Título: Dimensión paralela (no se me ocurría otro título la verdad…)
Parejas: Habrá bastantes sorpresas, pero será más adelante.
Resumen: Después de su batalla con Sasuke en el valle del fin, Naruto despierta en un hospital para enterarse por Kyuubi que no se encuentra en su dimensión. Se enterará de quienes son su familia y cómo es su vida allí pero ¿será capaz de ocultar quien es verdaderamente? ¿Será capaz de perdonar a su padre por lo que le hizo? ¿Podrá volver algún día al lugar al que pertenece o preferirá quedarse con su nueva familia? Gracias a Kami que alguien le ayudará a sobrellevarlo…
Pensamientos.
Conversaciones.
Kyuubi.
CAPÍTULO 1
- ¿Por qué llegas tan lejos por mí?
- ¡Porque eres mi amigo, mi primer amigo!
- ¡Entonces romperé esos lazos que nos unen! ¡Chidori!
- ¡Rasengan!
…
…
Pi… pi… pi…
El sonido de un monitor de hospital hizo que se despertara de su sueño.
Miró a su alrededor para asegurarse que estaba en el hospital y se dio cuenta que así era. Había una chica pelirroja en la cama de al lado, que no había visto nunca, sin embargo no le dio importancia y siguió examinando la habitación. Extrañamente vio flores en su mesilla y un sillón al lado suyo, como si alguien hubiera pasado la noche velando por él, algo que no podía ser. Nunca nadie se había preocupado por él y mucho menos ahora, -lo más seguro es que sea por esa chica, o tal vez haya venido Iruka-sensei a verme porque dudo que Ero-sennin o Tsunade-obachan hayan tenido tiempo… ¿Y las flores? Eso es extraño…-.
En ese momento recordó todo lo que había pasado para encontrarse allí, su pelea en el valle del fin con Sasuke. Había tenido que usar el chakra del Kyuubi para poder luchar contra él y él había usado el poder del sello maldito de Orochimaru. Al principio, mientras Sasuke le relataba la fatídica noche de su clan, pensó que el sello lo estaría controlando para irse con la serpiente pero había comprendido que no era así. Él se iba por su propia voluntad, aunque para ello tuviera que darle su vida después, todo por una estúpida venganza sin sentido. Sasuke le había atravesado el pecho con un Chidori, y luego habían enfrentado su Rasengan con su Chidori; después de eso él no podía recordar nada. Supuso que ahora se encontraba en el hospital, seguramente alguien lo había encontrado allí tirado. Apretó sus puños en frustración, no había podido cumplir la promesa que le hizo a Sakura, él no había podido salvar a aquel que consideraba su hermano. Tal vez ahora mismo estuviera en el hospital como él, pero sabía que solo sería cuestión de tiempo que volviese a irse. Si Sasuke se encontraba en Konoha, impediría que se fuera de nuevo con la serpiente, sino estaba en la aldea iría a buscarlo para traerlo de vuelta. Era una promesa y ese era su nindo.
- Mocoso –llamó una voz en su interior- deja de preocuparte por ese Uchiha, él ha elegido su propio camino.
- ¿Por qué lo ha hecho? –preguntó intentando obtener una respuesta- él podía haber obtenido toda su fuerza en la aldea. Podía haberme pedido ayuda. Somos un equipo…
- Erais un equipo gaki –dijo Kyuubi resaltando lo que eran ahora- ese muchacho está sediento de poder y no parará hasta que sus metas estén cumplidas. Y después buscará más poder aún.
- ¿Quieres decir que no va a volver nunca? –preguntó inseguro-.
- Lo más seguro es que no, pero tal vez haya esperanza para él y se de cuenta del camino que ha decidido tomar y lo cambie. Nunca se sabe gaki.
- Es raro que me estés consolando, cuando deberías decirme que destruyera la aldea y matara a todos sus habitantes ¿te sientes bien?
- No demasiado, me encuentro demasiado raro y débil, como si no perteneciera aquí.
