Tres mil millones de latidos.

Disclaimer: Card Captor Sakura no me pertenece, todos sus personajes le corresponden a Clamp yo sólo los uno a mis locas ideas.

Summary: Sakura jamás ha logrado entender por qué el ceño de Syaoran Li esta así de fruncido cada vez que la mira… esperen, sólo la ha mirado fijamente dos veces en todos los años que llevan siendo compañeros… y pareciera que quiere asesinarla con la mirada, ¿Qué puede ser peor? Que terminen como compañeros de asiento, ¿qué tan malo es sentarse junto al gruñón y maldito Li?

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La primera vez que vi a Syaoran Li fue en cuarto grado, aún recuerdo cuando en medio de la clase del profesor Terada se abrió la puerta y entró aquel niño de pelo castaño y ojos de casi el mismo color, en ese tiempo tenia 10 años y los niños de mi edad me parecían repulsivos y asquerosos, ya saben a lo que me refiero, rodillas manchadas con barro, peleas a golpes sin ninguna razón, verlos limpiarse los mocos con la manga ¡Iug! Los niños eran asquerosos y punto, y Li pasaba a formar parte de ese grupo poco interesante de trogloditas con los que tenía que compartir clase.

También recuerdo su mirada fija en mi mientras se encontraba frente a la clase haciendo su presentación, su ceño fruncido hizo que indudablemente me sintiera del tamaño de una cucaracha ¿Por qué el niño nuevo me miraba con cara de querer asesinarme? Sin embargo ese fue el único acercamiento con el chico llegado de Hong Kong, porque de Syaoran Li no supe nada más desde entonces.

Compartíamos la misma clase pero los años hicieron que nunca tuviésemos la necesidad de intercambiar palabras, Li pronto se hizo una fama de líder en su grupito de simios, y de chico odioso y hasta cruel con las niñas, no era ningún secreto que había tirado las trenzas de Chiharu la vez que ella por casualidad le botó su estuche, en resumen, no me interesaba perder algunos de mis cabellos por ponerme en el camino de ese niño gruñón y tonto.

Y pasaron los años, Chiharu dejó de usar trenzas, Tomoyo dejó de tratar de enfundarme sus estrafalarios trajes confeccionados por ella, y llegó un punto en que dejé de encontrar a los niños como individuos tan asquerosos y repulsivos… debo decir a mi favor que no era la única, mi mejor amiga Tomoyo hacía siglos que parecía embobada por Eriol Hiragizawa, claro que era su gran secreto, sólo yo lo sabía, así que básicamente tenía que soportar las tardes completas en que mi mejor amiga imaginaba como sería el día en que Hiragizawa le declararía su amor, había que recalcar que a causa de ese encantamiento de Tomoyo me veía en la obligación de acompañarla a ver los entrenamientos del equipo de baloncesto sólo para observarlo, y fue entonces cuando también volvió a aparecer en mi radar Syaoran Li, quien era algo así como el mejor amigo de Hiragizawa, además de estar en el equipo al igual que él.

Se ceño seguía igual de fruncido, en serio, estaba segura que envejecería más rápido sólo por tener esos músculos contraídos en una línea dándole un aspecto bastante amenazante, sabía que muchas chicas en la preparatoria Tomoeda suspiraban por él, pero también sabía que hasta el momento ninguna había logrado su cometido con Li, los rumores decían que estaba comprometido desde muy pequeño y por ello rechazaba a cuanta chica apareciese a menearle las pestañas – y quizás algo más- con tal de invitarlo a salir a algún lado.

¿Y qué hay de mi? Pues que a mis dieciséis años era lo más cercana a una monja puritana que pudieran conocer, aún no daba mi primer beso y no es como si estuviese apresurada a darlo, lo cierto es que mi físico y aspecto de niña no me eran demasiado favorecedores, sin ningún dejo de rencor aceptaba que al lado de Tomoyo yo era una simple chicuela insignificante, y es que mi mejor amiga tenía un físico envidiable, cabello sedosísimo y unos ojos que sabía tenían a varios tras ella; mi mejor amiga me eclipsaba, pero yo estaba bien con ello, de todas formas aún los niños seguían pareciéndome algo repulsivos, a excepción de Yukito, el cual era un caso aparte.

Aquel día entré al aula junto a Tomoyo y con apenas un vistazo a mi alrededor supe que algo andaba mal, todos se reunían en torno a un papel pegado en mitad del pizarrón.

