hola, aqui estoy con el ultimo capitulo de esta historia, me da tristeza hacerlo pero tambien toda final de historia puede ser un hermoso comienzo, solo eso adelanto de lo que leeran
espero que tomen bien mis palabras y no les parezca demasiado o muy poco, puede ser un poco cursi, no se, pero de todo corazon que lo escribo
ahi lo tiene que disfruten
Capitulo 20 – Burbujas y Tul
EdPOV
Podía escuchar a Bella llamándome desde el piso de arriba, aun estaba en una especie de aturdimiento, me había dejado llevar por los momentos pasados con ella y había terminado componiendo dos canciones, eso le gustaría de seguro a mi representante.
Mientras entraba en mi pieza pude ver la puerta del baño abierta, se escuchaba el ruido del agua correr en la bañera y al asomarme un rico aroma a canela y vainilla me inundó, Bella estaba arrodillada junto a la bañera, con las mangas arremangadas removiendo el agua y formando más burbujas, su pelo achocolatado caía por sus hombros y sus piernas descubiertas por aquel short hicieron que un escalofrió de deseo recorriera mi cuerpo, esa mujer era hermosa y estaba junto a mi
–te gusta? canela y vainilla? –Preguntó tímida mientras se incorporaba, más de mis labios no pude sacar ninguna palabra, ella se acercaba a mi otra vez como una sirena atrapándome en su belleza, haciéndome perderme en su presencia yo solo podía sonreírle– deja que te ayude–sugirió al ver que no me movía del umbral.
Con el caminar más sensual que vi en mi vida, Bella se acercó y posó sus manos en mi pecho, lo recorrió lento hacia abajo y comenzó a desabotonar mi camisa, esto estaba siendo totalmente erótico, cuando terminó, con un movimiento suave introdujo sus manos bajo la tela y tiró la prenda al suelo, sus manos quemaban y me causaban placer al mismo tiempo, si seguía así… Sin darme tiempo a respirar, la sentí desabrochar el cinturón, cerré los ojos abandonándome al goce, retirando mi pantalón mi princesa estaba jugando con fuego al mantenerse demasiado tiempo en algunos lugares en su tacto; estaba completamente desnudo ante ella, al mirarla sus ojos mostraban deseo, excitación, tanto como deberían estar mostrando los míos, en un momento sus manos mojadas envolvieron mi ya excitado miembro y como otras noches lo acarició suave y deseosa
–un adelanto amor…–susurró en mi oído–ya te había dicho que no era tan inocente –recordó y yo no pude más que encenderme en puro fuego, había sido demasiado autocontrol por hoy, la atraje hacia mí y la besé con toda la pasión que me embargaba, saboreando su boca, degustando sus labios pero Bella al parecer quería hacerme sufrir–más tarde–declaró alejándome despacio. Estaba tan embobado que la seguí a donde me llevaba, solo la podía ver a ella, sentí como en agua tibia y perfumada me mojaba
–Bella…–la llamé y mi voz sonó más agónica de lo que pretendí, quería tenerla conmigo allí mismo
–shh… amor–me callo, estaba arrodillada al lado de la bañera y metió una esponja, seguí hipnotizado su delicada muñeca, la vi hundirse en el agua enjabonada con la esponja en mano y pasarla por mi hombro, las gotas resbalando por su piel y cada vez más me era insoportable dejarla lejos–relájate Edward, vendré a buscarte cuando termine de preparar todo–me dijo levantándose del suelo. Todo me parecía en cámara lenta, aquellas ropas holgadas no podían esconder lo que yo ya había memorizado de su cuerpo y el hecho de tenerla cerca… por más esencias que ella pusiera, ninguno podría borrar su perfume, lavanda, frecias, su aroma siempre me embriagaba y antes de que Bella pudiera dar un paso más y salir del baño, me levanté y empapado como estaba y la abracé por detrás
–Edward que haces! –se quejó, pero yo no la soltaría, la quería conmigo, la deseaba conmigo dentro de aquella bañera
