Hola de nuevo!

Si... ya volvi. No he muerto... xD

Y regreso publicando un capitulo nuevo de Mi fic :/ Lamento mucho haberme tardado tanto... Enserio. El colegio no me dejaba escribir xD

Bueno.. respecto a lo del lemmon, decidí no hacerlo. En vez de eso hice un pequeño limme, aunque creo que ni siquiera es limme es algo ... muy muy corto, pero necesario xD.

Gracias por todas sus sugerencias, las amo xD

Agradecimiento especial a las mismas de siempre! xD Niiñas muchas gracias por ayudarme (Gina & Mayra) les agradezcoo muchoo!

Gracias a tods por leer! Esperoo les guste el capituloo..!

Respecto a la segunda parte de la historia de Sam tenemos:

¿Cómo era la relación de Sam con Leah?¿Cómo creen que fue la imprimación de Sam?

¿Qué sintió Leah? ¿Cómo lo habrá tomado Harry Clearwater, siendo miembro del consejo y padre de Leah al mismo tiempo?

¿Qué hay de Emily? ¿Por qué Leah se volvió tan dura? ¿Por qué Sam odia a los vampiros?

Todo esto y mucho más...!

Ahora.. me calló xD... Y A Leer!


Enredó las manos en su cabello sedoso y negro, se fundieron en un apasionado beso, cargado de un sinfín de sentimientos nuevos. Pareciese que nunca se habían necesitado tanto, ella trató de acercarse más y más. Atraída con el calor de su cuerpo.

Sam estaba muy caliente, esto la asustó un poco. Pero afuera hacía frio y naturalmente sus cuerpos se atrajeron. Así como ella necesitaba el oxígeno ahora el ardor que la inundaba le explicaba que también necesitaba a Sam

Sus ropas caían, dejando sus cuerpos libres; que ardían de deseo y sobre todo de amor. Porque era un acto de amor, lo que comenzaban a hacer.

Las manos de ambos viajaban por sus respectivos cuerpos, entre besos, gemidos, suspiros y caricias se entregaron el uno al otro completamente.

Se pertenecían, ahora más que nunca.


A Leah la despertó un rayo de luz que se coló entre las cortinas cárdenas de la habitación.

La luz solar caía y se reflejaba directamente en su cara, haciéndole ver el color rojizo de sus párpados internos. Volteó la cabeza, fastidiada y con sopor, abrió los ojos, se desperezó y se sintió tan feliz como nunca antes se había sentido.

Entonces sonrió. Sam, a su lado, dormía plácidamente envuelto en las blancas sábanas. Le abrazó y se sintió en casa. La anterior noche había sido la mejor de toda la vida, indudablemente.

Leah se acurrucó más hacia él y comenzó a acariciarle el rostro, encantada, recordando lúcidos momentos vividos la pasada noche.

Él estaba caliente. A decir verdad, Sam siempre estaba caliente. Leah no podía concebir como podría estar siempre tan cálido, aunque la temperatura ambiente estuviera elevada.

Pero ella amaba ese calor, se aferraba a él.

Mientras tanto, siguió acariciando su rostro, sus mejillas, su boca; y siguió descendiendo hasta su cuello, su pecho y su brazo derecho.

"¡Dios Santo! ¡Que tarde es!" – Observó angustiosa mirando el reloj ligado en la muñeca de Sam – ¡Mi madre debe preguntarse dónde estoy!

– Sam… cariño – susurró moviéndole – ¡Es hora de despertar!

El emitió un sonido de disgusto y flojera; y volteó la cabeza para seguir durmiendo.

Leah soltó una risita y palmeó suavemente su mejilla – Amor, deben preguntarse dónde estamos. Despierta.

El entreabrió los ojos y la vio; entonces recordó cómo la había amado la anterior noche y plantó un beso a los labios de Lee-Lee. Ella le abrazó y prolongó el beso mientras acariciaba su espalda, caliente.

– Te amo – susurraron ambos a la vez.

– Eres lo mejor que me pudo haber pasado – susurró él mientras ella enrojecía.

– y tu a mí – fue la única contestación que salió de su boca.

