PROLOGO
"El recuerdo es el perfume del alma, que en el ayer y el amanecer, alimentan el corazón"
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La mañana era cálida y traía consigo la brisa de un otoño más que venidero. Las hojas de los grandes castaños iban y venían en el viento mientras su color otoñal se esparcía por doquier a lo largo y ancho de DC, en donde una mujer, sentada detrás de su escritorio en el instituto Jeffersonian, firmaba documentos, uno tras otro mientras su largo cabello negro le hacía cosquillas en su mejilla y se perdía el danzar de las hojas.
Los suaves golpeteos en la puerta le hicieron alzar la mirada.
-¿Ya?
-Si… ya es hora de que termines hay Cam o llegaremos todos tarde.
-Me falta mucho todavía amor… ¿Qué tal si se adelantan?
-Esa no es la idea…- y con mucha sutileza, las manos de Charles cerraron los documentos esparcidos en su escritorio- la idea es llegar todos juntos, y sobre todo ustedes.
-¿Cómo decirte que no cuando me miras así?
Charles sonríe ante sus palabras casi ronroneadas mientras sus labios atrapan los suyos.
-Venga, salgamos ya o no llegaremos nunca…
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De nuevo, una caravana de autos con ellos dentro avanzaban por la calle. Esta vez, tan solo había dos SUV negras y otras clases de autos. En una de las camionetas negras, Temperance Brennan miraba a trabes de la ventana, con su mirada azul perdida en el horizonte. A su lado, Seeley Booth la miraba con disimulo, o al menos eso creía…
-Tus ojos en el volante Booth, o si no, nos quedaremos nosotros aquí también.
-¿Desde cuando haces bromas?- pregunta con una sonrisa mientras Brennan ríe por lo bajo ante el sarcasmo.
-Puede ser que Park tenga algo que ver…
-Solo no dejas de pensar en él y Hayley con los niños en la casa ¿verdad?
-Ok, lo admito, me pone nerviosa el no saber con qué nos encontraremos cuando regresemos a casa… ¿y si los dejan con la vecina vieja y salen todos de fiesta?
-En primer lugar, son las dos y media de la tarde Bones, ¿Qué adolescentes salen de fiesta a esta hora?-le decía, mientras su sonrisa se mantenía en su lugar ante el recuerdo de los adolescentes de niñeros- Se que los tiempos han cambiado y todo Bren, pero no era así cuando yo salía, ¿y tú?
-Estudiaba, pero eso ya lo sabes.
-Sip… como olvidarlo…
-Pero el caso aquí es que dejamos a cinco adolescentes de diecisiete y dieciséis años de niñeros, ¡y lo peor de todo es que les llamas y ninguno contesta!
-Cariño…- empezó Booth, con cierta elocuencia en su voz- se que hoy es de los pocos días en que has dejado a Cristine sola desde que nació, pero mi amor…- y con un gesto tierno, Booth toma su mano mientras esperan la luz verde- cinco es un gran número de niñeros adolescentes… ¿Qué mas podríamos pedir?
-Muy gracioso Booth.
-Lo se, es de las cosas que más amas de mi.
Brennan rueda sus ojos mientras la risa masculina llena la cabina del auto.
Como amaba su risa.
-E de decir que uno de mis mayores temores es encontrar nuestra casa patas arriba al llegar y no sé, que nos salgan con que Bougatsa a escapado…
-Sigo sin entender el nombre que le diste al perro Bones…- la interrumpió, ante la mención de su mascota- ¿sabes cuantas veces tengo que decir su nombre en el parque para que la gente lo entienda? ¡Miles!
-Es un postre delicioso de la típica cocina griega que….
-Si ya lo sé… que descubriste en tu último viaje a Grecia en la excavación de toda una civilización; y que al ver el cachorro en el refugio, su color te recordó el postre y te lo trajiste... ¡Eso es aun más raro de explicar en el parque!
-¿Vamos a discutir por el nombre del perro otra vez?
-No, ya me resigne…- exclamo Booth, dando vuelta a la derecha; y Brennan se quitaba el cinturón de seguridad al anticipar su llegada mientras el coche disminuía la velocidad- el pobre perro tendrá que vivir con su horroroso nombre y tu con que los niños sean cuidados por adolescentes mi amor.
-¡Su nombre no es feo! Es original y sumamente…
-¡Ya llegamos!
Fueron sus últimas palabras antes de detener el auto, justo detrás de la SUV de Sully y saltar de este antes de que Brennan terminaran de defender al animal.
-Oh... ¡pero que lindo te ves de traje!
Booth se aleja de Brennan con una burletera sonrisa cuando su hermano salio de traje, justo detrás del auto gris que estaciono detrás de él.
-¡Te quedo hermoso Pad!- le comento a su cuñada al lado de él, mientras le estrujaba las mejillas a su hermano.
-Ja, ja, ja… que gracioso Seeley…. Venga Tempe, que pense que habiamos quedado en dejar a los niños en casa.
-Pero tu hermano tiene razón, te ves guapo Jared.
Comento Ángela, mientras ella y Perotta reían a sus anchas ante el disgusto de Jared por ser el centro de atención.
-Atención por favor jardín de niños, vamos avanzando de una buena vez.
Con ello, dejaron a Jared en paz, mientras el vocero de las palabras de marcha, tomaba a Perotta por el brazo.
