Hola!!! Bueno aquí estoy de nuevo con un fic, cortito, de tres capítulos; ya lo tengo todo escrito menos unos pequeños detalles que me quedan por pulir asi que no tardare mucho en publicar el fic entero. Espero que sea de vuestro agrado!!


CAPÍTULO 1

Harry Potter cogió el vaso que le acababa de servir el camarero, y llevándoselo a los labios cerró los ojos y dejó que todo su contenido se deslizara por su garganta de un solo trago, dándole la sensación de que ésta se abrasaba al paso del líquido; no en vano se trataba de whisky de fuego. Una vez se bebió todo el líquido ámbar dejó el vaso sobre la barra con un suspiro de satisfacción, y abriendo los ojos levantó el brazo para llamar al camarero; cuando éste se acercó para atenderle Harry se dio cuenta de que apenas podía enfocar la vista en él. Haciendo caso omiso de las advertencias por parte del tabernero que le aconsejaba que dejase de beber, pidió su… ¿cuarto vaso de whisky? ¿O era el quinto? Poco le importaba no llevar la cuenta de lo que había bebido o no poder levantarse del taburete en el que estaba sentado. De hecho, lo que él quería era olvidarse de lo que le rodeaba, beber hasta caer redondo al suelo y no recordar nada al día siguiente… Sí, Harry sólo quería olvidar.

Mientras esperaba a que el camarero trajera su pedido, se dedicó a mirar a su alrededor para distraerse: se encontraba en un acogedor bar mágico que habían abierto en el Callejón Diagon tras la guerra contra Voldemort, por lo que no tendría más de cinco años. No era muy grande, pero había el sitio suficiente como para que una pista de baile ocupara todo el centro del bar; en ese momento se encontraban bailando en ella varias parejas que no conocía. También bailaban, para su sorpresa, Ron y Luna con un estilo de baile un tanto extraño que provocaba risas entre los clientes del bar y miradas de terror entre aquellos que se encontraban cerca del radio de acción de Ron, que se había animado bastante y bailaba con energía y poco ritmo el estribillo de la canción junto a Luna, ésta última con mucho más estilo. Harry no pudo evitar sonreír al verlos a ambos juntos, y se alegró una vez más de que Ron se atreviera a declararle sus sentimientos a Luna; ya llevaban más de dos años saliendo y Harry estaba esperando que le anunciaran que se casaban en cualquier momento. Sin embargo pronto su sonrisa se borró al ver a otra pareja de bailarines, mucho más discreta que sus dos amigos, que bailaba en una esquina de la pista ajena al bullicio que había a su alrededor: su mejor amiga, Hermione, y el prometido de ésta, Jeff.

Se le revolvió el estómago al recordar una vez más por qué se encontraba en ese bar y a qué había ido allí: Hermione se iba a casar, y ella y su futuro marido Jeff habían decidido invitarlos a él, a Ron y a Luna a una cena para contárselo. Aunque Harry había intentado evitar ir a la celebración, excusándose por todos los medios para no ir a la cena, no pudo resistirse a las súplicas de Hermione, y al final había tenido que ir; debía haberse resistido porque había sido la situación más penosa que había tenido que sufrir en mucho tiempo: se presentó a la cena sin pareja mientras sus amigos iban junto a sus futuros maridos y mujeres, y tuvo que soportar las muestras de cariño que se dirigían unos a otros mientras él sólo miraba y suplicaba que se lo tragara la tierra; había resultado muy embarazoso. Por si esto fuera poco, durante los postres Jeff y Hermione anunciaron que se iban a casar en pocos meses; al oírlo Harry se atragantó con su bebida y escupió un poco de ésta sobre el mantel pero sentir las miradas de desagrado de todos los comensales del restaurante no fue peor que tener que sonreír ante la noticia de que Hermione, la mujer de la que llevaba tanto tiempo enamorado, por la que daría la vida con gusto, la mujer de su vida, se iba a casar con Jeff, un muggle que había sido vecino de ésta durante toda su infancia. Harry no demostró lo que sentía en esos instantes y felicitó con efusividad a la pareja como si de verdad se alegrara por la noticia, aunque realmente deseara morirse allí mismo. Sin embargo, todo había sido por su culpa.