- ¿Qué habrá pasado?- preguntó Tomoyo mientras tomaba mi mano y me empujaba hacia el sector donde todos estaban reunidos.

- Me ha tocado junto a Yamazaki- oí que alguien pronunciaba a mis espaldas. Me alcé y alcancé a visualizar una lista, al parecer habían vuelto a redistribuir la posición de los bancos, arrugué el ceño inmediatamente, era seguro que Tomoyo y yo ya no estaríamos juntas.

Pulsé con mi índice hasta ver mi nombre "Kinomoto, Sakura", abrí los ojos desmesuradamente al ver que junto a eso el nombre de "Li, Syaoran" acompañaba. Me alejé de la lista y comencé a caminar hasta mi nuevo puesto, me sentí extrañamente nerviosa al ver a mi compañero ya sentado, por segundos nuestras miradas se encontraron, su ceño fruncido junto a su mirada asesina volvieron a recordarme su llegada en cuarto grado.

Tragué saliva en grueso y pasé a sentarme en mi puesto tratando de ignorar el hecho que mi cabeza gritaba un "huye ahora que hay tiempo", dejé mis cuadernos sobre la superficie de la mesa y me limité a esperar que la clase diera inicio, a mi lado Li se mantenía totalmente serio mirando al frente, ignorándome completamente. Miré a mi alrededor, todos parecían interactuar con sus nuevos compañeros de banco, tratando de familiarizarse con quien sería probablemente la persona con la que constantemente compartirían el día, debo decir que esa perspectiva no me alentó en lo más mínimo, algo dentro de mi decía que Li era capaz de ahorcarme con sus propias manos si me atrevía a dirigirle la palabra, por suerte yo no usaba trenzas ni el pelo largo, al menos no corría el riesgo que me las tirara.

Y así comenzó un tedioso lunes, con la peor clase del mundo: Trignonometría. ¿Quién había sido el aburrido que había comenzado a experimentar con números? Si tuviese una maquina del tiempo retrocedería para hacer que decididamente ese sujeto se dedicase a criar ovejas y no a complicar la vida con enredadas formulas. Apoyé mi brazo en la mesa sosteniendo la cabeza con mi mano, mirando de manera ausente al pizarrón.

- Kinomoto.

¿Era un sueño o algo así? ¿Syaoran Li me estaba dirigiendo la palabra? volteé la cabeza en dirección a él aún en la misma posición.

- ¿Sí?

- Estas ocupando mi parte de la mesa con tu desastrosa manera de sentarte…

Sentí el sonrojo llegar a mis mejillas en menos de tres segundos, en parte avergonzada y enojada. ¿Eso era todo lo podía salir de la boca de él? ¿Palabras odiosas?

- Lo siento…- dije mientras me incorporaba en mi asiento aún con las mejillas rojas.

Esa fue toda la interacción que tuve con mi compañero de asiento aquel día…

Y todo el resto de la semana.

- Quizás es muy tímido con las chicas, Sakura,- comentó Tomoyo mientras salíamos de la escuela en dirección a mi casa- Rika dice que con los del equipo se lleva muy bien, sabes que el novio de Rika juega baloncesto al igual que Li.

- ¿Tímido? ¿Tímido dices?- pregunté alzando los brazos estirándome mientras continuábamos caminando- más bien amargado, las únicas dos veces que lo he mirado directamente tiene ese ceño fruncido como si quisiese asesinarme, no quiero ni imaginarme cuando me toque hace algún trabajo en pares por ser compañeros de asiento…

Tomoyo sólo sonrió mientras yo rodaba los ojos, mi amiga tenía la tendencia a creer que todos tenían un lado bueno, incluso él, yo lo dudaba. Por suerte el fin de semana pasó con tantos eventos agradables que Li quedó completamente olvidado en mi cabeza hasta el lunes siguiente.

Acostumbrada a no saludarlo me senté en mi puesto y como siempre el silencio nos rodeó a ambos, siempre me ha incomodado eso, ¿saben? soy de las personas que le gusta hablar, y bastante, pero supongo que tenía que resignarme a tener a Li de compañero de banco, quizás hasta ayudaría tener a una momia al lado, así lograría prestar atención a álgebra.

La mañana pasaba lenta y tediosa, en el tercer bloque teníamos la hora para dedicarnos a hacer los letreros para el próximo festival que realizaríamos en la escuela, a nuestro grado nos tocó la tarea de la decoración, por lo que nos habíamos dividido en grupos para hacer las distintas tareas. Llevábamos media hora pintando un enorme lienzo con el nombre del festival sobre él, como era malísima en todo lo que fuera dibujo mi tarea era pintar las letras, para mi mala suerte que también esa tarea era de Li, para variar tenía el ceño fruncido mientras pintaba con una agilidad que me hacía sentir una niña de primaria; me había llevado casi diez minutos pintar la primera letra sin salirme de los márgenes.