Cada uno empezó a caminar por entre los epitafios.
Aquel día, el césped del cementerio Arlington estaba cubierto por pequeñas hojas naranja que resaltaban el amarillo ya opaco de unas florerillas sobre las tumbas. El sol resplandecía en todo su furor como es debido del astro rey, mientras cada uno de los amigos guardaba un silencio nada planeado al fijar su mirada en su destino.
Una carpa de un blanco puro y tenue que parecía brillar ante la luz del sol, mientras la figura de una mujer, pequeña y delicada en un vestido negro les animaba a seguir sus pasos.
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Dos mil quinientos cincuenta seis días desde su partida sin siquiera haber podido decirle adiós y cuanto le amaba.
Y con todo y aquel tiempo que consigo traían su millonada de horas, su recuerdo permanecía vivo en su mente y su memoria mientras su corazón se componía día a día.
Su mirada dio paso enfocarse en la gran fotografía que daría la vida por remplazarla por su retratado. Con paso silencioso, Daysi se pone en frente del rostro de su amado. Para siempre inmortalizado en las fotografías que hacían parte de la vida de su pequeño hijo.
Un sonriente Lance Sweets, su Lancelot le sonreía desde el marco.
-Solo Dios sabe cuánto te extraño mi amor…
Susurraron sus labios mientras se sentía atrapada por aquellos ojos de papel.
Ya habían pasado siete años y al fin había conseguido que la tristeza dejara de nublar sus días; y la hora de dormir había dejado de ser una pesadilla. Ya su cama no parecía una trampa que le recordaba su soledad al despertar; los malos sueños habían cesado y ahora se habían convertido en un refugio divino en el que podía reunirse con él de nuevo; ya no despertaba en las noches a, paradójicamente, refugiarse en la cama de su pequeño hijo para encontrar consuelo, ya sus mañanas eran mas cálidas a medida que su hijo crecía y era él con quien se encontraba al despertar.
Wendell. Sin duda el pilar de su vida que con aquella presencia tan familiar le había devuelto las ganas de vivir y el amor por aquel mundo terrenal.
-Se que siempre te lo digo…pero cada día se parece más a ti, aunque muchos digan que tiene mi elocuencia, siempre nos maravilla con su inteligencia… tu inteligencia.
Con aquellas palabras que esperaba el viento las llevara a buen puerto, de sus pequeños labios de asomo una sonrisa.
No solo su hijo le había apoyado en todo aquel tiempo.
Le había costado ver como la culpa no es más que un sentimiento ridículo que tan solo te amarga la vida, y sobre todo, adjudicársela a uno mismo y a terceros es aun más absurdo todavía. La decisión de Lance había sido solo suya y de nadie más, por ella y para ellos. Por el mismo. En un principio la rabia por haberla dejado sola sin la culminación de todos sus sueños le traumaba, el verse sola con un pequeño que preguntaría por él en un futuro y ella no sabría cómo responder le atormentaba. Pero cuando todo parecía tan gris y no veía como recuperarse de ello jamás, sus amigos y ahora y para siempre su familia, habían acudido a ella. Ellos le habían dado la mano y la habían sacado de su tristeza. Se encargaron de su hijo cuando ella no se creía capaz ni de mirarlo a los ojos y explicarle por qué no tendría a su padre en su vida. Y habían sido ellos, los que habían estado con ella cuando al fin pudo empezar a darle un sierre a su pérdida con la repatriación de su cuerpo; ellos le habían sostenido cuando parecía derrumbarse, incluso con el dolor que cada uno sentía, mientras veían desaparecer para siempre su cuerpo en aquel pedazo de suelo consagrado. Sus lagrimas se habían ido una y otra vez en las mangas de sus camisas mientras sus abrazos le reconfortaban tan solo un poco el alma, con la promesa de que todo, algún día ya no dolería y estaría bien…
Y así había sido.
Aquella era la última misa por su alma, pues siete parecía el numero perfecto, según solía decir él; siete los días de la creación, los colores del arco iris y los días de la semana… Cualquiera que fuera su razón, después de siete años al fin podía sobrellevar su perdida y vivir en paz con su recuerdo…
-¿Estás bien?
Una mano había rodeado su cintura con una delicadeza que empezaba a gustarle.
-Lo estoy Bryan, lo estoy.
Bryan era un hombre maravillo.
Salían desde hacía un año, sin ningún compromiso. Había estado hay para ella con un amor y una devoción que ella no lograba entender; incluso en los días que por alguna razón volvía a ella el dolor, Bryan estaba ahí para ella y volvía aun cuando ella segada por la tristeza le echaba. Algunas veces sentía que no lo merecía, y tenía claro que nunca lo amaría como lo hizo con el amor de su vida y padre de su hijo, pero aun así, cada día sentía que su cariño hacia él crecía mientras Wendell le apreciaba cada vez mas.
Muchas veces se pregunto si desde donde estuviera, Lance lo había mandado para ella, para que volviera a intentar ser feliz una vez más y tal vez, a creer en el amor.
Se giro tan solo un poco para toparse con aquellos ojos verdes mientras su labios le daban un sutil y tierno beso.
-Te quiero.
Susurraron esta vez sus labios mientras los brazos del hombre le abrazaban.
