Digimon Zero Two y sus personajes no me pertenecen.


Rosas

Bueno, no había sido intencional esta vez. El alcohol furtivo, la música estridente y sus ojos nublados por el mareo; no se suponía que alguien pensase en tales circunstancias. Pero, eso no era algo que su novio pudiera creer. La tercera vez en estos últimos treinta días, la segunda que él había visto con sus propios ojos.

Viéndolo con frialdad, Yamato tenía múltiples razones para considerar acabar con todo; la intolerancia, el miedo y el dolor mudo de sus primeros días parecían valer poco o nada para el ánimo inconsciente del castaño. Considerándolo, existían más posibilidades de salir soltero del hogar de los Ishida que cumplir con su cometido de reconciliarse.

Genial. Ni siquiera había disfrutado besar a esa chica. ¡Era rubia, por todos los cielos! En la oscuridad poseía una increíble semejanza con su rubio, y simplemente se dejó llevar. Luego, maldita casualidad, Matt lo reconoció y… las consecuencias yacían en sus pasos inseguros a la puerta harto conocida.

—Tú puedes hacerlo, Taichi. —musitó, molesto consigo mismo—. Salvaste dos mundos, viajaste a la red, evitaste que un misil destruyera Japón ¿Y no puedes pedirle perdón a Yamato?

Recuperando el aliento perdido, presionó el pequeño timbre con la mano libre. Al no obtener respuesta insistió y –hallando valor de algún rincón extraño de su mente –vociferó que no se iría hasta que charlasen como las personas civilizadas que eran. Grandioso, primero engañarlo y ahora amenazarlo; su semana no podía ponerse mejor.

Ojos azules, enrojecidos, observándolo con dureza; echó un vistazo al ramo de rosas blancas en su mano derecha antes de hacer lo que venía a hacer. Y, rayos, no sería nada fácil.


N/A. Ah, no sé ni en donde clasifico eso. Supongo que vi unas flores o escuché una canción cursi y la idea surgió sola. Reviews y críticas, abajo.