenador del equipo y le había dado su apoyo a Ferb… ¡qué irónico que el creador de la bomba le hubiera dado a él la forma de desactivarla, teniéndola ante él en ese momento!

Ya un poco más tranquilo, el chico de doce años tomó el cable verde con ambas manos, lo miró decidido y, mientras todos esperaban lo peor, lo cortó con todas sus fuerzas.

La bomba se apagó.

Se apagó cuando sólo quedaban seis segundos para que explotara.

Se apagó para el alivio y felicidad de todos.

Candace se abrazó con Jeremy y se largó a llorar. Phineas e Isabella también lo hicieron. Pero, de repente, el pelirrojo la soltó y se dirigió hacia su hermanastro.

-Ferb… creo habértelo dicho ya, pero debo repetirlo… no sé qué haría sin ti.

-Háganme un favor, ¿quieren?-le preguntó a todos.

-Lo que sea...-dijo Jeremy.

-¡Corran que se mueve el suelo...!

Increíblemente, el piso, posiblemente por el impacto de los niños unos momentos antes, se desquebrajó y se formó un agujero bastante grande por el cual cayeron Phineas, Ferb, Isabella, Candace, Jeremy y Vanessa. Los que estaban en el avión quedaron perplejos.

-¡Se fueron!-gritó Baljeet-¡Se los tragó la tierra!

-¡Baja el avión, Django!-ordenó Buford.

-¡A la orden!-exclamó el chico de remera amarilla.

Entonces, aterrizó el avión suavemente en la terraza. Baljeet fue el primero en bajar y en mirar dentro del hoyo.

-¡Amigos!-gritó-¿Están bien?

De alguna forma, y a pesar de la fuerte caída, nadie estaba herido.

-¡Sí!-gritó Phineas, sucio y despeinado, abrazado con Isabella-¡Sólo me duele un poco el trasero!

-¡Ahora bajamos!

Y, tras esperar que los demás descendieran del aeroplano, saltó hacia el agujero, cayendo sobre Jeremy.

-¡Oye!-gritó el rubio-¡Eso me dolió…!

Y tras decir eso, Django y Buford cayeron sobre ambos. Ginger, mientras tanto, descendió suavemente amortiguando la caída al caer sobre el bravucón.

-¡Otra vez!-gritó, contenta.

-Voy a ignorar eso-dijo Jeremy, como hacía unos momentos antes.

Poco a poco, todos empezaron a sonreír. El peligro se había esfumado.

-Pero… ahí afuera está lleno de soldados-comentó Baljeet-Los vi mientras iba en el avión.

Al decir eso, todos se pusieron serios. Era cierto: aún los buscaban para regresarlos a la prisión de Nueva Orleans.

-Entonces… ¿nos capturarán, en definitiva?-preguntó Isabella, y lo tomó a Phineas de la mano.

-Todo fue en vano-dijo Candace.

Enojado, Jeremy decidió hacerles frente. Se paró y dijo:

-Escuchen, yo no voy a permitir que esos tipos nos manden a una prisión. Voy a hablar con ellos. Hablaré con mis padres, hablaré con los padres de ustedes. Y si aún nos quieren encerrar, iremos... ¡pero no sin luchar antes!

-¡Así se habla!-gritó Phineas, y se levantó también-¿Irás conmigo, Isabella?

-Hasta el final-respondió ella, y el pelirrojo la ayudó a levantarse.

Entonces, todos estuvieron de acuerdo, excepto Vanessa, que no se había levantado todavía.

-¿Qué te pasa?-le preguntó Jeremy.

-Es que… bueno, a mi no me llevarán, supongo… pero no podré ver como se los llevan a ustedes… ustedes llegaron a tiempo y me salvaron…

-Aunque no era nuestra intención-dijo Phineas, con una sonrisa malévola en el rostro.

Enojada, Isabella le pegó una cachetada en la nuca.

-¡Ay!-dijo, adolorido-¡Perdón!

-… además no sé como está mi padre… sé que le dije que lo odiaba, y que intentó volar la ciudad en pedazos, pero él sigue siendo mi padre… no estoy de humor para ir con ustedes, chicos. Mi vida no tiene sentido.

Candace y Jeremy se miraron preocupados, y junto con los demás se dispusieron a irse. Pero Ferb no.

-Ferb…-le dijo Vanessa-Ve con tus amigos. Déjame sola.

El muchacho la miró a los ojos y se quedó congelado un momento en frente de ella, como intentando convencerla.

-Ferb… no sé si…

-Hay mucho porque vivir-le respondió él-Y tú podrás salir adelante.

Se quedó pensativa. Nunca había conocido a alguien como él, tan callado, pero a la vez tan pensante, tan serio pero a la vez tan sensible.

Entonces, recobró fuerzas, y dijo:

-Bien… sí, iré con ustedes.

Y se levantó, mientras los chicos la aplaudían. Miró de nuevo a Ferb, quien le devolvió la mirada. Por alguna razón, el peliverde también le provocaba una extraña sensación.

Era una sensación de felicidad, que la impulsaba a sonreír. Una sensación que casi nunca sentía…

Contenta, comenzó a reírse.

-Hacía mucho que no me sentía así-admitió, feliz.

Y, para sorpresa de todos, incluso para el chico, Vanessa tomó a Ferb de la mano y siguió a los demás, en el camino para bajar las escaleras y salir del edificio.

-Hacen linda pareja, ¿no crees?-le preguntó el rubio a su novia.

-Oh, sí, por supuesto-contestó la pelirroja-como nosotros.


En la terraza, mientras nuestros amigos se iban, había un silencio de muerte. Heinz no se levantaba. El cuerpo sin cabeza de Norm yacía en el piso, destruido. De debajo de la estantería no había señales de vida tampoco.

Pero, de repente, ésta comenzó a moverse. Con un certero puñetazo, Perry el Ornitorrinco logró hacer un hoyo para poder escapar: estaba vivo.