Leah se incorporó y con algo de vergüenza se cubrió con una manta el cuerpo desnudo, mientras se encaminaba a la ducha – iré a bañarme – indicó con las mejillas un poco sonrojadas, ella sabía que no debía sentir pena, ¿Por qué sentir vergüenza? , ahora se pertenecían.

Se introdujo en el baño mientras sintió unos pasos y escuchó una voz masculina; su voz, quien le decía – te acompaño.

[….]

Sam miró el reloj mientras Leah terminaba de peinarse el cabello, después de haber tomado una ducha juntos. Ambos llevaban puesta la misma ropa de ayer, pues no habían llevado más; por lo que Leah volvía a lucir su vestido azul, que se pegaba a su cuerpo y Sam la volvió a desear.

Ella se volteó con su pelo peinado – ¿Ya estás listo? – inquirió mientras sonreía, al ver el rostro de él.

– Si – susurró él – podemos irnos ahora.


Eran las 10:00 a.m y Sue Clearwater estaba preocupada. ¿Dónde podría estar Leah? La respuesta era más que obvia, con Sam.

No es que Sue tuviera nada malo contra él, pero sus sentimientos hacia el chico se habían vuelto algo dudosos desde su inexplicable desaparición… y además, ¡Leah era su bebé!, su niña. ¿Era posible que ya tuviera una relación de pareja con Sam?, si hace unos cuantos años ella tenía que cambiarle los pañales.

Todavía recordaba las épocas del colegio, cuando la pequeña Leah correteaba con Sam por la casa, cuando le comunicó que le gustaba Sam y luego cuando le contó que eran novios; haría poco tiempo.

Tendría que hablar con ella, y tendría que ser ahora. De madre a hija, y de mujer a mujer.

Sue se sintió algo culpable por haber retrasado tanto la charla, no es que hubiese mucha comunicación entre las dos. Intentaría dar su mejor esfuerzo, aunque le reprocharía el hecho de no haber avisado que pasaría la noche fuera de casa.

El reloj marcaba las 10: 30 cuando sonó el timbre.

Sue emitió un suspiro y fue a abrir la puerta. Era Leah

– Sigue – le indicó a la chica que tenía gesto arrepentido y culpable – tu y yo tenemos que hablar.

Leah asintió y se sentó sobre el sillón.


Días después de su encuentro amoroso, la relación entre ambos había mejorado notablemente.

Leah notaba como la tensión – creada desde el dudoso regreso de Sam– ahora desaparecía casi por completo.

A ella le gustaba pensar que todo volvía a ser normal; aunque muy en el fondo, sabía que no era del todo así. Sabía que él le ocultaba algo.

Como cuando no le explicaba donde había estado, ni cuando a veces en la noche llegaba tarde.

Pero ella lo amaba de verdad, y estaba dispuesta a ofrecerle su amor de esa manera. Incondicional y confiadamente.

Sam, por su parte, se encontraba mucho mejor ahora. Trataba de llevar un equilibrio entre su condición lobuna y su relación con Leah, aunque odiaba tener que engañarla. La amaba mucho, pero el consejo le impedía revelarle la verdad. Además, ¿Qué podría pensar ella respecto al asunto?

Era sábado y estaba en su casa, merendando y pensando un poco en su futuro.

EL consejo había dicho, que era probable que el hecho de ser un hombre lobo, era algo con lo que debería vivir. Esta condición inhibida, le impediría ir a la universidad y progresar con una carrera. Pero el consejo le había explicado y convencido de que esto era lo mejor para la tribu.

Después de haber desayunado, salió a la calle en dirección a la casa de Leah, pero le sorprendió el hecho de que ella venía ya en camino, sonriendo como de costumbre.

– amor – susurró ella cuando estuvo lo suficientemente cerca para que el la oyera y le besara.

– Lee-Lee – saludó el tomándole la mano y guiándola hasta dentro de su casa.

Ella fue directo al grano – ¿tienes planes para hoy? – inquirió algo optimista

El frunció el seño – no, ¿por qué?

