CAPÍTULO 4. "Luna de Tokyo"

Era una noche preciosa, sin lugar a dudas… Tokyo era una ciudad diferente comparada con el lugar en el que siempre había vivido; a decir verdad: ¡todo era tan distinto a su antigua vida! Pero había algo que siempre estaría ahí, que nunca cambiaría: la Luna. Tan hermosa y perfecta como siempre.

- La luna… –susurró para sí recordando cómo le gustaba observarla junto a él, todas las noches, antes de acostarse.

Sonrió tristemente. "Sólo son recuerdos, debo olvidar mi pasado, más ahora que he recuperado parte de mi vida". Cerró los ojos evocando a un moreno…

- ¿Gaby? –la interrumpió el chico que ocupaba en esos momentos su mente.
- Aquí estoy Darien, en la terraza de tu dormitorio.
- Tu habitación está lista. La he acondicionado con las pocas pertenencias que traías contigo.

Ella lo escuchó pero no le respondió de inmediato. Seguía observando embelesada aquella figura redondeada que brillaba esplendorosa.

- ¿Te gustan las vistas?
- Es precioso Darien –se giró hacia él. - Yo… no sé como agradecerte todo lo que has hecho por mí estos días que he estado aquí en Tokyo.
- Lo que aún no comprendo es que no me quieras decir quien eres. No te conozco de nada, en cambio tú…tú me conoces a mí, sabías mi nombre en el momento que nos encontramos, y de eso hace un par de días solamente.

La morena entró al dormitorio y se paró sin volver su vista atrás.

- Lo lamento Darien… Por ahora no puedo decirte nada, compréndeme. Necesito olvidar y no es fácil –una lágrima traicionera resbaló por su mejilla sin darse cuenta. - Dame tiempo, te lo ruego.
- Gaby… –se situó frente a ella, cogió su pañuelo y con suma delicadeza limpió aquella lágrima. - Te ayudaré en todo lo que pueda, tenlo por seguro.
- Gracias, muchísimas gracias –le ofreció una sonrisa sincera. Y sin que el muchacho lo esperase, lo abrazó con tal ímpetu que jamás había visto en cualquier otra chica.

Sonrió.

- Muy bien señorita –habló separándose lentamente de ella. - ¿Quiere ver cómo ha quedado su habitación?
- Me encantaría.

Atravesaron la habitación del joven, y justo al fondo de ésta, se encontraba una puerta. La abrió. Allí se encontraba el cuarto de la chica.

La primera impresión de Gabrielle fue de nostalgia.

- ¿Pasa algo? –preguntó Darien con cierto miedo.
- No, es sólo que...
- ¿Te parece una habitación muy infantil? No sé porqué me decidí a pintarla de rosa. No conozco mucho los gustos de las jovencitas de tu edad, y algo que sé es que a Serena le gusta el color rosa, por eso creí que... –puso los dedos sobre sus sienes. - ¡Qué estupidez la mía!
- Para nada Darien, no te preocupes. Es más, me gusta este color, no te preocupes, sólo que me hizo recordar.
- Ya veo. Bueno, espero que te sientas cómoda en el piso. Lamento que no sea muy espacioso, pero es lo que hay…me gusta la comodidad pero también la intimidad, y una mansión lujosa con un montón de criados no me dará la intimidad que necesito.
- Lo entiendo. Sé que estaré muy bien aquí. Piensas demasiado en mi comodidad –sonrió alegremente - no pienses más en ello, ¿está bien? –y le dio un beso en la mejilla. - Me encanta la habitación. Buenas noches Darien.
- Buenas noches Gabrielle, que descanses.

Su mente vagaba por mil situaciones mientras se quitaba su ropa y se ponía su pijama, pero no había ni una sola pista que pudiese ayudarle a saber de quién se trataba aquella muchacha. Era una persona paciente y esperaría a que ella le dijese algo; además existía el factor confianza. No sabía porqué pero sabía que podía confiar en Gabrielle, algo le decía que era alguien muy importante para él.

- ¿Quién será en realidad esa chica? –se quedó pensativo hasta que se durmió.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Dando un portazo a la puerta de cristal que daba a la terraza, se adentró de nuevo en la habitación.

- ¡Maldición! Hace sólo un par de días que se ha ido y ya no puedo más. Si esos inútiles no son capaces de encontrarla, yo mismo lo haré, no pararé hasta dar con su paradero. Debo hacer que vuelva de nuevo –se quedó pensativo. - ¿Será posible que se haya escapado porque no soportaba más vivir aquí? No lo comprendo. Lo tenía todo, TODO…y se fue; me dejó. No podré soportarlo mucho más.

Se sentó pesadamente al borde de su cama, con sus manos en su cabeza, mirando el suelo intentando calmarse.

- Esto ya no es lo mismo; me siento tan solo, sin escuchar tus risas. Las noches mirando la luna no serán igual sin ti a mi lado. ¿Estarás bien? ¿Te habrá ocurrido algo? No puedo con esta incertidumbre. Si en una semana no te han encontrado, yo mismo te buscaré cueste lo que me cueste.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

- Darien… ahora que te he encontrado nunca más volveré a separarme de ti –su mirada se volvió hacia la ventana y desde su posición, allí acostada en su cama, observó una vez más la luna antes de quedarse profundamente dormida. - Olvidaré mi pasado, ¡juro que lo haré! –dijo con determinación aun cuando una tibia lágrima salía de sus ojos.

CONTINUARÁ…


... NOTAS DE AUTORA ...

Pues nada, me robé un tiempito hoy que puedo entrar al pc y subo este capi (no sé cuando podré volver a conectarme para subir el siguiente u_u paciencia). Espero que os guste, y ya sabéis que cualquier comentario es bienvenido ^^

El título de este capítulo es un poco tonto, pero no se me ocurrió otro, sorry por eso =P (soy malísima con los títulos jajajaja). Sobre el capítulo...pleaseee, no penséis cosas raras de Darien y Gaby jojojo no es lo que parece por ella estar viviendo con él xD (pero me gusta enredar las cosas, qué le vamos a hacer jiji).