DE INUKARENESMEE PARA MIS LECTORES:

Hola a todos! cómo estais mis adorados ichirukistas? sip, soy yo, actualizando por fín desde...ummm...mejor ni lo digo...2010?

Siento mucho haber tardado taaaaaaaaanto pero es que, ciertamente, se me había ido totalmente la inspiración para este fic. Me había quedado atascada! en ningún momento se me pasó por la cabeza dejarlo, tal y como algunas me preguntabais en vuestros reviews, aunque habiendo pasado tanto tiempo desde la última actualización, era lo lógico a pensar...¬¬

Bueno, en vez de aburriros con mis excusas y disculpas, qué tal si me centro en el capi y así no metemos en faena? La verdad es que temo que muchos de los que seguíais esta historia la hayais abandonado e incluso ni la recordéis, pero, para lo que aún siguen interesados, os informo de que os traigo un capi lleno de acción! En él se resuelven varias cosas y os enterais de una sorpresa, y al final, vuelve a aparecer un personaje que hacía tiempo que no salía, tal y como adelanté en mi último capi allá por el año mil...

En fin, como dicen que más vale tarde que nunca, cruzaré los dedos para ver si os gusta y si la historia aún tiene aceptación. Recordaros un punto muy importante: Cuando comencé a escribir este fic, Ichigo aún no había derrotado a Aizen. No sabíamos ni del Getsuga Tenshõ final y mucho menos de Mugetsu, así que vereis algunas incongruencias, como por ejemplo, que me invente un nombre nuevo para la zanpakutõ de Isshin...aunque...puede que me aproveche un poco del manga y me apropie de algunas cosas que sí que ya han acontecido, pero bueno, tiempo al tiempo, aún no lo he decidido!

Así que nada, os dejo con el capi y nos vemos abajo en mi tan acostumbrado cuestionario para fomentar el debate, jejeje.

Un saludo a todos y a todas y deseo de corazón que os guste!

CAP. 16: EL RENACER DE LA ESPERANZA.

Cuárdrado y Triguno, adjucas de alto nivel a un paso de evolucionar a Arrancars. Su rapidez a la hora de aprender y su evolucionada forma, que emula fácilmente la de un humanoide, fueron claves para que Aizen decidiera otorgarles esta misión con la promesa de convertirlos en Arrancars si cumplían con su cometido.

Pobres ilusos...

Karakura, 22:32 pm.

Dos hombres altos, de un aspecto muy parecido, posan sus pies en silencio sobre el negro asfalto de una de las calles de Karakura. En la oscuridad, una pequeña garganta se cierra tras ellos, dejandolos sigilosamente en el nuevo mundo que se expandía ante sus ojos.

Uno de ellos le hizo la señal al otro para avanzar, guiandose por la luz verde de un artilugio que llevaba en la mano, pequeño y translúcido, cuyo cuerpo entero era como una lámina de cristal por donde se reflejaba un mapa de la ciudad.

Tras utilizar el sonido por varios minutos, logran divisar una clínica familiar, adosada a una casa de dos pisos en cuya fachada se lee "Clínica Kurosaki". Triguno esboza una sonrisa maquiavélica al observar cómo aparecen cuatro lucecitas en su pantalla. Éstas revelan la existencia de cuatro reiatsus, dos de ellos normales, uno un poco más elevado y otro apenas perceptible.

-"Hemos llegado, hermano?" preguntó Cuárdrado. Sus negros ojos taladran los rojos de su hermano tras su flequillo.

-"Si. Debemos actuar deprisa para que esos estúpidos shinigamis vengan hasta aqui."

-"Aizen-sama nos dijo que sólo nos convertiría en Arrancars durante unas horas. Transformó nuestros reiatsus y nuestra apariencia. Si somos capaces de soportar los cambios durante la pelea, nos quedaremos así." explicó animado el falso arrancar, mirandose las manos con decisión.

-"Y la prueba de ello será que derrotemos a esos idiotas, verdad?" escupió Triguno, arrogante.

Clínica Kurosaki. 22:40 p.m

Kon bajó al piso inferior tan rápido como sus dotadas piernas le permitieron. A pesar de que le escocían los ojos por la intensa humareda que la explosión había provocado, fué capaz de distinguir la silueta de Yuzu acorralada contra una pared. Desesperado, se dirigió hacia ella para socorrerla.

La niña corrió hacia el que creía su hermano apenas lo vió acercarse, demasiado asustada para comprender y demasiado ignorante para saber que lo que había provocado que su salón y su cocina volaran por los aires era un ser de otro mundo.

-"Yuzu! Vamos, deprisa! Ven conmigo!" le ordenó Kon. De pronto, unos tentáculos lo agarraron del cuello, levantándolo del suelo y haciendo que soltara la mano de la pequeña.

-"Onni-chan! Qué te pasa? Oni-chan!" gritó Yuzu mientras trataba de bajarle al suelo. Ella no veía nada.

-"Buenas noches, mierdecilla. Estabamos aburridos en Hueco Mundo y decidimos venir a saludar" le habló Triguno, quien sonreía divertido mientras apretaba el agarre con los tentáculos que salían de la palma de su mano.

En ese momento el sustituto de Isshin llegó hasta ellos junto con Karin.

-"Yuzu! Aléjate de ahi! Vamos!" le gritó la de pelo negro, corriendo al encuentro de su melliza.

-"Quedaos justo detrás de mi!" les ordenó el Isshin sustituto mientras que las protegía con su cuerpo. Montando en cólera, se dirigió al par de seres que habían invadido la casa. -"Qué demonios queréis de nosotros!? Sabéis muy bien que no somos quienes buscáis!" les gritó.

-"Karin, no entiendo nada. A quién le habla papá? Y por qué onni-chan flota en el aire?" preguntó aterrada y desorientada la pequeña niña de pelo castaño.

Karin estrechó a su hermana mientras que observaba todo desde atrás. El ver a aquellos hombres era una ventaja. Ahora no podía permitirse el asustarse. El cuerpo de su hermano estaba siento ahogado por un ser de frios ojos rojos mientras que otro, de aspecto pétreo y gran altura, se acercaba amenazadoramente al cuerpo de su padre. Aquellos seres no vestían igual que Ichigo y no se sentían de la misma forma. Ellos no eran shinigamis y por lo tanto, sus intenciones serian de todo menos buenas. Con nerviosismo miró alrededor con la esperanza de poder encontrar algo que le sirviera para ayudar a Kon.

-"Ya sabemos que sois dos mierdas de almas modificadas. Dime, dónde están esos shinigamis?" preguntó con arrogancia Cuárdrado. Sin esperar respuesta, elevó su gran puño en el aire y lo bajó con gran rapidez, acumulando fuerza y velocidad con la intención de golpear el cráneo de Isshin con la mayor intensidad posible. Grande fue su sorpresa al encontrar resistencia en el antebrazo del alma modificada. Casi de inmediato, el falso Isshin le devolvió un fuerte golpe en la mandíbula que lo hizo retroceder mientras de quejaba de dolor.

-"Crees que Isshin-sama elegiría a cualquier alma modificada para custodiar a sus hijas?" le cuestionó, preparandose para entablar combate.

Karin supo aprovechar el momento de distracción para pasar corriendo entre las piernas del arrancar, agarrar un cuchillo de cocina que estaba en el suelo y lanzarselo a Triguno. Puso tanta ira y decisión que su determinación de liberar a Kon permitió que algo de su reiatsu se trasladara a la oja, otorgándole poder y permitiendo que pudiera dañar el cuello del arrancar, perforando la famosa piel de hierro.

Sin dudarlo, Kon se giró sobre sí mismo y utilizando la fuerza de sus prodigiosas piernas, le propinó una patada de talón al mango del cuchillo, clavándolo más en el cuello de Triguno y liberandose así de sus mortíferos tentáculos.

Mientras maldecía y se ahogaba con su própia sangre, el arrancar se apoyó en el suelo con sus dos manos. El dolor agudo no le impedía escuchar los gritos, golpes, ataques y recogidas que su hermano estaba llevando a cabo en el otro extremo de la habitación, mientras que luchaba contra el falso Isshin. Sus rojos ojos se oscurecieron por la indignación y la sospecha y sus párpados se entrecerraron, concentrando su mirada. Cómo era posible que dos simples almas modificadas estuvieran siendo capaces de hacerles frente? A caso no eran ahora mismo Arrancars? Su poder no había evolucionado hasta ese extremo?. Al instante sus preguntas fueron respondidas. En el suelo, junto a él, se encontraba el cristal que les había llevado hasta esa casa. Reflejados en la pantalla, con un intermitente pitido, se mostraban otros dos puntos rojos que se acercaban rápidamente a su posición. Los niveles de reiatsu le indicaban que eran los shinigamis a los que habían venido a hacer frente.

Preso de la furia y asustado por lo que su dotado cerebro fué capaz de cavilar, logró arrancarse el cuchillo y acumular toda la energía que le quedaba para crear un cero entre sus manos. Sin importarle su propio hermano, lo lanzó con toda sus ganas contra Isshin y Yuzu.

-"Oi! Cuidado!" gritó Kon, tratando de alcanzar a su compañero y a la hermana de Ichigo.

Karin se quedó paralizada al comprobar la magnitud de aquella bola de energía que acabaría con la vida de todos.

De pronto, una hermosa mujer de cabellos púrpura y piel morena apareció ante ellos en una pose felina y audaz.

-"Yo!" le saludó Yoruichi al mismo tiempo que agarraba a Kon y a ella y los sacaba fuera de la casa.

