Profanación

New York veinticinco de noviembre, cede de las naciones unidas, una de la tarde

Todo parecía normal, en la sede mundial, las naciones europeas estaban presentes ahí, por una cita con los gemelos de América del norte y México, el cual no había podido asistir, por cuestiones de carácter regional, dado que al mismo tiempo se llevaba acabo una junta de la organización de estados americanos, por lo cual Canadá y América tendrían que partir inmediatamente terminada la junta hacia la ciudad de Brasilia Brasil, para si poder llegar a la segunda ronda de reuniones mañana por la mañana

- Por amor del cielo fírmalo de una maldita vez – gruño el ingles, al ver a su excolonia reacio a firmar un tratado de ratificación de desarme nuclear, incluso Iván lo había firmado y eso que el era el segundo poseedor de armamento nuclear mas grande del mundo

- No – repuso el americano orgulloso de su poder de decisión en esa clase de situaciones

- América nos hicisteis salir de nuestros hogares, dejar todo nuestro trabajo para volver a echarnos en cara que nunca aceptaras un desarme nuclear – repuso el alemán, con una vena en su frente

- América – dijo su hermano mirando seriamente a su gemelo, si eso era verdad incluso el estaría enfadado con su hermano

- Alfred será mejor que contestes la pregunta – estaba replicando el ingles, cuando su teléfono celular sonó

- Será mejor que contestes – repuso Cristiano a su amigo

- Esta bien Portugal contestare – exclamo algo cansado el ingles, por suerte Portugal siempre estaba a su lado

La expresión del ingles cambio de inmediato de una pesadumbres típica cuando estaba en ese continente a una de enojo contenido

- Esta bien quiero a toda la policía inglesa buscando entendido, cierren el país, cancelen todos los vuelos y retengan a todos los barcos en puerto, paren el euro tren, pero quiero a se maldito encerrado lo mas pronto posible, voy para allá – musito el Arthur mientras se paraba de su silla apresuradamente

- ¿Sucedió algo malo? – pregunto el Portugués a su amigo

- Alguien profano la tumba de Eduardo I – repuso el ingles mientras empezaba a tomar sus cosas

- El Zanquilargo – repuso el francés con una sonrisa

- No estoy para bromas Francis – gruño el ingles, para ser interrumpido ahora por el celular del francés

- Dire – repuso el francés, para instantes después ponerse de pie – como es posible si estaba en Les Invalides – reclamo el chico – como que los guardias no vieron nada – repuso – voy para haya movilicen al ejercito a todo el mundo cierren las fronteras no permitan que esos restos se esfumen entendido – grito el francés al momento de colgar

- ¿Qué sucede Francis? – pregunto con una sonrisa de venganza el ingles

- Tienes un Jet verdad – repuso fríamente el francés

- Esperándome desde hace cinco minutos en el aeropuerto y un helicóptero afuera listo para volar – dijo con autosuficiencia el rubio de ojos color esmeralda

- Te importaría pasarme a dejarme en Paris – pregunto el francés

- No lo se – repuso el ingles, en verdad le gustaba esa situación a un que el tiempo apremiaba

- Se que en el fondo tu también lo admiras – gruño Francis secamente

-Vámonos – repuso el ingles sin darle respuesta a la afirmación del francés

Los dos chicos ya se estaban dirigiendo apresuradamente a la salida, cuando la sala se inundo de llamadas telefónicas, lo que ocasiono que se paran en seco, esa debía ser una broma o no

Cinco minutos después, la sala se vaciaba rápidamente, con todos los interesados listos para partir inmediatamente, como era posible que alguien en su sano juicio llegara a tanto, profanar tumbas era un pecado y mas teniendo en cuenta la calidad de los restos profanados, eso les hacia hervir la sangre

- Juro por la Cruz que aquel que haya hecho esa acción lo pagara – gruño el español mientras corría rápidamente hacia su automóvil

Igual yo hermano – repuso el portugués mientras lo seguía, quien había sido capaz de profanar las tumbas de Fernando el Católico y de Enrique el Navegante, que ya no había respeto por hombres tan ilustres

Mientras en la sala

- ¿Por que todos se fueron? – pregunto un completamente indiferente Alfred mientras tomaba una coca cola

- De verdad no te importa nada mas que tu mismo verdad – repuso el canadiense mientras empezaba a salir de la sala, si eso pasaba en Europa significaba que podría pasar en su país o peor a un en el continente, así que sin mas marco a su primer ministro – movilice a la montada al ejercito a la marina es una orden y no aceptare un no por respuesta a por cierto habla Canadá – gruño por el celular mientras colgaba