-Y yo a ti bonita- dijo, justo antes de depositar un tierno beso en su frente- el padre ya esta listo y todo empezara a la hora acordada. Voy a llamar a Parker para ver como esta todo con Wendell.
-Gracias…
Bryan quería a su pequeños, lo amaba como si fuera suyo y eso, como decía el padrino del niños, "le da puntos y mas días de vida". Rio levemente ante el recuerdo de las palabras de Jared.
Y al mirar la sueva planicie de los alrededores, su mirada se enfoco en el andar de cada uno, que como siempre, durante todo ese tiempo, estaban hay para ella.
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Mi cuerpo se dejo caer tieso y frio en la pequeña silla de plástico blanco. Y lleva hay un buen rato. Mis oídos oyen una tras otras las palabras del sacerdote mientras escucho un forzado "Amen" a mi lado. Al fin, mis piernas se ven agradecidas por la petición del sacerdote para que nos pongamos de pie. Y hay, al nivel de mi estatura queda a mi profunda contemplación su rostro sonriente.
Durante todos estos siete años, y las seis misas anteriores, evite sentarme justamente a donde estoy ahora. Sus ojos que ahora son de papel y que conservaran su brillo único tan solo en nuestra memoria, me miran, bueno, nos miran, desde el marco que nunca saldrá. Había evitado todo aquel tiempo esta mirada artificial tan cercana por la huella que implicaba la última vez que le vi; aquella situación en la que hubiera dado algunos años de mi vida por haberlo sacado de aquella cabina y traerle con nosotros de vuelta, junto a los brazos de Daisy de los que no se debió haber ido nunca. Aquel sentimiento de culpa que sentía, había decidido que hoy se marcharia para siempre.
"No ha sido tu culpa ni la de nadie Booth. Si su último mensaje para mí fue que me dijeran que me amaba, eso quiere decir que desea mi felicidad… lo seré mas si me prometes soltar esa carga invisible que pretendes cargar… por favor."
Justo eso me había dicho Daisy. La misma mujer que ahora, tras siete años había podido lograr al fin estar parada en aquel suelo consagrado sin que ninguno de nosotros le sostuviese. Con el tiempo, había vuelto a reír hasta las lágrimas. Es hermoso verla reír de esa forma y es mejor aun cuando lo hace junto a Wendell.
-Hoy tal vez sea la última misa que ofrecemos a la memoria de Lance Sweets en este suelo consagrado…- empieza el padre, mientras bajo la carpa blanca, el sol escose su superficie- pero eso no implica que en vuestra memoria, de cada uno de ustedes su recuerdo se vaya. Al contrario hijos míos; su recuerdo vivirá por siempre por que ahora se encuentra en el abrazo del señor, del altísimo que guiara con bien a su pequeño hijo e iluminara el camino de sus amados. Que no exista más en sus corazones la tristeza y el llanto en sus ojos. Por hoy y para siempre, regalémosle una sonrisa al amanecer a este esposo, padre, hijo y más un hermano que amigo, que dio su vida en el más noble acto, uno que muchos hombres sobre la tierra no serian capaces de dar. Lance Sweets, que el señor te tenga en su gloria y que brille para ti la luz perpetua por toda la eternidad. Amén.
-Amén…
Decimos al unisonó mientras mis labios se curvan al escuchar su forzada liberación desde los labios de Brennan.
-Bien, si alguien quiere decir algo…
Ínsita el padre. La mayoría nos miramos y hasta logro enganchar mi mirada con la de Max, al final de la hilera de sillitas que está sentado junto a un elegante Jon de traje negro.
-Yo quisiera decir algo.
Las palabras salen casi de improviso de mis labios y por un segundo me encuentro cuestionando la fotografía frente a mí.
Nunca he hablado en la misa, pero ahora una necesidad de hacerlo, de expresar todo al final del camino me lleva a que sienta en mi como la vida llena mis pulmones y mi corazón desacelera ante su al fin liberación de cárcel de sentimientos.
Y las palabras tan solo me fluyen, porque es lo que siento. Lo que e sentido estos siete años.
-Para ser honesto no sabría por dónde empezar. Todavía no puedo creer que ya hayan pasado siete años y que el tiempo se allá ido tan rápido. Sé que Temperance me dice que no es el tiempo el que va más de prisa, que es tan solo nuestra percepción hacia este la que ya no le nota…- creo haber visto una pequeña sonrisa en sus labios; al parecer lo e recordado bien- pero ahora, me despierto cada día y me doy cuenta de que ya todo no es igual… yo sigo siendo el mismo y todos también, pero si miramos más de cerca no es así. Hoy en día me despierto con la mujer que amo y con la sonrisa de mi hija; me encuentro con que ya soy hasta tio y que si hago una abstrasión, metafóricamente ya no somos los mismos. Pasamos por mucho chicos, tal vez seamos los héroes de nuestros hijos pero la verdad es que solo nosotros sabemos cuánto dolió cada perdida y cada golpe, como pusimos nuestros cuerpos al límite, sacando fuerzas de donde no las había con la esperanza de volver a casa… y ahora que estamos aquí, que con cada dia que pasa vemos crecer a nuestros hijos y nos vemos envejecer, es que le doy mil gracias a mi amigo, a mi hermano que como dijo el padre, nos dio un regalo que ninguna otra persona hubiera sido capaz. Cada vez que soplo una velita del pastel de cumpleaños de mi hijita, del de Brennan y el de cada uno de ustedes, se que por él es que estamos aquí. Él es el verdadero héroe de nuestras vidas. Por él, por Lance Sweets, aquel querido dolor de cabeza de preguntas que era en un principio es el que me hace amar la vida cada vez más. Ahora no soy tan solo un agente del FBI y mi Brennan una brillante Antropóloga, no… gracias a él somos lo que siempre deseamos ser y los padres de una hermosa hija, gracias a él, al héroe de nuestras vidas es el que me levanto cada mañana. Gracias hermano, gracias por este regalo que honró cada día con la promesa que te hicimos. Hoy y siempre seré feliz, y todo gracias a ti.
