Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen, este fic lo hago sin fines de lucro y para entretener.

SECRETOS

By Ninde Elhenair

Capítulo 1: Ángel

–No

–Por favor… es el único favor que te he pedido en mi vida– suplicaba el hombre, de rodillas ante otro. Una ligera lágrima surcaba sus mejillas

–No puedo hacer eso… si fuera cualquier otra cosa no dudes que lo haría… pero esto va mas haya de un simple favor– le respondía el otro.

–Sabes muy bien que si fueran otras las circunstancias ni siquiera se me hubiera cruzado la idea por la mente… pero no me queda mas remedio que recurrir a ti… por favor… hermano.

Su corazón se acongojo al escuchar esa última palabra, desde que eran pequeños esa palabra había desaparecido de sus labios para ser reemplazado por el odioso "sama" que los separaba enormemente a pesar de ser hermanos nacidos el mismo día.

Cerró los ojos lentamente, reflexionando en esa palabra, en el comportamiento de ese hombre… pero… ¿Qué hacer?... No sabía si el aceptar fuese la mejor solución, todo dependía de él. Suspiró profundo.

–De acuerdo… pero nadie debe enterarse de esto fuera de nosotros tres– accedió al fin.

–Bueno, caballeros… Es una situación inusual– interrumpió un tercer hombre saliendo de las sombras, su cabello rubio contrastaba con la túnica de color blanco y rojo que representaba su estatus –Pero viendo que es la única alternativa, aceptare lo que han pactado. Por mi parte nunca nadie sabrá lo que aquí se ha acordado.

–Gracias por su ayuda, Yondaime– dijo uno de los otros dos hombres, levantándose lentamente del suelo –Espero que esto no se salga de nuestras manos y que…

Vio como su hermano aventaba un kunai hacia la puerta.

–¿Quién esta ahí?– pregunto de golpe el segundo hombre.

La puerta se abrió lentamente dejando ver al otro extremo a un joven de escasos 14 años. Su cara cubierta por una mascara no dejaba ver si en sus facciones había alguna clase de emoción. Sus cabellos plateados estaban mojados y se le pegaban al rostro.

–¡Ah! Eres tú Kakashi– dijo con voz amable el Hokage –¿A qué has venido?

–Sensei, debe venir conmigo al bosque prohibido… Ha pasado algo terrible.

–¿Qué sucedió?– preguntó Minato preocupado.

–Un monstruo se esta acercando a Konoha, no he podido distinguirlo bien pero desprende un chakra maligno.

Sin escuchar una palabra mas el Hokage salió de la habitación, si era lo que él pensaba, debía ir rápido al lugar. No importaba como o las consecuencias el debía proteger la aldea y si bien era cierto que ya había ideado un modo para ponerle remedio a la situación, no podía dejar de sentir su corazón acongojarse cada vez que lo recordaba… pero debía hacerlo, sólo así las cosas volverían a ser normales y aseguraría el futuro de su amada aldea y sobre todo, el de su hijo.

Kakashi dio media vuelta, dispuesto a seguir al Hokage cuando una mano se coloco en su hombro, impidiéndole el paso.

–¿Has escuchado algo de lo que se hablo en esta habitación?– le preguntó uno de los dos hombres que se encontraban allí

–No, señor– respondió sin dar una señal de que mentía –Yo he venido a cumplir la misión de avisar al Hokage sobre lo sucedido.

–¿Seguro?

–No escuche nada señor.

Se liberó de la mano que lo retenía y se fue tras su sensei.

Despertó agitado.

Era la tercera vez en esa semana que soñaba con aquella vez, la noche que el Kyuubi atacó la aldea. La noche en la que tuvo que mentir a uno de los señores más importantes de Konoha con tal de ir lo más rápido posible a ayudar al Hokage.

Miró el reloj que estaba colocado sobre una mesita de noche; eran las 2 de la mañana, a pesar de eso y decidido a no dormir mas se levantó de la cama y se dirigió al baño para tomar una ducha fría. Quería aturdir sus sentidos con el agua y que esta se llevara el mar de pensamientos que se estaban apoderando de él durante esa semana, no sabía el porque, y sinceramente, tampoco le interesaba.

Terminó de ducharse y se enredo una toalla a la cintura, acercándose al lavabo para tomar una toalla un poco mas pequeña con la cual secarse el cabello, al hacerlo no pudo evitar mirar su rostro en el espejo, prestando especial atención en la cicatriz de su ojo izquierdo, el cual mantenía cerrado.

Suspiró.

Mas por la nostalgia de lo que paso después de obtenerlo que por cualquier otra cosa; tomó la mascara que estaba frente al espejo y se aseguró de cubrir perfectamente la mitad de su rostro antes de colocarse una camisa negra. No tenía ninguna misión asignada para ese día y probablemente no la tendría, las cosas estaban relativamente tranquilas los últimos meses, tanto que algunas aldeas se habían dado el lujo de bajar la guardia; no siendo este el caso de la aldea escondida entre las hojas. Sus antiguos alumnos y los compañeros de estos habían estado en lo que el llamaba "misiones de camaleón".

La misma Hokage se encargaba de cobrar unos cuantos favores a conocidos de otras aldeas y esto mandaban personas para contratar ninjas que fueran a sus respectivas aldeas por alguna misión clasificada como una simple misión de rango "C", cuando en realidad la verdadera misión era un espionaje de clase "A". Siempre y cuando los shinobis de la hoja no interfirieran con el gobierno y se dedicaran a escuchar rumores en bares y restaurantes o había problema alguno, después de todo, nadie le prohíbe a un ninja escuchar o platicar con otras personas mientras estaban en una misión de lo mas normal como ayudar a construir edificios, reforzar una que otra presa de agua o vigilar el trayecto de algún comerciante. Todo era normal.