Un rombo enorme de color rojo neón frenó sin el más mínimo problema el cero, haciendolo desviarse y que impactara contra el techo de la casa, elevandolo por los aires y eliminando el piso de arriba. Urahara, sonriente, se había colocado justo delante de Isshin y de Yuzu en el momento del impacto. Apenas le dió tiempo a hablar cuando el alma modificada le agarró del cuello del haori y le encaró con furia.

-"Idiota! Pero has visto lo que le has hecho a la casa? Isshin-sama me matará cuando vea los destrozos!" le riñó.

-"Y qué querías que hiciera? De todas maneras el "cero" la habría destruido igual!" se defendió el tendedero,soltándose del agarre del falso Isshin.

Luego, recuperando la compostura, se giró para encarar a sus dos oponentes. Uno estaba muy mal herido en el cuello y el otro presentaba signos de agotamiento. Qué clase de Arrancars eran aquellos? Decepcionado, se acercó a ellos envainando a Benihime. El acto enfureció a los hermanos, quien cargaron contra él liberando sus espadas. El impacto levantó los escombros, impidiendo que se viera nada y luego una bola de energía roja les envolvió a los tres.

Yoruichi, cruzada de brazos y viéndolo todo desde fuera, chasqueó la lengua sintiéndose idiota. Habían sido engañados. Aquellos no eran Espadas y ni tan siquiera, Arrancars. No se arrepentía de haber venido porque las hermanas de Ichigo habían corrido un peligro real, pero...por qué las habían atacado de todas formas? Una apenas tenía poder espiritual, incapaz de ver ni tan si quiera a un simple "plus" y la otra aún era demasiado insignificante para plantearles ningún problema. Supuso pues que lo habían hecho para atraer a Ichigo y alejarlo de la sociedad de almas.

Cambiando el peso de su cuerpo de una pierna a otra, prosiguió con sus cavilaciones y es que, si las intenciones de Aizen hubieran sido tenderle una trampa a Ichigo, no habría enviado sólo a un par de falsos espadas, sino a toda una legión. Entonces una posibilidad de la que ya le había advertido Hitsugaya acudió oportunamente a sus pensamientos. Un infiltrado... Y si Aizen sabía que el Príncipe ya no se encontraba en la sociedad de almas y por ello mandó a unos falsos Espadas? Pensándolo bien, si ella y Urahara no hubieran creído que eran Espadas los que atacaban, no habrían venido los dos...

Entonces su rostro cambió al encajar todo en su cabeza. Las verdaderas intenciones de Aizen habían sido alejarlos a ellos de la Sociedad de Almas! Pero...por qué?

Maltrechos y heridos de muerte, ambos adjucas calleron al suelo, revelando su verdadera forma y perdiendo toda señal de reiatsu. Triguno, moribundo, se giró sobre sí para dirigirse a Urahara.

-"Así que erais un señuelo para atraernos hasta aquí." se adelantó el rubio, deduciendo correctamente.

-"Pshé. Tranquilo, también ha sido una trampa para nosotros. Aizen nos ha engañado a los cuatro" respondió a duras penas. -"Sólo nos ha utilizado para dejarle el camino libre a Ulquiorra-sama".

Urahara entonces abrió los ojos de forma desmesurada y se volvió hacia Yoruichi.

-"Tenemos que volver a la sociedad de almas! Ulquiorra va a matar a Rukia!" le gritó.

-"Nee-san!" se horroirzó Kon. -"Qué demonios está pasando? Donde está el puto Ichigo que no la está protegiendo?!" exclamó, temiendo que a su hermosa shinigami le pasara algo.

-"Oni-chan...qué te pasa? Por qué hablas de ti en tercera persona?" preguntó, confundia, Yuzu.

Los cinco miraron a la pequeña con expresión dubitativa. Urahara compartió una mirada con Yoruichi y luego la dirigió a la casa de los Kurosaki, completamente destruida.

-"Creo que ya va siendo hora de que estas niñas sepan sobre su familia, no creeis?"anunció el tendedero, recolocándose su querido sombrero.

-"Habla por mi hermana. Yo sé perfectamente que estos dos no son ni mi hermano ni mi padre y sé que todos sois shinigamis. Además, como prueba de ello es el claro ejemplo de que puedo veros" dijo con suficiencia la orgullosa Karin.

-"Hooo...y también sabes que Ichigo es el Príncipe de todos nosotros?" le cuestionó Urahara.

-"QUUUUUEEEEEÉ!?" gritaron todos.

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Grimmjow gritaba de ira y frustración cada vez que golpeaba la espada de Ulquiorra con sus garras. El maldito no sólo era capaz de evadir sus furiosos ataques, sino que también esquivaba sin problemas a Hitsugaya, quien se combinaba en una sincronización perfecta con él. Eso le exasperaba, y mucho.

-"Maldita sea! Deja de jugar! Libera tu forma de una vez!" le gritó.

-"Por qué habría de hacerlo? como puedes comprobar, no lo necesito" le contesto el pelinegro con tono neutral mientras bloqueaba los mandobles y los zarpazos a una velocidad asombrosa sin ni si quiera sacar una mano del bolsillo.

En ese momento, Rukia se unió a la batalla, cargando furiosa contra él. A pesar de que había recibido ordenes de Hitsugaya de no participar en la pelea, no pudo evitar hacerlo al comprobar cómo el Espada no recibía el menor rasguño mientras que sus amigos no paraban de encajar golpes.

Grimmjow volvió a rugir. Estaba perdiendo los estribos ante esa situación. Sabía que Ulquiorra era muy superior a él incluso aunque sólo hubieran tenido dos puestos de diferencia. Quizá era por su incapacidad de sentir emociones, porque era el favorito de Aizen o porque su propio carácter, impulsivo y agresivo, dejaba brechas ante el enemigo...Pero aun así se la traía floja. Ahora por fin podría comprobar si el tener un corazón o al menos, parte de él, le haría mas poderoso o no. No tenía ni idea de cómo el tener sentimientos podrían darle la capacidad de ahumentar su fuerza, pero sabía que era real, que eso ocurría. Ichigo se lo había demostrado aquella vez que le atravesó el estómago a Rukia y consiguió hacerle la cicatriz en el pecho o cuando lo derrotó en hueco mundo, alentado por el cariño y el instinto de protección que les profesaba a Orihime y a Nelliel.

Un ataque doble que obligó a Ulquiorra a usar las dos manos dejó a Rukia una brecha que no supo aprovechar. Algo dentro de ella no quería que Ulquiorra saliese dañado. Había algo en aquellos ojos verdes que no era usual en él. Puede que el Espada siempre se hubiera caracterizado por su inexpresividad, pero cuando alguien lucha, no puede evitar demostrar algunas emociones como la sobervia, el júbilo, la sorpresa o la crispación. Sin embargo, en el rostro de Ulquiorra no había nada.

El cuarto espada aprovechó el momento para librarse de los tres utilizando un Cero. Una de sus muchas habilidades era el invocarlo en cuestión de milésimas de segundo, por lo que sus enemigos no tenían mucho tiempo para reaccionar y huír. Estaban tan cerca de él que por muy rápidos que fueran, era inevitable que la energía les alcanzara. Grimmjow, quien gozaba de ser todavía el espada más rápido, alcanzó a proteger a Rukia justo a tiempo, cubriendola con su cuerpo y saliendo ambos despedidos por la onda de choque. Hitsugaya invocó a su Bankai y se protegió con sus alas de hielo pero justo en ese momento, Ulquiorra apareció justo delante de él y acumuló más reiatsu tan sólo para transformarlo en el catalizador de su segunda forma liberada.

Aizen, observandolo todo a través del monitor, levantó una ceja.

-"Luane, no crees que te has excedido al usar la segunda etapa?". La arrancar no podía parar sus carcajadas, mostrando hasta qué punto estaba disfrutando de todo aquello.

-"Es todo tan divertido!" exclamó, eufórica, sintiendo en sus manos todo el poder de tener bajo su control a un Espada tan poderoso como Ulquiorra.

Aizen la dejó hacer. Así sería más rápido y todo acabaría antes.

-"Gran Rey Cero" pronunció con total ausencia Ulquiorra, mientras que su apariencia cambiaba y el poder de su cero se triplicaba.

Grimmjow entonces comprendió que era inútil contenerse. Lo había estado haciendo por Rukia, pero era necesario que liberara todo su poder si quería protegerla de alguna manera. Sabía que la pequeña shinigami no soportaría la opresión de los reiatsus de dos Espadas liberadas, pero era mejor eso que perderla.

Con rapidez, se giró sobre sí mismo, dejando a Rukia tras él e intentó frenar el avance del Cero con su técnica "Desgarrón". Rukia recibió como un álito venenoso el tremendo impacto de ambos reiatsus. Le faltó el aire y sus rodillas temblaron, haciendola caer al suelo. Con trabajo se aferró con fuerza a las patas felinas de Grimmjow para no salir volando.

Grimmjow consiguió evitar el impacto del monstruoso Cero y creyó golpear a su enemigo con el "desgarrón" cuando a duras penas obervó por el rabillo del ojo cómo unas alas negras le golpeaban secamente en la tráquea, dejándolo sin aire mientras que Rukia era apresada y elevada en el aire por el cuello.

-"Por qué me lo pones tan difícil, mujer? Creía que ambos estabamos de acuerdo en llevarte a Hueco Mundo" le habló, mientras que su negra cola la apresaba sin posibilidad de escapatoria. La joven quiso responderle, mandarlo a la mierda a grito pelado, pero no pudo más que gemir y toser por la opresión. Los reiatsus la agotaban.

