EPÍLOGO: OCTUBRE DE 2020
- Entonces, Chris, ¿cuál es el mejor superhéroe?- le pregunté a Chris, mi hijo, que estaba sentado sobre mis piernas con su pijama de Spiderman. Tenía casi 3 años y la elección de su nombre fue toda una odisea. Yo insistía con la idea de que su nombre completo tuviera 33 letras, Bella proponía 11, así que terminamos decidiéndonos por 22, de las cuales, cada uno tenía derecho a elegir la mitad. Bella, eligió Christopher, que tenía once letras y yo había optado por elegir Albert como segundo nombre, en parte por mi abuelo, otra por Einstein y otra porque de las 11 letras, que me correspondían, mi apellido ocupaba 5, reduciendo así mis opciones.
Para felicidad de mi madre, Kate, Reneé y Bella, Chris era idéntico a mí, mismas facciones, mismos ojos y mismo cabello, aunque él lo tenía algunos tonos más claros que el mío, pero mi madre había dicho que yo lo tenía igual cuando pequeño y que a medida que fui creciendo, se fue oscureciendo, lo cual llenaba de felicidad a Bella, ya que ella pensaba que Chris había heredado los mejores genes, yo lo dudaba, pero discutir sobre eso con ella, era una causa perdida.
-¡Spiderman! ¡Spiderman!- exclamaba Chris alegremente.
- Muy bien- le sonreí, revolviendo su cabello- y cuando tío Emmett te diga que Batman es mejor que Spiderman, ¿qué le dirás?
- Tío mentiroso, tío mentiroso- dijo Chris.
- Excelente- sonreí más ampliamente.
- ¡Edward, no le sigas metiendo estupideces de superhéroes a Chris!- me gritó Bella desde la cocina.
-¡No son estupideces!- le grité de vuelta mientras me levantaba de la silla con Chris en brazos y caminaba hacia la sala- los superhéroes nunca son estupideces, ¿cierto Chris?- él me miró sin saber qué decir- ¿cierto?- pregunté de nuevo.
- Cierto- dijo con una risita.
-¿Ves, Bella que tengo razón?- le sonreí- deberías aprender más de Chris- reí.
- Eres tan insoportable- dijo Bella rodando los ojos.
- Sabes que no es así, sino ya habríamos firmado un acta de divorcio alegando diferencias irreconciliables- bromeé.
- Edward basta- siseó Bella.
- Lo siento, Bella- puse mi mejor cara de arrepentimiento, Chris me miró e imitó mi expresión.
- Sabes que no puede resistirme cuando ponen esa cara- gimió Bella y yo me acerqué para besarla, pero tuve que separarme rápidamente, porque Chris comenzó a decir: "¡Mami! ¡Mami!" para llamar su atención- lo siento, Chris, me distraje con tu papi, sigue siendo demasiado sexy- rió y acarició las mejillas de mi mini-clon para luego besarlas.
El sonido de mi teléfono, interrumpió nuestro momento familiar y Bella fue hasta la cocina, mientras yo iba a contestar, con Chris aferrado fuertemente por mi brazo derecho.
-¿Edward Anthony Masen?- preguntó alguien al otro lado de la línea.
- Con él, ¿quién es usted?- contra-pregunté, al notar que la pantalla de mi teléfono decía que era un número desconocido.
- Soy Leon Brefland, de la Fundación Nobel y llamo para comunicarle que ha ganado el Premio Nobel de Física del año 2020 por su"Comprobación sobre el funcionamiento de la teoría de cuerdas a partir de dimensiones descubiertas mediante los agujeros negros y los púlsar"- el shock causado por la noticia, hizo que dejara de prestar atención al señor Brefland. De pronto, sentí que el peso sobre mi brazo derecho desaparecía, al igual que el teléfono que sostenía en mi mano izquierda. Después de transcurridos unos segundos, mi mente comenzó a volver a la normalidad, el tiempo suficiente para oír a Bella decir:
- Adiós, señor Brefland- se despidió, tiró mi celular sobre el sofá y corrió hacia mí.
- ¡Felicitaciones, Edward!- exclamó llorando y dándome besos por toda la cara, mientras yo decía "Gracias"- ¡Premio Nobel de Física!- me abrazó fuertemente y empezó a sollozar en mi pecho.
-¡Mami!- chilló Chris, mientras caminaba con pasos inseguros hacia nosotros- ¡Mami llora!
- Mami no está triste, está feliz porque tu papi ganó un premio muy importante- le dijo Bella, acercándose para tomarlo en brazos.
