Hola chicos y chicas, les traigo el séptimo capítulo de este fic

Ya saben, ninguno de los personajes me pertenecen, todos son de Kishimoto

- Itachi es sexi – Diálogos

- Pein es lindo – Pensamientos

- HIDAN ES BONITO – Gritos

~ Flashback ~


NO QUIERO UNA ETERNIDAD PELEANDO

Otro día en el que Hidan lamentaba haber hecho el pacto con la iglesia jashinista, el albino solamente quería poder atravesar su corazón con una estaca y que dejara de latir en un segundo, de preferencia después de haber atravesado uno o dos de los corazones del imbécil avaro del que se negaba a pensar en su nombre. Hidan había pasado los últimos días prácticamente escapando del moreno y de sus intentos por entablar una conversación con él, esos días de misión buscando al estúpido jinchuuriki del gato se le habían hecho más que eternos teniendo que permanecer callado, sobre todo cuando por culpa del avaro de Kakuzu tenían que pasar la noche al aire libre o cuando tenían que ir a esos lugares de mala muerte donde el moreno intercambiaba lo cadáveres por recompensas.

K x H

Al fin habían encontrado a la jinchuuriki poseedora del dos colas y la muy desgraciada se atrevía a intentar huir de ellos, como si alguna vez se hubiese librado alguien que ellos decidían cazar, por eso eran los mejores en todo Akatsuki, superando y por mucho la dupla que habían hecho hasta hace poco Sasori y Deidara.

Pero volviendo al tema de la jodida jinchuuriki… ¡como odiaba a la maldita mujer! ¡¿Quién coño se creía que era para estar tirándole agua jodidamente caliente?! ¿No se supone que a los gatos no les gustaba el agua caliente? ¡Y aquí viene ella a ser la puta excepción a la regla! Si tan solo Kakuzu decidiera cooperar un poco más él no estaría en tantas dificultades para ser más discreto y entonces ellos podrían salir del país antes de levantar sospechas. No es como si fueran a movilizar a los equipos especiales para encontrar a un jinchuuriki, al contrario, todos en ese país de mierda estarían sumamente agradecidos con ellos por librarlos de esa potencial amenaza. Aun así debían mantener todo en secreto, probablemente las personas no estarían tan de acuerdo si supieran para qué estaban usando a los jinchuurikis ni qué es lo que planeaban hacer una vez tuvieran todos los bijuus.

― ¿Quieres apurarte? ― La voz de Kakuzu rompió la concentración que había logrado mantener desde que había logrado obtener un poco de sangre de la mujer, dando inicio al ritual en el que se encontraba inmerso ― Me estás haciendo perder dinero.

Una vena creció en la frente del albino al escuchar el motivo del moreno para apresurarlo, el jodido dinero era lo único que le importaba al imbécil avaro que tenía por compañero, era el dinero lo que había salvado al acostarse con él, era el puto dinero lo que los había unido en primer lugar: Hidan quería sacrificios de primer nivel para Jashin y Kakuzu tenía toda una lista de ninjas de primer nivel por los cuales se pedían sumas exorbitantes de dinero.

― Estos sacrificios llevan tiempo ― se quejó sentándose en el área del circulo que había dibujado al iniciar el ritual ― además no entiendo por qué la puta prisa, aun no encontramos al siguiente objetivo y no tienes una recompensa que cobrar pronto ― gruñó el albino conteniendo las ganas de atravesar uno de los corazones que sabía que el tesorero custodiaba celosamente en la parte trasera de la espalda. Lo único que lo detenía era la seguridad de que el tesorero le cercenaría alguna parte del cuerpo antes de que él lograra acercarse a algún corazón y, en secreto, casi sin confesárselo a sí mismo, estaba el miedo irracional de lograr hacer daño a alguno de los corazones del moreno y con eso acortar la vida de éste.

A pesar de lo que todos los miembros de Akatsuki creían, la pareja inmortal que formaban ellos dos tenía un pequeño defecto: uno de ellos era mortal. A pesar de haber podido alargar su vida gracias a ir recolectando corazones, Kakuzu aún podía morir si en determinado caso alguien tenía la suficiente destreza y suerte para lograr llegar a los corazones de éste.

― Tal vez no tengamos una misión pronto pero eso no significa que me guste perder el tiempo ― gruñó Kakuzu poniéndose de pie al ver cómo el ritual de Hidan ya había terminado, tenía que tomar el cadáver de la jinchuuriki y llevarlo al punto de extracción que habían montado después del fracaso de la misión de Sasori y Deidara de atrapar al nueve colas ―. Y si no te mueves vamos a dormir al aire libre esta noche ― advirtió empezando a adelantarse.

Kakuzu no pudo evitar formar una sonrisa de lado que fue ocultada por la mascarilla de su rostro, escuchar al albino quejarse de sus hábitos financieros era mucho mejor que no escucharlo en lo absoluto. A pesar de lo mucho que se quejaba de lo irritante que le parecían los berridos que el albino insistía en decir que eran canticos de su religión, Kakuzu se encontró extrañando éstos cantos después de haber pasado varios días despertando con el absoluto silencio del jashinista, además de haber roto su propio récord de quietud, siendo que el albino no había abierto la boca en todo ese tiempo ni para quejarse de alguna de sus decisiones.