–Lo siento –dije–te he mojado– reí, repitiendo las palabras que ella me supo decir–pero no puedo dejarte ir Bella–continué, comenzaba a excitarme de solo pensar en que tenerla para mojarla, para volver a recorrer su cuerpo desnudo–ahora eres mi rehén mi princesa
–tu rehén? –preguntó y en su voz pude detectar algo de mi batalla ganada
–Mi rehén–repetí dándola vuelta en mis brazos, comencé a retroceder despacio mientras buscaba aquella parte de su cuello desnudo y comenzaba a dejar cortos besos, deseaba morderla, saborear cada parte de su cuerpo
–Edward…–gimió cuando la hice sentir el agua de la bañera
–déjame limpiarte Bella, déjame recorrer esa maravillosa piel, quiero sentirte cerca, quiero ver como los perfumes que has puesto en el agua intentan cubrirte de espuma y ayudar con mis manos a que no falte lugar en tu cuerpo que no haya acariciado
–mmm…–su gemido de placer fue mi contestación, había ganado
BellaPOV
Edward me atrajo consigo y ambos nos sentamos en la bañera rebalsando un poco de agua por los borde. Estaba sentada entre sus piernas y apoyada en su pecho desnudo, completamente mojada y aun con la ropa, aun así a través de la tela podía sentir la excitación de su miembro, el calor que emanaba su piel. Despacio comenzó a recorrer los lados de mi cuerpo y cada toque me llevaba al cielo, sus manos se quedaron en mi cadera y buscaron el elástico de mi short, despacio y alargando mi agonía, Edward procuró mientras me desvestía bajo el agua, asegurarse de no dejar de tocar mi piel; primero fueron los pantaloncillos, después fue el turno de la remera, podía sentir sus poderosas manos en mis costados, recorriendo mi cintura, mis costillas, deteniéndose en mis senos y aun así arrastrar con ellas la prenda empapada, cuando me la hubo sacado, puse sentir la espuma tocarme, rozando mis senos desnudos y mientras Edward dejaba cortos besos en mi cuello pasaba la esponja enjabonada por mi pecho
–última prenda mi amor–escuché en mi oído y vibré en ansias de que me tocara más. Lo sentí recorrer las tiras del elástico, ambas manos lo seguían como buscando el camino correcto para sujetarlas y deslizarla hacia abajo, pero mi sorpresa fue que no fue así y un leve gritito escapo de mi boca, Edward con fuerza había roto una de las tiras del costado y sin dejarme reaccionar demasiado, cuando me di cuenta el otro tirante también ya estaba roto. Apartando todas las piezas al suelo del baño y dejándome tan expuesta como él, Edward me había hecho desvariar y terminar en una tangente que no era mi plan, pero indudablemente sus caricias eran un camino alterno tan placentero que no me importaba desviarme un poco.
Ambos nos sumergimos en caricias suaves, recorriendo nuestros cuerpos sin prisas, embargándonos en besos dulces, me sentía flotar entre los aromas y el tacto de las manos de Edward. Podía sentir como mi corazón palpitaba más y más rápido, la agitación de nuestras respiraciones, pero él no avanzaba más, Edward ponía ese límite siempre, no quería hacerme sentir incomoda, no quería presionarme, desde luego ahora estaba preparada para él, "mi amor…" y se lo demostraría esta noche. El suspiro salió de sus labios
–Esto es el paraíso–susurró cerca de mi oído y yo me volví a recostar en su pecho
–lo es? –pregunté aun a sabiendas de su respuesta, quería escucharlo de su boca
–Lo es, el paraíso con mi princesa y diosa–sentenció, no pude evitar sonreír ante como me había llamado "es hora" pensé
–Debo salir amor–dije apresurada mientras intentaba levantarme–debo terminar lo que empecé mientras sigues relajándote
–no, yo voy contigo–se quejó dispuesto a no dejarme ir. Me acompañó saliendo de la bañera y mientras nos secábamos mutuamente el cuerpo, no podía dejar de pensar en lo que haría esta noche.
…
"–debes esperarme aquí" le había dicho impidiendo que saliera a la habitación, Edward se había hecho el difícil pero al final accedido a mi pedido. Con solo una pequeña toalla salí y me apresuré a ir a mi pieza.
