Paper Love
Summary: Edward es un chico tímido que sufre de tartamudez, su gemela Rosalie le defiende ante los matones del Instituto. Él es sorprendido ante la llegada de una chica que rompe las expectativas del resto y decide hablarle, superando el miedo al exilio social.
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, ellos son creación de Stephenie Meyer. La trama es mía por lo que queda prohibida su reproducción parcial o total sin mi consentimiento.
Epilogo
—Edward apúrate o llegaremos tarde —dijo Bella mientras terminaba de maquillar sus mejillas.
Bella Swan, egresada de derecho de la Universidad de Harvard, junto a su exitoso novio, Edward Cullen asistirían a la reunión de la generación de egresados 2003 del Instituto de Forks.
Edward Cullen había decidido optar por la medicina, por lo que había asistido a Harvard junto al resto de sus amigos. Emmett decidió estudiar Ingeniería Civil Industrial, mientras que Rosalie junto a Bella fueron a la Escuela de Derecho de Harvard. Alice había optado por Diseño, por lo que todos habían asistido a dicha universidad y viajaban con cierta frecuencia a Forks.
Esa noche todos habían viajado a su antiguo hogar para asistir a la reunión de ex compañeros, como siempre verían a la típica chica popular convertida en madre y el exitoso deportista del instituto convertido en el profesor de gimnasia, ese tipo de cosas esperaban encontrarse, quizá los que se sorprenderían serían aquellos que no habían salido de Forks y se habían quedado estáticos en el ritmo del pequeño pueblo.
—¡Edward! Apresúrate amor, ya vamos con demasiado retraso —sonrió Bella.
Su esposo tomó las llaves, besó a su amada mujer y salió para encender el vehículo, mientras que Bella le seguía detrás llamando a su socia y amiga.
—¿Rose? Hola cariño, ¿Estás ya en la recepción? —dijo algo agitada mientras seguía los pasos de su esposo.
—No, Emmett se ha olvidado las llaves de su auto, así que estoy buscando las mías —respondió la rubia que estaba molesta con su esposo por perder la cabeza.
—¡Hombres! —chilló Bella.
—Dime ¿Tú ya saliste? —sonrió al encontrar las llaves. Tomó a su esposo de la mano y salieron de la casa de los padres de Rosalie.
—No, recién me he subido al coche —respondió —. El lunes tenemos que volvernos a Washington, tengo que presentar unos recursos al magistrado ¿Crees que este caso sea favorable?
—No lo sé, supongo que las pruebas son consistentes, pero debemos reconocer que la contraparte tiene armado su plan y no dará el brazo a torcer, no creo que haya mediación —dijo Rose revolviendo su cartera para buscar el labial.
—¿Llamaste a Alice? —inquirió Bella mientras le sonreía a su marido.
—No, para nada. Alice desapareció con Jasper a penas llegamos y de allí no han aparecido más —rió.
—De seguro le están haciendo los piececitos a ese niño —añadió Bella.
Alice tenía ocho meses de embarazo y la pancita más hermosa que sus amigas habían visto. Era la primera que estaba embarazada y la más obsesiva con el tema, por lo que todas sus amigas estaban muy al pendiente del niño que tendría Alice. Jasper por su parte se había acostumbrado a la idea, él reconocía que le había tomado por sorpresa, pero estaba igual de feliz que su mujer.
Edward miró a su esposa algo molesto. Él comprendía que era una mujer de negocios y de múltiples casos que resolver. Su matrimonio no había sido nada de fácil, es que las cosas de adultos ya no eran tan simples como cuando estaban en la secundaria. En al universidad debieron acostumbrarse a pasar menos tiempo juntos, pero el sacrificio valdría la pena cuando egresaran. Eso era lo que ambos pensaban, pero al egresar se dieron cuenta que no era tan así. Bella estaba casi todo el día en la cartera de abogados más ajetreada del país, trabajaba sin descanso buscado soluciones a cada caso, mientras que Edward estaba en el hospital la mayoría del tiempo, preocupado de la zona de pediatría y además de urgencias. En más de alguna noche, en que ambos tenían planes, el teléfono los había roto anunciando que Edward era requerido por una operación de suma urgencia. Entonces Bella le comprendía y aunque estaba cansada de ver que su marido era un hombre ocupado, sabía que ella también debía apoyarlo en aquellos momentos.