- Tengo hambre –dijo ya sonriendo un poco después de aquellas palabras- creo que me iré a comer algo y después te pasaré un poco de chakra porque lo necesitas. Además quiero saber qué paso con el teme.
Aunque nadie lo sabía, Naruto y Kyuubi se llevaban bastante bien. Kyuubi proporcionaba su chakra cuando Naruto lo necesitaba y curaba la mayor parte de sus heridas. De igual modo, Naruto proporcionaba su chakra al zorro cuando éste lo necesitaba o se sentía demasiado débil. Aunque confiaban el uno en el otro, Kyuubi nunca había contado el por qué había atacado aquel día Konoha, ya llegaría el día en el que tuviese que decirle la verdad a su contenedor.
- No te voy a negar que eso ayudaría, pero vete a comer fuera no sea que envenenen tu comida. Por supuesto no morirías, no me afectan los venenos pero no quiero que pasemos más tiempo aquí alimentándonos mediante un gotero.
Naruto tardó varios minutos en quitarse todos los cables que cubrían su cuerpo. Acababa de darse cuenta de que nunca había tenido tantos, ¿acaso estaba tan mal cuando había llegado? No. Seguro que Tsunade-obachan le había puesto todo aquello para que no escapara del hospital. Cuando acabó de quitarse todos aquellos viales, catéteres, etc. escuchó un pitido penetrante proveniente del aparato que medía sus constantes. Bufó. Odiaba ese aparato, siempre montaba ese típico escándalo y nunca nadie iba a ver que le pasaba, no entendía para que lo conectaban.
Cogió su ropa y se metió al baño para cambiarse, se encontraba un poco cansado pero estaba seguro que después de unos tazones de ramen se le pasaría. Esperaba no encontrarse con nadie de camino a Ichiraku's, porque estaba seguro que la vieja lo volvería a llevar a rastras. Además también quería saber qué le había ocurrido a Sasuke, porque estaba seguro de que si habían conseguido cogerle lo castigarían por traición.
Escuchaba el ruido de gente en la habitación, pero no le dio importancia. Seguramente la vieja estuviera histérica porque se había ido pero le daba igual, tenía hambre y pensaba ir a Ichiraku's quisiera o no. Si después ella quería que volviese para hacerle una revisión lo haría. Salió del baño y vio gente que no había visto nunca, demasiada en su opinión, tratando de tranquilizar a una mujer pelirroja que discutía con los médicos. Confundido, observó que la vieja no se encontraba en la habitación y decidió poner orden, sobretodo por si despertaban a la chica que también dormía en la habitación.
- ¡Ey! –exclamó, pero nadie se daba cuenta de que estaba allí. Después de intentarlo dos veces más se cansó y gritó- ¡Ey! ¿¡Se puede saber qué están haciendo todos ustedes aquí!? Están en un hospital, no deberían montar tanto escándalo. No se quienes son todos ustedes, pero la vieja se molestará si siguen así, además por si no lo han visto hay una chica durmiendo en la habitación.
- ¿Naruto? –preguntó la mujer pelirroja mirándolo con preocupación- ¿estás bien?
- ¡Y a ti que te importa! –exclamó aún enfadado por aquella situación- díganle a la Hokage que me voy, que estoy bien y que si quiere algo que me busque ¡y tengan consideración con los enfermos! –y dicho esto salió de la habitación dando un portazo-.
Naruto caminó por los pasillos del hospital, enfadado por la situación en la que se encontraba. Había intentado no enfadarse, pero la discusión de gente extraña en su habitación había sido el colmo, sobretodo por la chica que se encontraba allí. Giró una esquina y chocó contra un hombre rubio, de ojos azules que se apresuró en ayudarle.
- Naruto ¿estás bien? –dijo intentando ayudarle a levantarse, sin embargo el chico lo rechazó- debes volver a la habitación ¿te pasa algo?
