Chloe estaba preciosa, radiante como nunca la había visto. Oliver había conseguido el restaurante para ellos dos solos y el mejor violinista de la ciudad para que les acompañara la velada. Chloe sonrió y Oliver creyó ver que se ruborizaba, pero ella apartó en seguida el rostro y no lo pudo asegurar.

"Estás preciosa." Dijo él, tomando la mano de Chloe con la suya. "Me alegro que al final hayas podido venir."

"Gracias pero supongo que todo vigilante tiene que tomarse un descansado de cuando en cuando y se lo piden con velas, una cena romántica y un acompañante como, supongo que no podría negarse."

De la forma mas correcta posible, Oliver le apartó la silla y esperó a que Chloe se hubiera sentado para hacerlo el también frente a ella. Los dos se miraron, después de tanto tiempo, no era necesario decir mucho para que ambos comprendieran lo que el otro estaba pensando.

"¿Sabes que el mundo se puede acabar cualquier día de estos verdad?" Dijo Oliver, dejando una pequeña cajita negra sobre la mesa.

Chloe la miró, sin poder creerse lo que realmente estaba viendo. Nunca pensó que llegaría ese momento, nunca se le pasó por la cabeza que lo que había empezado como una aventura, una tontería había dicho entonces; pudiera ahora terminar convirtiéndose en esto.

"Oliver, no hace falta que hagas esto."

"¿Cómo que no hace falta? Claro que hace falta. Chloe, ya ves lo que hacemos todos los días y la gente no sabe las veces que hemos salvado el mundo. De vez en cuando necesitamos algo que nos recuerde que tenemos una vida normal, que somos personas y que…" No estaba seguro si era el momento de decir aquello, pero con las veces que habían estado a punto de morir, ahora creía fervientemente en el ahora o nunca. "Que nos enamoramos como todo el mundo."

De nuevo, Oliver tomó la mano de su compañera.

"¿Oliver lo dices en serio, realmente te has enamorado de mi?"

"¿Todavía tienes que preguntarlo? Claro que me he enamorado de ti, hace más de lo que siempre he querido reconocer. Te quiero y por eso quiero dar el siguiente paso, quiero que le digamos a todo el mundo que lo nuestro va en serio, que por muchos villanos que quieran matarnos, siempre voy a quererte, por eso…"

Chloe suspiró, había sufrido tanto desde la muerte de Jimmy, había llegado a creer que nunca volvería a enamorarse, que no volvería a sentir lo mismo por otro hombre y mucho menos que ese otro hombre fuera uno de sus mejores amigos. Oliver siempre había estado allí por ella y ahora, desde que estaban juntos, su relación era la más fuerte que había tenido en mucho tiempo.

"¿Quieres casarte conmigo?"

- o -

Oliver se despertó de golpe, no recordaba haberse quedado dormido y le dolía todo el cuerpo después de haber pasado la noche entera en el sofá. Se quedó quieto, pensando en el sueño que acababa de tener. Sonrió sin saber porque, sin estar del todo seguro que sensación le producía pensar realmente en pedirle matrimonio a Chloe, no es que fuera algo descabellado, pero nunca se le había pasado por cabeza.

Miró el reloj, estaba a punto de amanecer y ya estaba cansado. Los últimos días habían sido realmente agotadores, desde que todos se habían puesto de acuerdo en convertirse en un grupo de superhéroes de verdad quería ser como la JSA, aunque todavía no tenían un nombre definido. Ahora se veían más que nunca y tal y como deseaban, se habían convertido en algo muy parecido a una familia.

Fue a la cocina ya prepararse un café de lo contrario caería rendido otra vez. Se apoyó en la encimera, sin poder quitarse de la cabeza el sueño. Algo en su interior le intentaba decir que había sido algo más que un sueño, que aquella visión tenía algo más importante que mostrarle.

"¿Chloe y yo? No… eso no es posible, Chloe es mi mejor amiga, lo sabe todo de mi y está cuidándome todo el día, pero de ahí a… No, no puede ser." Un escalofrío le recorrió el cuerpo, como si aquella negación fuera lo peor que podía haber hecho.

Se bebió el café de un trago, casi no le había echado azúcar, pero no le importaba que supiera demasiado amargo, porque eso le había despertado completamente. Cogió el teléfono y lo miró un momento.

¿Por qué se sentía tan raro por pensar en llamar a Chloe? Se puso nervioso, como un adolescente que acababa de darse cuenta que le gustaba la chica más guapa de la clase. Chloe era muy guapa, siempre se lo había notado, era una de las personas más inteligentes que hubiera conocido en su vida y se compenetraban perfectamente. Para mucha gente no hacía falta nada más para saber que estaba hablando de la mujer de su vida.

Pero Oliver no era así, le gustaría, pero no era tan simple para él. Creía que había superado lo de Lois, pero estaba claro que todavía no lo había hecho que todavía estaba enamorado de ella y no era capaz de verla con Clark.

Aún así, Chloe volvió a aparecer en su mente. Le encantaba su sonrisa sincera y que siempre le estuviera ayudando a salir de las situaciones más difíciles. Le gustaba pensar que siempre estaría allí por él. Entonces se dio cuenta, quería que Chloe estuviera siempre ahí, tanto para sacarle de los problemas, como para hacerle sentir mejor como para…"

"¡Ya basta!" Se dio a si mismo. Empezaba a dolerle a la cabeza y en ese momento tenía algo más importante en lo que pensar.

