Chicas sin cuenta en FF:
TeamBelled: Gracias por el review nena, pero tu eres la mejor! y me encanto tu comentario, me hizo reir te imagine toda hiperactiva! Muchas gracias por el apoyo y por tu sinceridad. Nos estamos leyendo y me encantaría tener contacto contigo un dia de estos. Besos!
Yessenya: Muchas gracias por tus palabras..fome! no se que es eso.. pero me imagino que algo bueno.. dado que me apoyas en lo demas y si era un momento para que Edward recapacitara y valorara todo lo que tenia, ahora veremos ya el felices por siempre, espero te gusten mis locuras. Lo de la historia nueva lo explico al final! Besos!
Una boda, una invitación, un ex novio confundió… Solo necesito a alguien me que acompañe a la boda. – Tal vez puedas ir con Isabella, es de nuestras mejores bailarías- ¿Qué? ¿Con una bailarina? Y no solo la bailarina, si no las decisiones que esta toma para poder salir adelante no serán del agrado de su "compañero"… logrando sacar un Edward que ni el mismo conocía.
Edward para toda mi desgracia pertenece a la Sra. Meyer… solo me lo presta (inconscientemente) para mis perversas intenciones… ahh también todos los personajes de Twilight
Muchas gracias a mis dos betas: Maggice y PknaPcosa que son mi apoyo en mis locuras. Las quiero muchísimo nenas son lo mejor! Y este capítulo no pasó por revisión porque una se le murió su computadora y la otra está enferma, así que lo revise yo, si ven faltas de ortografía son mías!
Ella mueve su cintura al ritmo de un tan tan
y él se va divorciando del tío Sam
él se refugia en su piel... la quiere para él
y ella se va olvidando de Fidel
qué sabían Lennin y Lincoln del amor
qué saben Fidel y Clinton del amor...
ELLA Y EL- RICARDO ARJONA
EPOV
Enterré mi cara en ese lugar que olía delicioso, me moví un poco hacia la derecha y dejé un beso sobre su hombro, el contacto de su piel con la mía era tan alucinante, ¡como la había extrañado! Abrí mis ojos lentamente y la luz del día me caló, pero no le tomé tanta importancia, porque el Sol no podía opacar a mi propio Sol.
Dormida plácidamente, dejándose abrazar por mí, teniéndola en mi cama, estaba la mujer más hermosa del mundo, mi hermosa Isabella, su nariz perfecta, sus mejillas perfectas, sus labios perfectos, sus ojos perfectos. Me apoyé sobre mi brazo para levantarme un poco y verla mejor, para mí toda ella era perfecta, hasta su manía por tener limpia la casa, o por acomodar sus libros por color, toda ella era una obra de arte hecha para mí, porque solo yo que la conocía a la perfección lo podía apreciar, solo yo sabía el incalculable valor que ella tenía, me la sabia a la perfección: tenia cosquillas en la parte trasera de las rodillas, tenía un lunar en el interior de su muslo izquierdo, su ombligo era ovaladito, tenía un lunar de color rojo en la espalda, me sabía hasta su ubicación: 17 besos desde la cadera hasta el lunar y sobre todo adoraba esas pequeñas pecas que tenía entre sus senos.
Sí, yo conocía a mi mujer, y me moría por volver a ver todas esas marcas en su piel, hice un recorrido con mi mirada por aquellos lugares que anhelaba, pero ahorita estaban cubiertos por su pijama. Si, Bella estaba en mi cama, dormía conmigo pero no habíamos vuelto a hacer el amor desde el día que concebimos a Marie.
Mentiría si dijera que no la deseo, que no me muero por estar con ella otra vez, pero yo me portaba bien, que ella hubiera aceptado venir a vivir conmigo, y más que eso, dormir conmigo ya era el cielo.
El día de su examen llegó corriendo a mi oficina y se me abalanzó a mis brazos llorando, había pasado su examen, solo le faltaba hacer todo el papeleo pero ya era una Abogada, corrió de mis brazos y cargó a la niña que enseguida se rió con su madre, y la volvió a dejar en la alfombra jugando.
Me quedé en mi lugar, parado a lado de mi escritorio, mientras la veía acercarse a mí, era un mirada distinta a la que me había dado estos últimos meses, sus ojitos llorosos estaban llenos de una emoción que yo no podía explicar pero que adoraba, y sin más se lanzó a mis brazos y me besó, con desesperación, con amor, con necesidad, queriendo decirme algo con sus besos, algo que todavía no me podía decir en voz alta. No pude hacer otra cosa que corresponder a su beso con la misma necesidad primitiva y sujetándola fuertemente por la cintura.
Cuando nos separamos la vi a los ojos y supe que había amor, no sé que habrá pasado por su mente pero supe que me había perdonado y que me daría otra oportunidad; se puso de puntitas y me dio un beso ligero en los labios antes de enterrar su cara en mi cuello. Me contó que se sentía muy eufórica y que había llorado al hablarle a Charlie para contarle sobre el examen, su padre no podía viajar mucho así que Bella le había pedido que no viniera, que mejor guardara su permiso de vuelo para otra ocasión.
Acaricié suavemente su espalda, disfrutando ese momento de paz, cada tanto mirando a mi hija que seguía muy entretenida con un juego de aros de colores en la alfombra.