– Bien, porque ¿recuerdas que te mencione que en unas semanas vendría una prima mía?, bueno, el viaje se adelantó ¡y llegará hoy! – Exclamó eufórica – ¡tienes que conocerla! Es realmente encantadora, de pequeñas, era casi mi hermana.

Sam sonrió y asintió – claro, ¿quieres que te acompañe?

Leah negó con la cabeza– No, no hay necesidad cariño. Organicé algo así como un almuerzo de bienvenida y regresaré por ti, estarán mis padres, mi hermano y tú. Quiero que ella se sienta feliz. Viene de la reserva de los makah.

– me parece bien, entonces tu vienes por mi – soltó unas risas.

Ella asintió y se despidió con un beso.

Leah se marchó hacia su casa, y de su casa hacia el aeropuerto acompañada de sus padres y de Seth, era un día de sol; algo raro en Forks. Pero ella lo tenía como un buen presagio, presentía que hoy sería un día en realidad maravilloso.

[…]

Emily Young, bajaba del bus con una sonrisita tímida. Leah esperó que bajara del todo mientras su padre y Seth intentaban ayudarle con las pocas maletas que traía.

Ambas parientes se reencontraron en un profundo abrazo.

– Emily, ¡pero qué hermosa estas! Ya eres toda una mujer.

Emily sonrió – pero no tanto como tú, cariño. Parece que fueran siglos desde que nos vimos por última vez.

– Lo sé, te extrañé mucho. Estoy feliz de que hayas venido a visitarme.

– Yo también.

Emily saludó a los familiares de Leah y todos tomaron un taxi hacia su casa.

– He organizado un almuerzo de bienvenida para ti – soltó Leah.

– ¡oh! , no debiste molestarte por mi causa.

– para nada, quiero que te sientas como en casa, ah – recordó – tengo que presentarte a mi novio. Aunque creo que ya lo conoces, se llama Sam

– no lo recuerdo – Emily negó con la cabeza.

– no importa, iré por él enseguida.

– Y mientras tanto, ¿por qué no vas y te organizas en el cuarto de Leah? – le indicó amablemente el señor Harry Clearwater.

– de acuerdo, señor – asintió Emily y se despidió de Leah con la mano.

– voy por Sam – indicó la chica –


La puerta sonó y el corrió a abrirle, era su novia.

– Hola – ella sonrió mientras el acaricio su nariz con un dedo – ¿ya estás listo? – inquirió ella, parecía eufórica.

El asintió y fueron caminando hacia su casa, tomados de la mano.

– ¿te acuerdas de ella?, creo que se conocieron de niños

– en realidad, no – admitió con toda sinceridad.

– ella tampoco te recuerda, no creí que hubiera cambiado tanto – torció el gesto pensativa – está muy…crecida – dijo, aunque parecía no encontrar las palabras adecuadas.

– Como tú – indicó Sam guiñándole un ojo y admirando su figura.

– Bueno, eso creo.

El camino los había conducido hacia la casa de Leah. Ambos entraron y él saludó al señor Harry, a la señora Sue y a Seth.

– ¿y Emily? – pregunto la morena.

– Ya voy – escuchó la voz de Emily – me estoy cambiando. –

Sam se distrajo con Seth, – ¿Qué haces? – le preguntó mientras lo veía escribir con ahínco en un cuaderno.

– tarea de matemáticas – dijo el niño con voz totalmente fastidiada – las odio.

Sam sonrió con picardía – ¿de verdad? A mí me encantan, puedo ayudarte si quieres.

La mirada del niño se iluminó – por supuesto, muchas gracias.

Escucho la voz de Leah a su espalda – Cariño te presentó a mi prima Emily Young.

– Sam se volteó extendiendo una mano hacia la desconocida y fue ahí cuando sus miradas se encontraron.


Sam POV

Era una reacción totalmente poderosa. Era un instinto.

Un escalofrío acalorado me recorrió todo el cuerpo. Desde la punta de los pies hasta la coronilla comenzó a arderme.

Era una mezcla de frío y calor, como hielo ardiendo o fuego congelándose.

Justo como un corrientazo, un fogonazo. Miles de fogonazos y después…una llamarada intensa.