Al ver su mirada asustada y su rostro desencajado, Grimmjow consiguió reincorporarse e ignorar el dolor de su tráquea para ir a ayudarla. Hitsugaya se encontraba en el suelo, de rodillas, con su alas de hielo desintegradas y con abundante sangre brotandole de una herida en la cabeza. Aún así sus ojos turquesa no perdían la determinación en la batalla. Grimmjow supo leer en ellos que el capitán necesitaba tiempo y que dependía de él para entretener a Ulquiorra.

Con la respiración acelerada, el felino ex- espada trató de concentrar todo su reiatsu en sus garras. Podría hacerlo. Él, que había sido el rey de Hueco Mundo, que se había hecho así mismo tras derrotar e ingerir a cientos de hollows, podría manejar aquella situación y volver a demostrar de nuevo su dominio. Con un rugido invocó el poder de todas aquellas almas que lo conformaban.

-"Vengaos con él, fué para vencer a tipos como él por lo que ahora formais parte de mi. Dejadme vuestra ira!" gritó para sí mismo mientras que todo su cuerpo era envuelto en un virulento y potente reiatsu. Con todo su poder concentrado en sus extremidades, el felino arrancar inició su contraataque con una rápida reacción que Ulquiorra no se esperó.

-"Sueltalaaa!" le gritó, haciendo un rápido movimiento con sus zarpas que cortó la cola de Ulquiorra de cuajo, haciendo que Rukia saliese despedida y se estampara contra el suelo, con aquella negra soga enredada en su cuello. Ésta, aún se movía de forma espasmódica, a pesar de no pertenecer ya al cuerpo que la conformaba. Luego, aprovechando la confusión del murciélago, hizo un giro sobre sí mismo y tomó impulso desde el suelo para clavar sus garras con fiereza, logrando traspasar la férrea piel de Ulquiorra por el brazo y el vientre. El pelinegro escupió sangre sin mutar su rostro ni si quiera un ápice.

-"Oh, lástima, te he cortado tu colita?" se burló Grimmjow, logrando hundir más sus garras hasta alcanzarle los órganos internos. -"No pienso soltarte" le amenazó.

Entonces Ulquiorra se movió de una manera tan rápida que ni si quiera a esa distancia, las pupilas de Grimmjow pudieron detectar. Agarró con fuerza los brazos de su agresor y los oprimió hasta el punto de que los huesos crujieron. El grito de dolor que profirió Grimmjow fué desgarrador. Pero eso no fué suficiente para Ulquiorra.

-"Te recuerdo con un sólo brazo...es más, creo que te veías mejor así, no crees?" y dicho esto, arrancó de cuajo el brazo izquierdo de Grimmjow. El alarido de dolor fué ensordecedor.

-"Grimmjow!" gritó Rukia, asustada y desesperada, cuando pudo recuperar el aliento. Jadeante, miraba al de ojos verdes estupefacta. Sabía exactamente que las garras de Girmmjow habían llegado a sus órganos internos, que le habían perforado los pulmones; cómo era posible que Ulquiorra no demostrase ningún dolor? Era como si su cerebro no estuviese conectado a su cuerpo.

Dispuesto a darle el toque de gracia, Ulquiorra lo agarró por el cuello con una sola mano mientras que con la otra se dirigió al pecho de Grimmjow, a la altura del esternón, apuntando con dos de sus dedos iluminados y cargados con reiatsu condensado, tal y como hizo con Ichigo aquella vez.

-"Te abriré otro agujero, ya que esa mujer te ha cerrado el tuyo" sentenció, mirando a Rukia.

El atractivo arrancar soltó un risilla ahogada -"Pues deberías hacerte otro a ti, porque Inoue Orihime te ha hecho lo mismo" le escupió, clavando sus turquesas ojos en los de Ulquiorra, intentado hacerle reaccionar.

En ese momento a Rukia no le cupo ninguna duda de que algo le pasaba a Ulquiorra, puesto que al oír el nombre de Orihime, puso una extraña mueca. Por fín vió un poco de reacción en él, sus ojos cambiaron por un momento...

Hitsugaya estaba en el suelo, respirando con dificultad mientras veía los pedazos de sus alas de hielo deshacerse al igual que las tres estrellas sobre su cabeza. Ya estaba? Su bankai sólo podía llegar hasta ahí?. Observó la situación con ansiedad y acumuló toda la fuerza que le quedaba en un último ataque. No. No podía ser tan débil, por muy potente que el "gran rey cero" que le golpeó hubiese sido. Todos confiaban en él. Tenía que ser fuerte.

-"Bakudou 61: Rikujoukourou!", invocó, con todo lo que le quedaba. En ese momento, seis haces de luz atravesaron el cuerpo de Ulquiorra, inmobilizándolo y haciendo que liberara a Grimmjow.

Rukia reaccionó y agarró corriendo a su amigo arrancar para sacarlo del alcance de Ulquiorra.

-"Vamos, te sacaré de aquí!" le animó, dejando que él se dejara caer sobre ella mientras que respiraba forzado y tosía debido a la fuerte opresión a la que su garganta había sido sometida. Su brazo derecho, con el antebrazo roto, cayó golgando, fláccido, mientras que el otro, que ya no era más que un muñón, derramaba sangre allá donde fuera.

-"Eso.. no... lo detendrá. Vete de aquí, si te tengo cerca, no puedo ponerme en plan salvaje.." le dijo él, con una mueca incómoda y avergonzada.

-"Grimmjow..." susurró Rukia, sorprendida. Ahora sí que tenía que tragarse sus palabras, puesto que el rostro y los ojos de su amigo ya no eran las de un frío monstruo. Recordó la primera vez que la salvó y ella le dijo que un hollow nunca sería amable. Ahora mismo, qué les diferenciaba al uno del otro?

Luane comenzaba a perder la paciencia. Tenía bajo su dominio al más poderoso de los antíguos espadas pero, a pesar de ser muy buena en su técnica para controlarle, Ulquiorra no había respondido a sus deseos del todo. Notaba duda en sus músculos y en sus acciones y no había determinación asesina en su reiatsu. Se suponía que derrotar a aquellos dos sería sencillo, sin embargo, el cuerpo del Ulquiorra estaba recibiendo más daño del esperado. Se habría pasado quizá al haber liberado su segunda etapa? Era plenamente consciente de que requeriría más esfuerzo por su parte dominar así a Ulquiorra, pero ella era la nueva número tres, se suponía que podría lidiar con aquello.

-"Vamos, trae aquí a Kuchiki Rukia" gruñó con los dientes apretados, elevando su reiatsu para invocar un nuevo círculo de runas que se sobrescribió sobre el antiguo.

El ojo de Ulquiorra volvió a brillar tras recibir un nuevo hechizo de dominio y con rapidez, logró romper de golpe cuatro de los seis haces de luz, liberando sus dos manos y creando entre ellas una de sus temibles "lanza del relámpago". Sin dar si quiera tiempo a reaccionar, la lanzó contra Hitsugaya, quien no pudo más que observar con terror su inminente final.

De pronto, un escudo luminoso, dorado, traslúcido y triangular se interpuso entre la lanza y Toushiro.

-"Santen Kesshun!" gritó con fuerza Orihime mientras que se erguía, desafiante, ante el hombre en el que había puesto sus nuevas esperanzas.

-"Inoue, noo! No podrás detener el poder de la lanza!" gritó Rukia mientras que soltaba a Grimmjow y salía corriendo para alcanzar a su amiga. Pero para sorpresa de todos, la lanza de Ulquiorra impactó contra el escudo, desaciéndose en mil pedazos. La onda expansiva empujó a Rukia, haciendo que chocara contra Grimmjow y que ambos rodaran por el suelo.

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El sonido de la nada. Absoluto silencio.

Ichigo entrecerró su mirada apenas posó sus pies en la blanca arena. Ante él se extendía la oscura y eterna noche de hueco mundo, evocándole el recuerdo de lo que hacía unas pocas semanas había ocurrido allí. Pensó que nunca más tendría que pisar aquel valdío desierto cuando lo abandonó para defender Karakura y, sin embargo, el destino lo atraía hasta allí una vez más, convirtiendo los recuerdos en presente y a aquél páramo desolado en su tumba. De pronto, una Rukia ataviada con una capa pegándole un puñetazo por no haberla esperado para ir a salvar a Orihime acudió a su mente, haciéndole que sonriera en medio de toda la tristeza que sentía. Su valor regresó y su determinación se acentuó bajo el cálido recuerdo de aquellos ojos violetas a los que estaba protegiendo. Ella viviría gracias a él y eso le era motivo suficiente para enfrentarse a su destino con todo lo que tuviera.

El sonido de unas pisadas acercándose a él lo sacó de sus pensamientos. Todos los capitanes, sus comandantes y sus destacamentos iban aterrizando, saltando desde la Garganta que Urahara había abierto para ellos. Junto a él se colocaron Isshin y Ren mientras que Byakuya lideraba a los escuadrones, todos preparándose en sigiloso silencio.

De entre todos los rostros serios y concentrados, surgió el de Nell, ataviada también con una capa para resguardecerse de las arenas del desierto, sonriendole con cariño.

-"Hogar dulce hogar" dijo con sarcasmo la arrancar, quitándose la capucha y dejando a la vista su hermoso cabello verde turquesa.

Ichigo tan sólo le sonrió y volvió a mirar al frente. Se sentía aliviado de que no hubiera ningún hollow rondando, aunque sabía de sobra que los enemigos no tardarían mucho en percatarse de su presencia.

