Disclaimer: Ningún personaje me pertenece, todos son propiedad de CLAMP. No gano dinero con esto.

Magic

Capítulo 1

―¡Humm! ―Sakura bostezó mientras se levantaba de la cama. Abrió la ventana para que pasara un poco de aire y se ventilase la habitación. Mientras se ponía el uniforme oyó cómo uno de los cajones de su mesa se abría y salía Kero. ―¡Buenos días, Kero! ― saludó con una sonrisa.

―Buenos días, Sakura ―respondió el guardián de las cartas bostezando. ―¿Hoy también eres encargada? ―preguntó mientras miraba la hora en el reloj. Sakura asintió mientras se hacía las dos coletas en el pelo.

―¡Sakura! ¡El desayuno está servido! ―la voz de su padre la llamó desde abajo. Corriendo abrió la puerta de su habitación y bajó las escaleras, dejando a Kero aún medio dormido en su habitación.

―!Buenos días, padre! ―saludó sentándose en la mesa preparada para comer. ―¡Buenos días, madre! ―su padre sonrió y le devolvió el saludo. Sakura comió rápido para poder ir junto a su hermano a la escuela y así poder ver a Yukito, el mejor amigo de su hermano.

Se puso los patines y gritó a su hermano que la esperase, quien la ignoró y siguió su camino calle abajo. Una vez llegó a la escuela limpió la clase junto a Yamazaki y no pudo evitar recordar que el año pasado solía hacerlo con Syaoran. No quería ponerse triste así que intentó quitarse ese pensamiento de su cabeza, a él no le gustaría verla así.

―¡Buenos días, Sakura! ―saludó enérgica Tomoyo. Sakura sonrió, agradecida de que alguien la distrajera y le devolvió el saludo.

Durante las clases, Sakura pensó en cómo habían cambiado las cosas desde el verano pasado. La silla de detrás de ella, antes ocupada por Syaoran, ahora estaba vacía. Desde que convirtió todas las cartas en suyas y Eriol y Syaoran habían vuelto a casa, todo estaba extrañamente tranquilo. Al principio había estado un poco alerta, encontrando raro que todo hubiese terminado y que ya no tuviese que usar más las cartas para luchar, pero poco a poco se fue acostumbrando a la tranquilidad y la paz que tanto había añorado.

Aunque ahora le faltaba algo. Suspiró. Sin Syaoran nada era lo mismo. Desde que el chico se le había declarado que no podía quitárselo de la cabeza, a ella también le gustaba mucho, y aunque se lo dio a entender el día que se despidieron en el aeropuerto, le quedó el remordimiento de no habérselo podido decir. Ansiaba tener a su amigo de vuelta a su lado, cierto era que se habían escrito cartas durante todo el verano y ahora que habían empezado un nuevo curso seguían hablando, pero nada era lo mismo.

Tomoyo la vio suspirar y se preocupó un poco por ella. Sabía que Sakura estaba bien, sonreía y estaba enérgica como siempre, pero también notaba que echaba mucho de menos a Syaoran. Disimuladamente, sin que el profesor se diera cuenta, le tocó el brazo, dándole a entender que no pasaba nada y que seguro que se veían pronto. Sakura le sonrió y le dio las gracias por preocuparse, pero aseguró estar completamente bien.

Cuando acabaron las clases, Sakura y Tomoyo volvieron juntas hacia casa y Sakura le contó a Tomoyo sobre sus reflexiones en clase.

―¿Estás segura de que estás bien, Sakura? ―le preguntó. Que se comiera tanto la cabeza no era buena señal, estaba segura.

―¡Claro que sí, Tomoyo! No te preocupes ―. Le aseguró sonriéndole. ―Es sólo que le echo de menos ¿sabes? Pero no te preocupes, no me voy a deprimir ni nada. Estate tranquila, ¿sí? ―Tomoyo quiso creerla y le sonrió.

―Mañana empiezan las vacaciones de invierno, ¿te apetece que hagamos algo? ―preguntó la morena.

―¡Claro!