- ¿¡Pero qué coño le pasa a todo el mundo hoy!? –gritó enfadado mientras se levantaba y miraba al hombre de manera fría- ¡no se quién eres pero déjeme en paz! –y en ese momento apareció en una habitación con una gran jaula, donde un zorro le miraba seriamente- ¿Qué es lo que quieres Kyuubi?
- Lo primero que te tranquilices estás muy tenso, además tenemos un problema.
- ¿Qué pasa ahora? –dijo aburrido, cada vez tenían más problemas- ¿van a matarme?
- ¿No te has dado cuenta de con quien has chocado? –le preguntó, mientras el pequeño rubio negaba- has chocado con el hombre que me encerró en ti.
- ¿Con el 4º? –dijo burlón. Solo faltaba que el zorro se hubiese vuelto tonto- te recuerdo que está muerto, recuerda que cada vez que celebraban en la aldea lo que hizo me daban una paliza a mi.
- Mira gaki, yo no olvido una cara nunca y ese es el 4º así que solo tengo una explicación para lo que está pasando y es que no nos encontramos en nuestro mundo.
- ¿Nuestro mundo? –preguntó confuso- ¿de qué hablas?
- Nuestro mundo es solamente una de las millones de dimensiones que existen. Cada vez que alguien toma una decisión, se crean dos dimensiones una con su decisión y otra con la decisión que no ha tomado ¿entiendes?
- Pues no lo entiendo mucho –reconoció aún más confuso-.
- Te pongo un ejemplo ¿qué hubiese pasado si yo no hubiese atacado tu aldea aquella noche? Una de las respuestas ya la sabes y es que me encerrarían en ti. Pero eso solo lo hice en tú dimensión por tanto en las otras yo nunca ataqué.
- ¿Me estás diciendo que donde nos encontramos nunca atacaste Konoha? –preguntó asombrado, mientras intentaba imaginarse su vida allí y pensaba si sus padres estarían vivos-.
- Efectivamente, sino el Yondaime no estaría vivito y coleando preguntándote si estás bien. Así que ahora le vas a seguir el juego a él y a todos para que no sospechen de nosotros, ya que hemos suplantado la vida del Naruto de aquí. Como ya has hecho gala de tu comportamiento, si te preguntan mucho desmáyate y fingiremos delirios.
- ¿Pero cómo hemos llegado hasta aquí? –preguntó confuso- no creo que sea tan fácil viajar entre las dimensiones.
- Tienes razón, nadie puede viajar entre las dimensiones excepto nosotros y los dioses y para eso, nosotros tenemos que ser libres. Pensaré en una forma en la que podamos volver, no te preocupes. Ahora intenta no estropear nada y haz lo que he dicho.
- Pero tengo hambre –dijo haciendo pucheros, algo que al zorro le desesperaba- y tú necesitas chakra.
- Haz lo que te digo sino queremos que nos maten –y después de eso lo expulsó de su mente, apareciendo delante de aquel hombre que aún lo miraba confuso y preocupado-.
- Hijo escúchame –dijo el Yondaime poniéndose a la altura de sus ojos- ¿te encuentras bien? ¿Me reconoces? Soy yo papa…
- ¿Pa… pa? –repitió mientras comenzaba a pensar demasiado rápido, era el hijo del 4º, Kyuubi estaba en su interior… su padre, aquél día, había encerrado a Kyuubi en su interior marcándole para siempre. No pudo soportar más los acontecimientos de aquel día y se desmalló-.
Despertó de nuevo pero esta vez no quiso abrir los ojos. Había tenido un sueño bastante extraño donde el 4º le decía hijo y se preocupaba por él, además de estar, "supuestamente" en otra dimensión. Quiso volver a dormirse ya que aún estaba un poco cansado, sin embargo se dio cuenta que había gente en la habitación discutiendo. Escuchó con atención, por si la conversación trataba sobre él.
- Dijeron que se encontraban bien y que no había secuelas del ataque –reclamó una voz femenina- mi hijo ha despertado, me ha gritado y no me ha reconocido.