Después de secarme bien y ponerme la ropa de cama, me miré al espejo, no era cualquier ropa de cama, esta la había elegido con ayuda de Rose y consejo de Alice. Tenía puesto un babydoll negro con encaje y tul haciendo juego con una bombacha cola less de encaje que se ataba en moños a los costados, el pelo mojado había pensado que sería un problema para el look, pero en realidad me sentía más sexy así. No debía hacer esperar mucho más a Edward.
–Edward? –pregunté apenas abriendo la puerta de la habitación, por temor a que no me hubiera hecho caso
–estoy aquí en el baño Bella, ya puedo salir?—dijo como niño pequeño
–NO! –le dije alarmada –solo una cosa más–tome el pañuelo de seda negra que había dejado en el cajón de la mesita de luz y me acerque a la puerta que nos separaba–Edward tienes que cerrar los ojos, es una sorpresa y no puedes ver
–por lo menos puedo cambiarme? –me preguntó impaciente
–no, tómalo o déjalo Edward –le di a elegir–pero si no… olvida que hoy duermo contigo–me reí internamente al escucharlo bufar, pero aun después de toda esa escena, se que le gustaría lo que continuaba–cierra los ojos que voy a entrar
Cuando dije que iba a entrar, no pensé no estar preparada para lo que vi. Edward tenía solo la toalla alrededor de la cadera y el cabello aun medio mojado, por lo que algunas gotas resbalaban por su pecho, se había afeitado y su colonia me embriagaba. Tratando de no perder el equilibrio me puse detrás de él intentando que no me tocara
–a que juegas Bella? –lo escuche en tono seductor
–es para que no hagas trampa– le dije mientras le cubría los ojos con la tela, lo sentí respirar hondo allí donde habían pasado mis manos, sintiendo mi perfume
–hum…–fue todo lo que dijo. Despacio tome sus manos y lo guié a sentarse en la cama y mientras él se acomodaba impaciente prendí algunas velas. Comenzaba a ponerme nerviosa–Bella? ya puedo ver amor…?
Me acerque a él lentamente, podía verlo girar la cabeza agudizando los oídos para escuchar donde estaba, lo encontraba tan sexy así, medio desnudo que no pude evitar tomar su rostro entre mis manos y besarlo tan apasionada como nunca lo había besado
–guau…–murmuró
–Puedes sacarte la venda Edward–le anuncié esperando que todo le gustara
Me sentía tan inocente ante todo aquello, en un momento estaba él, mi amor observándome sin moverse, mi amado, mi hombre y me sentí su amada y su mujer. El tiempo se detenía lentamente para nosotros y una magia indescriptible nos envolvía, estaba como en un sueño.
Me di cuenta de que esa noche iba a ser tuya, ante su mirada me volví a sentir tan desnuda y transparente aun antes de estar desnuda que tuve miedo del abrazador deseo que me invadió
–Ven–susurró extendiendo su mano para invitarme a acercarme a él. Edward estaba conmigo, era él quien me envolvía en su abrazo, sus caricias las que me tocaban, no tenia porque temer, me dejaría llevar
–bella–dijo cortando el silencio, más no la ilusión
Sus manos recorrieron el encaje de mis pechos y beso por sobre la tela mis senos, sentía las mejillas arder mientras seguía acariciándome el cuerpo. Me fue sacando prenda por prenda , desatando el moño del busto y dejando caer el babydoll, desenredando las cintas de mis caderas y entre besos y roces de piel quedé totalmente desnuda, lo deseaba, lo deseaba con un fuego que crecía y crecía en todo mi cuerpo y quedamos piel a piel. Cada beso en el cuello, cada roce de sus dedos, cada beso me hacían vibrar más. Cuando me llevó con él hacia atrás, recostándome con tanta delicadeza como muñeca de porcelana, ya no pensaba nada, Edward era quien me guiaba y yo quien me dejaba guiar por las manos en mi cintura, sus manos en mis glúteos, sus manos en mi cuerpo.
A horcadas sobre su él, rodeándole con mis piernas, la excitación llenaba el aire y mi ángel estaba conmigo y lo sentía intentar penetrarme, despacio y fuerte y rápido, estaba duro, grande y yo demasiado nerviosa me volvía tensa y angosta.