Se separaron para ir a casa y quedaron en encontrarse al día siguiente en casa de Sakura para ir a pasear por la feria del templo. Cuando Sakura llegó a casa se puso a limpiar la casa con Kero al lado ayudándola en lo que podía, no sin antes haberle hecho prometer a Sakura que le daría un trozo de pastel.

Kero también la notaba un poco nostálgica de vez en cuando, pero como ella aseguraba estar bien, tampoco podía hacer mucho. En el fondo siempre supo que el mocoso no era mala persona, pero por alguna razón no lo soportaba mucho. Y el hecho de que el hermano de Sakura supiera lo de las cartas y de su existencia no le acababa de gustar al guardián, decía que ponía en peligro la seguridad de las cartas porque podía escapársele en cualquier momento. Aunque Sakura aseguraba que también se le podía escapar a ella y en cambio era la señora de las cartas.

Sakura subió un par de vasos con zumo y un par de trozos de pastel de chocolate a su habitación para que Kero estuviese contento, consiguiendo así sacar al guardián de sus pensamientos.

―¡Sakura! ¡Hay correo para ti! ―Sakura sonrió contenta al oír la voz de su hermano decirle eso y bajó corriendo las escaleras para coger su correo. Cuando volvió a la habitación, se tiró encima de la cama abrazando fuertemente una carta de la que Kero ya podía adivinar perfectamente el remitente. Kero decidió seguir comiendo pastel mientras a su señora se le pasaba la tontería.

Observó la cara de alegría e ilusión que se le ponía a Sakura con cada línea que leía. Eso quería decir sin duda que el mocoso le había dado buenas noticias.

―¡Sí! ¡No me lo puedo creer, Kero! ―el guardián se temió lo peor ―. ¡Syaoran va a venir a pasar las vacaciones de invierno aquí! ―se lo temía. Aunque la sonrisa de Sakura no podía ser más grande.

―¡Sakura, a cenar!

―¡Ya voy! ―Kero la vio bajar las escaleras sonriendo.

―Se te ve muy contenta, monstruo ¿qué ha pasado? ― Sakura le pisó el pie a su hermano con toda la mala intención del mundo antes de contestar. Odiaba que la llamase monstruo. Touya puso cara de dolor.

―Es verdad Sakura, se te ve muy contenta. ¿Has tenido buenas noticias? ―Sakura sonrió a su padre.

―¡Sí! Syaoran vendrá a pasar las vacaciones de invierno a Tomoeda ―. Ante tal noticia, Touya frunció el ceño. ¿El mocoso aún venía a molestar? Y yo que pensaba que ya me lo había quitado de encima pensó.

―Eso es genial, ¿verdad Touya? ―preguntó su padre. Su hermano simplemente afirmó con la cabeza. No le hacía la más mínima gracia tener el mocoso por ahí otra vez, molestando e intentando quitarle a su hermana.

El resto de la cena transcurrió sin más y Sakura se fue a dormir temprano. Mañana quería estar bien despierta para poder estar al cien por cien en la feria con Tomoyo.

Cuando se levantó al día siguiente lo hizo con energía renovada, esperando impaciente la llegada de la noche. Se cambió de ropa y bajó a hacer el desayuno para su padre y su hermano quienes aún dormían. Contenta como nunca, hizo todas las tareas que le tocaban sin prisa. De golpe, pensó que no había avisado a Tomoyo de la llegada de su amigo a la ciudad y justo cuando pensaba en llamarla, sonó el teléfono.

―¿Diga? Residencia Kinomoto.

¡Hola Sakura! Soy yo, Tomoyo.

―¡Ah! ¡Hola Tomoyo! Justo pensaba en llamarte. ¿Qué ocurre?

Que coincidencia ¿eh? ― la oyó reírse desde el otro lado del teléfono―. Pues llamaba para pedirte que esta noche te pusieras uno de mis vestidos, ¿lo harás? Desde que transformaste todas las cartas que ya no puedo grabarte con mis vestidos y me haría mucha ilusión. ―Sakura sonrió. Era muy propio de Tomoyo llamarla para eso, tenía razón. Desde que transformó todas las cartas casi que no se ponía los vestidos de Tomoyo a falta de ocasiones especiales.