Yo estaba absorto. No podía emitir sonido alguno. Era una fuerza totalmente vehemente.

Como la parálisis del sueño, no podía mover ningún músculo. Estaba soñando despierto.

Pero... estaba ella, eso. Ese pequeño cuerpo, esa boca, ese rostro. Era eso. Estaba justo al frente del centro del universo. Era todo.

Ella era tan fuerte, tan atrayente. Esa mujer era la fuerza más intensa del cosmos, más que la fuerza de gravedad. Muchísimo más. Era imposible resistirse a tanta atracción.

Todo a su alrededor desaparecía por un instante y volvía a reaparecer; como miles de destellos.

En un segundo estaban todos y al otro no había nada, solo ella.

Nada parecía lógico a su alrededor, como un fotomontaje en el que solo ella se destacaba. Todo lo que la rodeaba eran Irracionalismos… porque nada más parecía tener sentido. Ni Leah, ni Harry, ni Sue, ni Seth, ni el propio oxigeno…

Todo parecía fuera de lugar en ese hermoso universo donde ella sonreía y era ella la razón de que la tierra se mantuviera estable y temblando al mismo tiempo bajo mis pies.

Ella era mía, ella era mi complemento. Mi todo.

Era simplemente eso.


Leah POV

– Cariño te presentó a mi prima Emily Young – solté a Sam que se encontraba volteado hablando con mi hermano.

El volteó extendiendo una mano hacia Emily, quien hizo lo mismo.

– Un gusto, soy Emily – dijo mi prima.

Pero Sam… no reaccionaba. Su expresión era totalmente indescriptible.

Era una mezcla de sorpresa con aturdimiento, como si estuviera contemplando un prodigio, un milagro, un fantasma.

Vi temblar su cuerpo y me alarmé enseguida.

– ¿Sam? – inquirí alarmada mientras Emily le soltaba la mano, desconcertada.

¿Qué sucedía? Todos los que estábamos en el lugar, nos miramos el rostro extrañados.

Entonces, el salió del shock y comenzó a respirar agitadamente, como si estuviese débil.

¡No podía explicarme que rayos sucedía! ¿Sería algún ataque cardiaco?

Tomé su brazo y lo sacudí con fuerza pero me soltó de inmediato – tengo que irme, lo siento – dijo con pánico.

Y sin decir más me abandonó, me dejó sola. Lo vi alejarse, salir corriendo.

¡Sam! ¡Pero qué demo..! Corrí a toda prisa detrás de él, totalmente angustiada. ¿Era broma?

– ¿Qué te sucede? – grité

No me respondió. Y me quedé allí estupefacta, con los ojos abiertos como platos, mientras lo observaba alejarse.

Comencé a derramar lágrimas, por los nervios y la histeria, entré de nuevo a mi casa, ya más calmada.

– ¡Por Dios! ¿estás bien Leah? – me preguntó Emily, preocupada.

– no, algo pasa con Sam No sé por qué rayos salió corriendo. ¿Lo habías visto antes?

– No, ¡Claro que no! No entiendo cómo se asustó al verme. Me siento realmente mal.

La abracé – no es tu culpa, para nada. Probablemente se siente… mal, creo. – pensé en su huida inexplicable. ¿Era posible que volviese a huir? ¡No!

– ¿Dónde está mi papá? – musité al no reconocerlo entre la casa.

– Ha salido – respondió mi madre – pero aunque Sam haya tenido inconvenientes, tenemos que comer. Ayúdame a servir, hija.

Asentí y Emily también se ofreció a ayudar.

Esperaba de todo corazón que Sam se encontrara bien, donde quiera que estuviese.


Sam POV

¡¿Qué era esto? ¿Qué me pasaba?

¿Por qué aquella sensación tan rara? ¿Me habrá dado un shock o algo así?

Corría a toda velocidad, huyendo de ella, de Emily. Sabía que era algo completamente irracional, pero me alejaba porque sentía la transformación a punto de invadirme.

¿Qué era lo que poseía esa mujer, que me hacía ansiarla tanto?