- Kushina-sama, lo sentimos pero no hemos descubierto secuelas después del ataque, tal vez se encontrara desorientado al despertar pero si tiene algún fallo de memoria no será permanente. Sin embargo debemos esperar a que despierten para hacerles algunas pruebas.
- A mi tampoco me ha reconocido cariño –dijo la voz de un hombre preocupado- me ha gritado y cuando le dije que era su padre se desmayó sin más ¿sabe si despertarán pronto doctor?
- Su hijo despertará en poco tiempo Hokage-sama, sin embargo su hija tiene las constantes muy débiles, como si estuviese en coma aunque no lo está. No sabemos cuando despertará.
- ¿Qué ha podido pasarles Minato? –dijo la voz femenina con gran tristeza, como si estuviese a punto de llorar- siempre hay anbus vigilándolos.
- No lo se, por lo que me han dicho hubo una fuerte luz y aparecieron desmayados. Naruto con esas extrañas marcas en las mejillas y Keiko con ese tatuaje en su cuello, espero que ellos puedan explicárnoslo pero estoy preocupado, no tengo ninguna pista para poder investigar el origen de esa luz. No se a lo que nos enfrentamos.
La conversación entre aquella gente seguía pero Naruto dejó de prestar atención, al parecer lo de antes no había sido un sueño y era verdad que se encontraba en otra dimensión siendo su padre el 4º. Aún no podía creerlo y pensó que seguía soñando, que se encontraba en el hospital de Konoha y que cuando despertara las enfermeras lo mirarían con odio, al igual que toda la aldea. Pensó en aquella situación, si de verdad su padre era el 4º Hokage ¿Por qué había sellado al Kyuubi en su interior, haciendo que toda la aldea lo odiara por ello? No tenía ningún sentido. Tal vez su vida en aquel lugar fuera muy diferente a la suya propia, además el no tenía hermanas y por lo que había escuchado de aquella conversación, tenía una llamada Keiko.
Mientras pensaba en todo aquello notó como alguien manipulaba chakra demoníaco, pero ¿cómo era posible? Nadie estaba examinándolo y mucho menos manipulando su chakra por lo que no podía provenir de él. De repente apareció en la habitación en la que se encontraba Kyuubi, que lo miraba bastante ansioso.
- ¿Has notado eso gaki? –dijo con preocupación y con felicidad, dos emociones extrañas en el bijuu- ¡No estamos solos! ¡Esa chica posee a mi hermano Gobi!
- ¿Y qué tiene que ver eso? –preguntó confuso ante la exclamación de su demonio- tal vez lo sellaran dentro de ella en esta dimensión ¿deberíamos preocuparnos?
- ¡No lo entiendes! Nosotros no existimos en otras dimensiones, podemos viajar por ellas si estamos liberados, pero no hay más cómo nosotros. Sólo somos 9 sea la dimensión que sea.
- ¿Quieres decir que esa chica proviene de nuestro mundo? –preguntó con gran interés dejando notar su alegría. Si aquella chica provenía de su mundo, por lo menos no estaría solo al tener que afrontar todo aquello-.
- Exactamente, pero me preocupa el estado de Gobi. Esa chica está pasándole constantemente chakra para que se recupere por eso no despierta. Debemos pasarle chakra si queremos que vivan.
- ¿Desde cuando te preocupan tus hermanos? –preguntó con interés, pero estaba dispuesto a hacer lo que le decía Kyuubi-.
- Desde que puede que tenga las respuestas que necesitamos. Si él está aquí y nosotros también, tal vez mis otros hermanos también se encuentren aquí. Tenemos que planear alguna forma para que podamos pasarle chakra sin que se den cuenta de nosotros.
- Bien pero lo primero es que te pase chakra a ti –dijo mientras se acercaba al suyo y comenzaba a transmitirle chakra- Tal vez podamos quedarnos solos en algún momento.