Eso era la gloria en sus brazos, pero se volvió el paraíso cuando me dijo que regresaba a Nueva York, me anunció que renunciaba a la firma de Sam para recuperar su vida aquí, que por el momento se quedaría en casa de mi madre, que aunque su departamento estaba habitable lo quería tener completamente limpio para llevar a la niña ahí y además tenía que comprar cosas para Marie, porque sus muebles se quedaron en Boston… Y esa fue mi señal de que el cielo me estaba diciendo: "No seas idiota y quédatela"
Le pedí que se quedara en mi casa en lo que arreglaba el departamento, no iba a ser mucho problema con Marie, porque yo había instalado una habitación para ella en mi departamento, sabía que en algún momento ella vendría a Nueva York aunque fuera de visita y su cuarto estaba solo a la espera de ser ocupado, pareció dudarlo un poco pero la convencí pidiéndole que me dejara disfrutar de la niña ya que yo solo la veía los fines de semana.
Así fue como terminó viviendo conmigo, ya habían pasado dos semanas y yo esperaba que no se quisiera ir pronto, ya que yo no quería apartarme de ellas, estaba acostumbrado a ver a Marie en las mañanas y a todas horas y sobre todo estaba muy enamorado de Bella, que ya me dejaba besarla y abrazarla, me amaba y con eso me bastaba por ahora, con el tiempo me casaría con ella y tendríamos una vida feliz.
Con mi mano acaricié su mejilla provocándole un mohín muy lindo, la pensaba despertar con besos, pero en eso un suave balbuceo me espantó, tomé el aparato que teníamos para escuchar a mi hija y le bajé el volumen para que no despertara a su mamá.
Fui a la cocina para tomar una de las mamilas que teníamos preparadas en el refrigerador y la metí un minuto al microondas. Me gustaba esta parte de ser padre, la froté entre mis manos mientras iba al cuarto de Marie, y la encontré acostada pero con sus piernitas levantadas tratando de agarrárselas.
—Hola princesa, ¿Cómo dormiste? — le dije tomándola en mis brazos
Me vio con sus impresionantes ojos chocolate mientras me agarraba la barbilla con sus pequeñas manitas
—Pa…pá—
—Si cielo, soy papá, pero ahora vamos a tomar tu biberón, no queremos que a mami le dé un ataque por no alimentar a su bebé, además así la dejamos dormir un poco mas
Me senté con ella en la mecedora, viendo hacia la gran ventana que había en el cuarto, no pasaban de las 6am y el cielo apenas empezaba a clarear.
La acomodé entre mis brazos y le di su biberón mientras le contaba un cuento.
—Y entonces, el dragón se llevó a la princesa a la torre para que el príncipe no se la llevara. Fin. — Marie no me entendía, pero aun así siempre estaba atenta cuando escuchaba mi voz
—Edward, esa historia es horrible— me asustó la voz de Bella y giré mi cabeza para verla parada en la puerta
—Claro que no, es una historia perfecta—me defendí
— ¿Una historia perfecta? Para un padre celoso— caminó hasta donde yo estaba y se inclinó para besar la cabecita de nuestra hija y darme un beso en los labios— Buenos días
—Ahora si son buenos— dije riendo como idiota
—Amorcito, ¿papi te está contando historias feas verdad?— le hizo dengues a la niña
—Que no, la historia es divina
— ¿No le pudiste haber contado Cenicienta, La Bella Durmiente? o que se yo
—No, mi princesa merece que yo le invente sus propios cuentos
—Si Edward, pero no unos donde la princesa no se queda con el príncipe y vive siempre con sus papas
— ¿Qué tiene de malo que ella se quede para siempre con sus papas?
—Olvídalo cavernícola
— ¿Por qué? Yo seré un padre racional que dejara que su hija tenga novio
— ¿Si? — dijo Bella emocionada
—Claro, cuando tenga 35 y un doctorado puede empezar a salir con hombres
—Eres imposible, pero desde hoy te aviso, que yo seré la tapadera de Marie
Tomó a la niña que estaba quedándose otra vez dormida y se la llevó para cambiarle el pañal, mientras le contaba que tendría novios muy guapos haciendo que yo gruñera.
—Isabella— dije en un susurro contenido
— ¿Qué? ¿Te das cuenta de que tu hija tiene 9 meses?
— ¿y? no quiero ni a niños de maternal cerca de ella
—Oh que lastima, pero si yo la iba a llevar a conocer un montón de bebes en Central Park
—BELLA— grité mientras ella salía riéndose a carcajadas del cuarto
—Bebés varones… no mientras yo esté cerca— murmuré para alcanzarlas.
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Una semana después me encontraba en mi oficina frotándome los ojos con fuerza, tenía mucho sueño, pero lo valía, ayer en la noche Bella y yo habíamos tenido un acercamiento, reencontrándonos con nuestros cuerpos, con nuestras pieles, sin llegar a estar completamente con ella pero disfrutando de nuestras caricias. Me agradó darme cuenta que Bella seguía siendo igual de receptiva a mí.
Me puse de pie, porque estaba a punto de quedarme dormido sobre el escritorio y no podía darme ese lujo, vestido con un pulcro traje negro con su chaleco a juego y su corbata, traté de no arrugar tanto el atuendo, era un sábado y el crepúsculo se estaba presentado en la ciudad.
Mi padre nos había citado a todos en las oficinas porque iríamos a una reunión muy importante y con gente que según el mismo había dicho siempre requeriría nuestra mayor atención por sobre todas las cosas, mi hermano estaba en su oficina y Jasper en la suya, los tres estábamos esperando a que llegaran nuestras mujeres para irnos. Ellas se habían ido a arreglar al mismo salón de belleza. Cuando le pregunté a mi padre que porque nos teníamos que ir todos juntos me dijo que había comprado una limosina para transportarnos, cosa que se me hizo sumamente rara y extravagante para mi padre, pero decidí no cuestionar.
Unos toques en la puerta me hicieron suspirar, realmente esperaba que ya nos fuéramos.