―¡Claro! ¡Sin ningún problema!

¡Genial! ¿Y qué querías decirme, Sakura? ―la aludida le contó lo de la llegada de su amigo a la ciudad y le gustó mucho que Tomoyo se alegrara tanto como ella de que Syaoran volviera. ―¿Así que le dijiste que le tenías que decir algo importante? ― Sakura asintió. ―Y lo harás ¿verdad? Finalmente se lo dirás.

―¡Sí! Finalmente podré decírselo ―. Sakura colgó el teléfono aún más sonriente tras oír el soporte de Tomoyo. Realmente esperaba que los sentimientos de Syaoran hacia ella no hubiesen cambiado.

Cuando finalmente llegó Tomoyo con la ropa para Sakura, ésta se apresuró a cambiarse. Tenía muchas ganas de salir y ver la feria. Kero había querido ir pero Sakura le había dicho que era mejor si se quedaba en casa porque irían con Chiharu, Rika y Naoko. El guardián se quedó, con la promesa de que Sakura le traería cosas dulces para comer.

Una vez llegaron al sitio acordado para encontrarse con las demás, se sentaron a esperar. Sakura estaba especialmente contenta y no paraba de moverse, impaciente. Tomoyo la grababa en vídeo.

―Estás muy contenta ¿no, Sakura? ―dijo mientras sonreía. La aludida la miró sonriendo.

―¡Sí! Tengo muchas ganas de ver a Syaoran.

―¿Te dijo cuándo llegaría? ―preguntó curiosa.

―¡Oh! Pues ahora que lo dices… en la carta no mencionaba nada ―Sakura se quedó pensativa unos instantes antes de quitarle importancia diciendo que ya avisaría cuando llegase. Tomoyo sonrió; estaba muy contenta de verla así de feliz. Realmente esperaba que Syaoran aún la quisiese como antes.

―¡Sakura! ¡Tomoyo! ―las chicas se giraron al oír sus nombres para encontrarse con Chiharu y las demás. Se saludaron y se adentraron en la feria, impacientes por ver muchas cosas bonitas. Empezaron comprando algodón de azúcar y mientras comían, Naoko y Sakura intentaron cazar globos de colores en un charquito, aunque fracasaron tras varios intentos.

Naoko insistió en entrar en el castillo del terror y arrastrando a Sakura, entraron. La pobre tenía tanto miedo que iba abrazada a Tomoyo intentando no mirar ni escuchar nada.

―Vamos Sakura, si sólo son personas disfrazadas ― Rika intentó animarla, pero con Naoko al lado, de poco le servía.

―Pero están tan bien disfrazados que engañan ¿eh? Imaginaos que fueran reales ―Sakura gritó con tan sólo mencionarlo, provocando risas en las otras chicas. ―Perdona Sakura, no quería asustarte ―. Se disculpó. Sakura le quitó importancia diciéndole que era culpa suya por ser tan asustadiza.

Una vez consiguieron salir del castillo del terror, Sakura volvió a sonreír. Feliz de volver a estar al aire libre sin monstruos ni fantasmas alrededor. Se quedó un momento mirando el cielo estrellado que brillaba y se preguntó cuándo podría ver a Syaoran de nuevo.

―¡Sakura! ―Tomoyo la llamó y le indicó que debían irse para seguir viendo la feria. La castaña corrió para atraparlas y sin querer chocó contra alguien.

―¡Oh! ¡Lo siento! ―se disculpó ofreciendo una mano a la persona de delante ―¿estás bien? Lo siento no miraba por donde iba y…

―Estoy bien.

―¡Sakura! ¿Estás bien? ―Tomoyo había visto lo ocurrido y había ido corriendo a ver si su amiga se había hecho daño. ―¿Sakura? ―no entendía por qué su amiga no respondía y no lo entendió hasta que se giró para ver con quién se había chocado Sakura. Ella también quedó en shock.

―¿Syaoran?


¡Hasta aquí el primer capítulo! (que es más bien una introducción). Espero que os haya gustado :) juro que pronto se pondrá interesante.

Un besitooo :D

siesna.