¿Por qué de pronto sentía que necesitaba amarla? ¡Amarla! ... y protegerla. ¿Por qué sentía que era mía?

Emily. Emily Emily. Cada pregunta de mi mente se respondía con su nombre.

Y entonces sucedió. Sentí como de mi interior comenzaba a surgir la bestia. El lobo. Mi ropa se rasgó y voló por los aires, en todas las direcciones. El pelo manaba de cada poro de mi piel y mi cuerpo se veía deformado, adquiriendo morfología de lobo. Un rugido emergió de mi pecho cuando deje de ser hombre y fui… bestia.


Harry POV

Seguí a Sam por el sendero tratando de adivinar hacia a donde había partido. Por su expresión podía entender más o menos lo que le sucedía. Y esperaba fervientemente que no fuera lo que yo imaginaba. La imprimación.

Había visto su rostro, estupefacto. Cómo comenzó a temblar inmediatamente al ver a Emily.

Pero, no. Sam era novio de mi hija, de Leah. No podría imprimarse de Emily.

Me sentí angustiado y sorprendido a la vez, no encontraba a Sam por ningún lado mientras caminaba de prisa.

Decidí que lo mejor era llamar al consejo y que entre todos habláramos con él, Sam no solía comportarse así.

Tiene que ser la imprimación, decía una voz en mi mente.

Pero yo deseé que él no la lastimara, no a mi Leah.

Sam POV

Era humano de nuevo, y completamente vestido, gracias al consejo. Harry Clearwater había ido con ellos y les había informado sobre el shock que había sufrido. Le agradecí pero sentí que era una exageración reunir a todo el consejo por mí.

Y me encontraba en frente de ellos, simulando estar calmado.

Primero los vi susurrándose entre sí y después me lanzaban miradas furtivas, cautelosas.

– ¿Te encuentras bien, Sam? – me preguntó Harry.

–Si señor Harry, discúlpeme por haberme ido así de su casa, no era mi intención causar…

– basta, no te preocupes por eso. Solo quiero saber cómo estás.

– Bien – fue mi única contestación.

– ¿Qué sientes, Sam? – inquirió Billy Black

Torcí el gesto, totalmente confundido – ¿qué? Estoy bien, ya les dije.

El viejo Quil Ateara suspiró pesadamente – vamos a ver, no hemos sido lo suficiente claros. Nos estamos andando por las ramas. – Me miró – Sam ¿por qué huiste de la casa de Harry?

Estuve un rato en silencio, era una pregunta difícil. – Porque me sentía mal – respondí después de un tiempo.

– Mal cómo ¿enfermedad? O… ¿alguna otra sensación?

– Otra sensación– Vi en su mirada que quería que le explicase que fue lo que sentí asi que proseguí – Fue cuando miré a la prima de Leah, Emily. No puedo describir cómo me sentí, sólo sé que… – estuve en silencio. Tratando de aclarar lo que pasaba por mi mente.

– ¿Te has enamorado de ella, Sam? – me preguntó Harry tratando de aparentar serenidad.

- No… no lo sé. No la conozco de nada. Apenas la he visto… y eso, no es algo que merezca contárselo a ustedes – dije negando con la cabeza. Hice señas de pararme de la silla.

– Quédate Sam – ordenó Billy – ¿que mas sentiste?

– Como un instinto de protegerla, una atracción – mi voz sonaba un poco desesperada – no lo sé. Por favor, ¿puedo irme de aquí?

Nadie me respondió. Observé cómo se miraban los tres, como confirmando alguna teoría. Todos asentían con la cabeza.

-¿Tiene esto que ver con lo de ser lobo, verdad? – pregunté tratando de adivinar que era lo que escondían.

Harry suspiró – Sam, creemos que te has imprimado de Emily.


No podía ser posible. No era verdad.

¿Qué estaba imprimado? ¡No!

No podía creerlo. El consejo debía estar equivocado, porque ¿Cómo podía amar a otra que no fuera Leah?

¿Cómo sería capaz de romper todas las promesas que le había hecho? ¿Cómo podría romper su corazón, amando a otra? Y lo que es peor, porque esa otra era ¡su prima!