—Adelante— yo estaba viendo por la ventana, cuando escuché la puerta abrirse y unos ligeros pasos, y luego por el reflejo de esta vi a Bella parada del otro lado de mi escritorio.
Me giré para verla mejor, estaba hermosa, llevaba un vestido entallado, abrazando su hermosa figura y con un corte recto en el pecho, y unos tirantes un poco gruesos que se perdían tras su cuello. El vestido era sencillo no tenía más detalle que la hermosa tela satinada, pero aun así ella parecía una reina, y su cabello estaba recogido en un bonito peinado pero dejaba notar todos sus rizos.
—Estas hermosa amor— me acerqué a ella para besarla suavemente y me tuve que separar para contemplarla otra vez, no podía dejar de verla.
—Gracias— dijo sonrojándose
— ¿Ya nos vamos?
—Bueno… no, antes me gustaría hablar contigo— me dijo nerviosa, y eso me alertó ¿Qué pasaba? ¿Se iría otra vez a Boston? Yo me moriría si eso pasaba.
— ¿Estás bien? — dije frotando sus brazos que estaban helados
—Sí, solo un poco nerviosa— Tomó mi mano y me llevó y obligó a sentarme en mi sillón atrás del escritorio, y ella se quedó parada a un lado recargándose ligeramente en el escritorio para poder vernos.
—Bella, sabes que me puedes decir cualquier cosa, tranquila no va a pasar nada— tomé su mano para tranquilizarla
—Lo sé— apretó un poco mi mano— Te amo — sus palabras me tomaron por sorpresa, ella me había dicho que me quería, mas nunca volvió a repetir las tan anheladas palabras de amor.
—Yo también te amo— sonrió ante mi respuesta
—Sabes, hace mucho tiempo cuando tu y yo todavía vivíamos juntos, me di cuenta de que te amaba— sus ojos se quedaron fijos en la ventana como recordando— eras tan perfecto para mí que me daba miedo que un día vieras que yo no te convenía, pero después fui tuya, entonces ya no solo te pertenecía mi alma, también te pertenecía mi cuerpo, porque yo así lo había querido, pero siempre supe que un día terminaría.
—Bella…—
—No Edward, no me interrumpas, no será nada malo, solo quiero que entiendas porque hice las cosas, tal vez para ti no tengan significado pero para mí sí— suspiró— Sabia que en algún momento nos separaríamos, yo no estaba a tu altura Edward, yo no era mujer para ti, tal vez eso a ti no te importaba, pero a mí sí, porque para yo sentirme bien, tenía que sentirme realizada y no sentirme menos.
—Por eso después de todo lo que nos pasó, no te acepté de vuelta, hasta que no presenté mi examen, hasta que no tuve mi certeza de que era alguien realizada, que había cumplido mi meta me sentí preparada para volver a ti… soy abogada, tuve mención honorifica, y acabo de conseguir un trabajo en un buen lugar, lo cumplí Edward, lo cumplí, ahora si me siento a tu altura.
—Tontita— dije poniéndome de pie y agarrando su cara entre mis manos— tú siempre estuviste a mi altura, porque yo te aprecio y te amo como ser humano, pero entiendo lo que me tratas de decir, Te Amo Bella y estoy tan locamente enamorado de ti que tengo que reconocer que me dolió que no me pidieras acompañarte a graduarte
—Tenía miedo de no pasar el examen y quedar en ridículo… por eso fui sola
—No discutiré eso, porque tú sabes que yo te prometí aceptar tus decisiones si esas a ti te hacían feliz.
—Sí, y te amo también por eso
— ¿y esto quiere decir que me aceptas de nuevo?
—Sí, te quiero en mi vida para siempre, quiero compartir todo contigo, quiero en algún momento tener más hijos, que me veas embarazada, quiero una casa, niños corriendo, quiero tenerte a mi lado cuando pierda un caso o cuando quiera llorar como loca, pero sobre todo, quiero tenerte a mi lado para demostrarte toda la vida que te amo tanto que no puedo vivir sin ti, quiero envejecer contigo, quiero estar contigo cuando tengamos canas y seamos abuelos, lo quiero todo y no acepto un no como respuesta.
—Mi respuesta siempre será si amor— la tomé mas fuerte entre mis brazos y la besé apasionadamente mientras sentía cada parte de ella pegada a mí.
—Te amo… Te amo… Te amo… — decíamos entre beso y beso.
— ¿Me has perdonado todo lo que te hice pasar? — dije tratando de agarrar aire mientras pegaba su frente a la mía
—No tengo nada que perdonar, porque el amor todo lo perdona y tu mi amor, tienes mucho amor de mi parte
—Eres la mujer de mi vida
—Si lo sé— dijo levantando la cejar sugestivamente— pero creo que es momento de irnos, nos están esperando y…— lanzó una mirada hacia abajo— creo que alguien quiere despertar y no es el momento… mejor en la noche cuando ya no haya nada que nos detenga
—Vamos a estar juntos…— dije con un hilo de voz
— ¿Tú qué crees chico listo? También soy mujer y las hormonas después del embarazo están desatadas
—Vámonos Bella, mientras más rápido nos vayamos, mas pronto acabara todo y nos iremos a casa— tomé su mano sacándola de la oficina.
—Edward— dijo tímidamente mientras nos dirigíamos al elevador
—Dime
— ¿te quieres casar conmigo? — me detuve en seco cuando dijo eso
— ¿Me estas…?
—Te estoy proponiendo matrimonio
—Claro que si Bella, claro que si me quiero casar contigo, si no es por la estúpida fiesta a la que vamos a ir, me casaría contigo en este momento— la tomé entre mis brazos cargándola— Espera… ¿no era yo quien tenía que pedirte a ti que te casaras conmigo?
