Konnichiwa! como lo prometí, traigo el día de hoy la última parte de este fanfic :D

Mi computadora aún está descompuesta, pero mi tío me prestó su lap-top (Yey :D) así que con computadora en mano, espero escribir pronto el capítulo 12 de mi otro fic.

Nota: En realidad esta parte es una extensión de la idea original; digamos que el verdadero final es como acaba el capítulo anterior. Dejó a su elección leer esta parte; nos leemos al final :D

Disclaimer: Ni Bleach ni los personajes son míos; son de Tite Kubo.


Adiós


El invierno pasó lentamente, así como las demás primaveras. Tres años después de aquel incidente Hitsugaya continuaba viviendo en aquella cabaña; cada lugar que el ojiesmeralda observaba estaba llenó de recuerdos con la joven; sonrió con pesadez.

Se acurrucó a un lado de la chimenea, y dejó que su mente lo llevará al mundo de los sueños.

― ¿Y bien? ¿qué hago aquí? ― preguntó el chico a un ente de luz.

― ¿De verdad la amas? ― preguntó la voz varonil suavemente.

Él asintió pasiblemente a aquel ente, sin mencionar nada. Ese ser le miró detenidamente por instantes, posteriormente esbozo una sonrisa amarga antes de hablar.

― ¿La quieres a tu lado? ― Las palabras hacían eco en la cabeza del humano; pues era obvia la respuesta, por qué le preguntaba, ¿acaso ella no había desaparecido? ¿acaso su alma no se había quebrado ya? Haciéndola desaparecer de la tierra.

― Hmp ― fue el si, por respuesta; pero sentía algo dentro de su ser, tal vez era miedo, no lo sabía; aún así asintió.

― ¿Aunque te cueste la vida?

― Si; si mi vida es el precio, estoy dispuesto ― replicó sin dudar.

― Eso es bueno; pero egoísta. Si mueres ella me odiaría, además su espíritu no desapareció, al parecer su alma se conservó débilmente, pasando al mundo de los no vivos.

Silencio, era lo único que había; el espíritu continuó.

― Ella no puede regresar, jamás volverá, pero tu puedes ir a su lado― Hitsugaya abrió los ojos sorpresivamente, varias emociones inundaban su ser.

― ¿De…verdad? ¿Puedo ir? ― preguntó dudoso.

El ente afirmó; y agregó ― Pero no puedes recurrir al suicidio; tu destino no era conocerla, el de ella no era acabar con su vida y ser un fantasma. Aún así todo eso sucedió ― calló un momento, y suspirando prosiguió ― Si renuncias a la reencarnación del alma, si renuncias a tu existencia, y a tu destino; es posible que la vuelvas a ver; así como es posible que jamás la encuentres. Es tu elección.

Toushiro dudó, no por él; sino por su familia, amigos, aquellos seres que apreciaba. El riesgo que corría era grande, la recompensa dudosa. Aún así, sí él renunciaba a su existencia; entonces nadie jamás le conocería ni le extrañaría; ese pensamiento le conforto.

― Acepto; estoy dispuesto a renunciar a mi propia existencia con tal de estar a su lado ― respondió con firmeza y seguridad.

― Eres extraño, chico; jamás pensé encontrar a alguien como tú ― le dijo el espíritu con una sonrisa sincera, y plena.

Aquel ente dirigió su mano lentamente a la frente del joven; mientras por la mente del ojiesmeralda cruzo un "adiós" para con sus seres queridos; en ese instante aquel muchacho desapareció de aquel lugar.

Era un lunes por la tarde; dos jóvenes aparcaban frente a una cabaña, el primero era un varón de cabellos negros, piel bronceada, ojos de color zafiro, aproximadamente 22 años de edad; seguido por una linda muchacha de cabellos negros; ambos llevaban ropa abrigadora pues era invierno; ambos observaron incrédulos un destello de luz proveniente de aquella cabaña; y por un momento sintieron un leve dolor de cabeza.

Alegremente bajaron varias cosas de la camioneta que llevaban; entraron a aquel lugar; pero instantes después de su llegada observaron la chimenea encendida. Aquella pareja se sorprendió al ver el fuego; y los dos sin desearlo dejaron fluir unas lágrimas de sus ojos.

― ¿Sabes…? ― habló el hombre; Hitsugaya Suichiro ― No sé por qué; pero repentinamente sentí una gran tristeza ― se justificó mientras se oprimía su pecho con sus manos.

La mujer asintió con lagrimas en sus ojos, abrazando con ternura a su esposo por la cintura; susurrando…

― Lo sé; a mi igual…

Ambos callaron; confortándose mutuamente dentro de la cabaña, cubriéndose de la blanca nieve; sin saber la razón momentánea de su tristeza.


Un nuevo comienzo


Los árboles se encuentran frondosos, el sol irradia calor y su esplendor; las flores de múltiples colores adornan los jardines de una mansión europea estilo barroco; en medio de aquel patio se encuentra una fuente de una musa medieval con cántaro en mano, del cual surge el agua clara como el cristal; formando un pequeño arcoíris producto del choque de los rayos solares con aquel líquido.

Una joven de ojos violetas, piel clara y cabellos negros que le llegan a la cintura camina elegantemente por el pasillo del la mansión, resguardándose del sol, dirigiéndose hacia el patio ulterior de aquella casona, mientras contempla el hermoso paisaje. La chica tiene la mirada triste y perdida, hace unos días su boda fue anunciada, así que se tiene que casar con un conde inglés.