A la que tanto ama y valora como a una hermana. ¿Cómo pueden amarse las personas a primera vista?

¡Malditos vampiros! ¿Por qué tenían que aparecerse por estas tierras? Arruinar su vida.

¡Eran ellos los culpables de todo! Él nunca pidió ser un lobo y aunque aceptó serlo no creía que fuera a lastimar a alguien. Y menos a Leah. No a Leah.

Pero Emily, Emily era… su imprimación.

Imprimación. Él lo sabía, sabía que existía; pero siempre pensó que estaba imprimado de Leah. No pensó que fuera tan fuerte, tan irresistible, tan imperioso.

¿Cómo decírselo a Leah si no podría revelar sus secretos a ella?

Y ¡¿cómo decírselo a Emily? Que aunque, el consejo había dado permiso para revelarse, no podía hacerlo. Ella era casi su cuñada.

Estuvo en el piso por tiempo indefinido maldiciéndose a sí mismo y a los causantes de su desgracia.


Leah POV

Sam me había citado, en el mismo parque de siempre. Adoraba ese parque, porque fue allí cuando me pidió ser su novia, fue allí donde nos dimos nuestro primer beso y fue allí donde compartimos muchas citas.

No era un parque alejado y aunque no era nada fuera de lo común, para mí era especial porque era el parque donde había vivido muchas alegrías con él.

Sam llegó en ese momento y me encontró sonriendo. Lo miré a la cara y espere que me besara pero su mirada reflejaba tristeza, con un poco consternación.

– Hola – saludé.

–Hola, gracias por venir – se sentó a mi lado.

Me reí – de nada, ¿has preparado algo especial? – pregunté.

Suspiró y cerró los ojos por un momento – de hecho, no – dijo abriéndolos – tenemos que hablar.

Abrí mis ojos un poco más de lo acostumbrado, no me gustaba como sonaba esa frase. Me puse a la defensiva – ¿sobre qué?

– Leah, seré directo contigo, porque sé que no te gustan los preámbulos. Mira, he sido muy feliz contigo durante toda nuestra relación y sé que me amas mucho. También te amé demasiadopero… creo que llegó la hora de que...

– ¿Qué? – vociferé con voz aguda. ¿Estás rompiendo conmigo? – no podía creérmelo. Estaba atónita.

– Perdóname, pero… yo no puedo…

– ¿No me quieres ya cierto? – inquirí con los ojos húmedos.

– Leah… lo siento tanto. No era mi intención lastimarte, yo sólo…

– ¿Qué fue lo que hice mal? Dímelo. Por favor, no me dejes – comencé a llorar desesperadamente. Sam no podía dejarme.

– Nada, preciosa. Todo está bien en ti – me acarició la mejilla. – Nada está mal contigo, no es por ti.

– No es por ti, es por mí – dije citando las frases típicas de cuando te cortan – No eres tú, soy yo. ¿No es así? – vociferé histérica.

Sam guardó silencio mientras yo lloraba y me limpiaba las lágrimas de las mejillas. ..Amaba.

– dime por qué. Tengo derecho a saberlo – dije un poco más calmada.

Sentí como se ponía tenso – Es mejor que estés sin mí, Leah.

Negué con la cabeza – ¿Cómo es posible que hayas cambiado tanto de un día para otro, Sam?

Su expresión era de total culpabilidad.

– ¿Hay "otra persona" no es verdad?

– Leah, yo… tengo que irme. En verdad lo lamento mucho. Recuerda que tu…

– ¿y todas la promesas que me hiciste? ¿Dónde quedan Sam?

Sentí que también se pondría a llorar. Sus ojos estaban húmedos y su expresión, contrariada.

– Adiós Leah – dijo con sollozos.

Y se fue. Se alejaba de mí, me dejaba sola y destrozada, muriéndome de pena en aquel parque en donde me besó por primera vez.


Sam POV

No podía existir otra persona que me odiara tanto como yo me odiaba. No podía creer que le hubiese roto el corazón a Leah, no de esa manera. ¿Por qué tenía que hacer todo mal?