Saltó y miró a su alrededor. No quedaba nada más que su enemigo, inconciente o tal vez muerto. Ah, y el maldito lavador de cerebros. Se quedó mirándolo un rato, y luego se dirigió hacia él para empujarlo al vacío y terminar con toda la historia. Pero antes, decidió hacer algo mejor.

El vehículo en el que había llegado a Danville reposaba al lado de la mesa con las películas para niños. Entonces, abrió la guantera y sacó de ella el preciado rayo desmemorizador de la Agencia.

Armado con él, se asomó al borde del rascacielos y vio no sólo a Linda y Lawrence, los padres de los chicos, sino también al Mayor Monograma, a Carl y a todo el ejército de soldados preparados para el momento en que los chicos, y por qué no él también, si aún confiaban en que estuviera vivo, salieran del edificio para entregarse.

Sin pensarlo dos veces, ajustó el aparato a la función "una semana", disparó, y un haz de luz salió del extraño rayo láser, que al cubrir a todos ellos provocó que olvidaran todos los hechos sucedidos en esa interminable y espectacular semana.

-¿Eh?-preguntó Lawrence, confundido-¿Qué sucede…? ¡Linda!-gritó, al ver a su mujer desmayada entre sus brazos-¡Linda! ¿Qué pasa aquí?

Y comenzó a correr con ella en brazos para llevarla lejos de allí. A la vez, toda la Agencia se preguntaba qué estaba pasando.

-¿Dónde estamos, Carl?-cuestionó el Mayor-Siento como si hubiera caminado dormido…

-Yo también…-siguió el becario-¿seremos sonámbulos?

-Sonámbulo tú, yo no… yo nunca podría ser eso.

-Pero acaba de decir que…

-¡Cierra la boca, o te bajo el sueldo!

-Sí, señor… por cierto, ¿qué hacen aquí los soldados de la Agencia?

-Esto se pone cada vez más desconcertante… ¿habré dado alguna orden de captura?

-Estamos frente al edificio de Doofenshmirtz, señor,-observó de repente Carl-así que es lo más probable…

-Igual, lo más probable es que sufra un ataque de locura.

La cosa funcionaba, puesto que no recordaban donde estaban. Media tarea cumplida. Ahora, a destruir el lavador de cerebros. Perry fue hacia él y comenzó a empujarlo hacia el abismo.

Pero, repentinamente, el doctor Doofenshmirtz recobró el conocimiento, e intentó incorporarse.

-No puede ser… no puede ser…-dijo, mientras miraba a su alrededor-Aún estoy vivo… ¡No es justo! ¿Por qué mi plan falló? ¿Por qué, si era infalible? ¡Esto es realmente…!

Y, antes de que pudiera terminar la frase, pudo ver que el Agente P estaba a punto de destruir el aparato.

-¡No! ¡Perry el Ornitorrinco, no!-chilló, e, increíblemente, se paró y comenzó a correr hacia él-¡Déjalo! ¡No tienes idea de lo que vas a hacer…!

Pero el animal no lo escuchó. Con todas sus fuerzas, empujó el aparato hacia el borde del edificio y éste terminó cayendo antes de que Heinz, con sus últimas fuerzas, pudiera, por lo menos, aguantarlo con las manos.

-¡No!-volvió a gritar, y se quedó mirando como el lavador de cerebros caía.

El aparato, a diferencia de Phineas e Isabella unos minutos antes, no iba a ser salvado por nadie. Lo único que podría haberlo detenido era la red que estaba al lado del edificio, pero ésta estaba tan mal puesta que, al atajar el invento, terminó rompiéndose patéticamente. Al final, se estrelló contra el suelo, rompiéndose en mil pedazos.

Inmediatamente, una potente onda rojiza se dispersó por la ciudad luego del impacto, y cubrió a toda el Área Limítrofe.

Funcionó: todos los que habían estado en Danville Capital en el momento que Heinz activó el rayo, volvieron a la normalidad. Pronto, todos dejaron de deambular y comenzaron a desmayarse sobre el pavimento, tal vez por un efecto secundario del aparato.

Doofenshmirtz no podía creerlo. Todo su plan se había desmoronado.

-Bueno, ya se acabó todo… pero eso no significa que debas terminar tu tarea golpeándome en la cara, ¿verdad, Perry el Ornitorrin…?

Sin dejar que el científico terminara de hablar, el Agente P saltó hacia él y lo golpeó con su poderosa cola. Aturdido, Heinz se tambaleó unos momentos y, cuando parecía que había logrado recuperarse, terminó cayendo por el frente del edificio, por donde decía "Doofenshmirtz, Malvados y Asociados".

-¡Ahhhh!-aulló-¡Me lleva el infierno!

Al mismo tiempo, Carl pudo ver como caía.

-¡Señor!-exclamó el interno-¡Mire! ¡Alguien está cayéndose de ese edificio!

-¡Cierto, Carl! ¡Y parece que es Doofenshmirtz!

Y, cuando parecía que se iba a morir, la red que estaba debajo increíblemente logró resistir la caída del científico, al cual se le cayó una cámara del bolsillo al aterrizar. En parte, el elástico aguantó debido a lo liviano que era el hombre.

-¡Estoy vivo!-gritó-¡Estoy vivo! ¡Y no habrá castigo…!

Pero la alegría le duró poco: ante la orden del Mayor Monograma, un grupo de soldados rodeó a Heinz y le hicieron levantar los brazos a punta de pistola.

-Oigan, oigan… sean buenos…

Jefe y asistente llegaron al lugar.

-¡Estabas en lo cierto, Carl!-lo felicitó el hombre-¡Doctor Heinz Doofenshmirtz, queda usted arrestado!

-¡No, esperen…! ¡Tengo mis argumentos! ¡Exijo un abogado!

-Nada de abogados. ¿Por qué se arrojó de su edificio?

-¡Yo no me arrojé! ¡Perry el Ornitorrinco me empujó!

-¡Ajá! ¡El Agente P! ¡Eso significa que usted tramaba algo!

-Pues… sí.

-Entonces, venga con nosotros.

-¡No!-volvió a gritar-¡No puedo ir a la cárcel! ¡Tengo esposa y una hija…! Bueno, esposa ya no, ¡pero hija sí…!