Ella no quiere, sus padres tampoco, pero el conde tiene poder y posición, no tiene opción, es mandato del gobernante de la ciudad. Lo único que impediría su matrimonio sería la muerte; pero eso sería muy cruel para con su familia; sacude su cabeza para despejar sus pensamientos. En ese momento una luz azul se observa detrás de unos árboles; la chica corre hacia aquel lugar ―algo temerosa, pero decidida a ver que pasa―. Al llegar observa a un joven de cabellos plateados, esmeraldas por ojos, piel bronceada; la imagen de aquel hombre era simplemente cautivadora; pero saliendo de sus ensoñaciones, la muchacha le tendió la mano.

― ¿Se encuentra bien? ― preguntó la femenina voz; el joven al escuchar ese harmónico sonido levantó su mirar, y observo lo que tanto anhelaba; "Es ella" pensó. Acepto con gusto la mano tendida para ayudarle a levantarse, aquel tacto era el mismo; el calor, la suavidad, todo era igual, definitivamente era ella.

La chica le miró a detalle; los ojos de aquel hombre reflejaban amor, anhelo, tristeza, alegría…

Aún cuando ella era inexperta en el las relaciones amorosas; aquel mirar le hacía sentir algo inexplicable, desconocido.

Una vez el ojiesmeralda se encontró levantado; vio a la joven fijamente y susurró con gran sentimiento

Rukia…

― ¿Me conoce? ¿Quién es usted? ― Esas fueron las palabras que salieron de aquellos finos labios, destrozando el corazón del joven; haciendo que su pecho se encogiera, y sintiera un nudo en su garganta. La joven le miraba únicamente esperando una respuesta que tal vez no llegaría.

― Ah… ― "No me recuerda…" rió con ironía mentalmente. No sabía que hacer; años extrañándola, primaveras esperándola sabiendo que no regresaría y ahora esto.

A lo lejos se encontraban varias amas de llaves gritando el nombre de la pequeña dama; al escuchar eso Toushiro le tomo de la mano, y corrió hacia lo más profundo de aquellos árboles; ella le siguió sin protestar, no sabía la razón, pero en su corazón sentía que podía confiar en aquel hombre.

Los gritos de las doncellas que le buscaban, ahora se perdían en la lejanía; ambos chicos se detuvieron cerca de un rio con una cascada; el cual le recordó a Hitsugaya la vez que Rukia se alejó en verano para nadar un rato. Ante tal pensamiento se sonrojo. Soltó la mano de la muchacha, ella le miraba profundamente.

― L-lo siento… ― musitó por lo bajo.

― No hay problema ― respondió con firmeza, pero en un tono preocupado y triste continuo mientras veía la cascada ― De cualquier forma no quiero regresar…

― ¿Por qué?

― En una semana será mi boda, el día de hoy mi prometido vendrá a verme ― Los ojos varoniles se ensancharon, su seño se frunció, y apretando sus puños hasta emblanquecer sus nudillos preguntó.

― ¿Le… amas? ― su voz era casi un hilo; la respuesta de la joven fue una negación de la cabeza y una lágrima que recorría su rostro.

― ¿Es el duque? ― Ahora los ojos de ella se abrieron.

― ¿Cómo lo sabes? ― demandó respuesta.

― Porque te amo…

El sonido de la cascada, el del viento, y el de las aves se escuchaba, lo demás permanecía en silencio, tranquilo; mientras unas orbes violetas se abrían de par en par al sentir unos cálidos y fuertes brazos rodear su cintura; intento protestar y alejarse de aquel hombre, pero no podía, no quería; así que se dejó envolver y atrapar por esa hermosa sensación, pero al mismo tiempo dolorosa que le hacía sentir aquel joven.

― Ven conmigo ― dijo Hitsugaya en casi una plegaria, pero aún así con firmeza. Ella le miro a esos ojos verdes, que reflejaban la inmensidad de una joya mística y cautivadora; ella agachó su mirar y asintió con la cabeza, no sabía la razón de su actuar, ¿cómo le aceptaba si le acababa de conocer? No lo entendía; pero en el fondo sentía que eso era lo correcto.

Toushiro sonrió, la abrazó más fuerte, atrayéndola hacía él; con su mano derecha acarició los cabellos de la joven, y la mejilla de la misma. Ella murmuró.

― Por ahora un abrazó es lo único que puedo darte, hasta que… te canses de mí ― lo último en un tono apagado. Él recargo su barbilla en el hombro de ella, y susurrándole al oído le dijo.

― Jamás me voy a cansar ― Rukia finalmente correspondió el abrazo, y sonriente comentó mientras daba un tierno beso en la mejilla del chico.

― Entonces permanezcamos abrazados.

Ambos caminaron tomados de la mano hacía la salida del bosque, encontraron un peñasco, a Hitsugaya le pareció que era en el mismo que una vez soñó cuando su amada se suicidaba, así que se acercó un poco a la chica, le dedicó una mirada tierna, y continuaron caminando hasta perderse en la lejanía de aquel lugar.


Nota Final: Ahora sí; esta última parte la escribí porque no quería dejar a Shiro-kun así; me sentí mal U_U (gomen! no creó que este preparada para el angst y el drama). Además el fic era tan romántico (según yo), que no pude poner final trágico.

Gracias a las personas que pusieron esta historia en sus favoritos, a los que me dejaron reviews, así como a los que leyeron estos cuatro capítulos:

jessy moon 15: Gracias. Espero que te haya gustado esta extensión, o continuación ;D

Shinigami055: Gracias, nunca es tarde para recibir el review, cada comentario que me dejan es muy valioso para mi

.

Nuevamente gracias, y si este fic les entretuvo un rato y gustó; soy feliz, pues cumplió su cometido :D

Cuídense *besos*

Ja ne! ;D