La mano de Brennan estrecha la mía con aquella devoción que ni los años podrían cambiar nunca.
-No podría ser más verdad lo que dijiste mi amor…
Me susurran sus labios, mientras le sonrió.
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-Gracias chicos…- dice Daisy mientras Zack la tiene abrazada- de verdad que siempre es hermoso contar con ustedes.
-Ya te hemos dicho que no hay nada que agradecer- replica Jared a su lado- siempre cuentas con nosotros para todo, nunca lo olvides.
La misa ya había concluido y todos se encontraban reunidos, retomando sus pasos por entre las lapidas.
-Se que lo digo mucho, pero son la única familia que tenemos mi pequeñín y yo.
-Y estamos complacidos por que así no tendremos por que luchar por tu atención.
Toda reían ante la broma de Sully, que aferrado al brazo de Perotta, ríe mientras cada uno deja detrás de ellos una estela de las pequeñas florecillas pisoteadas.
-Hablando de pequeños, he llamado a Parker y no me contestan.
-Es verdad…- se deja oír Russ, que camina junto a una Amy de una ahora larga cabellera negra- he llamado a Hayley y hasta Emma pero sus móviles me dan directo a buzón.
-Se que Booth me dice que es poco probable que dejaran a los niños con alguna vecina y se fueran de fiesta…
-Venga Bren, son como las tres de la tarde, ningún adolecente de este siglo saldría de juerga si el sol está todavía en lo alto. ¡Es antinatural!
-Ya lo sé Ange, es precisamente lo que dice Booth, pero aun asi no dejo de hacerme ideas…. ¿Por qué no coge ninguno el móvil?
-Yo digo que tal vez les pudo el trabajito y están que dan tumbos con los peques.
-Shannon y Dylan son muy responsables y les encantan los niños, no creo que sea eso Cam- responde Jon.
-Todos nuestros adolecentes son responsables, de eso no nos cabe la menor duda.
-Booth tiene razón, esos chicos son unos querubines al lado de todas aquella manzanas podridas que se ven en nuestro pobre sistema de educación que obviamente es culpa de todos esos burócratas que tan solo llenan una silla y así y todo pretendes reclamar cada mes su chequecito sin…
-¡JACK!
-vale vale, me callo pero no me griten todos…
-El caso es que tal vez están entretenidos viendo alguna película…
-Perotta tiene razón, no hay de qué preocuparnos… ¿verdad?
Todos sopesaron las palabras de Brennan, mientras no faltaba alguno que buscara la respuesta en la mirada de otro.
-Cierto, lo único que puede pasar es que, vale no sé, Parker y Hayley dándose uno que otro beso mientras los peques no miran…
-Papá…no.
Exclamo Russ, mientras este, Amy y Booth miraban fulminante a un divertido Max.
-¡Venga que los chicos la deben estar pasando en grande!
-¡Papá!
-¡Max!
-¡Pero si he dicho que todos juntos! ¡Todos juntos!
-No sean bobos, si los chicos son muy responsables, tal vez como lo eran ustedes a su edad.
-Ahora sí que estoy menos tranquilo. Venga Amy, al auto.
-Bren, andando. Les esperamos en casa a todos.
-Es un hecho…- susurro Max cerca de Ángela- mi familia se empeña en unirse a los Booth en todas sus generaciones.
-Booth no seas tonto. Parker y mi sobrina no tendrán relaciones sexuales como tu las tenias a esa edad… ¡ya deja de caminar tan rápido!
-Tengo la esperanza de hacerme el loco y creerme que no has dicho lo que imagino que dijiste.
-No lo has imaginado por que lo he dicho- exclamo Brennan, mientras ella y Booth subían al auto- Russ y tu actúan como unos idiotas al hacernos correr hasta la casa. ¡Tu bien me dijiste que tenias relaciones a los diecisiete!
-Dios.… ¿pero qué cosas dices? Eso no significa nada, mi hijo y yo somos seres diferentes Bones, ¡diferente! y si mal no recuerdo, en aquella conversación también te dije que Parker no haría lo mismo.
-Oh… lo hará quieras o no, tal vez no ahora por qué no se… tal vez se encuentra dándoselas de niñero, cosa que deberían tener presente mi hermano y tu, pero algún día, así como tu y yo, y hasta Cristine tendrá que…
-¡Ah no! ¡Para hay en este preciso instante!- la mano de Brennan se vio de un momento a otro sobre el mostrador del auto, justo en frente de ella mientras el cinturón de seguridad le sujetaba el pecho y el sonoro ruido del pito del auto de Russ detrás de ellos se hacia oír ante su insólito frenazo unos metros antes de la cebra de cruce del semáforo en rojo.