De nada sirvieron sus protestas. Monograma le puso unas esposas y se dispuso a trasladarlo a una camioneta, cuando vio que algo bajaba del cielo. El Agente P descendía suavemente gracias a su paracaídas.

-¡Agente P!-gritó su jefe al verlo-¡Bien hecho! ¡Como siempre, has demostrado ser nuestro mejor agente! El doctor Heinz Doofenshmirtz pasará largo rato en prisión. Y tú serás reasignado a otra familia en otro lugar para detener a otro malvado…

Perry agachó la cabeza, triste. Eran las reglas de la Agencia: no podía haber ningún agente secreto perteneciente a la Agencia que estuviera inactivo. Todos eran necesarios.

-Lo siento, Agente P. Sé que extrañarás a tu familia, pero es necesario. El mundo necesita todos los miembros posibles de esta organización.

-¡Bah, por el amor de Dios!-gritó el detenido-¿Qué importa? Si yo no pude destruir un simple estado, nadie podrá hacerlo… déjelo ir con su familia, Mayor Monoceja…

-¿Cuántas veces te he dicho que no me llames así?-le gritó el hombre.

-Sólo olvídalo, se lo ha ganado. Casi lo mato, creo que ya no debe luchar más.

Se quedaron mirando a Perry.

-Por favor, señor, déjelo…-le pidió Carl, a punto de llorar.

-¿Tú también? Vamos… ¡Carl, por favor, no me hagas esas lágrimas de perro!-lo retó, ante el llanto del adolescente-¡Está bien, está bien! ¡Agente P, la Agencia aprueba tu retiro! ¡Podrás regresar con tu familia!

El ornitorrinco lo miró con felicidad, y le estrechó la pata derecha.

-Bueno, bueno… Agente P, agradecemos todos tus servicios a la O.W.C.A.

-¡Vamos a echarte de menos!-le dijo el interno, abrazándolo.

-Carl, por favor, no exageres…

-Lo siento señor…-se disculpó, soltando al animal-nos vemos, Agente P.

En eso, los chicos salieron por la puerta del edificio.

-Ahí están, tus dueños… puedes ir con ellos. Adiós, Agente P… o debería llamarte… ¡Perry el Ornitorrinco!-exclamó, con una sonrisa.

Feliz, se sacó el sombrero Fedora, lo guardó tras de sí y caminó en cuatro patas hacia sus dueños.

-¡Oh, ahí estás, Perry!-exclamó Phineas, y lo levantó-Nos preocupamos por ti.

-Jeremy-le habló Candace-Ahí están los soldados… pero creo que están haciendo otra cosa…

-Deben estar fingiendo-sugirió Vanessa.

-Esperen…-dijo el rubio-Vamos a ver qué pasa…

Los chicos y el animal fueron donde el ejército, y allí se encontraron con el Mayor Monograma, Carl y el doctor Doofenshmirtz.

-¡Es él!-gritó Isabella al ver a éste último-¡El loco que intentó matarnos!

Al reconocer la voz de la niña, el malvado intentó darse vuelta y atacarlos, pero fue incapaz gracias a la rápida intervención de los soldados.

-¡Estúpidos niños!-gritó-¡Voy a matarlos a todos!

-¿Conoces a estos chicos, Doof?-le preguntó el hombre vestido de verde.

-Claro que no-respondió-Pero ellos arruinaron mis planes… en especial ese niño… con cabeza de nacho… ¡no me olvidaré jamás de tu cara!-y señaló a Phineas.

-¡Señor, ese hombre es muy malo, y deben llevárselo! ¡No se imagina lo que intentó hacer!-le dijo el pelirrojo.

-Lo sabemos, hijo, no te preocupes-le respondió el Mayor.

Entonces, se dispuso a meter a Heinz en la camioneta de la Agencia, conducida por, una vez más, el tipo que llevó a los niños a la prisión, con un brazo enyesado y un cuello ortopédico por el accidente de la madrugada.

-¡Espere!-gritó el prisionero, ya dentro del vehículo, hablando a través de una reja-¡Auxilio, Vanessa! ¡Ayúdame!

-Lo siento, papá-respondió ella-pero no puedo ayudar a un loco.

-¡Yo no estoy loco!

-¡Papá, estuviste a punto de destruir la ciudad!

-¡Y lo hubiera logrado de no ser por esos chicos entrometidos…! ¡Y ese estúpido ornitorrinco!

-Ya cállese. Tiene derecho a permanecer en silencio-lo enmudeció Monograma-¡Ya llévatelo, Louie!

-¡A la orden!-gritó el conductor.

Y, así, la camioneta abandonó el lugar.

-¡Te odio, Perry El Ornitorrinco!-gritó Heinz Doofenshmirtz, con toda su furia.

Los chicos se miraron extrañados tras la maldición pronunciada por el doc.

-¿Perry?-preguntó Phineas-Ese hombre debe estar loco. ¿Cómo puede odiar al pobre Perry?

-Cierto. Es un ornitorrinco y no hace gran cosa-afirmó Ferb.

-Bien dicho.

Jeremy no entendía por qué no se los estaban llevando a ellos también.

-Señor-le dijo al hombre de una sola ceja-¿No nos va a devolver a la prisión?

-¿Prisión? ¿Ustedes?-preguntó, desconcertado-No sé de qué me hablas, jovencito… creo que lo que viste de este hombre te ha confundido. Vaya uno a saber qué fue…

-Intentó destruir la ciudad con una bomba.

-Típico de villano frustrado…

-Bueno, en serio, ¿no nos va a hacer nada?

-¡Claro que no! ¿Por qué iría a hacerlo? Vámonos, Carl. Hay que acompañar a la camioneta a la prisión de Danville.

-A la orden, señor.

Y así, el Mayor Monograma, el interno y toda la fuerza militar de la Agencia abandonó el lugar. Quedando sólo los chicos, el lugar pronto quedó en silencio.

-Creo que nos salvamos, chicos-dijo el rubio, triunfante.

