¡Hola a todo el mundo! Dios, no puedo creer lo mucho que me tomé para escribir más O_O ¡Lo siento mucho, de veras que sí! Para compensar, debería escribir algo más largo, pero secillamente no me salió TT-TT Perdónenme, pero estuve enviciada con el Ragnarok Online, y es que es tan divertido *-*, pero ya lo dejé (si, claro) ^,^Û Como sea, aquí va el tercer capítulo. Espero que les guste =D
Disclaimer: Desgraciadamente, FFVII no me pertenece (¡maldición!) sino que es propiedad de Square Enix.
Café con Miel
Capítulo III: Tifa, Tifa, Tifa...
-Ugh…
Trató de abrir sus ojos, pero una luz muy brillante le obligó a cerrarlos otra vez. Al cabo de unos segundos pudo abrirlos de nuevo. Y no había sido nada más y nada menos que la deslumbrante luz del sol, que penetraba en la habitación por una ventana abierta con cortinas blancas, que habían sido atadas cuidadosamente con un trozo de la misma tela, en forma del típico nudo que se hace en los zapatos, una a cada lado de la ventana. Al tiempo que su vista se acostumbraba a la luz del día, se dio cuenta de que había una persona junto a su camilla. No pudo evitar soltar una exclamación al verla allí otra vez.
-¡Tifa!- Gritó en su oído, sorprendido.
La mujer despertó sobresaltada. Y no, no era Tifa.
-Otra vez, hijo, ¡que me llamo Gertrudis! – Soltó ésta, mirándole como si le hubiese crecido una segunda cabeza, indignada por haber sido despertada de ésa manera tan descortés… por octava vez.- En serio, si sigues con eso de ''¡Tifa, Tifa, eres tú!'' yo...- hizo una pausa. Hablaba con un tono de preocupación- Sabes… de veras que lo he pensado y… creo que tendremos que derivarte a una clínica psiquiátrica…
Cloud no podía creerlo. Estaba completamente seguro de que había sido ella. ¿Qué rayos le estaba pasando? ¿Acaso era cierto? ¿Acaso se estaba volviendo loco en ése lugar? Demonios, no podía permitir que le llevaran a un lugar como ése. Al menos hasta donde él sabía, se encontraba perfectamente cuerdo… ¡boba enfermera incompetente! Pero él no iba a salir y decirle eso, no era educado, prefería callarse la boca… aunque sería mejor dejarle claro que era alguien lúcido, y bastante inteligente. ¿Qué podría decir? Nunca se le han dado bien las palabras… prefería que le hicieran preguntas que se pudieran contestar con un sí o un no. (Aunque no era que él lo dijera, cuando era negativo respondía con la cabeza, y cuando era positivo, pues aún más fácil, no decía nada). De súbito, una idea vino a su cabeza.
-Ah… no, sólo bromeaba- Aseguró Cloud, intentando sonreír… sin conseguirlo. Era gracioso, la cara que puso hacía parecer que estuviera estreñido, y uno de sus ojos estaba más cerrado que el otro, dándole un aspecto algo demente.
-Bu-bueno- La enfermera tuvo que hacer un enorme esfuerzo por no estallar en carcajadas- Si quieres, puedo ayudarte a ir al baño.
-No, descuide, no tengo ganas- Respondió él, algo decepcionado al darse cuenta de que su estrategia no resultó del todo bien.
-De acuerdo, entonces iré por tu desayuno…- Hizo ademán de salir del cuarto, pero se detuvo y lo miró, luego caminó de nuevo hacia la puerta, paró de nuevo, y se dirigió a él. -¿Seguro que no quieres ir? Porque yo lo entiendo perfectamente, y no es motivo de vergüenza, todos los seres humanos tienen sus nece…
-No, gracias, estoy bien- La cortó él, algo fastidiado y… ¿ruborizado? En ése momento recordó algo, y miró de un lado a otro, como buscando algo, que no vió en ningún lado
-Bien, entonces ya vuelvo con tu comida…
-Disculpe… ¿por casualidad no habrá visto una espada? Algo grande y bastante pesada.
-Ah, ésa hojalata…- Dijo, recordando- Sí… era enorme, y asustaba a los pacientes -Dijo, escandalizada.
-Ésa misma. ¿Puedo saber dónde está?- Quiso saber el joven.
-Ya le dije que asustaba a los pacientes, así que hice que la tiraran.- Dijo con indiferencia –Pesaba tanto, que tuve que llamar a dos jóvenes practicantes, y un doctor para que la sacaran del cuarto.