—Bueno, no tenemos una relación muy convencional
—Qué más da, seré un mandilón toda la vida—
—Yo también quiero ser una mandilón— dijo abrazándome
—Eso no existe—la acusé riéndome
—Qué más da, tú quieres ser un mandilón, yo quiero inventar palabras.
—Lo que tú quieras mi vida, si quieres inventar otro idioma, lo inventamos
—Pero ya en serio Edward, ¿si te quieres casar conmigo? — Se detuvo ante el elevador y se giró para verme— yo te amo, tú me amas, pero si no te quieres casar todavía yo lo entiendo, no te quiero presionar, ni que tú te sientas presionado porque tenemos una hija
—Mi tonta Bella— acaricié con el torso de mi mano su mejilla— Yo no creía en el matrimonio, bueno, si creía en el, en la institución pero no pensé que yo me casaría algún día, no estoy viejo ni nada por el estilo, pero no me veía compartiendo mi vida con alguien… hasta que tu llegaste, te metiste aquí— puse su mano en mi corazón— y ahora sé que si no te puedo tener toda la vida, no es suficiente para mi, quiero que seas mi señora, mi dueña, mi amiga, mi amante, mi confidente, mi apoyo, mi dolor de muelas, quiero que seas todo.
—Es una linda forma de decir que me amas diciéndome dolor de muelas— limpié unas lagrimas de sus mejillas y deposité un beso en su frente
—Pero se entendió el punto ¿verdad? — Asintió— Tengo que comprarte un anillo de compromiso, el más bonito, el mejor, el más caro ¿me darás el gusto de aceptar esa alianza como símbolo de nuestro compromiso sin enojarte por lo que cueste?
—Sí, prometo no decir nada, solo será mientras nos casamos y tengamos nuestros anillos de matrimonio
—Eso ya lo veremos— la tomé de la mano para irnos al elevador
—Espera— dijo alarmada— dejé mi bolso en la sala de juntas
— ¿Qué hacías en la sala de juntas?
—Es que acompañe a Rosalie porque ahí estaba Emmett hace un momento
—Vamos por tu bolsa— empezamos a caminar por el pasillo y de repente la mano de Bella se puso fría — ¿Qué tienes? Parece que fueras al matadero
—Nada… solo hace frio— dijo no muy convencida
— ¿Segura?
— ¿Me amas? — nos detuvimos frente a la puerta de la sala de juntas, la miré extrañado por su forma de contestar, normalmente Bella no me daba vuelta en los asuntos
—Sabes que si
—Yo también
Soltó mi mano y entró a la sala de juntas, y yo entré tras ella, pero de repente el aire se me atoró en el pecho, ahí en la sala donde normalmente había una gran mesa ovalada, ahora no estaba, y había una pequeña mesa rectangular con un mantel blanco.
Pasé mi vista por todo el cuarto viendo a mi familia ahí reunida, ¿Íbamos a brindar por algo? Mi hermosa Marie estaba en brazos de su abuelito Charlie a lado de Carlisle y Esme y… regresé mí vista ¿Charlie?
Vi una mesa con copas servidas y dos meseros, flores blancas adornando el salón de juntas, gaza en las ventanas y el único que no encajaba aquí era el señor que estaba detrás de la mesa con un enorme libro abierto. Tardé solo un segundo en entenderlo, bueno tal vez tardé un poco más, realmente lo entendí cuando mi padre se acercó a mí y me colocó algo blanco en la solapa de mi saco.
Y solo entonces me giré para ver a Bella con su hermoso vestido, era lindo, lindísimo, pero no le había dado importancia al color, un bonito color perla.
Me voy a casar… ¿Por qué siempre me entero al final de todo?
—Bells— susurré
—Solo si me aceptas Edward, en este momento me puedes decir que no y no pasa nada, yo te seguiré amando y cuando estés listo nos casaremos
Tontita Bella como si hubiera algo a lo que yo le pudiera decir que no. Tomé su mano y nos dirigí a la mesa, los pocos presentes aplaudieron, me sonrojé. Nunca sabes qué hacer cuando te aplauden, así que solo les di una sonrisa tímida, mientras llevaba a Bella hacía la mesa. Charlie se detuvo a mi lado
—Sigue en pie lo que te dije, todavía puedo conseguir balas
— ¡Papá! — Le dijo Bella enojada— Lo estoy haciendo casarse de sorpresa, no vayas a provocar que salga corriendo
Charlie se encogió de hombros mientras todos los demás se reían
—No se preocupe Señor Swan, le aseguro que nunca va a necesitar esas balas
—Te estaré vigilando— hizo una señal con su dedo índice y medio, señalando sus ojos y luego a mí.
—Papá—lo urgió Bella— ¿me vas a dejar casarme? ¿O vas a seguir acosando a Edward?
—Te dejare casarte, tengo toda la vida para acosar a Edward— dijo riéndose mientras iba a cargar a Marie que estaba con Jasper
Sujeté fuerte la mano de Bella mientras me ponía frente al Juez, ella recargó su cabeza en mi hombro y escuchamos el breve discurso que nos decía sobre lo que significaba el matrimonio. De vez en cuando le daba besos en su cabello. Rosalie, Emmett, Jasper y Alice fueron nuestros testigos, nos entregamos nuestros anillos que eran regalo de mis padres y antes de lo que pensé, firmamos el documento y nos declararon marido y mujer.
Me giré hacia mi esposa y ligeramente acaricié su cara, se veía tan hermosa, tan tranquila, tan en paz, creo que así me veía yo, porque no existía momento más feliz que este. Me incliné un poco y la besé, despacio y rápido.