Si Kakuzu decidía que dormirían al aire libre el albino se tendía en un lugar libre de hierbas lo más alejado del moreno que podía; si Kakuzu lo hacía cargar el cadáver de una de las recompensas por más de tres horas entonces por tres horas lo escuchaba bufar de vez en cuando pero siempre cuando el albino creía que no estaba cerca o cuando creía que no lo escucharía. Si el tesorero decidía que esperarían en las afueras de una aldea para saber dónde estaba el objetivo entonces durante horas el albino se iba al interior del bosque para hacer sus rezos o cualquier cosa que lo mantuviera ocupado y de preferencia lejos de él.

Para Kakuzu escuchar al albino quejarse era algo que le daba un poco de paz, si consideraba que al momento de dejar el cuerpo de la jinchuuriki tendrían que ir a buscar al nueve colas y por la última experiencia del grupo, habían comprobado que no sería muy fácil.

K x H

Estaba harto de cargar el estúpido cadáver del maldito monje de mierda, estaba empezando a pudrirse el maldito cuerpo y el puto olor iba a quedarse en su cuerpo toda la maldita vida. Si no pagaran lo suficientemente bien por el tipo de hombre que era este monje, hacía mucho tiempo que habría tirado el cuerpo en el primer hueco que hubiese encontrado sin importarle lo que el moreno le dijera por haber tirado la maldita recompensa.

Y para terminar de arruinar las cosas, el lugar donde intercambiaron el puto cuerpo era un baño público. ¡Un jodido y maldito baño público! Además del puto olor a cuerpo pudriéndose, iba a tener en su cuerpo el olor a orines de quién sabe cuántos desconocidos. Y para terminar de arruinar su día había olvidado que no iba a hablar con el moreno en lo que quedaba de la vida, pero el imbécil había insistido sin darse cuenta, molestándolo más que antes, teniendo peticiones irracionales y llevando su tacañería a niveles casi preocupantes, el imbécil lo sacaba de quicio.

Y ahora esta maldita molestia ― pensó al ver llegar un escuadrón de ninjas de la aldea de la hoja, no sabía si no lo conocían o simplemente eran idiotas que se habían atrevido a enfrentarlo sin un plan estructurado, aunque, si quería ser sincero, no importaba cuántos planes construyeran, cuántas estrategias pusieran en práctica, nunca iban a logra vencerlos.

K x H

― Oye, estoy cansado ― murmuró Hidan dos pasos detrás de Kakuzu mientras caminaban hacia un lugar donde pudieran estar seguros para realizar la extracción del bijuu ― ¿Tenemos que seguir caminando? La extracción empezará mañana.

― ¿Ahora me hablas? ― El moreno se giró un momento antes de seguir caminando sin esperar la respuesta de un molesto albino quien había vuelto a olvidar que había decidido guardar silencio para siempre cuando estuviera fuera de misión con su compañero ― Necesitamos encontrar un lugar donde esos ninjas de la hoja no nos encuentren, como mataste a su maestro supongo que querrán una especie de venganza ―. Hidan chistó con burla, como si tres niños pudieran hacerle algo a alguien que era inmortal como él o casi inmortal como su compañero. Sin contestarle al moreno continuó caminando tratando de guardarse sus quejas para más adelante ― ¿En verdad seguirás sin hablarme? ― cuestionó el moreno deteniendo su paso e impidiendo que el albino avanzara.

― ¿Necesitamos hablar para hacer nuestro trabajo? ¿O es que has vuelto a apostar con el líder y la sardina? ― Las palabras del jashinista estaban desprovistas de pasión y el único sentimiento que se le habían impreso era el de sarcasmo ―. Solo déjalo estar, no necesitamos ser amigos ni nada, anciano.

― Tú nunca morirás y yo acumularé los corazones que sean necesarios para mantenerme con vida ― explicó el moreno afilando sus ojos, haciendo que Hidan sintiera un repentino estremecimiento en el aire, como si las palabras del mayor estuvieran cargadas de un significado oculto ―. Vamos a estar juntos el resto de la eternidad, ¿quieres pasarla peleando?

Hidan se mordió el labio inferior antes de chistar y voltear la cara, lo último que quería era ver el rostro del tesorero y que se diera cuenta que estaba bastante de acuerdo con el hecho de estar juntos el resto de la eternidad. Sin decir una palabra para el mayor, simplemente asintió y continuó caminando, sin darse cuenta que acababa de quitarle un peso de encima al mayor.


Muy bien, aquí el séptimo capítulo. Sé que tardé más de 4 años en traerles esta actualización, lo siento con todo el corazón. Pero a partir de ahora trataré de actualizar TODOS mis fanfics una vez cada mes, lo prometo. Faltan como dos capítulos más o menos para el final de esta historia. Espero sus comentarios sobre el desarrollo de esta historia. Gracias por su paciencia.

Larga vida y prosperidad.