Después de pasarle chakra al zorro, Naruto esperó pacientemente hasta que todo el mundo abandonara la habitación. Al principio fueron únicamente los médicos, mientras sus supuestos padres se quedaban allí vigilándolos, como si quisieran asegurarse que no les pasaba nada. Después de un rato, el Yondaime también abandonó la habitación pidiéndole a su esposa que fuera a buscarle en cuanto se despertaran y la mujer se quedó allí, haciendo guardia.
Unas horas después, Naruto se despertó de su siesta ya que se había quedado durmiendo esperando a que todos abandonaran la habitación. No abrió los ojos, por temor a que alguien estuviese allí y empezaran a preguntarle cosas. Además, el zorro y él habían llegado a la conclusión de que debían hablar con la chica para que les ayudase a fingir y obtener las respuestas que necesitaban para poder volver a su realidad. Abriendo un poco los ojos y poniendo sus sentidos al máximo, se dio cuenta de que la habitación estaba completamente vacía por lo que se incorporó y se sentó en la cama, observando de manera detenida a la chica que tenía a su lado. Se trataba de una chica aproximadamente de su edad, de pelo largo rojo y de piel blanca. Era bastante guapa en su opinión y su pelo resaltaba bastante. Se levantó y caminó lentamente hacia la cama de la chica, mientras ponía una mano en su estómago para pasarle el chakra necesario pero antes de hacerlo se dio cuenta del extraño tatuaje que poseía en su cuello. La cabeza de un lobo con unos kanjis debajo. Dejó de mirar el extraño tatuaje y comenzó a pasarle el chakra necesario para hacerla despertar. Durante unos minutos, el chakra rojo invadió el cuerpo de la chica y en un momento dejó de brillar. Unos segundos después la chica despertó revelando unos intensos ojos azules, como los suyos pero al no reconocer a la persona que se encontraba frente a ella se incorporó demasiado rápido, haciendo que se llevase las manos a la cabeza, tal vez debido al dolor.
- Espera no quiero hacerte daño –aseguró Naruto, intentando que la chica confiara en él- solo quiero hablar contigo.
- ¿Quién eres? ¿Y donde estoy? –preguntó mirando por toda la habitación, intentando reconocer el sitio en el que se encontraba-.
- No se exactamente donde estamos, pero te aseguro que este no es nuestro mundo –le dijo tranquilamente, haciendo que la chica le mirara extrañada- Me llamo Naruto Uzumaki ¿y tú?
- Keiko –respondió tranquilamente, comenzando a confiar en el muchacho- ¿has sido tú quién me ha pasado el chakra?
- Sí –dijo con una sonrisa nerviosa- bueno yo y Kyuubi. El zorro notó que tu bijuu estaba bastante débil y decidimos pasaros chakra para que despertaseis.
- Gracias –dijo sinceramente- entonces ¿Sabes cómo hemos llegado hasta aquí?
- Esperaba que me lo dijeses tú la verdad –dijo mientras las pocas esperanzas que tenia se fueran- yo solo se que estaba luchando y llegué aquí ¿Qué es lo último que recuerdas?
- Yo… no lo se –dijo bajando la cabeza- no recuerdo nada después de mi entrenamiento.
- ¿Eres de Konoha? –preguntó interesado ya que nunca la había visto-.
- No –dijo rápidamente- soy de Kusagakure, la aldea oculta de la hierba o por lo menos vivo allí ¿por qué lo preguntas? ¿es qué no estamos en Kusa?
- No, estamos en Konoha –aseguró mientras la chica abría más los ojos sorprendida y un poco temerosa- pero no te preocupes por nada, recuerda que no nos encontramos en nuestro mundo, y de eso tenemos que hablar.
- ¿Qué pasa? ¿Estamos en peligro? –preguntó impaciente-.