—Te amo— dijimos al mismo tiempo.
De repente nos vimos envueltos en abrazos y felicitaciones, pero ninguna como la de mi pequeña, tal vez ella no entendía, pero veía a sus papas felices y ella sonreía sin parar.
—Hola hermosa señorita— le di un beso en su mejilla sonrojada, llevaba puesto un precioso vestido beige y su cabello rizado cobrizo estaba decorado con pequeños diamantitos incrustados en su cabello, busqué con la mirada a Rosalie que tenia a Lilith en sus brazos y vi que su hija estaba peinada igual que la mía
— ¿Y a mí no me vas a felicitar Marie? — Bella se puso a nuestro lado, la niña se fue a los brazos de su madre
—Que hermosas son— dije admirándolas, Bella sonrojándose, Marie… bueno Marie estaba sonrojada siempre, algo natural en ella por su piel extremadamente blanca
—Ella es muy hermosa— dijo acariciando sus rizos—la hicimos con amor
—Eso ni lo dudes—Me incliné y la besé.
Emmett y Jasper hicieron un breve discurso donde nos deseaban una vida muy larga juntos, y también hicieron bromas muy privadas sobre mis instintos cavernícolas que yo tenía en el Club, obviamente esas solo las entendíamos nosotros.
Idiotas, parecían el Gordo y el Flaco.
Bella simplemente se escondió en mi pecho mientras escuchábamos el brindis que nos hizo ponernos de mil colores, yo solo veía la cara de: "No entiendo nada" de Charlie y di gracias por ello, quería ver a mi hija crecer y no morir a manos de mi suegro
Fue intima y breve nuestra pequeña recepción, de hecho no es que necesitara más, tenía lo que necesitaba aquí, mi familia.
Al salir del edificio, papá nos dijo que cenaríamos en Le Bernardin, donde había reservado un pequeño salón para una cena familiar.
Suspire de alivio al saber que lo de la limosina solo había sido un pretexto para que yo estuviera en el edificio.
Llegamos cada quien en su carro, nos dirigieron hacia el pequeño salón muy elegante, con una gran mesa rectangular, y con las sillas justas para la familia. La cena fue amena y cálida, todos teníamos algo que contar, yo por mi parte no soltaba la mano de Bella a mi lado, y Marie se la pasaba jugando con su abuelito Charlie. Llegó un punto donde Bella y yo parecíamos estar en nuestra burbuja, nos dábamos de comer los diferentes tipos de mariscos mientras nos susurrábamos palabras de amor y deseo.
Mi madre se acercó en un momento de la noche hasta nuestro lado y nos dijo que ella se quedaría con Marie hasta el lunes, que no nos preocupáramos de nada y que Charlie también se quedaría en la casa de mis padres.
Cuando todos estaban ya de pie platicando y degustando unos bocadillos, nos acercamos a Marie que ya estaba dormida en su carreola y le dimos unos besos, antes de salir de ahí sin que nadie se diera cuenta.
Me sentía un novio robándose a su novia de secundaria, pero un brillo en la mano de Bella me recordó alegremente que era mi esposa, mía, para siempre.
Conduje hasta nuestro departamento, en un silencio cómodo, Bella iba muy relajada en su asiento mientras cambiaba de canción, nunca escuchando una a conciencia.
Llegué a nuestro edificio y aparqué mi coche, cuando bajé, tomé a Bella entre mis brazos al estilo novia, ahora si era literalmente estilo novia. Bella sonreía juguetonamente mientras llegábamos a nuestro departamento. Nos comenzamos a besar mientras trataba de poner la contraseña de la alarma para entrar, ya que en este momento no sabía dónde estaría mi llave.
Bella caminó delante de mí, soltándose los broches del cabello mientras caían en una achocolatada cascada. Yo la seguí como si ella fuera mi oasis, entró a nuestro cuarto contoneando sus caderas, sabía que me estaba tentando, pero no podía estar más dispuesto.
—Espérame aquí— Me empujó para que quedara sentado en el borde de la cama. Me besó antes de desaparecer en el baño.
De repente mi corazón se puso eufórico, y mire mi mano con detenimiento, ¿Quién iba a pensar esto? Yo me imaginaba a esta hora, bailando en la dichosa cena de negocios, pero no, estoy sentado en mi cama, mi esposa en el baño y esperando por mi noche de bodas ¿se puede ser más feliz? Lo dudo.
Escuché la puerta del baño abrirse y levanté mi vista, tragando en seco pasé mi vista por toda ella. Su piel de porcelana. Sus caderas redondas, su vientre plano, su cara con el antifaz.
Su antifaz…
— ¿Por qué tienes puesto el antifaz? ¿Por qué tienes el antifaz? —Por un momento tuve un deja-vu de cuando ella se iba a trabajar con sus cosas en una maleta.
—Porque voy a bailar
— ¿Por qué? — mi voz salió chillona
—Porque es algo que quiero hacer, es algo que me hace sentir bien, porque quiero tener esos ojos verdes puestos en mi
—Bella… nos acabamos de casar, no quiero imponerme contigo, ni nada de eso, solo que no entiendo ¿Por qué vas a hacer eso?
Ella camino hacia mí y se arrodilló entre mis piernas, vi sus preciosos ojos brillar de emoción.
—Yo siempre seré una bailarina— recargó su cara en mi muslo, llevé mi mano a su cabello acariciándolo— pero eres un tontito— levantó su mirada hacia mi— yo solo seré la bailarina de mi marido, te juró que este antifaz nunca saldrá de nuestro cuarto. Te amo Edward, nunca te faltaría el respeto de esa manera.