A su lado, Nell buscó con la mirada una entrada que conocía muy bien. Por el submundo había ruinas, una especie de cuevas cavernosas formadas por los huesos fosilizados de miles de millones de hollows. El azar y la erosión hacían que se creasen aquellas extrañas cavidades. Eran como enormes cementerios techados bajo tierra y que servían de hogar a los hollows de nivel más inferior.

-"Es por allí, Ichigo" le comunicó al joven. -"Conozco una entrada que nos llevará hasta el bosque de los Menos. Desde allí sólo hay unos km para la primera entrada subterránea a "Las noches".

-"Igualmente cuando lleguemos allí, Aizen ya habrá enviado a sus Espadas a darnos encuentro" intervino Ren, quien no confiaba mucho en el plan de Nell. - "Por no decir que nos harás pasar por un cuello de botella. Podría ser una emboscada".

-"Cuando vas a confiar en mí? Si hubiera querido matar a Ichigo, ya lo habría hecho. He tenido muchas oportunidades" se defendió la joven, molesta.

-"Por eso nos dividiremos en dos grupos. Uno irá por la superficie y el otro por el submundo" respondió Isshin, con cara de pocos amigos, fastidiado porque su compañero siguiera poniendo pegas al plan cuando ya estaba todo decidido.

-"Yo tampoco estoy muy de acuerdo con que algunos vayan por la superficie. Serán los primeros en ser atacados, y no sólo por los Espadas, sino por cualquier hollow hambriento con el que se encuentren. Es como si los utilizáramos de carnada..." se quejó Ichigo.

-"Si ellos libran las primeras batallas, mejor. Creí que tenías claro que todo es para evitarte peleas que puedan acelerar tu hollowficación, hijo" le explicó Isshin.

-"Ahora mismo hablas como el Príncipe que eres, pero recuerda que cada uno debe librar su propias peleas. Si piensas en la seguridad de tus nakamas, morirás" le aconsejó Ren, colocandole una mano en el hombro.

-"Insultas el honor de los shinigami, Kurosaki" le apeló Byakuya.

-"Lo siento..." se disculpó, no sin antes dedicarle una mirada de desdén al estirado noble. Ichigo sabía que no podría sentirse el responsable de todos. En cierto modo, lo era, pero cada uno había acudido allí por el mismo motivo que él: Proteger el equilibrio.

En ese momento, Ikkaku apareció detrás de Kenpachi.

-"Bueno, qué tal si empezamos ya?" propuso, sediento de acción y batallas, Ikkaku.

-"Pshe! Esa es mi línea" comentó el de los cascabeles, con su esquizofrénica sonrisa.

Una vez que todos los escuadrones fueron tomando posiciones, cada uno se agrupó en el bando en donde habían acordado previamente en la reunión de capitanes. A pesar de que, en el fondo se lo imaginaba, a Ichigo le dolió que Renji no quisiera ir en su equipo. Su relación no había vuelto a ser la misma desde lo de Rukia. Esperaba que problemas mayores lograsen eclipsar los personales, pero por lo visto, Renji aún necesitaba un poco más de tiempo.

-"Estas seguro de que no quieres ir con Ichigo?" le preguntó Isshin a Ren, quien estaba al mando de parte del escuadrón de Hitsugaya, al haberse quedado este último en el sereitei para protegerlo -"Tú eres el capitán de la Guardia Real, tu deber es proteger al príncipe" le recordó.

El de profundos ojos naranjas cubrió de nuevo su rostro con su turbante, preparado para iniciar la marcha. Él y los suyos irían por la superficie junto con el ya mencionado capitán Abarai y el capitán Kenpachi y su escuadrón. Se les uniría también el capitán Komamura, el capitán Kyoraku y parte del escuadrón de salvamento, liderados por Unohana. En principio esta decisión hizo que Byakuya protestara, irritado, pues pensaba que la capitana Unohaha debería ir en el bando del príncipe para poder socorrerle en todo momento, pero Ichigo confiaba en las efectivas -aunque desagradables- habilidades curativas de Nell.

-"Tú fuiste capitán antes que yo, de hecho, yo no lo hubiese sido si no te hubieras marchado al mundo real. Sé que el príncipe estará a salvo contigo y él confía en mí para que ayude a sus compañeros" le contestó, sin mirarle a los ojos. -"Pero eso no cambiará nada entre tú y yo" le aseveró, ahora clavándole su intensa mirada.

Isshin sonrió y miró al frente. -"Ah...ya lo suponía".

Un oficial se acercó corriendo hacia ellos.

-"Shihõin Taicho, detectamos movimientos de hollows, señor. Se están agrupando en manadas. Hay niveles de reiatsus que indican que pueden haber más de un adjuca entre ellos."

-"Es obvio que se estan movilizando bajo las órdenes de sus superiores. Ya saben que estamos aquí. Dile a todos que comenzamos el avance. Les haremos centrarse en nosotros mientras que el equipo del principe se adentra por el subsuelo." dispuso.

Ichigo se acercó a Ren y le puso una mano en el hombro a modo de despedida. Su mirada preocupada titiló, pero no avergonzó a su orgulloso guardaespaldas con ninguna patética frase que insultase su honor como "ten cuidado". Ambos hombres supieron entenderse con la mirada y eso fué suficiente. Ichigo sabía que Ren era tremendamente fuerte y que mantendría a salvo a todos en la superficie.

Mientras iniciaron la marcha, corriendo todos al unísono y descendiendo una enorme duna de arena en dirección al palacio de "Las noches", Ichigo se les quedó mirando. Todo había comenzado... Esta vez fué a él a quien le acariciaron el hombro.

-"Nosotros estaremos a tu lado en todo. Todo saldrá bien" le aseguró Ishida, quien no esperó respuesta del pelinaranja ante sus bochornosas palabras si no que, más bien, se alejó disimulando que lo que acababa de decir no tenía la más mínima importancia, aún cuando ambos sabían que no era así. Chad le puso una mano en el hombro y luego asintió, adelántandose también a él. Ichigo sonrió y negó con la cabeza. "Estúpido y orgulloso Quincy...".

En el equipo de Ichigo iban su padre, Nell, Ishida, Chad, Byakuya, el capitán Ukitake junto con todo su escuadrón y un tercio de los escuadrones que iban por la superficie. Ciertamente su bando era menor en número, pero así debía ser si querían avanzar por las tripas de Hueco Mundo sin participar en grandes trifulcas. Todos querían evitar que Ichigo entrase en batalla y retrasarle cualquier esfuerzo a fin de contener su reiatsu.

Avanzando agazapados, siguieron a la arrancar de pelo verde agua, quien, con asombrosa habilidad, reptaba por las arenas como si de una serpiente se tratara. Cuando Nell divisó una pequeña abertura en el suelo, les ordenó detenerse.

-"Es por aquí. Calculo que habrán varios km de cavidades hasta que nos adentremos en el bosque de los menos." les informó, adentrándose por el orificio sin ni si quiera esperar una órden. A Byakuya le tembló una ceja de indignación.

-"Maldita arrancar" gruñó. Ukitake aparecióa su lado con ánimo conciliador.

-"Te has vuelto más gruñón desde que eres Comandante, Kuchiki" bromeó el de las zanpakutõs gemelas.

Al irse acercando a la entrada en la tierra, Ichigo notó cómo la acidez del aire y la negatividad que emanaba el suelo, acumulada durante siglos por las almas atormentadas aque allí residían, fluyeron dentro de él, subiendo por sus piernas y afianzandose en su pecho, provocandole un terrible ardor.

-"Estas bien?" le preguntó su padre, agarrándole fuertemente del brazo.

-"Ah, tranquilo" respondió, llevandose la mano a su externón, el cual, seguía bien cerrado. Podría manejarlo. Estaba decidido a matar a Aizen y su determinación le servía de escudo. No dejaría que la negatividad lo dominase, no esta vez.

-"Deberías tomarte ya el inhibidor o hueco mundo alimentará más a tu hollow" le aconsejó su padre, quien luego se adelantó a él para saltar por el agujero.

Mientras que sacaba la cajita metálica para tomarse la pastilla, Ichigo observó a todos sus compañeros y amigos a medida que iban deslizandose por la abertura tierra adentro y temió por ellos y su seguridad. Aún no se sentía bien con aquello de que fueran otros los que pelearan por él. Y si le necesitaban? Y si pasaba algo y él no podía estar al cien por cien por haberse tomado el inhibidor?

Cerciorandose de que nadie le veía, volvió a cerrar la caja que contenía la pastilla y volvió a esconderla entre sus ropajes. Él confiaba en sí mismo. El deseo de proteger a todos lo ayudarían a mantenerse estable. De momento, esperaría un poco más...

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Los numerosos haces de luz naranjas y verdes en los que el ataque de Ulquiorra se había desintegrado, iluminaron el rostro de Orihime, quien lucía hermosa, con un brillo en sus ojos que pocas veces se le había visto. Sus dos manos, aún colocadas en forma de escudo seguían alzadas contra el Espada, quien quedó inmóvil por unos segundos al contemplar a aquella mujer cuyo rostro le era familiar.

Rukia no daba crédito a lo que veía. Orihime había logrado detener la lanza con su escudo de rechazo. Cómo era posible?

Respirando de forma agitada, la muchacha se llevó una mano al cuello y entornó la mirada, como aquel que se protege del viento, pues comenzó a sentir la quemazón en la garganta, debido a la acidez en el aire provocada por los reiatsus liberados. Miró alrededor sin poder evitar que se le saltaran las lágrimas. Hitsugaya, Rukia, Grimmjow...todos sus amigos estaban muy mal heridos y sabía perfectamente quién había sido el culpable de todo aquello. Decidió acercarse un poco más para ver más de cerca a Ulquiorra.