-¡¿QUÉEEEEE?
-¡Hola, papá!- Gritó Marlene con emoción, saltándole encima a Barret. De veras que estaba contenta, ya que hace un mes y medio que no veía a su padre.
-¡Marlene, tesoro! ¿Cómo has estado?- Cualquiera diría que él era un tipo demasiado duro y gruñón, pero tenía toda clase de sentimientos… adoraba a su pequeña más que a la vida misma, apreciaba muchísimo a sus amigos (pero no lo iba a andar diciendo, aunque sí lo demostrara), e incluso el pequeño Denzel le comenzaba a agradar mucho también. Todos ellos conformaban su ''familia''… una extraña, pero muy unida clase de familia. La apretó con fuerza y luego de un minuto la volvió a bajar a su lugar, notando que Denzel se encontraba atrás, apoyado en el marco de madera de la puerta, observando la escena.
-Hola, Barret- Dijo con una leve sonrisa. ¡Pero que pequeño más tímido! Cualquiera diría de que es el hijo legítimo de Cloud. Barret se acercó a él y lo apretó en un efusivo abrazo.
-¡Hola, pequeñuelo! ¿Cómo te has portado últimamente?- Preguntó, bajándolo al suelo, con una sonrisa en la cara.
-Bien, él siempre se porta bien- Contestó por él Marlene riendo, y haciendo sonrojar a Denzel.
Barret miró alrededor. La habitación era una ya conocida sala de estar, muy acogedora. Las paredes estaban pintadas de un tono malva claro, tenían muchas fotografías y eran muy diversas, al igual que sus pintorescos personajes. Yuffie riendo, cabalgando un chocobo furioso que la trataba de tirar; Barret en un traje de marinero blanco, posando en Costa del Sol; Tifa tocando un piano blanco, algo divertida, con el robot Caith Sith cantando recostado sobre él; Vincent sentado sobre un tejado con Cid, al parecer molestándolo, y por supuesto, con su cigarro en la boca; Marlene y Denzel sobre Nanaki junto a la fogata del Cañón Cosmo; Elena y Reno, sonriendo a la cámara en una mesa de lo que parecía ser el bar de Tifa, pero éste era algo diferente, y más atrás se veían Rude y Tseng sentados en la barra, y aún más lejos, tras la barra estaba Johnny, el pelirrojo viejo amigo de la infancia de Tifa (N/A: si, él también era su amigo, Cloud no es el único xD)… Pero, lamentablemente faltaba alguien. Aerith… nunca tuvieron la ocasión de tomarse una fotografía con ella. Aunque ellos nunca necesitarían ninguna fotografía para recordarla.
En fin, también tenía bastantes estanterías, en ellas había muchos libros y papeles desordenados, pero entre ellos Barret notó algo especial… parecía ser una foto familiar, en ella aparecían Cloud y Tifa, con los niños, y no pudo evitar sonreír.
-Hola, Barret- Saludó Tifa con una sonrisa, sacándolo de sus cavilaciones.
-Oh, Tifa. Hola- Contestó Barret, al tiempo que caminaba hacia ella para darle un abrazo. Él siempre saludaba de abrazos, desde que Aerith falleció, para no tener que lamentarse de nuevo de no haber abrazado nunca a alguien que era importante para él… y Aerith lo fue… no, lo era. Ella salvó a su Marlene, y probablemente por su culpa, ella…
-Muchas gracias por venir, Barret. Perdona que te haya molestado- Se disculpó ella, cuando se separaron. Se le notaba en la miraba que se encontraba muy preocupada.
-No, está bien. Es genial saber que confías así en mi- Dijo él, tratando de animarla.
-¡Papá, vamos!- Llamó Marlene, mientras cargaba todas las maletas sobre Denzel, que no podía ver ni hacia donde iba, pues llevaba unas cinco maletas sobre él.
Barret rió y se las quitó de encima. Los niños caminaron hacia afuera, seguidos de Barret, y luego de Tifa. Subieron las maletas a la camioneta (N/A: No sé si Barret tenga o no una camioneta, pero en mi mente así es 8D), Barret subió al asiento del conductor, dándoles a los niños más libertad para despedirse de la joven.
-Adiós, Tifa. Te vamos a extrañar mucho- Le dijo Marlene, dándole un abrazo con cierta tristeza.
Luego corrió a la camioneta, quedando sólo Tifa y Denzel. Denzel se veía algo nervioso, Tifa lo sabía, así que tampoco dijo nada. Luego de unos segundos de silencio, Denzel se abalanzó sobre ella, abrazándola también. Tifa correspondió el abrazo, acariciándole el cabello con ternura.