Todos, en especial Vanessa, respiraron aliviados y festejaron a medias. La ciudad era un perfecto desastre: estaba sucia, los habitantes aún no habían recobrado el conocimiento, a causa del lavador de cerebros, y los niños no querían celebrar con su hogar así.

-Pero lo importante es que estamos vivos-comentó Isabella-Y enamorados…

Phineas no se percató que la frase iba dirigida a él. Sorprendido, y sin darse cuenta de que estaba tomando la mano de la chica, la soltó y se sonrojó.

-Qué día tan loco… ¿no?

-Sí…-afirmó la niña de pelo negro-de hecho, que semana tan loca… hicimos muchas locuras ahí afuera...

-Isabella… creo que ya lo hice, pero quiero pedirte perdón por lo mal que te hablé. No recordaba lo importante que fuiste, eres y serás para mí. Te amo de verdad.

-Phineas, yo… también, pero tengo una duda…

-¿Cuál?

-¿Qué te obligó a volver? Si estabas enojado conmigo… ¿cómo es que lo olvidaste y viniste a decirme lo que sentías por mí?

-No voy a mentirte, Isa. La verdad es que Ferb me ayudó. Él me hizo recordar el día del partido y todo lo que siento.

-¿Ferb? Vaya, gracias…-le dijo al peliverde.

El chico levantó el pulgar en señal de afirmación. Al mismo tiempo, él y los otros se separaron un poco para dejar a los novios solos.

-Pero… ¿a qué te refieres con lo del día del partido?

-Ese día salimos, ¿recuerdas?

-Sí… y yo te besé en la mejilla por primera vez…

-Así es. Escucha, yo nunca me había enamorado de alguien más, pero ese beso tuyo me hizo pensar… no era la primera vez que sentía amor por ti, pero esa acción tuya me hizo despertar... liberaste mi amor, Isabella, ese amor que olvidé en la prisión y que regresó allá en Los Ángeles.

-¿De veras ya estabas enamorado de mí?-preguntó, conmovida.

-¡Sí!

-¿Y por qué no me lo dijiste en ese momento?

Poco a poco, la conversación aumentaba de tono.

-¡Tenía miedo! ¡Miedo de que me rechazaras!

-¡Yo jamás te rechazaría, amor!

-¡Igualmente, debes recordar que yo no lo sabía! ¡Apuesto que también sucedía contigo!

-Así es…

El pelirrojo la miró, y luego levantó del suelo la cámara que se le había caído a Doofenshmirtz, que justo estaba allí, frente a él. Entonces, recordó algo.

-¿Tenías un retrato mío, verdad?

-Pues… sí-dijo ella, avergonzada.

-¿Puedo verlo?

Preocupada por lo que Phineas podría hacer con él, sacó el relicario con forma de corazón fuera del vestido y se lo dio. La foto era una más o menos de cuando él iba al tercer grado.

-No he cambiado en nada, ¿eh?-preguntó, al verse unos años más joven-Escucha, vamos a hacer esto…

Abrazó a su novia, y apuntó la cámara hacia ellos. El disparo, afortunadamente, salió sin flash.

-Esto pasa cuando las compras por Internet-dijo él, enojado.

Esperó a que saliera la fotografía y se puso a trabajar. Todos se quedaron mirando extrañados, pensando qué estaría haciendo.

Primero, abrió el objeto y le sacó la foto. Luego, puso la instantánea en su lugar y, finalmente, partió el relicario con todas sus fuerzas, para sorpresa de la niña.

-¿Qué haces?-gritó, pasmada.

-Algo para los dos…-le respondió, y le dio la parte del corazón que tenía su rostro-Tú llevarás mi parte, y yo llevaré la tuya… así tendremos una parte de cada uno dondequiera que estemos.

Emocionadísima, lo abrazó, llorando. Era increíble que el niño que tanto quería también la amara de tal manera. Phineas también se sentía así.

-Tú siempre me amaste, ¿verdad?-le preguntó él.

-Phineas, desde que nos vimos por primera vez en la escuela, cuando tú fuiste el único que me habló y me dio su amistad, nunca pude dejar de pensar en ti. Te espiaba en el recreo, te miraba en clase… ¡durante todas las noches de mi vida, he soñado contigo! Y a partir de ese momento cada segundo de mi vida había esperado tener la oportunidad de revelarte finalmente mi secreto, abrazarte y besarte…

Lo tomó de los hombros y lo miró con dulzura. El chico hizo exactamente lo mismo.

-Isabella...

Se miraron un momento, desafiándose. Era cuestión de segundos para que se produjera lo inevitable, hasta que ella, la niña, pegó un grito que llegó desde su alma enamorada:

-¡Oh, ven aquí, mi gran amor!

Y, finalmente, llegó ese momento tan esquivo para ambos durante tanto tiempo, tan especial y necesario. Sin lugar ni tiempo para impedir la acción, ambos, Phineas Flynn e Isabella García-Shapiro, se unieron en un largo y profundo beso, que marcaría a los dos por el resto de su vida, que los destinaría a hacer, desde ese momento, el uno para el otro.

Los demás miraban admirados.

-Como has crecido, Phineas… susurró Jeremy-En tan sólo una semana, has descubierto al amor, lo conseguiste y lo has defendido a muerte… ¿sabes qué, Candace?

-¿Qué, Jeremy?-le preguntó, aferrada a su brazo.

-Que amar es lo mejor del mundo y lo mejor para hacer de cada día, el mejor de todos.

-Amén, mi amor…

Y se abrazaron, al mismo tiempo que el pelirrojo y la morocha terminaban de besarse y volvían a tomarse de las manos.

-¡Candace!-se escuchó a lo lejos.

Todos voltearon la vista y la vieron: Stacy llegaba caminando y, aferrado a su brazo, estaba Coltrane, que caminaba con dificultad, pero con una gran sonrisa en la cara.

-¡Stacy!-la pelirroja devolvió el saludo, y corrió a saludarla-¡Pensé que nunca volvería a verte, amiga!

-¡Ni pensarlo!-gritó la adolescente, y también comenzó a correr hacia su amiga.

