Disclaimer: Casi ninguno de los personajes nos pertenecen. Son de SM a excepción de Edwina, a la cual le hacemos la operación jarocha cada noche para nuestra satisfacción personal. Si la hurtas te saldrán granos en el culo. La historia si es nuestra.


Edwina Cullen

By

Chiliwilas

(Dulce & White)

Summary: Iba a restarle importancia y decir que era sólo una compañera, sin embargo,la telaraña había llegado a un punto sonrisa maliciosa se plasmó en mi rostro y dando la espalda a Charlie,respondí:—¡Oh sí,papá!Edwina es mi mejor amiga.


Un gemido lleno de excitación se escapó de mí al sentir cómo su mano acariciaba avariciosa mi muslo y su lengua exploraba mi boca a placer.

Mis manos estaban debajo de su playera acariciando su estómago y espalda musculosa sin pudor, sus labios se movieron a mi cuello donde lamió y succionó con la clara intención de dejarme una marca.

—Edward, no —me quejé, sin mucha convicción.

—¿Por qué no? —preguntó juguetón subiendo su mano por mi estómago hasta llegar a mi pecho donde lo tomó con posesión—. Eres mía, ¿qué tiene de malo que el mundo lo sepa?

La alarma de su celular respondió por mí. Él bufó frustrado y escondió su cabeza en el hueco de mi cuello.

—Ahm... ¿Edward? —llamé luego de unos segundos en los que no se movió de su lugar sobre mí en el sofá de mi casa—, la alarma —continué soltando una risita al ver que no se movía.

Como de costumbre gimoteó como un niño y se levantó refunfuñando lo injusto de la vida, haciéndome reír más.

—A mí, no me parece gracioso —resongó, arreglando su ropa, se veía absolutamente sexy, con el cabello más desordenado de lo normal por mis manos traviesas, la ropa fuera de lugar y los labios y mejillas sonrosadas por nuestra acalorada sesión de besos.

—Eres un jodido metro sexual, Cullen —exclamé en voz alta, más como acusación que un cumplido, fue su turno de sonreír, de esa puta manera sensual ladeada.

Iba a responderme, sin embargo el sonido de las llantas de un coche en la grava de la entrada se lo impidió, nos congelamos en el acto, ambos con el pánico reflejado en el rostro. Sentí el portazo típico cuando él bajaba del carro. Cuando sentí la puerta de la entrada y el característico: "¿Bells, eres tú?"

—¡Oh mierda! ¡Oh santa jodida mierda! —Jadeé horrorizada.

Edward reaccionó primero que yo, y se escondió detrás de las cortinas, entonces me descongelé, ¿qué clase de idiota era?

—¡Se ven tus pies grandísimo subnormal!

Lo oí maldecir y luego salió de su precario escondite, los pasos firmes estaban cada vez más cerca, entonces, la desesperación pudo conmigo. Abrí la ventana que daba al jardín lateral y lo empujé hacía ella. Pareció entender y con un suspiro resignado se lanzó por ella, lo oí decir algo como "Haces todo esto porque la amas, recuérdalo".

—Claro que me amas, tonto, no te atrevas a dudarlo —lo regañé en voz baja.

—¿Qué haces, Bells? —oí una grave y confundida voz detrás de mí, cerré la ventana de golpe y oí un quejido de dolor contenido, tuve que ignorarlo y concentrarme en el hombre frente a mí.

—Nada, nada —farfullé—,estaba algo ahogada, así que abrí un momento la ventana —me excusé de manera patética y nerviosa. Él frunció el ceño, sin creerme por supuesto, vivíamos juntos desde hacía tres años y jamás logré engañarlo.

Se acercó a la ventana rápidamente y la abrió de golpe llevando su mano al arma que traía en el cinto. Inspeccionó y pareció satisfecho antes de girarse y encararme de nuevo. Le ofrecí una sonrisa nerviosa, y él comenzó a mirar en la estancia.

Se acercó al sofá y vio una mochila tirada junto a él... Una mochila que obviamente no era mía.

¡Oh santa jodida madre de la mierda!

—¡¿Qué. Demonios. Significa. Esto. Isabella? —masticó cada palabra molesto, tomando el objeto que me inculpaba, mientras metía la mano dentro y sacaba algunos cuadernos. Me paralicé del miedo, esto no podía estar pasando.

Habíamos sido increíblemente cuidadosos, conocí a Edward hacía unos meses, y prácticamente fue amor a primera vista, todo fue maravilloso, excepto por un detalle. El hombre furioso frente a mí, el más celoso, posesivo y cavernícola.

Mi padre.

Charlie Swan, el impulsivo y sobreprotector jefe de policía local, que no me permitía tener citas hasta los cuarenta, y aquello iba en serio, el día que intenté hablarle de Edward de manera hipotética se ahogó con su saliva y corrió a coger su arma dispuesto a buscar casa por casa al hormonal mocoso que había osado posar sus ojos y quizá algo más sobre su inocente y virginal hija.

Tuve que mentir y calmar a la fiera casi cantando, con eso de que la música es un sedante, literalmente lo detuve cantando. Hice el ridículo de tal forma que su ataque de ira fue reemplazado por uno de risa y pensó que era el día de los inocentes.

Desde entonces Edward y yo nos hemos ocultado de él y su ojo que lo ve todo, ósea el entrometido Aurelio Peps, su mano derecha en la comisaria quien tiene la no tan secreta esperanza de que Charlie le conceda mi mano algún día. Vale destacar que es igual de cavernícola que mi padre.