—Me habías asustado—le levanté y la senté en mi regazo—Soy muy celoso Bella y lo sabes, pero sobre todo, nunca quiero que pases por cosas malas, estoy aquí para ti, para velar por ti, de ahora en adelante ya no estarás sola, porque me tienes a mí.
— ¿Te gusto nuestra boda?
—Sí, fue perfecta, solo la gente especial, las personas que yo amo y me aman, lo que no entiendo es ¿Por qué en la sala de juntas?
—En ese edificio fue donde hablamos por primera vez de nosotros, donde me propusiste tu trato, donde pase muchas tardes junto a ti, me hubiera gustado hacerlo en tu oficina, pero te habrías dado cuenta.
—Eres la mujer de mi vida— la vi como un idiota enamorado
—Y tú el hombre de la mía— se acercó a mí para juntar nuestros labios.
La sujeté de la cintura mientras nos íbamos acostando, me deleite con ella, con su boca, con recorrer con la yema de mis dedos su piel. Ella me desvistió y yo la desvestí a ella. Por fin pude ver otra vez esas pecas entre sus pechos donde dejé un beso antes de embriagarme de ella y girar mi cabeza para tomarlos en mi boca. Me sentía necesitado, ella era mi alimento, mi droga, éxtasis y mi rehabilitación, ella era todo en un solo ser humano.
Me gustó ver su cara de pasión mientras yo la recorría, pero se alarmó un poco cuando comencé a bajar por su estomago.
—Yo— dijo con la voz un poco entrecortada— ya no soy la misma que conociste Edward— fijé mi vista en ella, con mi respiración cayendo en su estomago—tengo unas marcas del embarazo, así que porque no nos saltamos la parte de los besos en el vientre…—nerviosa se mordió el labio
—No, esa parte me gusta mucho
—Edward—empezó a quejarse pero la sujeté de la cintura para que no se moviera y sin despegar mí vista de ella fui bajando besando toda su piel
Cerré mis ojos y recorrí el ancho de su pequeño vientre con besos y un mordisco en el hueso de su cadera que la hizo gritar
Liberando una mano de su cintura la bajé hasta su vientre y con la punta de mis dedos acaricié su piel, era cierto, tenía unas líneas pero no eran muy notorias, además yo me lo esperaba, porque Bella es muy pequeña de complexión y supuse que su piel se debió estirar mucho, pero no tenía nada de horrible, para mí era fascinante, la amaba tanto que sus casi transparentes estrías me eran eróticas.
—Me gustan—clavé mi vista en ella
—No mientas, a los hombres no les gustan las estrías, les gustan las mujeres perfectas
—Y tu eres perfecta amor, para mi eres perfecta, eres mi dolor de muelas constante— bufó y yo me reí de eso haciéndola enojar— ¿pero sabes porque me gustan?
—No, no se— dijo berrinchuda
—Porque me muestran el lugar donde hiciste posible el milagro de la vida, aquí— extendí mi palma por su vientre— llevaste a mi hija, aquí estuve yo también, aquí nos hicimos uno Bella, y tu lo protegiste con tu delicada piel, tal vez no te pueda explicar lo fascinante que eso resulta para mí, pero lo es, me gustas Bella, tu no necesitas de nada, así como eres, tal como eres, me excitas, te deseo, nunca lo dudes.
— ¿Me lo juras?
—Te lo juro amor, créeme
Bajé mi cara hacia sus muslos y seguí besándola, la hice reír cuando me detuve atrás de su rodilla, recorrí sus piernas y luego hice el mismo recorrido de regreso hasta su boca.
Besándola con pasión, como debía ser, con amor, con desesperación, con lujuria, con todo eso que solo la mujer de tu vida te podía provocar.
Ella acariciaba mi cuello y con mi mano derecha recorrí su cuerpo hasta ponerla sobre su intimidad, gritó cuando la acaricié con mis dedos, y en respuesta me mordió fuertemente el labio inferior.
Introduje un dedo en ella, solo probando, era tentador hacerla llegar al orgasmo con mis manos, pero yo necesitaba algo más.
Me puse sobre ella, pegando cada parte de su cuerpo contra el mío, sintiendo el rozar de sus pechos en mi pecho, tomando sus manos entre las mías y entrelazando nuestros dedos las puse sobre su cabeza sin lastimarla.
—No sabes cuánto esperé por esto, pero cada momento valió la pena, todo valió la pena con tal de que un día regresaras a mi
—Yo siempre voy a regresar a ti, tu eres mi hogar
—No te preocupes, nunca vas a tener que regresar a mí, porque no te dejare ir otra vez—incliné mi cara sobre la de ella y le di un beso de esos que nos dejan sin aliento, mientras entraba en ella, pude sentir el cambio una vez dentro de ella, su beso se volvió pausado pero más pasional, más urgente
Yo no me quería mover, se que esta es la posición más común, pero en este momento se me hacia la ideal, así la podía sentir toda, podía estar conectado con ella en cada parte de su piel.
Tendría toda una vida por delante para volverme loco con ella entre mis brazos, en este momento solo quería reencontrarme con su cuerpo, y que ella se reencontrara con el mío.
Fue pausado, lento y delicioso, cada vez que la penetraba ella soltaba un pequeño gemido, y me excitaba más, pero no por eso cambié, lo mantuve lento porque ella así también lo quiso, cuando solté sus manos, recorrió con sus manitas mis brazos, y luego agarró mi cabeza para que escondiera mi cara en su cuello.
—Dime que me amas— me pidió
—Te amo Bella, te amo— mordí el lóbulo de su oreja mientras respiraba en ella, repitiéndole entre jadeos todo lo que la amaba y lo maravillosa que era.