Ella me había dado todo y yo la había destrozado completamente. Sin embargo ella no merecía estar con alguien como yo.

Y yo estaba imprimado. Con su prima.

Pensé en Emily y por un momento me sentí mejor. Tenía que hablar con ella, tenía que explicarle todo.

Pero no ahora, en ese momento todo estaba confuso.

..Días Después….

La sensación de vacío que tenía desde que había conocido a Emily y terminado con Leah aumentaba cada día más, y Sam ya no podía seguir evitándolo. Tendría que hablar con Emily.

Ya habían pasado varios días desde que había roto con Leah, aún le dolía haberla lastimado de esa manera pero no podía renunciar a la imprimación, era algo involuntario, obligatorio. Sin embargo, esperaba que ella estuviera mejor.

Se había arreglado bien, perfumado y había suspirado con pesadez. Partió hacia la casa de Leah, sabiendo que Emily todavía se encontraba allá.

Pudo ver desde lejos a Seth que se encontraba en la entrada de la casa, sentado en una banca con un objeto en sus manos. Se acercó y lo saludó, un poco cohibido.

El chico lo saludó igual que siempre, de manera amistosa y sincera. Sam se alegró de que no fuera resentido, y esperaba que su hermana tampoco lo fuera.

– ¿está tu hermana? – le preguntó con algo de cautela.

El chico torció el gesto un poco mientras negaba con la cabeza – No. Ella esta… fuera de casa – respondió.

– Ah – fue su única contestación, y se encontró más aliviado. Leah no estaba, era la ocasión perfecta – y ¿esta Emily? – preguntó ahora estudiando la expresión del chico.

–¿Emily? – Seth estaba algo perplejo – ¿para qué?

– Necesitaba hablar con ella.

Seth frunció el seño – si esta, ya la llamo – y sin decir más entro a su casa y cerró la puerta.

A los pocos segundos salió Emily, con rostro extrañado. Sam no pudo evitar mirarla con adoración, para él, ella era la criatura más bella de toda la tierra. Trató de controlar la expresión.

– Hola, Emily – saludó Sam.

– Sam – respondió esta.

– Lamento haberme ido de esa manera, la pasada ocasión.

– No hay problema. ¿Te sentías mal?

– Si.

– Ah, espero que te sientas mejor.

– Gracias

Hubo un silencio incómodo. ¿Qué decirle?, pensó Sam. No la conocía de nada…


Emily POV

Fui a abrir la puerta; que había sonado recientemente. Estaba tratando de ser amable con mis familiares, porque faltaban pocos días para que regresara a mi reserva. Comenzaba a extrañar a mi familia y ya llevaba varios días aquí.

El visitante era Sam; no sabía por qué ahora se la pasaba casi siempre a visitarme. No tenía ni idea de sus intenciones. Según él, solo quería saludarme.

Aunque yo sospechaba otra cosa, que el probablemente gustase de mi. Lo notaba a veces cuando me miraba, como si no pudiese disimularlo.

A decir verdad, el no estaba mal. Pero era el ex de mi prima y yo bajo ninguna circunstancia le haría algo como eso a ella, además yo pertenecía a otra región y tendría que irme pronto.

– Hola Sam ¿Cómo estás? – saludé

– Bien gracias, ¿Dónde está Leah? – preguntó, como siempre.

– En su habitación, como siempre – respondí bajando un poco la mirada. Pobre Leah.

– Ah – respondió imitándome.

Observé como suspiraba y medio sonreía – ¿te gustaría dar un paseo conmigo?

Dudé. No sabía qué hacer, me provocó decirle que no, que estaba ocupada. Pero a la vez sentía ganas de hablar con él y curiosidad.

– Este bien – acepté – pero debo regresar rápido. Tengo que hacer cosas.

No me tomé la molestia de avisar, esperaba que no me demorara mucho. Pero el me guió por una senda y dudé de sus intenciones. Él lo notó en mi expresión.

– ¿para donde me llevas? – pregunté, desconfiada.

– No te preocupes, solo vamos a hablar. No te haría daño nunca – prometió.

Confié y seguimos andando hasta que él se detuvo y se sentó en la hierba, yo hice lo mismo.