–mmm… Bella–gimió–eres tan estrecha…–sus palabras se volvían ronroneos mientras su miembro me invadía. Me sentía difícil de penetrar, me estaba dividiendo entre el dolor y un placer sin palabras, gemí, era una rara sensación, me dolía y ardía que entrase, pero me gustaba esa intromisión y en una última estocada Edward había separado la línea entre la niña que era y la mujer que nacía. Se quedó quieto, repartiendo caricias en mi rostro, dulce, esperando a que mi cuerpo se amoldara al suyo
–estas bien? –preguntó con voz ronca. Podía ver su deseo inmiscuirse en la precaución de no lastimarme y eso hacia crecer en mi más el éxtasis que estaba sintiendo–Bella? quieres que nos detengamos? –continuó, pero no respondí con palabras, simplemente comencé a moverme sobre él, dejando que el ritmo de su cuerpo me acompañara en un vaivén de puro goce, amoldándose a mi cuerpo, que me llenara y me hiciera más mujer cuando lo hacía con énfasis y de improviso. Podía sentir la presión de sus manos en mi piel, entre aquellas sabanas hacíamos el amor y yo me sentía más en el cielo. La agitación de nuestros cuerpos nos llevaba cada vez más rápido, el placer se adueñaba de la sangre que hervía con un calor intenso y en algún momento, la peculiar fuerza del orgasmo nos alcanzo tan avasalladora como nunca.
Recostada entre los brazos de Edward, por mi mente pasaban las fotografías de nuestra primera vez, su toque en mi piel, por mi alma, estaba tan feliz, tranquila, somnolienta, los recuerdos de las manos de Edward recorrer mi espalda en una caricia, recostarme en su pecho y sentir su acelerado corazón, reavivando todas esas escenas y mirarle dormir, tan dulce, tan tentador hacia que el deseo por su cuerpo persistiera en mi.
"Como olvidar tus besos en mis labios, tus caricias en mis senos, tu toque en mi cuerpo, sentirte sobre mi? imposible" me dije a mi misma.
–te amo–escuché en mi oído, su voz haciéndome regresar de mis pensamientos
–te amo Edward, te amo–le dije besándolo con desesperación, no quería perderlo, no de nuevo y tenía miedo de que todo fuera solo un sueño.
–que sucede Bella? porque lloras amor? Sshhh–no me había percatado de que las traicioneras lagrimas escapaban de mis ojos y él intentaba consolarme con besos, acariciando mi rostro y despojándome del agua salada de mi inseguridad–te duele? He sido demasiado…ha sido demasiad…–pero no lo dejé terminar, atrayéndolo sobre mí lo besé con ansias, estaba siendo tan dulce que me abrumaba una exquisita sensación de olvidarme de todo "no pienses Bella" me dije volviendo a besarlo "siente, solo siente" entonces la excitación cobro vida en Edward y yo no deseaba que se detuviera y entre seducción y sensualidad nos fundimos en un momento cada vez más a flor de piel
Lo cabalgue, me puse a horcadas sobre él y su miembro me estocó con fuego dentro de mi, caliente duro y tibio, el éxtasis más fuerte que hube sentido, sus ojos clavados en los movimiento de mis senos, sus manos recorriendo mi espalda, mis piernas, su cadera empujando hacia arriba llenándome de su cuerpo, cada roce se hacía más y más agonizante de placer, cada embestida con más fuerza y pasión, el ritmo aumentaba en nuestra excitación y yo estaba a punto de llegar a la culminación de una explosión fascinante
–detente…–pidió Edward, pero yo estaba al limite
–no–dije entre jadeos, me seguía moviendo sobre él, sus ojos me miraban deseosos
–Bella voy a llegar si… oh Dios…si sigues…–trató de explicar, pero no lo dejé y lo atrapé en un apasionado beso, comiendo su boca sus labios, probando su lengua y no pude más, cerré los ojos por lo que me envolvía, el clímax llegó a mi vientre arrollador, oleadas de placer se extendieron por mi cuerpo más intensas que las anteriores y ambos gemimos por el orgasmo que nos había alcanzado, podía sentir el rápido palpitar del corazón de Edward bajo mis manos, los espasmos de su miembro en mi centro, su agitación. La belleza de fundirnos juntos era pura dicha, ambos nos recostamos dejando que nuestros cuerpos cansados nos sumieran en un sueño reparador.
