Sailor moon. Derechos Naoko Takeuchi

DONDE EMPIEZAN LOS SUEÑOS.

"No tratéis de guiar al que pretende elegir por sí su propio camino" (William Shakespeare).

Prólogo.

Si te dieran la oportunidad de poder cambiar algo de tu vida y de este hecho dependiera tu presente y también tu futuro ¿lo harías?, yo sin pensarlo siquiera diría que no, porque las decisiones que vas adoptando a lo largo de tu vida, acertadas o no, te hacen lo que eres lo que vales y en definitiva construyen el camino hacia lo que realmente buscas y anhelas. En mi caso, la felicidad.

Antes, si me hubieran preguntado ¿eres feliz?, después de mucho meditarlo habría respondido "Si, claro", ¡ahora me doy cuenta de lo ciega y equivocada que estaba!, Pregúntenmelo ahora y sin dudar grito ¡Soy completamente feliz!, porque la felicidad no es tener asegurada una vida, un futuro ya determinado, que asustaba de tan perfecto. Si no has sufrido ni te haz sacrificado por aquello que tiene más valor que tu propia existencia, aquello sin lo cual te es absurdo estar ni mucho menos vivir, es imposible ser capaz de vislumbrar el verdadero significado de ser feliz. Yo afortunadamente me di cuenta de aquello y ya no me preocupo del pasado ni tengo temor del gran peso que eso conlleva, sino que hoy solo miro hacia adelante y por supuesto que no temo al futuro, porque cuando lo recorres el camino de tus ilusiones junto a la persona que atesora no solo tu corazón, sino que también tu alma, el miedo, la tristeza y la soledad que alguna vez pudiste sentir, no solo desaparecen, sino que es como si nunca hubieran estado allí.

Capitulo I. . El despertar. La ¿boda?

- Serena ¿Esta bien así el peinado?- pregunta Rey con impaciencia.

Pero Serena no esta escuchando y mira distraída por la ventana, mientras el viento otoñal intenta arrancar las ultimas hojas de los árboles, las sobrevivientes, las que se aferran a la idea de no morir, tan frágiles tan fuertes…

- Sere… - Mina intenta sacarla de sus cavilaciones, pero Serena nuevamente se ha perdido en su mundo, en un mundo donde no esta permitido pensar en lo que sucedería en aproximadamente dos horas más.

En dos horas más tendría que entrar tomada del brazo de su padre a una iglesia adornada con las mas bellas rosas blancas que se puedan imaginar, llevando puesto el vestido de novia que cualquier mujer de su edad moriría por usar, con el anillo de compromiso confeccionado solo para ella y con un peinado, maquillaje y sonrisa deslumbrantes.

Pero nada era así, las rosas blancas las eligió Darien, el vestido fue diseñado de acuerdo a las ideas de sus amigas, el anillo de bodas ya pesaba como 60 kilos en su dedo y el maquillaje era una mascara. ¿Pero que importaba?

Nada. Ese era el punto. Todo lo anterior carecía de total relevancia para la princesa del Reino Lunar.

Pero desde cuando esto era así. Ella lo sabía perfectamente. Desde hace cuatro meses, cuando la batalla contra Sailor Galaxia se había ganado y el Caos eliminado, Seiya, una de las estrellas fugaces del planeta Kimokku debió regresar a su planeta.

Seiya. Seiya. Como se enamoro de él ni ella lo sabia a ciencia cierta y eso era lo más hermoso, no saber nada. Con él todo fue nuevo e improvisado y cuando el partió, no solo dejo atrás al mas roto de los corazones, sino que también se llevo consigo el brillo de la Princesa, porque desde ese entonces la luz de la luna se apago.

Por supuesto que no culpaba de esto a Seiya, después de todo el se marcho sin saber de sus sentimientos, se culpaba a ella misma por ser una cobarde y no ser capaz de defender su amor y además se recriminaba por hacer sufrir a Seiya, porque hasta el mas despistado del mundo se hubiera dado cuenta que para Seiya no existía otro ser en el universo al cual pudiera mirar con esos ojos azules como a su bombón. Y ella lo había dejado ir, ¡Que tonta! pero no por falta de amor ¡claro que no! Ella tenía tanto miedo, miedo por dañar a Darien, -su amor eterno en tantos sentidos-, a sus amigas que morirían por ella. En el fondo ella seguía siendo una niña incapaz de hacer valer su palabra, era una hoja que se rendía al incesante soplido del viento y era conducida a su voluntad…

- Serena por favor dinos algo, la boda es en una hora- Hablo una Amy muy preocupada.

