Título: Sola nunca estarás
Ranking: K+
Advertencias: Posible OoC/ ¿RenKyo? /
Disclaimer: Todos los derechos de creación de Skip Beat! son de la maravillosa Nakamura-sensei quien pretende tardarse unos cinco años más antes de un verdadero beso -.-U
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Sola nunca estarás
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El grito del director de escena dio fin al ajetreado día de trabajo.
La escena había finalizado y con ello todos los asuntos pendientes del día en curso finalmente estaban en orden. Sin embargo, aún era temprano. Apenas las seis de la tarde y era extraño el que los demás trabajos agendados fueran "misteriosamente" cancelados por un error de Yashiro-san, su acostumbrado ritmo de trabajo fue detenido abruptamente, y eso en verdad le molestaba.
Y cosa más, la sorpresiva presencia de esa joven de cabello color naranja a su lado.
No era algo que le incomodara, al contrario, se sentía morbosamente fascinado de por tenerla tan apegada a él, pero no era común que a esa hora ella estuviera disponible. Y, considerando su rostro contraído por la molestia y aquella extraña aura que emitía era de esperarse que a ella le afectara demasiado el hecho de estar en ese lugar. Probablemente a la fuerza. —Mogami-san…—Llamó con calma, con más curiosidad que otro motivo. — ¿Qué haces en este lugar? —Preguntó el hombre, sentado a su derecha, aún si no planeaba la noche libre quería aprovechar el descanso y verla a ella en tal estado… Era obvio que no lo estaba disfrutando.
OoOoOoO
Mientras viajaba en su auto observaba el paisaje armonioso de la noche, era poco común el hecho de que, a esas horas, estuviera ya listo para marchar a su casa. La calma que le invadía por fuera era tan falsa como sus acostumbradas sonrisas, por dentro era todo un mar de confusiones y engaños para sí mismo. Él, quien decía conocerse mejor que nadie, no comprendía el por qué de sus acciones.
Un suspiro atrapado en su garganta escapó al recordar la escena pasada con "su prospecto amoroso", como le decía Yashiro-san a la menor. Seguía sin entenderlo del todo, ya que esa muchacha tan caprichosa, apenas era una niña, la edad tortuosa de toda adolescente rebelde, pero… De algún modo le encantaba esa actitud tan infantil de su parte.
Se supone que era un adulto, los adultos no seducen a jóvenes adolescentes.
Miró por el espejo retrovisor a la joven que miraba por la ventana tan persistentemente como él, quizás buscara algo. El ángulo de su rostro le permitió mirarn un poco más; se concentró en lo hermoso de sus facciones pálidas, el color tan hipnotizante de sus ojos, eran dorados, con un brillo sin igual. Y sin embargo, parecía demasiado incómoda. — ¿Podrías decirme porque estabas tan molesta esta mañana Mogami-san?
—No es nada que deba decirle a Tsuruga-san…—Respondió. Suspiró pesadamente y la poca atención que le había prestado fue pérdida y enfocada de nuevo en las estrellas del alto cielo que empezaba a ser nocturno.
— ¿Algo que no debes decirme? —Espetó, tratando de mantener a raya la burla en su voz. — ¿Qué es Mogami-san? —Preguntó curioso, era de extrañarse ese repentino cambio de humor en la joven. Era común que se fuera a los extremos con sus emociones, del odio a la paz, de la amabilidad a la descortesía, pero aún para ella este silencio mortal era demasiado. Ella seguía sin decir media palabra— ¿Acaso no vas a responderme?
—Tsuruga-san, por favor no insista…
—Quiero que sepas que no estás sola, yo estoy aquí para cuando lo necesites…—Le brindó una sincera sonrisa que desconcertó a la joven e inmediatamente se volteó a ver de nuevo por la ventana, reparando por primera vez en el hecho de que apenas prestaba atención al camino.
La chica se removió de forma rara contra el vidrio, quizás acallando su sarta de maldiciones. No era común esas palabras tan sinceras de él, pero cada vez que las decía a Kyouko le tomaban por sorpresa… ¿Qué tenía ese hombre para ponerla tan nerviosa?
Y lo mismo se preguntaba Ren, ¿Qué era lo que esa niña le había dado para enloquecerlo así? Sin querer esas palabras se habían escapado de sus labios en un susurro, cuando debieron haber sido un pensamiento para si mismo.
El tiempo siguió y llegaron al destino deseado, el lugar más cercano a la posada de Darumaya, ya que ella no quiso que llegaran hasta ese lugar. Un suspiro pesado por parte de Ren fue lo único audible en el coche del auto. No hubo despedida, ni un agradecimiento, simplemente la joven se bajó del coche sin voltear a verlo y se fue a toda prisa.
No vio lágrimas en sus ojos cuando la examinó por si encontraba alguna huella de tristeza, tampoco vio cambiar la expresión melancólica y perdida de su rostro. Solo la vio partir, tal como subió, así se bajó dejando al hombre sumamente preocupado. — ¿Qué te ocurre Kyouko-chan? —Se preguntó en voz alta mientras la llamaba por su nombre, ese nombre que solo pronunciaba para sí cuando estaba a solas…
No tenía caso darles más vueltas al asunto, ella no le contaría nada y entre ambos no existía la suficiente confianza para preguntárselo e insistirle de más.
Arrancó su coche y avanzó hasta perder de vista el sitio.
OoOoOoO
En cuanto Kyouko bajó del coche corrió a toda pisa en dirección opuesta a Darumaya. La verdad es que tenía deseos de desahogarse, pero no podía hacerlo con él. Seguro que Tsuruga-san lo tomaría como algo común de una chiquilla como ella, seguro se burlaría después de que hablaran y ella se sentiría de nuevo engañada por un hombre. Pero la necesidad de gritar lo que le sucedía estaba creciendo cada vez más y más.