El Espada aún seguía observandola, impávido, mientras respiraba con dificultad. Tenía uno de sus costados prácticamente desgarrados y sangraba mucho por lo que parecían ser unos enormes agujeros en su piel y junto a él, en el suelo, estaba su cola diseccionada y el brazo desmembrado de Grimmjow. La angústia contrajo su laringe, impidiendo que de su boca no saliera otra cosa que un lastimero lamento, un quejido lleno de desazón por negarse a creer lo que veían sus ojos.

-"Ul...Ulquiorra...tú..." se dirigió a él con la voz rota, -"Por qué?"

De nuevo Luane pegó un grito de frustración. Ulquiorra no respondía a sus ordenes. Se había quedado bloqueado, petrificado, cuando vió a aquella joven de cabellos cobrizos pronunciar su nombre.

Alertado por la visible intranquilidad de la arrancar, Aizen dejó de monitorizar Hueco mundo para acercarse nuevamente a ésta y a la pantalla en donde se veía cómo se estaban desarrollando los acontecimientos en la sociedad de almas. No le hizo falta preguntar nada al observar cómo el ex-cuarto Espada permanecía inmóvil ante Inoue Orihime, ignorando cada orden que Luane le daba mediante las runas.

-"No te preocupes, Luane. Inoue Orihime tiene a su merced al monstruo que casi mata al hombre del que está enamorada, que intenta asesinar a sus compañeros y a un amigo que les ha traicionado. Será ella quien le haga reaccionar cuando intente atacarle. Puro instinto de supervivencia.." la instó a la calma, sin darle más importancia.

-"Yo no lo veo así, Aizen-sama. Ulquiorra no está dispuesto a obedecerme. Puedo sentirlo, puedo notar cómo empieza a reconocerla. Hay algo en él sobre lo que no puedo mandar, una sensación que no puedo ni si quiera entender" se desesperó, invocando sus runas una y otra vez. Aizen clavó sus ojos chocolate en su nueva tercera Espada.

-"Un arrancar no puede sentir afecto y menos él, que representa el vacío" volvió a aclararle, ahora más molesto, más bien por la inutilidad de Luane que por la situación en sí. Tenía todos los cabos atados, todos y cada uno de los detalles milimetrizados. Había previsto toda causa y reacción y en sus cálculos, era imposible que Inoue Orihime pudiera superar los poderes de Ulquiorra y de Luane y mucho menos, que el Espada desarrollase un vínculo afectivo con ella.

Rukia hizo el amago de levantarse para ir corriendo al encuentro de Orihime e impedirle que se acercara más a Ulquiorra.

-"Quédate ahí, Rukia-chan, no vengas!" le pidió la joven. De pronto sus flores se materializaron y se esparcieron, dividiendose entre Hitsuaya, ella y Grimmjow, envolviendolos bajo su escudo de curación. Sin embargo, Rukia dejó a Grimmjow con cuidado bajo el escudo y salió corriendo junto a Inoue.

-"Tenemos que irnos de aquí. No tengo ni idea de cómo has logrado detener su lanza con tu escudo, pero ahora que tus poderes se han dividido, no lograrías rechazar un segundo ataque. Pronto se liberará del kidõ" comenzó a explicarle, tironeandole del brazo, mientras que ella se resistía.

-"No, no puedo irme, es Ulquiorra..." expresó, con angústia.

Rukia se desesperó. -"Él no te reconoce! No le importas! Nos ha traicionado, no lo ves?!" le gritó para hacerla reaccionar, temiendo por la seguridad de la chica.

-"No, Rukia-chan. Mírale, le pasa algo, mírale bien..." le pidió, forcejeando.

Aquel acto imprudente de las dos provocó la ira de Grimmjow, ya que ninguna se dió cuenta de que Ulquiorra ya se había liberado del Bakudõ de Histugaya y corría hacia ellas con una de sus lanzas en su mano izquierda. Luane tenía de nuevo el control sobre él.

Unas gotas de sangre salpicaron el rostro de las dos jóvenes. Grimmjow había llegado a tiempo para interponerse entre ellas y Ulquiorra, utilizando su propio cuerpo para detenerlo. Como consecuencia, la lanza explotó en las manos del pelinegro, liberando una honda expansiva.

Cuando el polvo se asentó, Rukia, que había protegido a Orihime liberando su segunda danza y utilizando la avalancha de nieve como escudo, observó con horror a Grimmjow tirado en el suelo. Sangraba por la boca, naríz y oídos, habia perdido su trasformación y parecía humano de nuevo.

Ulquiorra estaba a su lado, se había protegido con sus alas de muerciélago, pero ahora se le caían destrozadas y él parecía agotado. Sin pensarlo, pisó con fuerza el pecho de Grimmjow, provocando que éste gritara de dolor y escupiera sangre.

-"Voy a llevarme a Kuchiki Rukia y vosotros no vais a impedirmelo" sentenció, a punto de ejecutar al que había sido su compañero. En ese momento, Orihime observó al igual que Rukia que algo se dibujaba en la pupila del ojo izquierdo de Ulquiorra. Fué breve, por milésimas de segundo, pero suficientes para que ambas se percataran de que algo pasaba.

-"Ulquiorra, no! Detente!" le ordenó Orihime, quien se aventuró a acercarse a él y agarrarlo por el brazo. El espada se volvió hacia ella y la golpeó tirandola al suelo. Justo cuando iba a golpearle de nuevo, se detuvo. Ahora Orihime pudo verlo con toda claridad: un círculo mágico brillaba en el ojo del arrancar de forma intermitente y cada vez que relucía, la actitud de Ulquiorra se volvía agresiva.

-"Onna?" susurró Ulquiorra, confundido.

-"Souten Kisshun! Esperame Ulquiorra, algo te ciega, pero volverás a ver" le dijo Orihime, rodeandolo con su escudo de rechazo. Ahora lo sabía, si obervaba el cuerpo de Ulquiorra, podía ver perfectamente como había un círculo de runas mágicas tatuadas en su ojo.

FLASHBACK:

El eco de su risa acarició travieso sus oídos. Escucharle reír después de tanto tiempo era un regalo para ella. Puede que le hubiera perdido como posible novio, pero como amigo, Ichigo seguía siendo lo más importante para ella.

-"Vamos Orihime, de qué te avergüenzas? Llevas toda la semana viendome apenas sin ropa, ya qué más da?" se carcajeaba Ichigo. El pelinaranja se acababa de recuperar de sus heridas tras el incidente con Mayuri y se había levantado para vestirse con el hakama de shinigami. Sabía que estaba sólo en ropa interior, pero también sabía que Orihime había sido la que le había cuidado todo el tiempo. De seguro hasta le había visto desnudo, aunque prefería no pensar en ello...

-"Kyaaa! No puedo! cómo se te ocurre levantarte sin avisar!?" le constestaba ella, con las mejillas encendidas, avergonzada y de espaldas a Ichigo. Se tapaba los ojos para no ver nada y pegaba saltitos de nerviosismo para mitigar el shock de ver al chico por el que siempre había babeado semidesnudo a poco metros de ella. Vale, era su amigo, pero Ichigo seguía siendo igual de sexy.

-"jajaja! Oh, vaya..." se interrumpió él mismo. Al notar su cambio en el tono de voz, la joven se volvió. Ichigo ya se había puesto los pantalones y se miraba, sorprendido, el abdomen y luego el pecho.

-"Qué ocurre, Ichigo-kun?" le preguntó, algo preocupada.

-"Son mis cicatrices. Me operaron de apendicitis cuando era pequeño y ahora la cicatriz no está. En el pecho tenía una de cuando rescaté a Rukia y ahora tampoco está...Orihime, me has curado las cicatrices?" le preguntó, totalmente sorprendido de la capacidad de su amiga.

Ella lo sopesó un momento, llevandose una mano al mentón y frunciendo las cejas y los labios. La mueca que puso hizo volver a sonreír a Ichigo.

-"Veras, cuando llegaste tan herido, me concentré muchísimo para eliminar todo el reiatsu negativo que se había acumulado en tus heridas. Me centré tanto que la imagen de tu cuerpo apareció en mi mente. En ella podía ver todas y cada una de las pequeñas heridas que tenías o habías tenido y muchas de ellas no se veían a simple vista, no estaban en tu piel..."

Ichigo tragó duro y levantó una de sus cejas, incrédulo -"Así que...me curaste de las heridas del presente y del pasado, aunque éstas ya estuviesen cicatrizadas? Es eso?" preguntó de nuevo, asombrado.

-"Si. Creo que ahora soy capaz de rechazar las heridas a través del tiempo" le respondió ella, sonriente.

FIN DEL FLASHBACK

Tendría que buscar en el pasado hasta encontrar el momento en el que le hicieron el hechizo y rechazarlo. Eso no era una herida y no sabía si funcionaría, pero tenía que intentarlo. Rogó con todas sus fuerzas que surtiera efecto, de lo contrario, sus vidas acabarían allí mismo. Sus flores no habían tenido tiempo de sanar a sus compañeros y Grimmjow había perdido toda oportunidad de mejora cuando se interpuso entre ellas y la lanza. Rukia estaba herida y cansada y Hitsugaya no podía moverse.

Luane apretó los dientes y apoyó las manos en la mesa de control cuando el esfuerzo la hizo doblegarse. Su reiatsu se elevó, centrando todo su poder en su ojo. Las Runas que en él se reflejaban comenzaron a girar sobre sí mismas cada vez más rápido y aumentaron en luminosidad. Su respiración también se aceleró.