Para cuando terminamos de pintar aún faltaban diez minutos para que finalizara la clase, me desperecé y fui a sentar a mi banco, lo cierto es que el olor a pintura y la incómoda posición al pintar me habían cansado, apoyé los codos sobre la mesa sujetando con mis manos mis mejillas.

Li se encontraba a mi lado leyendo un extraño libro, lo miré de reojo tratando de descubrir de qué trataba pero me fue imposible.

- Kinomoto…

Fue inevitable pegar un salto al volver a escuchar su voz dirigida a mi. ¿Había dicho que tenía una voz bastante… interesante? Era ronca, pero no brusca, marcada pero no violenta, un tono de voz con el que simplemente sabía podía escuchar por horas, claro que sabía eso jamás ocurriría, Syaoran Li no hablaba con nadie, bueno, sólo con sus amigos, pero yo no estaba incluida en ese círculo y no pensaba estarlo tampoco.

Ignoré el hecho que pronunciase mi apellido como si le significara un tremendo esfuerzo y me alcé para verlo mejor.

- ¿Si?

Sentí su dedo indicar mi rostro y lo miré algo asustada.

- Tienes pintura en las mejillas y tus manos acaban de manchar la mesa que ocupamos.

Volví a sonrojarme por sus palabras. ¿Es qué siempre se dirigiría a mi para recalcar lo increíblemente idiota que puedo llegar a ser? Miré mis manos y la pintura negra aun estaba fresca ¿cómo no había podido darme cuenta?

- Lo siento- fue todo lo que pude pronunciar, le vi alzar una ceja y mirarme de manera desagradable.

- ¿Eso es todo lo que sabes decir?

Abrí mi boca en señal de asombro. ¿Esta conversación continuaba? ¿Qué no se suponía que terminaba con mi última frase? Si fue posible sentí mis mejillas enrojecer aún más, pero esta vez por enfado.

- No- respondí seca.

- "Lo siento", y "no"- replicó con una sutil ironía en sus palabras- me va quedando claro que la tercera y última palabra en tu jugosa lista es un "sí".

Entrecerré los ojos y por instantes deseé manchar de negro todo el rostro de Syaoran Li, era un grosero y un mal educado. Él seguía mirándome fijamente y volví a recordar que sus ojos eran de un tono café algo claro, traté de sostenerle la mirada pero me la estaba poniendo difícil, ahora era mi ceño el que estaba fruncido.

- ¿Qué miras?- preguntó.

Abrí y cerré la boca sintiéndome insultada, por suerte en ese instante el timbre sonó y no perdí más tiempo, tomé mis cosas y me marché del aula lo más pronto posible, me sentía completamente furiosa y avergonzada, sin dudas Li era un pesado, comprobaba con justa razón que todos los rumores en torno a él eran ciertos, Syaoran Li era el ser más antipático del universo.

OoOoOoOoOoO

Ok… no me miren a mi… JAJAJA ni si quiera se cómo es que esto salió de mi cabeza… en realidad esto iba a ser un ONE SHOT, pero para cuando me di cuenta llevaba como 30 hojas de word e inconcientemente las había ido separando en pequeños capítulos, no tengo idea que es esto jajaja no se si será historia larga, tengo escritos 8 capítulos y nunca me animé a subirlos, supongo que puedo hacerlo para ver que tal encuentran la historia… la verdad es que es mi primera historia en este fandom y aún me siento algo insegura… pero amo tanto la pareja Sakura y Syaoran que fue inevitable darme este gustito.

¿Les gustó? Ojalá me dejasen sus opiniones… reconozco que disfruto escribiendo de estos dos porque la relación de ellos es tan cargada de… emociones contradictorias, de fuerza, en mi cabeza de primeras Li es un niñato molesto así que me he encargado de poner un poco de eso en este primer cap…

En fin me marcho… de verdad me gustarían sus opiniones al respecto para saber si les gustó… de pasada les invito a leer mis otras historias y mi one shot "Predestinados" con el que compito en un concurso de one shots, así que no estaría mal que me diesen su apoyo leyéndolo y dejándome un mensajito :B

Un besazo enorme.

Gracias por leerme.

Mademoiselle K.