Pero al hacerlo, soltó a su novio, quien se vio imposibilitado de pararse correctamente.

-¡Stace!-gritó él-¡Stace, no me dejes! ¡Me caigo...!

Afortunadamente, la morocha volvió justo a tiempo y lo atajó. Coltrane, entonces, rió a carcajadas, al igual que las otras tres parejas, Buford y Django.

En tanto, Ferb se quedó solo con Vanessa.

-Vaya, Ferb…-dijo ella-Todos están con alguien, menos nosotros.

Lo miró un momento y, cuando el peliverde le devolvió la mirada, ésta no lo esquivó, sino que se quedó observándolo también.

-Ferb, ¿qué te sucede?-le preguntó.

Y siguieron mirándose. El chico era tan callado que ella no le encontraba la vuelta a la situación, cuando, de repente, pareció ver algo, esas cosas que sólo se ven en el interior de alguien…

Lo que vio era asombroso. Parecía que en las pupilas del chico estaban escritas las palabras "Te amo".

-Te amo, Vanessa-le dijo Ferb.

Se quedó traumatizada. Ese chico que tanto le agradaba, le estaba revelando sus sentimientos por ella. Sí, le agradaba mucho, le gustaba y era una gran persona. No era un niño, los niños no son como él… él era prácticamente un adulto en un cuerpo más pequeño...

Pero, a pesar de lo que ella sentía, había un impedimento. Ella no lo amaba…

-Ferb, yo… lo siento… te quiero, me gustas mucho… pero no siento lo mismo que tú sientes por mí… y, de hecho… yo estoy enamorada de alguien más... mi novio, Johnny. Espero que lo entiendas.

Lo tomó de las manos y lo besó en la mejilla, como para compensarlo. Entonces, se fue de allí al trote, rumbo a la casa de su madre.

Ferb, simplemente, se quedó mirando como ella huía. Cualquiera que hubiera estado en su lugar hubiera caído de rodillas y se hubiera puesto a llorar... pero él no. Lo único que hizo fue bajar la cabeza.

-Bueno... las chicas van y vienen-murmuró, triste pero con el optimismo intacto.

Los demás también estaban muy afligidos por el asunto.

-Dios mío…-gimió Candace, sorprendida-Esa chica no lo aceptó…

-Y yo le dije que ninguna chica lo rechazaría… que equivocada estaba-se lamentó Isabella.

En eso, el resto de las niñas exploradoras hizo su aparición. Gretchen, la segunda de Isabella en el grupo, se quedó mirando al chico que tanto quería parado solo y con mirada triste.

-Isabella… ¿qué sucedió?-le preguntó a su jefa.

-¡Gretchen!-exclamó la morocha, sorprendida-Bueno… sólo digamos que Ferb no tuvo suerte con la mujer que amaba…

-Oh… ¿realmente le gustaba otra chica?

-Sí…

-Debo hablar con él-dijo, y caminó con valor hacia el peliverde-Ferb… ¿me oyes?

El inglés no contestó, ni siquiera alzó la vista.

-Ferb, siento mucho lo que pasó… sé que esa chica te gustaba mucho, yo sé lo que es estar enamorada de alguien… pero la vida sigue… eres una gran persona que un día encontrará a alguien.

-Bien…-susurró él, triste-puedo hacer un esfuerzo…

-¡Eso es! Levántate y ven con los demás.

El chico lo hizo con lo que pudo y la vio a los ojos por primera vez… como que nunca había notado su presencia en el pasado: ¡la niña era muy linda!

Se quedó boquiabierto un buen rato, hasta que ella lo devolvió a la realidad.

-Oye… ¡oye, Ferb! ¿Qué te sucede? ¿Estás bien?

Volviendo en sí, el casi adolescente asintió con la cabeza y volvió con los demás, tomándola de la mano, para sorpresa de la chica, quien se sonrojó como nunca en su vida.

-¿No estás mal, hermano?-le preguntó Phineas.

-Claro que no-respondió Ferb-Sólo digamos que he vuelto a creer en el amor…

-¿A qué te refieres…?

Pero, antes de que pudiera responder, pudieron ver como la gente comenzaba a despertarse y a levantarse luego de estar desmayadas un buen rato.

-¡Los habitantes de Danville!-exclamó Jeremy-¿Dónde se supone que estaban?

-¿Por qué la ciudad está así?-intentó preguntarle Baljeet a la gente.

-Créanme que no tenemos ni idea de lo que ha sucedido-respondió un hombre de mediana edad-Simplemente caminábamos por la calle y perdimos la razón, hace unos días… creo que fue un jueves…

-Fue el día después de que nos enviaran a la prisión-recordó Phineas.

-Bien… y ahora resulta que despertamos y encontramos la ciudad así…-siguió hablando el sujeto-¿Ustedes no saben qué pasó?

-Podemos sugerir una cosa-dijo Isabella-Que el causante de todo esto ese sujeto que intentó destruir el Área Limítrofe…

-Doofenshmirtz-dijo Jeremy-Sí, es probable que haya sido él.

-Debió ver a ese sujeto-le habló Phineas, riendo-tenía una cara mas fea que la de un…

Enojada, su novia le pegó otro coscorrón en la parte trasera de la cabeza.

-¡Ay!-dijo, mientras se revolcaba en el piso como hacía unos minutos atrás-Eso va a doler mañana…

-Por cierto, ¿qué día es mañana?-preguntó Django, completamente perdido en el tiempo.

El rubio se sumergió en lo más profundo de su mente para recordar el día. Pero, al hacerlo, descubrió algo terrible.

-Hoy… hoy es domingo, y mañana es lunes… ¡mañana comienzan las clases! ¡Hoy es el último día del verano!-exclamó.

Todos se miraron, tristes. Era increíble que esa semana, la más genial, sinuosa y excitante de sus vidas, marcaría el final del verano más grande que habían tenido.

-No puedo creerlo-dijo Phineas, decepcionado-Toda una semana pudiendo hacer lo que sea, y desperdiciada…

-¿Desperdiciada?-le preguntó Isabella-¿Cómo que desperdiciada? ¡Phineas, esta ha sido la mejor semana de mi vida, y creo que para muchos de ustedes también!