Edward miró a Bella de forma reprobatoria entonces esta cortó el teléfono.
—Lo siento amor, no lo puedo evitar —sonrió.
Mike Newton estaba conversando con sus amigos de siempre cuando Alice y Jasper entraron en el salón. Mike no pudo reconocer a la mujer que tenía en frente, en realidad era difícil reconocer a sus compañeros que no había visto en años.
—¡Uy! —se quejó Alice —. Jasper junior acaba de dar una patadita.
—¿Alice? —dijo Jessica acercándose a la mujer embarazada.
—Jessica, hola —sonrió.
Ni Alice ni Jessica habían sido grandes amigas en la preparatoria, pero ahora era distinto, quizá habían madurado lo suficiente, además ver a una mujer embarazada siempre causaba cierta adoración entre el resto de las mujeres.
Un grupo de chicas se puso entorno a Alice, preguntándole cuantos meses tenía, si sería niño o niña y qué nombre le pondría.
Jasper se hizo a un lado y fue a la mesa por un ponche. En realidad él simplemente había acompañado a su mujer, no conocía a nadie más allí, sólo esperaba que sus amigos pronto llegasen para no sentirse fuera de lugar. Prácticamente él tenía diez años más que el promedio de edad que había allí y lo hacía sentir bastante incómodo.
—¡Jasper! —sonrió Emmett al ver a su amigo —¡Tanto tiempo! —ironizó.
—Idiota —rió —. Si vinimos a hablarnos entre nosotros mismos que nos vemos las caras hace tanto tiempo, creo que esta reunión no tendría sentido.
—La verdad —susurró Emmett —. He venido porque Rosalie me ha obligado.
—Yo vine por lo mismo —sonrió Jasper.
Rose se reunió con el grupo de mujeres que estaba alrededor de Alice.
—¡Dios Santo! —añadió Jessica —. ¡Rosalie Cullen, no has cambiado nada!
—Rosalie Swan —corrigió Rose —. Me he casado con Emmett.
—¡Válgame Dios! —dijo otra chica —. Ustedes realmente han perdurado.
—Si —sonrió Rose sintiéndose extraña al ver que la mayoría de las chicas que estaban allí se veían cansadas, como si el pueblo les hubiese absorbido las energías.
—¿Y qué es de tu vida? —le preguntó Rose a Jessica.
El resto de las chicas se tensó ante la pregunta, sin lugar a dudas no era la más adecuada.
—Me casé con Mike Newton y tengo dos niños preciosos —sonrió.
—¡Vaya! —añadió Rose simulando sorpresa.
Alice se disculpó y se fue a sentar por unos instantes, las chicas fueron a hacerle compañía.
Todas comenzaron a hablar de sus vidas, muchas habían estudiado, pero ahora no ejercían por la maternidad, otras no habían terminado sus carreras universitarias y pocas eran mujeres felices con su actual vida y se habían marchado del pueblo de Forks.
Alice le pidió a Rose que le acompañará al tocador y ambas fueron alejándose del grupo de mujeres.
—¡¿Se dieron cuenta de lo gorda que está Rosalie? —dijo Jessica riendo.
—Yo no la veo para nada gorda —añadió Lauren Mallory que recién venía llegando.
Jessica se tensó al oír la voz de su antigua amiga.
El resto de las chicas se mantuvo expectante ante la tensión que provocaba ver reunidas después de tres años a las que habían sido las mejores amigas de Forks, peor que habían cortado relaciones después que se destapó la verdad.
Lauren y Jessica habían mantenido su amistad después de la preparatoria y habían ido juntas a la universidad. La última abandonó los estudios porque se quedó embarazada en tercer año y hacía un par de meses había roto con su novio: Ben, por esa fecha Lauren y Mike estaban de novios y asistían todos a la misma universidad.
Por más que Lauren le pidió a Jessica que le contase si Ben era el padre, esta lo único que dijo fue que sería capaz de criar a aquel pequeño sola.
Lauren y Mike se casaron poco antes de salir de la universidad y Jessica fue la madrina de bodas junto a su ex novio, Ben.
La vida de Jessica fue bastante sacrificada, luego de fracasar en su matrimonio con Tyler, decidió que lo mejor sería estar sola y se quedó en Forks trabajando en el negocio de sus padres y viviendo en un pequeño apartamento.