– Tengo que contarte algo – susurró.

– Te escucho – respondí.

Suspiró – Tú sabes que las tribus a las que pertenecemos son cercanas, y bueno, ¿podrías guardarme un secreto sobre la tribu quileute?

Asentí.

– Bien – procuró ir despacio – nosotros tenemos un secreto que viene desde nuestros ancestros, y es la capacidad de… convertirnos en licántropos – me miró con mucha cautela. A la espera de mi reacción

No pude evitar abrir los ojos desmesuradamente y llevarme la mano a la boca, exhalando un grito ahogado. Intente pararme y salir corriendo.

– cálmate, no te haré daño. Por favor, no te inquietes... – trató de calmarme.

– Espera, sólo lo estoy asimilando. ¿Pero cómo es posible?, yo ya había escuchado algo de eso, pero no puedo creer que sea verdad.

– Es cierto. Pero por favor, no lo reveles a nadie. Es un secreto que debemos guardar.

Lo mire extrañada – ¿Y entonces por qué me dices eso a mí? ¿No es un secreto?

– Lo es – asintió – pero es… necesario. – su mirada era extraña.

Lo dejé continuar. – Y nosotros no somos malos, nuestra misión es proteger a las personas de los… las criaturas que atenten contra la seguridad de estas y…

Sam me siguió contando acerca de todas la cosas que implicaban ser un licántropo, yo no entendía muchas cosas y me alarmaba muchísimo ante otras pero el siempre me calmaba, no podía creer que las personas vivieran ignorando todo tipo de criaturas que las rodeaban, esta absorta. Además, tampoco entendía por qué Sam estaba tan empeñado en contarme todo eso, el y yo no éramos tan amigos como para confiarme algo tan grande, algo de lo que era ajena.

Noté como pasaba el tiempo y me alarmé – Sam, debo irme. He estado mucho tiempo contigo.

– No, aún no por favor. Debo contarte una cosa más.

– Adelante. Pero que no tome mucho tiempo, enserio, deben estar preocupados por mí.

– Existe algo llamado la imprimación… y es cuando un licántropo encuentra a su alma gemela. A la persona que está hecha especialmente para ti, es decir, a su "media naranja"

– Que interesante – admití. Pero el continuó

– Emily, estoy imprimado de ti. Me he enamorado cada vez más y es algo que no puedo controlar…

….intenté hablar pero él me interrumpió…

– Estamos hechos el uno para el otro, somos como dos piezas creadas para permanecer juntos. ¿Emily, sientes tu lo mismo por mí?

– ¡¿Pero cómo te atreves a decirme eso? – Inquirí demasiado alterada – ¡tú salías con mi prima! Es como si saliera con mi hermana. ¿Qué rayos te sucede? ¿Cómo crees que le haría eso a ella, ah?

– Emily…

– Emily nada… ya deja de inventar cuentos y cosas así… no me voy a dejar engatusar de ti. Déjame en paz, no me busques más. ¡No puedes improntarte... o como sea de mí! Yo no estaré contigo.

Y sin decir más me marche y me alejé de sus ojos húmedos y su temblante cuerpo; con un profundo sentimiento de… algo nuevo, una culpa que me incitaba a llorar. No, no era posible que yo también estuviese sintiendo cosas por él.

No me permitiría lastimar a Leah de esa manera, lo mejor es que me fuera de ese pueblo de una vez por todas y no regresara allí jamás.


Buenoo chics... Si yo se que aún no ha terminado :/

Pero es que Dios! tampoco podia dejarlo tan largo... Más de 4000 palabras... agregarle más seria una exageración!

Yo no queria tener que hacer una tercera parte :/ pero al parecer me toca :S!

Jamas crei que la vida de Sam me costaria tantas hojas de word :/ Por Dios xD

Aparte de eso... Ojala les haya gustadoo!

Déjenme su impresion, comentario, sugerencia, aporte, crítica o cualquier cosa por medio de un review!

"Los reviews son el alimento de los escritores" xD Alimentenme! :P

Muchisimas gracias por leer!

Att: Mariita ^^