-"Aggh, mierda! Por más que duplico mis esfuerzos, no logro hacerlo reaccionar! Quien cojones es esa maldita zorra?!" se exasperó, jadeando.

Aizen simplemente no respondió y se limitó a observar la pantalla, entrelazando sus manos y apoyando su barbilla debajo de éstas.

Mientras que Orihime se concentraba en encontrar el momento en el que Ulquiorra dejó de ser quien era, su escudo fue rechazando todas las heridas que el Espada presentaba. Poco a poco, sus alas comenzaron a reformarse así como su cola se regeneró. La enorme cantidad de reiatsu negativo que emanaba de las heridas se acumularon en ella, haciendo que, por unos instantes, perdiera el equilibrio. Fue Rukia quien logró tomarla, abrazandola por la espalda.

-"Rukia-chan..." le agradeció con la mirada, mientras respiraba de forma cansada.

-"Espero que todo esto funcione..." musitó, afianzando más el agarre bajo las axilas de su amiga, brindandole así su apoyo.

Ulquiorra sentía su mente arder. Por un lado, una insistente y autoritaria voz lo doblegaba, haciendo que sus músculos temblaran y que todo su cuerpo reaccionara ante sus órdenes; y por otro, estaba aquella mujer que tenía delante y que sin ninguna palabra, lo obligaba a detenerse. Sus lastimeros ojos grises, llenos de ansiedad, le trajeron recuerdos...unos que había olvidado por completo. En ellos él, desintegrándose, extendía sus dedos hacia ella para tocarla. Justo cuando iban a hacer contacto, le sobrevino la oscuridad más absoluta y después, la nada...

Orihime sintió en el escudo que las heridas de Ulquiorra por fín se habían cerrado, dejando que el reiatsu negativo dejara de emanar del cuerpo del Espada y le contaminase a ella. Haciendo un esfuerzo más, centró todo su poder en buscar nuevas heridas que ya no se viesen a simple vista o que no hubiesen sido recientes en el tiempo, tal y como hizo con Ichigo.

-"Debe haber algo, tiene que haber algo..." rogó.

La mente de Ulquiorra siguió divagando en sus recuerdos. Tras la nada, una cegadora luz invadió su córtex frontal y, a medida que lograba recuperar el sentido de sí mismo, pudo observar como la luz iba sacando de las sombras su cuerpo: Sus brazos y manos, sus pies, sus piernas...todo fué reapareciendo ante él, siendo el agujero en su pecho lo último en formarse.

Orihime vió como el obnubilado arrancar se llevaba una mano al pecho y luego se miraba los dedos.

-"Está recordando! Está buscando su corazón!" Entonces se centró más, cerrando los ojos. No supo cómo lo hizo, pero en su mente aparecieron los recuerdos que el propio espada estaba rememorando en ese mismo momento. Él estaba recordando su...renacimiento?

Ulquiorra se sintió extraño al recordar la formación del agujero en su pecho. Que no se supone que ahí debía haber algo más? Y qué era ese hormigueo en sus dedos? Luego un rostro familiar, ataviado con una capa blanca, le sonrió.

-"Okaeri, Ulquiorra-kun", escuchó retumbar en sus oídos mientras observaba, asombrado y sin comprender, a Aizen-sama delante de sus narices. A su lado había alguien, una mujer...otro Arrancar dedujo, al ver un agujero idéntico al suyo en el mismo sitio. Y no sólo la localización de su agujero era el mismo; sus ojos eran idénticos, su color blanquecino, su pelo negro...su expresión...

-"Procede, Luane" escuchó ordenar a Aizen mientras que se alejaba lentamente.

-"Esto te dolerá un poco, hermano" la oyó decir. Con una indescriptible frialdad, la espada metió su mano en su cuenca ocular, arrancandole el ojo de cuajo.

-"Kyaaah!" gritó Orihime, al sentir en su propia piel el dolor que Ulquiorra experimentó. Luego, sintiendose cada vez más cansada, observó cómo, aun estando dentro de su escudo de rechazo, el ojo derecho del espada se desprendió de su cuenca, tal y como ocurría en sus recuerdos, dejándolo tuerto en unos instantes. Él no mostró dolor alguno y su gesto no se crispó en absoluto.

-"Qué demonios?" pronuncio Rukia, asombrada, percatandose de que cada vez su amiga estaba más y más agotada.

-"Ya lo tengo! Estan ahí!" exclamó esperanzada, cuando, tanto en los recuerdos que visualizaba de Ulquiorra, tanto como en el presente, un círculo luminoso, conformado por letras y signos ininteligibles para ella, se asentabna en el verde de su íris. Había sido aquella extraña mujer junto a Aizen la que le había colocado aquella especie de hechizo en su ojo para luego, reinsertárselo de nuevo.

-"Tengo que rechazar el momento en el que le pusieron ese círculo mágico" resolvió.

En ese instante, Ulquiorra dejó de recordar tan sólo para ser consciente por fín de lo que ocurría. Se observó envuelto en aquella cálida luz y se percató de que estaba tuerto, aunque no sentía dolor. Con lentitud, fue notando como iba recuperando el control de su cuerpo al mismo tiempo que la voz dominante de aquella mujer se convertía en un eco lejano. Entonces pudo mirar más allá del escudo. Se sorprendió cuando reconoció a Orihime a pocos metros de él. Así que era ella la que lo tenía envuelto en aquella calidez? Aún así no pasaron muchos segundos para que se percatara de que algo le ocurría a la joven, que le gritaba de forma desesperada mientras la veía agotarse y palidecer.

-"No puedo! No puedo rechazar el círculo mágico, no puedo eliminarlo de su ojo!" se exasperó, rompiendo a llorar desesperada. La intensidad de su poder disminuyó drásticamente y su escudo se debilitó.

Ulquiorra sintió el descenso de la cálida energía que lo protegía. La había oído gritar algo sobre un ojo...Entonces, miró hacia donde su órgano visual aún flotaba delante de sí.

-"Jajaja! Esa mujer no puede destruir mis runas!" exclamó Luane, aliviada mientras recuperaba la compostura. Aizen sin embargo, no la escuchó. Qué demonios era ese nuevo poder de Inoue Orihime?

-"Orihime!". Rukia se asustó sobremanera cuando el cuerpo de su amiga dejó de sostenerse sobre sus piernas y se derrumbó en el suelo. La shinigami sintió un nudo en la garganta al ver que la joven no respondía.

Entonces Ulquiorra sintió la enorme necesidad de correr a socorrerla pero había algo que se lo impedía. Su ojo, su ojo se acercaba de nuevo a su rostro, haciendo que los símbolos tatuados en él girasen más rápido. La voz de aquella extraña arrancar, casi varonil y autoritaria, retumbó de nuevo más fuerte en sus oídos y entonces comprendió que tenía que librarse de aquello. Sin ningún titubeo ni duda, y con su acostumbrada parsimonia, el espada agarró su propio órgano ocular con su mano izquierda. El rostro de aquella mujer que le había hecho eso acudió a su cabeza y, con un sentimiento que pudo relacionar con la ira, apretó su puño. Concentró su reiatsu, que se encontraba de nuevo al máximo gracias a la curación de Orihime, y lo descargó sobre su ojo sin ningún tipo de miramiento.

-"Qué demonios...?" Luane no había esperado esa reacción por parte de Ulquiorra. A pesar de sus esfuerzos, que lograron que elevara al máximo su poder de nuevo para intentar controlarle, la nueva Espada observó con pánico cómo sus runas dejaban de girar. Zozobraban como si de un engranaje a punto de colapsar se tratara.

Sintiendo cómo su cuerpo se liberaba, Ulquiorra cerró más su puño, hasta que su ojo se desintegró dentro de su propia mano.

-"Kyaaaaaa!" gritó Luane, cuando un reiatsu color verde esmeralda salió de su propio ojo izquierdo, provocando que éste se desintegrara, dejandola tuerta.

En ese momento, el escudo de Orihime se deshizo, dejando a Ulquiorra sano y libre. El espada corrió hacia ella y Rukia y se arrodilló, sintiendo cómo su pecho ardía, al ver a la chica que le había logrado enseñar lo que eran las emociones, en aquellas condiciones.

-"Onna..." la llamó suavemente, rodeando el rostro de Inoue con sus frías y blanquecinas manos.

La muchacha abrió los ojos con esfuerzo y una tierna sonrisa decoró su hermoso rostro.

-"Ulquiorra-kun...has...vuelto..." y dicho esto, de desmayó.

Rukia jadeó preocupada, sintiendo como el pulso espiritual de su amiga se reducía drásticamente. Con la mandíbula apretada, la dejó en el suelo con cuidado, apoyando la cabeza de Orihime en su regazo.

Ulquiorra, con el parpado cerrado en un intento inútil de resguarcer un ojo que ya no existía, acarició el aniñado rostro de Orihime.

-"Sé que has sido controlado pero...maldito seas Ulquiorra..." le escupió Rukia.

-"Si así lo deseas, dejaré que tomes mi vida cuando todo esto acabe pero, hasta que ella no vuelva a abrir los ojos, te aconsejo que ni lo intentes", le respondió él. Aún a pesar de que había una clara amenaza implícita en sus palabras, Rukia no percibió en él la más mínima señal de agresividad, mas bien, incrédula, sintió en él una sincera preocupación al notar cómo su único ojo no perdía de su enfoque el rostro de Orihime, haciendo que su pupila titilase y su iris se humedeciera. Un claro indicio de emoción contenida, de...humanidad...