- Sí y no –dijo mientras la chica le miraba con confusión- se supone que en este mundo tú y yo somos hermanos –dijo mientras la chica se sorprendía aún más- y que somos los hijos del rayo amarillo de Konoha, que es el hombre quien selló al Kyuubi en mi interior ¿sabes quién fue?
- Sí –aseguró la chica sorprendiéndolo a él- él era… -comenzó mordiendo su labio interior y diciendo lo último en voz baja- mi padre.
- Entonces si que lo… ¿¡Qué!? –exclamó de repente el rubio- ¿¡Qué quieres decir!?
- Lo poco que se sobre mi pasado es que mi madre me abandonó en Kusa porque tenía sellado al Gobi –dijo con lágrimas en los ojos- más tarde me enteré de que era la hija del rayo amarillo ¿tú entonces eres mi verdadero hermano?
- Yo… -dijo mordiéndose el labio, bastante nervioso- nunca me dijeron quienes eran mis padres, solo que murieron durante el ataque del Kyuubi por tanto no te lo puedo asegurar ¡Pero lo podremos averiguar cuando volvamos! –exclamó alegre ante la perspectiva de tener una hermana-.
- Claro –dijo sonriendo- me alegraría poder salir de esa aldea y tener una familia.
- ¿Vida difícil? –preguntó recordando su propia infancia-.
- Sí –suspiró recordándola- y al parecer tú también.
- Sí, pero no importa –aseguró mientras sonreía para darle ánimos a la chica- ahora debemos actuar normal para averiguar todo tipo de información, pero no debemos mencionar que somos de otro mundo, y mucho menos que somos jinchurikis.
- Tienes razón, seguramente nos matarían –dijo sonriendo- tendremos que averiguar como volver ¿no?
- ¡Por supuesto! –aseguró alegre- ¡y lo haremos juntos! –y en ese momento entró a la habitación un hombre rubio de ojos azules, acompañado de una mujer pelirroja de ojos verdes y de un hombre que debía ser un médico del hospital-.
- Veo que ya estáis despiertos ¿no? –dijo el Yondaime alegre- me alegra que estéis bien los dos.
- Hai señor –dijo la chica ignorando que esas dos personas eran sus padres- ¿podemos ayudarles en algo?
- Keiko –dijo la mujer acercándose a la chica- ¿me reconoces?
- Disculpe, pero no –dijo un poco confusa ante esa pregunta- ¿debería hacerlo?
- ¿Y tú Naruto? –preguntó esperanzado el Yondaime- ¿sabes quienes somos?
- Bueno tú eres el Yondaime –aseguró el chico- pero no se mucho más, en cuanto a la mujer que le acompaña… no la he visto nunca.
- Entiendo –dijo el rubio mayor con tristeza, mientras la mujer sollozaba- ¿y vosotros sabéis quienes sois?
- Yo me llamo Keiko –dijo la chica con una sonrisa- soy una ninja de Kusa.
- Y yo Naruto –dijo sonriendo también- un ninja de Konoha.
- Keiko –dijo el Yondaime cada vez más asustado- tú no eres una ninja de Kusa, eres de Konoha pero sobretodo eres una aprendiz de ninja médico, ni siquiera vas a misiones –dijo mientras la chica abría los ojos debido a la sorpresa- y tu Naruto –dijo mirando al chico- tú ni siquiera eres ninja…
- ¿¡Qué!? –gritaron los dos sorprendidos, mirándose confusos mientras sus padres se entristecían debido a la pérdida de memoria de sus hijos y el médico los miraba con interés-.
………............
Después de unos largos minutos, el doctor que llevaba el caso de sus hijos salió de la habitación con los resultados de las pruebas que les había estado realizando. Tanto Minato como Kushina deseaban poder llevarse a sus hijos a casa, además Minato había decidido coger el día libre para poder estar con ellos e intentar averiguar qué es lo que les había pasado. No lo decían pero ambos estaban preocupados de que los agresores de sus hijos volviesen para matarlos.