-Es verdad-respondió Candace-Muchas ahora tenemos novio…

Y miró a Jeremy.

-Superé mis peores miedos-siguió Baljeet, mirando de reojo a Buford-Ah, y tengo novia...-concluyó, mirando a Ginger.

-Tienen razón… ¡por supuesto que tienen razón!-exclamó Phineas, feliz-¡No me importa lo que hayamos pasado en la cárcel o el hecho de no haber construido casi nada! ¡Soy una persona diferente, y también tengo una novia! ¡Esta ha sido la semana perfecta!

-¡Y me la perdí!-gritó Irving, saliendo de una alcantarilla, para luego meterse adentro nuevamente.

-Bien, bien-interrumpió una mujer-Sí, semana perfecta, pero, por si no lo han notado, nosotros hemos perdido el conocimiento por casi toda una semana y encontramos ahora nuestro hogar en ruinas… ¿qué podemos hacer?

-Tal vez debamos aprovechar este último día de verano para hacer el mayor proyecto de todos-dijo el pelirrojo, para que luego las ideas volvieran a su mente-Oye, Ferb… ¡ya sé que vamos a hacer hoy! ¡Vamos a reconstruir la ciudad! ¡Quedará como nueva!

-¿Y cómo quieres que la reparemos, sin herramientas, sin maquinaria y sin mano de obra?-preguntó otro.

-Tal vez podamos ayudar-dijo una voz.

De la nada, Linda y Lawrence aparecieron caminando despacio, sonrientes.

"¡Mamá, papá!" fueron los gritos que se oyeron al verlos, provenientes de Phineas, Ferb y Candace, quienes corrieron hacia ellos y los abrazaron. La familia estaba unida de nuevo.

-¿Saben, niños?-habló Lawrence-No sabemos muy bien que le pasó a la ciudad, ni por qué están aquí con tanta gente… pero eso no importa ahora… ¡estamos juntos!

Y volvieron a abrazarse.

-Ejem, lamento interrumpir la escena-dijo la mujer-¡Pero aún quiero saber como repararemos esta ciudad, sin nada a mano!

-Eso es lo más fácil-dijo el chico de cabeza triangular-si podemos hacerlo con música… Ferb, ¿tienes algo?

Y, sacando de su bolsillo su reproductor de música, el peliverde hizo sonar una canción con la cual todos comenzaron a movilizarse y a ordenar, limpiar y reconstruir absolutamente todo. Una canción bien veraniega...

Got My First Real Six-String
Bought It At The Five-And-Dime
Played It Till My Fingers Bled
Was The Summer Of '69

Me And Some Guys From School
Had A Band And We Tried Real Hard
Jimmy Quit And Joey Got Married
I Shoulda Known, We'd Never Get Far

Oh, When I Look Back Now
The Summer Seemed To Last Forever
And If I Had The Choice,
Yeah, I'd Always Wanna Be There
Those Were The Best Days Of My Life

Ain't No Use In Complainin
When You Got A Job To Do
Spent My Evenin's Down At The Drive-In
And That's Where I Met You, Girl

Standin On Your Mama's Porch,
You Told Me That You'd Wait Forever
Oh, And When You Held My Hand
I Knew That It Was Now Or Never
Those Were The Best Days Of My Life

Oh Yeah...

Back In The Summer Of '69, Uh-Huh

Yeah, We Were Killin' Time
We Were Young And Restless, We Needed To Unwind
I Guess Nothing Can Last Forever,
Forever, No
Yeah

And Now The Times Are A-Changin
Look At Everything That's Come And Gone
Everytime When I Play That Old Six-String
I Think About You, Wonder What Went Wrong

Standin On Your Mama's Porch (That's Right)
You Told Me It Would Last Forever
Oh And When You Held My Hand
I Knew That It Was Now Or Never
Those Were The Best Days Of My Life

Oh Yeah...

Back In The Summer Of '69, Uh-Huh
Me And My Baby Had 69, Oh Yeah
Back In The Summer Of '69...

Poco a poco, la ciudad iba quedando como nueva. Las ideas y habilidades de Phineas, Ferb y sus amigos no conocían límites, y la cosa era más sencilla de lo que realmente parecía. Finalmente, todo el sector urbano quedó perfecto.

-¡Lo logramos!-gritó el pelirrojo-¡Este sí es nuestro hogar!

-¡Sí!-gritó toda Danville, enloquecida y alegre por lo conseguido.

-¿Y ahora?-preguntó Jeremy-¡Recién es la tarde! ¡Falta mucho para que el día termine!

-Cierto-dijo Candace-¿qué podemos hacer?

Se quedaron pensando un momento. Finalmente, Phineas pegó un grito de victoria:

-¡Hagamos fiesta!

-¡Sí!-volvió a gritar el pueblo, y una impactante celebración tomó color.

En un improvisado escenario, Phineas, Ferb, Isabella, Candace y Jeremy se pusieron ropas de todo tipo, consiguieron instrumentos vaya uno a saber de dónde, y tocaron durante varias horas temas de todo tipo, mientras la gente bailaba y cantaba en la calle.

El momento cumbre de la noche sucedió cuando, inesperadamente, Danny, Bobbi y Swampy, los tres miembros de la banda Love Händel, que estaban más perdidos que turco en la neblina, subieron al escenario para interpretar algunas canciones. Tocaron "Fabulous", "I Ain't Got Rhythm", "Just Passing Through", y, por supuesto, "You Snuck Your Way Right Into My Heart", con la cual se despidieron y, antes de irse, anunciaron una gira mundial.

Más tarde, los demás volvieron a tocar las últimas canciones. Finalmente, decidieron poner fin al concierto dando una gran sorpresa:

-Bueno-anunció Phineas-Como hoy es el último día del verano... queríamos tocar dos canciones en una... estos son posiblemente los dos temas más hermosos que he oído en mi vida... y tanto mis amigos como yo queremos compartirlos con ustedes...