En el bautizo del segundo hijo de Lauren y Mike fue cuando se supo todo, en la habitación matrimonial el mayor de los hijos del matrimonio descubrió a su padre con su madrina en una situación muy comprometedora.
Lauren entonces comprendió que había sido engañada por su mejor amiga y su única confidente y peor aún su hijo de tan sólo diez años había visto todo. Sin más, Lauren comenzó a analizar todo, las frecuentes venidas de su marido a Forks y el reciente embarazo de su amiga.
Mike reconoció que los dos hijos de Jessica eran de él y que no se arrepentía de lo que había hecho, que simplemente estaba con Lauren por la estabilidad en los negocios que le proporcionaba el padre de esta y que ahora que era libre de la compañía de su suegro no quedaba más que irse con su amante a quien realmente amaba.
Así terminó el bautizo, en un gran escándalo y quizá el evento más comentado en el pequeño pueblo de Forks.
Desde allí, tres años atrás, ni Jessica ni Lauren se habían vuelto a encontrar. Hasta ahora.
—¡Ey! ¿Reencuentro de ex mujeres? —rió Tyler quién había superado el tema de Jessica y Mike y mantenía una agradable amistad con ambos.
—¡Cállate! —dijo Mike dejando su copa y observando como se desenvolvían ambas mujeres.
La tensión de todo el salón se hizo notar por el silencio.
Emmett y Jasper se reunieron con sus esposas y Ben se les acercó para contarles todo el cotilleo y comprendiesen que era lo que allí ocurría.
—Vaya, no la ha tenido fácil Lauren y yo que pensé que sería insoportable oírla hablar de su maravillosa vida —dijo Rose.
—Pero se ve maravillosa —sonrió Alice.
Jessica miró de pie a cabeza a quien había envidiado desde que tenía uso de razón. Lauren la perfecta, la alumna modelo, animadora ejemplar y novia del hombre a quien ella había amado toda la vida, se presentaba ante ella. Jessica la miró con un gran menosprecio y sonrió al pensar que Lauren podría tener éxito en su nueva vida, podría haber sido superior a ella en todo, pero lo que no tenía era a Mike, porque eso desde hacía años le pertenecía.
—Hola, Jessica —sonrió Lauren sin recelos ni rencores.
—¿Me diriges la palabra a mi? —respondió la rubia.
—Claro, tanto tiempo ¿Cómo has estado?
Las chicas que estaban alrededor no se atrevían a interrumpir la conversación.
—Estupendamente. Casada y feliz —añadió buscando herir a su ex amiga.
—Me alegra saberlo ¿Qué tal la monotonía? ¿También te hace feliz? —rió.
Lauren sabía perfectamente como era vivir con Mike Newton y sabía con detalle que la vida de casada con aquel hombre no era más que una fachada de perfección.
—No para nada, créeme que tu ex marido me rinde mucho mejor de lo que te rendía a ti —sonrió.
—Claro, claro, pues te alegro que me lo quitases de encima —sonrió —. Y aunque me ha llamado varias veces por las noches para pedirme compañía, creo que no soy de las que tropiezan dos veces con la misma piedra y tampoco ando levantándole marido a nadie, además no me gusta la carne ya usada —miró hacia donde estaba Mike, le sonrió, le guiñó un ojo y le lanzó un beso —. Créeme tú marido para mi no tiene nada de novedoso.
Entonces Lauren decidió acercarse a hablar con Alice y Rosalie, junto a sus parejas. Jessica se quedó sin palabras, miró a su esposo y sintió como la sangre le hervía, se suponía que Lauren no asistiría porque estaba fuera del país, de hecho Jessica había coordinado todo para que ella no pudiese asistir, pero sin embargo allí la tenía como piedra en el zapato.
—Hola Alice —dijo Lauren —. Hola Rose.
Las chicas le devolvieron el saludo y Emmett junto a Jasper la saludaron también, pero pronto se fueron a conversar con el grupo de hombres que allí estaba.
—Ya deben saber todo lo que ha ocurrido entre Jessica y yo —añadió Lauren una vez que quedaron solas.
—Bueno, nos hemos enterado hace poco —le respondió Rose.
—Uno nunca sabe ¿No? —dijo Alice.
—Pero bueno ¿Qué tal ese bebé? —sonrió Lauren cambiando el tema.