- Bien, está claro que sus hijos han perdido completamente la memoria –dijo el médico fuera de la habitación de los muchachos- incluso parece ser que les fueron inculcados otro tipo de recuerdos por tanto no se sorprendan si dicen alguna cosa extraña. Creemos que en unas semanas recuperaran completamente la memoria, pero ya pueden llevárselos a casa –dijo mientras los otros dos asentían con la cabeza-.
- ¿Debemos hacer algo doctor? –preguntó Kushina deseando poder hacer algo por sus hijos- ¿Hay algo que nosotros podamos hacer?
- Sí, muéstrenles de nuevo los lugares y las personas conocidas para ellos pero no los presionen mucho porque los puede llevar a un estrés mental –explicó tranquilamente- si quieren también pueden preguntarles sobre los recuerdos que tienen, podrían saber algo sobre las personas que les hicieron eso. Pueden llevarlos a casa cuando quieran.
- Muy bien doctor, gracias por todo –agradeció el Yondaime mientras veía alejarse al doctor- bueno Kushina creo que es mejor que recojamos a los chicos e intentemos llevarlo lo mejor posible.
- Hai –asintió la pelirroja- y en cuanto sepamos quienes fueron los que les hicieron esto a nuestros hijos, los mataré.
Cuando entraron a la habitación, Minato y Kushina vieron como sus dos hijos charlaban animadamente sobre sus gustos, tal vez intentando conocerse de nuevo ya que ambos no se reconocían como hermanos. Al entrar, vieron como los dos los miraban con extrañeza al no reconocerlos como sus progenitores, algo que les hizo sentirse tristes. Quien quiera que les hiciera eso, pagaría por lo que había hecho.
- Bueno chicos –dijo el Yondaime intentando animar a sus hijos- ¿Qué tal si nos vamos todos para casa?
- ¿A casa? –preguntó la chica con confusión- ¿tenemos una casa?
- ¡Claro que sí hija! –exclamó Kushina con una sonrisa- somos una familia, no sois huérfanos ¿sabéis? –aseguró mientras los chicos miraban hacia otro lado, tristes.
- Bueno –dijo el Yondaime al notar la mirada de dolor y tristeza que había en los ojos de ambos chicos- es mejor que recojáis y nos vayamos todos.
Mientras los chicos recogían sus pertenencias, desconocidas para ellos, no les dirigieron la mirada a ninguno de sus padres ya que cada uno recordaba cómo había sido su infancia. Ninguno de los dos replicaron ante lo que les había dicho la pelirroja, ya que sabían que había sido una broma pero eso no impidió que se sintieran heridos antes aquellas palabras.
Durante el camino hacia su casa, Keiko observaba la aldea con interés aunque aún se negaba a hablar. Mientras tanto, Naruto miraba con una sonrisa como la chica se sorprendía ante todo lo que veía, tal vez debido a que su aldea no era tan grande como Konoha. Unos minutos después, llegaron ante una casa bastante grande, con un gran jardín y un pequeño símbolo en la entrada; un remolino. Mientras ambos chicos observaban la casa, Minato y Kushina se adelantaron a la puerta de la casa pero al darse cuenta de que sus hijos miraban la casa asombrados, no pudieron evitar una pequeña sonrisa y decidieron guiarles hacia el interior. Pero antes de entrar por aquella puerta, los dos adultos dijeron las 3 palabras que hicieron que tanto Naruto como Keiko se sintieran, por primera vez, contentos de tener una familia.
- Chicos –dijo el Yondaime con alegría- bienvenidos a casa.
Bueno este es mi primer intento de fic, así que me disculpo por los errores de ortografía y de coherencia, de todas formas espero que os guste. Me he decidido por uno sobre Naruto y Minato porque creo que hay pocos fics sobre ellos, y muchos son one-shot. Además quise probar algo nuevo.
Espero poder ir actualizando regularmente, intentaré sacar tiempo siempre que pueda ya que el trabajo y los exámenes quitan bastante tiempo.
Cuídense!! ^^