Ésa es la razón por la que estaba tan asustada, mi padre mataría al dueño de aquella mochila sin preguntar, una vez hizo pasar una noche en el calabozo a Erick Yorkie por ofrecerse a ser mi tutor de trigonometría.

—Papá... —susurré con voz ahogada por la angustia, amaba a mi padre, pero amaba también a Edward, tal vez sólo tenía diecisiete años y él fuese mi primer novio, pero sabía que él era mi vida y si tenía que enfrentar al jefe Sawn, lo haría.

—¿Edwina Cullen? —Pronunció más como una pregunta leyendo algo en uno de los cuadernos.

—¿Uh?

—Estuviste estudiando con una amiga. ¿Por qué no me lo dijiste antes? —volvió a hablar tendiéndome la mochila y el cuaderno con el ceño relajado, parecía como si le hubiesen quitado un peso de encima. Leí la misma página que él estaba viendo antes y pude ver la parte interior de la tapa.

Edward Cullen

Para mí estaba muy claro, ya que yo lo había escrito, sin embargo lo torpe de mi caligrafía dejaba bastante a la imaginación. Mi mente se despertó en ese momento y con una agilidad mental desconocida hasta ese momento comencé a tejer una enredada telaraña de mentiras que me sacara del apuro.

—No me lo preguntaste, papá —Respondí tratando de sonar inocente, Charlie estaba demasiado aliviado para notarlo.

—Cullen, ¿Eh? —Dijo de manera distraída caminando hacía la cocina—. ¿Son nuevos por aquí?

—Sí, llegaron hace unos meses —Respondí sinceramente.

—No había oído de ellos. ¿Qué hacen sus padres? —Preguntó curioso, el jefe se creía omnipresente, siempre debía saberlo todo.

—Su papá es piloto comercial, viaja mucho, vive con su hermano Emmett —Continué dejándome llevar.

—¡¿Hermano? —Preguntó alterado. Mierda ya la había cagado.

—Hermano mayor, no lo conozco —Respondí encogiéndome de hombros, esta vez mintiendo, me volteé para dejar la mochila de Edward lo más lejos posible de Charlie en la cocina.

—Ah... —Suspiró, sentándose en la mesa, mientras yo calentaba la cena—. ¿Son muy amigas? Porque si lo son yo preferiría que vinieran aquí, dos muchachas decentes no deben andar en la calle y tampoco sería bueno que estuviesen solas con ese hermano —Farfulló.

Iba a restarle importancia y decir que era sólo una compañera, sin embargo la telaraña había llegado a un punto interesante. Una sonrisa maliciosa se plasmó en mi rostro, y, dando la espalda a Charlie, respondí.

—¡Oh sí papá! Edwina es mi mejor amiga.


Cof Cof, tengo miedo de estar aquí, sacando historias nuevas y sin actualizar. Bueno, Mili, diles algo, salúdalas o yo qué se, sólo cálmalas.

*Mili sonrie como si hubiese almorzado chiliwil africano* no haz actualizado, mala mujer, lo que es yo no tengo dramas con mi karmaa(8)

Esta bien, entonces alabemos a Mili por ser la perra más responsable del mundo (lo que pasa es que su única obligación es cuidar a su siete gatos y picarse cualquier orificio que se encuentre en su cuerpo, por eso actualiza como chinche, en cambio yo, tengo que cuidar siete chamacos). Sí, Mili, tú eres una gran mujer...

Grande, grande, como tus pompas super estrenadas, no te arrodilles Jean, esta bien que me alabes de pie, chicas ustedes que saben el placer que hay en picarse la nariz entenderan el sacrificio que es dejarlo para actualizar... Pero estamos aqui por una idea muuy extraña, pero a riesgo de sonar engreida, ¡Esta mega cool!

No me refería a tu nariz, aunque si no es la nariz, el otro orificio implica un mayor sacrificio. En fin...ya que Mili toca el tema, sí, traemos algo loco como empezaron a leer. Talvez algunas logren adivinarlo...pero creo que jamás he leído algo así. La escribimos en conjunto porque no hay nada que no hagamos así. Creo que su pudiéramos, iríamos al baño juntas también...sólo que es un poco desagradable y apestoso.

ire a hacer pis, sigue cn esto jijiji q emocion!

¡Yaay! podemos ser algo lentas, medio brutas y pervertidas, pero prometemos frescura y originalidad, esperamos que les guste y nos digan que les parece si no nos dicen, no importa sólo las vamos a perseguir por cada rincon del planeta hasta encontrarlas y hacerles una maldición chiliwilesca para volverlas alergicas a los chiliwiles ! Así que no se sientasn presionadas

y ya que Jean se fue a orinar, yo improviso... =/

Limón, Limón, Mili Limón, si quieres un chiliwil canta con ella esta canción

Jena, Jena, Jean berenjena, si quieres ser genial debes bailar al ritmo de la berenjena(8)

Recemos por que mili jamás se dedique a cantar. que el Señor padre nos libre de su voz. Las amo a todas y espero les guste mucho. un besote y bienvenidas a nuestra enferma cabeza.

¬¬ lo que ella dijo sin la parte donde pide porque me callé, embesila!

se dice imbesil, recuerda que no todas siguen LA INTELIGENCIA de tu dotada cabeza.

embesila es imbesil + mil tonta, una palabra creada solo para ti, y no grites, no seas irrespetuosa con las shuikas.

las alas que nos llevan a volar no se encuentran en nuestras espaldas, sino en el redondo culo de eddie que nos inspira dia tras dia.

Cambio y fuera.