Y al escuchar estas palabras reaccionó, como si hubieran pinchado con un alfiler la burbuja de sus pensamientos - Eh? Si esta muy bien gracias amigas- y fingió la mejor sonrisa que pudo, ni siquiera sabía que le estaban preguntando.- Si me permiten necesito ir un momento al baño antes de partir- y lentamente se dirigió a ese lugar.

- Esto no puede continuar así, en algún momento tiene que explotar, ser la Serena que conocemos!- exclamó una Rey angustiada.

- No podemos intervenir, es ella la que debe darse cuenta- dice Amy escondiendo la mirada

- Ya no soporto verla así, siento que con cada respiro la vida se le va, es tan doloroso- dijo Lita tomando la mano de Amy. - ¿Qué haremos?- señala Amy.

- Esperar- dijo una Mina confiada.

- ¿Que esperaremos?- Rey la mira con sorpresa.

- A que reaccione, se de cuenta que contraerá matrimonio con el hombre equivocado, que se haga respetar como la princesa que es, recorra toda la galaxia y le diga de una vez por todas a Seiya que sin él ya no puede estar.

Todas las demás miraron a Mina con una mezcla de asombro, incredulidad, esperanza.

- ¿Crees que eso sea posible?- señalo una Rey cautelosa.

- Eso no es lo importante, el punto es cual será nuestra posición si eso llegara a suceder, porque no se crean que las Outers se quedarán tranquilas cuando vean que el futuro Tokio de Cristal este a punto de desaparecer, especialmente Haruka y no olvidemos a Darien, él la ama, pero se sentirá profundamente traicionado y no sabemos cuál será su reacción.

Todas quedaron pensativas por un momento, no eran más fuertes que ellas, ni mucho menos más poderosas que el soberano de la tierra, pero el amor y la admiración que sentían más por su amiga Serena que por la Princesa que representaba, las llevó a todas a tener la misma determinación en los ojos.

- Yo por mi parte jamás abandonaría a mi amiga, en las buenas y las malas siempre a cada momento y por lo tanto la defenderé con mi vida no solo a ella sino que también a Seiya, porque querrán acabar con él…- Mina se levantó de su asiento y las miró convencida en que así sería.

- Ella es la luz de nuestra esperanza y nuestra mejor amiga- Amy se colocó junto a Mina.

- Nos enfrentaremos con las Outers de ser necesario- sonrió una confiada Lita.

- Ugh- señalo Rey- tonta Serena vuelve con nosotras- "Seiya, en donde estés, ayúdala", pensó para si.

Iglesia.

La iglesia ya se encontraba prácticamente llena de los invitados a la boda de Serena y Darien. El se encontraba ya dentro del recinto, esperándola. Le parecía increíble como estos cuatro meses transcurrieron tan de prisa. Era como si hace un minuto le hubiera pedido matrimonio a Serena y ahora estaba allí, parado en el altar. No estaba nervioso, ni tampoco ansioso a decir verdad, para él este matrimonio era algo que tendría que suceder tarde o temprano, era inevitable, era su destino. Pero eso no le desagradaba, esta unión era muy importante para poder mantener la paz dentro de la vía láctea y más aún la estabilidad de la tierra que él tanto amaba. Además el quería mucho a la Serena, a su modo claro, y tenía la esperanza que con el tiempo ella pudiera ser una persona mas madura, centrada y digna de ser catalogada como la Neo Reina de Tokio de Cristal y esposa del soberano de la tierra. Sonrió al pensar en ese momento, en el que Serena decidiera fundar aquella ciudad, la cual estaba destinada a gobernar junto con ella.

De repente el murmullo de algunos invitados interrumpió sus pensamientos. El auto de la novia ya se acercaba y se irguió para recibir de la mejor manera posible a la novia expectante.

*****SyS*****

Hola amigos y amigas de .!! Esta es mi primera historia y la verdad estoy nerviosa. Espero que ésta sea de su agrado y poco a poco los vaya cautivando y por supuesto dejen reviews para saber así su opinión y recoger sugerencias. Muchas gracias y nos veremos el próximo capítulo.