-Adiós, Denzel. Cuídate mucho- Dijo ella mientras se separaban.
-Adiós, mamá- Dijo éste, para luego correr hacia la camioneta.
¿Mamá?
La acababa de llamar mamá… era increíble lo reconfortante que eso había resultado para ella. La hizo sentirse tan feliz, tan… madre. Eso quería decir que Denzel si la quería también a ella, que ella lo estaba haciendo bien, que ellos eran realmente una familia. Los despidió con la mano, al tiempo que la camioneta se alejaba, perdiéndose en la distancia. Sí, ellos eran una familia… aunque Cloud aún era como el padre de los niños, se preguntaba ¿Qué eran ellos? Era una relación algo extraña, porque, sí, eran amigos, pero también cuidaban de esos pequeños como si fuesen sus padres, pero ¿Cómo llamar a ésa extraña relación? No lo sabía, nunca fueron pareja (lamentablemente) ni nada por el estilo… un momento ¡Cloud, es cierto! Debía ir a Junon, casi lo olvidaba. Entró a la casa, y se dirigió a su habitación, tomó el bolso que había hecho con lo indispensable que necesitaría en el camino, y otro bolso vacío, y se dirigió al cuarto de Cloud. El cuarto de Cloud… era extraño estar allí sin que fuera para limpiarlo o hacer la cama. Como sea, abrió el ropero, y sacó unas cuantas mudas de ropa. Abrió el primer cajón de la cómoda, y sacó ropa interior… eso era aún más extraño… tal vez demasiado, así que tomó un montón y las arrojó al bolso, sin mirarla, con las mejillas rosadas. Agarró la linterna que su amigo siempre mantenía en su mesita de noche y salió del cuarto corriendo, con un bolso en cada mano. Luego de un profundo suspiro se encaminó hacia la puerta…
La foto.
Corrió hacia la estantería, y miró la foto familiar (*). Allí estaba ella en la iglesia del Sector 5, junto a Cloud, quien llevaba en brazos a Marlene, y delante de ellos se encontraba Denzel. Le gustaba mucho mirarla, porque le hacía sentir bien, así que la metió en su bolso, y se marchó rumbo al centro de Edge. Una vez allí, se encaminó hacia un callejón, en el cual, tras un basurero enorme (el típico basurero de callejón, muy grande y cuadrado), se encontraba una tapa redonda que daba al alcantarillado. Se metió en él, bajó un poco la escalera, cerró la tapa y continuó bajando. Conforme bajaba podía sentir un hedor que iba en aumento, hasta que llegó al piso.
Encendió la linterna, y pudo ver que se encontraba en una vereda estrecha, pegada a la pared, y que abajo estaba toda esa agua inmunda, que apestaba todo el lugar. Se cubrió la nariz con la mano sin guante (si, sólo llevaba guante en una mano) y caminó hacia la izquierda. Era un camino que parecía no tener fin, pero sabía exactamente hacia donde se dirigía. Como el alcantarillado iba por toda la ciudad, había muchas intersecciones. Caminó por 15 minutos y torció a la izquierda en la primera intersección, caminó por 15 minutos más y volvió a torcer a la izquierda en la segunda intersección. Le llevó unos 15 minutos más encontrar la siguiente intersección, pero ésta vez torció a la derecha. Caminó tres minutos más, hasta encontrar una puerta que tenía un aviso que decía algo como: ''¡PRECAUCUCIÓN! ALTO VOLTAJE, POR FAVOR, MANTÉNGASE ALEJADO''. Ella sabía que esto no era cierto, así que entró. Apagó la linterna, y aquí ya no había necesidad de cubrirse la nariz, pues hedor no lograba entrar a la habitación. Ésta se veía muy acogedora, no era demasiado grande y carecía de iluminación, salvo por una chimenea y una lámpara de escritorio. Junto a la chimenea habían dos sofás y un sillón, los tres del mismo tono escarlata. Sobre un sofá había un hombre durmiendo acostado. Tenía el cabello rojo algo largo y muy desordenado, que se iría todo sobre su cara, de no ser porque unas gafas en su frente lo mantenían levantado. Su vestimenta consistía en un traje negro de tela y una camisa blanca, que se vería muy formal si no tuviera la chaqueta abierta, llevara corbata, y abotonara su camisa. En los pómulos de su cara tenía unas marcas rojas, una en cada pómulo.