-Eres un dramático… ¿te lo he dicho antes?
-Bones… no hablaremos de eso, mi hija todavía se chupa el dedo y planeo disfrutar esta maravillosa etapa de su vida, justo antes de que lleguen los dolores de cabeza de su adolescencia… ¿pero adivina qué? ¡No me torturaras años antes!
-Vale, tienes razón.
-Gracias.
-Disfrutare de esta conversación dentro de unos años…- el bufido de Booth se escucho por toda la cabina del auto mientras rodaba sus ojos hacia la venta- volviendo al tema, tanto Russ como tu se torturan desde hace diez meses que los chicos empezaron a salir, deberían relajarse.
-Relajarme… ¿sabes cuando me relajare?- pregunto, mientras daba marcha de nuevo al auto- cuando tu dejes de inducir adolecentes a la promiscuidad, en especial si se trata de mi hijo y a su novia, ¡tu sobrina!... y mi hija crezca todos los años que mas pueda creyendo que los niños son asquerosos y este seguro de que ha heredado mi repelente personalidad con cierto tipo de "sujetos"… ¡ahí estaré relajado!
-Hay Booth… algún día tendremos a uno de esos "sujetos" sentado en el sofá de nuestra casa esperando a Cristine, y tu tendras que afrontar quieras o no que ya no es una niña. Tan solo espero que seas un suegro agradable.
-Te prometo solemnemente nunca serlo.
-Ok, no iremos a ningún lado hablando contigo de este tema. Pero solo te diré que está comprobado que los adolecentes que hablan de sexo con sus padres, son los que tienes un rango menor de, como dices tú, "cagarla".
-Gracias mi amor… lo tendré muy en cuenta y mira! "Home, Sweet home"
Canturreo con alegría Booth, mientras parqueaba enfrente de su hermosa casa de dos plantas y jardín con cerca blanca, tan solo primero que todos sus amigos que le seguían de cerca.
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-No puedo creer que las perdieras…
-No las he perdido ¿ok?
-Venga Park, haz memoria ¿quieres?
-Ya te lo he dicho Dylan, ¡Así como lo hice a tu copia!
-Si lo sé, Shannon me dijo que la última vez que las viste estaban peinando a las muñecas en la sala… ¿así que que haces aquí sentado?
Sus ojos marrones rodaron molestos en sus cuencas.
Parker Booth, sentado en medio de la habitación de su hermana menor, desdobla las piernas de su sentado monje, tan solo para girar con desde su cabeza hacia la gemela de ojos grisáceos y brillantes de vestido azul.
-Cristine se parece más a Bren de lo que a mi padre le gustaría, ya te he dicho mil veces que…
-Ya lo sé, que es una niña muy lista para sus cinco años.
-Gracias. Así que estoy seguro que como muchas veces, tan solo algo ha llamado su atención y está en alguna parte de la casa.
-¿Y qué hay de Lily? Ella tan solo tiene dos añitos Parker y no creo que…
-Es ahí donde salen los genes de mi papa Dylan…- con un suspiro, Parker se pone de pie, ayudando a sí mismo a Dylan- Cristine tiene ese sentido de la responsabilidad y protección que dan miedo. La última vez que les deje en el sofá, le dije que cuidara de Lily mientras iba a la tienda por algunas cosas que quedaron faltando para la comida en el jardín de hoy; así que se que a donde sea que allá ido ella, se ha llevado consigo a Lily.
-Vale. Pero aun sigo sin entender por qué estas sentado en medio de su cuarto y no hemos enloquecido.
- Trato de pensar, aquí, en su espacio, donde podría estar. Y por esto es que no hay que enloquecer.
Dylan mira con atención el pequeño aparato que Parker pone en sus manos.
-¿Qué es esto?
-Ya te dije, mi hermanita es simplemente rara de una forma nada perturbante…- la chica le mira con más atención, mientras él se ata sus zapatos, elevándolos a la altura de la pata de la cama de dosel rosa- cuando te digo que se parece a Bren, ¡no miento! Un día mi papá casi llama a todo el FBI porque ella, como esta vez, se escabullo de la casa simplemente porque estaba siguiendo a una mariposa que no había visto en su libro de lepidópteros y pretendía ir hasta la biblioteca a saber que especie era cuando esta se le perdió. Justamente once bloques de distancia de aquí.
-Dios… por favor no me digas que tendremos que salir corriendo once cuadras por ellas.
-No…- le responde, mientras su sonrisa hacia un lado, justamente igual a la de su padre que había dejado ya años atrás su apariencia infantil, se curvaba ante el aparente espanto de la gemela- lo que tienes es un dispositivo que mi papa y Bren pusieron en todos sus zapatos sin que ella se diera cuenta. Es como esas correas que ponen en los tobillos de los que tienen casa por cárcel, suena si te sales de un perímetro establecido. El de ella lo diseño el tío Jack.
-¿así que esta cosa no ha sonado?
-No, eso quiere decir que están dentro de la casa o en alguna parte del jardín.