-¿Premio?- preguntó Chris.
- Sí, cariño un premio- le sonrió Bella.
-¿Regalo?- volvió a preguntar y yo solté una risa.
- Sí, hijo, habrá un regalo, una medalla- fui hasta la biblioteca de la sala para buscar una medalla que había recibido cuando gané el Premio Wolf años atrás, aunque no me gustara el nombre del premio, era el más importante después del Nobel, así que eso me reconfortaba. Tomé la medalla y caminé para mostrársela a Chris- medalla.
- Medalla bonita- dijo Chris.
- Lo es, pero la de ahora será más bonita.
-¡Edward!- rió Bella- cariño, dale un beso a papi por haber ganado ese premio- acercó a Chris a mí, quien me dio un beso en la mejilla.
- Gracias- le sonreí- llamaré a mi madre para darle la buena noticia, mis padres ahora habían sido trasladados nuevamente y vivían en Roma.
- De acuerdo, yo llamaré a la mía, luego a mi padre…
- Dudo que le interese- me reí- aún me odia porque mis genes dominaron a los tuyos- sonreí mirando a Chris.
- No se puede luchar contra la genética- se encogió de hombros, restándole importancia- pero esto sí le interesará, todo el mundo estaría feliz de tener un Premio Nobel en su familia.
- Lo que tú digas, Bella…- rodé los ojos y fui en busca de mi teléfono- luego llamaré a Kate.
- Llamaré a los chicos.
- Pero llama a Alice cuando ya le haya contado a Emmett, me odiará si se entera por ella y no por mí- Bella asintió con la cabeza y se llevó con ella a Chris.
- Hola- saludé a mi madre cuando contestó el teléfono.
-¡Hijo, qué sorpresa! ¿Cómo está Chris?
- Bien gracias, Bella y yo también estamos bien, por si te interesa saber.
- Justo iba a preguntar por ustedes- rió- ¿a qué se debe tu llamada?
-¿Está mi padre ahí?
-¿Qué sucede Edward?- preguntó mi madre preocupada, mientras llamaba a mi padre con un grito.
- Nada malo, es sólo que tengo que contarles algo a los dos.
- De acuerdo, ahora estás en altavoz- dijo mamá, después de unos segundos.
- Hola papá- lo saludé.
- Hola hijo, ¿qué tienes que contarnos?
- ¿Bella está embarazada de nuevo?- me preguntó mamá antes que pudiera hablar.
- No, es otra cosa, ¿me vas a dejar contar?- suspiré.
- Scusi- se disculpó- habla.
- Hace unos minutos, recibí una llamada informándome que gané el Nobel de Física de este año- les informé y apenas terminé, sentí unos gritos de mi madre y unos ruidos, como si mis padres estuviesen saltando.
- ¡Hijo, felicitaciones! Estamos tan orgullosos de ti- me dijo papá.
- Ay, Edward, estoy tan emocionada- sollozaba mi madre- desde que eras niño, sabía que llegarías muy alto… -otro sollozo- recuerdo cuando te llevamos al observatorio de París y al salir nos dijiste que cuando fueras grande serías un científico y te ganarías el Premio Nobel…
- A los 33- agregó mi padre y mi madre soltó otro sollozo.
-¡Lo lograste, hijo!- exclamó mi madre y volvió a llorar.
- Ya, ya, Liz, tranquila…-la consolaba mi padre- hablamos más tarde, cuando tu madre se tranquilice, ¿de acuerdo?
- De acuerdo, adiós, papá.
- Adiós y felicitaciones nuevamente.
- Gracias.
Enseguida, llamé a Kate, la conversación fue muy similar a la que tuve con mis padres, excepto que cuando mi prima comenzó a llorar, Marie, su hija menor, empezó a llorar con ella y Edward, su otro hijo, del cual Bella y yo, éramos padrinos, preguntó por qué lloraban y al no obtener respuesta, gritaba sin parar, mientras Garrett inútilmente trataba de tranquilizar el ambiente. Rápidamente, le dije que tenía que llamar a mi abuelo y corté. Tantos gritos me iban a causar un dolor de cabeza. Mi abuelo reaccionó con tranquilidad, pero mi abuela lo hizo igual que Bella, mi madre y Kate, así que traté de terminar la conversación lo antes posible.
- ¡Hola Edward!¿Cómo estás?- exclamó Emmett cuando lo llamé.
- Hola Emmett, bien gracias, te llamaba para…- empecé a decir, pero me interrumpió.