Para Alice y para Rose era extraño hablar con alguien a quien jamás habían tenido en estima, era extraño conocer la nueva faceta de Lauren, no había orgullo ni rencor en ella, era una persona muy natural y para nada altanera.
—¡Uff! Creciendo de una manera, ya veo que esta barriga va a explotar —sonrió Alice.
—¿Has tenido antojos? —añadió mientras le daba una palmadita muy suave al prominente estómago de Alice.
—Si, pobre Jasper ha tenido que soportar esa faceta con tanta paciencia.
Jessica junto a tres mujeres observaban la conversación de Alice, Rosalie y Lauren de manera despectiva, el resto no tomaba partido y habían armado un grupo aparte.
Entonces Bella y Edward hicieron su aparición en el salón, todo el resto se dio la vuelta para mirar a quienes venían entrando, pocos reconocieron quienes eran.
—¿Esa es Isabella Swan? —dijo Jessica tan fuerte que todo el salón lo escuchó.
Isabella miró hacia un costado y se encontró con una pecosa rubia, con unas prominentes caderas, por la voz un poco chillona se dio cuenta que era Jessica Stanley.
—Jessica —dijo a modo de saludo, pero mantuvo la distancia.
—¿Quién es el hombre que la acompaña? —dijo una de las acompañantes de Jessica.
—¿Será Edward Cullen?
—¿Tú crees?
—No, no podría ser él… ¡mira que hombre!
—¿Pero que no era tartamudo? —dijo una chica que no había hablando en toda la noche.
—¿Y quién te dice que aún no lo es? Todavía no ha dicho ni media palabra —añadió Jessica.
La mujer caminó decidida hasta donde estaba Isabella junto a su acompañante, quienes eran recibidos por un grupo de meseros que les ofrecían tragos y canapés.
—¿Qué tal, Isabella? —sonrió Jessica.
—Hola —respondió Bella —. Bien, gracias ¿Y tú?
—Muy bien —dijo sin quitar los ojos de Edward.
—Este… —Bella notó como Jessica miraba a su marido —. Recordarás a Edward Cullen, bueno está es Jessica—le dijo a su esposo que estaba distraído mirando que copa elegiría.
—¿Edward Cullen? —añadió algo confusa.
—Hola Jessica ¿Cómo estas? —dijo Edward con su característico tono de voz grave e interesante.
Jessica Stanley y todos aquellos que estaban pendientes de la conversación no lo podían creer, habían escuchado hablar a Edward de manera corrida y con una voz realmente sensual.
Mike Newton se acercó a la conversación y tomó de la cintura a su esposa. El orgullo de macho le floreció en aquel instante.
—¿Newton? —dijo Edward.
—Cullen ¿Cómo estás? —respondió algo tenso.
—Bien, muy bien gracias ¿Y tú?
—Perfectamente, ¿Te has casado con Isabella?
—Si, nos hemos casado luego de salir de la Universidad —sonrió.
—Me he enterado que has estudiado Leyes —dijo Jessica a Bella.
—Si, en Harvard, Rosalie también estudio conmigo, ahora tenemos un negocio juntas —sonrió Bella.
—¿Y tú Cullen? —añadió Mike.
—Soy médico —sonrió Edward —. Soy pediatra y trabajo en el Hospital de Washington.
Después de comprobar que no podría vanagloriarse de su vida ante la exitosa vida que llevaban los Cullen, decidió que lo mejor sería dejarlos en paz, a pesar que Edward había captado completamente su atención.
El grupo de amigos se reunió pronto luego de que Bella y Edward saludasen a todos los del salón.
—¿Lauren? —dijo Bella sorprendida al verla conversar con Alice y Rose.
—Bella, ¿Cómo has estado?
La conversación se vio bastante incomoda en un inicio, pero luego que Rose apartara a Bella y en el tocador le contase todo lo que había pasado, Bella se sintió muy apenada y actuó con más naturalidad.
—¡uff! Tengo tanto que decirles —dijo Lauren.
—Si lo dices por el pasado olvídalo —le dijo Edward.
—No, Edward, es que la verdad es que fui muy cruel y una pésima persona contigo, tú jamás me molestaste y yo siempre te fastidié, de verdad no tenía motivos, diría que fueron pendejadas —añadió un tanto avergonzada —. La verdad es que si vine aquí fue porque necesitaba pedir un par de perdones por todo lo que he hecho.
Todos estaban bastante sorprendidos al oír todo lo que Lauren les expresó y pronto quedaron saldados los errores del pasado.