-Emma lo registro mil veces mientras Shannon hacia lo mismo en el ático y Hayley en el sótano. Park, no están en ningún lado y estoy empezando a pensar que lo mejor sería llamar a Sully y tu padre…
-De eso nada Dy, cada uno es capaz de meternos una bala en la cabeza donde sepan que no tenemos idea donde están sus hijas…
-¡Pero es la verdad, no sabemos dónde rayos están!
-¡Buuuu!
-¡Buuuu!
La carcajada de las dos niñas eran en grande al ver que habían logrado espantar a sus dos niñeros.
-¿pero cómo estaban ahí si he revisado el closet?- exclamo Parker, contagiado por la risa de su hermanita que ahora tenía en brazos- ¿Cómo es que no las he visto?
-¡Casita! ¡Casita!- canturreo Lily, dando brinquitos mientras sus dos colas de caballo anudadas a cada lado de su cabeza daban brincos con ella.
-¿Cuál casita?- le pregunto Dylan, cargando a la pequeña de dos años.
-Subimos por los vestiditos de las muñecas y me pareció lindo hacer una casita hay.
Con las dos niñas en brazos, los dos adolecentes echaron un vistazo. Una sabana negra serbia de pared, camuflándose muy bien en el closet mientras el final de toda la hilera de ropa de Cristine serbia de techo.
-Las llamamos como locos… ¿Qué te ha dicho papa de contestar cuando se te llama a niña?
-Lo sé Park, pero Lily empezó a hacer "shhh" "shhh"- decía la niña de ojos azulados a su hermano mientras dejaba escapar el sonidito detrás del dedo que tenia sobre sus labios rojos- creí que quería jugar a las escondidas.
-¡Estondidas!
Los tres rieron encantados mientras la pequeña de pelo rubio, justo como su madre repetía una y otra vez la palabra aprendida tan tiernamente.
-Sabíamos que esa risa solo podía ser de Lily…
Los dos se giraron con las niñas en brazos cuando el resto de las adolecentes apareció en el umbral de la puerta. Pero tan solo era la niña de pelo negro corto y de overol azulado la que captaba la atención de los ojos de Parker.
-Ven aquí pequeño angelito…- decía Shannon, la gemela de un hermoso vestido verde- ¿Dónde andabas princesa?
-¡Estondidas! ¡Estondidas!
-No habla bien pero quiere decir escondidas.
-Gracias Cristine.
-Me alegra que las encontraran…- exclamo Emma, mientras pasaba rápidamente por el lado de su hermana mayor Hayley que ya estaba al lado de Parker, para poder hacerle morrones a la niña pequeña.
-Deberías ir por los demas y despegarlos de una buena vez de ese videojuego.
-Tienes razón…- respondió Parker a su novia, dejando al fin en el suelo a Cristine- ¿vienes conmigo?
-Claro.
-Venga chicos, esa excusita esta pero mandada a recoger.
-Shannon tiene razón… tan solo no se pierdan entre los pasillos que ya me canse de buscar a dos críos. No quiero empezar con ustedes también.
-El día en que las dos dejen sus bromitas, no se imaginan lo feliz que seré.
Mientras partían cogidos de las manos, dejaron atrás del cuarto rosa de su hermanita una estela de pequeñas risas.
-¿Por qué se quedarían entre los pasillos Emma?- pregunto Cristine, con esa mirada que tan solo le hizo recordar a su tía.
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-¡Pero es que si este cuarto está más divertido!
Al llegar, la exclamación de Parker soltó la risa entre todos los niños y la única niña, Joy, que estaban todos sobre la cama de Parker.
-A ver a ver…- empezó a hablar Parker, mientras se hacia espacio entre Sam y Dilip, el primero que se puso de pie rápidamente para ir junto a Hayley, dejándole así lugar a Wendell mientras Joy se colgaba detrás de su cuello aprovechando que estaban todos sentados en la cama, con su vista en frente al televisor.
-Cierra los ojos Hayley, y extiende la mano.
-La última vez que hice eso Sam, termine con una asquerosa lombriz en mi mano. ¿Qué será esta vez?
-Papa tiene toda clase de insectos geniales en el lab, y a mi ninguno me da miedo.
-Lo sé, eres valiente Sam, pero a mí no me agradan los insectos como a ti.
-No te preocupes, este no está vivo.
-Aclaro. No me agradan ni los insectos vivos o muertos.
-Hay…- exclamo el niño, dándole vuelta a sus grandes ojos azules mientras la sonrisa picara y divertida de Ángela se veía en sus labios- es un insecto de gomita Hayley, un ejemplar de cucaracha nativa americana que quería que vieras…- dijo el niño como si fuera la cosa más lógica del mundo, extendiéndole el juguete a su vista- papa dice que no puedo tomar una de verdad porque mami dijo que no, así que me regalo esta y quería ver que tan real era… si te espantabas, quiere decir que es una cucarachita de mentiras muy buena.
-Le dije que te espantarías…- respondió Joy sin quitar la mirada de la carrera de los dos carros del videojuego, aun prendida del cuello de Parker- es mi hermana y a mí me ha espantado así que a ella también Sami.
-Joy tiene razón, ¡tu cucarachita esta de muerte!
-¡Sí!- exclamo el niño, guardándola de nuevo en su bolsillo y corriendo sobre la cama, mirando de igual forma la pantalla de la tele por encima de los hombros de Parker, que movía exageradamente los brazos con el control de la consola en sus manos.