Se acercó al micrófono, y, mientras arpegiaba, cantó una melodía que a todos maravilló:

There's a hundred and four days of summer vacation,
'Til school comes along just to end it,
So the annual problem for our generation,
Is finding a good way to spend it
Like maybe…

Entonces, todos los demás entraron, y cantaron junto a él:

Building a rocket, or fighting a mummy,
Or climbing up the Eiffel tower,
Discovering something that doesn't exist,
Or giving a monkey a shower
Surfing tidal waves, creating nanobots,
Or locating Frankenstein's brain,
Finding a Dodo bird, painting a continent,
Or driving our sister insane!

This could possibly be the best day ever! (This could possibly be the best day ever,)
And the forecast says that tomorrow will likely be a million and six times better.
So make every minute count, jump up, jump in, and seize the day,
And let's make sure that in every single possible way,
Today is gonna be a great day!

Crossing the tundra or building a roller coaster.
Skiing down a mountain of beans,
Devising a system for remembering everything,
Or synchronizing submarines.
Racing chariots, taming tiger sharks, constructing a portal to Mars,
Building a time machine, stretching a rubber tree, or wailing away on guitars (Oh, man)

This could possibly be the best day ever! (This could possibly be the best day ever)
And the forecast says that tomorrow will likely be a million and six times better.
So make every minute count, jump up, jump in and seize the day,
And let's make sure that in every single possible way,
Today is gonna be a great day!

Hey! Hey! Hey! Hey! Hey! Hey! Hey! Hey!

Let's put our heads together and design a master plan.
We may miss dinner, but I know mom will understand…
We've got our mission and some pliers, yogurt, gumballs, and desire.
And a pocket full of rubber bands, the manual on handstands,
A unicycle, compass, and a camera that won't focus,
And a canteen full of soda. Grab a beach towel, here we go! (This is Ferb-tastic)

This could possibly be the best day ever, (This could possibly be the best day ever)
And the forecast says that tomorrow will likely be a million and six times better,
So make every minute count, jump up, jump in and seize the day,
And let's make sure that in every single possible way...

Summer belongs to you! (summer belongs to you!)

Summer belongs to you! (summer belongs to you!)
Summer belongs to everyone, so have some fun
There's nothing better to do!
Summer belongs to you! (summer belongs to you!)
Summer belongs to you! (summer belongs to you!)
Summer belongs to boys and girls all around the world
We wouldn't say it if it wasn't true!
Summer belongs to you! (summer belongs to you!)

Baby, baby, baby, baby...
Summer belongs to you! (summer belongs to you!)
Summer belongs to you! (summer belongs to you!)
Whatever you want to do, you make the rules
You got the tools to see it through!
Summer belongs to you! (summer belongs to you!)
Summer belongs to you! (summer belongs to you!)
Just remember that you can do it and when you're through it
Will change your point of view...
Summer belongs to you!

Phineas había hecho un medley, es decir, había enganchado dos canciones. ¡Y de qué manera! Fue perfecto, mágico. Cerca del final, cuando las trompetas cerraban la canción, Phineas tomó a su novia de las manos y la besó, tal vez recreando la escena en el pub de Los Ángeles.

-¡Adiós a todos!-gritó-¡Nos vemos el próximo verano!

Y así, ante el aplauso de todos, Phineas, Ferb, Candace, Isabella y Jeremy, junto a Perry, bajaron del escenario, para luego marcharse con Lawrence y Linda, rumbo a Maple Drive y a la casa de los primeros tres.


Esa noche, el rubio y la morocha estuvieron sentados en la mesa con la familia Flynn-Fletcher, y los abuelos Clyde y Betty Jo. Luego de escuchar los mensajes de la contestadora y hacer unas llamadas, Linda hizo un par de aclaraciones a los demás.

-A mediados de la semana, tu madre, Isabella, y tu madre, Jeremy, fueron internadas en el hospital suburbano de Danville. Desconozco la razón, pero lo que sé es que ya fueron dadas de alta y volverán aquí en dos horas para llevarlos a sus casas. Sé que extrañan sus hogares, chicos…

-Así es, señora Flynn-le dijo Jeremy.

-Después, nos llamó el museo de Danville, diciendo que se llevarían una máquina del tiempo que estaba en nuestro jardín… vaya, que extraño.

Todos comenzaron a reír por dentro. Claro: mamá y papá ni recordaban lo sucedido en toda la semana, ni siquiera el partido de fútbol.

-Finalmente, hemos recibido varias llamadas de un tal "Monograma" las cuales borré debido a que me parecieron muy extrañas… decían que ustedes cinco estaban prófugos y eran buscados en todo el país…

Los cinco se miraron y soltaron varias sonrisas.

-Qué ridículo-dijo Phineas, a punto de un ataque de risa.

-Por favor, no te rías, amor…-le dijo Isabella.

-¿Amor?-preguntó Linda, sobresaltada-¡Phineas, te dijo amor!

-Lo sé, mamá… es mi novia…

-¡Oh, mi pichoncito está creciendo!-dijo ella, orgullosa, y lo abrazó.

-¡Mamá!-gritó avergonzado, mientras Lawrence se acercaba también.

-¡Me quiero volver chango! ¡Mi nieto tiene novia!-exclamó Clyde, orgulloso.

Candace y Jeremy sonrieron, y se miraron.

-¿Lo ocultamos?-preguntó el rubio.

-Eh… ¡bueno!-exclamó ella, de acuerdo con la idea.

Y, mientras esperaban que las madres llegaran, todos disfrutaron de una gran cena, mirando la televisión.

-Fue la mejor semana de nuestras vidas… ¿no, chicos?-preguntó Jeremy.

-¡Claro!-exclamó Isabella.

-¡Pues hagamos un brindis!

Todos aceptaron y brindaron con lo que tenían a mano. En medio de eso, Ferb habló:

-En retrospectiva, fue una semana excitante y llena de peligros, en la cual disfrutamos y también sufrimos… pero, ahora que lo pienso un poco, siento que en medio de tanto festejo… nos olvidamos de algo…

-¿Eh?-preguntaron todos, desconcertados.