Sus piernas se volvieron más firmes en mis caderas, y empujé un poco más duro en ella, sus uñas iban dejando pequeños rasguños en mi espalda, y dolían cada vez más, porque yo la embestía más fuerte.
—Edward… te amo cielo, te amo— mordió mi hombro. Bella se había vuelto más salvaje y eso me gustó
—Yo más amor, yo más— escondí mi cara en su cuello, mientras le besaba el cuello para provocarle un morado.
Mi cuerpo se tensó y me dio miedo lastimarla por mi fuerza, pero ella no se quejaba por las penetraciones tan profundas, solo cada vez se fue haciendo imposible seguir, porque quede atrapado en ella mientras su pequeño cuerpo vibraba bajo el mío, escuchándola gritar mi nombre, sujetarse a mi hombros, hacerme uno con ella, me dejé llevar mientras ella me recibía… volviendo a mi hogar.
A la mañana siguiente, me desperté con Bella desnuda y con sus grandes ojos café viéndome desde la almohada de a lado
—Con razón me desperté— fingí enojado
— ¿Por qué amor? —me preguntó preocupada
—Porque no estás entre mis brazos. Señora esposa, venga aquí junto a mí, ahora—
Soltando una risita, se acurrucó junto a mí
—Me gusta verte dormir, ahorita pensaba que se me hacía imposible que estuvieras aquí, pensé que era un sueño, pero no— se apoyó en mi hombro para verme— eres real y estas aquí conmigo
—Así va a ser siempre
—Siempre…— susurró girando su cara para buscar mis labios.
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Me estacioné cerca del parque, y tuve suerte que encontrara este lugar. Eran las 5 de la tarde y el sol ya no calaba tanto, era un domingo estupendo, lleno de vida, lleno de ella, en las últimas 24 horas me había casado, había tenido una mini recepción de boda y había hecho con Bella el amor 4 veces. Sonreía como un idiota, pero no podía ser de otra manera, si llevaba a la mujer de mi vida agarrada de mi mano.
Habíamos venido al Parque Battery City, este parque me traía buenos recuerdos, fue el lugar que visitamos después de nuestra primera noche juntos, y donde descubrir que Bella estaba celosa de Tanya. Caminamos entre los senderos del parque, para acercarnos a la vista del Rio Hudson y me sorprendió ver al señor que había hecho el dibujo que Bella le había regalado a mi madre hace muchísimos meses.
Bella quiso detenerse ahí y mirar los cuadros que exponía, era realmente bueno el hombre, tenia muchísimo talento. Vimos un paisaje, otro de la estatua de la Libertad, una familia, una pareja de ancianos caminando por el parque, y el último dibujo me sorprendió. Éramos Bella y yo… ella parada a la orilla de la barandilla con los ojos cerrados y el aire agitando su cara y yo tomándole una foto, el dibujo era como ver un recuerdo por la precisión de los detalles, de las facciones.
—Somos nosotros— chilló Bella emocionada
—Si pequeña somos nosotros
—Señor— dijo llamando la atención del hombre que estaba en el restirador muy concentrado—Quiero comprarle este dibujo
—Lo siento señorita, pero ese dibujo no lo tengo a la venta, son los de muestra
—Señor— dijo Bella con voz chillona— por favor, somos nosotros los del dibujo, por favor, véndamelo
—Lo siento señorita, esos dibujos que tengo de muestra son los mejores que tengo por el momento, no los estoy vendiendo, pero si quiere le puedo hacer uno.
—No señor, yo quiero este, usted no comprende lo que significa para mí— dijo triste mi esposa
—Bells porque no vas a la banca y nos apartas un lugar
—Pero Edward…
—Por favor esposa— le di un beso en los labios— te alcanzo en un momento, mientras le hablas a Marie para saludarla
—Está bien— dejó el dibujo en su lugar— Gracias señor, realmente le quedo muy bien— dijo sinceramente y sin rencor
La vi caminar hasta la banca y sentarse a marcar de su celular
— ¿Cuánto cuesta un dibujo?
—Vendo los dibujos personalizados a 20 dólares
—Le doy 500 dólares por el dibujo que quiere mi esposa
—Señor ¿500 dólares? Es mucho dinero, créame señor, no es que no se lo quiera vender es por el dibujo en sí, tiene muchos detalles que le fui perfeccionando en varios días y son de los que tengo de muestra
—Tal vez usted no lo entienda, llevo más de un año con ella, y nunca pero nunca me ha pedido que le compre algo y tampoco le gusta que yo le regale cosas, esto es importante para ella, nos acabamos de casar ayer.
—Felicidades señor— me contestó
—1000 dólares— lo atajé
Saqué el dinero de mi mano y se lo entregué
—El dibujo es bueno, pero no vale los 1000 dólares— me contestó nervioso
—Señor para mí esto vale una fortuna— sostuve el dibujo en los alto admirándolo, lo enmarcaría y lo pondría en la sala o en nuestro cuarto— gracias
—En serio no me deje todo el dinero
—Realmente lo vale señor— le dije antes de irme
Me fui feliz hacia Bella que estaba despidiéndose de mi madre supongo, y le mandaba besos a la niña.
Me puse atrás de la banca y le extendí el dibujo delante de ella.
—Edward— gritó emocionada— lo conseguiste— lo tomó entre sus manos
—No hay nada que yo no haga por mi chica— me incliné para darle un beso en su mejilla
—Gracias— me dijo emocionada
Me senté en la banca y la agarré para ponerla sobre mi regazo.
—No hay nada que yo no te dé Bella
—Lo sé Edward, por eso te quiero con todo mi hígado
— ¿Con todo tu qué? — dije confundido
—Mi hígado, es el órgano más grande, así que te quiero con lo más grande que tengo, mi hígado— dijo convencida
—Estas loquitas, pero entonces tu eres la dueña de mi cerebro
— ¿de tu cerebro?