—¿Y qué hiciste luego de todo ese drama que viviste?
—Salí adelante gracias a mi familia, ahora estoy comenzando con mi propio negocio, así que decidí que tenía que ejercer mi profesión, estoy trabajando en una asociación que ayuda a menores, como soy asistente social —explicó Lauren.
Bella y Rosalie se interesaron especialmente en el asunto y quedaron de trabajar juntas por la causa.
—Así que eres médico —dijo una voz femenina a sus espaldas.
Edward se volteó a mirar quién le hablaba. Su esposa y sus amigos se habían apartado dejándole solo, entonces aquella mujer se acercó.
—Si —respondió fríamente.
—¿Me recuerdas? —sonrió la morena.
Edward intentó calzar la imagen que tenía frente a él con alguien del pasado, pero no consiguió adivinar quien era la estupenda mujer que se presentaba a él con seguridad.
—La verdad es que no—añadió Edward.
—Que lastima y yo que no he dejado de pensar en ustedes —sonrió coqueta.
Edward se sentía incomodo ante el evidente flirteo que esta mujer estaba llevando a cabo.
—Edward Cullen, el amor de toda mi primaria ha olvidado quien soy —susurró —. ¡Qué lástima!
—Lo siento, pero…—entonces Edward reconoció a aquella mujer —. ¿Ángela Weber?
—Bueno ya no soy Weber, soy Ángela Wright —sonrió.
—Vaya ¿Y tú esposo? —sonrió Edward.
—Allan viene con retraso, pero debería estar por llegar —rió Ángela —. Es increíble lo que has cambiado.
—Pues tú has cambiado aún más —dijo Edward —. Me costó un mundo reconocerte… ¿Allan, tu esposo, es el productor de cine no?
—Si, estoy trabajando de productora y allí le conocí, llevamos dos años casados —sonrió Ángela.
—Me alegro, realmente me alegro. Cuando niños fuimos muy unidos y fue tan extraño dejar de saber de ti, algo supe que te habías ido a Canadá —añadió Edward.
Bella veía la conversación de su marido con una extraña mujer de malas ganas.
—Relájate, es una vieja conocida, de seguro nada importante —rió Lauren al ver que Bella estaba casi fucsia de la ira.
—Es que mira como le coquetea —reclamó Bella.
—No le está coqueteando, Edward está hablando con ella —corrigió Rose.
—¡No defiendas a tu hermano! —chilló Bella —. Además ella parece que se le va a ofrecer en bandeja.
—Esa es la desventaja que dejase de ser tartamudo —rió Alice.
—Le diré a tu maldito esposo que quiero que me devuelva a mi Edward tímido y tartamudo, así me aseguraba que las mujerzuelas ni se le acercaran —dijo Bella al borde de un ataque de celos declarado.
Las chicas rieron.
—¿Y si voy a preguntarle quien es?
—Sería demasiado notorio, es mejor que esperes —dijo Lauren —. No debes estar celosa, eres una mujer maravillosa, has soportado todas las etapas de Edward, él lo sabe y de seguro lo valora —sonrió Lauren.
Bella se tranquilizó sólo un poco, porque vio que un hombre alto y fornido se acercó a la mujer que hablaba con su marido, la besó y esta lo abrazó muy feliz.
—Edward te presento a Allan, mi marido —sonrió Ángela.
—Un gusto —le tendió la mano Edward.
—El gusto es mío, no sabes cuanto Ángela me ha hablado de ti —rió.
—Creo, Ángela, que querrás ver a tus amigas ¿No? —añadió Edward.
—¡Oh, claro! No sé nada de Rose ni de Alice desde que salí de la preparatoria, por cierto ¿Has sabido algo de Bella?
—Es mi esposa —rió Edward.
—Vaya, cuanto me alegro —sonrió Ángela.
Edward, Allan y Ángela se acercaron al grupo de chicas que estaba allí. Bella intentó calmar su ira al ver que su marido se acercaba.
—Chicas ¿Recuerdan a Ángela? —dijo Edward.
Sólo bastó eso para que Alice y Rose soltaran un chillido monumental.
—¡Ángela! Dios santo —dijo Rose —. Cuantos años sin saber de ti, por Dios que ingratas hemos sido —dijo abrazando a la morena.