…
Ahora la mañana abrazaba, el silencio nos cubría, uno suave y tranquilo, sin abrir todavía mis ojos me estuve quieta mientras sentía los dedos de mi amante, mi amor llenarme de caricias suaves y relajantes. Despacio me abrí a mirarlo, su rostro esbozaba una sonrisa preciosa y el brillo más especial que le había visto se dibujaba en su mirada.
–Fue bellísimo rozar tu piel sin capas de por medio–dijo– rodearme en tu abrazo, dormir a tu lado, despertarme y encontrarte ahí conmigo Bella–Edward hablaba despacio, como sumido en la ternura que nos envolvía en ese momento
–te amo
– Me encanto ver tu rostro brillar, tu mirada me hablaba y en mi cabeza resonaba tu "te amo" que aun me toma por sorpresa–continuó–Bella yo también te amo, pero…
Ese "pero…" casi me hace perder las fuerzas y cerré los ojos temiendo lo que hace unos momentos se había borrado, que no pudiéramos estar juntos
–pero no se si puedo ser el hombre que deseas Bella–confesó
–Lo eres–intenté convencerlo–eres mi ángel, siempre protegiéndome, haciéndome feliz
–sí pero…
–pero…–"que lo diga de una vez!" me dije mientras intentaba alejarme de él, más no me dejó hacerlo y me abrazo aun más fuerte
–Pero tengo miedo de que huyas–abrí mis ojos estupefacta de lo que acababa de decir "yo… huir?"–yo no puedo darte un "noviazgo" normal Bella, mi vida está llena de publicidad, gente que quiere sacar beneficios de mi, de los que me rodean, gente falsa que intentará crearnos discordia y tentaciones que nos cambiarán y yo… temo que no puedas soportarlo y huyas de mi, de mi mundo–declaró, su voz sonaba afligida y suavice mi expresión lo más que pude para que notara que no había nada a lo que temer, ahora estaba segura de ello
–Edward? Estas diciendo que cometerías los mismos errores que la vez pasada? Que creerás en los demás y no me dejaras oportunidad de demostrarte mi inocencia? –intenté explicarle
–NO! Claro que no mi amor! –se defendió
–entonces escucharías todo lo que tengo que decirte antes de sacar conclusiones? Yo te diría la verdad, lo sabes verdad? –su mano fue a mi mentón y atrajo mi rostro para darme un corto beso
–si, te lo prometo mi sirena, solo tú serás mi verdad
–entonces amor… puedes creer que cuando te digo que si estoy con vos, nada será tan pesado de sobrellevar? Ninguna tentación me hará caer más que tu presencia? Que siempre te amaré? Lo crees? –en mis oídos saltaba la adrenalina de mi declaración, y en ella había abierto totalmente mi corazón, dejándolo en sus manos, a su disposición para que hiciera con él lo que apeteciese. Un cómodo silencio nos cubrió, Edward no dejaba de verme absorto, recosté mi cabeza en la almohada pero sin cortar nuestras miradas, el brillo que había en sus ojos me llenaba el pecho de anticipación
–siempre–dijo–no importa cómo, cuándo y todo eso… siempre–la sonrisa en sus labios, la leve risa al aire que dio, todo era una promesa–siempre voy a amarte.
"Siempre"
La mañana se levantaba joven, aun los rayos de sol comenzaba a asomarse en el horizonte esperanzados por mostrar su luz, así era como sentía todo, con esperanzas, todo un centenar de mañanas prometedores y presentes como preciosos regalos junto a mi angel.
Juntos por siempre, sin importar las apariencias de lo que nos rodeara, solo la pura verdad que emana de enorme amor que nos profesamos
"Te amo Edward" y en mi corazón siempre llevaré tu "Te amo mi Bella"
FIN
este capi lo terminé realmente en parte de como me siento, simplemente que al final podria dedicarselo a mi novio, jeje por un futuro prometedor
les deseo a todas un amor prometedor y bello, y muchos mañanas especiales
besos, nos encontramos en otra historia si Dios quiere