Hola! Perdon por la tardanza, se que dije que no me tardaría pero mi computadora(o ordenador, como le digas) sufrió un colapso. Perdón si los hice esperar!

Aquí está el tercer y último capítulo. Gracias a los que me han dejado un review.

Dissclaimer: Si Naruto me perteneciera el GaaxMatsu ya dominaría el mundo.

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Capitulo 3

Que Mas Da

La noche ya se había cernido sobre la aldea y el sofocante calor del día había dado paso al helado frio de la noche.

Las calles de Suna estaban vacías y el silencio era sepulcral. Los cielos amenazaban con tormenta. De hecho unas aisladas gotas empezaron a caer aquí y allá.

Él no se inmuto .No podía importarle menos. Sumido en su dilema interno ni siquiera noto que la suave llovizna se transformo súbitamente en un aguacero torrencial empapando todo a su paso y haciendo destilar su impecable túnica de Kasekage. Se limito a sentarse y paso una mano atreves del pelo en señal de frustración.

Maldición. La había evitado. No le había vuelto a dirigir la palabra. Evitaba sus ojos si se la topaba en la calle. Rechazaba cortés pero fríamente sus invitaciones de ayudarle con el papeleo.

Todo esto con la intención de salvarla de sí misma. Y de salvarse a sí mismo de hacerle daño a la única persona que había amado. A la única que le había abierto los brazos sin juzgarlo. La única que había creído en él a pesar de lo que era. La única que sabia sonreírle de forma sincera. La única, la única…

Pero no. Ella seguía insistiendo. Perseverante como siempre. Y él, él no había logrado sacarla de su vida, ni de su mente. Mucho menos de su corazón.

Maldición. ¿Dónde estaría ahora? ¿Dormiría? ¿O estaría en vela buscándole respuesta a inconclusas preguntas, viendo la pacifica aldea sumida en sueño ajena a sus dilemas? ¿Pensaría en él? ¿Se habría hartado ya de su aparente indiferencia? ¿Lo habría olvidado ya?

Estas últimas posibilidades se le clavaron en el alma a pesar de que era lo que había estado buscando que ella hiciera.

¡¿Porque era tan difícil alejarla? No llevaba ni una semana en ello y ya sentía irrefrenables impulsos de abrasarla. De cerrar sus brazos alrededor de su cuerpo y nunca dejarla ir….

Pero se frenaba. Lo hacía por ella. Lo hacía por él.

Aunque cada vez sentía su voluntad más abajo, por los suelos

Maldición. ¿Una semana? ¿Es todo lo que podía estar sin acercarse a ella?

Muy bien. Entonces había que aceptar que nunca podría olvidarla. Lo importante era hacer que ella lo olvidara. Por mucho que doliera.

Pero….¡Maldita sea! ¿Nunca podría sacársela de la cabeza? Era como una obsesión. No debía ser sano pensar en alguien tanto. Si, aquello era algo enfermizo pero no tenía fuerza para sacársela de sí. No tenía ganas de hacerlo. Lo que era peor, le gustaba. Con costos tenia voluntad para hacer unos vanos intentos de alejarla. No podía lidiar con su obsesión por ella. Porque eso era, una obsesión.

Había considerado largarse, irse. Dejarlo todo. No volverla a ver, así lograría alejarse. Alejarla. Y tal vez algún día superar esa enfermiza obsesión. Porque olvidarla nunca.

Pero no. No podía dejar su aldea. A veces ser el Kasekage apestaba. Aparte no podía dejar a sus hermanos, les debía demasiado, aparte de Matsuri eran los únicos que habían estado ahí para el sin importar que. Además…No, no podía soportar la perspectiva de no volverla a ver. Ocupaba hacerlo. No servía de nada negarlo era adicto a ella.