No se equivocaba... ¡Roger Doofenshmirtz todavía estaba colgado en el asta de la bandera de la alcaldía de Danville!

-Hola… aquí el alcalde Roger…-gritó, esperando que alguien lo oyera-¡Por favor, llevo aquí casi una semana! ¡Auxilio, policía…! Oh… debí quedarme en casa de mi madre...

En la mesa, nadie respondió.

-Tranquilo, Ferb, ya nos acordaremos-le dijo su hermano-Además, si fuera algo importante, ya lo habría dicho la televisión...

Y se quedaron callados otro momento, cuando, de repente, un flash informativo cubrió la pantalla del aparato.

-Hola, Danville-saludó Dink Winkerson-Me dirijo a ustedes con un último momento… el doctor Heinz Doofenshmirtz, quien fuera arrestado hoy mismo, ha escapado hace unas horas de la prisión Albatros de Danville. Es la primera persona que lo logra, y esto ha preocupado seriamente a las autoridades, que consideran a este sujeto como desequilibrado y muy peligroso. Seguiremos informando en breve.

Todos quedaron sorprendidos y asustados.

-¡Doofenshmirtz ha escapado!-gritó Candace.

-Esto es terrible-comentó Jeremy.

Pero Phineas no estaba preocupado. No quería más preocupaciones en su vida. La escuela ya sería suficiente.

-Chicos, calma… ¿por qué esas caras? Ese sujeto no nos importa. No nos concierne para nada y no debe perturbar nuestras vidas… ¿no les parece?

-Tienes razón-le dijo Jeremy, sonriendo-No sé por qué me preocupé. No afectará nuestra vida…

-Y además-siguió, mirando a su mascota, que reposaba en su canasta-si Perry no tiene por qué preocuparse por él, ¿por qué nosotros sí? Este asunto no le hará nada a su vida…

Y se dio vuelta. Pero Ferb, en cambio, no lo hizo. Se quedó mirando al ornitorrinco, justo cuando una alarma se activaba en el reloj de la pata delantera del animal.

-Agente P, odio tener que molestarte, pero creo que vamos a necesitarte de vuelta en la Agencia-la voz de Monograma se escuchó fuerte y clara.

Ferb lo oyó perfectamente, y le guiñó un ojo a su mascota. El animal devolvió el saludo con satisfacción y le sonrió. Ahí, Perry el Ornitorrinco se dio cuenta de que era momento de trabajar de nuevo batallando contra su Némesis.

¿Fin?


¡Espero que hayan disfrutado esta historia, amigos lectores! Por última vez, quisiera agradecer los reviews de PhineasyFerb-PxI-FxV (gracias por tu apoyo, y tranquilo que Phineas está bien vivo y enamorado) DigiPhissy156 (hubo beso, salió todo bien, como habrás podido ver... pero no te la agarres con Doof) DinkyLinkyGirl (eran ellos los que creías que iban a salvar a Phineas y a Izzy?) Ez116 (gusto en verte de nuevo, por suerte salió todo bien) Tigrefan (uh, cuanto tiempo, gracias por tu apoyo) Hanonkurumi (Perry sobrevivió, como acabas de ver... ya veré que hago con lo de la secuela) tsukimine12 (ya está, Monograma se olvidó de todo... no es necesario hacerlo sufrir) superperrysecretagentp (sí, todo terminó bien... creo...) clau016 (siii, se salvaron! ) crazy2025 (espero que hayas estado entera para leer el final XD) Napo-1 (por qué no me dijiste que así querías a Doof? lo hubiera hecho así desde el principio... xD) clarry99288 (bueno, no te preocupes, todos sobrevivieron), lord clerigo (y así se resolvió todo... espero que lo hayas disfrutado), dark-Master-or-light-master (las dos primeras se aclararon, lo del hijo de Monograma era algo que en realidad no tomé muy en serio... veré qué hago) y, además, a todos aquellos que siguieron mi historia en estos cuatro meses, algunos de los cuales también me dieron sus opiniones, como maestro jedi, Zub-Zero, Thalitez y O2o.

Y bueno, creo que eso ha sido todo...

No, esperen... ¿por qué ha de ser todo? ¿No creen que esta historia debería continuar?

Sí, yo también lo pienso así...

Entonces, prepárense. Luego de una ardua negociación durante la semana, llegué a una conclusión: no me dan los tiempos, así que, desafortunadamente... no hay secuela.

Nah, mentira... ¡sí, hay secuela! "Phineas y Ferb: La Aventura después del Verano". Esto no va a ser una historia única... va a ser mi primer fic estilo serie, es decir, de varios episodios.

No quiero adelantar mucho, sólo les diré que será mucho más adulto y humorístico que mis fics anteriores: habrá situaciones mucho más locas y flashbacks; homenajes, parodias y sátiras a series como Los Simpson, Padre de Familia, Cleveland, El Súper Agente 86, Animaniacs, ¡Oye Arnold! y KND, y a películas como Volver al futuro, El Padrino, Ciudadano Kane, y un episodio homenaje a una peli de los ochenta. Mucho romance, situaciones descabelladas entre novios... y, todo esto, en medio de un ambiente escolar, lleno de profesores locos e inusuales... además de dos oscuros personajes que le harán la vida imposible a Phineas y a Ferb.

Para los que no les gustó mi idea de Ferb y Vanessa... lo siento, pero ella tiene novio, como todos sabemos... pero se encontrarán muchas veces en este futuro fic. ¿Pasará algo entre ambos?

Igualmente, este proyecto va a ser bastante agotador, ya que tengo previsto escribir, por lo menos, veinte capítulos o más, y cada uno me llevaría esa misma cantidad de páginas en Word. Así que el final de este fic podría darse a fines del año que viene, si todo sale bien.

El estreno de cada capítulo va a ser como el de la serie original... nunca se sabe cuando, jeje. Pero el primero creo que ya tiene fecha asegurada... principios de diciembre. Así que a estar atentos, y a visitar el foro de Napo para informarse.

Bueno, ahora sí, es todo... por ahora. Juli is out... peace and love for everyone!