Había muchas estanterías repletas de libros, y varios diplomas colgados. Al fondo de la habitación había un escritorio, sobre el cual se encontraba la ya mencionada lámpara, además de un montón de lápices, papeles, unos cuantos libros, y un teléfono. Tras el escritorio se encontraba un hombre rubio, sus ojos eran azules y vestía un traje blanco muy formal. Éste la miraba atónito, sin dar crédito a sus ojos.
-Hola, Rufus ¿Cómo ha ido todo por aquí?- Preguntó Tifa con la mayor inocencia posible.
-Tú… ¿Qué haces aquí?- Preguntó éste, aún en el mismo estado.
-Oye, no fue rápido. Me llevó 48 minutos llegar hasta aquí, sin contar la peste, ¡y estoy segura de que mi ropa se impregnó de esa asquerosidad de olor también!- Dijo, agachando la cabeza para tratar de comprobar el olor de su ropa.
-¿Cómo sabes de esto? ¡¿Cómo sabes que trabajamos en clandestinidad?- Preguntó otra vez, más fuerte, casi gritando, haciendo que Reno despertara sobresaltado.
-Al parecer sigues subestimándonos… como en los viejos tiempos…- Comentó ella, hablando de una forma algo… ¿amenazante? No, ésa no es la palabra… ¿apelativa? No, bueno en fin…
-¿''Nos''? ¿Es que no eres la única que lo sabe?
-¿Es en serio, Rufus? Sí, para tu información hay más gente lista en el mundo, aparte de ti.
Reno, que en un momento observaba la escena casi en un estado de shock aún desde el sofá, volvió en sí, se puso de pie y se paró junto a Tifa, frente al escritorio de Rufus. Tifa volteó con rapidez la cabeza, para ver al nuevo invitado, percatándose de que sólo era Reno.
-Ah, eres tú. Casi olvido que estabas aquí- Dijo ella, tratando de aguantar la risa que siempre le venía cuando decía algo que no era cierto. Debía mantenerse firme, debía mantener la pose amenazante… y fría. Nunca en su vida imaginó que costase tanto, ¿Cómo podía Cloud andar siempre así por la vida, sin reír ni bromear, ni nada de esos detalles que alegran y suavizan todo? Seguramente debía ser cuestión de personalidades… simplemente él era diferente a ella, sólo eso. Él era frío, ella no.
-¡Oooooyee!- Exclamó Reno, interrumpiendo sus pensamientos –Y dicen que yo soy el descortés. ¡No puedes venir a saludarme así, nena!
-No vine a saludarte. Y no me llames así- Repuso ésta, cortante.
-Ouch. Eso duele, chica.
-Volviendo al tema…- Interrumpió Rufus, irritado.
-Ah, sí.
-Reno, puedes retirarte.
-¡¿Por quéeeeee? ¡De veras quiero oír el restoo!- Dijo el otro, suplicante.
-Retírate, te dije.
-No, será mejor que se quede.
-Está bien, está bien, vamos al grano de una vez… ¿Qué pretendes al venir aquí?- Pidió Rufus, exasperado.
-Bueno… no querrás que nadie se entere de esto, ¿o sí?
-¿Cuánto quieres por tu silencio?
-Oh, a mí no me interesa tu dinero- Contestó la apelada.
-¿Y qué quieres entonces?- Dijo Reno, hablando por su jefe.
-Un helicóptero.
(*) La fotografía familiar... pues es que existe =D chibiasta la creó, y es preciosa. Si quieren verla, les dejaré algunos enlaces. Chibiasta, además de esto, ha creado un montón de fanart CloTi, como también del incomparable Zack 8D Su cuenta en Deviant Art es chibiasta, así que abran una nueva ventana o pestaña, y escriban chibiasta. deviantart. com
Esto no es spam, ¿o si? xD Porque no es propaganda, más bien quiero que vean y aprecien lo que yo veo *-*
¿Y bien? Es un honor que se hayan tomado la molestia de leerlo hasta aquí, en serio ='D ... pero, aún así... Reviews, por favor ;o
¡De veras! ¡Necesito saber su opinión para mejorar! Por favor, se los ruego de rodillas. Yo antes leía fics, y no dejaba ningún review (y qué avergonzada me siento al decirlo), pero al final (ahora que yo escribo) determiné que era algo sumamente descortés de mi parte D= Y sí, los estoy llamando descorteses xD. Gracias, ¡Adiós!
¡Ah, por ciertoooo! Si tienen alguna idea o sugerencia, les ruego que me manden un PM, es cierto, es latoso, pero me harán un gran favor, y siempre se siente bien hacer una buena acción =)