Quería ser un buen líder, al fin y al cabo sus compañeros lo habían nombrado, de forma extraoficialmente, líder de su equipo. No lo había pedido, ni siquiera se veía como un auténtico líder ni mucho menos, sobretodo cuando no podía controlar ni su propia vida.

Pero Clark, Chloe y los demás confiaban en él, así se lo habían dicho, ¿Cómo iba a decepcionarlos otra vez? No, ahora tenía que convertirse en el hombre y en él héroe que sus amigos veían en él y dejar de ser el joven playboy que las revistas trataban de vender.

Por eso, finalmente volvió a coger el teléfono y marcó. Mientras sonaban el tono dudó sobre si estaba cometiendo una solemne tontería o hacía algo que realmente merecía la pena, pues tenía que aprender aquella lección. No tuvo tiempo de contestarse a esa pregunta, pues una voz sonó al otro lado.

"Sabía que llamarías, aunque no suponía que lo hicieras tan pronto."

"Necesitaba hablar con alguien, alguien que pudiera ayudarme y se que eres el único a quien puedo acudir."

"Lo se, he oído las noticias." Dijo Carter Hall. "Tu gente quiere que seas su líder y te da miedo."

"No me da miedo."

"Estás aterrado, ni siquiera hace falta que lo note en tu voz. Te da miedo pensar que otras vidas además de la tuya puedan depender de ti, pero sabes muy bien que ellos van a confiar en ti, van a poner sus vidas en tus manos y van a cerrar los ojos, porque te han dado la oportunidad de hacer algo increíble."

"¿Crees que podríamos vernos?" No le hacía falta ver la cara para imaginar que Carter estaba sonriendo. De alguna forma sabía que hacía días que el veterano líder de la JSA estaba esperando su llamada y ahora se sentía orgulloso de poder terminar lo que había comenzado cuando se conocieron.

"Claro, no está mal eso de convertirse en mentor."

"No necesito… Bueno es igual, el caso es que me gustaría hablar contigo, llevas mucho más tiempo que yo en esto y sabes como manejar esta situación."

"Lo que he dicho, no estaría mal ser tu mentor si al menos así consigo que tu grupo se organice como díos manda. Ven a la mansión de la JSA mañana a las diez."

"Muy bien." Oliver tenía que preguntárselo antes de colgar. "Una cosa más. Cuando me contaste tu historia, eso de que estás destinado a enamorarte de tu mujer una y otra vez… ¿Sueñas con ella?"

"¿Cómo dices?"

"No me malinterpretes, pero el caso es que he tenido sueños con una persona, aunque hoy ha sido mucho más intenso más real. Ha sido como si estuviera ocurriendo en la realidad y no se, siento que me falta algo, que hay algo que no se y me preguntaba si…

"Si sueño con ella, se como será nuestra siguiente vida juntos y se que seremos muy felices, hasta que uno de los dos muera y vuelva el sufrimiento para el que quede vivo. ¿Estás enamorado de esa persona? Eso no debes preguntármelo, sino mirar dentro de tu corazón, porque tal vez la tengas tan cerca que nunca te habías dado cuenta hasta ahora."

Oliver no contestó, se sentía raro, sentía que le faltaba una parte de un puzzle invisible que tenía en su interior, algo que no podía averiguar y que por mucho que se lo preguntaba a si mismo se negaba a responder.

De repente vio algo, una imagen, un recuerdo que no estaba seguro porque aparecía en ese momento en su cabeza. Chloe estaba delante de él; entonces lo vio claro, era la primera vez que Hawkman y él se habían enfrentado, tras haber sido lanzado contra la ventana de la atalaya.

Chloe le estaba cuidando, aunque eso no era del todo extraño, le estaba curando las heridas y estaban hablando. Pero había algo más, algo que no se veía a simple vista, algo que pudo vislumbrar en los ojos de Chloe y que en su mirada se veía demasiado claro.

Entonces, quería decirle algo, quería preguntarle algo a su amiga, pero no se atrevía a hacerlo, tal vez por simple vergüenza, tal vez por miedo o simplemente por tener el corazón hecho pedazos todavía. No estaba seguro y no sabía si quería reconocerlo en realidad.

Los dos se miraron un momento, aunque ese instante pareció convertirse en una eternidad preciosa. Escuchó sus propios pensamientos, los mismos a los que no había prestado atención mientras la miraba y entonces se dio cuenta, que pensaba en besarla, se imaginaba como se sentirían sus labios sobre los de su amiga, el sabor de un beso de Chloe y notar sus manos sobre su corazón.

"¿Oliver?" No escuchó la voz, pues estaba demasiado distraído observando el recuerdo de Chloe. "Oliver, vamos no me asustes"

Notó unas manos sobre sus hombros y luego una mano sobre su rostro, acariciándole la mejilla, abrió los ojos, no se había dado cuenta ni cuando los había cerrado, ni cuando se había sentado en el suelo.

Creyó que se trataba de un sueño, que no era real, que Chloe no podía estar realmente delante de él, arrodillada en el suelo, que su compañera no podía tener aquella mirada asustada en los ojos, que aquello tan sólo podía formar parte de su imaginación.

"¿Oliver te encuentras bien?"

"¿Eres tu de verdad?"

Chloe sonrió.

"¿Quién quieres que sea? Vamos te voy a llevar a la cama, tienes aspecto de no haber dormido en varios días."

Oliver no contestó, pues era cierto que estaba agotado y que hacía demasiados días que no dormía como debía, pero lo que Chloe no sabía y no le iba a decir él, era que pensar en su amiga y en lo que significaba para él, era uno de los motivos que más le habían quitado el sueño.