El sonido de alguien tosiendo y escupiendo sangre la hizo volver a la realidad y mirar a su alrededor. Grimmjow jadeó y gritó de dolor mientras se retorcía, gravemente herido, casi moribundo, en el suelo.

Rukia dejó a Orihime en brazos de Ulquiorra y salió corriendo para socorrer a Grimmjow. Sin dudarlo, se quitó la parte de arriba de su uniforme y le arrancó las mangas. Con una intentó hacer un torniquete en el brazo amputado de Grimmjow y con la otra, comenzó a limpiar su rostro, con cuidado.

-"Grimmjow, aguanta, vamos, quédate conmigo, arrancar" le pidió, sintiendo el miedo en su voz.

-"De verdad...quieres...que un sucio arrancar se quede a tu lado...shinigami?" intentó bromear él, volviendo a toser cuando hizo el amago de reirse.

-"No te esfuerces, idiota" le riñó, fingiendo severidad y comprendiendo que Ichigo tenía razón al creer que un hollow podía recuperar las emociones perdidas. Tan sólo eran la otra cara de la moneda en la complicada existencia de las almas.

-"Al final...lo he averiguado...".

Su mano limpió de nuevo su rostro y sus labios. -"El qué?", quiso saber, dejando, sin poder evitarlo, que la tristeza envolviera sus palabras, convirtiéndolas en un susurro.

-"Las emociones...el que tu agujero se encoja por ellas...te hace más fuerte. Yo quería...protegerte y por eso he aguantado tanto con el murciélago..." bromeó de nuevo, guiñando un ojo. Entonces Rukia se percató de que el usual agujero en el estómago de Grimmjow, el que lo caracterizaba por ser un hollow, había disminuido significativamente de tamaño, comprendiendo lo que aquello significaba.

-"Y lo has hecho. Estoy sana y salva gracias a ti" le animó, soltando esta vez el trapo ensangrentado y acariciando el rostro del Grimmjow. Piel cálida contra piel fría.

Entonces miro a su alrededor angustiada. Hitsugaya seguía inconsciente y ningún shinigami ni nadie más del sereitei a parte de Orihime, había acudido para ayudarles. Es que no quedaba nadie con vida? Dónde estaban Matsumoto, Soi-fon o los hermanos Shiba? Dónde estaban Urahara y Yoruichi?

En silencio, apretando los dientes furiosamente para contener su impotencia, comenzó a llorar. Reunió en ella todo el poder que le quedaba para invocar un hechizo de Kidõ y aplicó sus manos, envueltas en luz sanadora, en el pecho de Grimmjow. Sabía que no podría hacer mucho, pero cualquier cosa valdría para evitar que él dejara de respirar.

En ese momento, una puerta se abrió en el cielo del sereitei. Yoruichi saltaba desde ella a toda prisa.

-"Yoruichi-sama!" le apeló, deseperada. La exuberante mujer tan sólo necesitó de unos segundos para comprender que había regresado demasiado tarde. Corriendo se acercó a Rukia y a Grimmjow, invocando también un hechizo de kidõ para ayudar a la shinigami.

-"Qué ha pasado?" le preguntó, centrando su poder en el brazo amputado del arrancar.

-"Aizen...se las arregló para controlar a Ulquiorra. Casi acaba con todos nosotros pero Orihime ha logrado hacerlo reaccionar. Grimmjow nos ha protegido pero...temo que haya acabado con el resto de los shinigamis que estaban en la mansión de mi hermano. Nadie ha acudido en nuestra ayuda". Su desazón era más que palpable.

Yoruichi levantó su áurea mirada para clavarla en Ulquiorra. El arrancar estaba estable y trataba de despertar a Orihime. No detectó en él la más mínima agresividad y comprendió que ya no suponía una amenaza.

-"Yuzu y Karin...?" ni si quiera se atrevió a formular la pregunta entera. Si Yoruichi le decía que las hermanas de Ichigo habían muerto, su corazón no lo soportaría.

-"Están a salvo. Urahara se ha quedado con ellas en el mundo real junto con las dos almas modificadas que las custodiaban. No las dejará sólas hasta que todo esto acabe" le informó, con la satisfacción de que al menos, su ausencia, había sido más que justificada.

-"Menos mal, por fín una buena noticia" suspiró aliviada Rukia.

En ese momento Matsumoto apareció utilizando el shunpõ. No había podido venir antes, a pesar de sentir cómo el reiatsu de su querido capitán se redujo drásticamente. Había estado dirigiendo a los pocos shinigamis que quedaban con vida para organizar el salvamento de los supervivientes del ataque de Ulquiorra.

-"Taichoo!" exclamó, corriendo hacia el muchacho de pelo plateado.

-"Vé con ella, el capitán Hitsugaya..."

-"El capitán Hitsugaya está estable. Necesitan mucho más para acabar con ese mocoso precoz" le informó, negando con la cabeza. No pensaba quitar sus manos de aquel ser que había protegido a la heredera del Hogyoku -"En cambio...Grimmjow..." su tono de voz se aflojó, apagándose, como adelanto de lo que la vida del de ojos turquesa haría en breve.

-"No! No lo digas!" le pidió, dejando que las lágrimas recorrieran su rostro hasta mojar el del hombre tendido junto a ella, que ya estaba inconsciente.

De pronto, el aire se volvió mas denso y el suelo comenzó a temblar. Alertados, todos miraron a su alrededor, intentando averiguar de dónde provenía aquella energía que estaba haciendo que todo retumbase. Rukia desenvainó a Sode No Shirayuki, adoptando una pose defensiva. "Mas problemas, no, por favor!" pensó para sí.

Comenzaron entonces a sentir un poderoso reiatsu que los obligó a todos a inclinarse, apenas soportando la presión sobre sus cabezas. Rukia no había sentido ese reiatsu jamás, a quién pertenecía? Sin embargo Yoruichi sí que lo conocía. Sonrió esperanzada mientras pudo elevar su rostro hacia el cielo.

Entonces, una enorme puerta senkai, distinta a todas las demás, apareció en el ya casi negro cielo del sereitei. Su tamaño, el doble del de las puertas normales, no lograba hacerle sombra a la belleza e imponencia que desprendía. Estaba hecha como de luz y una extraña ornamentación y unos extraños símbolos la rodeaban. Cuando estuvo bien materializada, sus ojas se abrieron, provocando que se levantase un fuerte viento.

Rukia no pudo ni si quiera parpadear. -"Qué demonios...?"

-"Es la Senkai Real, Rukia-chan" le informó Yoruichi, sonriendole.

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Los molestos gritos de Luane no le dejaban pensar con claridad. Ofuscado, le dedicó una mirada bastante significativa a la arrancar y, si era lista, comprendería que debía callarse en ese mismo instante.

Mordiendose los sabios y cubriendose la cuenca del ojo vacía, Luane golpeó el suelo con un puño. No lograba entender cómo, a planos de distancia, Ulquiorra había logrado deshacer sus runas y provocar que su ojo se hiciera añicos. Que no se suponía que ella era más fuerte que su antecesor? Y por qué demonios no podía hacer que su ojo se regenerara? Es que a caso no tenían los mismos poderes?

-"Es normal que alguien de inteligencia inferior como tu no lo entienda. Ya sabes que tu existencia se debe a Ulquiorra, compartis mucho más que el parecido, mi querida Luane." La joven apretó los dientes pues había percibido el evidente sarcasmo de su líder al llamarla "querida".

-"Pero yo nací de su segunda resurrección, por ende, soy más fuerte que él!" se crispó.

-"En el momento de tu creación, sí, pero es evidente que tu hermano ha reiniciado su aprendizaje y está evolucionando." convino -" Por eso le resucitamos, porque a pesar de ser el cuarto Espada, fue capaz de ocultarme su segunda estapa, lo que lo habría convertido en el primero sin duda..."

"Y no soy la numero tres..." -"Ha sido por culpa de esa maldita mujer. Si ella no hubiera aparecido, Ulquiorra aún seguiría bajo mi voluntad" se quejó, levantandose por fín, tratando de justificar de alguna manera su fracaso y de conservar algo de orgullo.

Aizen sonrió falsamente. -"Es por eso por lo que aún sigues con vida a pesar de tus fallos, Luane Shiffer".

La espada enseguida le hizo una reverencia -"Lo siento mucho, Aizen-sama".

Aizen dirigió su mirada hacia el monitor en donde antes podía ver la sociedad de almas mediante los ojos de Ulquiorra. Ahora estaba negro, privandole de poder vigilar una parte muy importante para él. Su plan había fallado debido a un par de contratiempos que no habia previsto: Por un lado, Si Inoue Orihime llegaba a Hueco Mundo y prestaba aquel extraño poder a los shinigamis, la balanza se inclinaría muy a favor de sus enemigos y lo que era peor, podría incluso rechazar en Ichigo Kurosaki cualquier intento de dominio sobre su hollow; y, por otro lado, estaba la posibilidad de que los hollows pudiesen recuperar sus emociones y sentir amor. Hasta ahora, sólo había atribuido esa capacidad a Ichigo porque todavía era un vasto lorde incompleto, pero ahora veía que todos podían hacerlo...

-"Reune a los demás espadas y preparad la ofensiva. Hay que acabar con ellos antes de que esa chica venga a hueco mundo. Sin duda, podrás vengarte de Ulquiorra, pues estoy seguro de que vendrá aqui en busca de respuestas..."

-"Y podré matarla a ella también?". Aizen chasqueó la lengua ante su incompetencia.