Hayley habría jurado ver otras patitas de goma salir de su bolsillo trasero
-¡Y aquí viene dama y niños el poderoso auto azul en representación de los niñeros que si gana, aplastando al lento carro rojo de Wendell, todos estos niños tendrán que ayudar a lavar los platos de la merienda!
-¡Nooo!
-¡Vamos Wendell!- grito Dilip
-¡…vamos ganando Hayley, así que aquí te presento los que lavaran! ¡Y a llegado mi barra señoras y señores, con el baboso de Bougatsa!- exclamo Parker, mas que divertido ante el bullicio de los niños, mientras el resto de las chicas entraba al cuarto, con el enorme perro detrás de ellas, atraído por el ruido de los niños.
-¡No! ¡Bogy está de nuestro lado!
-¿Qué pasa?- le pregunto Emma a su hermana.
-Parker ha apostado con los niños una carrera en los autos, y el que pierda lava toda esa pila de platos que quedaron en el fregadero después de la merienda.
-¡Vamos Park! ¡Estamos contigo! ¡Los pequeños a lavar!- grito divertida Shannon con Lily todavía en brazos.
-¡No! ¡Somos niños y no podemos lavar! ¡Ni alcanzamos!
-¡De eso nada, en mi casa hay muchos taburetes para todos estos pequeños perdedores!
-No, no… ¡Me tienes que pasar primero!- grito Wendell que ya se había puesto de pie- ¡los niños vamos a ganar!
-¡Sí!- gritaron todos al unisonó, al cual ya se había unido Cristine.
-¡Jo! ¡Jo! ¡Pero si ya te veo! No es más que acelere un poco….
-¡Va a pasar a Wen!- grito desesperado Dilip, enganchado con la carrera así como lo estaban todos en el cuarto.
-¡No quiero lavar platos! ¡Es crueldad infantil! - exclamo trágicamente Sam mientras reía, con una cara tal, que hizo reí a los adolecentes.
-¡Yo conozco el punto débil de mi hermano!
-A no… sin trampas Cristine.
-Hacerte reis no es trampa…- dijo la niña, mientras todos los niños a acepción de Wendell le miraban intrigados, viendo en ella la respuesta para evadir su "terrorífico final"- ¡Cosquillas! ¡Háganle cosquillas!
Lo siguiente que vio Parker, fue el techo de su cuarto mientras todos, Cristine, Joy, Sam y Dilip, le tenían con su espalda en el colchón y todos encima de él, con su risa aturdiéndole y las lagrimas en sus ojos.
-¡Sí! ¡Ganamos!- exclamo Wendell, que al instante fue coreado por el resto de los niños, dejando así en paz a un sonriente Parker, tirado sobre su desordenada cama.
-Que manada de trampositos…
Pero mientras todos reian, el ruido del timbre les cayó a todos.
-¡Mami! ¡Papi!
Dijo Lily, quien se removió en brazos de Shannon.
-¡Es verdad! ¡Ya llegaron! ¡Ya están aquí!- exclamo Wendell, mirando a través de la ventana de Parker que daba a hacia la calle, viendo en esta como todos se bajaban.
-¡Cuidado al bajar!- grito Shannon, yendo detrás de los niños que se escuchaban como un pequeño ejército en las escaleras.
-Vaya… esto sí que es agotador- dejo salir Dylan, sentándose en el suelo de donde ya estaba Parker.
-Es verdad, pensé que no sobreviviríamos.
-Ya, yo tampoco. Pero ahora lo único que quiero es comer lo que planean hacer y dormir lo que quede el resto del día…- dijo Emma, poniéndose de pie y saliendo del cuarto.
-Tu hermana tiene razón, será mejor que bajemos…- dijo Dylan, poniéndose perezosamente de pie mientras ya empezaba a escuchar las gruesas voces de los mayores- y ustedes dos… bueno, será mejor que tu papa no los encuentre aquí a los dos..- dijo divertida, mirando la desordenada cama que dejaban atrás- solo digo…- exclamo, saliendo del cuarto entre risas al acordarse como había reaccionado Russ sobre la relación que tenía su "pequeña" de tan solo diecisiete años.
-Te lo digo en serio amor…- decía Parker, posando un tierno beso en los labios de su novia y pasando su brazo por encima de sus hombros, camino a la puerta- el día que estas dos dejen de hacer sus comentarios, mi existencia será más grata.
. . . . . . .
-¡Mami!
-Ven acá mi muñeca, no sabes cómo te extrañamos tesoro.
Para Sullivan, la sonrisa que se formaba en los labios de su esposa al ver a su pequeña hija, junto con ella era lo más hermoso que podía ver en todo el día.
-¿Y cómo les fue?- pregunto elocuente Sully, arreglando la coleta derecha de Lily- ya hice el inventario de todos los niños y los entregan completos.
-Tal cual como nos los dejaron; no, hablando en serio no fue difícil, nos divertimos mucho con ellos- exclamo Shannon.
A su alrededor, por todo el jardín se encontraban cada uno de los padres con sus hijos, siento Charles y Cam los únicos que hablaran entre ellos mientras escuchaban la historia de Wendell de cómo había vencido a Parker mientras Daisy, Bryan y Zack le miraban atentamente.