Quizás demasiado y eso lo aburría.

Se calzó las sandalias ninja y salió despacio de su departamento, no quería despertar a nadie, probablemente hubiese sido mejor salir por la ventana pero ya era tarde para retractarse de su decisión, regresar a su departamento y salir sería más ruidoso de lo que pensaba. Llegó a la calle y se decidió a caminar rumbo al lago, quería un lugar tranquilo donde ver la salida del sol, ya después decidiría a donde ir, por el momento sólo quería despejar su mente en algún lugar tranquilo. Quizás la misma tranquilidad que le hacía recordar aquella noche hace 17 años le haría volver a la normalidad.

Si bien o le afectaba recordar aquello, lo que si le preocupaba un poco era el hecho de que estuviese pasando todos los días y cada vez que dormitaba un poco.

Seguía pensando en ello que ni siquiera se dio cuenta cuando llego a su destino, sus pies simplemente se habían movido por impulso y lo habían conducido hasta ese lugar al que ya otras veces había ido para entrenar. Se sentó junto a un árbol grande y viejo, dedicándose únicamente a escuchar todo a su alrededor mientras su mirada se concentraba únicamente en el agua.

Por favor… es el único favor que te he pedido en mi vida…

–¿Kakashi-sensei?– escuchó que alguien lo llamaba por su nombre.

Sabes muy bien que si fueran otras las circunstancias ni siquiera se me hubiera cruzado la idea por la mente… pero no me queda mas remedio que recurrir a ti… por favor…

–S… Sensei, despierte por favor– la misma voz lo llamaba, pero por mas que lo intentaba o podía abrir los ojos

–… Hermano

–Sensei– sintió como su frente se tornaba fría, eso le relajo y por fin pudo abrir los ojos.

Al abrirlos poco a poco vio la borrosa silueta de una mujer. Era simplemente hermosa, su piel pálida parecía de porcelana, sus ojos eran brillantes tanto que incluso parecían carecer de color, en contraste con unas mejillas completamente sonrojadas.

Su cabello negro era largo y caía sobre sus hombros delineando su rostro… Y la luna atrás de ella, la envolvía en un aire místico.

Que hermoso ángel– pensó. De haber estado somnoliento un solo segundo mas, de seguro habría dicho esto último en voz alta. Apretó los ojos ligeramente y por fin pudo distinguir a quien estaba frente a él –Hinata.

–Al fin despertó… yo… yo estaba preocupada.

–Estoy bien– le sonrió mientras revolvía su cabello como si fuese una niña pequeña –Sólo fue un mal sueño– sintió una pequeña gota recorrer su rostro, desde su frente hasta su máscara, donde fue absorbida, instintivamente su mirada giró hacia abajo.

Hinata tenía una de sus manos con rastros de agua, lo mas probable es que al no poderlo despertar haya mojado una de sus manos en el lago para despertarlo, sonrió y se volteó para agradecerle el pequeño gesto.

Lo que vio a continuación lo hizo abrir los ojos con sorpresa, la frágil mujer que estaba frente a él se notaba algo agitada. Respiraba con dificultad, haciendo un gran esfuerzo por tratar de parecer tranquila, aunque no pudo hacerlo por mucho tiempo; sus ojos se cerraron al mismo tiempo que su cuerpo se ladeaba para caer al suelo.

Kakashi apenas tuvo tiempo de reaccionar y la sujeto con su mano izquierda por la espalda antes de que cayera. No entendía la situación, hace unos segundos se veía muy bien, intentó despertarla palpándole las mejillas pero no reaccionaba. Tenía una fiebre muy intensa y lo mejor sería llevarla a la mansión Hyuuga, con cuidado la cambio de posición para sujetar su espalda con el brazo derecho.

–Maldición– exclamó al ver con los primeros rayos del sol una mancha oscura en su mano izquierda.

¿Cómo no lo había notado antes?

La joven delante de él se estaba desangrando mientras él inútilmente le había revuelto el cabello, estaba perdiendo sus instintos. Miró hacia el suelo y pudo apreciar las pequeñas manchas arrastrarse desde el bosque hasta él, hacia el lago y por último una gran mancha justo donde estaba justo ahora. La sujeto con toda la suavidad que pudo para no lastimarla; por lo que pudo apreciar la herida estaba en su espalda.

Ya habría tiempo para las preguntas, lo importante ahora era salvar su vida.

Se adentró en la aldea lo mas rápido que le permitían sus pies, escuchó con angustia como ella se quejaba con cada paso que daba, pero el hospital de Konoha aun estaba muy lejos… Lo mejor sería que… si eso haría.

Su departamento estaba a la vista y con seguridad allí tendría el material suficiente para estabilizarla antes de llevarla al hospital. Contaba con unos escasos minutos antes de que la situación se pusiera crítica. Sintió como la mano de la joven se aferraba con poca fuerza a su camisa al mismo tiempo que se quejaba mas fuerte.

–No te preocupes, Hinata… No te dejaré morir.

Yeiii…

Mi primer fic de Naruto, a mí en lo personal me encanta esta pareja así que por fin, después de que las ideas han rondado en mi cabeza por mucho tiempo he decidido darles vida… y aquí esta!

¿Qué le pasó a Hinata? Bueno eso se explicará en el siguiente capitulo.

Espero que les haya gustado, sus comentarios, críticas y todo, todo, todo son bien recibidos en los reviews o en mail… el mio es:

ninde_shakt

Emmm… bueno… tengo poquita hambre así que me retiro

Byebye