El reencuentro fue bastante alabado y aunque a Bella no le tranquilizó la idea de saber que la mujer con la que hablaba su marido era Ángela, intentó ser lo más amable, después de todo estaba casada con Allan Wright, no podía pensar en Edward más que un ex amor, porque a ella le constaba que durante la preparatoria Ángela estaba enamorada de su esposo.
No tardaron en comenzar a bailar, los primeros en la pista fueron Emmett y Rose, y así poco a poco fueron integrándose las parejas.
Edward entonces le tendió la mano a su esposa y se unieron a la pista de baile.
Se dejaron llevar por el vaivén de sus cuerpos y siguieron el ritmo de la música mientras Edward apegó aún más a su mujer y ella se sintió nerviosa al sentirse tan apegada, tal como si fuese su primera vez bailando.
—¿Pasa algo? —dijo Edward notando que Bella estaba muy extraña.
—No ¿Por qué? —fingió Bella.
—Te conozco, ¿Qué pasa? —susurró Edward al oído de su esposa.
—Nada, Edward, nada —respondió pegándose al pecho de su marido.
—Quizá estés molesta por Ángela ¿Me equivoco?
Bella se mordió las mejillas de pura rabia al pensar en su inmadura actitud mientras su esposo hablaba con la morena, pero es que ya no era todo como antes, Edward era un hombre estupendo, cualquier mujer querría estar con él, exitoso médico y ya no era tímido ni tartamudo y Ángela siempre había estado enamorada de él. Nada era tan fácil como era antes.
—Creo que he dado en el clavo —susurró Edward, entonces se detuvo.
Bella le miró a los ojos por primera vez y su esposo le tomó de la mano y la sacó del Salón.
Caminaron hacia el prado que había fuera, los árboles estaban en flor y se veían realmente hermosos.
Edward tomó de la cintura a su mujer y la sentó en una pequeña muralla, en aquella posición Bella era del mismo tamaño que Edward, aunque ella estaba sentada.
—¿De verdad te has puesto celosa de Ángela?
Bella sólo pudo responder con un puchero, mientras su mirada se dirigía a sus zapatos.
Su marido tomó su barbilla y la alzó. Los ojos chocolatados de Bella estaban llorosos y Edward besó ambas lágrimas que salían de las cuencas.
—Amor, no puedes ponerte celosa de cada mujer que me encuentro, ya sea en el hospital o en la calle, menos si es Ángela, la conozco hace tantos años que no me puedes pedir que no me emocione al verla —dijo con ternura.
—Pero, es que… —rebatió con voz temblorosa.
—Pero es que nada, mi cosita, no puedes ponerte así, amor. Hemos pasado por tantas cosas juntos y desde que te conocí no ha habido otra mujer en este mundo para mí ¿No te consta? —sonrió Edward volviendo a alzar los ojos de su esposa.
—Si, pero…
Bella ya no podía rebatirle a su esposo, no sabía cómo, pero pensar en que Edward mirase a otra mujer que no fuese ella le partía el alma. Pero lo extraño era que aquella conmoción y ganas de llorar no se detenían, se sentía extremadamente sensible y con un terrible miedo a perderlo.
—Amor, te amo, te amo tanto y más de lo que te amaba hace dos segundos atrás, no tengo ojos para nadie que no sea para ti y si dije, frente al altar, que aceptaba todas las condiciones del matrimonio es porque las acepte de corazón y por ti, no hay nadie más para mi y no habrá nunca nadie más —sentenció Edward con dulzura besando la frente de su mujer.
Bella no tenía palabras y se abrazó a su marido llorando desconsolada.
—Mi chiquitita, como se han cambiado los papeles, ahora eres tú la insegura, ¿Quién era la que me decía que valía más de lo que creía? ¿Quién me hizo ser lo que soy ahora? Amor, nada de lo que soy podría haber sido si no estabas tú conmigo, eres todo lo que tengo y todo lo que soy y si tuviese que nacer de nuevo y vivir todo lo que viví, todo lo que sufrí, lo haría, porque sé que todo eso tuvo que pasar para que tu estuvieses en mi vida, para que tu me dieses un nuevo motivo para vivir.
Dicho esto, Edward se apoderó de los labios de su esposa, que estaban salinos por las lágrimas que corrían por las suaves mejillas de Bella, se dejó guiar como tantas veces por cada latido de su corazón y acarició a su mujer teniéndola entre sus brazos y entregándole seguridad.