Porque sí, Harry amaba a Hermione Granger, siempre lo había hecho. Sin embargo no se había dado cuenta de esto hasta la batalla final contra Voldemort, cuando la vio tendida sobre el césped con un profundo corte en el vientre del que manaba gran cantidad de sangre como consecuencia de una maldición. Al arrodillarse junto a ella había intentado curarla sin conseguirlo mientras veía cómo la vida de su mejor amiga se escapaba segundo a segundo entre sus dedos; en ese momento sólo pudo tomarla entre sus brazos, paralizado, y pedirle que resistiera mientras sentía cómo su corazón se rompía en mil pedazos ante la sola idea de perderla; por suerte la profesora McGonagall y Hagrid llegaron pronto y la llevaron a San Mungo a tiempo para salvarle la vida, aunque tuvo que pasar muchos días internada en el hospital. En ese momento creyó que su reacción se debía a la profunda amistad que los unía, pero poco tiempo después se dio cuenta de que no sólo no era por eso sino que se había enamorado de su amiga; es más, llevaba toda su vida enamorado de ella. Por fin había abierto los ojos.

Una vez Hermione se restableció de sus heridas intentó decírselo, declararle lo que sentía, pero para Harry nunca había fácil expresar lo que sentía su corazón, y menos cuando se trataba de sentimientos tan profundos e intensos como los que ahora lo unían a su amiga, así que adoptó la postura más cómoda ante esa situación: dejar pasar el tiempo. Fue un grave error del que se arrepentiría toda su vida, ya que poco tiempo después de curarse la relación entre Hermione y Jeff se hizo más estrecha, y comenzaron a salir. A partir de entonces todo se había torcido para Harry: decidió mantenerse al margen y estar junto a ella el menor tiempo posible, y en vez de afrontar la situación y decirle lo que de verdad sentía, se alejó de ella, dejándole el camino libre a Jeff; así pues, no debía extrañarle que al final éste hubiera conquistado el corazón de su amiga.

Y allí estaba bebiendo, solo, y maldiciendo mentalmente al cerdo que en ese momento tomaba por la cintura para acercarla hacia sí a Hermione, SU Hermione, mientras bailaban al compás de la canción que acababa de comenzar; se giró para no ver la cara de felicidad de ambos. No era que no se alegrara de que estuvieran tan contentos, al fin y al cabo Hermione se merecía ser feliz, pero Harry quería que ella fuera feliz junto a él, no estando con otro hombre. Quizá fuera un egoísta, pero era lo que sentía y no podía evitar querer matar a ese tipo; aunque bien mirado él se merecía eso: debía haber aprovechado su oportunidad, no ser un cobarde y esconderse para no afrontar lo que sentía; ya era tarde.

Tomó el vaso de whisky de fuego que le había traído el camarero y se lo bebió de una vez, sintiendo de nuevo cómo le quemaba la garganta. En ese momento se le acercaron Ron y Luna, sacándolo de sus oscuros pensamientos.

"¿Qué tal, amigo?" preguntó Ron, sonriendo.

"Bien" respondió Harry con voz ronca mientras pedía otro vaso de whisky. El camarero se lo sirvió a regañadientes mientras sacudía la cabeza.

"Pues no lo parece…" dijo Ron con tan poco tacto como siempre. "Bueno, de todas formas veníamos a despedirnos" añadió recogiendo los abrigos.

"¿Os vais?" preguntó Harry bebiéndose el vaso que le acababa de servir el camarero.

"¿No crees que ya es suficiente? Llevas bebiendo sin parar toda la noche, Harry…" comentó Luna muy oportunamente, aunque le dirigió una mirada de comprensión.

Harry aunque llevaba varias copas de más captó el significado de esa mirada: Luna era más inteligente de lo que aparentaba, y no era difícil adivinar que la causa de que él estuviera bebiendo tanto y tan descontroladamente era que su amor no era correspondido.

"Déjalo que disfrute Luna, ¡al fin y al cabo mañana no tiene que trabajar!" dijo Ron riendo; definitivamente no se enteraba de nada. "Nos vamos. A diferencia de ti, nosotros trabajamos" añadió, guiñándole un ojo a Luna; ésta respondió con una sonrisa.

"Y yo que me lo creo… Vosotros vais a "trabajar" otra cosa" se le escapó a Harry; por suerte lo había dicho en voz suficientemente baja como para que no le oyeran.