- ¿Cómo está Chris?
- Bien, ¿y los mellizos?
- Cada día son más parecidos a Rose y Jasper, lo único que heredaron por mi lado, fueron mis hoyuelos.
- Algo es algo.
- Sí, pásame a Chris.
- Pero…
- No seas malo…- rió Emmett, suspiré frustrado y fui por Chris.
- Chris, tío Emmett quiere saludarte- le informé y le pasé el teléfono, Bella me miró interrogante y negué con la cabeza.
- Tío Emmy- chilló Chris, escuchó con atención lo que decía Emmett y luego exclamó: ¡Tío mentiroso!- solté una carcajada.
- Muy bien, hijo, estoy orgulloso de ti- le sonreí y le revolví su cabello, mientras volvía a tomar el teléfono- Emmett, Spiderman es mejor que Batman, admítelo de una vez, hasta Chris que tiene 33 meses se da cuenta de lo obvio- Bella sonrió, negando con la cabeza, se acercó y me susurró que llamaría a Alice para contarle- pero no te llamaba para eso, sino para informarte que tienes el honor de conocer a un Premio Nobel.
- Eso no es cierto, ¡Eddie mentiroso! ¡Eddie mentiroso!- chilló, imitando la voz de Chris, yo sólo rodé los ojos.
- Yo no miento.
- Sí lo haces, sólo los niños y los borrachos, dicen la verdad, tú no eres niño ni estás borracho, así que…- razonó Emmett.
- Cállate- lo reprendí- y es verdad, conoces a un Premio Nobel.
- ¿En serio? ¿Quién?- preguntó.
- Estás hablando con él- Emmett rió.
- Vamos, Edward, sólo estoy hablando contigo y tú… -se calló de golpe y yo sonreí- ¡Demonios! ¡Rose, Rose!- comenzó a gritar y sentí como el teléfono cayó al suelo - ¡Niños! ¡Vengan todos! ¡Conocemos a un Premio Nobel! ¡Un Premio Nobel! – sonreí aún más, Emmett era tan exagerado.
- ¿Edward se ganó el Nobel?- preguntó Rosalie.
- ¡Sí, sí!- gritaba Emmett.
- El de física, ¿cierto?
- Eh… sí, supongo- titubeó Emmett- ¿dónde está el teléfono? ¡Ah, gracias, Carol!- se oyeron unos ruidos y la voz más fuerte de Emmett- ¿es el Nobel de Física, cierto?
- Sí, me lo gané por mi comprobación sobre el funcionamiento de la teoría de cuerdas a partir de dimensiones descubiertas mediante los agujeros negros y los púlsar- recité.
Sí, Rose, es el de física- le dijo Emmett a Rose- se lo ganó por comprobar algo sobre unos cordeles negros que se pulsan- sólo rodé los ojos- todos aquí, te felicitan, vamos, a la cuenta de tres, digamos todos "Felicitaciones, Edward", de acuerdo, uno, dos y ¡tres!- se oyeron cuatro voces, diciendo "¡Felicitaciones, Edward!"
- Muchas gracias- reí y vi que Bella se acercaba con Chris en brazos, apenas llegó dónde yo estaba, me pasó a Chris y me quitó el teléfono.
- Hola Emmett- dijo Bella- sí, muchas gracias- pausa- siempre supe que lo lograría-pausa- no, no es una frase cliché, de verdad siempre lo supe- pausa- sí, hablé con ella recién, aún mis tímpanos están sensibles-pausa- no- pausa y Bella enrojece- ¡Emmett! ¿cómo puedes decir eso delante de los niños? – Bella se sonroja aún más- ¡Suficiente! Voy a cortar la llamada- alcancé a oír la risa de Emmett, al otro lado de la línea- adiós, Emmett, saludos a Rose y los niños, debo colgar, mi Premio Nobel de Física me espera… ¡Emmett!- volvió a exclamar Bella, nuevamente oí las risas de él- adiós- y Bella dio por terminada la conversación.
- No te enfades con Emmett, es buena persona- lo defendí riendo.
- Lo sé, es sólo que no entiendo cómo puede hacer chistes tan subidos de tono enfrente de los niños.
- ¿Qué te dijo?
- No quieres saber- dijo Bella, con la cara de un rojo casi furioso- Alice y Jasper te mandan sus felicitaciones, Jazz dijo que después te llamaría cuando los niños se durmieran porque el grito que pegó Alice cuando le conté, los despertó- dijo cambiando de tema.