-¡A ver todos, cerrar el pico!- se dejo oir Booth, que ya tenía en sus brazos a Cristine- Brennan, Bougatsa , si serian tan amables…- agrego, ya que Brennan no dejaba de hacerle cariños al perro que estaba encantado de verla, aun cuando todos ya estaban en silencio.
-Perdon….
-En tan caso, vamos a organizarnos todos. Jared, Jon, zack, Jack y Sully traerán las mesas y sillas, mientras los chicos ayudan a traer la comida y los utensilios a Bones, Ángela, Cam y tu Perotta, no te me escondas.
-Que repartición mas machista Booth…
-No es machista cielo, tan solo no quiero que ninguna de ustedes se lastime las manos trayendo las cosas del jardín…
-Bueno, lo haces sonar de una forma que implica que…
-A los anfitriones se les solicita una moción de orden por favor…- interrumpió elocuente Jack- luego hablan del machismo todo lo que quieran después de que todos pongamos algo de comida en nuestros famélicos estómagos.
-¿Qué es famélico mami?- pregunto Dilip en los brazos de Padmet.
-Eso quiere decir que el tío Jack está muy hambriento cariño, al igual que todos- respondió, dejando que escucharan en especial la ultima parte.
-Vale, ya saben que hacer así que manos a la obra- dijo Booth, dejando a Cristine con el resto de los niños a cargo de Padmet, que fueron todos dentro de la casa a ayudar a traer los cubiertos.
-¿Te amo sabes?- le dijo de súbito Booth, sosteniendo su brazo antes de que entrara a la casa.
-Si…
-Y siempre lo haré, así le pongas nombres raros a nuestras mascotas y critiques las cosas que digo…
-No era una crítica, tan solo…
-Te amo.- interrumpió su explicación con un dulce beso en los labios.
Minutos después, todos se encontraban sentados a la mesa. En aquella hora, el sol había bajado su intensidad y dejaba disfrutar de una buena comida. La risa de los niños acompañada del cantar de las aves, les hacía ver a cada uno que su futuro era más brillante que nunca. En algún punto de la comida, alguno de los padres miro al niño o la niña que estaba junto a ellos y le sonreía, con aquella curvatura de labios que lograba alegrar cada vez más sus días y traía consigo la esperanza de uno mucho mejor.
Alrededor de la mesa, se encontraba una familia muy singular, de diferentes madres pero todos hermanos. Siempre fueron unidos, pero es bien sabido que en la adversidad, es cuando se reconoce al amigo y se ama al hermano. Pero en ocasiones, se encuentra ambas y se es capaz de mirar a los ojos del otro y saber que nunca se irán. Que para siempre y por siempre, sin importar las tretas del destino, se cuenta con el beso del amado y la mano del hermano.
-¿En qué piensas papi?
Las palabras de Dilip llegaron a sus oídos como si danzaran, sacándolo de la profundidad de sus pensamientos donde no dejaba de dar gracias por lo que veía y de lo cual era parte. La voz de su paladín, de su protector, le hizo sonreí.
-Pienso en que nada podría estar mejor… ¿y sabes por qué hijo?- Dilip mueve su cabeza de un lado al otro- porque miro en tus ojos, en los de tu madre y en los de todos, y siento que he cumplido la promesa.
-¿La que le hiciste a tu amigo?
-Si…- su mirada viaja rápidamente por todos en la mesa, regresando a los ojos de su hijo donde, por extraño que parezca, le recuerdan tanto a cierto centinela-… todos lo hicimos Lance, todos lo hicimos.
FIN
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Creo que la palabra más cercana que expresaría cortamente todo lo que siento es un gran e infinito gracias.
Si, gracias a todos y cada uno de ustedes que se tomaron un tiempo para leer mis ocurrencias que por más barbarás y bonitas que puedan ser, son escritas con el corazón. Un inmenso abrazo a todos aquellos que se pusieron detrás de la pc desde hace un año que empecé a escribirlo; y a todos los que se pasaron así fuera una sola vez, en algún momento me pusiste una sonrisa en la cara con tus palabras, así como todos.
De verdad que espero que les haya gustado. Espero que a la culminación de este y los otros fics, no sea una despedida de este maravilloso sitio.
Desde Colombia, mis más sinceras palabras de agradecimiento. Que viva Bones, sus maravillosos actores y creadores, y por supuesto, paz y alegría a todos los que leen estas palabras y las leyeron por 51 capítulos desde hace un año.
Con cariño…
EBBY.
Gracias a:
Detective Emily Lockhart (comentarios por siempre en mi corazón), Andie Booth, CookiesChocolateCandy, Camy Brennan, Daniela, Hermione Hathaway, ErinBones, GimeFanBones, AnSaMo, magreylorena, Lorena93, B-BSILENTSURRENDER, Lau Bones, bybtyty, Kriistii-G29, Margarita1733, Casi Bennet, cecy-bones, , Lu89, Valuh Rawr, Crazyaboutnayarivera, Janie Volturi, valiitho-huesiitos, LilythWH, Atenea84, patiko, Kakca Snape, Loka-Bones, Rianne Black, brennangirl, JessicaHofmann, briis, gabiibyb, Tami762, serenasexylady, nataly21, sary, lupis, bonesfds, Jenni, RosarioBoothBrennan, Camila, Sara, ku, clara, saharaes, phoebe22, Karina, laura, pimar, XxDemilyLovexX.