"Hasta mañana, amigo" contestó Ron dándole unas palmadas en la espalda a Harry como despedida.

"Adiós Harry" se despidió Luna con un fuerte abrazo. "No te preocupes, se acabará dando cuenta de que se ha equivocado en su decisión. Sólo dale tiempo" le dijo en un susurro para que sólo Harry lo oyera. Se separaron y éste se le quedó mirando fijamente, sorprendido, pero no le pudo preguntar qué quería decir con eso porque para cuando pudo reaccionar, sus amigos salían por la puerta, abrazados.

Intentó interpretar lo que le acababa de decir Luna, saber a qué se podía referir, pero los litros de alcohol que había bebido y que ahora recorrían sus venas unido a que en ese momento Jeff y Hermione se besaban con ardor hizo que su mente dejara de trabajar correctamente y que se abandonara gustosamente a lo que en ese momento sus instintos le exigían hacer: pegarle un puñetazo a ese tío que se había apoderado de lo que era… ¿suyo? Sin saber ni siquiera cómo había conseguido levantarse de su asiento llegó hasta donde se encontraba la pareja besándose, provocando que se separaran bruscamente.

"¿Qué quieres tío?" preguntó molesto por la interrupción Jeff. No le dio tiempo a hacer nada más, ya que Harry le respondió con un puñetazo directo a la mandíbula que le dio de lleno, provocando que retrocediera varios pasos por el impacto. Jeff soltó un quejido mientras se llevaba una mano al lugar en el que había recibido el golpe y escupía gran cantidad de sangre; el moreno atacó de nuevo con un grito de rabia, esta vez con un derechazo directo al estómago que Jeff apenas pudo detener.

Hermione intentó separarlos, interponerse entre esos hombres que habían empezado a pelearse porque su mejor amigo, sin mediar palabra, había decidido golpear a su prometido; sin embargo no le hicieron caso, y Harry, sin miramientos, la apartó para que no se entrometiera. La chica cayó al suelo por el empujón, pero no se levantó; se quedó sentada, sin moverse, mirando la pelea como si no pudiera dar crédito a lo que veía mientras gruesas lágrimas recorrían sus mejillas. Jeff y Harry seguían enzarzados en la pelea, y ambos sangraban de las heridas provocadas por el otro: el ojiverde tenía la nariz rota mientras que su contrincante no dejaba de sangrar abundantemente de la boca y de un profundo corte en la mejilla. Por fin varias personas de entre los clientes del bar, abandonando la posición de espectadores, los separaron intentando evitar que siguieran partiéndose la cara; Hermione entonces se levantó y se acercó hacia Jeff para comprobar su estado y curarle las heridas. Harry la vio desde la silla en la que lo habían sentado y la rabia lo ahogó de nuevo pero estaba demasiado cansado y el mundo le daba demasiadas vueltas como para levantarse, así que no se movió durante un rato.

No debía haber reaccionado así, lo sabía por mucho que hubiera bebido, era egoísta por su parte pagar su frustración de esa manera; sin embargo no se arrepentía de haber golpeado a Jeff. Se curó la nariz con un hechizo y esperó a tranquilizarse para coger su abrigo y marcharse de allí; todo ese asunto de la boda lo estaba trastornando. Él nunca perdía los nervios de esa manera, no desde que vivía solo en un piso y no tenía que soportar a sus tíos y su primo cada día; decidió que antes de marcharse debía disculparse, entre otras cosas porque Hermione no dejaba de lanzarle miradas de reproche desde el lugar en el que se encontraba curando a Jeff.

Se levantó con dificultad y se acercó tambaleante hacia donde se encontraba la pareja a pesar de que varias personas intentaron evitar que se moviera. Una vez llegó hasta ellos después de apartar a los que querían retenerlo se enfrentó a las miradas de enfado de Hermione y de desconcierto de Jeff; inspiró profundamente, pero no llegó a hablar.

"¿¡Pero quién te crees que eres?!" preguntó con rabia Hermione, deteniendo a Harry antes de que pudiera decir nada. Tenía los ojos húmedos y lágrimas corrían por sus mejillas; se las quitó con un gesto rápido.

"Yo… No sé qué me ha pasado. Lo siento Jeff, de verdad no quería hacerlo" respondió Harry, aunque sin una pizca de arrepentimiento en la voz. Realmente poco le importaba lo que le pasara a éste, por él como si se quedaba ahí tirado, sólo quería cumplir para marcharse lo antes posible de allí; sin embargo Hermione no parecía querer que todo se solucionara tan rápido.