- Bien, pero aún quiero y Chris también quiere, ¿cierto?- le pregunté- ¿Cierto?- repetí.
- ¡Cierto!- chilló Chris.
- Basta, Edward- dijo Bella rodando los ojos.
- Pero es mi día, me gané el Nobel- le sonreí.
- Como es tu día, te diré algo que hará tu día aún más especial.
- ¿Qué?- pregunté curioso y ladeé la cabeza ligeramente. Chris hizo lo mismo.
- Estoy embarazada- anunció con una gran sonrisa, dejé momentáneamente a Chris en el suelo para poder abrazar a Bella y darle vueltas por la sala, mientras nuestro hijo jugaba con uno de mis Rubik.
- ¡Este día es perfecto!- exclamé- ¡Totalmente perfecto!- Bella rió con ganas- ¡Te amo Bella más que todo el Universo! ¡No, más que eso, el universo es finito! ¡Bella Masen, te amo hasta el infinito!- la besé apasionadamente, mientras la empujaba para apoyarla contra la pared, hasta que Chris comenzó a tirarme del pantalón, sonriendo lo tomé en brazos.
- ¡Chris, tendrás un hermanito o hermanita!- le dijo Bella, él la miró sin entender y ambos nos reímos.
- Bella… - murmuré.
- ¿Sí?
- Este es mi día especial, ¿cierto?
- Sí…
- ¿Puedo pedir un regalo?
- Sí…
- Perfecto. Quiero que el nombre completo de nuestro futuro hijo o nuestra futura hija tenga 33 letras.
- Edward…
- ¿Qué? Me dijiste que podía pedir un regalo.
- Sí, pero…
- ¿Pero qué Bella? Acabo de ganar un Premio Nobel, soy tu esposo, me amas tanto como yo te amo a ti, tenemos un hijo muy bonito- le dije apoyando mi mejilla contra la cabeza de Chris- y nunca te he pedido algo a cambio…
- 22…
- Bella… -susurré con mi tono más persuasivo, pero ella parecía no ceder- es sólo algo pequeño, pero para mí es importante, vamos Bella, di que sí… - le sonreí torcidamente, ella pareció un poco aturdida. Excelente- es todo lo que necesito para que mi vida sea perfecta… vamos, monamour- le guiñé un ojo y ahí supe que había ganado, durante los años que llevaba casado con Bella, había descubierto que tenía una debilidad por el francés, porque decía que era el idioma del amor y disfrutaba que yo le hablara francés, aunque no entendiera lo que decía. Bella suspiró.
- 33- murmuró y yo sonreí triunfante.
- 33- repetí antes de besarla de nuevo y luego volví mi vista hacia Chris- vamos, di treinta… y… tres
- Edward, ni siquiera tiene tres años- me reprendió Bella- ¿cómo va a poder…?
- Treinta…-empezó a decir Chris.
- Y tres…
- Y tres- repitió Chris- ¡Treinta y tres! ¡Treinta y tres!- chilló Chris divertido. Bella sonrió y me miró divertida.
- ¿Qué? El 33 es un gran número, es mucho más que un simple número- me defendí -¡más que un simple número!- repetí. Chris me miró con curiosidad, antes de decir, para diversión de Bella y mía: ¡Un… sim…ple… simple… nú…me…ro!
- ¡Un simple número! Repite conmigo- le dije a Chris y ambos dijimos: ¡Un simple número! Muy bien, hijo, vamos Bella, repite con nosotros.
- Edward…
- ¡No seas aburrida!
- Mira quién habla- se burló- pero te lo aguantaré sólo porque hoy es tu día, espero que el espíritu de Emmett que hoy posee tu cuerpo, te abandone mañana- rió.
- A la cuenta de tres, uno, dos y... ¡tres!
- ¡Un simple número!- dijimos los tres al mismo tiempo y luego nos reímos sobre el sofá. La vida era perfecta. Mi vida era perfecta. Nuestra vida era perfecta.
Hola!
¿Qué les pareció?
Quiero agradecer a todas aquellas personas que se animaron a leer mi historia, especialmente a aquellas que la siguieron desde el principio, porque fue hace 20 meses exactos y valoro mucho q hayan seguido pendiente de ella, durante tanto tiempo.
Gracias también a mi BFF, q siempre me apoyó con esta historia y q me animó a publicarla cuando yo pensaba q a nadie le iba a interesar leerla xD
Espero que les haya gustado y nuevamente, gracias por todo (:
Se despide,
Claudia (;
11/11/11. 33.