-Zorro & Mono-
Prologo:
"¡Katon: Housenka no Jutsu!" [[N/a: Elemento Fuego: Jutsu Llamas del Fénix]] Sasuke, dotado por las marcas del sello maldito en primer nivel inhalo aire y exhalo fuego luego de realizar los sellos de manos requeridos. Una bandada de fuego se creó como si fueran pájaros mal formados, asemejándose al mítico fénix.
Naruto, viendo las flamas venir hacia él, intuitivamente dio un salto haciendo que las llamas impactaran contra el agua. El rubio nunca esperó que el ataque fuera una distracción, ya que instantáneamente Sasuke estaba frente a frente, acompañándolo en el salto de evasión. El resultado fue una sólida patada contra el costado izquierdo de su tórax, lo que envió al rubio en trayectoria diagonal hacia el agua. El Uchiha con su Sharingan activo miraba con una sonrisa el resultado.
Derribado, pero no derrotado, Naruto se dispuso a ponerse en pie sobre el agua. Tan solo se volteó a tiempo para que Sasuke le conectara un poderoso golpe de izquierda contra la región abdominal, sacándole todo el aire y provocando que se encorvara por el impacto.
Sin perder el tiempo, Sasuke le tomó del cuello de su chaqueta con su mano derecha para levantarlo a una altura adecuada, mientras que en la izquierda se formaba la técnica que alguna vez fue única del sensei de ambos, Kakashi. El sonido de las aves invadió toda la zona.
Naruto intentaba hacerle reaccionar y recapacitar, pero era inútil por lo que fue acorralado a usar el chakra del Zorro de Nueve Colas. La capa de chakra naranja se formó en su entorno lentamente. Las características físicas de Naruto se modificaban, volviéndose más salvaje. Sus uñas de las manos crecían y se pronunciaban; al mismo tiempo sus molares caninos aumentaban su tamaño y sus ojos tomaban el característico color rojo.
"¡Ya es tarde para ti!" Gritó Sasuke hundiendo el Chidori [N/a: Mil Aves] justo en su pulmón y atravesándole hasta pasar su espalda. Naruto no tuvo oportunidad de desviarlo. "Esto se acabó." Declaró Sasuke soltando el cuello de la chaqueta y dejándole caer en el agua.
Naruto no se podía mover por el daño; no podía respirar, ya fuera por el daño a sus pulmones o por el agua que los llenaba. Sus pensamientos fueron a su llamado mejor amigo, a sus amigos en la aldea y a sus seres queridos que formó en este tiempo reciente. Ya no estaba solo, pero aquí estaba él, asesinado por el llamado hermano.
"Probablemente ser Hokage…" Pensó con lamentos. "…nunca fue un sueño que pudiese realizar. Tal vez… …esto es lo mejor."
"Ni creas que dejare que me mates,pequeño mocoso." Fueron las últimas palabras que escucho en su mente, luego todo fue silencio.
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"Vamos, deben seguir mi ritmo. ¿Cómo quieren terminar mi entrenamiento si ni siquiera pueden seguirme el paso?" Gritaba el anciano yendo a un paso de trote fijo en zigzag mientras era seguido por dos niños, quienes que por culpa de unas grandes bandejas de leche les costaba mucho seguirlo. Aunque el niño de pelos alborotados negros tenía mayor facilidad para seguirlo, mientras que el niño calvo con suerte podía respirar. "¡Uno! ¡Dos! ¡Uno! ¡Dos!" continuaba dando el ritmo.
"¡Uno! ¡Dos! ... ¡Uno! ¡Dos!" gritaba el niño de pelo negro, tratando de mantener el ritmo de su maestro.
"¡Uno! ... ¡Dos! ... ¡Uno! ... ¡Dos!" continuaba el niño calvo el paso.
"Recuerden que si quieren llegar a ser fuertes, deben..." El anciano detuvo su trote en seco, notando un cuerpo de un niño rubio delante, totalmente herido y tumbado contra uno de aquellos árboles. El niño de pelo negro alborotado, quien estaba siempre atento al ritmo de su maestro se detuvo. Pero el niño calvo no tenía tanta suerte, se vio forzado a chocar con el niño de delante, haciendo caer su carga. "¡Goku! ¡Krilin! ¡Olviden el entrenamiento de hoy! ¡Ayúdenme a llevar a este niño a Kame Hause!" grito en severo tono de preocupación. "Espero que puedaresistir."
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"Est.. ben... resnde..." Las voces lo mareaban, no podía escuchar claramente. Su cabeza lo estaba matando, pero aquello era lo menor. Le dolía todo su cuerpo. "Mucho... resnde... ¡Muchacho! ¡Responde!" Finalmente podía escuchar correctamente, y en cuanto abrió sus ojos la luz lo encandiló inmediatamente. "Ya despertaste." Contesto una voz anciana. "¿Cuantos dedos tengo?" pregunto la misma voz, pero al igual que antes la luz lo estaba encandilando, forzándolo a cerrar los ojos y esperar a que se adaptara a la luz.
Una vez ya con la vista de vuelta pudo responder. "Dos." dijo dificultosamente.
"Eso es buena señal, has estado dormido por dos días. Por un momento pensé que morirías, pero para nuestra sorpresa te recuperas a una velocidad asombrosa." Continuó su explicación el anciano.
"Ya veo..." Estaba claro que el muchacho aún estaba desorientado de su entorno. "¿Qué me paso?" Pregunto el niño.
"Eso es lo que te quería preguntar, heridas de aquel tipo no se hacen solas." Esta vez el rubio pudo ver al anciano. Tenía unos lentes con bordes rojos, calvo y una gran barba en compañía de un gran bigote. Llevaba puesta una ropa naranja y lo que parecía un caparazón de tortuga en su espalda.
"No lo sé." Dijo el niño confundido.
"Entonces, ¿De dónde vienes?" Pregunto nuevamente ahora un tanto curioso.
"No lo sé." Repitió su respuesta.
El anciano guardo silencio, pensando al respecto. Al parecer el daño fue bastante grave para su cerebro. "¿No lo recuerdas? ¿Sabes al menos tu nombre?"
El niño de pelo rubio estuvo vagando por unos segundos en su mente, tratando de encontrar algún recuerdo, y por fortuna lo logro. A decir verdad el último vestigio de su vida anterior. El único recordatorio a su pasado plasmado en su memoria, aquel nombre que le dieron al nacer, su única identidad por el momento.
"Naruto... Uzumaki Naruto."