"¿Y ya está? ¿Crees que puedes pelearte con Jeff, partirle la cara y marcharte tan tranquilo después? Ni siquiera me creo que lo sientas de verdad... Eres un mentiroso"

"¿¡Y qué quieres que haga!?" atacó Harry, perdiendo la poca paciencia que conservaba; quizá no fuera el momento ni el lugar más apropiado para desahogarse pero entonces no estaba en condiciones de replantearse nada: había explotado de rabia por segunda vez aquella noche. "¿Quieres que le dé un abrazo de reconciliación para restablecer nuestra amistad? ¿O prefieres que le dé un besito para que se le cure la herida?"

Hermione entrecerró los ojos, dolida por las palabras y el tono que había utilizado Harry. "No puedo creer que estés diciendo tantas tonterías, tú nunca has sido así. No eres el Harry Potter que yo conocía"

"Ah, ¿no? Quizá nunca has conocido al verdadero Harry Potter; es más, quizá hayas malgastado tu tiempo creyendo en una persona en la que no deberías haber confiado"

"Quizá, pero no me arrepiento de haber estado junto al Harry Potter que yo conocía cuando lo ha necesitado. No me arrepiento de haberle ayudado ni de haber combatido junto a él" contraatacó Hermione, desarmando a Harry por completo. Las lágrimas volvían a surcar la cara de la chica sin que hiciera nada por evitarlo; las palabras de Harry le dolían muchísimo pero a pesar de ello intentaba hacerlo entrar en razón.

"Pues no deberías sentirte orgullosa de haber luchado a mi lado; al fin y al cabo yo nunca te pedí que lo hicieras" Ciertamente Harry no pensaba lo que estaba diciendo; se sentía frustrado y desgraciado porque su amor no era correspondido, un completo inútil, pero sobre todo sentía que era un cobarde por no haberle declarado a su amiga a tiempo lo que sentía por ella. La única forma que encontró de descargar todo ese dolor fue la de gritar lo primero que se le pasaba por la cabeza como una forma de alejarse de su amiga e intentar olvidarla. Quizá por eso no se quejó cuando la mano de Hermione salió disparada hacia su cara y se la cruzó de un guantazo que hizo que su cabeza se volviera por la fuerza del golpe.

"Estás borracho, no sabes ni dónde estás. Ni siquiera tienes idea de lo que dices ni de lo que estás haciendo" dijo Hermione sin poder aguantar el llanto pero manteniéndose erguida y segura de sí misma, mientras mentalmente intentaba encontrar una respuesta al extraño comportamiento de su amigo.

"En eso te equivocas Hermione, jamás he sido más sincero en toda mi vida"

"Entonces no sé qué has estado haciendo aquí todo este tiempo. Márchate lejos y no vuelvas. No quiero volver a verte nunca más" sentenció la castaña, dándole la espalda.

"Eso pienso hacer. Tranquila, no volverás a verme jamás" y dicho esto Harry tomó su abrigo y se marchó del bar. Seguramente se arrepentiría de lo que estaba haciendo pero en ese instante sólo quería alejarse de allí, de ese bar, de esa ciudad, de esa mujer que por mucho daño que le estuviera haciendo no podía dejar de amar.

Después de horas vagando tambaleante por las calles de Londres Harry llegó a su casa helado de frío, con la ropa manchada de sangre y agotado tanto física como mentalmente. Sin ni siquiera quitarse la ropa se tumbó sobre la cama y cerró los ojos con fuerza, intentando borrar de su mente las palabras de Hermione, que todavía resonaban dentro de su cerebro. Le habían dolido más de lo que habría esperado pero se merecía que alguien por fin le abriera los ojos y le dijera a la cara que se estaba comportando como un verdadero estúpido.

Y había tomado una decisión: se marcharía de Londres, al menos durante unos meses; necesitaba aclarar sus ideas, olvidar su amor imposible, sanar sus heridas y poner un poco de orden en su vida; se durmió a los pocos segundos, intentando olvidar su pelea con Jeff y la posterior discusión con Hermione. Cuando despertara ya tendría todo el tiempo del mundo para martirizarse por lo sucedido.