-"Ella será nuestra panacea de nuevo" le explicó, -"no seas absurda".

Luane asintió, guardando silencio.

-"Ahora vete, ya sabes lo que tienes que hacer" y dicho esto se giró sobre su asiento, volviendo a monitorizar Hueco Mundo. Cuando quedó sólo, un pequeño deje de preocupación recorrió de forma fugaz su chocolate mirada. Qué más no habría previsto?

De pronto, el Hogyoku en su interior comenzó a vibrar inquieto y él tuvo que elevar denuevo su reiatsu para controlarlo. Apretó los puños sobre los teclados y una gota de sudor resbaló por sus sienes. "Cada vez ocurre más amenudo..." pensó y entonces, volvió a mirar a la pantalla. Rukia Kuchiki tenía que ir a hueco mundo y lo haría, estaba seguro. El Hogyuoku la llamaba y la Llave Real la necesitaba. La obediente shinigami no podría eludir sus responsabilidades y más si creía que estaba enamorada de Kurosaki. Con malicia, sonrió con anticipación al imaginarse el rostro de la chica cuando él le dijera que sus sentimientos por Kurosaki eran planeados, que ellos dos habían caído en la ilusión que él mismo había creado para ellos. La vaciaría de esperanza y de luz tan sólo para que él la llenara de oscuridad...

Pero con lo que Aizen no contaba, es que Rukia e Ichigo conocían ya la verdad sobre ellos y que en la luz, habían más seres para poder guiarlos que con los que él había contado...

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Toda una comitiva de hombres ataviados con uniformes blancos y turbantes comenzaron a salir de la enorme puerta del cielo. Algunos llevaban el haori dorado que Rukia reconoció en en el uniforme de Ichigo, mientras otros iban vestidos de forma distinta, llevando a sus espaldas una especie de mochilas muy parecidas a los que llevaban los del escuadrón de Unohana-taicho ahí en el sereitei. Fueron estos segundos los que se adelantaron. Un gran número de ellos desaparecieron de su vista, utilizando el shunpõ y repartiéndose por todo el sereitei en busca de más heridos a los que socorrer, mientras que otros acudieron de inmediato a ayudar a Orihime y a Hitsugaya.

-"La guardia real, el escuadrón 0, por fín" suspiró aliviada Yoruichi.

Tras otro séquito que Rukia identificó como una corte de nobles, la figura de una hermosa mujer apareció la última. Llevaba un extraño kenseikan de un tamaño fuera de lo común, una especie de corona-diadema de oro, con perlas doradas colando de un lado y perdiendose entre el lustroso y ondulado cabello castaño de su portadora, el cual, estaba recogido en una especie de trenza de muchas hebras. Vestía un kimono imperial de una larga cola de un color rosa pálido bordado con hilo de oro y llevaba un Obi que, a pesar de todos los ropajes, no era capaz de ocultar que bajo todas aquella telas se encontraba un cuerpo joven y voluptuoso. Tremendamente femenino. Era hermosa y desprendía bondad y calidez.

-"Majestad" le saludó Yoruichi, inclinándose ante ella.

-"La.. Reina?" preguntó Rukia, aún sin creer lo que sus ojos veían.

Masaki había hecho su aparición, abandonando la seguridad del plano del palacio real. No podía seguir soportando el verlo todo a través de su oráculo sin mover ni un sólo dedo. No eran sólo las vidas de las almas del sereitei y del mundo real las que corrían peligro, ni tampoco sólo el equilibrio, sino también la vida de sus hijos y eso no lo permitiría, aunque eso la convirtiera en la primera reina en desobedecer las normas. Ya había sacrificado demasiadas cosas por la corona.

Sus indulgentes y cálidos ojos avellana, se posaron en Grimmjow.

-"Curadle a él también" ordenó a sus acompañantes.

-"Pero majestad, es un Arrancar!" le rebatió uno de ellos.

-"Es uno de los nuestros y ha salvado a la portadora del Hogyoku.." le rebatió, dando por finalizada la conversación con el shinigami, que sin rechistar, se dirigió hacia el moribundo ex-espada junto con tres hombres más. Éstos envolvieron a Grimmjow en un haz de luz muy parecido al de Orihime y comenzaron a sanarlo.

Comprobando que eran muy buenos en lo que hacían, Rukia se dirigió a Masaki. Intentó ponerse de pié, pero la presión del reiatsu de la Reina se lo impedía.

-"Lo siento" se disculpó la soberana, y al instante, ocultó su reiatsu, haciendo que la atmósfera dejara de ser opresiva.

-"Su alteza...!" la llamó emocionada. Por fín conocía en persona a la madre de Ichigo y tan sólo fue acercarse a ella y verla, que Rukia comenzó a sentir un enorme afecto hacia aquella mujer tan desconocida y conocida al mismo tiempo.

-"Llámame Masaki, Rukia-chan, pues siento el mismo cariño por tí que tú por mí" le pidió, sonriendole amablemente y acariciando una de sus mejillas. Su voz era delicada y melodiosa.

Rukia se conmovió. Ciertamente Ichigo no se parecía mucho a ella físicamente, aunque sí que era alta y directa, como el pelinaranja.

-"La mamá de Ichigo...la hermana de Kaien-dono y...mi reina" resumió anonadada, más bien como aclaratorio para ella misma que para su interlocutora.

Una risueña carcajada salió de los labios de Masaki, quien, sin dudarlo, la estrechó entre sus brazos.

-"Ya no temas, Rukia-chan, voy a ayudaros..." le susurró, acariciandole el pelo de forma maternal. La joven shinigami levantó su rostro, aún incrédula, hacia el de la mujer que aún la acunaba entre sus brazos. -"No dejaré que nadie más muera", le aseguró.

Su amable mirada se llenó de un destelleante fulgor, de un brillo tan intenso que parecieron dos faros en medio de aquella oscuridad. Rukia ya había visto esa forma de mirar antes y, tal y como solía pasarle cada vez que veía así los ojos de Ichigo, el entusiasmo se le contagió. Sintió la esperanza renacer en su pecho y como una lengua de fuego, se transmitió en forma de calor por todas sus entumecidas articulaciones, por cada músculo, por cada mísero poro de piel y, por fín, dejó de tener miedo.

[][][][][][][][][][][][][][][][][][][][][][][][] Continuará...

Bueno bueno bueno, qué tal? sinceramente, mientras lo escribía, pensaba cuánto echo de menos los buenos tiempos de Bleach. No digo que ahora no me guste ni mucho menos, pero echo de menos la saga de Hueco Mundo, que, sin duda, es mi favorita.

Siento mucho que no haya habido ichiruki en este capi pero comprendedme, tal y como os dije la otra vez, la historia requiere que así sea. Los protas absolutos de este capi eran Grimmjow y Ulquiorra, a los que me he encargado de "humanizar". Os dije que difuminaría la línea divisoria entre arrancar-shinigami y creo que lo he conseguido.

-Ya sabeis el origen de Luane así como habéis sido testigos del momento en el que Ulquiorra fué devuelto a la vida. La sorpresa es que Luane es la hermana de Ulquiorra, una gemela creada a partir del ADN extraído de la segunda resurrección de Ulquiorra. No os preocupeis, mas adelante ella misma lo explicará mejor cuando Ulquiorra vaya a rendir cuentas con ella, jejeje.

Debo deciros que espero que no os haya resultado lioso el leer los recuerdos de Ulquiorra alternandose con las acciones en el presente. No he separado los párrafos porque ambas situaciones estaban ocurriendo en el mismo espacio-tiempo y eran los mismos Ulquiorra y Orihime los que nos lo estaban contando a través de sus ojos.

-Ya sabeis que Azien no quiere matar a Rukia, es más, en este capi os he dado una pista de para qué la necesita...qué demonios quiere Aizen de Rukia? y que le ha pasado con el Hogyoku?

-Qué os ha parecido los nuevos poderes de Orihime? Logrará Aizen echarle el guante otra vez la la bella pechugona?

-Ichigo ha decidio no tomarse el Inhibidor de la furia. Creeis que esto le traerá alguna consecuecia más adelante?

-Masaki ha aparecido! la Reina viene a dar caña, señores! bueno, en realidad, viene para otra cosa, pero no os la voy a adelantar todavía, jejeje lo que sí es seguro que con ella en escena, pasarán cosas muy buenas e importantes. Os ha gustado su aparición?

-Grimmjow está muy mal herido. Creeis que sobrevivirá? y por fín ha admitido sus sentimientos hacia Rukia!

-La guerra en Hueco Mundo ya ha empezado. Cómo les irá a los dos grupos?

En fin, de momento, esto es todo. Si bien este capi ha sido de acción, batallas e incluso un poco de gore ( bueno, no tanto, pero sí que quizá me haya pasado con las amputaciones, jajaja!), os aseguro que el próximo será todo lo contrario. Veremos qué pasa con Ulquiorra y Orihime, con Grimmjow y... EL REENCUENTRO ICHIRUKI! y no sólo el reencuentro, sino que también harán las paces! jojojojojojojo (pensamientos lemmonísticos mode on). Ésto último os lo he chivado a modo de recompensa por haber tardado tanto en actualizar... ;)

Nos acercamos a los episodios finales de esta historia gente, así que quedaos conmigo! espero que aún reciba los suficientes reviews como para saber que os sigue gustando (estoy un poco preocupada, la verdad) y animarme a seguir!

UN ABRAZO CARIÑOSO DESDE ESPAÑA Y, RECORDAD, QUE VIVA EL ICHIRUKI! 333