Lo cual lo ponía en un serio aprieto. Su fuerza de voluntad y su autocontrol estaban tan débiles que no estaba seguro si soportaría otro encuentro. Mucho menos si ella lo miraba de forma tan insistente. Buscando con terquedad sus ojos, ojos que él se negaba a darle porque sabía que bastaría una mirada, solo eso, para perder la cuidadosamente guardada compostura.

Allí estaba su dilema. No podía verla. Tampoco podía no hacerlo. No podía irse. Pero no podía quedarse.

¿Qué hacer? Volvió a pasar los dedos por el empapado cabello. No parecía haber salida.

El sonido de unos pasos lo sacaron de sus pensamientos.

Volvió la vista para atrás. La última persona que esperaba ver. Tal vez Temari o Kakouro preocupados por su comportamiento reciente. Pero no, no…ella.

-Matsuri…-

Estaba empapada. Se sentó a la par de él. Estaba calmado y transmitía, tranquilidad, serenidad. Había algo en su rostro una firme resolución y decisión. No recordaba haberla visto nunca tan confiada y decidida y, inexplicablemente sonreía. Miro hacia la silenciosa aldea. Después de unos callados segundos lo volvió a ver con sinceridad y franqueza impresa en los castaños orbes.

En este momento no tenía ni fuerza ganas de negarle los suyos

-Sabia que estaría aquí, sensei-

Su vos estaba calma. No pudo dejar de notar que ni vacilaba ni titubeaba. No había señales de la sumisa timidez usual. Guardo silencio. Esperando. Ella siguió mirándolo a los ojos. Sin sonrojearse ni quitar fugazmente la mirada.

-¿Porque?-No ocupaba explicarse. Sabia de que hablaba.

No iba a mentirle. Se había rendido desde el momento en que miro sus ojos.

-Por ti.-

-¿Por mi?-

-Matsuri, tu mereces algo mejor.-

-No, yo lo amo.-Lo dijo con firmeza, como si no hubiera verdad más absoluta en el universo.

-Lo sé.-Algo no debía funcionar bien en ella.

-Por favor.-Definitivamente ella estaba mal.

Quitó la mirada de sus ojos y la dirigió a la luna. Hoy se mostraba en todo su esplendor, Suspiró.

Matsuri….-Como decirle que no

-Usted no es lo que la aldea quiso hacer de usted.-

-Si, si lo soy.-

-Máteme- ¡¿Que? Miró sus ojos de forma frenética tratando de encontrar algo que le indicara que se trataba de una broma. No. Lo había dicho enserio. Aquello no se lo esperaba.

-¿Porque duda?- Agarro la mano de él y la coloco en su cuello. Había enloquecido.

-No lo hare.-Nunca.

- ¿Porque?-Un atisbo de sonrisa se asomo fugazmente por sus labios.

-Porque te amo.-La sonrisa curvo sus labios por completo.

-Lo ves, No eres un monstruo-

Agarro su mano la separo de su cuello y la entrelazo con la de él. Se acerco lentamente a su cuerpo hasta colocar sus labios sobre los de él. En ese momento todo autocontrol posible que Gaara pudiera conservar desapareció y se dejo llevar y embargar por una felicidad feroz.

Quizá…Quizá tenía razón. Quizá no era un monstruo después de todo. Soltó su mano para cerrar sus brazos alrededor de su cintura. Correspondió al beso ávidamente. Sintió los brazos de ella alrededor de su cuello y luego que su mano subía lentamente para entrelazarse con sus rojos cabellos.

Aun si fuera un monstruo descubrió que ya no le importaba. De hecho descubrió que el mundo podría acabarse en 11 segundos y no le importaría.

"Porque mientras ella esté a mi lado que mas da lo demás."

Fin

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¡Ta, tan! ¿Qué tal? ¿Les gusto? Gaara me quedo un toque cursi al final… tienen que perdonármelo soy una cursi-romántica. Bueno aquí termina el fic. Me quedo bastante corto, me esforcé mucho, pero estoy corta de inspiración. Lo siento.

De nuevo, perdonen la tardanza. Me merezco un review?

Besos,Karina