Entonces escucharon unos gritos desgarradores que provenían del salón.
Bella se limpió las lágrimas y Edward la bajó de aquella muralla. Ambos caminaron de la mano hacia el lugar desde donde provenía el grito.
Aunque no alcanzaron a llegar cuando vieron salir a Alice sujeta de Jasper y Emmett. Edward corrió hasta donde ellos estaban, Alice gritaba de una manera ensordecedora, todo el salón había salido para seguir a la mujer que estaba en trabajo de parto.
—¡Ni se te ocurra Jasper Hale! No iré al hospital, allí quizá quien se hará cargo de mi parto —chillaba Alice presionando con fuerza los brazos de su esposo y de Emmett.
—Tranquilízate —le decía Rose —. Inhala y Exhala no olvides que todo esto le afecta al bebé.
—¡Inhala y Exhala al carajo! —gritó mientras sentía otra contracción.
En ese mismo instante se rompió la bolsa y Edward pudo ver como la poza de agua se formaba en el suelo.
—¡Edward! Tú —dijo Alice —. Tú vas a traer a mi hijo al mundo —gritó —. Ningún otro ¿Me oíste?
—Si, Alice, tranquilízate pequeño demonio o si no tu bebé saldrá de pies tanto que te mueves —rió Edward.
Mientras Jasper y Emmett contenían a Alice y Edward le daba tranquilidad, Rose fue por el coche, subieron a Alice y todos se marcharon apresurados al hospital, incluyendo a la mayoría de la gente del salón.
—¡Edward! —chilló Alice al no ver a su amigo.
—Aquí estoy, mujer —rió Edward mientras le tomaba el pulso.
—¿Por qué estas detrás de mi cabeza en vez de estar allá abajo chequeando que todo este bien? —dijo molesta.
—Porque tu marido está mirando si tu bebé se asoma —respondió Edward.
—¡Pero Jasper es psicólogo no ginecólogo! —gritó Alice en medio de una contracción.
—Deja de rebatir, lleva años conociendo esa parte de tu anatomía y sabe perfectamente que hacer —rió Edward.
Llegaron a tiempo al hospital, tal y como preveía Alice no había un ginecólogo de turno, por lo que Edward y Jasper entraron al pabellón acompañados de una matrona.
Bella, Rose y Emmett esperaron a las afueras del pabellón.
—Recuérdame no tener hijos —dijo Bella a Rose.
—Y tú recuérdamelo a mi —le respondió Rose.
—¿Cómo que no tendremos niños? —dijo Emmett —. Yo quiero cuatro mínimo.
—Si los tienes los nueve meses y das tu a luz, si quieres tenemos diez, de lo contrario adoptaremos —dijo Rose.
Bella comenzó a sentirse débil y se sentó, la idea de estar en un hospital no era su favorita, detestaba aquel olor.
El parto no fue para nada complicado, la matrona se manejaba muy bien y Edward con toda naturalidad ayudó en el parto, que fue normal, a su amiga.
Un hermoso niño grande y sano fue entregado en los brazos de su madre, Alice besó y abrazó al pequeño que pronto debió ser llevado para los análisis correspondientes.
Edward se quitó los guantes y el delantal sucio y salió a dar la buena nueva.
—Es un niño precioso —rió al ver que la mayoría de la gente del salón estaba allí.
Jasper salió victorioso gritando que era papá y que tendría que irse de copas una semana.
Desde dentro del pabellón se oyó a una cansada Alice.
—¡Ni se te ocurra Jasper! Tienes una mujer y un hijo que atender —le gritó.
La enfermera le dio un calmante y Alice fue enviada a la sala del post operatorio.
Bella abrazó a su marido, para felicitarle por su estupenda labor, pero el olor a sangre y a las ropas del hospital la llevaron a desmayarse y por suerte Edward la pudo contener.
No tardó en volver en sí, luego de ser puesta en el suelo con las piernas levantadas.
—Edward —susurró Bella.
—Si, amor, estoy aquí —sonrió.
Edward ayudó a su esposa a ponerse de pie, pero entonces Bella no pudo contenerse más y ante las nauseas vomitó la bata de su marido.
—Sé que no te gusta mi ropa de trabajo, pero esto ya es mucho —rió Edward.