Llegó hasta un pequeño parque donde había un enorme árbol de cerezos en el centro y se sentó en sus raíces. No tenía ganas de llorar, no tenía la menor intención de lamentarse a sí misma, pero necesitaba estar sola.
Sola para ordenar sus ideas.
La luz de la Luna empezaba a rodear su silueta y se dejó envolver con las suaves caricias emitidas de ésta. Las corrientes del aire empezaron a bailar al son de la Luna y el frío se dejó sentir. —Soy una tonta por no haber traído ni siquiera un suéter para el frío…
—Puedes ponerte esto…
Esa voz tan extrañamente calida, tan familiar, varonil, solo podía ser una persona.
Todo su cuerpo femenino se puso en tensión. Los músculos se agarrotaron y solo pudo asentir con un leve movimiento de cabeza ante la acción de su superior. Sintió el correr del abrigo por sus hombros y el calor que se desprendía de este mismo, el aroma de ese hombre tan enigmático estaba presente hasta en el más mínimo pedazo de tela.
Él se sentó justo a un lado de ella. — ¿Por qué estás aquí? —Preguntó con voz recelosa. Nuca pensó que ella sería capaz de huir de esa manera para alejarse de él. Por sus venas fluyó algo de rencor pues ella no lo consideraba lo suficientemente de su confianza como para hablarle de sus problemas. —Mogami-san…—Llamó —En verdad deseo que confíes en mí… No debes evadir tus problemas ni la realidad, enfréntalos…
—No quiero…—Respondió con firmeza. —Es menos dolorosa la fantasía y los cuentos de hadas que la realidad…
—Eso mismo pensaba yo…
— ¿Cómo fue que cambiaste de parecer? —Preguntó ahora con su total atención, le llamaba de sobremanera la forma en que actuaba ese hombre de ojos verdes, era tan enigmático. Cuando a veces creí conocerlo a fondo, siempre hacía algo que no se esperaba. —Dime por favor, Tsuruga-san.
—Fuiste tú quien me hizo cambiar…—Musitó, delineando una bella sonrisa que hizo latir desenfrenado a su corazón.
— ¡¿Y-yo?! —Cuestionó nerviosa Kyouko-chan, alzando la mirada hasta quedar a la altura de sus ojos. Cada detalle y destello en ellos le provocó una sensación extraña que creyó recordar de tiempo atrás. Ese sentimiento que tal vez vivió en su adolescencia, cuando estaba junto a Shoutaro… Instintivamente se acurrucó en su pecho sin medir sus actos, en ese momento solo quiso dejarse llevar por las emociones que le albergaban el corazón, descubrir que le causaba esa pena que sentía a últimas fechas…
—Por ti decidí cambiar…
—Yo también quiero cambiar Tsuruga-san…—Ren al atrajo más hacia su cuerpo, era tan dichoso de poder estrecharla entre sus brazos y ser su único consuelo. Desearía tenerla así por siempre, solo para él. Podría sonar egoísta pero ese era su deseo, que Kyouko fuera suya… No importaba si tuviera que esperar años a que ella creciera o meses para que se diera cuenta en algún momento sus sentimientos saldrían a la luz y es cuando todo se decidiría…—Necesito decirte lo que me pasa…
—Confía en mí Mogami-san…
—Últimamente me he sentido de manera extraña respecto a…—Vaciló —U-Usted, Tsuruga-san… Eso me molestaba en la mañana, tener que ser obligada a pasar tiempo con usted… —La sorpresa figuró en los ojos verdes y un leve sonrojo nació en las mejillas de la joven. —Pero… Me siento extrañamente feliz cuando estoy con usted y eso me desconcierta… Es como si el cariño y respeto que le tengo hubiera aumentado…
—Eso puede ser…—Sonrió internamente al darse cuenta una vez más de lo ingenua que era esa niña. Aunque no podía quejarse de nada, el tampoco supo que era el amor hasta que áquel pollo gigante se lo explicó. Ella podría entender de ello, pero no sabía o no quería reconocerlo. Tal vez muy pronto podría estar con Kyouko como su pareja…— ¿Te gustaría saber que es lo que sientes Mogami-san?
—Claro…—Expresó ella un poco más aliviada. — ¿Usted lo sabe Tsuruga-san?
—Es lo mismo que yo siento Mogami-san…—Sin aviso alguno la apegó a su cuerpo y la abrazó intempestivamente. Kyouko-chan fue atacada por un enorme sonrojo con el cual fácilmente la confundirían con un tomate. Ren la tomó del mentón y la guió para estar a la altura de su rostro. —Si tanto quieres saber que es esto nunca te vayas de mí lado…
—Tsu-Tsuruga-san…—Susrró, embelesada por su cálido aliento. —Aquí estoy, junto a ti…
La guió hasta quedar a milímetros de su rostro y unieron sus labios en un tierno beso, dulce como la miel, caliente como el sirope. Los labios masculinos bailaban al compás de los labios femeninos mientras la felicidad se agolpaba en sus corazones. Unas pequeñas lágrimas cayeron sobre el hombre, provenientes de la jovencita, era demasiada felicidad. Deseaba por siempre permanecer así y descubrir la verdad sobre sus sentimientos…
N/Kou: Edit para disclaimer. Originalmente esto es un song-fic, pero como en esta página están prohibidos (y hasta ahora lo vengo editando -.-U) tuve que borrar la letra. Inspirado en "Hitori janai", "Sola nunca estarás" o "Caprichosa eres tú y como le conozcan a la canción, ending de DBGT. Si estás por aquí, no olvides dejar tu review que no muerdo, aunque no lo creas aún leo y reviso los fanfics viejos J