—Sí, dicen que usamos solo del 6 al 10% del cerebro, yo creo que uso el 10% y el otro 90% lo ocupas tu: 30% tu amor 30% Marie 10%tus sonrisas 10% tus enojos y el ultimo 10% también eres tú, pero mientras te hago mía.
—Eso es lo más lindo que me has dicho— sus ojos se llenaron de lagrimas— mi hígado se queda corto ante eso
—No, yo aprecio mucho que me quieras con todo tu hígado— la besé suavemente
— ¿Te das cuenta de que estamos locos?
—Sí, y me agrada. Quiero tener esto siempre, quiero esta paz que me das con el simple hecho de existir.
—Oh Edward! Hoy andas muy romántico. Te amo esposo.
—Esposo… que deliciosas palabras.
—Tu mamá un día me contó una historia de porque se le decía esposo.
— ¿Cuál historia?
—Bueno no es una historia, solo me dijo que cuando decíamos Marido, estaba equivocado, porque significaba que el mar se lo llevaría Mar-Ido, en cambio con el Esposo, significaba que siempre estaría ahí como un pozo, cuando necesitara agua iría al mismo lugar y el pozo seguiría ahí conmigo siempre. Es-Pozo.*
—Muy sabía mi madre
—Si, Esme es un amor. Me imagino que así hubiera sido mi madre.
—Yo creo que sí, solo una persona hermosa de alma puede crear otra igual de hermosa.
—Me siento tan feliz. Porque ahora tengo toda una vida para amarte, para hacernos uno, para compartir todo.
—Toda una vida—La sujeté por la cintura para abrazarla más fuerte.
—Vamos a la Estatua de la Libertad, me quiero subir
— ¿Otra primera vez? — levanté la ceja dándole un doble sentido
—Tengo muy claro que mis primeras veces siempre serán contigo
—Esa actitud me agrada
—A mi también, pero ahora, vamos a la Estatua— se puso de pie y me jaló llevándome con ella.
—Lo que mi bella dama quiera— entrelacé nuestros dedos mientras nos dirigíamos a donde nos transportaban a la Estatua.
— ¿te digo un secreto? — se acercó a mi oído para susurrarme
—Sorpréndeme
—El trabajo que conseguí es en la constructora, en el área legal
— ¿en serio? — me detuve al momento viéndola sorprendido
—Si
—Amor eso es… genial, estarás conmigo siempre
—Bueno será por el momento en lo que agarró mas practica, pero mientras trabajare para tu papá
—Sí, tendremos el mismo jefe
—Sí, y trataré que no me despida— se carcajeó— aunque debo decirte que él no me ayudó a entrar, yo solicité y fui a una entrevista.
—Yo sé mi amor que tu todo lo puedes
Me abrazó fuerte en señal de agradecimiento, y después se puso detrás de mi para subirse a mi espalda, sujeté bien sus piernas para cargarla de caballito
—Edward…
—Dime—íbamos a paso lento, disfrutando de nuestro momento
—Gracias por dejarme amarte—sus palabras me impresionaron, fueron llenas de amor que me dieron ganas de ponerme a llorar como una niñita. La bajé de mi espalda y la encaré.
—Gracias a ti por existir en mi vida
Acaricié su cara, ganándome una linda sonrisa de paz.
—Te amo—se puso de puntitas y me besó.
Antes de que pudiera afianzarla a mí, se escapó de mis brazos mientras se echaba a correr hacia los ferrys, me sonrió sobre su hombro y era la viva imagen de una película de amor.
Sonreí mientras la veía y empezaba a caminar.
—Gracias— dije mirando al cielo—Gracias por traerla de nuevo a mí, ahora creo en muchas cosas más— y corrí rápido para alcanzarla.
Mi hermosa bailarina tímida ahora era mi mujer.
FIN
Lloro! Por fin se acabo! … Bueno empecemos.
Primero que nada: muchas gracias por acompañarme por esta historita. Ustedes son las mejores, yo se que muchas autoras nos dicen cuando leemos que somos las mejores lectoras, pero créanme ustedes si son las mejores, yo tarde mucho con esta historia. Se me complico bastante en un punto, y aun asi ustedes siguieron conmigo. Gracias gracias! Por esperarme y ser pacientes y aun apoyar esta locura, que originalmente solo tenia 6 capitulos y hemos llegado a los 13. Se quienes son cada una de ustedes y solo tengo palabras de amor hacia ustedes. Aunque era una historia trillada, aun asi se quedaron conmigo y me dieron animos! Chicas de mi parte solo les puedo mandar bendiciones y buenos deseos! Y mi eterna gratitud.
*El párrafo del marido y esposo, es una breve historia que me contó mi abuelita. Y el restaurant en N.Y. si existe y es uno de los mejores.
La canción de Ricardo Arjona: Ella y El, fue la que inspiro para escribir este fic, junto a la de Asignatura Pendiente.
Gracias también a las lectoras silenciosas que se que andan por ahí. Espero que un dia de estos se animen a saludar! Yo les mando por lo pronto un Beso!
Con respecto a la nueva historia, ya tengo el prologo y dos capítulos, la subiré en unas dos o tres semanas, primero tengo que arreglar unas cosas, pero varias ya me tienen en alerta de autor, asi que si gustan acompañarme, pónganme alerta y les llegara mi aviso y a mi me harán feliz al acompañarme
Sin mas, me despido en esta historia, y espero leerlas pronto en unas dos semanas…
Con mucho amor!
Zo*