Se acercó una enfermera y Edward le pidió que le hicieran unas pruebas de sangre a su esposa. Llevaron a Bella al laboratorio, aunque ella se opuso todo el tiempo, detestaba las agujas y más aún la sangre.
Jasper y el resto fueron a maternidad a ver por aquella enorme ventana a los bebes expuestos, todos los presentes alabaron al pequeño Jasper que había pesado tres kilos novecientos gramos y era un saludable bebé que había nacido a los ocho meses y medio.
—Están listos los análisis que pidió, Doctor Cullen —dijo la enfermera.
—Gracias —respondió Edward leyendo lo que allí decía.
Entonces leyó y releyó una y otra vez lo que allí veía.
¡No podía ser!
—¿Qué pasa? —dijo Bella aún mareada.
Edward tragó saliva, intentó relajarse y se sentó al lado de su esposa.
—¿Edward pasa algo? ¡Dímelo ya! —reclamó.
—Veo que se te han quitado los mareos —rió.
—¿Qué demonios tengo?
—Vamos a ser padres —añadió Edward.
—¡¿Qué?
—Estás embarazada.
Bella no sabía como tomarlo, si estar feliz o asustada, después de todo lo que había visto con Alice y los olores del hospital que no el agradaban nada…
—¿No es grandioso? —sonrió Edward —. Vamos a tener una pequeña Bella o un pequeño Edward.
Bella sonrió al ver los ojos brillantes de su marido y tomó la mano de él y la besó. No podía tener miedo en esos momentos, tenía una vida en su interior y nada la haría más feliz que verla crecer sana y llena de amor. Ese pequeño que venía en camino era la unión y el testamento del verdadero amor que ella sentía por Edward, era el sello de toda aquella promesa que se hicieron una vez cuando tan sólo eran adolescentes.
—Te amo —susurró Bella mientras se abrazaba a su marido.
Edward la abrazó con delicadeza y la besó con pasión.
—Te amo —respondió, entonces se apegó al vientre de su mujer y volvió a susurrar —. Te amo, pequeño bebé.
Se quedó así por un largo tiempo, abrazando el vientre de su mujer, pensando en que ahora una vida más dependía de él, una vida que sería complemente feliz y daría su vida por ello.
Muchas gracias a todas las que han seguido este fic, más las que han comentado y lo han hecho sus favoritos.
Es un gran honor saber que muchas de ustedes han invertido horas al PC para leerlo y más para comentarlo.
¡LES TENGO NOTICIAS!
Bien les conté que tenía secuela ¿No?
Entonces les cuento que ya tiene nombre y ya tiene summary, pero antes de eso debo ser muy honesta con ustedes.
Primero que todo no tengo el tiempo suficiente para subir todas las semanas, menos cuando comience con la U a full y las practicas, así que solo les puedo prometer un capitulo al mes y si es que llegase a publicar más es solo por que me he hecho un poco más de tiempo.
Espero que me entiendan, yo jamás dejo botada una historia, ni siquiera Mr. Misterious en la que me estoy dando tiempo para poder escribir bien el capitulo.
Una vez aclarado todo... aquí les dejo el nombre y el Summary, les aviso que la secuela es M, pero no tendrá demasiados lemmons, solo los necesarios ;)
- Love: beyond the paper. -
Summary: Edward se enfrenta a su tratamiento con madurez, mientras que Bella comienza a notar los cambios en su amado ¿Podrá soportar el amor los grandes cambios que les depara el futuro? Secuela Paper Love.
Rated: M
Planeo subir el capitulo de esta historia el próximo fin de semana, quizá el sabado 21 de Agosto, todo depende de mi universidad, si no tendrán que estar al pendiente de mi profile, les pido que dejen un alerta de autor para que sepan cuando suba la nueva historia.
LES CUENTO QUE TENGO NUEVO FIC Y ES M. Se llama
An Addiction for a Escort.
Les dejo summary:
Summary: Bella Swan había tenido un pésimo día y tenía que buscar un reemplazante que cumpliese con el perfil de Gigoló, nada fácil. Todo se complica cuando encuentra al candidato indicado y no sólo para ese trabajo.
LAS INVITO A PASAR Y DEJAR SU RR, es un short fic :)
Con cariño, su agradecida escritora aficionada que esta muy emocionada por terminar este proyecto, espero que me crean cuando les digo que no ha sido fácil despedirse de este fic que ha llegado a mi corazón.
Las quiero.
ManneSkarsgard